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La deflación en las puertas de Europa |
De acuerdo a informaciones procedentes de Eurostat, la inflación interanual en los dieciséis países que cuentan con la moneda única cayó al 0,6% a causa de una bajada neta en los precios energéticos y alimentarios.
El Banco Central Europeo hace esfuerzos por tratar de minimizar la situación e indica que todavía no se puede hablar de deflación, puesto que la caída de precios no es prolongada y los consumidores no renuncian a comprar al menos las cosas básicas, aunque compren menos y regateen más por los precios.
Se espera no obstante que el BCE proceda a recortar un cuarto de punto los tipos de interés el siete de mayo, o que la medida incluso tenga que adelantarse, ello debido a la anarquía con que esta funcionando el sistema económico financiero europeo, y que continua siendo de incertidumbre y desconcierto.
Ya en la última edición del boletín mensual de la institución presidida por Jean Claude Trichet se afirma que la demanda a nivel global, tanto en la economía mundial como en la eurozona, se mantendrá muy débil en el transcurso presente año. "Los datos disponibles sugieren que la actividad económica de la zona euro se ha mantenido muy débil a principios de 2009 y que probablemente seguirá así por el resto del año, expresa el documento.
Ahora los gurúes, expertos, magos y Mesías del sistema capitalista mundial, señalan que el fenómeno de la deflación es muy dañino para el desenvolvimiento normal de la economía real. Sin embargo los responsables del FMI como del BCE, permanentemente están reflejando contradicciones con respecto al desenvolvimiento del manejo económico y financiero mundial.
Gonzalo Garland, profesor de Economía de IE Business School, en entrevista concedida para la prensa española, refiriendo a este fenómeno señalaba que “la deflación es inversa a la inflación -es decir, caída de precios- y se produce por la falta de demanda. En España, por su dependencia energética, era impensable hace un tiempo que esto pudiera llegar a producirse jamás. Pero ahora por la caída en picada del precio del crudo y de la recesión con exceso de cesantía y destrucción de empleo neto, se pueden tocar tasas negativas nunca conocidas. A veces se confunde con desinflación, que es cuando el crecimiento de los precios se reduce pero no llega a ser cero.
Luego agregaba que la actual crisis económica y financiera “puede desencadenar un círculo vicioso y perverso sobre todo para el comercio. Con los precios bajando, la demanda cae porque el consumidor no compra ante las expectativas de que todavía bajen más los precios. Y si los comerciantes no venden, además de aumentar el despido, se verán obligados a bajar más los precios siempre y cuando cubran costos. Esto acaba con la actividad cerrada y sin empleo”.
Garland enfatiza finalmente que “la deflación tiene peor terapia que la inflación. Perdida la política monetaria (la posibilidad de devaluar) en manos del BCE, sólo quedaría incrementar la inversión y gasto público y bajar todos los impuestos (sobre todo IRPF e IVA) para generar consumo y actividad en el sector privado. Sin olvidarse de unos tipos de interés prácticamente a cero. Sólo se sale de una deflación incrementando el consumo y esto es posible cuando hay empleo porque es quien aumenta el parque de consumidores”.
Sin embargo a pesar del seudo optimismo de los responsables del manejó económico internacional del sistema capitalista, la realidad de cada día y cada semana es cada vez más negra.
Ello debido a que el otro indicador de la crisis, la producción industrial retrocedió en febrero por sexto mes consecutivo. En ritmo anual las fábricas producen un 18% menos que hace un año. Por ejemplo al momento de escribir esta nota, durante los primeros tres meses del año, los concesionarios europeos registraron un descenso en sus ganancias de un 17%, según la Asociación de Constructores de Automóviles. La estadística muestra que desde abril del año pasado el sector automotriz vive una seria crisis, que esta todavía lejos de poder recuperarse.
La empresa finlandesa Nokia da cuenta de un pésimo primer trimestre, con pérdidas de 12 millones de euros, tras sufrir una caída de ventas de un 27%. El grupo finlandés, primer fabricante mundial de teléfonos móviles, trata de calmar los ánimos ante lo volátil del sector tecnológico, al asegurar que el descenso en la demanda de celulares tiende a estabilizarse.
La mayor aerolínea europea Air France-KLM se ha propuesto reducir drásticamente su plantilla, ante unos resultados decepcionantes. En el primer trimestre, la compañía franco-holandesa sufrió una caída del tráfico de pasajeros de casi un 10%. Según Air France-KLM, la reducción de personal se realizará mediante prejubilaciones, tratando de evitar los despidos forzosos.
Las consecuencias de la crisis económica financiera del sistema capitalista europeo y estadounidense, siguen siendo catastrófica, todas las semanas estamos conociendo de cómo esta siendo afectada la economía real. Otra muestra de la crisis y de la presunta deflación que esta siendo su entrada en Europa, se refleja en que por ejemplo la cadena de grandes almacenes alemana, filial del centenario grupo inglés Woolworth, decide cerrar, ante la caída de las ventas y un modelo de negocio que ha fracasado. Woolworth Alemania fue fundada en 1926, operaba 323 locales y daba trabajo a 11.000 personas. El año pasado facturó 900 millones de euros de ganancias, pero aún así ha resuelto tomar medidas drásticas.
Ahora mientras más y más trabajadores se vean enfrentados a los despidos, ello va a tener una incidencia en la reducción de poder adquisitivo, en una baja del consumo y en un resentimiento cada vez mayor de la economía real, además del crecimiento gradual de la pobreza en Europa. Pero la actual crisis económica y financiera también esta comenzando a golpear duramente a las capas medias del viejo continente. Una muestra de ello es como el Royal Bank of Scotland, controlada en un 70 por ciento por el Estado británico, podría reducir hasta 9.000 puestos de trabajo en los próximos dos años, como parte de su programa de reducción presupuestaria.
Finalmente la “guinda de la torta” la ha puesto en estos días el director gerente del Fondo Monetario Internacional (FMI), Dominique Strauss-Kahn, quien tal cual Nostradamus, ha expresado que 2009 será "un año horrible", con una recesión mundial "profunda". Ahora los cambios que se están operando en el manejo y comportamiento de la situación económica y financiera mundial, son cada vez menos previsibles, pues la situación sigue siendo de anarquía total.
Lo único que esta claro es que los especuladores internacionales y las mafias que operan el sistema económico y financiero de la economía virtual o de papel, siguen amasando fortunas a manos llenas y mantienen su hegemonía ante la economía real.
Eduardo Andrade Bone

Etiquetas: conocimiento, inteligencia, monopolios, multitud, politica.
Tendencia a la baja de la inflación
En su último boletín financiero, la entidad que preside Emilio Botín sostiene que las perspectivas apuntan a una tendencia a la baja de la inflación hasta los meses de verano, cuando se podrían alcanzar tasas negativas debido al efecto de la compración de los componentes de energía y alimentos.
A medio plazo y debido a las perspectivas de crecimiento inferior al potencial hasta 2010, la inflación subyacente, sin incluír alimentos y energía, contribuirá a que la inflación general se mantenga "muy por debajo del 2%", objetivo de nivel de precios fijado por el BCE.
El Santander puntualiza que aunque inflación negativa no implica necesariamente un proceso deflacionista -que significa un descenso en el nivel de precios generalizado, persistente e instalado en las expectativas de los agentes económicos- los datos negativos de inflación en un contexto de recesión y la caída de precios de activos "genera un entorno de riesgos".
El banco recuerda que el miembro del consejo de gobierno del instituto emisor europeo Athanasios Orphanides ha afirmado recientemente que el riesgo de deflación se ha incrementado algo en los últimos meses, ya que las previsiones apuntan a una debilidad adicional a la esperada inicialmente.
En este sentido, Orphanides incidió en que una caída prolongada de la inflación por debajo del objetivo podría provocar un desanclaje de las expectativas, "lo que favorecería el riesgo de deflación".
En 2009, la amenaza vuelve a rondarle. A diferencia de antes, el tema ocupa hoy a los economistas helvéticos, pero también a los europeos y estadounidenses. Y Suiza es uno de los primeros países del mundo que acusa signos de deflación.
La Oficina Federal de Estadística (OFE) anunció el pasado 8 de abril que los precios descendieron un 0,3% como promedio en marzo pasado.
Un lobo con piel de oveja que suena bien, porque se disfraza de alivio para las finanzas familiares, pero un mal que entraña riesgos profundos para la estabilidad económica.
La deflación detona siempre un círculo vicioso: al enterarse de que los precios bajan, la gente evita gastar en espera de nuevas reducciones. Las empresas 'castigan' aún más sus precios en un intento por vender, proceso que lleva a muchas de ellas a la quiebra y a los despidos masivos. Y, de cara a un mayor desempleo, el consumo se contrae aún más.
Las primeras señales
El más reciente Índice de Precios al Consumo (IPC), presentado por la OFE, confirma que en marzo bajaron casi todos los bienes y servicios clave para el consumo de los suizos.
La vivienda y los energéticos se abarataron un 0,9%, seguidos del transporte (0,5%), alimentos y bebidas (0,3%), esparcimiento y cultura (0,2%) y servicios de salud (0,1%).
En contrapartida, se mantuvo el alza moderada de los precios de las bebidas alcohólicas (0,3%), el consumo en restaurantes y hoteles (0,2%) o las comunicaciones (0,4%).
Y de acuerdo con las previsiones del Banco Nacional Suizo (BNS), el retroceso de los precios podría superar el 1% en 2009.
¿Cuál es el riesgo principal? Perder el control. Aunque con distintos enfoques, la mayoría de los economistas ofrecen siempre alternativas para sacar a una economía de la recesión. La deflación, en cambio, es un mal cuya cura no está clara aún.
A países como Japón, un proceso deflacionario le hizo perder la década de los 90, y dejar atrás este problema le implicó enlazar un tropiezo detrás de otro.
Inquietud exterior
A juicio del Premio Nobel de Economía, Paul Krugman, una deflación prolongada es actualmente el principal riesgo que enfrenta la economía mundial (después de la recesión misma).
Desde su perspectiva, uno de los principales problemas actuales es que los bancos centrales –incluido el suizo, el Banco Central Europeo (BCE) y la Reserva Federal de los Estados Unidos (Fed)- "están agotando sus municiones".
En una visita realizada a Madrid en marzo pasado, Krugman refirió que las tasas de interés han bajado de forma muy importante entre 2008 y 2009, lo mismo en Suiza que en Gran Bretaña o en la Unión Europea (UE), y actualmente rondan ya el 0%.
En Suiza, concretamente, la tasa de interés de referencia fluctúa actualmente en un rango de entre 0 y 0,75%, su nivel más bajo en cinco años.
El Fondo Monetario Internacional (FMI) coincide en la preocupación de Paul Krugman.
El pasado lunes, Dominique Strauss-Khan, director-gerente del FMI, aseguró en Washington que de confirmarse una deflación internacional, la recesión actual se hará más intensa y larga.
Y paradojas, citó, cuando acabe la crisis el mundo tendrá que volver a enfrentarse al riesgo de inflación debido a que las agresivas políticas de gasto que aplican hoy los gobiernos para reactivar la economía volverán a empujar los precios al alza. El panorama, pues, es complicado.
¿Qué hacer hoy?
Ante la caída generalizada de precios que comenzó a registrar Suiza, el BNS dejó claro que utilizará todas las herramientas a su alcance para impedir una deflación.
Además de la baja en las tasas de interés, echará mano del tipo de cambio. Una moneda fuerte garantiza estabilidad, pero una divisa extremadamente sólida derrumba las exportaciones, ya que los productos del país implicado se encarecen en el exterior.
El franco suizo se ha apreciado alrededor del 8% frente al euro en doce meses, y la UE es el principal mercado de Suiza, al ser consumidor de prácticamente 2 de cada 3 productos de exportación, según datos de la Secretaría de Estado de Economía (Seco).
Philipp Hildebrand, vicepresidente del BNS aseguró el pasado viernes (17.04), en un mensaje dirigido a los accionistas del banco central, que el BNS está listo para continuar con su política monetaria expansiva, es decir, para bajar aún más las tasas de interés vigentes.
Con ello, buscará reactivar la inversión. Pero está dispuesto también, señaló, a influir dentro de lo razonable en el mercado cambiario –a través de la inyección de francos suizos- para ayudar a la economía.
Una depreciación controlada del franco suizo podría ayudar a conjurar los temores deflacionarios que existen hoy. De hecho, los datos del segundo trimestre de 2009 serán fundamentales para evaluar la magnitud del riesgo que enfrenta Suiza.
Y como el propio Hildebrand citó en su discurso: "Una deflación es tan indeseable para Suiza como una inflación". Lo que obliga a la autoridad monetaria y a las empresas a mantenerse vigilantes.
Andrea Ornelas
swissinfo
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