«« | »» |
El BCE baja los tipos al uno por ciento |
El Banco Central Europeo (BCE) ha cumplido el guión al recortar los tipos en un cuarto de punto, hasta el 1%, el nivel más bajo de sus diez años de historia. Ahora, todas las miradas se centrarán en la rueda de prensa en la que Jean Claude Trichet podría anunciar medidas excepcionales sobre política monetaria.
Según Iván Comerma, director del área de tesorería y valores de Banca Internacional-Banca Mora (BIBM), el "mercado se muestra unánime hacia un recorte de 25 puntos básicos". Un recorte superior "sembraría dudas sobre el estado real de la economía y no es lo que en este momento conviene", subraya.
"Los mercados necesitan una politica monetaria predecible y sin sorpresas, por ello, no creo que en esta ocasión Trichet se salte el guión", decía Comerma minutos antes de conocerse la decisión de tipos tomada por el BCE.
En su decisión sobre política monetaria de hace un mes el organismo que preside Jean-Claude Trichet se desvinculó del guión que apuntaba que acometería un recorte de, al menos, 50 puntos básicos, y los rebajo en la mitad, un cuarto de punto, hasta el 1,25%, el mínimo en los diez años de historia de la institución.
(continue)

Etiquetas: conocimiento, medios, memoria, monopolios, multitud, politica.
Algunos expertos han criticado que el BCE no haya reducido todavía los tipos de interés hasta un nivel cercano al 0% y que no haya decidido comprar bonos estatales o del sector privado como han hecho otras entidades, como la Reserva Federal estadounidense (Fed) y el Banco de Inglaterra. El BCE ha advertido de los riesgos de bajar la tasa rectora hasta casi el 0 por ciento y ha argumentado que ha proporcionado liquidez ilimitada a los bancos a cambio de garantías.
Desde junio de 2007 y hasta finales del pasado mes de abril, el volumen de préstamo del BCE se incrementó en 600.000 millones de euros hasta 1,5 billones de euros, el equivalente al 16% del Producto Interior Bruto (PIB) de la zona del euro, según cálculos del Financial Times.
En esta crisis ambos bancos centrales han tratado de dar una imagen de unidad, pero la sensación es que una herencia cultural muy profunda divide las políticas monetarias de Europa y Estados Unidos.
Incluso reconociendo que “el sector bancario es el doble de importante para la zona euro que para Estados Unidos”, Trichet ha sido mucho menos proactivo a la hora de bajar tipos que su colega Bernanke. Con el precio del dinero al 0% nominal desde finales del 2008, la FED ha implementado medidas extraordinarias, conocidas como quantitative easing, para lograr unos tipos reales lo más bajos posibles.
El BCE por su lado defraudó en su reunión del mes pasado con sólo un cuarto de punto de bajada, del 1,50% al 1,25%, en una decisión que vino acompañada del rechazo a otros tipos de intervención no convencional.
Hoy, tal y cómo el mercado había anticipado, ha dejado los tipos en el 1%, mínimo histórico de la Eurozona, aunque esta vez sí ha anunciado otras medidas extraordinarias.
Los diferentes mandatos de los dos bancos centrales justifican, en gran parte, la cautela del Gobernador del BCE. Para la FED su trabajo debe estar centrado no sólo en luchar contra la inflación sino también en promover el pleno empleo.
El BCE participa, por el contrario, de una única misión: combatir la inflación.
Los alemanes no han olvidado su experiencia de 1923 durante la República de Weimar, cuando los precios llegaron a subir un 75,000%, lo que dejó una huella indeleble en el Bundesbank cuya reminiscencia en la conciencia europea aún perdura.
En un bloque tan variopinto como la UE
¿Se debe modificar el mandato del BCE y orientarlo -además de hacia control de la inflación- a la creación de empleo?
¿Compensa, tal y como propugna Bernanke, ser más transparente a la hora de guiar al mercado sobre la política monetaria?
¿Tiene Europa la misma flexibilidad que Estados Unidos cuando carece del lujo de disponer de una moneda refugio como el dólar?
¿Qué tipo de independencia real tienen los bancos centrales en una economía globalizada?
Esta reticencia a la hora de incentivar la economía europea pasará factura: el Viejo Continente tardará más en volver a crecer que Estados Unidos.
La esperanza está, una vez más, en que se beneficie de la locomotora norteamericana, una vez que esta decida arrancar. Esperemos que el tren no tarde mucho en llegar.
(continue)
(Con información de EFE/APB)
«« | Inicio | »» |