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La cumbre psiquiátrica

Desde el punto de vista de la personalidad humana, el doble discurso es una discrepancia (falta de correspondencia) entre lo que se dice y lo que se hace. Una especie de "trastorno de identidad disociativo" que impide que la persona se haga cargo y ejecute lo que promete.

Trasladado al plano del mensaje mediático, el doble discurso es una "técnica disociativa de la realidad" mediante la cual los presidentes, funcionarios y políticos del sistema, niegan inmediatamente con sus actos lo que afirman con sus palabras sin que nadie les pida explicación.

Esta falta de correspondencia entre la "teoría" (lo que dicen a diario para conseguir votos y consenso social) y la "práctica" (lo que hacen a diario para servir a los intereses del Estado capitalista que los contrata) permitió que Barack Obama, el CEO de la empresa imperial USA (sometedora histórica de los pueblos de América Latina) fuese aplaudido por los presentes y se convirtiese por unas horas en el "primer defensor" de los intereses regionales en la llamada "Cumbre de las Américas".

Probadamente, la realidad "comunicacional" de cualquier país del sistema capitalista a escala global se construye sobre la base funcional del "doble discurso" (o "doble rasero"): Lo que se dice o "informa" (el discurso mediático) no tiene porqué coincidir con la realidad (los intereses capitalistas que financian los medios de comunicación).

En los medios de comunicación del sistema (por razones de estrategia de dominio) el discurso "informativo" impuesto a escala global está generalmente disociado de los intereses estructurales y significantes del poder capitalista que representa.

Desde el punto de vista de la dominación política, esta disociación aceptada (separación del discurso de la realidad) no es para nada casual. El "doble discurso" político tiene como finalidad primaria mostrar lo que dice el empleado (el político) y esconder lo que en la realidad hace el patrón (el sistema capitalista que controla el Estado).

Como fenómeno emergente del "doble discurso" estandarizado, la prensa del sistema sólo analiza discursos (despojados de la realidad estructural totalizada del poder capitalista que paga por sus servicios), y los políticos sólo pronuncian discursos (sin correspondencia con los intereses del poder del Estado capitalista al que representan efectivamente).

No por casualidad el gran inventor e impulsor del modelo de "doble discurso" a escala global es EEUU, la primera potencia del sistema capitalista dominante, que habla como paladín mundial de la "democracia" y los "derechos humanos", pero gerencia efectivamente su poder imperial con el arsenal nuclear más poderoso del planeta, cinco flotas con poder nuclear surcando las aguas del mundo y casi mil bases militares distribuidas por todos los puntos estratégicos del planeta.

Debajo de este paraguas de dominio hegemónico militar-nuclear, los gerentes de turno del Estado USA edifican sus discursos públicos sobre la base de la imposición de los "regimenes democráticos" y la "gobernabilidad en paz" monitoreados desde Washington, como está claramente explicitado en los documentos del Departamento de Estado.

EEUU, que tras el 11-S conquistó a sangre y fuego Irak y Afganistán (donde las fuerzas ocupantes ya asesinaron a centenares de miles de personas, principalmente civiles) impuso simultáneamente en ambos países ocupados por su sus fuerzas militares el "régimen democrático" con elecciones periodistas donde los conquistados votan gobiernos controlados por los invasores.

Debajo del Estado USA, la "realidad internacional" se construye sobre los parámetros establecidos del "doble discurso" capitalista, orientado a esconder la realidad del dominio imperial y la depredación planetaria realizada por los bancos y las empresas del sistema capitalista transnacionalizado.

Naciones imperiales como las potencias centrales europeas (que han fundado sus imperios en base a la ocupación militar, el sometimiento de pueblos y el esclavismo) se erigen como íconos universales de la "democracia" y de los "derechos humanos" e imponen las reglas de la virtud "civilizatoria" al resto de los países de la periferia subdesarrollada.

En este escenario, cualquier supermillonario de la revista Forbes (que acumuló su riqueza sobre la base de la generación de pobreza como emergente social más inmediato) puede poner una fundación para "combatir a la pobreza" sin que nadie lo cuestione ni analice sus actos como resultante de una conducta demente.

De la misma manera, los bancos y transnacionales capitalistas (que han acumulado sus activos empresariales sobre la base de la explotación histórica de países y de la depredación sistemática de los recursos naturales y el medio ambiente) financian ONGs y distintas organizaciones mundiales para "combatir la destrucción del medio ambiente".

Organizaciones internacionales del sistema capitalista, como el Banco Mundial o el FMI (recurrentemente utilizadas como gendarmes y supervisores del macro-robo financiero a través del endeudamiento de los países más débiles) son designadas a su vez como baluartes internacionales de la "ética solidaria" y del combate estructural contra la pobreza en el mundo.

En este contexto mundial de "doble discurso" estandarizado, resulta "normal" que un presidente en ejercicio de cualquier Estado capitalista de América Latina (o de cualquier país sometido del planeta) pronuncie discursos destinados a resaltar los intereses del "pueblo" que lo votó, y luego gerencie su Estado para los intereses capitalistas que lo controlan.

En la lectura de esta realidad emergente (y preexistente) del "doble discurso" capitalista aceptada como norma, se explica el desarrollo de la llamada "Cumbre de las Américas" en Trinidad y Tobago, de la cual (salvo Cuba) participaron los presidentes de los 34 Estados americanos.

Por ejemplo, que Chávez haya edificado su poder político sobre la base del discurso "antiimperialista" y "anticapitalista" no es impedimento para que lo elogie, le regale un libro, le extienda la mano y lo palmee afectuosamente llamándolo "amigo" a Barack Obama, el actual gerente del Imperio USA y máximo representante político del capitalismo a escala global.

Que Cristina Kirchner, Evo Morales, Rafael Correa o Daniel Ortega traten cotidianamente de "potencia invasora" a EEUU, se peleen discursivamente o expulsen a los embajadores USA, o edifiquen sus discursos políticos sobre la base de la "lucha antiimperialista contra la pobreza", no impidió que durante toda la Cumbre miraran constantemente a Obama con gesto sumiso y servil, casi con admiración, esperando que el presidente imperial los llame para inmortalizarlos en un "cruce de la palabras" o en un saludo afectuoso ante las cámaras televisivas mundiales.

Que los 34 gerentes políticos latinoamericanos que participaron de la Cumbre tengan (en la realidad) sus países atados a los condicionamientos del FMI y del Banco Mundial, y sus sistemas económicos productivos y comercios interiores y exteriores controlados por los bancos y empresas trasnacionales del Imperio, no es impedimento para que pronuncien encendidos discursos sobre el triunfo de la "igualdad" con EEUU y lo consideren a Obama como "uno más" del grupo.

Que Barack Obama haya decidido, apenas días antes de la Cumbre, profundizar la ocupación militar enviando más tropas a Afganistán, "perdonar" y justificar a los torturadores de la CIA de la era Bush, e imponer (a través del G-20 y el FMI) un plan para hacer pagar la crisis bancaria imperial a los pueblos de América Latina mediante un nuevo endeudamiento y salvataje de bancos con dinero de los impuestos pagados por toda la sociedad, no es impedimento para que sea elogiado sin excepción por todos sus "pares" de la Cumbre como el presidente "democrático" de las "buenas intenciones" diferente a Bush.

Que Barack Obama sea el presidente de la potencia imperial que tiene aprisionada a América Latina dentro de un "cerrojo militar" compuesto por decenas de bases militares, aviones, buques y submarinos nucleares posicionados alrededor de sus principales fuentes de recursos estratégicos, no es impedimento para que sus "pares" de la Cumbre de las América lo elogien y califiquen como el presidente USA que vino a restaurar la "democracia y la paz" en el continente.

En el "doble discurso" público hay una disociación clara entre la expresión conceptual (la teoría) y la conducta de realización (la práctica) que no distingue ni identifica las fronteras entre lo que es verdad y lo que es mentira como resultante de la confrontación razonada entre la teoría y la práctica.

En consecuencia, la afirmación discursiva de los presidentes o funcionarios no tiene necesariamente que coincidir con lo que luego hacen en el ejercicio de su conducta o de sus funciones.

Esto explica porqué Chávez, el gran constructor de la revolución "antiimperialista y anticapitalista" latinoamericana le dio la mano, se deshizo en elogios y se despidió con una palmada afectuosa de Barack Obama, el CEO de turno de la gran empresa capitalista imperial USA.

Como diría Clinton: Es el "doble discurso", estúpido.

Manuel Freytas

Publicado por Pause Editar entrada contiene 1 comentarios.
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  Pareciera que alguna bruja les hubiese tocado con un hechizo: La "indomable" izquierda gubernamental "revolucionaria" latinoamericana de los Chávez, Morales, Correa, Ortega y compañía pareció sucumbir a los encantos del "blanquinegro" CEO de la empresa imperial USA, Barack Obama, a quien miraban embelesados como si fuera un "manso cordero" durante el desarrollo de la denominada "Cumbre de las Américas". Al final, primó la "reconciliación" y las declaraciones finales reflejaron que la "revolución" había sucumbido a los encantamientos de Obama. Por cuanto tiempo, no se sabe.

lunes, 20 abril, 2009  

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