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Académicamente, la economía española ya está en recesión. El Banco de España anunció ayer una caída trimestral del Producto Interior Bruto (PIB) del -1,1%.
En el anterior trimestre el descenso fue del -0,2%. Dos trimestres seguidos con decrecimiento, como reza la definición técnica. Pero al margen del componente académico España lleva mucho tiempo en recesión, dada la brusca caída de su PIB, cuya curva no tiene parangón en el resto de la Unión Europea Monetaria.
En un trimestre se ha caído casi un punto del PIB, o lo que es lo mismo, en sólo tres meses la caída afecta a unos 10.000 millones de euros de riqueza que ha perdido la economía española. Esta abrupta cifra tiene mucho que ver con la escalofriante destrucción de empleo que padece la economía española, otro hecho singular que no se ve en ningún rincón de Europa.
En septiembre de 2007 Eduardo Zaplana predijo una recesión en España y fue vilipendiado en extremo. Durante muchos meses, la simple mención del vocablo “recesión” parecía una suerte de anatema que estigmatizaba al agorero.
Hoy ya nadie se sorprende de la caída registrada en el PIB. Incluso el Gobierno prevé que este año se cierre con un descenso del -1,6% el ejercicio de 2009. La Comisión Europea va más allá y apuesta por el -2%. El Ejecutivo debería darse cuenta de que ha acabado el tiempo de los paños calientes y del juego de los decimales. El declive de la economía asusta. Y lo primero que se debe producir es un diagnóstico lo más realista posible. A partir de ese momento, empezara la necesaria travesía del desierto que tenemos pendiente.

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En tasa interanual, la caída ha sido del 0,8% en el último trimestre del año, sobre todo por una reducción de la demanda nacional que no ha podido ser compensada por la demanda exterior.
El Banco de España prevé que el PIB español cierre 2008 con un crecimiento del 1,1%, frente a la expansión del 3,7%. El organismo apunta que la caída del consumo puede ser el principal responsable de la recesión. Esta "sustancial desaceleración" se debe a una intensa ralentización de la demanda nacional, que ha aumentado un promedio del 0,4% en 2008, frente al repunte del 4,2% experimentado en 2007.
La inversión residencial ha sufrido una "fuerte corrección", con una caída cercana al 10%.
En el lado lado positivo, el sector exterior crecerá este año por primera vez desde 1997. Registrará una contribución positiva al crecimiento del PIB del 0,7%, frente a la tasa negativa del 0,8% en 2007. Además, con la reducción del consumo, se ha producido una "rápida recuperación" de la tasa de ahorro de los hogares, que se ha elevado en el tercer trimestre al 11,9%, gracias también a la notable recuperación de la renta que permitió la deducción de 400 euros en la segunda mitad del año.
Inflación
El Banco de España espera crecimientos más moderados de los precios hasta los meses centrales del 2009, cuando se deshagan los efectos base de las alzas de los precios del petróleo
Empleo de calidad
Por otro lado, el Banco de España ha advertido del "estancamiento" de la calidad del empleo en la última década. La institución gobernada por Miguel Angel Fernández Ordóñez considera que la calidad del factor trabajo se ha reducido un 0,3% en los últimos diez años.
Aún 'hay margen'
El Banco de España cree que existe un "amplio margen" para que las medidas adoptadas en relación a la política monetaria se trasladen al mercado de crédito y se recupere la confianza.
En el artículo sobre las condiciones de financiación del sector privado incluido en el último Boletín Económico del Banco de España, el regulador explica que la crisis financiera produjo en el último año una importante reducción de la actividad de los mercados de crédito, así como un incremento de las primas de riesgo.
Además, las restricciones de crédito eran más acusadas de lo que los tipos oficiales de interés permitían prever, lo que ha agravado el deterioro de la situación económica, tanto en la zona del euro como en otros ámbitos.
De hecho, prosigue el informe, aunque son los bancos centrales los que controlan los tipos de interés a corto plazo, "son los mercados financieros de los que directamente depende la capacidad de financiación de particulares y empresas".
"Se trata de tunear las cuentas para que vayan limpiando el balance poco a poco, lo que se conoce como negociar el calendario de amortización de los activos malos, pero sin llevar a ninguna entidad a la quiebra", explica una de las fuentes consultadas (porque si el supervisor que dirige Miguel Ángel Fernández Ordóñez obligara a amortizar de golpe todos esos activos, unos cuantos bancos y cajas quebrarían de inmediato). "Ninguna entidad va a dar sus cuentas sin tener el visto bueno del Banco de España", confirma un portavoz de Caja Castilla-La Mancha. Según ha publicado El Confidencial al menos una docena de entidades no cumple el coeficiente de solvencia.
Estos activos tóxicos no son derivados de crédito ni titulizaciones de hipotecas subprime, sino básicamente créditos a promotores inmobiliarios, aunque también comprenden participaciones en el capital de empresas -casi todas del ladrillo- créditos al consumo y algunas hipotecas. Estos activos deben provisionarse por dos motivos: morosidad por causas objetivas (cuando se ha producido impago y se aplica el calendario de amortización establecido en la norma para cada tipo de crédito), lo que se conoce como provisión específica, o morosidad por causas subjetivas, que es cuando hay motivos para pensar que se va a producir inevitablemente un impago (provisión subestándar).
Morosidad por causas subjetivas
Por ejemplo, en el crédito promotor suele haber un período de carencia de seis meses o un año; si en ese período la inmobiliaria no ha vendido un piso, es evidente que va a incurrir en impago. Esta amortización por causas subjetivas es la que acumula el grueso de las pérdidas potenciales de los bancos, y es conocida por el Banco de España después de las exhaustivas inspecciones a que ha sometido al conjunto del sector durante 2008. Ahora, negocia con cada una cómo distribuir en el tiempo esa amortización.
Por ponerlo con cifras: supongamos que un banco o caja pretende dar un beneficio de 100, pero el Banco de España ha descubierto que tiene activos tóxicos por valor de 700; si le obliga a mortizarlo todo de golpe, le lleva a la quiebra; por eso, le pide reducir el beneficio de 100 a 10 y le obliga a meter los otros 90 en provisiones para poder ir amortizando estos créditos incobrables. Lo mismo hará en marzo y en junio, y entonces, en función de la evolución de la crisis, se planteará otras medidas.
Retrasar el problema
Como adelantó El Confidencial, el Banco de España va a esperar hasta tener las cuentas del primer semestre para decidir si interviene alguna entidad. Una intervención que sólo se produciría en un caso extremo, puesto que hay muy pocos empleados del supervisor con experiencia en intervenciones y, además, MAFO espera que, para entonces, la crisis haya amainado un poco y permita respirar un poco a la banca. Por otro lado, el Gobierno se ha dotado de la capacidad para inyectar capital en las entidades mediante la emisión de acciones preferentes.
Esta solución supone aplazar el problema y permite a las entidades y al Banco de España ganar tiempo, pero está lejos de resolverlo. En una entrevista con El Confidencial, el gestor de Bestinver Francisco García Paramés criticaba esta forma española de enfrentarse a la crisis financiera e inmobiliaria sin coger el toro por los cuernos, la contraponía a la de los países anglosajones y pedía un ajuste de los activos a su valor razonable.
"La clave es cuál es el valor de mercado de los activos", sentencia una de las fuentes consultadas. En las últimas semanas los principales medios internacionales han abogado por soluciones mucho más drásticas, entre ellas el modelo sueco que explicaba S.McCoy el sábado pasado: que el Estado compre a los bancos sus activos tóxicos a valor de mercado y que las entidades asuman las pérdidas correspondientes; posteriormente se deja quebrar a las que no sean viables e inyecta capital a las inviables.
Teniendo en cuenta que el préstamo hipotecario medio -datos de Estadística- se sitúa en 135.202 euros, eso significa que la dudosidad bancaria afectaría a 81.382 préstamos hipotecarios. El Banco de España califica los créditos como dudosos cuando se han dejado de pagar tres recibos. Transcurrido ese tiempo, pasan a considerarse sus titulares como morosos.
Esa cifra, sin embargo, hay que corregirla por varios factores. El principal de ellos es que muchas de las familias que hoy no pueden pagar la hipoteca han satisfecho recibos anteriores, por lo que necesariamente el capital pendiente de pago tiene que ser inferior al préstamo. Esto quiere decir que si el capital pendiente de pago asciende a 100.000 euros como media, se estaría hablando de una morosidad que afecta a 110.000 familias que hoy no estarían en condiciones de pagar el recibo al banco o la caja de ahorros correspondiente.
Morosidad y burbuja inmobiliaria
Hay que tener en cuenta que todos los estudios –oficiales y no oficiales- coinciden en que el mayor riesgo de impagados se concentra entre quienes compraron una vivienda entre 2003 y 2006, toda vez que ese periodo coincide con los tipos de interés más bajos, lo que animó a muchas familias o individuos a adquirir una vivienda. La burbuja inmobiliaria, de hecho, se fraguó en esos años, cuando la banca aceleró los préstamos para adquisición de viviendas con garantía hipotecaria.
Teniendo en cuenta que según el sistema español de amortizaciones –heredado del francés- lo que primero que se pagan son los intereses antes que el capital, es muy probable que la cifra total de casas en situación de mora se aproxime más a las 81.000 unidades que a las 100.000.
Se trata, en cualquier caso, de una cifra relevante, toda vez que, según todos los análisis, el aumento de la morosidad hipotecaria no ha hecho más que comenzar. En el último Informe de Estabilidad Financiera, el Banco de España identificaba el mayor segmento de riesgos entre los residentes extranjeros. Esta categoría incluye tanto a inmigrantes como a aquellos otros acreditados, como, por ejemplo, extranjeros jubilados que se hayan establecido como residentes en España.
El banco central aclara que su peso en las carteras hipotecarias de las entidades de depósito españolas es reducido (6,9% en junio de 2008), pero admite que esas tasas podrían reflejar una mayor morosidad como consecuencia de la mencionada incertidumbre en la concesión “por tratarse, en buena medida, de un segmento de negocio menos explorado en el pasado”. La tasa de morosidad bancaria máxima en relación a préstamos hipotecarios para la compra de una vivienda se dio en diciembre de 2004, cuando marcó un irrelevante 0,3%. La más alta, por el contrario, se produjo en marzo de 1994, cuando se alcanzó un 5,54%.
Pagar la hipoteca como sea
La financiación para adquisición de vivienda tiene un peso muy importante sobre el total del crédito al sector privado residente, nada menos que el 36%, pero su morosidad ha sido históricamente la más baja de la cartera crediticia. El Banco de España lo relaciona con los incentivos del prestatario a cumplir con sus obligaciones crediticias. “Así, para muchas familias, asegura, se trata de la adquisición de un activo muy importante, tanto por su importe como por el destino (vivienda habitual), teniendo en cuenta, además, que, a diferencia de otros países, el porcentaje de vivienda en propiedad en España es muy elevado”.
El sistema legal español, a diferencia del estadounidense, por ejemplo, hace que el impago de la deuda hipotecaria no quede saldado con la entrega del bien hipotecado (si la vivienda vale menos que la deuda contraída), sino que el prestatario es responsable con el resto de su patrimonio hasta la devolución total del importe adeudado. Además, el negocio de comprar para alquilar (buy to let), en el que el riesgo de caídas en el precio de las viviendas lo acaba asumiendo la entidad, prácticamente no existe; ni se ha generalizado en España la utilización de la garantía hipotecaría para financiar crédito al consumo, al calor de la revalorización de la vivienda en los últimos años, algo que suele ser una práctica muy habitual en otros países.
Estos elementos explican, según el banco central, que la probabilidad de impago y la pérdida en caso de impago para préstamos hipotecarios suelan ser muy reducidas, incluso en situaciones de deterioro intenso de la economía como en 1993, con tasas de paro por encima del 20% y déficit público del 6,7% del PIB. Como se ve, un escenario que no está muy lejos de alcanzarse. El desequilibrio presupuestario se situará este año por encima del 6% y la tasa de paro, según la mayoría de los servicios de estudios, se llegará al entorno del 18%.
En el anterior ciclo económico recesivo, la morosidad hipotecaria encadenó 15 trimestres consecutivos de subidas. Desde el 2,09% de junio de 1990 al 5,54% de marzo de 1994. Esto significa que de repetirse la situación, hasta bien entrado 2010 los impagos seguirán creciendo, toda vez que la actual escalada comenzó en 2006.
De los 11.003 millones de créditos dudosos, las dos terceras partes corresponden a las cajas de ahorro, (7.267 millones), y únicamente 2.882 millones a los bancos. El resto corresponde a cooperativas y entidades financieras.
El total de las hipotecas sobre cualquier tipo de finca rústica o urbana, se redujo en noviembre un 42,7% hasta las 80.684 y el capital prestado ascendió a 12.185,4 millones, el 45,6% menos que un año antes, mientras que el importe medio fue de 151.027 euros, el 5% inferior.
El capital prestado para este tipo de hipotecas en el undécimo mes del año superó los 6.725 millones de euros, con un descenso del 51,3% respecto al mismo mes del año anterior.
Además, el empleo cayó en tres meses el 3 por ciento, debido al descenso de la actividad en todos los sectores excepto en los servicios.
El Banco de España sitúa el consumo de los hogares como el componente del PIB que más contribuyó a la desaceleración de 2008, por encima incluso del peso que tuvo el deterioro de la inversión residencial.
El organismo supervisor espera que la bajada de los tipos de interés y de la inflación, así como las medidas adoptadas para atajar la crisis y una eventual superación de las tensiones financieras "alivien" de algún modo la caída, aunque reconoce que es difícil que se recupere la demanda interna dado el "clima recesivo" de la economía mundial.
Por eso cree que ahora adquiriría "gran trascendencia" el avance de las reformas económicas para mejorar el mercado de trabajo, fomentar el "necesario relevo" entre las distintas ramas productivas y aumentar la productividad a largo plazo para recuperar cuanto antes el crecimiento potencial de la economía.
BBVA apela a la prudencia para anunciar un recorte del dividendo y para explicar que el pago del complementario a cargo de los beneficios de 2008 se hará con acciones en autocartera.
En total, el dividendo por acción de 2008 será de 0,614 euros, un 15,8% menos que el del ejercicio anterior. Por si fuera poco, el banco también ha anunciado que este año su pay out (porcentaje del beneficio que se destina a retribuir a los accionistas) bajará al 30%.
De esta forma, la entidad podrá reforzar sus ratio de solvencia, que ya han mejorado a lo largo de 2008, gracias a la generación orgánica de capital y a la emisión de preferentes realizada a finales de año.
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