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¿Qué hacer cuando asoma la deflación? |
Algunos de los más reputados gurús internacionales, como el Premio Nobel de Economía 2008 Paul Krugman, aseguran que el fantasma de la deflación está aquí. Muchos de los profesionales de la materia más cercanos al día a día sostienen que, pese a las caídas de los precios que se han registrado en el último mes en varios países, entre ellos España, hay un riesgo mínimo de que la situación se prolongue y generalice, condición que debe darse para hablar propiamente de deflación.
Las perspectivas de bajadas de precios retrasan las decisiones de compra e inversión, dificultando la reactivación económica.
Los expertos consultados por EXPANSIÓN insisten en señalar que la reciente caída de los precios es puntual y parcial –el IPC español cayó en marzo un 0,1% en tasa interanual, pero subió un 0,2% frente a febrero–, y tiene que ver con la fuerte reducción del precio del petróleo (ha pasado de 103 a 47 dólares por barril de marzo de 2008 frente al mismo mes de 2009) así como, en menor medida, por una contracción del precio de los alimentos.
También admiten que podría verse algún otro mes con inflación negativa, pero descartan un escenario deflacionario. Incluso algunos defienden que hay más peligro de una subida significativa de inflación a corto y medio plazo, que de lo contrario.
Debate
El debate está servido. Y cuando nos encontramos en medio de una crisis insólita, que está rompiendo moldes, la resolución de la incógnita, más que nunca, sólo se verá despejada con el paso del tiempo.
Si se confirmaran los peores augurios, nos encontraríamos en la antesala de unos tiempos aún más difíciles que los actuales. La deflación es un fenómeno muy poco usual en las principales economías del mundo, con excepción de la de Japón que lleva casi dos décadas encallada en este escenario, y supone que los precios caen en el conjunto de la economía durante al menos dos trimestres, según el Fondo Monetario Internacional (FMI). La deflación se produce cuando la demanda de los consumidores es inferior a la oferta disponible, con lo que el sector empresarial se ve obligado a reducir los precios para poder vender la producción y no acumular stocks.
Los efectos de la deflación sobre la actividad económica son muy negativos y difíciles de corregir. Un descenso de los precios deteriora los resultados empresariales, lo que implica recortes de plantilla y de inversión en bienes de equipo, y esto a su vez lleva a una disminución de la demanda que nuevamente reduce los beneficios de las compañías.
Lo más preocupante, según los economistas, es que la salida de este círculo vicioso suele ser muy difícil porque las políticas que la administración puede aplicar para actuar contra la inflación se limitan a las orientadas a estimular la demanda.
“La deflación es peligrosísima y ahí está el ejemplo de Japón. Es como una enfermedad mental de la que es difícil salirse. Depende de factores sicológicos y sociológicos. Se produce cuando toda la sociedad interioriza que los precios están bajando y nadie compra porque piensa que puede hacerlo más tarde a menor precio. No creo que esto vaya a ocurrir, salvo en el sector de la vivienda”, explica Juan Carlos Martínez Lázaro, economista de IE Business School.
Reto
Con la crisis de desconfianza que se vive actualmente en todo el mundo, restablecer el impulso de consumo para remontar una hipotética deflación parece una tarea ardua. Pero posiblemente el reto no será de tal calado, si se tiene en cuenta la opinión de la mayoría de los expertos que otorgan pocas posibilidades a que se acabe materializando este escenario en las principales economías del mundo, incluida España. Según los expertos del Centro de Inversiones de Deutsche Bank, “dada la profundidad de la recesión, existe un 30% de posibilidades” de que la deflación se generalice.
“Con los datos ahora mismo, nada nos hace pensar que estemos en un escenario de deflación”, asegura Martínez Lázaro. Este experto añade que, “aunque la recesión es espectacular, si esto mañana se anima, todos vuelven a comprar sin problemas. La sociedad española no es propensa a la deflación”.
Más argumentos. Para José Luis Martínez Campuzano, estratega de Citi en España, la posibilidad de deflacion está condicionada a que se produzca una depresión de la economía. “Como mi escenario es de recesión seguido de estancamiento, tras la importante inyección de liquidez de los bancos centrales y progresiva recuperación de los precios externos, considero que el riesgo a vigilar más bien es de inflación a medio plazo, pero baja a corto plazo”, sostiene Martínez Campuzano.
Marian Fernández, responsable de estrategia de Inversis Banco, reconoce que “las fuerzas deflacionistas son poderosas”, con los precios de la producción cayendo a tasa importante, y las capacidades de utilización situadas en niveles muy bajos. “Pero hasta la fecha no se ha traducido en una caída sustancial de los precios de consumo. No contemplamos la deflación, Es un fenómeno circunscrito a Japón”, añade.
Escenarios
Los profesionales asumen que el fantasma de la deflación puede acompañar el periodo económico por el que transitaremos en los próximos meses, pero coinciden en señalar que tan sólo veremos tasas de inflación bajas que, además, en el caso de España tendrán un efecto especialmente positivo. “Va a levantar la caída del consumo privado, tan afectado por el desempleo. Junto con las bajadas de tipos, dará un respiro a las familias”, comenta Estefanía Ponte, analista de Fortis Bank. Por otro lado, la evolución reciente del IPC demuestra que los precios en España también pueden caer, con lo que es posible reducir el histórico diferencial inflacionista con los países del euro, y se abren expectativas de que la economía española gane competitividad.
Puesto que el escenario sobre la evolución de los precios se irá definiendo con el paso de los tiempos, no es sencillo determinar una estrategia clara de actuación con el ahorro y la inversión, según los profesionales. Si el panorama deflacionario se confirma, las opciones se limitan extremadamente: hay que refugiarse en los instrumentos y activos más líquidos, es decir, las cuentas corrientes y los bonos de gobierno, sintetiza Fernández.
Como explica Martínez Campuzano, la deflación supone un aumento real de la deuda, por lo que el dinero es fundamental: “la liquidez, bajo estricto control de riesgo de contrapartida, es clave”, dice el estratega de Citi en España.
¿Cómo es esto? Los tipos de interés no pueden disminuir por debajo de cero, pero los precios están cayendo, lo que aumenta el poder adquisitivo del dinero. Es decir, si una persona pide 100 euros con interés cero a un año y los precios descienden un 10%, en términos reales la deuda se habrá transformado en 110 euros.
Pero como resume Mónica Vidal, profesora del Instituto de Estudios Bursátiles (IEB), puesto que la deflación previsiblemente se evitará por las políticas cuantitativas [herramientas no tradicionales de política monetaria] y la emisión de dinero que están acometiendo los bancos centrales, “será el momento de invertir en crédito [bonos corporativos], bolsa, sector inmobiliario y demás activos con riesgo”.
En el marco actual, y descartando la deflación, Fernández aconseja entrar en deuda pública europea, hasta que suban los tipos de interés, “lo cual no esperamos que ocurra pronto”.
(continue)

Etiquetas: conocimiento, medios, memoria, monopolios, multitud, politica.
La Asociación Hipotecaria Española (AHE) destacó que aquellos que compren una vivienda en la actualidad disfrutarán de los tipos de interés para la hipoteca "más bajos de los últimos 50 años", y recalcó que la oferta inmobiliaria actual es, probablemente, "la más amplia y variada de toda la historia".
Los que se hipotequen ahora comenzarán pagando un tipo de interés inicial muy reducido, ya que en los próximos años el Euríbor se mantendrá en niveles cercanos a los actuales. Según sus previsiones, es muy probable que próximamente el Euríbor se sitúe en niveles "ligeramente más bajos" que los valores actuales y mantenga la senda en 2010.
No obstante, el tipo de interés vinculado a la hipoteca cambiará a lo largo de la vida del préstamo, y en el medio plazo no parece que los diferenciales que los bancos aplican al Euríbor vayan a sufrir variaciones relevantes, porque las entidades pagan más caros los fondos que reciben para poder prestar.
El número de hipotecas constituidas sobre viviendas ascendió a 51.827 el pasado mes de febrero, lo que supone una caída del 36,7% respecto a hace un año, según la estadística de hipotecas publicada hoy por el Instituto Nacional de Estadística (INE).
Con este dato, son ya 20 los meses consecutivos en los que baja en tasa interanual el número de viviendas hipotecadas, con disminuciones superiores al 20% desde enero de 2008 (exceptuando abril). No obstante, el descenso interanual de febrero es inferior al experimentado en enero, mes en el que las viviendas con hipotecas se hundieron un 43,5%.
De momento, los datos de abril permitirán a las familias con préstamos hipotecarios suscritos hace un año que revisen su contrato en mayo beneficiarse de descuentos de entre 3.000 y 5.000 euros al año para hipotecas de entre 150.000 y 300.000 euros con un plazo de amortización de 25 años.
Sin embargo, los descensos del Euríbor, que reflejan directamente las bajadas de tipos de interés en la zona del euro, así como cierta recuperación de la confianza en el mercado interbancario, no son todavía suficientes para dinamizar el mercado de crédito, dadas las dificultades con las que se encuentran familias y empresas para conseguir liquidez.
Según la encuesta sobre préstamos bancarios publicada ayer por el Banco Central Europeo (BCE), los bancos comerciales de la zona del euro continuaron endureciendo en el primer trimestre del año las condiciones de acceso al crédito.
Los que obtendrán un beneficio inmediato de la baja del Euríbor serán las familias que ya cuentan con un crédito hipotecario suscrito hace un año que se revise en mayo, al que se aplica la tasa del mes anterior, cuyas cuotas hipotecarias se reducirán entre 3.000 y 5.800 euros al año.
Para un préstamo hipotecario de 150.000 euros con un plazo de amortización de 25 años y un diferencial del 0,25 por ciento, la rebaja será de 242 euros al mes o cerca de 3.000 al año.
Si el préstamo se elevaba a 300.000 euros, el recorte ascenderá a más de 5.800 anuales.
Tras situarse hoy en su negociación diaria en el 1,728 por ciento, nuevo mínimo histórico intradía, la tasa de abril coloca el indicador medio punto porcentual por encima de los tipos de interés de la zona del euro, actualmente en el 1,25 por ciento.
Durante el mes que hoy termina, el Euríbor ha suavizado la racha bajista de los últimos meses, ya que en tres ocasiones llegó a experimentar ligeras subidas, pese a lo cual en estos 30 días ha perdido más de un punto porcentual y ha caído dos décimas por debajo del mínimo histórico de marzo, cuando cerró en el 1,909 por ciento.
En los últimos doce meses, el Euríbor ha seguido una evolución paralela a los recortes de tipos de interés aprobados por el Banco Central Europeo (BCE) y ha perdido más de tres puntos porcentuales al pasar del 4,820 por ciento de abril de 2008 al 1,771 por ciento de hoy.
Desde octubre el banco europeo ha recortado el precio del dinero seis veces, hasta totalizar tres puntos porcentuales, con lo que la tasa ha pasado del 4,25 al 1,25 por ciento actual.
Los mercados descuentan ya un nuevo recorte de tipos en mayo, tal y como adelantó el presidente de la entidad, Jean-Claude Trichet, tras su reunión de abril.
En la siguiente tabla se muestran las medias mensuales del Euríbor desde enero de 2008:
MES MEDIA MENSUAL
ene-08 4,498
feb-08 4,349
mar-08 4,590
abr-08 4,820
may-08 4,994
jun-08 5,361
jul-08 5,393
ago-08 5,323
sep-08 5,384
oct-08 5,248
nov-08 4,350
dic-08 3,452
ene-09 2,622
feb-09 2,135
mar-09 1,909
abr-09 1,771
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