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España: la mala gestión hace estragos |
El PIB caerá un 3% este año y el paro rozará el 20% en 2010.
La economía española se desploma. Y lo hace de una forma cada vez más acelerada. Hasta el punto de que el Banco de España prevé ya que el Producto Interior Bruto (PIB) decrezca este año un 3%, con una tasa de paro que alcanzará el 17,1%. Lo peor, sin embargo, es que la luz de recuperación no se verá hasta dentro de mucho tiempo.
De hecho, el servicio de estudios del banco central prevé que en 2010 la economía española siga en recesión, con un decrecimiento del 1%, mientras que el desempleo se dispara hasta situarse ya muy cerca del 20%.
En concreto, un 19,4%.
Según las estimaciones del Banco de España, la caída del PIB en 2009 se basará en el descenso de todos los componentes de la demanda nacional, salvo el consumo público, con un impacto en el crecimiento que solo amortiguaría parcialmente la mejora de la contribución del sector exterior al producto, debido al fuerte ajuste en el nivel de importaciones, que compensaría el efecto negativo de la sustancial caída del comercio mundial sobre las ventas al exterior. El consumo privado- igualmente- disminuirá un 3% en 2009, pese al ligero incremento que se proyecta en la renta disponible en términos reales
Para los economistas del Banco de España, la inversión residencial también experimentará un descenso sustancial en 2009, con una caída superior al 20%, en la medida en que la oferta se está ajustando rápidamente a la disminución de la demanda y al exceso de capacidad existente en el sector inversión total en construcción descenderá en menor magnitud, debido al efecto positivo del Fondo Estatal de Inversión Local puesto en marcha en el segundo trimestre del presente año.
De acuerdo con las estimaciones, ese plan podría tener un efecto positivo de 0,3 puntos porcentuales de crecimiento del PIB en el promedio de 2009 y 2010. La contracción más acusada se registraría en la inversión en bienes de equipo, “pues la disminución de la demanda nacional y externa, y la gran incertidumbre sobre las perspectivas económicas, deprimirán la puesta en marcha de nuevos proyectos de inversión”.
La recesión continuará en 2010
Para 2010, el banco central estima que la actividad siga cayendo, aunque a un ritmo más “modesto”, del 1%. Esta proyección se fundamenta en la recuperación esperada del entorno exterior, con un crecimiento mundial algo por encima del 2%, y en la gradual absorción de los efectos más intensos de la crisis financiera. En realidad, sostiene el Banco de España, buena parte de la caída del producto proyectada para 2010 obedece al arrastre que suponen las tasas negativas del presente ejercicio, pues se estima que en la segunda mitad del año próximo la actividad se estabilizaría e, incluso, podría empezar a crecer de nuevo. Es decir, que hasta mediados del año que viene, la economía no comenzará a remontar en términos anuales.
La caída de la actividad conducirá a una disminución significativa del empleo, que descendería un 5,2% en 2009 y un 2,1% en 2010, con lo que la tasa de paro se situaría en el 17% en 2009 y por encima del 19% el próximo año, si no se toman medidas, advierte el banco central.
La tendencia al aumento de la productividad aparente del trabajo que se inició en 2008, y que se encuentra ligada al rápido ajuste de la mano de obra, especialmente en la rama de construcción, se prevé que continúe en 2009, hasta alcanzar un 2,3% (frente al 1,8% de 2008), pero se moderaría hasta el 1,2% en 2010, una vez que el grueso de la destrucción de puestos de trabajo en la construcción ya se hubiera producido
En cuanto a las cuentas públicas, el Banco de España corrige al alza las previsiones de déficit del Gobierno. En concreto, prevé un aumento del déficit significativo, “hasta situarse por encima del 8% del PIB” (un 8,3%), consecuencia del adverso contexto macroeconómico y a las medidas de carácter expansivo aprobadas hasta el momento. El incremento del déficit será fruto, sobre todo, de la ampliación del gasto público en porcentaje del PIB, al aumentar los fondos dedicados a prestaciones por desempleo, inversión y consumo público, en un contexto de disminución del PIB en términos nominales. El déficit se incrementaría adicionalmente en 2010 hasta el 8,7%.
Por último, la ratio de deuda pública se situaría cercana al 50% en 2009 y al 60% en 2010. Debe recordarse, dice el Banco de España, que este deterioro tan sustancial de las finanzas públicas se basa en el supuesto de que no se adoptan nuevas medidas expansivas, lo que subraya el escaso margen de maniobra disponible para seguir utilizando la política presupuestaria como instrumento para impulsar la demanda y la importancia de los planes de consolidación para retomar la senda de estabilidad a medio plazo.
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En términos relativos, el endeudamiento bruto supera ya el 165% del PIB, el porcentaje más alto alcanzado por la economía española. Para hacerse una idea de lo que representa su evolución hay que tener en cuenta que hace apenas cuatro años (en el cuarto trimestre de 2004) el endeudamiento exterior equivalía a 906.924 millones de euros, lo que supone un fortísimo incremento de 755.534 millones en apenas cuatro años en términos absolutos. En el último trimestre de 2008, sin embargo, se produjo el primer reflujo desde el año 2002: -19.413 millones de euros, debido a las mayores dificultades para captar dinero en el exterior.
La deuda externa de un país, tal como la define el Fondo Monetario Internacional (FMI), incluye los saldos de todos los pasivos frente a no residentes siempre que den lugar a pagos por amortización o intereses. Incorpora, por lo tanto, todos los instrumentos financieros, excepto las participaciones en el capital y los derivados, ya que no suponen, necesariamente, la realización de pagos. La deuda viene a significar, por ello, el saldo vivo de los préstamos pendientes de pago (tanto a corto como a largo plazo), y que anualmente se reflejan en el déficit de la balanza de pagos. En 2008, el déficit exterior ascendió a 104.664 millones de euros, frente a los 105.895 millones de un año antes.
Financiación del desarrollo
Año tras año, la bola de nieve ha ido creciendo hasta alcanzar esos 1,66 billones de euros. Dicho en términos más directos, la deuda externa refleja la diferencia entre lo que un país produce y lo que necesita financiar para mantener su nivel de desarrollo. Es decir, este país ahorra anualmente alrededor del 20% del PIB, pero invierte algo más del 30%, lo que da lugar a ese desequilibrio.
España, sin embargo, no sólo debe, sino que también presta dinero en el extranjero, y eso se recoge en su posición internacional. Y lo que dicen los datos publicados ayer por el Banco de España es que al acabar el año 2008 se situaba en 876.100 millones de euros. Esta es la cantidad que realmente debe España en términos netos, lo que supone un crecimiento equivalente a 48.400 millones en apenas un año. Esto significa que la deuda neta se ha duplicado respecto al cierre de 2004, lo que refleja nítidamente el progresivo endeudamiento de los agentes económicos españoles.
Si se excluye al Banco de España, la posición de inversión es incluso más negativa. Asciende a 927.000 millones de euros.
Este es, realmente, el dinero que España debe devolver a sus acreedores (más los intereses correspondientes) en los plazos convenidos, lo que explica las crecientes dificultades de los agentes económicos para captar ahorro en un contexto de restricción del crédito,
Cuando hay liquidez y teniendo en cuenta que España forma parte de una unión monetaria, la existencia de un elevado endeudamiento exterior no es un problema importante a corto plazo, salvo que las circunstancias cambien, como ocurre actualmente, en que el crédito está racionado, lo que provoca estrangulamientos financieros y limita el crecimiento económico por falta de dinero. Como consecuencia de ello, se deteriora la solvencia de España en los mercados financieros, como lo demuestra el aumento del diferencial con Alemania, que el pasado lunes se situaba en 98 puntos básicos, cuando hace poco más de un año era prácticamente nulo.
Todas las actividades experimentaron en febrero descensos en su producción, destacando la fabricación de vehículos de motor, remolques y semirremolques, que registró una caída del 53,9%, en línea con la difícil situación que vive el sector del automóvil y la desaceleración del consumo.
En febrero se registraron además disminuciones superiores al 40% en otras industrias extractivas (-40,5%) y en fabricación de otros productos minerales no metálicos (-40,4%), mientras que la metalurgia y la industria de la madera y el corcho se quedaron cerca de este porcentaje, con reducciones del 37,7% y del 35,6%.
Por destino económico de los bienes, las tasas de variación respecto al mismo mes del año anterior fueron del -13,5% para los bienes de consumo (-33,1% para los bienes de consumo duradero y -10% para los bienes de consumo no duraderos), del -32,2% para los bienes de equipo, del -31,7% para los bienes intermedios y del -9,6% para la energía.
Descontando los efectos de calendario, las tasas interanuales fueron del -11% para los bienes de consumo (-29,7% para los bienes de consumo duradero y -7,7% para los bienes de consumo no duradero), un -30,2% para los bienes de equipo, un -29,6% para los bienes intermedios y un -9% para la energía.
DESCENSO GENERALIZADO EN LAS CC.AA.
Teniendo en cuenta la evolución de los dos primeros meses del ejercicio, las tasas de variación respecto a igual periodo de 2008 fueron del -15,4% para los bienes de consumo (-34,1% para los bienes de consumo duradero y -12,1% para los bienes de consumo no duraderos), del -33% para los bienes de equipo, del -32,2% para los bienes intermedios y del -6,4% para la energía.
Descontando los efectos de calendario, las tasas medias de los dos primero meses fueron del -12% para los bienes de consumo (-29,5% para los bienes de consumo duradero y -8,9% para los bienes de consumo no duradero), un -30,4% para los bienes de equipo, un -29,4% para los bienes intermedios y un -5,6% para la energía.
En los primeros meses del año, la única actividad que incrementó su producción fue extracción de antracita, hulla y lignito, con un avance del 6,6%.
Todas las comunidades experimentaron en febrero caídas en su producción industrial, registrándose los mayores descensos en Navarra (-28,7%), Comunidad Valenciana (-28,4%) y País Vasco (-27,7%). Las menores caídas correspondieron a La Rioja (-2,1%), Canarias (-12,8%) y Asturias (-13,2%).
En el acumulado del año, las mayores caídas del IPI se dan en las comunidades forales, con descensos del 32,3% en el caso de Navarra, y del 28% en el País Vasco. La Rioja, por su parte, es la comunidad donde menos retrocedió la producción industrial hasta febrero, con una tasa negativa del -8,4%.
Al ser preguntado por la gran diferencia entre los datos del Banco de España y las últimas previsiones del Gobierno publicadas en enero, que vaticinaban una contracción del 1,6% este año y un crecimiento del 1,2% en 2010, Solbes señaló que no hay que comparar "churras con merinas" y defendió que el pronóstico del Gobierno "era ajustado para las cifras que había en aquel momento" y el del Banco de España "puede ser ajustado para las cifras que tenemos en este momento".
"Lo que sí es cierto es que no podemos abstraernos de que esas cifras las ha dado el Banco de acuerdo con su sistema de cálculo. Nosotros trabajamos con cifras del INE (Instituto Nacional de Estadística), pero en todo caso es ya un indicador de por dónde pueden ir las cosas", afirmó.
El vicepresidente ha explicado que el Gobierno sólo revisará sus previsiones de cara a la preparación del presupuesto. Y resaltó que las nuevas cifras de crecimiento publicadas por el Banco de España constituyen "un elemento importante que hay que considerar también" a la hora de calcular el techo de gasto.
En este sentido, ha vuelto a insistir en que "no hay más margen de gasto fiscal en nuestro país". Recordó que los ministros de Economía de la UE dieron este viernes a España hasta 2012 para volver a situar su déficit por debajo del 3% respecto al PIB. Y apuntó que para conseguir este objetivo, y suponiendo que se cumplan las cifras de crecimiento de la Comisión que son más optimistas que las del Banco de España (-2% este año y -0,2% en 2010), el ritmo de reducción del déficit en términos estructurales debería ser de un 1,25% al año.
"Eso quiere decir que el próximo año y los que vienen no hay que gastar más, hay que gastar menos", remachó Solbes.
El Banco de España
Frente a las últimas previsiones del Gobierno, que apuntaban a una caída del PIB del 1,6 por ciento y la vuelta al crecimiento, del 1,2 por ciento, en 2010, el organismo supervisor cree que no habrá una "recuperación incipiente" hasta finales del año que viene, en el que a pesar del remonte la economía se seguirá contrayendo.
El Banco de España advierte por otra parte de que el déficit público puede llegar tanto este año como el que viene al 8 por ciento del PIB, eso si no se adoptan más medidas discrecionales que las ya aprobadas.
Además, calcula que el empleo caerá este año el 5,2 por ciento, y el que viene seguirá habiendo destrucción de puestos de trabajo, con una bajada del 2,1 por ciento, mientras que la tasa media de paro será este año del 17,1 por ciento y del 19,4 por ciento en 2010.
El Banco de España advierte de que estas previsiones -que elabora todos los años en primavera en cumplimiento de la Ley de Estabilidad Presupuestaria- están cargadas de un alto grado de incertidumbre, y admite que pueden desviarse tanto a la baja como al alza.
Entre los riesgos a la baja que harían caer más la economía cita una mayor pérdida de la riqueza de las familias, que el comercio mundial descienda aún más o que se prolongue la inestabilidad financiera, que además, advierte, se podría "retroalimentar" con el descenso de la actividad, que agravaría los problemas de las entidades de crédito.
Por el contrario, señala que las medidas extraordinarias adoptadas por los gobiernos y bancos centrales del mundo podrían ayudar a una recuperación más rápida e intensa del PIB tanto a nivel global como en España, donde la sensibilidad de la carga financiera de las familias y empresas a los tipos de interés es muy elevada.
En cualquier caso incide en que para que las familias y las empresas cambien su actual actitud y apuesten por el gasto es "decisivo que el panorama actual de pesimismo se despeje".
El Banco de España insiste además en que la superación de la crisis internacional tendrá un "papel fundamental" en la recuperación española y en cuándo podrá ésta producirse.
Además, subraya que la intensidad de dicha recuperación, y la capacidad de crecimiento de España a largo plazo dependen, sobre todo, de que se acometan las reformas estructurales necesarias para mejorar la productividad y que la inversión sea asimismo más productiva.
El organismo supervisor explica que basa estas previsiones en el agravamiento que la recesión española está ya registrando, como lo muestra la caída de la demanda nacional y en concreto el "fuerte deterioro" de las decisiones de gasto tanto de las familias (en consumo y vivienda) como de las empresas (en inversión productiva).
Así, apunta a una caída de la demanda interna del 5,6 por ciento este año y del 2,4 por ciento en 2010, provocada por una fuerte caída de la inversión, (del 15,1 por ciento y del 10,3 por ciento, respectivamente) y, en menor medida, del consumo privado, que será de tres puntos este ejercicio y de uno el siguiente.
Como rasgo positivo, recuerda la mejora del sector exterior, ya que aunque las exportaciones se verán afectadas por el descenso del comercio internacional, el retroceso de las importaciones por la caída de la demanda será previsiblemente mayor.
De esta forma, el sector exterior aportará al crecimiento 2,5 puntos, y 1,4 puntos el que viene.
El retroceso del consumo hará elevarse en gran medida la tasa de ahorro de las familias, que se situará este año en el 16 por ciento de la renta disponible, ya que los hogares posponen sus decisiones de gasto ante la elevada incertidumbre.
Solbes dixit
En una pausa de la reunión informal del Ecofin (Consejo de Ministros de Finanzas de la UE), Solbes recalcó que el cálculo del Gobierno "era ajustado para las cifras que había en aquel momento", mientras que el del Banco de España "puede ser ajustado para las cifras que tenemos en este momento".
Las cifras del organismo supervisor ponen de relieve, según el titular de Economía y Hacienda, "que, todavía, de los datos existentes, no se aprecia que hayamos tocado fondo", aunque apuntó que hay "algún pequeño dato que permitiría pensar que la desaceleración se está parando".
En cualquier caso, las previsiones del Banco de España son ya "un indicador de por dónde pueden ir las cosas", afirmó Solbes, que reconoció que "todavía seguimos todos con esa conciencia de que no hemos terminado el proceso de desaceleración, aunque ya hay algún indicador más positivo".
A la pregunta de si el Gobierno va a rebajar sus previsiones, el ministro señaló que las revisará, como es habitual, cuando empiecen los trabajos de elaboración del presupuesto del año que viene (a finales de julio) y para la actualización del Programa de Estabilidad (a final de año).
Lo que ya está claro es que la caída de la actividad repercutirá de manera directa en el gasto público y, así, Solbes volvió hoy a repetir que España ha agotado su margen fiscal.
El vicepresidente recordó que los Veintisiete van a pedir a España que sitúe su déficit público por debajo del 3% del PIB en 2012 -hoy está previsto que el Ecofin confirme la apertura del procedimiento por déficit excesivo-, lo que obligará a un ajuste estructural del saldo presupuestario los próximos ejercicios del 1,25% anual.
"Esto quiere decir que el próximo año y los que vienen no hay que gastar más, hay que gastar menos", subrayó.
Tras tres años consecutivos de superávit, el déficit público español se disparó el año pasado hasta el 3,8% del PIB y, según los cálculos tanto de la Comisión Europea como del Gobierno español, seguirá por encima del umbral del 3% de 2009 a 2011.
Bruselas quiere que España empiece a corregir esa desviación a partir del año próximo, en paralelo al inicio de la recuperación económica, con el objetivo de situarlo por debajo del 3% en 2012.
Producción industrial
El índice de producción industrial español, corregido el efecto del calendario, continuó con su desplome en febrero al caer un 22 por ciento frente a una baja revisada del 20,9 por ciento en enero, según los datos divulgados el viernes por el Instituto Nacional de Estadística (INE).
El dato original anunciado en enero fue del -20,2 por ciento.
Se trata de la tasa interanual más baja desde que comenzara esta serie con base 1993 y mínimo histórico con cualquier otra serie anterior.
Sin corregir los efectos del calendario, el índice de producción industrial en febrero bajó un 23,9 por ciento interanual frente a una caída revisada en enero del 24,3 por ciento comparado con el -23,6 por ciento anunciado originalmente.
El comisario de Asuntos Económicos, Joaquín Almunia, ha explicado que España debe iniciar la consolidación presupuestaria en 2010, momento en el que está previsto que empiece la recuperación según las previsiones del Ejecutivo comunitario, y proseguir de forma "más pronunciada" en 2011.
Para conseguir el objetivo que exige la UE -y suponiendo que se cumplan las cifras de crecimiento de la Comisión, que son más optimistas que las de que publicó este viernes el Banco de España (-2% este año y -0,2% en 2010)- el ritmo de reducción del déficit en términos estructurales debería ser de un 1,25% al año.
"Eso quiere decir que el próximo año y los que vienen no hay que gastar más, hay que gastar menos", insistió Solbes. "Esa es la razón por la que yo insisto siempre en que no hay más margen de gasto fiscal en nuestro país", dijo.
En condiciones normales, el plazo para corregir el déficit sería de un año, pero la situación económica excepcional ha llevado a la Comisión a exprimir al máximo la flexibilidad del PEC y a dar a España y a Francia hasta cuatro años para volver por debajo del 3%.
Bruselas pide además a las autoridades españolas que mantengan las medidas de saneamiento con el objetivo de conseguir un presupuesto equilibrado como objetivo a medio plazo, una vez que se haya corregido el exceso del déficit. Por último, reclama que se mejore la sostenibilidad a largo plazo de las finanzas públicas para poder hacer frente al envejecimiento de la población.
El déficit de España se situó en el 3,8% del PIB, en 2008, por encima del 3% que autoriza el Pacto de Estabilidad y Crecimiento (PEC) y se disparará hasta el 6,2% este año debido a la caída de ingresos fiscales, el aumento de las prestaciones por desempleo y las medidas de estímulo para combatir la crisis, según las previsiones de Bruselas. El Banco de España prevé que llegue al 8%. En 2010 bajará ligeramente hasta el 5,7%.
Para Irlanda, cuyo déficit ascenderá al 11% en 2009 y al 13% en 2010, el Eurogrupo pide que el tiempo de corrección se alargue incluso más, hasta 2013. En contraste, Grecia, que registró un déficit del 3,5% del PIB en 2008, deberá corregir su déficit ya en 2010 teniendo en cuenta sus desequilibrios económicos y la reevaluación de riesgos sobre este país que están llevando a cabo los mercados financieros, lo que aumenta la presión sobre la elevada carga de la deuda.
Al tratarse de una reunión informal de los ministros de Economía, estas recomendaciones deberán ser aprobadas formalmente en los próximos días por cualquier Consejo de la UE.
Empeoramiento económico
Los ministros de Economía de la eurozona constataron que la situación económica sigue empeorando y que los diferentes indicadores, especialmente los de comercio y producción industrial, son especialmente negativos. El consumo privado da mejores señalas "ayudado probablemente por los bajos precios" pero el mercado laboral se deteriora y las cifras de paro crecen, según destacó Almunia.
A su juicio, todo ello indica que se están materializando los riesgos a la baja que la Comisión había detectado cuando publicó sus últimas previsiones económicas en enero, que vaticinaban una caída del PIB del 1,8% para la UE, del 1,9% para la eurozona y del 2% para España. La cifra de crecimiento del primer trimestre "no será positiva" y la próxima vez que el Ejecutivo comunitario presente previsiones económicas, el 4 de mayo, tendrá en cuenta que "los riesgos a la baja se materializan".
Aunque sólo en parte.
Las fuentes consultadas ayer daban por hecho que la nueva vicepresidenta segunda interpretará al pie de la letra los deseos de Zapatero de hacer saltar por los aires los límites presupuestarios dispuestos por el ex vicepresidente económico a modo de dique de contención.
Solbes ya había asumido (en público y en privado) que el margen de actuación del Gobierno desde el punto de vista del gasto público era escaso.
Según algunas fuentes, la cifra tope de déficit que el ex vicepresidente estaba dispuesto a asumir se situaba entre el 7,5% y el 8% para este año. Sin embargo, ahora se ve como probable que el desequilibrio presupuestario se sitúe por encima del 10%.
Incluso, si la recesión se intensifica, se estima como probable que se pudiera alcanzar el 12% del Producto Interior Bruto.
Se trata de un porcentaje verdaderamente espectacular, pero asumible –dice uno de los mejores economistas del país que trabaja en una gran entidad financiera-, pero siempre que el Gobierno lo acompase de un escenario de consolidación fiscal.
Es decir, que al mismo tiempo que gasta más, se comprometa a reducir el déficit nada más que comience a divisarse la salida de la recesión.
Eso es lo que se ha hecho en EEUU, donde el desequilibrio fiscal superará este año el 12% del PIB, pero la Oficina Presupuestaria del Congreso ha impuesto como condición que la Administración Obama apruebe un escenario de reducción a medio y largo plazo con la vista puesta en evitar que el déficit se convierta en crónico.
Este es el mensaje que quiso dejar el gobernador Miguel Ángel Fernández Ordóñez en el último Boletín económico del Banco de España, editado días antes de la salida de Solbes.
Ordóñez subrayó “el escaso margen de maniobra disponible para seguir utilizando la política presupuestaria como instrumento para impulsar la demanda y la importancia de los planes de consolidación para retomar la senda de estabilidad a medio plazo”.
Es decir, que aquí podemos estar ante un enfrentamiento en ciernes entre el Ministerio de Economía y el banco central, guardián de la ortodoxia presupuestaria.
El escenario de salida
“Lo que no puede ser es que a estas alturas no conozcamos el escenario de salida”, aseguran las fuentes consultadas, que a la vez recuerdan que España, al contrario que Alemania o Italia tiene todavía pendiente de garantizar el sistema público de pensiones a largo plazo.
Junto al crecimiento del déficit, el otro instrumento con que contará el nuevo Gobierno para afrontar la recesión con mayor intensidad es el nivel de endeudamiento del Estado.
Hasta el momento, Solbes, había asumido que buena parte de los gastos generados por la crisis se financiarían con deuda, pero también puso límites.
Ahora se da por hecho que el nuevo equipo económico tirará más del endeudamiento del Estado, que sigue siendo notablemente más bajo que en la media europea. Y de ahí que Zapatero haya puestos sus ojos en este instrumento de política económica.
En este sentido, se considera que el Tesoro procederá a cambiar deuda pública por privada.
O dicho de otra forma, el Gobierno movilizará más recursos públicos para aumentar su política de avales a las entidades financieras y las empresas privadas.
Incluso, se da como muy probable que el llamado déficit de tarifa (los ingresos garantizados a las eléctricas que no pueden repercutir en el recibo de la luz) se cubra con deuda pública.
En total, unos 16.000 millones de euros, de los que unos 7.000 millones no se han podido titulizar por las condiciones adversas de los mercados financieros.
En el caso de la deuda, el Estado tiene mayor margen de maniobra debido al bajo punto de partida. Si bien, se ha acelerado de forma sustancial en los últimos tiempos.
Tan sólo en los dos primeros meses del año, el saldo de deuda viva (nuevas emisiones menos las amortizaciones) ha crecido en 16.700 millones de euros, pero es que, según lo previsto, crecerá a finales de año en 88.000 millones.
Es decir, cerca de nueve puntos del PIB.
Las fuentes consultadas sostienen que la salida David Vegara del equipo económico tiene mucho que ver, precisamente, con la nueva orientación de la política presupuestaria.
El economista catalán era copartícipe de la estrategia de Solbes, por lo que no tenía mucho sentido que continuara en el mismo puesto con otra política.
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