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¿Quién llevó General Motors a la quiebra? |
La historia de la empresa General Motors (GM) corre paralela a la de Estados Unidos. Su gloria y declinación marcan la historia del siglo XX. Durante décadas, GM fue sinónimo de poderío industrial invencible. Hasta parecía que el tiempo se había detenido con el gigante GM en su cenit. Era cuando los estadounidenses pensaban que la historia era algo que sólo les sucedía a los demás, parafraseando a Toynbee.
¿Cómo pudo llegar a la quiebra este coloso?
No cabe duda, el éxito puede ser un regalo envenenado. La GM fue fundada en 1908 y llegó a ser la empresa más grande del mundo. En 1965 acaparó 54 por ciento del mercado de automóviles. Pero en enero de 2009 apenas pudo llegar a 19 por ciento. En estos días, sus directivos de seguro piensan en la frase de Francesca de Rimini: no existe mayor dolor que recordar los tiempos felices en la desgracia. (Quinto canto, Infierno)
Después de los años dorados, la cultura empresarial de GM quedó dominada por la convicción de que siempre sería líder indiscutible. Esto impidió ver las señales del mercado y condujo a la compañía a trayectorias industriales equivocadas. Gradualmente dejó de ser innovadora y comenzó a comportarse como imitadora de la competencia. Al calor de esa cultura autista se cometieron errores ejemplares, dignos de libros de texto para escuelas de negocios.
El principal desacierto fue ignorar la necesidad de promover la producción de autos más eficientes en consumo de combustible. En su lugar, privilegió los vehículos más pesados, camionetas y todo lo que tragara gasolina en cantidades industriales. Todavía en 1999 compró la marca Hummer, que llegó a simbolizar todo lo malo en un auto.
Los proyectos para revertir la tendencia descendente fueron mal concebidos. El mejor ejemplo fue el Pontiac Aztec, un automóvil introducido en 1999 que hacía honor al chiste de que GMC significaba grande, malo y caro. En 2004 tuvo que ser descontinuado con todos los costos que eso representó. En cambio, las líneas de producción del vehículo eléctrico, que pudo haber sido clave para la recuperación, fueron sacrificadas por esos años.
En 2005 se anunció otro plan de recuperación con mayores aportaciones de los empleados al fondo de pensiones, eliminación de 30 mil puestos de trabajo y el cierre de nueve plantas. Pero el contenido medular del plan era continuar con la inversión en los Hummer y las camionetas pesadas. Lo único que aceleró ese plan fue el retroceso en el mercado.
¿Cómo influyó el poderoso sindicato automotriz (UAW) sobre la suerte de GM? Durante muchos años, la evolución de los salarios acompañó el aumento en productividad y las prestaciones en materia de fondo de retiro fueron generosas. Pero el sindicato fue perdiendo poder: en 1979 la plantilla sindicalizada en sus plantas era de 470 mil, pasando a 300 mil en 1990 y a 128 mil en 2003. Esta caída de 72 por ciento está asociada con la subcontratación y el traslado de plantas y puestos de trabajo a otras partes del mundo. GM buscó así reducir costos y restar fuerza a una burocracia sindical que no siempre estuvo identificada con los intereses de los trabajadores.
Hoy los pasivos laborales heredados de la época dorada, en especial los relacionados con el fondo de retiro, son una carga significativa. Pero el mal manejo financiero de la empresa ha sido mucho más importante y en las últimas décadas ha estado relacionado con el modo de acumulación de la economía estadunidense. (a base de dinero barato y burbujas especulativas)
Después del 9/11, la GM lanzó una campaña ofreciendo financiamiento de costo cero para sus clientes. Las ventas crecieron, pero la empresa siguió hundiéndose en problemas financieros. Para entonces ya había entrado al negocio de las hipotecas subprime: en 1999 su brazo financiero, GMAC, compró Ditech, una compañía especializada en hipotecas baratas, justo a tiempo para subirse en la peor burbuja especulativa de la historia. Hoy Ditech se ahoga en 100 mil millones de dólares de hipotecas chatarra, arrastrando el valor de mercado de las acciones de la empresa.
La quiebra eventual de GM tendrá enormes consecuencias. Lanzará a la calle a cientos de miles de trabajadores, con efectos sobre proveedores y agencias distribuidoras. Puede profundizar y prolongar la recesión, así que todavía quedan dudas: habrá que ver si efectivamente la administración de Obama deja caer al gigante.
Un último comentario sobre las subsidiarias de General Motors en México es importante. En la restructuración todo va a cambiar. Pero, por el momento, atrae la atención el tema del reparto de utilidades. En los hechos, la gestión de las subsidiarias está subordinada a los intereses del corporativo. La transferencia de rentabilidad de la subsidiaria a la casa matriz se lleva a cabo por medio de transacciones intrafirma. La negociación será difícil, pero, aun en el contexto desfavorable del TLCAN, no es imposible controlar estas transferencias en el interior del grupo corporativo y estimar niveles de rentabilidad.
Alejandro Nadal
La Jornada, México
Nota: Unos 60.000 empleados de 14 fábricas de empresas subsidiarias de la automotriz norteamericana General Motors se manifestaron en distintos países europeos para demandar el mantenimiento de sus puestos de trabajo, luego de que la compañía anunció el despido de 47.000 empleados, en febrero de 2009.
(continue)

Etiquetas: conocimiento, medios, memoria, monopolios, multitud, politica.
Además de las trece plantas de EE.UU., GM dijo que cerrará temporalmente la factoría mexicana de Silao donde se producen los modelos Chevy Silverado y GMC Sierra El fabricante, que tiene hasta el 1 de junio para evitar la suspensión de pagos, dijo que la medida no afecta al lanzamiento de nuevos modelos, como el Chevrolet Camaro o el Buick LaCrosse, y que la decisión reducirá la presión sobre los concesionarios de cara a la llegada de los modelos del 2010 al final de verano.
Las plantas que producen estos modelos, la de Oshawa (Canadá) y Fairfax (EE.UU.), no serán cerradas, dijo GM. GM también advirtió de que la situación de uno de sus principales proveedores, Delphi (que se encuentra en suspensión de pagos desde octubre del 2005), "podría forzar GM a un cierre incontrolado con graves consecuencias para el sector automotriz de Estados Unidos". Troy Clarke, presidente de GM en Norteamérica, dijo que "estamos tomando medidas agresivas para acelerar nuestras iniciativas sobre los inventarios, que han funcionado bien desde principios de año".
A finales de marzo, los concesionarios de General Motors en Estados Unidos acumulaban 767.000 vehículos a la espera de comprador. En marzo, GM vendió 156.380 vehículos. En febrero la cifra fue de 127.296 unidades y en enero 129.227.
En el conjunto del primer trimestre, las ventas totales de GM fueron 412.903 unidades por lo que las unidades ya fabricadas permitirían responder la previsible demanda durante más de cinco meses. "Aunque las ventas han sido lo que habíamos estimado, o han estado cerca, y las existencias de los concesionarios se han reducido, queremos alinear los inventarios de forma más cercana a las previsiones más conservadoras del mercado", añadió Clarke en un comunicado.
GM dijo que los inventarios de la compañía están a un nivel alto, y el cierre permitirá que la compañía ajuste su producción a la demanda global.
Dijo que aproximadamente 767.000 vehículos estaban en reserva en los concesionarios a finales de marzo, 108.000 vehículos menos o 12 por ciento menos comparado con el mismo período del año pasado.
Las ventas de GM en el mercado de EEUU se desplomaron un 49 por ciento en el primer trimestre mientras que las ventas de autos en EEUU las cuales descendieron 38 por ciento, permanecerán bajo presión en el futuro cercano.
(Xinhua)
Otros dirigentes sindicales dijeron que los habían convocado a reuniones para discutir cambios en la producción.
Fuentes conocedoras de los planes de GM dijeron el miércoles que la mayoría de las plantas estarán cerradas entre mayo y julio.
Miles de obreros podrían ser despedidos pero recibirán la mayor parte de su paga porque el contrato firmado por la empresa con el sindicato United Auto Workers requiere que GM aporte gran parte de la diferencia entre la compensación estatal por desempleo y sus salarios.
El cierre podría ser catastrófico para muchos suministradores de repuestos y partes que se encuentran ya al borde de la bancarrota debido a las reducciones anteriores. Durante el cierre, los proveedores no podrán despachar repuestos a GM y perderán unos ingresos de crítica importancia.
La nueva propuesta de la compañía revisa profundamente los objetivos establecidos en el plan inicial de reestructuración que presentó el pasado mes de febrero, y establece entre sus metas una reducción de los costes estructurales del 25% entre 2008 y 2010, hasta 23.200 millones de dólares (17.700 millones de euros).
"Estamos tomando medidas duras, pero necesarias para la viabilidad de General Motors a largo plazo", expuso el presidente de General Motors, Fritz Henderson. "Nuestra responsabilidad está clara (...) y haremos todo lo posible para mitigar el efecto de estas acciones en nuestros empleados, concesionarios, sindicatos, proveedores, accionistas y en las comunidades", añadió Henderson.
El máximo responsable del grupo insistió en que el nuevo plan de viabilidad recoge las indicaciones del presidente Obama y del Departamento del Tesoro, a quienes agradeció su apoyo. A su juicio, estas medidas harán que el modelo de negocio de General Motors sea más fuerte y ligero al mismo tiempo.
Prescinde de cuatro marcas
Para empezar, General Motors se centrará en cuatro marcas para su actividad en Norteamérica: Chevrolet, Cadillac, Buick y GMC. De esta forma, Pontiac desaparecerá a finales de 2010, mientras que Saab, Saturn y Hummer tendrán su propia solución antes de que termine este año.
En cuanto a la red comercial en Estados Unidos, el número de concesionarios se reducirá un 42% entre 2008 y 2010, pasando de 6.246 a 3.605 centros. General Motors asume que su cuota de mercado caerá este año hasta el 19,5% y se estabilizará entre el 18,4% y el 18,9% en los próximos ejercicios, como consecuencia de la menor demanda y de la consolidación de marcas y concesionarios.
De esta forma, General Motors reformula sus propuestas ante un nuevo escenario. La empresa se prepara para lo peor y asegura que será capaz de alcanzar el equilibrio en sus cuentas en Norteamérica con un mercado total de diez millones de vehículos en Estados Unidos, lejos del volumen de entre 15 y 17 millones de unidades registrado desde 1995 hasta 2007.
La consecución de estos objetivos pasa por unas severas medidas para reducir costes, entre las que figura la eliminación de 23.000 empleos en sus fábricas entre 2008 y 2011, el cierre de 16 plantas (de 47 a 31) en el mismo período y la reducción de los costes laborales en un 34% en el trienio comprendido entre 2008 y 2010. Con todo ello, los costes estructurales deberían reducirse en 7.600 millones de dólares (5.800 millones de euros), un 25%.
Reducción de la deuda
Además, el grupo apuesta por reforzar su balance y su posición de liquidez. Para ello, realizará una emisión de bonos convertibles en acciones por un importe de 27.000 millones de dólares (20.600 millones de euros), modificará los términos del acuerdo con sus empleados sobre prestaciones sociales y sanitarias (VEBA) y solicitará autorización al Tesoro para convertir deuda en acciones. Todas estas medidas se traducirán en una reducción de la deuda en 44.000 millones de dólares (33.600 millones de euros).
La empresa no tiene previsto frenar su apuesta por los futuros productos y las nuevas tecnologías, a las que destinará este año 5.400 millones de dólares (4.120 millones de euros), y entre 5.300 y 6.700 millones de dólares (entre 4.000 y 5.100 millones de euros) desde 2010 hasta 2014.
Como resultado de ello, GM reducirá para el próximo año el número de modelos que ofrecerá al público de 48 a un total de 34, un recorte de 29 por ciento.
Estos recortes serán el resultado de una reducción de 28 por ciento en el tamaño de la planta productiva de GM en Estados Unidos, que de 47 plantas de ensamblaje y acabado con que cuenta, terminará con 31 para 2012.
La baja de producción irá acompañada de un recorte de 42 por ciento en el número de concesionarias automotrices a nivel nacional, de seis mil 246 en 2008 a tres mil 605 para 2010.
'Estamos tomando decisiones difíciles pero necesarias que resultan críticas para la viabilidad de largo plazo de GM', dijo Fritz Henderson, presidente de GM, en un comunicado dado a conocer este día por la automotriz.
GM dio a conocer además que el número de empleados será recortado en 34 por ciento, pasando de 61 mil a 40 mil para el 2010, en adición a dos mil hasta el 2011, para cuando la planta laboral se reducirá a 28 mil.
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