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Reglas comunes contra el proteccionismo |
La primera razón del nacimiento en 1951 de la Comunidad Europea del Carbón y del Acero, primer paso de la actual Unión Europea, fue evitar una nueva catástrofe como las dos guerras mundiales que en la primera mitad del siglo XX habían destrozado el continente.
No es baladí que entre los firmantes estuvieran Francia, la República Federal de Alemania e Italia junto a Bélgica, Luxemburgo y los Países Bajos. Después se plasmó en un objetivo económico como avanzar hacia un mercado común en estos dos sectores, con la supresión de aranceles y ayudas públicas para asegurar la libre competencia.
A medida que se alejaba el riesgo de un nuevo conflicto bélico, los objetivos económicos fueron ganando terreno frente a las metas políticas, porque con las sucesivas ampliaciones todos los miembros de la Unión Europea comprobaron los beneficios de estar dentro del mercado único y, de participar en su toma de decisiones.
Cansados de las batallas políticas y de la imagen de lejanía que da el hecho de que el Gobierno de la UE esté en Bruselas, a veces, los propios europeos no somos capaces de valorar que, hoy en día, hay quince países utilizando la misma moneda. Un instrumento que nos ahorra la pérdida que, sobre todo, para los españoles suponía el cambio de moneda, facilita las transacciones económicas y, además, nos permite hacer múltiples estudios comparativos sobre la evolución económica y social de los distintos países.
El euro es la demostración más clara de que, en la construcción de la Unión Europea, los fines económicos han terminado imponiéndose sobre los objetivos políticos. De hecho, el mejor ejemplo es la contradicción que supone que la primera potencia económica y comercial del mundo es un fracaso permanente a la hora de unir posiciones para demostrar su peso en el contexto internacional.
Que el final de la Guerra de los Balcanes se firmase en Dayton (Estados Unidos), en septiembre de 1995, es un hecho muy significativo del ridículo que históricamente ha hecho la Unión Europea en su política exterior.
Sin embargo, las consecuencias de la actual recesión amenazan con obstaculizar la siempre difícil construcción económica de la Unión Europea. Con el fin de buscar remedios inmediatos al crecimiento del desempleo, algunos países están aumentando las medidas o decisiones proteccionistas frente a la competencia que se desprende de la libertad de movimientos de trabajadores y empresas.
Por ejemplo, cuando se desata una huelga en el sector energético del Reino Unido, bajo el lema “empleos británicos para los trabajadores británicos” porque una empresa italiana decide contratar a trabajadores italianos y portuguesas para levantar una planta para la multinacional francesa Total. O el presidente galo , Nicolas Sarkozy, anuncia un plan de ayudas económicas para los fabricantes de automóviles, siempre y cuando no recorten empleos ni se vayan de Francia.
También el Gobierno español, por medio del ministro de Industria, Turismo y Comercio, Miguel Sebastián, ha caído en la tentación de pedir a la sociedad que dé preferencia en sus compras a los productos nacionales, como también lo ha hecho el propio presidente de Estados Unidos, Barack Obama. La patria del liberalismo.
El problema de fondo de la UE es la falta de reglas comunes para que las empresas puedan competir en las mismas condiciones, porque los marcos de actuación y las políticas administrativas son muy diferentes. Rodrigo Rato se dio cuenta de ello cuando siendo vicepresidente económico con el PP vetó varias veces la entrada en el sector eléctrico español de compañías europeas con capital público.
Rato tenía razón, España no había privatizado Endesa para que viniera otra extranjera pública a quedarse con una multinacional. Es verdad que años más tarde una compañía italiana como Enel, con participación del Estado, se ha quedado con la eléctrica española, pero es un hecho objetivo que eso no es competir en las mismas condiciones. Para garantizar la libertad de mercado es imprescindible que todos compitan en las mismas condiciones. Lo contrario es lo que está pasando.
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Etiquetas: conocimiento, medios, memoria, monopolios, multitud, politica.
El resumen de la reunión organizada por la canciller alemana, Angela Merkel, describe la situación en los mercados financieros como "tirante" y sostiene que se necesita reformas estructurales y centrarse en el gasto público para salir reforzados de la crisis económica.
"Hemos subrayado hoy, una vez más, nuestra convicción de que todos los mercados, productos y participantes financieros deben estar sujetos a una supervisión o regulación apropiada, sin excepción e independientemente de su país de origen", dice el comunicado.
"Esto es especialmente cierto para aquellos fondos privados de capital, entre ellos los hedge funds, que pueden suponer un riesgo sistémico", añadió.
Además, propusieron que los bancos refuercen sus provisiones en los buenos momentos económicos para poder resistir mejor a las recesiones, siguiendo así el ejemplo del modelo español.
Los jefes de Estado y de Gobierno de España, Francia, Alemania, Italia, Reino Unido, Países Bajos y Luxemburgo se comprometieron a tomar únicamente medidas anticrisis que reduzcan al mínimo las distorsiones de competencia y a evitar cualquier iniciativa proteccionista, según se recoge en la declaración adoptada tras la cumbre celebrada este domingo.
También pidieron reforzar el Fondo Monetario Internacional (FMI) y el Foro de Estabilidad Financiera para que asuman el papel de controlar la aplicación de las reformas de la arquitectura financiera internacional.
En este sentido, los líderes europeos apostaron por duplicar los recursos del FMI de manera que este órgano pueda ayudar de forma más rápida y flexible a los países que tengan dificultades para refinanciar su deuda.
Finalmente, la declaración respalda la propuesta de la canciller alemana, Angela Merkel, de crear una Carta Global para una Economía sostenible, que esté basada en las fuerzas del mercado, pero que evite todo tipo de excesos y conduzca a establecer una estructura de gobierno internacional.
Zapatero critica contra el proteccionismo El presidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero, ha criticado el proteccionismo comercial y financiero y ha dicho que las medidas para favorecer únicamente a empresas y productos nacionales discriminando al resto no son más que un "espejismo económico" que acaba siendo "perjudicial" para todos los países.
Durante su intervención a puerta cerrada ante la reunión de los líderes europeos del G-20, Zapatero ha dicho que es fundamental recuperar la confianza y la estabilidad del sistema financiero para poder salir de la crisis, según informan fuentes del Palacio de la Moncloa.
Por ello, el presidente del Gobierno ha abogado por evaluar las medidas anticrisis adoptadas por cada país durante los últimos meses, desde la cumbre de Washington en noviembre que lanzó el debate para reformar la arquitectura financiera internacional, para "compartirlas, actualizarlas y quedarnos con las que mejores resultados están produciendo".
Zapatero ha indicado además que debe haber un organismo internacional que asuma la responsabilidad de supervisar el cumplimiento de las nuevas normas, porque sería "contradictorio" diseñar nuevas reglas sin tener garantías de que se apliquen. Aunque en su discurso no identificó qué órgano debe cumplir esta función, en las últimas semanas el presidente del Gobierno ha hablado de la necesidad de reforzar los poderes del Fondo Monetario Internacional (FMI).
El presidente del Gobierno señaló además que el camino recorrido desde la reunión de Washington y las decisiones adoptadas por el BCE y por los ministros de Economía de la eurozona han sido "útiles" y han indicado la dirección a seguir de cara a la reunión que se celebrará en Londres el próximo 2 de abril.
En este sentido, subrayó que en la reunión de Washington el G-20 puso "los nuevos fundamentos del orden financiero internacional" y dijo que la tarea para la reunión de Londres será "pasar a la acción". El encuentro de Berlín de este domingo debe servir para "renovar este compromiso".
Más liquidez
Zapatero ha solicitado además al presidente del BCE, Jean Claude Trichet, también presente en la reunión, que mantenga las medidas extraordinarias para facilitar la liquidez en el sistema financiero.
Por su parte, Trichet ha elogiado el sistema de provisiones dinámicas aplicado por los bancos españoles y lo puso como ejemplo a seguir por el resto de las entidades europeas. Este sistema, impuesto por el banco de España, obliga a los bancos a acumular reservas durante los buenos momentos económicos para poder hacer frente a posibles pérdidas en periodos de crisis.
El presidente del Gobierno español, José Luis Rodríguez Zapatero, restó ayer importancia al hecho de que Endesa pase a estar controlada por el grupo italiano Enel, una vez que esta compañía, que ya tiene el 67%, se haga con el 25% que posee Acciona.
Según los términos del acuerdo al que llegaron Enel y Acciona el pasado viernes, este grupo traspasará su 25% en Endesa en una operación valorada en 11.107 millones. Enel tendrá el 92% de Endesa, que por primera vez en su historia (se fundó en 1944), estará gestionada por un grupo extranjero.
Zapatero, elogió ayer las relaciones bilaterales con Italia y se mostró convencido de que Endesa, en manos de la italiana Enel, “seguirá funcionando muy bien” y continuará siendo una empresa “sólida y eficiente”, informa Europa Press. Zapatero hizo este comentario en la rueda de prensa con la que concluyó en Berlín la reunión europea preparatoria de la próxima cumbre del G-20, donde coincidió con el primer ministro italiano, Silvio Berlusconi.
Zapatero quiso dejar claro que las relaciones entre las empresas españolas e italianas, y entre los Gobiernos de los dos países son “muy positivas. Endesa seguirá funcionando muy bien y esa absorción por parte de Enel no producirá ningún problema, sino que seguiremos teniendo una empresa sólida y eficiente”, concluyó.
El ministro de Industria, Miguel Sebastián, también terció ayer en el asunto. Sebastián subrayó que si el Gobierno no tiene el control de Endesa es porque el Ejecutivo del PP “privatizó sin consultar” ésta y otras empresas públicas. En realidad, la privatización de Endesa comenzó en 1988, en tiempos del Gobierno socialista de Felipe González. Entonces, el Estado redujo su participación al 75,6%.
En 1994, todavía con un Gobierno socialista, el Estado volvió a vender y llegó al 66,89%. En los tres últimos años, los movimientos corporativos sobre Endesa (opa de Gas Natural primero, y de E.ON después, hasta que llegó el tándem Acciona-Enel) han estado teñidos de politización. La solución Acciona-Enel se entendió como una fórmula para evitar que Endesa quedara en las manos alemanas de E.ON.
Dividendo, el 16 de marzo
La salida de Acciona de Endesa es una operación multimillonaria de la que se van a beneficiar, vía dividendos, miles de inversores que aún siguen en la eléctrica y que mantienen un 8% de su capital en bolsa. Según el acuerdo sellado por Enel y Acciona el viernes, y que se dio a conocer oficialmente cerca de la una de la madrugada del sábado, Endesa distribuirá un dividendo de 5,897 euros por título. Es el mayor de su historia.
El capital de Endesa está distribuido en 1.058,75 millones de acciones, con lo que el total del dividendo se elevará a 6.243 millones de euros. Es más que los 5.900 millones de euros que se barajaban en la tarde del viernes (ver EXPANSIÓN del pasado sábado). Casi 500 millones de euros irán para inversores minoritarios y fondos de inversión. El pago se realizará el 16 de marzo.
Durante la reunión se trataron sobre todo el conflicto de Afganistán y la cooperación nuclear, sellada con dos acuerdos de entendimiento entre las eléctricas EDF y Enel, participadas por el estado francés e italiano, respectivamente.
En la conferencia de prensa posterior a la firma del acuerdo, Sarkozy propuso a Italia una "asociación ilimitada" en materia nuclear, que sienta las bases de una amplia colaboración en aspectos que van desde la investigación a la producción.
Berlusconi dijo estar de acuerdo con Sarkozy en que el futuro de Europa no son los combustibles fósiles, sino "las energías renovables" y "la energía nuclear".
En cuanto a la situación económica mundial, Sarkozy apuntó que la situación "probablemente empeorará" y que cabe la posibilidad de que la crisis arrolle a alguien.
Entre otros asuntos, Sarkozy propuso a Berlusconi crear tropas conjuntas italofrancesas para operar en el ámbito de la misión internacional en el Líbano.
Berlusconi, que acogió la propuesta con "gran placer", apuntó que Italia está junto a Francia en el Líbano, donde los soldados de los dos países "trabajan mano a mano".
El primer ministro italiano también apuntó que Occidente necesita a EEUU, pero también a Rusia, para "el suministro de materias primas y combustible".
"Es un error dramático que no se quiera debatir de la energía nuclear, a favor o en contra, pero lo esencial es tener un debate", añadió. En su opinión, la Unión Europea no puede estar "aislada" ni "excluirse" del debate de la energía nuclear, sobre todo cuando cada vez habrá más países que recurran a este tipo de fuente energética.
El ex presidente del Gobierno advirtió igualmente de que sería un error apearse del objetivo fijado por la Unión Europea de lograr el llamado triple 20 en 2020
Además, alertó de que hay países en Europa que retrasarán 25 años sus programas de lucha contra el cambio climático debido a esta ausencia de debate.
El ex presidente del Gobierno advirtió igualmente de que sería un error "apearse" del objetivo fijado por la Unión Europea de lograr el llamado triple 20 en 2020 (reducción del 20% de emisiones, 20% de ahorro energético y 20% de uso de renovables) ahora que el petróleo está más barato porque, a su juicio, cuando la economía mundial vuelva a crecer de nuevo al 3% nos encontraremos con otra crisis de oferta en materia energética.
En definitiva, aunque admitió que él es partidario de aplicar el principio de subsidiaridad y descargar a la UE de algunas de las competencias que podrían volver a los Estados, consideró "imprescindible" que los 27 se encaminen hacia una política energética común.
Durante su intervención, que se prolongó durante unos 45 minutos, González se refirió igualmente a la actual crisis económica internacional y pidió evitar la "tentación" de creer que una "hiperregulación exagerada" ayudará a resolver los problemas de funcionamiento de las instituciones financieras.
Pocas normas y que se cumplan
Para ilustrar su tesis echó mano de los consejos que Don Quijote le dio a Sancho Panza cuando éste creía que iba a gobernar la ínsula de Barataria: "Amigo Sancho: Pragmáticas, pocas y que se cumplan", rememoró González, que, en esta línea, defendió "pocas normas y que se cumplan".
También se mostró más partidario de una mayor coordinación global y más coherencia antes que de multiplicar las reglas financieras internacionales. "No podemos dijo tener una regulación del mercado financiero en Estados Unidos y otra difereente en América Latina o en Europa", dijo.
Así pues, propuso al G-20 propuestas "sensatas" para garantizar la transparencia en los movimientos de capital y una previsibilidad en los comportamientos de los flujos.
Tampoco recomendó prohibir las operaciones a futuro por el hecho de que en el pasado hayan disparado, por ejemplo, el precio del petróleo. "La iniciativa económica y de mercado hay que respetarla, forma parte del dinamismo de la economía", argumentó tras reclamar, eso sí, limitar los movimientos especulativos.
González expuso a continuación las que deben ser prioridades de la Unión Europea, entre las que mencionó la necesidad de acometer reformas estructurales y una mayor coordinación para que las medidas nacionales frente a la crisis no se lleven a cabo "en orden disperso". "La crisis nos obliga a un baño de realidad", señaló. En todo caso, cree que la crisis es un "riesgo" pero también una "oportunidad" para estudiar los problemas "de fondo" de la Unión.
La publicación asegura que esta operación ha dado una "clara lección". "Los intentos de los políticos por crear campeones energéticos pueden tener consecuencias inesperadas y pueden provocar que el Gobierno en cuestión quede como un tonto", analiza.
'The Economist' critica el "torpe intento" del Gobierno español de fusionar Endesa y Gas Natural, y acusa al Ejecutivo de "hacer todo lo que pudo por obstaculizar a E.On pidiendo a la Comisión Europea que interviniese" después de que la alemana lanzase una OPA sobre la compañía española. "Al final, Enel se llevó Endesa trayendo a un socio español, Acciona, que satisfizo los sentimientos nacionales", sigue el artículo.
Sin embargo, se asegura que la decisión de la italiana de dejar a Acciona tener un voto de control en la empresa española fue "un desastre", ya que las dos empresas "se pelearon sobre la estrategia de la compañía y Endesa sufrió una falta de mando".
La publicación británica se hace eco también de las "quejas de los españolas" que critican que entre 1997 y 1998 el Gobierno privatizo Endesa para hacerla más eficiente y rebajar el precio de la electricidad, "y ahora ha vuelto a manos gubernamentales", ya que Enel está controlada en un 31,2% por el Estado italiano.
"Los españoles fallaron a la hora de crear un campeón nacional, con el resultado de que el campeón de otro país se ha hecho ahora mucho más poderoso en el mercado europeo", finaliza el artículo inglés.
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