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La Legalidad se impuso a la Legitimidad |
Paco López ya es Lehendakari. Como hoy, jornada de investidura, ha tenido que utilizar un traductor y un pinganillo para enterarse de lo que algunos diputados vascos le decían en vascuence, su lengua, me niego a llamarle Patxi. Pero es Lehendakari, que es lo único que importa y lo que más deseaba en este mundo. La política zapaterina ha vuelto a imponerse, como en Cataluña, en Galicia, en Baleares, en Canarias y en todo lugar donde ello sea posible: se trata de llegar al poder al precio que sea.
Para conseguir esta impostura ha hecho falta que 7 diputados de la izquierda abertzale no estuvieran en su escaño para votar y otros 7 ocuparan su lugar como consecuencia de haber dejado a 105.000 vascos sin posibilidad de votar a su partido. Es decir, que se les ha tratado como a infraciudadanos sin derechos políticos fundamentales. Por toda excusa ante el desmán que acababa de cometer, el Ministro del Interior, Rubalcaba —el mismo que brindó con champán el 13 de marzo de 2004, al ver que los 192 muertos de los trenes de Madrid catapultaban a su partido a la Moncloa—, se limitó a decir:
“Que voten a Aralar, que también es un partido nacionalista de izquierdas”.
Una vez dado ese golpe anti-democrático, fue necesario que la izquierda abertzale cometiera el error de no pedir a todos sus votantes que, en efecto, le hicieran caso a Rubalcaba, y apoyaran a Aralar. Y, finalmente, se ha producido el resultado apetecido: Por dos diputados de diferencia, el frente españolista ha conseguido imponer los 318.112 votos del PSE a los 399.600 del PNV.
Y Paco López ha sido investido Lehendakari.
¿Es todo esto legal?
Sí. Como ha dicho el pepete Basagoiti, “Esto es una democracia parlamentaria, y aquí mandan los diputados, no los votos”.
¿Es esto legítimo?
No. La maniobra anti-democrática de suspensión de derechos fundamentales de 105.000 vascos deslegitima la investidura y la convierte un golpe de estado cocotero. Y más, porque, de haber sido posible una segunda vuelta para elegir al Lehendakari, Ibarretxe habría destrozado en las urnas a Paco López.
Y bueno, no hay mal que por bien no venga: ahora comprobaremos los españoles lo que es un vasco, y si es diferente y digno de admiración, como venimos pensando desde hace decenios, o si está hecho de la misma mierda que el resto de nosotros. Veremos si su abertzalismo se relaja, y disuelve poco a poco, o si se enfrenta al nacionalismo españolista (constitucionalismo, le llaman), defendiendo palmo a palmo el territorio de su libertad, su idiosincrasia y su cultura. Paco López va a intentar convertir el País vasco en una autonomía más, inútil y derrochadora, y de corromper al abertzalismo a base de dinero, nacionalismo postizo (nacionalismo de pinganillo) y otras ventajas, como todo socialista zapaterino hace con los españoles de otras latitudes. Pero dicen que los vascos no son españoles. Ya lo veremos en las calles de Euzkadi en los próximos años.
MESS

Etiquetas: conocimiento, inteligencia, medios, memoria, multitud, politica.
Dos noticias marcaron el pleno de ayer. La primera, esperada y prevista porque se habían creado todas las condiciones para ello, la elección de Pachi López como presidente de la Comunidad Autónoma Vasca. La segunda, previsible para otra fecha pero sorpresiva ayer, el anuncio de Juan José Ibarretxe de su abandono de la vida política.
Mirando al futuro, perspectivas y opciones
Lo más triste del acto de ayer es que Pachi López podía, por qué no, haber llegado a ser lehendakari en condiciones totalmente distintas a las actuales. En vez de haber accedido al poder como consecuencia de sus manejos ventajistas, tras haber trucado las normas más básicas de la democracia y haber vetado los derechos de una parte de la sociedad a la que pretende representar, podía haber conseguido su objetivo en unas elecciones limpias y democráticas tras un proceso de negociación en el que se superasen los topes a la democracia impuestos por franquistas, militares, securócratas y, cabe recordarlo, algunos de sus más altos cargos como Alfonso Guerra.
No se puede olvidar que a día de hoy el Partido Socialista es el más votado en el conjunto de los territorios de Euskal Herria y que podría gobernar en todos ellos si no fuese por su pánico político. El PSOE puede utilizar esta legislatura para demostrar a los españoles su crueldad con los irredentos vascos o para demostrar a los vascos que, realmente, ellos también son vascos y pueden gobernar en defensa de sus intereses. Nadie cree que el PSE haya llegado al poder para «liberar» al euskara o para desarrollar políticas de distribución de riqueza o para respetar la identidad de aquéllos que se sienten vascos y sólo vascos. Está en sus manos cambiar esa idea. Su asignatura pendiente sigue siendo la paz en base a un acuerdo político inclusivo, estable, duradero y en parámetros de democracia y justicia.
Igual que José Luis Rodríguez Zapatero ha perdido su oportunidad de convertirse en el presidente español que superó las profundas causas del conflicto vasco, Pachi López ha perdido la oportunidad de convertirse en el lehendakari de una nueva y, por definición, transitoria estructura política basada tanto en los profundos lazos culturales, sociales y políticos que existen entre todos esos territorios como en la voluntad de una parte importante, muy probablemente mayoritaria, de sus ciudadanos. Una estructura que, por supuesto, tenga en consideración todos los territorios de Euskal Herria, desde el Ebro al Aturri. Por eso, lo único que realmente tiene de histórico el día de ayer es su falta de responsabilidad histórica para con el conjunto de la ciudadanía y con las futuras generaciones.
Fuentes: Gara/inSurGente
La wikipedia no siempre es exacta, y es cuando menos generosa al definir la picaresca como género característico de la novela española. En realidad, se trata de un género prácticamente exclusivo de nuestra novela. Digo nuestra, por que soy español, aunque a veces tal condición me cause algún sonrojo, por demócrata convencido y capaz de sufrir vergüenza ajena.
Picaresca es la palabra que mejor describe la fórmula utilizada por PP y PSOE para alcanzar sus objetivos. Los abiertos, francos y entonces honestos Redondo y Oreja, después de su estrepitoso fracaso de 2.001, cambiaron la estrategia y dieron los primeros pasos para organizar la picaresca y el robo a la voluntad de la sociedad vasca. Otros lo perfeccionaron en sus pícaros partidos, y ocho años después, López –que puede no sea el pícaro de esta novela- se convierte, sin empacho, en el receptador.
Lo taparán los medios de comunicación empleando titulares triunfalistas y –lo que es peor- con mentiras como la de que la alternancia (obviando como se llega a ella) es síntoma de saludable democracia. A más de un periódico se le va la mano en el titular y se le ve el colmillo de las ganas de desalojar al otro… y las garras dispuestas a destruir lo construido.
Aunque la Ley de Partidos data de 2.002, se ha tardado ocho en la operación por que hace cuatro, el PSOE –en negociaciones con ETA- consintió en la presencia de EHAK (el que es pícaro, es pícaro para todo). Así dos partidos nacionalistas (PNV y EA) y uno federalista (IU) con la mayoría necesaria, formaron Gobierno en Euskadi. Un partido democristiano, otro socialdemócrata y otro de izquierda, en coalición de gobierno, fueron capaces de acordar un programa para el mismo. Magnífico ejercicio de transversalidad, se mienta lo que se mienta.
La no-coalición PP-PSOE, no tiene acuerdo de programa. Esta falsa mayoría, quizá ha expresado lo que piensa destruir, lo que alguno ha llamado “el cambio hacia atrás”. De lo que quieran o puedan construir nadie sabe nada. La sociedad vasca, al día de hoy, solo percibe el revanchismo, la debilidad, la falta de coherencia y la inestabilidad de lo que pueda gestionar Patxi López. Percibe la mentira de este pacto, tantas veces previamente negado por López y Basagoiti. Y percibe, sobre todo, el hurto de estos nuevos pícaros. Resuenen cuanto resuenen los titulares, los españoles de bien –que son mayoría- deberían reflexionar.
M.A.D.
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