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Socialismo es Democracia y Capitalismo es Autoritarismo

Una sentencia:

El capitalismo (sistema económico) y la democracia (sistema político) son contradictorios, no pueden estar juntos porque no son compatibles.

Parafraseando a Stallman, el sistema capitalista es muy bueno para una sola cosa:

Que unos pocos acumulen riqueza.

En efecto, lo que hace incompatible al capitalismo con la democracia es la acumulación desmedida de la riqueza, la cual pone en manos de un pequeño grupo de la sociedad tanto la capacidad de influir sobre las decisiones políticas (con mayor poder que el que les correspondería en una sociedad verdaderamente democrática) como la de acumular aún más riqueza que la que poseen, en detrimento de aquellos que no tienen acceso al capital.

El capitalismo es un modelo económico insostenible a largo plazo, ya que un sistema basado en la pura acumulación de capital provoca la miseria, la pobreza de las mayorías y pone en peligro la existencia de la humanidad por los altísimos grados de consumismo que su misma doctrina profesa.

Lo que más se acerca a la práctica capitalista, en cualquiera de sus presentaciones, ya que el capitalismo en su concepto es siempre salvaje, es el sistema político autoritario, ya sea dictatorial tipo Pinochet (con un legado de muerte en nombre del crecimiento económico sin humanismo) o tipo "democracia" norteamericana, donde la dictadura se expresa mediante el dominio de dos partidos elitistas que se alternan en el poder y presidentes elegidos por un consejo de notables escogidos por el pueblo. Es la dictadura empresarial constituida por políticos multimillonarios que conforman un poder legislativo fuerte y cohesionado con el ejecutivo. Adicionalmente, esta "democracia burguesa" jamás va a constituir un muro de contención contra el fascismo, por ser un modelo infame de dominación que se practica más fácilmente en el sistema capitalista, pues es precisamente en su interior en donde éste nace y se desarrolla.

Las consecuencias de todo ello se pueden resumir mediante hechos concretos: un informe de la ONU indica que los 500 individuos más ricos del mundo tienen más ingresos que los 416 millones de personas más pobres. Por otro lado, por cada dólar que se invierte en combatir la pobreza en el mundo, el imperio gasta diez en armas. Este resultado tan catastrófico es producto, en gran medida, del individualismo, una característica indispensable del capitalismo, elemento necesario para dar el paso hacia el neoliberalismo, lo que en resumen el Papa Juan Pablo II denominó, seguramente iluminado por el Espíritu Santo, “el Capitalismo Salvaje”.

Tradicionalmente ha existido el lugar común entre las minorías privilegiadas que los pobres tienen la culpa de ser pobres porque "no trabajan suficientemente para lograr comprar casa, carro y lujos", resulta que los seres humanos tienen distintas capacidades para realizar cosas o para acumular riquezas, y eso lo aprovecha aún más el capitalismo salvaje para usarlo a su conveniencia.

Los menos capaces se van quedando atrás como consecuencia de la competencia feroz, van constituyendo el "ejército de reserva", la fuerza laboral que requiere el mercado para mantener los privilegios de una minoría más capaz de apropiarse de los recursos, argumentando que los mismos son escasos para tanta gente. De hecho, la sociedad neoliberal-capitalista ha negado la libertad o autonomía de acción de los grupos que la conforman, debido a que gracias a la gran acumulación de los recursos -y al poder que genera su posesión- se desconoce el valor intrínseco del ser humano al medírsele y juzgársele socialmente sólo sobre la base de su capacidad para acumular riqueza. Las políticas relacionadas con estas doctrinas minimizan a su máxima expresión los programas sociales, para ellos son antiganancias, no son inversiones, el bienestar se logra sólo con la acción de la mano invisible del mercado, lo malo es que eso a la larga constituye una bomba de tiempo, ya lo vimos en Venezuela con el Caracazo de 1989.

El socialismo es el único sistema económico que existe en la historia de la humanidad capaz de provocar un verdadero despliegue de la democracia, la cual permite una distribución equitativa del poder popular. En este caso los hombres no actúan solamente por el deseo económico o el simple análisis de costo-beneficio, sino que también lo hacen en correspondencia a valores y metas comunes, hecho que los une para la acción colectiva. Con el sistema económico socialista, se facilitan las formas de decisión democráticas que ponen el énfasis más en la discusión y en la comunidad que en las impersonales y alienantes relaciones de mercado.

¿Cómo hacer realidad la práctica socialista? ¿Cómo llevar a cabo este objetivo? ¿Cómo evitar la repetición del fracaso de la Unión Soviética? Las respuestas a estas preguntas deben ser parte de un gran debate nacional.

Cada región tiene su historia e idiosincrasia distintas, por ello los modelos a implantar no deben ser copiados, los mismos tendrán que ser endógenos, sacado de las propias raíces de los pueblos originarios, un modelo que debe discutirse y debatirse con todos y todas.

El reto consiste en crear un modelo económico socialista que utilice los incentivos de manera de generar eficiencia superior al modelo económico capitalista, con la finalidad de lograr la igualdad de oportunidades en la búsqueda de la autorrealización, el bienestar, la influencia política y el status social de todo el pueblo.

La incompatibilidad entre Capitalismo y Democracia

La democracia y el capitalismo son incompatibles porque este último es una forma no democrática de organizar la economía. El capitalismo no organiza la producción y la distribución de la riqueza sobre la base de los derechos del pueblo sino sobre la base de la acumulación de la riqueza, que en gran proporción es poseída por unos pocos.

Los pobres sólo pueden mejorar sus condiciones de vida siempre que eso haga más ricos a los ricos. El capitalismo tiende a incrementar las diferencias sociales, que no han podido ser superadas a pesar de la intervención del Estado, por ser el instrumento mediante el cual la democracia burguesa ha intentado cumplir las promesas de justicia social.

Este instrumento funcionó parcialmente mientras la democracia burguesa y el capitalismo tenían el mismo tamaño, es decir mientras ambos eran de escala nacional. Sin embargo, mientras que el capitalismo se ha hecho global, las democracias burguesas siguen siendo nacionales. Esta desproporción ha impedido contundentemente que el Estado pueda corregir la desigualdad atroz que genera un único capitalismo global.

Kant divide al hombre en dos partes: por un lado esta la razón, por el otro las pasiones y los intereses. La democracia y, por lo tanto, el socialismo, son sistemas de la razón, de justicia y libertad universales. La democracia burguesa y el capitalismo son los sistemas de las pasiones y los intereses, sistemas de dominio y de poder.

Así mismo, se nos ha enseñado que la justicia se aplica en nombre de la razón. La justicia exige respeto a los derechos del otro, el sacrificio a favor de los derechos del débil, sin esperar que nos devuelva algo a cambio, éste es el sentido más profundo de la democracia. La justicia, por lo tanto, es una propuesta incondicional, se hace a cambio de nada.

La razón (el socialismo) no tiene una energía propia que le permita cumplir sus propios ideales, su incondicionalidad.

Las pasiones y los intereses (el capitalismo) en cambio, sí tienen una fuerza propia, atraen al hombre como la gravedad atrae a los cuerpos.

Así la justicia, fundamentada exclusivamente en la razón, acaba cayendo bajo el peso de las pasiones y los intereses.

La democracia y el socialismo han basado su justicia en la fuerza inexistente de la razón, y por esto su falta de vigencia. Por eso, el socialismo (basado exclusivamente en una razón que presuntamente es autosuficiente) cayó, por ahora, bajo el peso del capitalismo, de los intereses y de las pasiones. Un mundo donde gana siempre el más fuerte, o el más competente. Por eso, por ahora, el capitalismo y la economía de mercado le están ganando la partida a la democracia y al socialismo.

Pero sí hay una esperanza, esa esperanza es el amor. La fuerza del amor es la fuerza de los débiles, es la fuerza que necesita la razón para cumplir sus proyectos y sus promesas, es en el amor donde puede aplicarse plenamente la justicia. Las tradiciones religiosas, y particularmente la cristiana, explican la potencia que implica sentirse amados como hermanos. La razón del socialismo apela a la democracia, a la libertad y a la igualdad mientras que el amor, políticamente comprendido, apela a la fraternidad, por lo que no se puede construir la democracia sino es sobre la base del amor a los demás. Es así como será posible encontrar el camino adecuado para que la democracia finalmente pueda vencer al capitalismo, un camino que nos permita organizar la economía de una manera democrática, es decir, crear estructuras políticas y económicas que nos sirvan para redistribuir la riqueza, garantizar los derechos sociales y controlar las fuerzas productivas para ponerlas al servicio del bien común, un socialismo en el que la igualdad se construye desde la libertad.

En tal sentido, el destino natural de la democracia debe ser el socialismo, que no tiene nada que ver con el sistema capitalista, donde la acumulación de la riqueza seguirá siendo el instrumento que soporta a la ley del más fuerte.

Las medidas políticas, económicas, sociales, educativas, tecnológicas y culturales de Hugo Chávez han sido dirigidas, en esta nueva etapa de la República Bolivariana, a la construcción del Socialismo del Siglo XXI, mediante una propuesta basada en el amor al prójimo y en la plena aplicación del cristianismo original, el mismo que predicó Jesucristo.

Capitalismo y Autoritarismo

El sistema político que más se acerca a la práctica del sistema económico capitalista es el sistema político autoritario. Es un autoritarismo que no es posible esconder: es el autoritarismo del dinero. Es el poder financiero el que marca los ritmos en la economía capitalista global. La dinámica de este capital financiero permite manipular la vida cotidiana de la población, en todas sus fases.

La mercantilización de cada vez más aspectos de nuestra vida cotidiana convierten a personas y países en esclavos del poder financiero, en tanto que el dinero se convierte en algo fundamental para conseguir la satisfacción de las necesidades dentro del entorno social, cuyo modo fundamental de obtención de dinero excluye de forma creciente a cada vez más población.

La imperiosa necesidad de dinero aparece como el mecanismo de disciplina por excelencia en el capitalismo global; las condiciones laborales, sociales, la dignidad humana y el entorno ecológico sucumben al poder del dinero, que emerge como mecanismo de explotación de todos los recursos existentes, concentrando y centralizando mediante su acción el poder económico y político.

Este poder es ejercido por las elites de poder mundial, cuya representación más palpable son las grandes corporaciones mundiales que controlan la mayoría de los más grandes e importantes medios de comunicación del planeta, manejan todo el flujo de la información, por lo que la gran mayoría de la población mundial conoce sólo lo que quieren mostrar estos medios, y solo lo hacen verazmente si está acorde con sus intereses económicos y políticos, mientras que la mayoría de los periodistas empleados de esos medios, callan sin preguntar por qué. Los intentos de la red Aljazeera y Telesur y los medios alternativos de comunicación, son solo pequeñas islas en el medio del océano.

Como consecuencia de ello, los valores democráticos, el igualitarismo, la solidaridad y los derechos humanos son desdeñados en el sistema económico capitalista, aflorando entonces inevitablemente la dictadura de la burguesía, la represión a los sectores más desfavorecidos y la complicidad con las corporaciones nacionales satélites de las corporaciones mundiales, lo cual finalmente constituye el semillero de la dictadura más perversa que ha creado el hombre, el fascismo.

Todavía hoy recordamos como los banqueros e industriales apoyaron y financiaron el ascenso de Hitler. Por ello el nazismo nunca se opuso al gran capital y en cambio sí combatió con saña todas las formas de socialismo. El fascismo ejerció un gran atractivo para la clase media, una burguesía que acarició metas de prosperidad, adquisición de propiedad y vio en el fascismo el vehículo para alcanzarlas. Por ese motivo la economía de mercado y la democracia son contradictorios y el fascismo es la demostración más fehaciente de esa incompatibilidad.

Regímenes de autoritarismo capitalista, como el de Bush, bien pudieran significar un regreso al fascismo, momento en que el neoliberalismo se ha vuelto más despótico y opresor en esta época de agresiones terroristas, que sirven para justificar la represión a pueblos enteros.

EE.UU ya está gobernado por una dictadura, la dictadura del dinero, la de los dueños de las corporaciones mundiales, que son los que realmente toman todas las decisiones reales, mientras dan a las masas la ilusión de democracia. Pero la "democracia" en EE.UU, así como en Europa y en otros sitios de Occidente, es sólo un engaño, una cáscara vacía. Es similar a las instituciones de la República de Roma al principio del Imperio, cuando el verdadero poder estaba concentrado en manos del emperador, un sistema depravado, explotador y agresivo.

El caso de Bush es patético, engañó al electorado, utilizó a su hermano que controla el estado de Florida para manipular los votos. Cuando se puso en duda el resultado, utilizó a la Corte Suprema que entregó la elección al perdedor. Fue una violación total de la Constitución de EE.UU, que no otorga derechos semejantes a la Corte Suprema, aunque obviamente, ni a ésta última ni al poder imperial les preocupa para nada su propia Constitución, la Declaración de Derechos Humanos o a cualquier otra cosa. Todo es decidido por el uno por ciento de la población que son los dueños de EE.UU.

Y la tan cacareada libertad estadounidense es claramente ficticia, allí no están libres los inocentes cuando no tienen dinero, los más pobres son frecuentemente reprimidos por la policía estadal y local. Realmente hay muy poca libertad real. En el pueblito del norte del estado de New York donde yo viví durante tres años, la noticia mas importante del periódico local era, muy frecuentemente, el rescate de un gato desde un árbol en medio de una nevada, mientras tanto el Papa Juan Pablo II convalecía herido de un tiro de revolver en la plaza San Pedro, al propio Presidente de EE.UU, Ronald Reagan, intentaban matarlo y ellos ni pendiente, simplemente a ese pueblo no le importaba más nada que no fuera su hábitat local. Y eso ocurre en absolutamente todos los pueblitos norteamericanos, no hay uno que se salve de estar adormecidos. Es la acción de un sistema infame que solo le interesa el consumo desmesurado, el placer de unos pocos y no el bienestar del pueblo.

El nivel de vida de las clases media y baja en EE.UU también es un mito, un ochenta por ciento de los estadounidenses se han estado quedando atrás desde 1973, fecha de la primera crisis del petróleo, y cada vez mas sus salarios se ven deteriorados. En la actualidad para poder sobrevivir es necesario que al menos dos personas sostengan una familia de dos hijos, mientras que en aquella época con un salario se vivía una vida satisfactoria. Mientras tanto, pocas personas se han hecho fabulosamente ricas, no mas del uno por ciento, y solo un diecinueve por ciento puede considerarse en condiciones cómodas, algunos comerciantes, abogados, profesionales, periodistas, políticos y banqueros se favorecen del sistema, quienes obviamente son aliados del imperio.

Pero este coloso tiene pies de barro, ya hay evidencias que el sistema capitalista se está cayendo por su propio peso, a causa de las colosales deudas que se han ido acumulando y la corrupción, que es intrínseca de un sistema económico sin la necesaria ética socialista. Esto tendrá que llevar en algún momento a una crisis monetaria de proporciones incalculables y a un grave deterioro ambiental que está ocasionando el exagerado consumismo capitalista, los cuales inevitablemente llevarán al desplome del imperio. El mismo pueblo norteamericano está destinado a derrotar a los dueños corporativos del poder imperial y abolir la dictadura del gran capital. Este pueblo estadounidense, que históricamente ha sido tratado por la élite dominante como estúpidos sin criterio, de ningún modo lo son, en realidad son todo lo contrario, solo hay que tener paciencia para que mas pronto que tarde despierte este digno pueblo, formado en su gran mayoría por trabajadores dignos de todos los estratos sociales, campesinos, obreros, profesionales, técnicos, intelectuales, que ya se están informando por distintos medios, incluido Chávez y su gran poder de comunicación, para deslastrarse de la pavorosa ignorancia en que los ha mantenido el gobierno, en complicidad con el congreso, los otros poderes del estado y los medios de comunicación.

Una vez que ese gigante dormido comience a moverse unido con los movimientos progresistas emergentes de América latina y el Caribe, todo el mundo será sacudido hasta sus cimientos, y una nueva luz se abrirá paso, una luz que ya está comenzando a alumbrar los pueblos de América Latina, la del Socialismo del Siglo XXI.

Omar Marcano

Director General de
Investigación y Desarrollo
en Telecomunicaciones

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Influencia norteamericana en los medios de comunicación

Los Estados Unidos allá por 1780 eran a duras penas una expresión geográfica y un poco menos que un experimento.

Sus caudillos lucharon con las tareas de ajustar los ideales de los libros a realidades irrazonables con las importantes decisiones que había que tomar. ¿En interés de quien debía funcionar el gobierno? ¡Cual debería ser la forma de gobierno? Desde ese entonces las ardientes tensiones sociales de la época colonial no fueron apagadas en el transcurso de la historia estadounidense, siempre dependiente de las naciones pobres del mundo.

En 1798 comenzó a derrumbarse 10 siglos de feudalismo europeo cuya consecuencia afecto a la sociedad norteamericana, así, Hamilton, Jefferson, Randolph, Taylor, Marshall, Quince y Dwight, lanzaron argumentos, mientras partidarios de Francia e Inglaterra, federalistas, republicanos, plantadores, comerciantes, aristócratas y demócratas, luchaban con brindis y baladas en la legislatura. Las controversias eran enconadas, continuas y necesarias, alimentadas por el periódico de la época.

El periódico era parte de ese crecimiento, reaccionaba al mismo y lo fomentaba; servia de doncella al comercio, a medida que este aumentaba crecía de tamaño, y en las grandes ciudades la publicación diaria se convirtió en regla. El periodista pasó de impresor a redactor, brazo publicitario de la facción política en el poder.

Cuando termino la revolución, Boston cuna del periodismo norteamericano, encontró su escenario periodístico lleno de fantasmas y de basura, hasta el día de hoy. En cierto modo el primer periódico norteamericano legal, el Boston New- Setter, fue tan contemporáneo como la ultima edición de ayer, a saber: Dio a conocer noticias de una epidemia, del gobierno, crímenes, asaltos, comentarios, perspectivas del gobierno, etc, etc, lo dice el libro la evolución del periodismo.

A medida que la sociedad crecía a principio del siglo XIX, la prensa se especializo: El mundo de los negocios, de la política, de las armas, de la aristocracia o jet set, de la agricultura, diversificaron al público en grupos especiales de lectura, satisfaciendo una gran gama de intereses en un solo periódico. Nuevo periodismo sin límites, sin ética, evocaría sus propias libertades con sus propios estilos de expresión. Llego a escena un nuevo grupo mas numeroso y ruidoso, incluía mas políticos, hombres de letras y millonarios, invertían en medios de comunicación, la creación de monopolios comunicacionales, creo estrellas del periodismo, compartían aspiraciones, éxitos, laureles e insultos, que correspondían a los nuevos magnates del acero, de la política, del comercio, las industrias y a los militares.

Todos ellos se aprovecharon del crecimiento de la industria en la primera y segunda guerra mundial, moldeando al periodismo para influir con la cultura estadounidense sistemas políticos al capitalismo mundial.

Los costos de modernización de los medios en las naciones subdesarrolladas fueron asumidos en un importante porcentaje por la lucha contra el comunismo, en ella entraba la desinformación, la injerencia cultural olvidando a los héroes nacionales independentistas, la omisión de los movimientos sociales, el ocultamiento de lideres populares y sindicales, los cuales no tenían cabida en los medios, por supuesto, ese “esfuerzo” era recompensado por las embajadas norteamericanas en cada uno de los países.

Los medios locales incrementaban su infraestructura después de ser aniquilado los movimientos revolucionarios. La educación relacionada con el periodismo, sociología, polito logia, leyes, recibían especial atención en las universidades, la influencia capitalista es notoria e inmoral.

A mediados de los 70, el caso Watergate afecto la campaña política del presidente Richard Nixon, el gobierno norteamericano comunico a los redactores y propietarios de medios el derecho a la censura y a encaminarlos hacia la “cooperación voluntaria con sus necesidades”, así como el compromiso a proporcionarles noticias seguras del esfuerzo de sus guerras, hoy se las conoce como primicias o exclusivas, CNN fue primer medio en trasmitir en vivo una guerra, Irak 1991.

El segundo esfuerzo de los objetivos del gobierno expresados con toda claridad consistía en la propaganda capitalista, abarcando todos los países en donde las embajadas de los EEUU y sus trasnacionales “trabajan”, había la necesidad de tener negocios con medios locales. De esa forma grandes corporaciones noticiosas se aliaron con medios locales, aparecieron los Sun, los Herald, los World, los Times, CBS, FOX, trasmiten espacios económicos, energéticos, ecológicos, farmacéuticos, alimentarios, agrícolas, deportivos, culturales y militares, introduciendo el neoliberalismo en base a la guía publicitaria.

Cambiando y sugiriendo culturas y gobiernos así como sistemas sociales hasta llegar a la lucha contra el narcotráfico y el terrorismo de hoy en día; marcaron una época de expansión norteamericana avalada por los medios, influyendo masivamente en enormes cantidades de gente. Nació así, de ese modo, de la mano de los militares el cuarto poder que sustenta la globalización.

El terrorismo mediático se desplegó en países en vías de desarrollo, cuya oligarquía es propietaria de la mayoría de los medios de comunicación e incide enormemente en la política con el poder económico y religioso. En ese contexto, el carácter del trabajó periodístico con ética desapareció desde los orígenes mismos del periodismo.

En 1883 entro en escena Joseph Pulitzer creando nuevos patrones sensacionalistas utilizando a los emigrantes, combatiendo a sus opositores pero solo hasta donde el quería. Los trucos, las campañas sucias entraron con el New York World, compraba y vendía medios; paso de jornalero a magistrado, se cambio de republicano a demócrata, instauro la inmoralidad en la política y la ética periodística. El sello tipo Pulitzer del periodismo es un paternalismo corrupto del capitalismo. Joseph Pulitzer así lo impuso, no importaba el daño ni los efectos, lo importante era vender más periódicos y acumular fama y poder en el medio utilizando todo lo que el ambiente le ofrecía.

Llevan en su actividad periodística pasada y actual un cambio implícito, no siempre sutil a favor de sus amos, propietarios de emporios automotrices, farmacéuticos, energéticos, alimentarios, monopolios oligárquicos y religiosos, siempre relacionados con la extrema derecha, en donde los embajadores norteamericanos cumplen un vital papel en la desestabilización de gobiernos de naciones en crecimiento, alquilando medios de comunicación locales.

A estos medios de comunicación se les pago con fama y tecnología de punta; renovada de vez en vez, fue admirable, pero indudablemente hizo de los periodistas un empleado del dueño del medio, no de su profesión; y, continúa oscureciendo el futuro usando las nieblas de la confusión de una época para una sociedad.

Raúl Crespo

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Aznar y la conspiración en América Latina

El franquista y neofascista José María Aznar, debe ser uno de los políticos más peligrosos que existen en el mundo de habla hispana. Incluso periodistas que se dedican al trabajo de investigación, lo asocian junto con G.W. Bush como uno los cerebros de los atentados terroristas del 11-M en Madrid.

Recordemos que una vez que Aznar pierde las elecciones y debe dejar el poder, se pone a disposición de Bush, a través de entidades pantalla, para comenzar el proceso de desestabilización de los gobiernos de Venezuela, Bolivia, Nicaragua, y Ecuador principalmente, que son los países que no se someten al dictado de las políticas hegemónicas de los Estados Unidos en la región.

Para tales efectos políticos golpistas, comienza a estrechar lazos con los sectores neoconservadores y más reaccionarios del Partido Republicano y la administración Bush, para darle el vamos a la desestabilización de los gobiernos antes mencionados.

José María Aznar es presidente de la entidad cuyo nombre es Fundación para el Análisis y los Estudios Sociales (FAES), la que usa de pantalla para realizar visitas a Latinoamérica. En un capitulo especial, su organización tiene los ojos puestos en contribuir a crear las condiciones para terminar con la Cuba socialista.

La FAES, que es financiada por lo más granado del empresariado de derecha y franquista español, el Opus Dei y las diversas agencias de inteligencia de los Estados Unidos, suele coordinar su actividad y accionar con la desprestigiada agencia de ayuda humanitaria norteamericana, más conocida como USAID para buscar diversas formas de llegada vía ONGs y que contribuyan a poner termino a los gobiernos de Hugo Chávez, Evo Morales, Rafael Correa y Daniel Ortega. Mientras tanto mantienen en observación la situación de Paraguay, Argentina, El Salvador, Uruguay y Brasil.

Recientemente Aznar fue galardonado con el premio al liderazgo en las relaciones internacionales por un grupo de congresistas neoconservadores hispanos de EE.UU. En el acto de entrega del premio, señaló Aznar de forma exaltada que "Cuba debe ser libre, será libre y lo será pronto", durante el evento organizado por el Instituto de Liderazgo Hispano del Congreso (CHLI), una organización encabezada por legisladores republicanos que incluye también a congresistas anticubanos demócratas.

En la oportunidad, el susodicho no escatimó esfuerzos incluso en amenazar a Venezuela, sobre la cual expresó que "tiene que dejar de crearle problemas a sus vecinos" y a Cuba que, afirmó, “debe iniciar una verdadera transición hacia la democracia”.

Aznar, llamó entre otras cosas a que los países occidentales deben negarse a entablar relaciones con la isla caribeña si eso supone aceptar concesiones unilaterales. O sea que lo dicho es un llamado abierto a la confabulación en contra de Cuba y el resto de los países que no obedecen los dictados de los neofascistas norteamericanos y europeos.

Conspicuo y furibundo también se explayó diciendo que "quien no entienda la fuerza de lo hispano, lo que significa lo hispano y lo que significará lo hispano en el futuro de los EE.UU. no entenderá probablemente nunca el futuro de los EE.UU.".

Declaraciones que sin duda vienen a entorpecer los esfuerzos que se despliegan en la región por los procesos integradores que se vienen observando a través del Grupo de Río y la Unasur, en el momento en que la mayor parte de los países de América Latina se han pronunciado por el termino definitivo del los embargo y bloqueo a Cuba, propiciado por los Estados Unidos y algunos países europeos.

Ahora, de acuerdo a la información que procede de medios de prensa independientes, José María Aznar y sus secuaces vienen desplegando una ofensiva en la región para de forma encubierta buscar la desestabilización de los gobiernos que viven procesos de cambio. Dichos intentos cuentan con un papel de apoyo significativo de las organizaciones del Opus Dei a nivel de la región. Pero sus lazos incluso se extienden de forma encubierta al crimen organizado, a altos funcionarios de la OEA, a sectores reaccionarios de la Iglesia Católica y a las empresas de mercenarios privados que estarían presuntamente ligadas a los intentos de asesinato del presidente de Bolivia, Evo Morales.

Pero no solo eso, Aznar se ha transformado en el encargado para Asuntos Latinoamericanos del “gobierno en las sombras” que preside Dick Cheney, quien junto a Donald Rumfeld y bajo la tutoría de Henry Kissinger, buscan hacerle la vida imposible a Barack Obama, que encabeza un gobierno que es rehén de los poderes fácticos que controlan los neoconservadores, los republicanos y la extrema derecha de los Estados Unidos.

En su periplo por tierras latinoamericanas es normal que José Mará Aznar suela tomar contacto con los sectores de la derecha más reaccionaria y golpista de la región, además con el empresariado local que esta dispuesto a financiar las actividades desestabilizadoras en diversos países del continente.

Por ejemplo en su última visita a Chile, se reunió con lo más distinguido del golpismo chileno, encabezado por su candidato presidencial, el especulador financiero Sebastián Piñera. Pero no solo Piñera anda a la caza del apoyo económico y financiero del Partido Popular y la FAES, también han solicitado esa ayuda Eduardo Frei (DC) candidato presidencial de un sector de la Concertación y Adolfo Zaldívar candidato presidencial del PRI (ex DC) quien se reunió en su última visita a España con lo más eminente de los populares.

En su visita a los Estados Unidos Aznar no sólo descargó su ira contra Cuba y Venezuela, además entregó lineamientos económicos en los que propuso poco menos que el Estado debiera desaparecer, además de la reducción del gasto social a lo mínimo de lo mínimo, y el no control de las mafias del sistema económico y financiero. Llamó a privatizar todas las empresas que todavía se encuentran en manos de los Estados y a la desmantelación completa del llamado Estado del Bienestar.

Aznar, la FAES, el Partido Popular y el Opus Dei, han retomado sus invitaciones a España a políticos y empresarios de centro derecha, a los dueños de los medios de prensa con líneas editoriales conservadoras, reaccionarias y de derecha de la región, para aunar fuerzas en sus planes desestabilizadores de los gobiernos de Evo Morales, Hugo Chávez, Rafael Correa y Daniel Ortega.

En el caso de Cuba, Aznar y sus secuaces han intensificado su labor de zapa a través del mundo empresarial español y de otros países, que tienen inversiones en la isla. Cuestión que se repite en Venezuela, Bolivia, Ecuador y Nicaragua. La misión última y final de Aznar es cambiar la correlación de fuerzas políticas en la región y terminar con el avance de las fuerzas progresistas en América Latina.

De allí que las organizaciones sociales, los sindicatos, las fuerzas progresistas, humanistas y de izquierda de Latinoamérica, deben poner mucha atención a los pasos golpistas y desestabilizadores del franquista José María Aznar en sus visitas a la región, cuyos centros de operación funcionan en México, Panamá, Colombia, Perú, Chile y España.

Eduardo Andrade Bone

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La Guerra Imperial estadounidense

Lo que surge como comprobación fáctica y estadística de cualquier estudio estratégico, es que las guerras imperiales no se hacen para matar, sino para controlar y dominar. Es decir, la destrucción material y los genocidios humanos que producen las guerras de conquista imperial vienen como consecuencia de la búsqueda de control y dominio sobre un oponente que resiste, y no al revés.


Controlar para dominar

La llamada “guerra imperial moderna” fue concebida, en sus aspectos teóricos-prácticos, como una guerra de conquista (también diseñada como antídoto contra las guerras de liberación), por estrategas y expertos del campo imperial-capitalista de la era trasnacional.

Es por consiguiente, una variante emergente de la evolución estratégica, doctrinaria y operacional, de las guerras imperiales desarrolladas a lo largo de la historia como principio de la dominación del hombre por el hombre que rigió, sin excepción, en todas las civilizaciones dominantes conocidas hasta ahora, incluido el sistema capitalista, como su último estadio de desarrollo. Las guerras de conquista imperial no se planifican para matar, sino para apoderamiento de un objetivo estratégico siguiendo la motivación imperialista central de controlar para dominar, y su concepto de aplicación va desde territorios hasta sociedades y hombres.

El control de estos “objetivos” de apoderamiento son trazados de antemano, bien sea territorios (guerra militar), recursos económicos y mercados (guerra económica), países y sociedades (guerra social), o mentes (guerra psicológica).

El objetivo estratégico de cualquier guerra imperial (sea de orden militar, económico, político o psicológico) es el de controlar para dominar. El control del oponente es la base del dominio a nivel del hombre y su entorno primero, y de los sistemas (políticos, económicos y sociales) que rigen las sociedades, después.

Cuando el primer hombre primitivo controló y dominó por medio de la fuerza a otro, estaba estableciendo el principio de la dominación del hombre por el hombre que rigió el desarrollo de todas las civilizaciones imperialistas conocidas hasta ahora, y cuya máxima expresión de desarrollo estratégico se da con el sistema capitalista.

Toda acción de dominación del hombre por el hombre (implícita en la guerra imperial) se rige por un axioma estratégico: para dominar, primero hay que controlar por medio de la guerra. Por eso la dinámica funcional de la historia humana (en todos sus estadios) se rige por las estrategias de control y dominación desarrollados por medio de las guerras imperiales.

La búsqueda del control y el dominio, a su vez, definen el carácter imperialista de las distintas civilizaciones que fueron marcando la evolución y el trazado de la historia humana a partir del dominio hegemónico. Estados Unidos no es la excepción.

Las guerras imperialistas y el capital mundial

En el transcurso de casi 400 años de historia, iniciados con la fundación de Jamestown (Virginia) en 1607, Estados Unidos ha avanzado sorprendentemente de su condición colonial originaria hasta transformarse, a fines de la última centuria, en una superpotencia mundial dominante del planeta. En primer término, su acción se ha centrado muchas veces en posiciones utilitaristas, es decir, ha subordinado principios a intereses nacionales al desarrollar acciones opuestas a lo que abiertamente ha proclamado.

En este enfoque se inscribe el afán misional por imponer en el mundo su visión de un sistema democrático de gobierno, aun cuando, atendiendo a conveniencias de política exterior, acepte a regímenes autoritarios si ellos son sus aliados, como ha sucedido con algunos países del Golfo Pérsico, Pakistán o América Latina.

Al fenómeno anterior se agregó también sus actitudes aislacionistas, las cuales se manifestaron con fuerza hasta el inicio de la Segunda Guerra Mundial, chocando y alternándose de tanto en tanto con impulsos imperialistas o de injerencia global en los asuntos mundiales, los cuales, en definitiva, terminaron por imponerse. Y cabe destacar que el fenómeno imperial está íntimamente ligado a la expansión del capitalismo mundial como un nivel superior, según lo refiere Lenin (1915):

El imperialismo es la fase superior del desarrollo del capitalismo. El capitalismo comenzó a sentirse limitado dentro del marco de los viejos Estados nacionales (…) se ha convertido, en su fase imperialista, en el más grande opresor de naciones. (p. 10).

Es por ello que el crecimiento impresionante de su territorio adquirió pleno vigor en el siglo XIX, mediante la aplicación de medios pacíficos o violentos para su logro, lo cual estuvo aparejado con un considerable aumento de la población, el acelerado desarrollo de la industria, del comercio y un fortalecimiento congruente del poder militar, en especial el marítimo.

Por ejemplo, Louisiana y Florida fueron adquiridos a Francia y España, respectivamente, al inicio de su crecimiento continental, y Oregon, primer acceso al Pacífico, fue comprado posteriormente a Inglaterra. En 1848, mediante el Tratado de Guadalupe-Hidalgo, después de derrotar militarmente a su vecino y de otorgarle una compensación financiera, Estados Unidos forzó la anexión de 3 millones de kilómetros cuadrados mexicanos que conformaron posteriormente los actuales Estados de Texas, California, Nevada y Arizona, más algunas áreas de Nuevo México, Utah, Colorado y Wyoming.

Más tarde, con la ventajosa adquisición de Alaska a Rusia, completó lo que es hoy su territorio continental. Durante el siglo XIX hubo otros intentos esporádicos de expandir la isla continental norteamericana hacia territorios aledaños del Caribe y Centroamérica, y aun suramericanos, como también de ejercer en ellos influencia política y económica, hasta que se expresaron vigorosamente a partir de la guerra con España.

La declaración unilateral de la doctrina Monroe en 1823, sin consultar a los países latinoamericanos, puede interpretarse también como una manifestación defensiva, aislacionista e imperial respecto a los sucesos europeos de la época, y como proclamación de una esfera de influencia exclusiva sobre el continente.

Aunque ella no expresaba necesariamente la intención de proteger a dichos países de agresiones extracontinentales, según demuestra su falta de reacción ante la ocupación por Gran Bretaña de islas de Honduras y de las Islas Malvinas, y sus intervenciones en la región del Plata; ni frente a España cuando ocupó las islas Chinchas de Perú y bombardeó Valparaíso en 1865. Tampoco manifestó su oposición al bloqueo de los puertos venezolanos por Gran Bretaña y Alemania para exigir el pago de deudas a acreedores en esa misma época.

Los globales intereses estadounidenses

Recién en 1889 se iniciaron en Washington las Conferencias de Estados Americanos, como iniciativa estadounidense para preservar los mercados latinoamericanos frente a la competencia del comercio exterior europeo, bajo la doble moral de “garantizar estabilidad en la región” mediante “mecanismos de solución pacífica de conflictos”.

En su afán por garantizar los mercados latinoamericanos, Estados Unidos llevó la concentración a tal punto, que ramas enteras de la industria nacional de los países en vías de desarrollo que conforman el continente se encuentran en manos de asociaciones estadounidenses, transnacionales, corporaciones de capitalistas multimillonarios, y casi todo esta repartido entre estos "potentados del capital", bien en forma de colonias, bien envolviendo a los países en las tupidas redes de la “burbuja” financiera o bien en componenda con las élites dominantes nacionales. Parafraseando a Lenin “(…) la libertad de comercio y la libre competencia han sido sustituidas por la tendencia al monopolio, a la conquista de tierras para realizar en ellas inversiones de capital y llevarse sus materias primas”. (1915, p. 10).

En consecuencia, Estados Unidos como potencia global, se abrogó “la capacidad para liderar la protección del área europea-americana-asiática que ha definido como zona de desarrollo y seguridad occidental, la cual emergió de la incrementada interdependencia de las economías desarrolladas”. (Laird y May, 1999, p. 6)

Esta zona comprende el territorio propio y el de los aliados esenciales, es decir, de aquellas potencias económicas más importantes, que siendo política y culturalmente afines a la potencia rectora, están ligados a ella con variable nivel de cohesión a través de alianzas y a veces sólo por redes regionales.

Puede resultar preocupante para los países de América Latina (incluidos su zona de desarrollo y seguridad occidental), cuando sus políticas no coincidan con los "globales intereses y responsabilidades estadounidenses", que Estados Unidos pueda estar dispuesto a usar la fuerza, como afirman algunos autores, "con la bendición de las Naciones Unidas (ONU) y de la Organización de Estados Americanos (OEA), si es posible, o sin esa bendición cuando sea necesario" (David y otros, 1999, p. 22) Ante este poder hegemónico y amparado en la estructura de gobernabilidad neoliberal1 a escala mundial, Estados Unidos:

(…) se ha vuelto reaccionario; ha desarrollado las fuerzas productivas a tal extremo, que a la humanidad no le queda otro camino que pasar al socialismo, o bien sufrir durante años, e incluso durante decenios, la lucha armada de las "grandes" potencias por el mantenimiento artificial del capitalismo mediante las colonias, los monopolios, los privilegios y todo género de la opresión nacional. (Lenin, 1915, p. 10)

Si se aplica esta tesis a las guerras actuales se verá que durante decenios, casi desde hace medio siglo, los gobiernos y las clases dominantes de Inglaterra, Francia, Alemania, Italia, Austria y Rusia practicaron una política de saqueo de las colonias, de opresión de otras naciones, de expoliación de sus recursos naturales y de aplastamiento sobre los pueblos pobres.

Esta política precisamente es la que motiva las guerras actuales estadounidenses (Irak y Afganistán). En la actualidad la política imperial de tiempos de paz, al igual que la de tiempos de guerra, ha consistido en esclavizar a las naciones y no en liberarlas. Por el contrario, en China y en Vietnam hemos visto como la política del despertar de decenas y centenas de millones de hombres y mujeres a la vida nacional, tendió a liberarlos del yugo de las "grandes" potencias reaccionarias.

Sobre este terreno histórico concreto, basta considerar la guerra actual como una prolongación de la política de las "grandes" potencias y de las clases dominantes, para ver de inmediato el carácter antihistórico y la falsedad en la que se sustentan.

La Doctrina de Seguridad Nacional

La “teoría del dominó” es una teorización del “efecto bola de nieve” aplicado a la política internacional según la cual, si un país entra dentro de un determinado sistema político (especialmente el comunismo) arrastraría a otros de su área hacia esa misma ideología.

Esta teoría surgió durante la Guerra Fría ante la observación de varios sucesos que parecían corroborarla. Antes y durante la Segunda Guerra Mundial sucedió un “contagio de ideologías” en Europa. Bien por propia iniciativa, como Hungría, España o Rumania que adoptaron gobiernos pro-fascistas o pro-nazis; o bien por la “expansión” de la ideología comunista que extendía la República Rusa (poco después rebautizada como Unión Soviética tras incorporarse a la Rusia de los Soviet, varios territorios más) al anexionar países que habían formado parte del Imperio como Ucrania, Bielorrusia o las Repúblicas Bálticas.

En este contexto y ante siquiera de haber capitulado el Eje, las tensiones entre los vencedores ya eran patentes. Wiston Churchil y Harry Truman veían a la Unión Soviética de Stalin como un aliado poco fiable, con constantes roces, problemas en Berlín y una política inflexible sobre sus demandas en las Cumbres de Teherán y Yalta.

En las cumbres mencionadas la Unión Soviética se había comprometido a celebrar elecciones en las naciones ocupadas tras la guerra para que decidieran sus gobiernos; pero estas elecciones la mayoría de las veces no se llevaron a cabo.

De esta forma, las naciones anexionadas a la Unión Soviética se sumaron Albania y Yugoslavia, mientras en Asia, la comunista Corea del Norte amenazaba con arrastrar a su vecina del Sur. Parecía ser la constatación de lo que había afirmado Truman durante la guerra civil de Grecia: “si uno o varios países caían bajo la garra del comunismo arrastrarían a sus vecinos”.

En los años siguientes las dos potencias trataron de atraer a las naciones No Alineados a su bando. Estados Unidos parecía tener las de ganar por su poderío armamentístico, especialmente nuclear, económico y cultural frente a la Unión Soviética; pero los acontecimientos no transcurrieron en esa dirección.

La China nacionalista era derrotada por Mao Tse Tung y en 1950 esta nación invadía el Tibet. La guerrilla comunista malaya hacía grandes progresos frente a los ingleses. En Indochina Ho Chi Minh abrazaba el comunismo e Indonesia estaba a punto de pasar al lado comunista; esta fue la gota que colmó el vaso y que parecía indicar que, pese a la aparente superioridad norteamericana, existía una cierto contagio de unos países a otros, contagio que amenazaba con rodear todo Estados Unidos de países comunistas.

Con este panorama mundial, el presidente Harry Truman hizo la proclamación de la llamada “Doctrina Truman” en su comparecencia ante el congreso el 12 de marzo de 1947, estando en curso la crisis de la guerra civil Griega (1946-1949).

Los ingleses habían notificado a la Casa Blanca que no podían continuar apoyando al gobierno griego contra las guerrillas comunistas ni podían ayudar económicamente a Turquía.

La doctrina se promulgó específicamente con el ánimo de proporcionar soporte intervencionista a gobiernos que resistían frente al comunismo. Truman insistió en que si Grecia y Turquía no recibían la ayuda que necesitaban, podían caer inevitablemente en el comunismo, siendo el resultado un efecto dominó de aceptación del comunismo en la región.

Esta doctrina se convirtió en punto de referencia en los países de occidente, llegando a establecerse y conocerse como la Doctrina de Seguridad Nacional (producto del Acta que le dio su nombre) o del “enemigo interno”.

Tal filosofía geopolítica, sirvió a los Estados Unidos para arremeter contra la soberanía de las naciones en el marco de la Guerra Fría. Es decir, que detrás de la construcción de bases militares de Estados Unidos y del programa de asistencia extranjera (Plan Marshall), estaba la estrategia de la contención del comunismo y de cualquier ideología contraria al pensamiento hegemónico estadounidense.

Esta filosofía se enunció por primera vez en un artículo publicado en julio de 1947 en Foreign Affairs, titulado “La fuente de la conducta soviética” y firmado por “X” (George Kennan).

Lo anterior se refería a la necesidad de que Estados Unidos asegurara “una contención paciente pero firme y vigilante de las tendencias expansionistas de Rusia, mediante una diestra y vigilante aplicación de contra fuerzas en una serie de puntos geográficos y políticos que cambien de lugar constantemente”. (Johnson, 2001, p. 704)

Este conjunto de ideas políticas sustentadas por el grupo de mando hegemónico estadounidense desde 1948 dio origen a la creación de organismos como la Organización de Estados Americanos (OEA) y la firma del Tratado Interamericano de Asistencia Recíproca (TIAR), entre otros multilaterales, que sirvieron de instrumentos para proyectar a nivel mundial la “Doctrina de Seguridad Nacional” de Harry Truman en su cruzada incesante para combatir la subversión, contener el comunismo, perseguir y eliminar al “enemigo nacional” que no comulgara con la imposición de su modo de pensar.

En 1967 el secretario de Defensa de ese país fijó como objetivo principal para Latinoamérica, el desarrollo de fuerzas militares y paramilitares locales, para resguardar la seguridad interna ante el peligro del “avance rojo”, refiriéndose al socialismo.

Esta política de seguridad interna se puso en marcha en los países del cono sur a través de una estrategia conocida como Operación Cóndor, que, básicamente, consistió en intervenir ideológicamente a ejércitos nacionales, con el fin de detener a los movimientos de liberación nacional en sus países, pasándole por encima a los derechos humanos y apoyando férreas dictaduras militares.

En el contexto de la Operación Cóndor, Estados Unidos, a través del Comando Sur, creó en Panamá la Escuela de las Américas, una institución militar donde formaron y entrenaron oficiales de los ejércitos de la región. Se dice que en esta escuela los oficiales aprendieron cómo torturar y eliminar físicamente a personas comunistas, sospechosas de serlo y a todo aquel que tuviera ideas nacionalistas.

Esta concepción de seguridad, se vuelve hegemónica a finales de los años 80, en virtud de la nueva situación histórica que implicó la desaparición del “Socialismo Real” en Europa del Este y la desintegración de la Unión Soviética. Hecho histórico que pensadores de occidente como Francis Fukuyama aprovechan para presentar teorías que dejan sin alternativa referencial a los movimientos de la izquierda mundial6.

La Estrategia de Seguridad Nacional de Comprometimiento y Expansión

Así se dio por concluida la “guerra fría” que trajo como resultado que el pretexto de la lucha contra el comunismo y la amenaza extra continental desaparecieran de golpe, por lo que la década de los 90 del pasado siglo XX marcó el nuevo proceso de reformulación del “Sistema Interamericano”, en general, y la “Seguridad Hemisférica”, en particular, que llega hasta nuestros días.

En el contexto de esta Seguridad Hemisférica, los Estados Unidos proponen “la reducción de los Ejércitos y la conversión paulatina de éstos en policías”, bajo tutela de la “Escuela de las Américas” todavía en el marco de la Doctrina de Seguridad Nacional de 1947.

Estados Unidos y la OEA sin un “enemigo” que sirviera de fundamento para las concepciones de Seguridad Hemisférica imperantes hasta ese momento, dieron inicio al reordenamiento del Sistema Interamericano en el que no dejaba de estar presente la aplicación del Tratado de Libre Comercio de Norteamérica (TLC), su proyectada Área de Libre Comercio para las Américas (ALCA) y la reformulación de los conceptos de seguridad dentro de la OEA, en función de prevenir los movimientos sociales y políticos opuestos a este proyecto en la región.

Los centros de poder, marcados por la unipolaridad buscan descifrar un “nuevo enemigo” para justificar sus abultados presupuestos, gastos en materia de seguridad y las apetencias de las cada vez mas poderosas recién inauguradas “cooperativas y contratistas de seguridad”, de las transnacionales y del complejo militar industrial estadounidense.

Es entonces cuando en la Cumbre de las Américas (Miami 1994), los Estados Unidos elaboran la denominada “Estrategia de Seguridad Nacional de Comprometimiento y Expansión”, publicada en febrero de 1995, que definía claramente el rumbo de la política exterior de la Casa Blanca en relación con América Latina:

Creación del ALCA, haciendo énfasis en las “bondades” del libre comercio y la aplicación de las recetas de corte neoliberal cuyos negativos resultados hoy podemos apreciar.

Expansión de la democracia representativa

Instrumentación de una estrecha cooperación regional en la lucha contra el narcotráfico, por representar una seria amenaza a la democracia y la seguridad.
Control civil en los asuntos de la defensa.

Reestructuración del Sistema Interamericano de Seguridad, en particular de la OEA.

La Doctrina de Seguridad Democrática

En este contexto se define una nueva doctrina, aún con el enemigo difuso: la Doctrina de Seguridad Democrática, que básicamente amplía la brecha entre los que tienen seguridad, dinero y oportunidades y los que carecen de esos mismos elementos.

La Doctrina de Seguridad Democrática cambia con la ubicación geográfica y con la condición social de los usuarios, se tiende a privilegiar lo urbano sobre lo rural y al rico sobre el pobre.

Tampoco hay igualdad en la protección que brinda la fuerza pública a la ciudadanía, lo cual es más preocupante todavía. Un excesivo número de soldados, policías y agentes están asignados a la custodia de dignatarios, despachos oficiales, infraestructura de uso privado y grandes núcleos urbanos, a tiempo que en el campo y en las barriadas populares, son raras las patrullas policiales.

Estrategia de Seguridad Nacional para el Siglo XXI

En mayo del 1997 la administración del presidente Clinton promovió una actualización de la Estrategia de Seguridad Nacional vigente, denominándola “Estrategia de Seguridad Nacional para el Siglo XXI” que centraba el análisis regional en los siguientes elementos:

Avance en la cooperación regional de varias formas, medidas para fomentar la confianza y la seguridad, ejercicios e intercambios con militares claves y funcionarios de los Ministerios de Defensa latinoamericanos.

Afirmación de que las principales preocupaciones de seguridad en el hemisferio son de naturaleza transnacional: el tráfico de drogas, el crimen organizado, el lavado de dinero, la migración ilegal y la inestabilidad, generadas por la corrupción y los conflictos políticos o sociales.

Doctrina de Guerra Preventiva

A partir de los sucesos ocurridos el 11 de septiembre de 2001, en la ciudad de Nueva York, con el derribo de las Torres Gemelas, el presidente George W. Bush define la Doctrina de la Guerra Preventiva, a través del Patriot Act e identifica el “nuevo enemigo” para la seguridad de Estados Unidos9.

En este contexto, la lucha contra el terrorismo sustituye a la filosofía geopolítica de contención del comunismo y en su versión del “enemigo interno” es la misma que la de la Seguridad Democrática. Por ello, Estados Unidos redefine su Estrategia Militar10 en marzo de 2006 (NSS), donde señala directamente a algunos países que, (según su visión hegemónica e imperial) “representan desafíos a la estabilidad de la comunidad internacional y atentan contra la seguridad de los Estados Unidos”.

Por ejemplo, de los siete conflictos regionales de interés que cita el referido documento, tres están en América Latina y el Caribe, señalando directamente a Cuba, Bolivia, Colombia y Venezuela.

Afirma además que:

(…) el gobierno de los Estados Unidos de Norteamérica esta decidido a actuar para evitar la combinación peligrosa de regímenes autoritarios y contestatarios dotados de grandes recursos petroleros y gasíferos (…) la estructura de defensa de los Estados Unidos se está preparando para actuar contra amenazas disruptivas (…) hay que tener una estrecha supervisión sobre las actividades políticas, económicas y militares de China con algunos países de la región, y de manera directa o indirecta países en los cuales sus regímenes (Venezuela, Cuba y Bolivia) son hostiles a los Estados Unidos o situaciones en las cuales la corrupción, la debilidad institucional o las tensiones internas hacen vulnerable la democracia.

Cabe destacar que la aplicación de esta Doctrina de Guerra Preventiva fue ampliamente cuestionada durante la campaña por la presidencia de los Estados Unidos por parte del candidato demócrata Barack Obama, quien resultó electo en 2009. Para los analistas más radicales, la llegada de Obama a la presidencia de la potencia mas fuerte del mundo, no significa otra cosa que el continuismo de los intereses del “complejo militar industrial estadounidense”; para otros, los más conservadores, Obama representa un cambio.

El “soft power”, poder blando o “democracia lìquida”

Abdennur Prado, en su artículo publicado en la web Rebelión, afirma que:

(…) Obama es un pragmático que despierta ilusiones para sus propios fines. Es un gran político. (…) Cuando las “cualidades rudas” ( Bush o el hard power ) han colapsado el sistema, se hace necesario apelar a las “cualidades delicadas” (Obama o el soft power ) para desatascarlo. (…) El discurso subyaciente es el de el supremacismo norte americano. (…) Pero no nos engañemos: Obama no es el cambio, ni va a paralizar los planes de dominio planetario. Obama es el actor que garantiza la continuidad del Nuevo Siglo Americano. Obama y Bush están del mismo lado.

El escritor norteamericano Webster Tarpley, autor del libro “Obama, the Postmodern Coup, The Making of the Manchurian Candidate”, realizó un interesante análisis acerca del entorno del entonces candidato demócrata:

Entre los que se mueven detrás de Obama se encuentra Joseph S. Nye, quien representa al Grupo Bilderberg y es Director para América del Norte de la Comisión Trilateral, y Brzezisnki, que forma parte de la misma. El primero ha escrito libros sobre el soft power, que es de lo que habla Obama. Ellos afirman que no se necesitan invasiones militares, sino subversión ideológica, guerras culturales y diplomacia; que lo que se necesita es dividir al enemigo para conquistarlo. Otros que lo apoyan, desde estas mismas posiciones son la Ford Foundation, el Council of Foreign Relations, y la llamada Escuela Económica de Chicago.

El "soft power" (o la "democracia líquida"), que predican instituciones globalistas como la Ford Foundation, el Center for Strategic & International Studies (CSIS)13 o el Open Society Institute de George Soros14 serán presentados como la "democracia" y el "cambio" que piden los pueblos y Obama vendría a satisfacer.

En un ensayo de James Traub publicado el 4 de noviembre de 2007 en "The New York Times Magazine, titulado: "Is (His) Biography (Our) Destiny?", exactamente un año ante de las elecciones que llevaron a Barack Obama a la presidencia de los Estados Unidos, puede leerse una entrevista realizada a Joseph S. Nye, un profesor de Harvard considerado, según encuesta del 2005, como uno de los diez académicos norteamericanos más influyentes en el área de las relaciones internacionales.

Nye también ocupó altos cargos en las administraciones de Carter y Clinton, y es el creador de las "teorías del poder suave e inteligente", corceles de batalla de la administración Obama y panacea universal para resolver los problemas de Estados Unidos en sus relaciones con el resto del mundo, según se ha conocido.

Aquellas declaraciones de Joseph Nye arrojan luz sobre lo que podrá esperarse de una presidencia, como la actual, al identificar la filosofía política que yace tras los exitosos discursos y las declaraciones de un político como Barack Obama, mesurado y lúcido a la hora de entender y saber usar la fuerza de las ideas y los símbolos para defender y promover los intereses de su país.

Declaró entonces Nye:

Obama como presidente podrá hacer más por el soft power de los Estados Unidos en el mundo, que lo que hayamos podido hacer antes (…) Sentimos que él puede ayudarnos a transformar la manera en que los Estados Unidos tratan con el mundo. (idem, s/p)

Con toda franqueza, a nadie preocuparía la sintonía de las ideas de Nye con las de Barack Obama, siempre que estas no simplifiquen el análisis de las complejidades del mundo contemporáneo, ni caigan en la tentación de intentar resolver los problemas globales mediante misiles inteligentes, cárceles secretas y guerras preventivas, tan del gusto del clan neoconservador que dominó las decisiones de la administración saliente.

Pero en la biografía del propio Nye aparecen dos renglones que obligan a la reflexión, y que hacen que nos detengamos a hurgar en las entretelas y los significados de dicha coincidencia: Nye no solo ha sido un exitoso profesor universitario y una destacada figura pública de dos gobiernos demócratas, sino también es el actual vicepresidente norteamericano de la Comisión Trilateral, un grupo privado, sumamente influyente, que une a empresarios de su país, Canadá y Europa, fundado en 1947 por Nelson Rockefeller, casualmente, el mismo año en que se considera dio inicio la Guerra Fría.

Y por si fuera poco, también pertenece al Grupo Bilderberg, una elite de 130 empresarios, políticos y dueños de grandes medios de comunicación de todo el mundo, que se reúne cada año en secreto, para determinar estrategias comunes ante los problemas del planeta.

¿Acaso no es motivo de preocupación que detrás del adalid del "cambio estadounidense" esté una teoría diseñada por uno de los adalides de la conservación de los privilegios, las enormes ganancias, y la hegemonía de un puñado de naciones y empresas sobre el resto del mundo, precisamente mucho de lo que se nos ha hecho entender que debe ser cambiado?

Con esto se evidencia el entorno ideológico del actual presidente estadounidense y su alegada supeditación a figuras como Joseph Nye, Zbigniew Brzezinski y George Soros, todos vinculados a poderosos círculos preocupados por los retrocesos en el liderazgo global norteamericano, y defensores de un replanteamiento radical en los métodos de política interior y exterior de la nación.

En el terreno militar, no se vislumbra un cambio radical en la orientación de las políticas en marcha, con reducir las tropas en Irak y enviarlas a Afganistán, no se resuelve el problema. Creemos que la Doctrina ha sido remozada, el imperialismo retocado y la estrategia militar estadounidense sigue siendo la misma.

Menry R. Fernández Pereira

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El hacha no mata a la serpiente

Reflexiones sobre ETA y el Estado

“Pero la mayor ambición de lo espectacular integrado sigue siendo que los agentes secretos se hagan revolucionarios y que los revolucionarios se hagan agentes secretos”. (Guy Debord)

Cámara, luces… ¡acción! El espectáculo ha comenzado.

En la audiencia nacional se juzga esta semana a los etarras que asesinaron a Miguel Ángel Blanco, concejal del PP de Ermua, hace nueve años. Todos recordamos aquellos dramáticas horas. Su secuestro y posterior asesinato conmocionaron al país. Ahora se juzga a quienes apretaron el gatillo acabando con su vida. Pero, ¿quién juzgará a aquellos que realmente se hallan detrás de ese crimen? No serán juzgados nunca. El Estado jamás se juzgará a sí mismo. Porque ETA no es más que un apéndice del Estado.

¡Infamia! ¿Cómo alguien puede afirmar algo así?

Lo afirmo y además trataré de argumentarlo.

No me propongo con este panfleto desvelar toda la realidad que se oculta tras el terrorismo espectacular, tan sólo pretendo dejar unas reflexiones que quizás puedan ser de utilidad para alguien. No aportaré pruebas concluyentes, ni citaré documentos clasificados, ni siquiera tengo fuentes en los servicios secretos. No me hacen falta, no soy un periodista. Me basta con atreverme a observar la realidad más allá de las anteojeras que nos ponen para que no veamos otra cosa que la senda que debemos seguir. Porque la realidad, aunque oculta, está siempre ahí, sólo hace falta pasarle el plumero y quitar la capa de mierda que la cubre, entonces podremos pensarla y pensarla es el primer paso para superarla.

Es bien conocido que el Estado ha infiltrado a lo largo de los años a varios de sus agentes en ETA. Nadie podrá poner esta afirmación en duda. Si esto es así no podemos llegar a otra conclusión que no sea la de afirmar con rotundidad que ETA está controlada por los servicios secretos del Estado. Gianfranco Sanguinetti demostró en su panfleto Sobre el Terrorismo y el Estado cómo la ideología de los grupos terroristas, con su estructura jerárquica y militarizada, hace relativamente sencillo que cualquier agente secreto infiltrado pueda escalar en un plazo breve hasta la cúpula de la organización. Una vez en la cúspide de la pirámide es el Estado el que dirige los movimientos de los terroristas, no siendo los militantes más que marionetas obedientes a los intereses del Estado, aunque ellos jamás lleguen a sospecharlo. Nada más fácil de controlar que una organización secreta y cerrada a sí misma, tan secreta y tan cerrada que llega a serlo hasta para sus propios integrantes que sólo conocen aquello que la organización les dice que deben conocer. La clandestinidad sólo favorece a quien mejor se mueve en ella y no hay duda que el Estado tiene en ese aspecto una considerable ventaja, pues nada hay más oscuro que los intereses de Estado.

Que son los servicios secretos los que mueven los hilos de ETA es algo evidente para todos, incluidos los más fervientes voceros del poder, los periodistas. Hace pocos días se discutía la negociación entre ETA y el Estado en uno de esos programas de “debate” en los que no se debate nada. El periodista Fernando Jáuregui contó un chiste que circula entre los periodistas sobre la posibilidad de que cuando se sienten a negociar los dirigentes etarras y los representantes del gobierno todos ellos trabajen para el mismo patrón.

¿Un desliz de un veterano periodista o la prueba de que da igual lo que se diga porque el grado de sumisión es tal que ya nada puede hacerse frente a la verdad del poder?

En cualquier caso, maldita la gracia que nos hacen sus chistes y malditos su cinismo e hipocresía.

El terrorismo espectacular lleva copando las portadas de los periódicos muchos años y ya sabemos que en esta sociedad lo que los mass media dicen que es la realidad es necesariamente la realidad. Así, ETA ha jugado durante muchos años el útil papel de enemigo total y absoluto de la sociedad, complemento necesario de un Estado que se presenta entonces como el garante de la libertad, la paz y el orden.

“Frente a un terrorismo presentado siempre como el mal absoluto, el mal en sí y para sí, todos los males, mucho más reales, pasan a segundo plano, y sobre todo deben ser olvidados: ya que la lucha contra el terrorismo coincide con el interés común, es ya el bien general, y el Estado que la lleva generosamente es el bien en sí y para sí. Sin la maldad del diablo, la infinita bondad de Dios no podía aparecer y ser apreciada como se debe”. (Sanguinetti)

La supervivencia del Estado hizo necesaria la existencia del terrorismo.

Fue en los años de la llamada transición cuando más útil fue el terrorismo etarra para los intereses del Estado, pudiendo presentar de este modo una elección maniquea: o conmigo o con ellos. O el Estado o el Terrorismo. El objetivo claro era ocultar al verdadero enemigo –la organización de los obreros en asambleas autónomas– por medio de un falso enemigo espectacular –el terrorismo– y obligar a todos a tomar partido por el Estado bajo la amenaza de ese terrorismo. El movimiento asambleario fue derrotado por ésta y otras estrategias, pero el terrorismo no desapareció. Seguía siendo útil para fomentar la unidad de “todos los españoles de bien” en torno al nuevo Estado. Tan útil como también lo era la amenaza de la extrema derecha. Cualquier problema real queda siempre eclipsado por el problema ficticio del terrorismo. Ya lo dicen las encuestas y éstas nunca mienten, no porque sean un método científico de medir la opinión, sino por todo lo contrario, porque son un método científico y racional de inducir una opinión, la opinión que interesa que exista, la única permitida.

Todos los problemas reales que nos afectan pasan a ser secundarios frente al falso problema del terrorismo y quien trate de poner en su justo lugar esos problemas para tratar, si no de resolverlos, al menos de nombrarlos, se encontrará con la poderosa maquinaria estatal. La amenaza del terrorismo espectacular permite al Estado disponer de unas auténticas leyes de excepción que son empleadas contra cualquiera que saque los pies del tiesto. Cualquier acción que se atreva a nombrar al enemigo para bien combatirlo será inmediatamente asociada al terrorismo. Un sabotaje contra las obras del TAV, una acción contra una empresa inmobiliaria, hasta una okupación o una manifestación que se atreva a salirse de los cauces permitidos, todas estas acciones pueden ser fácilmente asociadas por el Estado y sus lacayos, los periodistas, con ETA y su “entorno”, se las mete en el mismo saco que al terrorismo espectacular y se desata la campaña de represión. De ahí la obsesión de alguno de los “grandes hombres de Estado”, como el repugnante ex-ministro del Interior Mayor Oreja, por relacionar a cualquier disidente con ETA. Sin embargo, a la hora de firmar convenios de extradición por causas de terrorismo con otros países europeos no hablaba de ETA, sino de los movimientos radicales y antiglobalización, ¿sería porque en Europa nadie se creía sus cuentos chinos o quizás es que allí no necesitaba ocultar la represión tras el pararrayos del terrorismo etarra?

El Estado se ampara en la ley antiterrorista, la forma más visible del «estado de excepción» en el que siempre hemos vivido (Benjamin), para combatir a sus enemigos reales, aquellos que se atreven a cuestionar esta realidad y tratan de cambiarla. Pero tampoco seamos ilusos, antes que nada se trata de un mecanismo preventivo, no hay ningún fantasma que exorcizar, tan sólo se pasa la escoba de vez en cuando para evitar que se acumule demasiado el polvo.

En todo caso esta táctica eficaz y sencilla tiene la ventaja no sólo de que se acaba de un plumazo con cualquier tentativa de recuperación de la contestación por la vía de la represión dura y contundente, sino que además logra el apoyo entusiasta de la mayor parte de la población, que azuzada por los medios de comunicación verá actos de terrorismo hasta en los destrozos provocados en la celebración de un título de la liga de fútbol. El miedo es un evidente mecanismo de control social y cuando se esgrime día tras día la amenaza del terrorismo cualquiera puede ver un terrorista hasta en la abuela que vive en el piso de arriba, sólo hace falta un poco de imaginación y la colaboración necesaria de los plumíferos a sueldo del poder.

En los últimos meses la cuestión del terrorismo está más candente que nunca debido al revuelo ocasionado con la declaración de alto al fuego de ETA y el comienzo de un proceso de negociación entre el gobierno socialista y ETA. Ambas partes afirman su voluntad de acabar con el conflicto.

¿Qué conflicto?

Lo que se está produciendo en estos momentos es el desmantelamiento de un apéndice del Estado. Se rompe el consenso anti-terrorista ladran los voceros del poder, el consenso terrorista habría que decir.

¿Cuáles son las razones de este desmantelamiento?

Si tuviésemos fe en que los políticos pueden conservar algo de ética y moralidad, podríamos pensar que Zapatero al llegar a la Moncloa y meter por primera vez la nariz en las cloacas del Estado sufrió un shock que le decidió a darles una buena limpieza, acabando con ese negociado estatal llamado ETA.

Ojalá. No soy tan iluso, aunque me gustaría serlo.

Podría tratarse de cuestiones funcionales, ETA ya no es útil, la sociedad está lo suficientemente domesticada como para que ya no sea necesario esgrimir la amenaza del terrorismo para mantener la ficción o tal vez el papel que jugaba ETA ha pasado a desempeñarlo mucho mejor el terrorismo islamista, especialmente después del turbio y criminal atentado del 11-M. Las razones del poder nunca aparecen transparentes hasta que ya es demasiado tarde para que su esclarecimiento pueda tener importancia y si no recordemos Piazza Fontana y como, a pesar de que con los años se ha demostrado que ese crimen fue obra de los servicios secretos italianos, nadie cuestionó nada y la vida siguió girando en la feliz Italia.

“El espectáculo organiza con maestría la ignorancia acerca de lo que está pasando, y acto seguido el olvido de cuanto a pesar de todo acaso se haya llegado a saber. Lo más importante es lo más oculto”. (Debord)

En cualquier caso, es evidente que la desaparición de ETA debe relacionarse con el proyecto de reorganización del Estado que se está llevando a cabo y que tiene por objeto la “modernización y democratización” de un Estado demasiado ligado aún a las arcaicas estructuras de poder heredadas del Franquismo, útiles en su momento, pero que hoy suponen una traba, al menos para una parte de la clase política y empresarial, si bien para otra son la base sobre la que se apoya, de ahí su empeño en negarse a “negociar” con ETA. En todo caso, todos debemos alegrarnos de la inminente desaparición de ETA, pero jamás debemos cesar de combatir las ilusiones, tanto sobre el papel que siempre ha jugado ETA como sobre las posibilidades y expectativas que se abren con su desaparición.

Quien quiera escuchar mis razones aquí las he expuesto y quien pueda rebatirme que lo haga, pero que nadie se escude en el silencio.

(mas...)

Andrés Devesa

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A PROPÓSITO DE LA SOCIEDAD OVEJUNA

Oídme bien, abrid bien esas orejotas lanudas: cuando el Estado os garantiza las pensiones o el seguro del paro, con esa suficiencia suya tan insultante, como si os hiciera un favor, no está más que cumpliendo con su cometido, puesto que para eso os pasáis cotizando toda la vida.

¡La garantía de vuestra seguridad es lo mínimo que podéis exigirle al Estado y a la casta parasitaria que en los últimos tiempos se ha encaramado a él como una viscosa garrapata!

Atended, que el futuro de vuestros hijos y el vuestro propio está en juego: los tributos recaudados por los Estados modernos no tienen parangón en la historia; nunca antes se había producido tanto y nunca antes se había acumulado tanta riqueza en el Estado. Los tesoros del Estado han superado en número y brillo los sueños más húmedos de los tíos Gilitos de antaño, así que empezad a preguntaros por qué razón el bienestar colectivo sufre un jaque cuando el Estado lleva décadas expoliando y engordando incluso a base de sangre de civiles en remotos parajes.

La casta que se ha encaramado al Estado, como una sanguijuela a un pellejo, además de cobrar por su labor pública, incrementa sus ganancias con paralelos negocios privados: más de 200 diputados de los menos de 300 que copan el parlamento español se aprovechan de la influencia de su puesto para ganar dinero por otras vías ajenas a su labor funcionarial. Enteráos de una puta vez, que os pasáis la vida embobados con los héroes de papel cuché que el Estado camello os vende como opiáceo.

El Estado no es vuestro padre ni vuestro patrón. Por el contrario, sois vosotros los que tenéis por principio el control sobre el Estado: el Estado está para serviros, no para que vosotros sirváis a la caterva de demagogos que han usurpado el espacio público que constituye su razón de ser. Al Estado lo mantenéis vosotros con vuestro trabajo, e incluso los que no trabajáis contribuís a su mantenimiento con el pago de impuestos, tanto directos como indirectos, luego todos tenéis el derecho y la responsabilidad de exigirle al Estado un escrupuloso respeto a aquello que se dio en llamar res pública:

¡el Estado no puede ser un instrumento en manos de privatizadoras oligarquías de poder!

Si el Estado va a comportarse como una ramera que os exige dinero y más dinero a cambio de sus servicios mientras la casta parasitaria de la partitocracia se acuesta con ella de balde, y hasta le roba el dinero que vosotros le disteis, para pagar sus deudas al dueño del burdel ($), entonces, maldita sea, el Estado ha perdido toda legitimidad moral y en consecuencia no podéis menos que exigir, de inmediato, un cambio tanto en la forma como en la gestión de ese Estado.

LLegado el fin de semana, como ovejitas obedientes, os metéis en la granja calentita de la televisión con que os hipnotiza el Estado, cansados de haberos dejado el pellejo produciendo para ese explotador que especialmente a los autónomos os reclama en ocasiones la mitad de las ganancias. Como ovejitas sumisas, os dejáis esquilmar por vuestro patrón paternal, el que os promete aquello que deberíais exigirle como derecho incondicional: vuestra seguridad social, ¡pues para eso le pagáis, para eso cumplís un horario laboral, para eso compartís con la Hacienda pública, esa vampira, vuestro sueldo!

Aquello que el Estado, o, más correctamente, sus usurpadores, los vividores de los partidos políticos, os ofrecen como limosna extraordinaria, no es sino lo que precisamente por deber de Estado tienen que garantizaros en todo momento: cuando los oligarcas salen a la palestra mediática, sonrientes, condescendientes, y se ponen una medalla por aseguraros una cobertura social relativamente fiable, ¡no están haciendo otra cosa que lo que su sueldo exige!

Vosotros, europeos modernos, idólatras del Estado, como antes lo eráis de vuestro tiránico dios judeocristiano, le suplicáis al Estado y a la aristocracia de los partidos que han emponzoñado la propia naturaleza del principio de Estado que no os abandone, que no os entregue a la deriva de las crisis, que se suceden una tras otra, mientras las cotorras de los medios de comunicación defienden y exculpan a esos partidos políticos que groseramente identifican con el Estado.

¡El Estado sois vosotros! ¡Vosotros sois el rebaño y no el que lleva el cayado! Si vosotros dejáis de balar al unísono, al que lleva el cayado no le vale de nada amenazaros con un golpe, ni siquiera con la esquila. El Estado es la superestructura jurídico-política de la sociedad que vosotros constituís, y no un templo donde adorar a los dioses de los políticos. Ellos deben ser servidores del bien público, y no una aristrocracia de extorsionadores. Ellos comen con vuestros impuestos. Y saben que lo harán siempre a menos que sus superiores decidan lo contrario:

¡entended, pues, que es por esto último que nunca contrariarán a sus superiores, y en consecuencia, nunca defenderán vuestros intereses, los del pueblo, puesto que son clanes y no organizaciones democráticas!

Qué falacia, ovejitas rebañiegas, pensar, decir, afirmar, creer, defender, que los partidos representan la diversidad de tendencias ideológicas de la sociedad.

¿No veis, ovejitas, que el único ideario que defienden es el que le dictan los dueños del $?

¿No veis que siempre que, por su reiterada negligencia, estalla una crisis, os recortan derechos y aún os exijen que os echéis en sus brazos con la confianza de superar la adversidad?

¿Vais a soportar, pacientes y sumisos como ovejas trasquiladas, que la casta parasitaria, los monaguillos de la Banca, continúen expoliándoos mientras os arrojan el pienso de los más burdos divertimentos?

¿Vais a contentaros con ver algún culito en la televisión y una pelotita o baloncito o cochecito que va de un lado al otro de la pantalla mientras los fariseos que han tomado el templo del Estado hipotecan las vidas de vuestros hijos y las vuestras propias y además se ríen en vuestra cara y os echan como limosna unas monedas de garantía social que vosotros mismos, previamente, les habíais dado?

Pensadlo, porque desde hace más de 50 años sois una sociedad ovejuna.

Tragasteis la bilis del fascismo y ahora soportáis los esputos del $.

¿Hasta cuándo vais los españoles a seguir inclinándoos de espaldas al falo de la Autoridad?

mabuse

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HABLANDO EN PLATA

Os voy a hablar claro, españoles: la mayor parte de vosotros sois una caterva de hijos de puta que no os ocupáis ni un minuto en vuestro prójimo, excepto cuando lo envidiáis. Y sólo unos pocos sois gente de bien.

Por eso, los gobiernos mantienen el garrote en una mano mientras, con la ley en la otra, os esquilman como a siervos. Y es así, porque no entendéis otro lenguaje, ni respetáis otro derecho, que el respaldado por la coerción o por la fuerza bruta.

Como confundís la libertad política con la económica, y el derecho a deponer a vuestros gobernantes con el “pásalo” en un SMS; como cualquier mérito intelectual os resbala y no reconocéis más valor que el que otorga el dinero; como confundís el libre albedrío con el desmadre del botellón, las baladronadas, el sexo ligero y el fútbol, que sólo con eso ya estáis más contentos que los curados de la gripe porcina; como, en vez de la sensatez de las ideas y la razón, preferís los mezquinos sentimientos, los símbolos excluyentes y las sobrevaloradas tradiciones pueblerinas; como cambiáis de opinión en lo político, en lo social y en lo económico como girasoles en un eclipse, y siempre en función de vuestros coyunturales intereses; como sois, en fin, así de cutres, os merecéis la clase política que os gobierna, que os engaña y os chulea, y ante cuyos excesos sólo os cabe cambiar cada cuatro años al proxeneta que venda vuestros culos, que suele ser siempre peor que el anterior, porque sabe que vuestra única alternativa es el chulo cesante, que será aún peor cuando regrese en consuetudinaria alternancia; y porque sabe que, en este proceso iterativo, vuestro culo vale cada vez menos.

Los políticos son y están obligados a ser siempre amorales porque, de no serlo, no llegarían al poder, y de llegar, lo perderían ipso-facto; y también son amorales porque no es gente honrada la que deseáis que os lidere y dirija vuestro destino, sino la chusma ésa, carne de juzgado, cuyo rostro, gestos y palabras apenas pueden ocultar el oportunismo, la indecencia y lo temporal de sus intereses personales, que siempre acaban por confundir con los de la cosa pública.

No es extraño que súbditos y políticos sean esclavos y lacayos, respectivamente, del poder financiero mammonista, infinitamente más inteligente, organizado y despiadado, que sojuzga a unos y a otros mediante el arma inagotable del crédito a interés, esa monstruosidad que todos habéis asumido y disfrutado en tiempos de vacas gordas de modo manifiestamente irresponsable, infantil e interesado, y ante el que ahora os sentís más asustados que novicias tras incierto corte de la regla.

Ahora que los excesos del mammonismo oligárquico financiero podrían poner en riesgo su autoridad y su absoluto control social, no duda éste en utilizar a los entrampados e insolventes partidos en el Gobierno y en la oposición para aprobar leyes injustas que ensanchan aún más el abismo entre los ricos y los explotados; y en emplear la coerción legal, la fuerza bruta o una pandemia de diseño vírico-alarmista para la represión de los descontentos y los desesperados. Y saben que pueden obrar así porque sois cobardes, débiles, inconstantes y emocionalmente inestables.

Que hasta cuando reaccionáis, como en las manifestaciones contra Bolonia, lo hacéis blandamente y se os ve más fuera de lugar que a las serpentinas en Semana Santa.

Por pura cobardía, no queréis daros por enterados de que España está administrada en realidad por una élite despótica, linajudo-financiera, convencida de que la civilización no es cosa de las masas, sino de quien las dirige. Una élite que os desprecia, sojuzga y explota, aunque se hagan retratar yendo a votar, como unos ciudadanos más; personajes que son capaces de mandar ejecutar sin piedad a quien se atraviese en su camino perfectamente trazado, mientras gritan hipócritamente:

“¡Libertad, igualdad, fraternidad!”

Pero ¿cómo van a creerse iguales que vosotros, si están infinitamente más formados, son más inteligentes, tienen más carácter y son mucho más decididos?

¿Cómo van a concederos la libertad si no sois capaces de organizaros para luchar por ella, si es que la llegáis a querer siquiera?

¿Cómo van a sentiros hermanos suyos si lo que les parecéis es bestias de tiro?

El mal de esta sociedad ovejuna es su falta de formación y su pereza para corregirla. Y ese mismo mal se extiende a los enlistados que los partidos extraen de entre los más sumisos del pueblo, y que son tiparracos con la misma avidez de notoriedad de las putas novatas.

Razonad, cojones: Si para volar un aeroplano con 250 personas a bordo de un aeropuerto a otro se exige un título de comandante de aeronave y miles de horas de vuelo, ¿cómo es posible que para conducir los destinos de 45 millones de personas no haga falta ninguna clase de preparación?

¿Qué pensáis que es la democracia, más allá de la tolerancia y el consenso, o, como mucho, la imposición del criterio de la mayoría a las minorías?

¿Acaso no veis que el derecho a la democracia, como el derecho a ser padre, se tiene que adquirir con una cierta mínima formación personal, sabiendo al menos qué es y qué no es la democracia, y exigiéndola luego íntegra, sin tolerar un no por respuesta?

Como de vosotros depende, la III República Española, que tendría que resultar de la consciencia, del esfuerzo y del sacrificio de todos los españoles, no será nunca; o peor: será falsa y estará dominada por las mismas castas de siempre.

Porque, si no es en una democracia real cuyo control sea asumido cabalmente por todos los españoles, la facultad de elegir a los responsables del Gobierno y del Legislativo de la nación no es más que un señuelo para que el verdadero poder, mediante el uso de los medios formadores de opinión de que es propietario, los designe por vosotros, escogiendo a aquellos que son más corrompibles por su debilidad, por su ambición política, y por su codicia, herramientas éstas suficientes para controlar su voluntad y abortar cualquier atisbo de libertad del pueblo, porque ¡siempre sale más barato comprar que rogar!

No habrá, pues, ningún cambio político y social si no arranca desde miles o hasta millones de cambios personales que transformen a este pueblo lanar, más asiduo de la basura que el borde de una empanada, en una horda de hombres libres, guerrilleros peligrosos, a los que ya no sea posible engañar ni someter nunca más.

Pero habré de terminar, y bien que lo siento, hablando tan claro como empecé: eso no va a sucederos jamás.

MALDITO HIJO DE PERRA

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La fabricación de pandemias

Cómo y para qué se fabricó la gripe porcina

El rol del Pentágono y los laboratorios

Con la aparición cíclica de pandemias detonadas por la inseminación de virus patógenos en poblaciones civiles, se genera una campaña simultánea de "terror mediático" (con pánico e incertidumbre social) ejecutada por las grandes cadenas informativas internacionales, la que activa a su vez una demanda comercial masiva de recursos y medicamentos para enfrentar la emergencia sanitaria, que moviliza paralelamente un multimillonario negocio capitalista a escala global. En esa línea funcional (verificable y comprobable) se inscribe la aparición de la gripe porcina que ya circula por los cinco continentes del planeta.

A la feroz manipulación mediática global con el "terror pandémico" de la fiebre porcina se agregan cada vez más, preguntas e hipótesis sobre el origen y posible utilización económica o política del virus patógeno, que van desde la lógica y el sentido común hasta teorías conspirativas de la más variada especie y procedencia.

Se habla, incluso, de distintas operaciones de "aprovechamiento" político y militar del virus cuyos objetivos van desde una "cortina de humo" para distraer la atención de la crisis global, hasta una estrategia para crear un "11-S biológico" que justifique nuevas invasiones y "guerras antiterroristas", un plan capitalista "malthusiano" para reducir la población pobre "sobrante" que no consume, o una maniobra comercial de los grandes laboratorios para generar demanda masiva de medicamentos y vacunas preventivas.

¿Que hay de verdad o de mentira en estas versiones?

En principio, y sobre la base de nuestras propias investigaciones, podemos concluir que todas las versiones (incluso las que el sistema llama "conspirativas" para descalificarlas) tienen una parte de verdad sobre el origen y el desarrollo de este fenómeno que ha copado las pantallas y los titulares de las grandes cadenas mediáticas internacionales.

De acuerdo con nuestra propia investigación, el actual proceso "pandémico" (en gestación) con la gripe porcina tiene vinculación con otros procesos donde los virus "recombinados" genéticamente en laboratorios fueron programados con la finalidad de lanzarlos eventualmente contra poblaciones humanas para generar terror, confusión e incertidumbre.

Si bien hay hipótesis válidas que sostienen que la aparición de los virus patógenos (que ya han causado millones de muertos en el siglo pasado y en el presente) como la fiebre española en 1918, la gripe Aviar o la gripe porcina, responden a causas emergentes de "contaminación industrial", también existe una fundada cantidad de investigaciones y de denuncias científicas que prueban que los virus son originalmente programados mediante manipulación genética en laboratorios militares.

video: Doctor Leonard Horowitz
explica quién creó esta pandemia


Hay un cúmulo de trabajos investigativos (esparcidos en la red y silenciados por la prensa del sistema) que demuestran que los virus inicialmente son utilizados para operaciones de exterminio en masa con la finalidad de control y de manipulación social de las poblaciones.

¿Pero con qué finalidad se realizan esas operaciones?

En primer lugar hay que precisar que las pandemias inducidas por manipulación genética responden a operaciones de control político y social ejecutadas por medio de agentes químicos o biológicos.

Como génesis funcional, el sistema capitalista imperial necesita dominar y controlar países y sociedades (por vía militar, política y social) para poder seguir generando rentabilidad y concentración de riqueza en pocas manos.

La guerra biológica o la guerra química , son parte indivisible de las guerra militar para controlar países y poblaciones. Todas a su vez, se sintetizan en la guerra psicológica para controlar y dominar la mente humana con fines del control político y social sin el uso de las armas (Guerra de Cuarta Generación).

La guerra biológica por medio de agentes genéticos orientados al exterminio masivo de poblaciones es un soporte activo de la guerra militar y de la guerra psicológica. Cuando está al servicio de la guerra psicológica, la guerra biológica se convierte en bioterrorismo, y cuando sirve a la guerra militar se convierte en operación de exterminio con uso de agentes biológicos.

Esta tesis es la que sostiene la teoría de que la creación y diseminación de los virus patógenos en poblaciones humanas respondieron inicialmente a objetivos militares. O sea que, y bajo el argumento de "defensa de la seguridad nacional", la manipulación genética y los programas de "recombinación" de virus fueron (y son realizadas) en laboratorios militares.

Las "guerras silenciosas" de exterminio poblacional por medio de agentes biológicos o químicos se originan dentro de los planes y estrategias del Pentágono para preservar la seguridad de EEUU, la potencia regente y dominante del sistema capitalista a escala global.

Y como vivimos dentro de un sistema capitalista centralizado por potencias hegemónicas (EEUU y las naciones centrales de Europa), los programas de exterminio en masa con epidemias salen originalmente de los laboratorios militares del Pentágono y de los sectores de biodefensa europeos, principalmente Gran Bretaña.

Bajo el argumento de "prevenir ataques enemigos" con armas químicas o biológicas, el Pentágono ha diseñado -desde el siglo pasado hasta aquí- diferenntes programas de investigación y experimentación con virus inyectados primero en organismos animales, y luego lanzados contra organismos humanos.

Los experimentos del Pentágono y de los NIH-National Institutes of Health (Institutos Nacionales de la Salud, de EEUU) con restos congelados del virusde la gripe española de 1918 vienen siendo denunciados en diversos informes científicos.

Rima E. Laibow, doctor en medicina, jefe de la Natural Solutions Foundation, un observatorio ciudadano que vigila la industria farmacéutica, afirma: "Nuestra mejor estimación de inteligencia es que la Gripe Aviar pandémica ya ha sido creada mediante ingeniería genética en los Estados Unidos, fusionando el genoma mortal de la Pandemia de 1918, mal llamada 'gripe española', con el ADN del virus inofensivo H5N1 en un medio de crecimiento de células del riñón humanas, según los Institutos Nacionales de la Salud y el fabricante de la vacuna. Algunos virólogos creen que esto aseguraría que el virus mutante artificial reconoce las células humanas y sabe invadirlas".

"El genoma de la pandemia de 1918, la llamada "gripe española", fue resucitado recientemente a propósito por el gobierno de los Estados Unidos a partir de un cadáver congelado que murió de la gripe en 1918 en Alaska. A causa de aquella resurrección, tanto la Gripe Aviar como su "vacuna" son ahora una amenaza significativa contra la salud pública", señala en un artículo el prestigioso analista F. William Engdahl que contribuye regularmente a publicaciones como el Nihon Keizai Shimbun de Japón, revista Foresight, Grant's Investor.com, European Banker and Business Banker International.

"El mismo Don Rumsfeld (ex secretario de Defensa de George W Bush) llegó a presidente y accionista principal la empresa farmacéutica de California Gilead Sciences Inc., que desarrolló y patentó el Tamiflu en 1996, primero como una medicina para el SIDA, más tarde como una vacuna para la Gripe Aviar H5N1", afirma

Pero si bien las pandemias tienen su origen en la manipulación genética militar orientada a construir armas biológicas para ser utilizadas con fines bélicos o de control social, fueron utilizadas luego para generar demandas masivas a la industria de la salud controlada por los grandes laboratorios de Europa y EEUU.

Aunque parezca macabro, todo lo que genera y organiza el sistema capitalista a escala global (a nivel militar, científico, político o social) se orienta generar condiciones de dominio y de control para extraer rentabilidad comercial.

B) El negocio capitalista con las pandemias

En este escenario dialéctico, se utilizan indistintamente desde conquistas militares, sometimiento de gobiernos civiles hasta pandemias, para el apoderamiento de mercados y comercialización de productos.

Y hay una prueba irrefutable: El costo y el impacto económico de la gripe porcina extendida como pandemia podría derivar en un descomunal macro negocio capitalista financiero con el salvataje de los países afectados que ya se vislumbra con el caso de México.

Todo lo que se destruye hay que "reconstruir", y todo lo que enferma hay que "curar", es la máxima que sigue siempre el sistema capitalista para arrancar rentabilidad tanto de las crisis económicas, como de las catástrofes, las epidemias y las guerras. "Si no hay guerra hay que inventarla para hacer negocios", es la máxima histórica de Rothschild, líder emblemático del sionismo financiero.

Ese axioma se extiende, por añadidura, a las pandemias donde -detrás del rostro humanitario de la "ayuda"- se monta un implacable negocio que sirve para reactivar ciclos parciales de la economía y la rentabilidad capitalista.

Las catástrofes y las pandemias -vale aclararlo- no solamente tienen un efecto en la salud, sino que además impactan en la economía por medio de los recursos financieros que se utilizan para erradicarla o del impacto que producen en todo el sistema económico.

Una crisis pandémica, una crisis económica o una guerra movilizan multimillonarios recursos financieros para enfrentarla.

La producción de vacunas y medicamentos para emergencias pandémicas es una empresa capitalista global en la que participan los gobiernos y las corporaciones privadas, en operaciones coordinadas por la OMS.

La directora de investigación para vacunas de la Organización Mundial de la Salud (OMS), Marie Paule Kieny, informó el viernes que en unas pocas semanas la industria farmacéutica dejará de producir vacunas contra la gripe estacional y se abocará a la producción de vacunas del nuevo virus A H1N1.

Además, desde la alarma creada hace unos años por una posible pandemia de gripe aviar, se establecieron planes de contingencia a nivel mundial y se construyeron instalaciones para la producción masiva de medicamentos.

Warren Buffet ,el segundo hombre más rico del mundo, informó este lunes que su conglomerado financiero, Berkshire, que genera casi la mitad de sus negocios en el área de seguros, consideraría ofrecer pólizas de seguro contra una potencial pandemia de gripe si se le paga lo suficiente.

"Podrían conseguir que redactemos una póliza sobre la potencial pandemia actual", dijo Buffett, aunque "puede que no les guste" la tarifa de Berkshire. "Se necesita a alguien con un verdadero sentido de las probabilidades" para redactar pólizas de esa naturaleza, declaró el emblemático gurú del lobby sionista neoyorquino.

"La pandemia de la gripe porcina constituye una mina de oro corporativa para el grupo de empresas de biotecnología. La UE ya ha dado luz verde para trabajar con la gran empresa farmacéutica para desarrollar una vacuna contra la gripe porcina", señala por su parte en un artículo publicado en Rebelión el profesor Michel Chossudovsky.

"Dado que la propagación de la gripe porcina parece ser mayor que la del SARS, las consecuencias económicas también lo serán. Las acciones de aerolíneas, hoteles y touroperadores han perdido más que lo que han ganado las de los fabricantes de medicamentos antivirales como Roche y GlaxoSmithKline", señala en su edición de este lunes el Financial Times, emblemático vocero periodístico del sionismo financiero europeo.

El informativo Pacífica -elaborado por el colectivo periodístico con base en California Pueblos Sin Fronteras,- entrevistó a distintos expertos en Estados Unidos y México, quienes alertan sobre la elaboración de armas químicas en los laboratorios del Pentágono y los millonarios beneficios para las transnacionales farmacéuticas.

En este caso, para los laboratorios Gilead Sciences Inc. dirigidos por Donald Rumsfeld, que tienen los derechos sobre el fármaco "Tamiflu", que se está vendiendo como remedio para la gripe y que ya hizo una recaudación multimillonaria con la gripe aviar.

Según un artículo firmado por la investigadora Silvia Ribeiro en La Jornada de México, "Con la epidemia, son también las trasnacionales las que más lucran: las empresas biotecnológicas y farmacéuticas que monopolizan las vacunas y los antivirales.

La pandemia con la gripe porcina (el producto) genera demanda masiva de medicamentos y vacunas preventivas, y genera simultáneamente una demanda masiva de recursos infraestructurales, tecnológicos y financieros para asistir las poblaciones afectadas escala global (la comercialización).

Esos recursos (dinero, financiación, medicamentos, alimentos, reconstrucción de infraestructura, etc.) son provistos y financiados con fondos públicos y garantía de los gobiernos, pero quienes hacen el negocio son las grandes corporaciones bancarias, alimentarias, tecnológicas y los laboratorios que intervienen en las operaciones.

Las mismas corporaciones y bancos trasnacionales de los llamados "complejos militares industriales" que lucran con las guerras y las "reconstrucciones" también reciclan rentabilidad comercial con las catástrofes y las pandemias donde -en su carácter de "contratistas" con el Estado- se convierten en proveedores de los recursos de la ayuda.

Esta es la mejor prueba de que las epidemias con virus mutantes (originalmente programadas con fines militares), derivan primero en un negocio de los laboratorios (que venden las vacuna preventivas y los medicamentos terapéuticos), y luego se convierten en un macro negocio capitalista en gran escala.

C) Los procesos encadenados con la gripe porcina

De acuerdo con nuestras investigaciones y análisis comparativos de distintos informes trabajos científicos que abordan el tema, el virus de la gripe porcina (así como otras pandemias) fue diseñado, experimentado y difundido, siguiendo los siguientes patrones en orden secuencial:

1) Fabricación del virus patógeno (mediante experimentos militares realizados bajo el argumento de la "seguridad nacional") - Pentágono y complejos de la Defensa nacional de USA y Europa.

2) Fabricación de la pandemia (inoculación del virus en poblaciones mediante operaciones secretas) - CIA y estructuras de inteligencia estadounidenses y europeas.

2) Fabricación (en curso) de la vacuna preventiva (con utilización de información secreta militar filtrada) - Grandes laboratorios con lobbies de influencia en la Casa Blanca y el Pentágono.

3) Fabricación del "terror" para generar demanda comercial de la vacuna (mediante campañas psicológicas mediáticas) -Grandes cadenas mediáticas de Europa y EEUU.

5) Fabricación del proceso de comercialización (Mediante el Estado y las empresas privadas) - Estados / empresas privadas / OMS.

E) Los actores económicos

En el proceso de aprovechamiento (económico-financiero) de las pandemias intervienen cuatro actores principales:

Los Estados (que emprenden planes de emergencia sanitaria para erradicar la pandemia), los grandes laboratorios que hegemonizan el negocio de la salud, las grandes corporaciones empresariales que intervienen en la provisión de recursos infraestructurales, y las organizaciones mundiales de la salud encabezadas por la OMS.

Generada la pandemia (y como está sucediendo) los Estados traccionan fondos públicos orientados a los planes de contingencia sanitarios.

Ante la demanda masiva, los grandes laboratorios comienzan la experimentación, fabricación y ventas en gran escala de vacunas preventivas y de todo el espectro de medicamentos asociados con las campañas sanitarias.

Las grandes corporaciones empresariales reciben a su vez demandas masivas de servicios, productos o tecnología, destinados a los planes de infraestructura de emergencia sanitaria escala global.

Las organizaciones mundiales de la salud (con la OMS a la cabeza) inician, por su parte, un proceso de demanda de vacunas y medicamentos, así como de infraestructura, destinado a la implementación de planes de emergencia sanitaria en los países más pobres del planeta.

Si bien todavía no tiene números, estos procesos de comercialización con la pandemia de gripe porcina (o de otras que pudieran surgir por mutación de virus) moviliza un multimillonario negocio capitalista "diversificado" a escala global alimentado con fondos públicos extraídos de los impuestos aportados por toda la sociedad.

Resumiendo el proceso:

Los virus patógenos se recombinan y experimentan en biolaboratorios militares, y luego (mediante sus lobbies en la Casa Blanca y el Pentágono) los grandes laboratorios acceden a las fórmulas y fabrican vacunas preventivas y medicamentos.

Luego, con la aparición de la pandemia detonada por la inseminación del virus en poblaciones civiles, y con una campaña simultanea de "terror mediático" (con pánico e incertidumbre social) ejecutado por las grandes cadenas mediáticas, se genera una demanda comercial masiva que activa a su vez un macro negocio capitalista a escala global.

Ese es el objetivo (emergente) central de los exterminios masivos programados con los virus patógenos, incluida la gripe porcina.

Manuel Freytas

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