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Vamos hacia un nuevo pacto global |
Cuando los historiadores vuelvan su mirada al pasado, dirán que esta no fue una época común sino un momento decisivo: un período sin precedentes de cambio global, y una época en que se cerró un capítulo y se abrió uno nuevo.
La magnitud y la vertiginosidad de la crisis bancaria global por momentos ha sido casi abrumadora, y sé que en todos los países del mundo, las personas que tienen sus ahorros en los bancos se han sentido impotentes y temerosos. Pero es justamente en los tiempos más difíciles y frente a los desafíos más grandes cuando los países de todo el mundo deben exhibir visión, liderazgo y valor, puesto que, si bien es mucho lo que podemos hacer a escala nacional, es mucho más lo que podemos hacer trabajando juntos a escala internacional.
Por eso, este es el momento para que los líderes de todos los países del mundo trabajen juntos con el objeto de acordar las medidas que nos permitan atravesar la actual crisis y salir de ella fortalecidos. Y en la historia reciente no hay alianza internacional que mejor haya servido al mundo que la especial relación entre el Reino Unido y los Estados Unidos.
Es una relación que perduró y prosperó porque no se basa simplemente en nuestra historia compartida, sino también en los valores permanentes que nos unen: dos países fundados en la libertad, dos historias forjadas en el marco de la democracia, y una firme creencia en el poder de la libre empresa y la oportunidad.
Pero, así como refleja nuestros valores y nuestra historia, esta especial relación también es una alianza de fines, renovada por cada generación para reflejar los desafíos que enfrentamos. En la década de 1940, desplegó su máxima fuerza para derrotar al fascismo y construir el orden internacional de posguerra; en la época de la guerra fría, combatimos el crecimiento del armamento nuclear, y cuando cayó el Muro de Berlín fuimos testigos del fin del comunismo. En este nuevo siglo, desde que el horror se abatió sobre los EE.UU. en 2001, hemos trabajado mancomunadamente para vencer al terrorismo.
Hoy, esta generación debe renovar una vez más el trabajo conjunto. El mundo enfrenta una nueva serie de desafíos, que plantean la necesidad de una alianza de fines que abarque a todo el mundo. Reconstruir la estabilidad financiera mundial es un desafío global que requiere soluciones globales. No obstante, la estabilidad financiera es sólo uno de los desafíos que trae la globalización. Nuestra labor conjunta consiste en lograr una recuperación con alto crecimiento y bajo nivel de carbono, tomando con suma seriedad el desafío global del cambio climático. Y nuestros esfuerzos deben apuntar a construir un mundo más estable en el cual derrotemos no sólo al terrorismo global sino también a la pobreza, al hambre y a la enfermedad en todo el mundo.
La globalización nos trajo grandes avances, al sacar a millones de personas de la pobreza a medida que fueron accediendo a los beneficios del crecimiento económico y el comercio. Pero también ha traído nuevos factores de inseguridad, como lo destaca esta primera crisis financiera de alcance verdaderamente global. La globalización no es una opción, sino una realidad, de modo que la pregunta es si la manejamos bien o mal.
Considero que no hay desafío ni tan grande ni tan difícil que no pueda ser resuelto por los Estados Unidos, el Reino Unido y el resto del mundo trabajando en conjunto. Es por ello que el Presidente Obama y yo vamos a dialogar esta semana sobre un nuevo pacto global, cuyos efectos se extiendan desde las aldeas de Africa hasta las instituciones financieras de Londres y Nueva York, y otorgue seguridad a las familias trabajadoras de cada país.
Veo a este nuevo pacto global como un acuerdo para que cada continente inyecte recursos a su economía. Creo que es fundamental para esta nueva inversión que todos los países respalden una recuperación ecológicamente aceptable para el futuro; que cada país que desee participar del sistema financiero internacional acuerde principios comunes de regulación financiera coordinados internacionalmente, y cambios en su respectivo sistema bancario, para que todo esto nos traiga nuevamente la prosperidad común. Y que, juntos, acordemos reformar el mandato y el gobierno de las instituciones globales para adaptarlas a la nueva estructura de la economía mundial y al surgimiento de nuevos actores.
Se trata de un nuevo pacto global que sentará las bases no sólo de una recuperación económica sustentable sino también de una era de asociación internacional sin precedentes en la cual todos los países tendrán un papel que desempeñar. Este programa de acción coordinada internacional incluye seis elementos:
Primero, medidas universales para evitar la propagación de la crisis, estimular la economía global, y ayudar a reducir la severidad y extensión de la recesión global.
Segundo, medidas para reiniciar el otorgamiento de préstamos para que las familias y las empresas puedan volver a tomar créditos.
Tercero, que todos los países renuncien al proteccionismo, y que exista un mecanismo transparente para controlar la observancia de los compromisos asumidos.
Cuarto, reforma de la regulación internacional para resolver las lagunas regulatorias de modo tal que los sistemas bancarios paralelos no tengan donde ocultarse.
Quinto, reforma de nuestras instituciones financieras internacionales y creación de un sistema internacional de alerta temprana.
Y, por último, una acción internacional coordinada para construir hoy el mañana y encaminar a la economía mundial por la senda de la sustentabilidad económica, ambiental y social hacia un futuro crecimiento y la recuperación.
Siempre he sido atlanticista y un gran admirador del espíritu estadounidense de emprendimiento y proyecto nacional. Viajé a los Estados Unidos muchas veces y tengo muchos amigos allí, y como Primer Ministro quiero hacer más para continuar fortaleciendo nuestra relación con los EE.UU.
Winston Churchill describió al legado conjunto del Reino Unido y los EE.UU. como no sólo una historia compartida sino también una creencia común en los grandes principios de la libertad y los derechos del hombre, lo que Barack Obama calificó como el perdurable poder de nuestros ideales: democracia, libertad, oportunidad y esperanza inclaudicable. El Reino Unido y los EE.UU. pueden estar separados por miles de kilómetros de Océano Atlántico, pero están unidos por valores comunes que jamás podrán ser destruidos. Y ahora que los EE.UU. se encuentran frente a una nueva esperanza, quisiera que esa esperanza se haga realidad a través de la unión de todos para construir al siglo XXI como primer siglo de una sociedad verdaderamente global.
Gordon Brown, Primer Ministro británico

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"Tienen el liderazgo europeo proamericano más grande en la historia actual. Un liderazgo que quiere cooperar juntos más de cerca, para trabajar con ustedes. No hay una vieja Europa ni una nueva Europa, sólo existe su amiga Europa", aseguró.
El británico es el primer dirigente europeo que visita a Obama desde que asumió la presidencia el 20 de enero en reemplazo de George W. Bush.
Brown dijo que Estados Unidos y otros países no deberían acarrear solos con todo el peso de restablecer el crecimiento económico del mundo, que atraviesa por su peor crisis en décadas.
"Entonces vamos a trabajar juntos por la reducción mundial de las tasas de interés y una serie de estímulos al rededor del mundo que equiparen la profundidad de la recesión y la dimensión de la recuperación que debemos tomar", dijo.
El primer ministro británico cifra sus esperanzas en la cumbre de líderes del G-20 prevista para el 2 de abril en Londres, donde busca lograr un acuerdo para una acción coordinada mundialmente que involucre no sólo a países europeos sino también a países como India y China.
"Sólo piensen en cómo cada una de nuestras acciones, si son combinadas, podrían significar un todo mucho más grande que la suma de las partes -todos y no sólo algunos bancos estabilizados-. Un impacto multiplicado en estímulos fiscales, porque todo el mundo los haría", dijo.
NUEVAS Y DIFERENTES BATALLAS
Brown aprovechó la visita para apelar a la relación especial entre su país y Estados Unidos.
"Antiguos primeros ministros británicos han llegado hasta el Capitolio en tiempos de guerra para hablar de guerra. Yo vengo ahora para hablar de nuevas y diferentes batallas que debemos pelear juntos; para hablar de la economía mundial en crisis y un planeta en peligro", dijo.
"Creo que ustedes, el país que tuvo la visión de poner a un hombre en la luna, son también el país con la visión de proteger y preservar el planeta tierra", agregó.
Brown dijo que hay lecciones que aprender de la crisis económica, particularmente que los instrumentos financieros que fueron diseñados para difundir riesgos, terminaron difundiendo contagio.
"Las instituciones financieras de hoy están tan entrelazadas que un mal banco en cualquier parte es una amenaza para los bancos de todas partes", afirmó. "Entonces ¿deberíamos sucumbir a un camino a la baja y al proteccionismo, del cual la historia nos ha enseñado no protege a nadie? No. Debemos tener confianza de que podemos tomar las oportunidades y hacer que el futuro trabaje para nosotros", sostuvo.
Estas palabras fueron pronunciadas al mismo Congreso que el mes pasado molestó a sus socios comerciales por la inclusión de la cláusula "Compre americano" en el paquete de estímulo económico, que instaba a que las obras públicas y los proyectos de infraestructura financiados por el paquete se hicieran sólo con material estadounidense, incluidos hierro y acero.
NOTA: Este debe de ser uno de esos ataques de patriotismo tan tipicos de los ingleses, o quizas sea algo relacionado con el futuro de Europa, tan alabado por los ingleses. En fin, el mundo se desintegra y antes del fin veremos la verdadera cada de cada actor en la comedia de la crisis.
Brown, que fue ministro de Economía durante diez años en los Gobiernos de Tony Blair, ha asumido su parte de responsabilidad en el colapso del sistema financiero, pero ha dicho que no rehuye ninuna de las decisiones adoptadas como ministro o como primer ministro.
"Asumo la plena responsabilidad por lo que pasa, pero no puedo decirle a la gente que la causa de la crisis esté en algo que ha pasado únicamente en el Reino Unido", ha dicho el líder laborista al recordar que la crisis es un problema global.
La crisis fue global en su origen, ha reiterado el primer ministro, y no tuvo en su origen, como en ocasiones anteriores, en la laxitud de los gobiernos frente a las altas tasas de interés y de inflación.
"Esta crisis -ha explicado- es algo que ha ocurrido en todo el mundo. No podemos encontrar una solución, a menos que sepamos que tenemos que ordenar el sistema bancario en todo el mundo".
En su opinión, la respuesta al problema es "conseguir que los bancos hagan el trabajo que debían haber hecho", es decir, restaurar los niveles normales de crédito a los particulares y las empresas. A corto plazo "la magnitud de la inyección de dinero en la economía y los recortes en los tipos de interés (en el 0,5%, el nivel más bajo de la historia), así como el apoyo dado a la gente en estos momentos de dificultad, tendrán su efecto". "Creo que veremos que la situación de las empresas comenzará a aliviarse en los próximos meses, a medida que haya más dinero disponible para que los bancos vuelvan a prestar", ha insistido.
Brown recordó que un "huracán económico" ha arrasado el mundo, creando una crisis de crédito y una crisis de confianza.
"Nuestra tarea es reconstruir la prosperidad y la seguridad para un mundo completamente diferente desde el punto de vista económico, donde la competencia no es ya sólo local, sino mundial, y donde los bancos no son ya nacionales, sino internacionales", afirmó.
"Y tenemos que entender, por ello, lo que fue mal en la crisis, que los instrumentos financieros que estaban diseñados para diversificar los riesgos en todo el sistema bancario propagaron en cambio los problemas por todo el mundo", dijo ante los legisladores estadounidenses.
Brown añadió que las instituciones bancarias de hoy día están tan interrelacionadas que un banco que vaya a la bancarrota en cualquier lugar es una amenaza para los bancos que van bien en todo el mundo.
"Pero ¿deberíamos sucumbir a una carrera hasta tocar fondo y al proteccionismo, cuando la historia nos dice que al final el proteccionismo no protege a nadie? No, deberíamos confiar, EEUU y el Reino Unido especialmente, en que podemos aprovechar las oportunidades que se nos presentan y construir un futuro mejor para nosotros", declaró.
Por otra parte, Brown expresó su esperanza de que en la cumbre del Grupo de los 20, que se celebrará en abril en Londres, se pueda llegar a un acuerdo para supervisar el sistema financiero internacional.
Brown es el quinto primer ministro británico que ofrece un discurso en una sesión conjunta del Congreso estadounidense, según informes de la prensa.
(Xinhua)
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