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“Un nuevo modelo productivo”

Lo cierto es que esta mañana no pensaba escribir sobre la crisis, ni siquiera sobre el debate de ayer en el Parlamento, aunque solo fuera porque no lo vi, ni seguí, ni comenté. Tuvimos un día de esos movidos en los que las ocupaciones del subsistir en el ambiente que nos rodea se convierten, como dicen los cursis, en prioridad por excelencia.

Quizás a esta desgana contribuyó una información que me transmitieron desde eso que algunos periodistas de la vieja usanza calificaban como “fuentes de toda solvencia”.

Me decían que el Gobierno recibió poco antes de iniciar el debate una oferta de ERC para apoyarle en sus propuestas económicas a cambio de trasladar a Barcelona, o a Cataluña, para ser menos concreto, uno de los archivos documentales de importancia que tiene custodiado el Estado español. Pues ya se ve que la crisis se aprovecha para todo. Mejor dicho, se comercia conscientes del valor del apoyo parlamentario en situaciones como las que no toca vivir.

Esas cosas, claro, no ayudan demasiado a valorar los debates propios de este modelo de acción política, así que, si me quedaba alguna atracción o inquietud por el debate, se despejó de modo tajante.

Al leer la prensa esta mañana resulta inevitable comprobar que las predicciones que hicimos ayer en el artículo del día se confirmaban por los hechos sucedidos en eso que llaman hemiciclo. No trato de valorar la altura de las intervenciones de uno y otros. Ni de calificar o descalificar. Ni de puntuar entre 0 y 10. Nada de eso. No buscaba un análisis de partido sino un punto de luz que me permitiera creer que había servido para algo ese consumo de tiempo y energías de nuestra clase politica.

Y, como siempre, de lo que se ocupan es de saber quien ganó el debate, si el del Gobierno, el de la oposición o alguno de los nacionalistas, que es lo que tenemos, porque Izquierda Unida parece que se ha convertido en algo testimonial. No se quien ganó, pero es posible que alguien se alce con la victoria dialéctica mientras la sociedad se convierte en la perdedora. Y eso puede ocurrir tanto porque las medidas resulten ineficaces como porque se acreciente la pérdida de credibilidad en quienes administran el Sistema.

He leido que se habló de reducir impuestos a empresas con menos de 25 trabajadores si mantienen la plantilla. No es una medida que me parezca demagógica. Al contrario: un desempleado es un coste en términos de subsidio de desempleo. Además es una frustración personal. Si la empresa paga menos impuestos y si ese dinero que paga de menos lo invierte en no reducir plantilla, pues se producen, al menos sobre el papel, ahorros financieros y disminuyen los costes personales. Así dicho es claro. Pero para eso hace falta que las empresas ganen dinero, lo que ya es harina de otro costal, porque solo si lo ganan pagan impuestos. Otra cosa es que se redujera o contemplara la carga impositiva total, directa e indirecta, pero no se, sinceramente, como va a funcionar esa propuesta. Ni siquiera se me alcanza la razón para el límite de 25 personas de plantilla. Seguro que existe algun condicionante de tipo técnico, pero lo ignoro. Pero en principio me parece un tema interesante.

Tambien me atrae ese Fondo de 20.000 millones a través del ICO para proyectos innovadores. Ya se que palabras tales como innovación, nuevas empresas y cosas así son de consumo politico obligatorio en discursos de estos momentos, pero lo que me atrae es esa coletilla que leo referida a que se trata de canalizar esos fondos a través del ICO “con colaboración privada”.

¿Qué quiere decir?

No lo se, pero creo que ya hemos comentado en alguna ocasión mi idea del valor social del crédito, de modo que una colaboración público/privada me parecía un buen camino a explorar. Creo que os comenté que en Ourense, en una cena que siguió a una conferencia en la Cámara de Comercio, expuse ante algunos empresarios esta idea de institutos de crédito en los que coincidieran el sector público y empresarios privados, con fondos para ser administrados con profesionalidad por gestores independientes y alejados de utilizaciones políticas de los recursos financieros. No se como se cuece esa iniciativa a la que alude la prensa, pero me gustaría seguirla.

Por último y esto es quizás lo de mayor enjundia, se dice que el Presidente del Gobierno arrojó un montón de proyectos de Ley sobre sus señorías. Concretamente según la prensa.la Ley para la Economía Sostenible, la Ley sobre el Libre Acceso y Ejercicio de las Actividades de Servicios; la reforma de la Ley del Comercio Minorista, “que fija el principio de libre establecimiento en el comercio”; la Ley de Puertos, “que impulsa la competencia entre puertos”; la reforma de la Ley Eléctrica; la Ley del Sector Audiovisual; la Ley de Ciencia y la Tecnología; Ley de Enjuiciamiento Criminal; “la nueva regulación de las competencias de nuestros órganos judiciales”; la nueva demarcación y planta judicial; la regulación de los Consejos Territoriales del Poder Judicial; la reforma del Registro Civil; la Ley Integral de Igualdad de Trato; la Ley de la Libertad de Conciencia; la Ley de Extranjería y la Ley del Aborto. Algunas de ellas solo tangencialmente tienen que ver con la crisis económica pero si sirven para mejorar el funcionamiento de nuestra sociedad, pues mejor que mejor.

La que me llama la atención es la Ley para le Economía Sostenible. Quizás quiera decir que hay una economía que no se sostiene, pero seguramente no se trata de eso, o no es eso en lo que piensan, aunque algunos pensemos que un determinado modo de entender las relaciones de producción y de distribución de la riqueza producida ya no se sostiene mas.

Pero, en fin, parece que el proyecto tiene enjundia. Dice la prensa mas ideologicamente cercana al poder que Zapatero “En el horizonte situó la búsqueda de un nuevo modelo de crecimiento en el que ya no se subvenciona el ladrillo, después de la explosión de la burbuja de la construcción que agrava en España los efectos de la crisis mundial”.

No está mal eso, desde luego, pero creo que es objetivo corto. En realidad, y siempre según la prensa, esa Ley trata de impulsar un “nuevo modelo productivo”.

Estas son palabras mayores.

Desde luego que se necesita, como digo, un nuevo modo de entender las relaciones de producción de bienes y servicios y que en este plano es donde hay que trabajar, es decir, en la raíz. Pero no tengo la menor información al respecto. La palabras apuntan hacia algo, pero ya sabéis que la palabra no es la cosa. Asi que seguiremos el desarrollo de esa idea con atención.

Hoy viajo a Italia, así que mañana seguramente no estaré disponible. Si puedo os diré algo de la situación que me encuentre y me cuenten por allí. Si no, nos veremos el viernes, aunque, como sabéis algunos, es fiesta en Madrid.


Mario Conde

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