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FMI prevé mayor contracción PIB español |
El Fondo Monetario Internacional (FMI) ha revisado a la baja sus expectativas respecto al Producto Interior Bruto (PIB) de España, que, según las últimas previsiones del organismo, se contraerá un 1,7% en 2009.
La contracción del PIB español contrasta con el repunte del 0,5% que espera el FMI para el conjunto de la economía mundial en el presente ejercicio. SE trata del nivel de crecimiento más bajo desde la II Guerra Mundial. Para 2010 el repunte que esperan los expertos del organismo internacional es del 3%.
La rebaja que ha aplicado el FMI a sus previsiones sobre el PIB español no ha cogido por sorpresa ya que el organismo advirtió el pasado mes de diciembre sobre una reducción de un punto porcentual en sus expectativas sobre España para 2009.
Según ha explicado el organismo que preside Dominique Strauss-Kahn, las economías desarrolladas experimentarán una contracción del 2% en 2009, frente al descenso del 0,3% previsto anteriormente, en su primer retroceso desde la posguerra, mientras que espera un crecimiento del 1,1% en 2010, medio punto por debajo de la anterior estimación. En cuanto a los países emergentes, el crecimiento será del 3,3% este año, mientras que en 2010 el repunte estimado es del 5%.
Palabra de Solbes
El vicepresidente económico del Gobierno, Pedro Solbes, aseguró el pasado 16 de diciembre que 2009 sería un año en el que España se enfrentaría a "los momentos más difíciles de la crisis" y pronosticó una contracción del 1,6%, aunque las previsiones del nuevo cuadro macroeconómico del Gobierno auguran un crecimiento del 1,2% en 2010 y del 2,6% en 2011.
Peor aún fue el escenario dibujado por los expertos del banco estadounidense Citigroup, que la semana pasada apuntaron a una contracción del PIB español del 2,7% este año y del 0,3% en 2010. La recuperación, según esta entidad, no llegarías hasta 2011, año en el que preveía un crecimiento del 1,2%, que podría alcanzar el 1,9% en los dos ejercicios siguientes.
Zona euro
El FMI también revisó a la baja las perspectivas de crecimiento económico de la zona euro, para la que auguró una contracción del 2% en 2009 y un crecimiento del 0,2% el próximo año.
En este sentido, la organización encabezada prevé que Alemania sufra una contracción del 2,5% este año, mientras que Francia podría retroceder un 1,9%, e Italia un 2,1%. Asimismo, la institución prevé que el PIB de Reino Unido se contraerá un 2,8% en 2009.

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Su pesimismo se extiende al 2010, el año en el que en su anterior cálculo vislumbraba la recuperación, pero en el que ahora cree que continuarán los números rojos, con un decrecimiento de la economía del 0,1 por ciento.
Los pronósticos del Fondo están en línea con los adelantados por la Comisión Europea hace algo más de una semana y son peores que los que maneja el Gobierno español, especialmente para el 2010.
El Ministerio de Economía cuenta con una reducción del Producto Interno Bruto (PIB) del 1,6 por ciento este año, pero un aumento del 1,2 por ciento para el 2010.
En respuesta al anuncio del FMI, fuentes del Gobierno en Madrid defendieron su cálculo para el 2010, cuando las medidas adoptadas para paliar la crisis y las bajadas de los intereses y de la inflación pondrán en funcionamiento de nuevo los engranajes de la economía, en su opinión.
En cambio, Charles Collyns, subdirector del departamento de Análisis del FMI, dijo en una entrevista con Efe que la entidad cree que España seguirá en recesión el año que viene porque continuará el hundimiento del sector inmobiliario.
"La corrección de los excesos del mercado de la propiedad tardará mucho tiempo, dado que hubo un aumento enorme de la inversión y de los precios", dijo.
No sólo España sufrió el tijeretazo del Fondo, sino que el organismo redujo sus previsiones de crecimiento en los principales países del mundo.
De forma colectiva, el crecimiento mundial este año será tan sólo de un 0,5 por ciento, su menor cifra desde la Segunda Guerra Mundial, mientras que en el 2010 experimentará un repunte "gradual", hasta el 3 por ciento, siempre que los gobiernos lleven a cabo intervenciones decisivas en la economía, indicó el FMI.
En noviembre el organismo había pronosticado que el PIB del planeta se iba a situar en un 3,2 por ciento este año, pero corrigió sus cálculos debido a la intensificación de los problemas financieros y al derrumbe de la confianza de los consumidores y las empresas, dijo en una rueda de prensa Olivier Blanchard, su economista jefe.
"Existe un círculo vicioso tóxico entre el sector financiero y la economía real", alertó Blanchard.
El FMI cree que la economía de Estados Unidos se contraerá un 1,6 por ciento este año, pero augura que la recuperación comenzará también en ese país, con un crecimiento del 1,6 por ciento en el 2010.
Mientras, en la zona euro la recesión restará 2 puntos al PIB de sus miembros este año, que en el 2010 crecerán un 0,2 por ciento.
En su informe, la entidad alertó de que "una recuperación económica sostenida no será posible hasta que las operaciones del sector financiero sean restablecidas y se desatasque el flujo del crédito".
Blanchard pidió más intervención pública, especialmente para devolver la salud a la banca y convencer a los consumidores y las empresas de que lo peor ya ha pasado y de que gasten de nuevo.
"La crisis actual es en gran medida de confianza", afirmó.
En el pasado, el Fondo ha recortado sus previsiones de crecimiento principalmente en los países avanzados, pero esta vez la bajada afecta en el mismo nivel a las naciones en desarrollo, que se han visto sacudidas más duramente en los últimos meses por los coletazos de la crisis.
Como grupo, el crecimiento de los mercados emergentes se ralentizará "drásticamente" desde un 6,3 por ciento en el 2008 hasta un 3,3 por ciento este año, según el Fondo.
Las naciones en desarrollo se resienten de la caída de la demanda de sus exportaciones y de los precios de las materias primas, así como de la dificultad para obtener financiación externa.
China crecerá este año un 6,7 por ciento, la mitad que en el 2007, mientras que el PIB de los países latinoamericanos aumentará sólo el 1,1 por ciento.
Todos repuntarán en el 2009, si es que el "círculo vicioso" del que se quejó Blanchard finalmente se rompe.
De este modo, la institución dirigida por Dominique Strauss-Kahn recortó nuevamente los pronósticos de crecimiento de la economía española públicados el pasado mes de noviembre en un punto en el caso de 2009 y en nueve décimas en la estimación correspondiente a 2010. De hecho, el pasado 10 de diciembre, el FMI ya había anticipado una reducción de sus previsiones respecto al PIB español al estimar una contracción de "al menos" un 1% en 2009 frente al 0,7% previsto en noviembre.
El pasado 16 de diciembre, el vicepresidente económico del Gobierno, Pedro Solbes, aseguró que España se enfrentará en 2009 a "los momentos más difíciles de la crisis" y pronosticó una contracción del 1,6%, aunque las previsiones del nuevo cuadro macroeconómico del Gobierno auguran un crecimiento del 1,2% en 2010 y del 2,6% en 2011.
No obstante, el recorte en las previsiones del FMI no alcanza el pesimismo mostrado por el banco estadounidense Citigroup, que pronosticó la semana pasada que el PIB español se contraerá un 2,7% en 2009 y un 0,3% en 2010 y sólo se apreciará una cierta recuperación en 2011, para cuando prevé un crecimiento del 1,2%, que podría alcanzar el 1,9% en los dos ejercicios siguientes.
La Eurozona se contraerá un 2% en 2009 y EEUU un 1,6%
Por otro lado, el FMI también revisó a la baja las perspectivas de crecimiento económico de la zona euro, para la que auguró una contracción del 2% en 2009 y un crecimiento del 0,2% el próximo año. En este sentido, la organización encabezada por Dominique Strauss-Kahn prevé que Alemania sufra una contracción del 2,5% este año, mientras que Francia podría retroceder un 1,9%, e Italia un 2,1%. Asimismo, la institución prevé que el PIB de Reino Unido se contraerá un 2,8% en 2009.
Por su parte, las previsiones del Fondo estiman que la economía de EEUU caerá un 1,6% en 2009, frente al -0,7% previsto en noviembre, para crecer un 1,6% en 2010, una décima por encima de la anterior estimación. En el caso de Japón, el FMI augura una contracción del PIB del 2,6% en 2009, muy por debajo de la previsión del -0,2% de noviembre, aunque espera que suba un 0,6% en 2010, medio punto menos de lo estimado anteriormente.
Italia y España no iniciarán la recuperación en 2010
De cara a 2010, la institución internacional proyectó una recuperación "gradual" de la economía mundial, con un repunte del crecimiento del 3%. No obstante, el FMI subrayó que las perspectivas son "muy inciertas", por lo que el momento y el ritmo de la recuperación dependerán de manera crucial de la aplicación de medidas enérgicas.
En este sentido, el FMI sólo augura una contracción del crecimiento del PIB para las economías de Italia y España, en ambos casos con retrocesos del 0,1%, mientras que para otras economías europeas como Alemania y Francia prevé un crecimiento del 0,1% y del 0,7%, respectivamente, mientras que en el caso de Reino Unido estima un repunte del PIB del 0,2% en 2010.
Asimismo, el vicedirector del Departamento de Investigación del FMI, Charles Collyns, subrayó que la recuperación económica mundial "dependerá de cómo se resuelva la crisis financiera" e instó al reconocimiento de las pérdidas y la recapitalización de los bancos para que el crédito pueda "volver a fluir". Collyns también hizo hincapié en que las políticas fiscales y monetarias estén encaminadas a impulsar la demanda para "frenar la espiral de destrucción que se ha creado entre la economía real y la financiera".
De las grandes economías industrializadas, será Reino Unido el que caiga a un ritmo más rápido, hasta un 2,8% este año, frente al 1,6% de EEUU, el 2% de la eurozona y el 2,6% de Japón. Aunque las economías de los mercados emergentes resistirán mejor la crisis que en ocasiones anteriores, el IMF también revisó a la baja el crecimiento de algunos países como China, que este año podría crecer un 6,7% e India, que no superaría el 5,1%.
El FMI reiteró su opinión, según la cual serán necesarias más reestructuraciones del sector financiero para que los mercados crediticios vuelvan a funcionar con normalidad, como parte de una recuperación económica. «Para conseguir este objetivo, se necesitarán nuevas iniciativas políticas que identifiquen los préstamos incobrables; clasifiquen a las compañías financieras según su viabilidad a medio plazo y proporcionen apoyo público a las instituciones mediante inyecciones de capital, eliminando los activos tóxicos».
Ya no será sólo un semestre de recesión: el crecimiento negativo se extenderá como mínimo durante 12 meses, hasta el segundo trimestre de 2009 –último periodo para el que se proyectan las previsiones–, cuando la caída del PIB será del 1,2%. Dada la profundidad de este desplome, los expertos dudan de que el tercer trimestre de 2009 se volviera a registros positivos, lo que supone que la recesión no sólo sería inédita por la continuidad de caídas consecutivas del PIB; además, se extendería durante más de un año.
Este índice sintético –que avanza la evolución de la economía en un horizonte de seis meses– se ha convertido en uno de los mayores delatores de la verdadera situación de crisis que atraviesa España, al no tratarse de ningún indicador ajeno al Ministerio de Economía. Por el contrario: es calculado internamente dentro del propio en el Gobierno como brújula de la situación real del país.
Y es, por tanto, el propio Ejecutivo quien, de puertas hacia dentro y con los micrófonos cerrados, sabe que la economía vivirá una crisis histórica, más larga que las cuatro recesiones que ha afrontado España desde la etapa de Franco (1975, 1978-79, 1981 y 1993) y que fueron “relativamente breves, entre 9 y 12 meses”, según el último informe mensual del Servicio de Estudios de La Caixa.
Los datos que facilita el INE muestran, en concreto, que en la recesión más reciente, en la de la década de los noventa, se registraron cuatro trimestres de retroceso del PIB, pero no fueron consecutivos. Tampoco sucedió así en la de 1981 –ver gráfico adjunto–. Sobre las crisis anteriores, La Caixa refleja que las “dos recesiones de los años setenta fueron relativamente suaves”.
La duración no es el único criterio que muestra que ésta es la etapa más virulenta. Por el momento, la crisis se ha llevado por delante más de un millón de empleos –el mercado laboral supera ya los tres millones de parados, cifra que, según Bruselas, llegará a 4,5 millones–, a mucha distancia de los 170.000 desempleados que se llevó por delante la recesión de 1979, los 284.000 de 1981 o los 625.000 de los años noventa.
Retahíla de desplomes
Si el indicador general elaborado por el Ministerio (que refleja la actividad en su conjunto), incita a un elevado grado de preocupación, la retahíla de datos que detallan la situación del país llevan directamente al pesimismo: la práctica totalidad de la veintena de indicadores se encuentran en cifras negativas. Pero, además, en números desorbitados. El indicador de confianza de la industria refleja ya un desplome del 37,6%, cuando en 2007 cerró con un -0,2% y la suma de 2008 con un -17,9%.
El consumo aparente de cemento se hunde un 36,2%, frente a un estancamiento del 0,2% en 2007 y una caída del 23,8% en el conjunto de 2008. La matriculación de turismos pierde un 47,3% –en 2007 mostraba una evolución de un –1,6% y de un -27,5% en el cómputo global de 2008–. La venta de vehículos de carga alcanza en su último dato un desplome de un 65,9%; en 2007 mostró un parón (o,3% de avance) y una caída del 43,6% en 2008.
La lista podría seguir. Pero la consecuencia no variaría: todos estos indicadores, que anticipan el futuro de la economía, recogen un desplome descontrolado, tanto por el volumen de pérdida de riqueza, como por su velocidad.
Todos los analistas coinciden en la importancia que puede tener el nivel de confianza de los agentes económicos a la hora de frenar el avance de esta crisis. Y el indicador de confianza, también recopilado por el Ministerio de Economía, refleja un nivel de 57 puntos.
Por debajo de 100 puntos muestra pesimismo. Sin embargo, lo cierto es que su caída aún es proporcionalmente pequeña frente al desplome del resto de datos enumerados, algo que parece presagiar que el impacto en el sentimiento de las empresas y los consumidores todavía podría agravarse.
Las piezas de un puzzle en descomposición
Consumo
Las ventas de las grandes empresas caen un 13,2%. La producción de la industria, en lógica concordancia, muestra pérdidas de un 15% con un fuerte impacto laboral.
Construcción
El consumo de cemento, indicador que avanza el comportamiento de la construcción refleja un hundimiento del 36,2%. En 2007 ya se estancó.
Industria
La matriculación de turismos se desploma un 47,3% y la de vehículos de carga un 65,9%. La confianza de la industria cae un 37%. Los dos datos dibujan un futuro negativo.
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