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La crisis se agudiza por todo el mundo |
La contracción de la economía de Estados Unidos a un ritmo anual del 6,2%, el peor dato de crecimiento del último cuarto de siglo, pone una vez más de manifiesto la gravedad de la crisis, en una semana marcada por la presentación de las cuentas de resultados de 2008.
En el último trimestre de 2008, el Producto Interior Bruto de la primera economía del mundo se contrajo un 1,6%, lo que equivaldría a un 6,2% en tasa anual, cifra que superó las estimaciones del Gobierno y que se atribuye a una caída mayor de lo esperado en el consumo, la inversión y las exportaciones.
Este dato se sumó a otros difundidos durante la semana, también desalentadores y relativos al mercado inmobiliario, al desempleo y a la confianza de los consumidores, que cada vez contemplan con más pesimismo la evolución de la economía de EEUU a corto y medio plazo.
Aunque esta misma semana, el presidente de la Reserva Federal, Ben Bernanke, aseguraba, en su comparecencia semestral ante el Congreso, que EEUU podría salir de la recesión este año y comenzar la recuperación en 2010 siempre que se estabilicen los mercados.
Japón y Europa con problemas
Japón también profundiza su recesión, con una caída récord de las exportaciones en enero, del 45,7 por ciento, y un déficit comercial sin precedentes para la segunda economía del mundo, cercano a los 10.000 millones de dólares.
En Europa, el paro siguió aumentando en enero y afecta ya al 8,2% de la población activa de la zona euro y al 7,6% de la del conjunto de la UE, mientras los precios cayeron hasta situar la tasa interanual de inflación en su nivel más bajo desde julio de 1999.
También se acentúa la crisis en el sector financiero y para restaurarla, la Comisión Europea ha animado a los Estados miembros a liberar a los bancos de los activos dañados, y aunque deja claro que cada país debe elegir el método que más le convenga, considera que la creación de "bancos malos" puede ser una solución efectiva.
Para la banca británica, ha sido una "semana negra", con importantes pérdidas en 2008 del Royal Bank of Scotland (RBS) -24.000 millones de libras (más de 27.000 millones de euros)- y del Halifax Bank of Scotland (HBOS) -10.800 millones de libras (casi 12.100 millones de euros)-, en ambos casos antes de impuestos.
Además, la Comisión Europea ha señalado la necesidad de reestructurar el sector del automóvil, que afronta una grave crisis.
El mercado europeo del motor está en caída libre, con un descenso de las ventas de automóviles del 20% durante el ultimo trimestre de 2008 y un 27% en enero pasado.
Buena prueba de las dificultades por las que atraviesa el sector son las cuentas de General Motors, el mayor fabricante de EEUU, que perdió 30.900 millones de dólares en 2008, tras registrar unos números rojos de 9.600 millones de dólares en el último trimestre.
Beneficios a la baja
Otras decenas de empresas presentaron a lo largo de la semana sus cuentas de resultados de 2008 y la mayoría vieron como sus beneficios se desplomaron en el último tramo del año pasado.
Entre las empresas españolas con presencia en Latinoamérica, destaca Telefónica, que aunque vio caer su beneficio en 2008 un 14,8% hasta los 7.592 millones de euros y sus ingresos totales sólo crecieron un 2,7% -la menor tasa desde 2003-, ha cumplido sus objetivos.
Y precisamente uno de los responsables de que se haya evitado el descalabro es el negocio en Latinoamérica, convertido en el pulmón del grupo con un aumento del 10,4% en los ingresos hasta los 22.174 millones de euros, lo que compensa la caída de Europa y el estancamiento de Telefónica de España.

Etiquetas: conocimiento, medios, memoria, monopolios, multitud, politica.
La quiebra de Lehman Brothers provocó un caos financiero y monetario que se ha contagiado a la economía real con una velocidad y una virulencia de vértigo.
A continuación se va a analizar la evolución del comercio internacional, a través de las principales economías exportadoras: EEUU, Alemania, China y Japón, que tienen un tercio de cuota mundial.
Un frenazo histórico
En el gráfico se puede observar el frenazo en seco de las exportaciones de estos países desde el pasado verano. Se observa cómo Japón es la economía más afectada.
No obstante, desde 1982 el comercio mundial nunca se había contraído y en aquel año la contracción de las exportaciones de bienes fue del 2%, por lo que incluso el caso de China, EEUU y Alemania supone una contracción histórica.
Desde el verano de 2007, el consumo mundial estaba deprimido, pero el desacople emergente mantuvo el dinamismo de la inversión en capital e inmobiliario de estas economías y de los sectores industriales exportadores en los países emergentes que tenían que atender esta demanda.
Tras el verano de 2008, el ciclo inversor mundial ha frenado en seco y el consumo sigue deprimido, por lo tato, la demanda efectiva mundial está cayendo a plomo y ayuda a explicar el colapso del comercio mundial.
Los indicadores adelantados tampoco dan señales tranquilizadoras. Alemania es el país, junto a EEUU, con mayor cuota de exportaciones mundiales, el 9%, y sus exportaciones pesan el 40% de su PIB, peso similar al de China y cuatro veces superior al de EEUU y Japón, lo que le convierte en un excelente estimador de la economía mundial. Además, tiene la deferencia de publicar sus órdenes y pedidos industriales segmentando las domésticas y las exteriores.
En el gráfico se puede observar cómo las órdenes industriales desde la primavera de 2008 comenzaron a anticipar la contracción del comercio mundial y el agotamiento del ciclo de inversión mundial.
En enero y febrero de 2009, las órdenes alemanas exteriores han caído a tasas mensuales de dos dígitos por lo que anticipan que la contracción del comercio mundial continuará hasta el verano y además se está intensificando.
Conclusiones
Llevamos muchos años hablando de las bonanzas de la Globablización, pero la mayor integración de los flujos comerciales y financieros ha aumentado la vulnerabilidad de las economías a las perturbaciones externas.
En vísperas de la reunión del G-20, en la que la agenda se centra en reformar el sistema financiero internacional para evitar nuevas crisis, es necesario que se dé la misma prioridad a la necesidad de articular políticas de corto plazo para reactivar la demanda efectiva mundial.
La crisis es sistémica y global y las medidas de política económica están siendo locales, pero es necesaria mayor coordinación.
La mayoría de bancos centrales del G-10 ha llevado sus tipos próximos a cero, por lo que es urgente que se apliquen políticas heterodoxas para sortear la trampa de la liquidez bancaria.
Adicionalmente, es preciso que todos los países intervengan sus sistemas bancarios, reforzando el capital y comprándoles activos para que estén en condiciones de atender nuevo crédito y permitir que la economía real se recuperen.
La destrucción de actividad y de empleo mundial es tan intensa que el sector privado está paralizando sus decisiones de gasto por motivo precaución. En este sentido, el gasto público es necesario para poner a funcionar de nuevo el flujo circular de la renta.
Los países más endeudados que comenzaron a sufrir los efectos recesivos en 2007, como EEUU, Reino Unido o España, ya han hecho un enorme esfuerzo fiscal, por lo que tienen que ser los países ahorradores, como Alemania, China o Japón los que apliquen paquetes fiscales de reactivación económica.
Adicionalmente, hay que acometer reformas estructurales para que la economía esté preparada para aprovechar al máximo la recuperación del crédito.
De nuevo, Alemania, Japón y China deben liberalizar su sector servicios para reducir su excesiva dependencia de las exportaciones.
Y, lo más importante, hay que evitar el proteccionismo.
Si las economías tienen que adecuar su capacidad instalada a su demanda doméstica, el mundo entrará en depresión.
“La economía mundial llegará en 2009 al borde de la parálisis, con un crecimiento de apenas el 0,5 por ciento”, según la proyección más baja realizada por el Fondo Monetario Internacional en sus 60 años de existencia… Y las cifras vienen arracimadas, en tropel, como las penas recurrentes entre los trovadores populares:
La economía estadounidense se contrajo 6,2 por ciento en el cuarto trimestre de 2008, su peor desempeño en un cuarto de siglo, de acuerdo con el mismísimo Gobierno, que anuncia para el año en curso un encogimiento de entre 0,5 y 1,3 por ciento, con una tasa de desempleo de entre 8,5 y 8,8 por ciento.
Ah, y si ello fuera todo.
Un remake pavoroso desanda el planeta.
Las economías “centrales” tendrán, en su conjunto, un crecimiento negativo y, por añadidura, perderán unos 50 millones de empleos, conforme a más de una entidad con solvencia profesional en cuestiones de vaticinios.
Vaticinios en este caso más que estimables, creíbles, a juzgar por la realidad constatada.
A manera de muestra, consignemos que la producción manufactura japonesa se desplomó en enero 10 por ciento respecto a diciembre, la más estrepitosa, honda caída desde 1953, cuando Tokio se dio a medir estos indicadores.
El gasto de los hogares se abismó 5,9 por ciento en relación con el año 2008. Y ese acápite representa más de la mitad del producto interno bruto nipón.
En general, la previsión de crecimiento de 2009 para Asia pergeñada por el FMI es de solo 2,7 por ciento, menos de la tercera parte del aumento computado en 2007, cuando el 9 por ciento encandilaba a ciertos optimistas.
Optimistas de capa caída, o sea devenidos pesimistas, o más bien realistas, ante la incontestable situación de que, por ejemplo, la economía británica está experimentando su declive más grande en casi 30 años, y la alemana en alrededor de 20…
Ahora, si el simple examen de datos puede espeluznar al más ecuánime de los entendidos -al pinto de la paloma, en buen romance-, qué decir de aseveraciones tales la de Stephen Roach (DDOOSS/Rebelión) en el sentido de que 2009 pasará a la historia como el año de la primera recesión verdaderamente mundial de la economía moderna.
¿Por qué?
“En Estados unidos, el crecimiento basado en los activos se centraba en dos áreas de la economía: la actividad constructora y el consumo personal.
Hoy, ambos sectores, que en su mejor momento representaban casi el 80 por ciento del PIB estadounidense, sufren una debilidad sostenida.
Eso hace que las economías asiáticas, que dependen de las exportaciones, entren en la ecuación.
En efecto, crecieron gracias a burbujas de exportación que, a su vez, dependían de la burbuja de consumo de EE.UU.
Asia también contó con la ayuda de unas divisas claramente infravaloradas. Y, para mantener sus divisas baratas, países como China tuvieron que reciclar enormes cantidades de reservas extranjeras en activos basados en el dólar, lo cual contribuyó a suprimir los tipos de interés estadounidenses y sostener precisamente las burbujas de créditos y de activos que alimentaban la economía estadounidense de las burbujas”.
Y en la ecuación habrán de entrar también enclaves como el Oriente Medio, y Australia, Canadá, Brasil, Rusia, África…, pues, a medida que el crecimiento mundial disminuya, se reducirá la demanda de las materias primas, con la consiguiente corrección de los precios, distorsionados por las burbujas, y de los índices de desarrollo de los principales productores.
Por supuesto, aún más larga y compleja será la saga de una crisis que incluso ha hecho vislumbrar la pérdida de gobernabilidad en Europa -la del Este, en plano privilegiado- y en los Estados Unidos, y que va originando un conflicto inherente a diversos niveles, en opinión del colega Jesús Sánchez Rodríguez (Rebelión).
Conflicto que anida en el seno del sistema capitalista mundial -ya unos a otros se acusan de proteccionista en detrimento de los demás-, entre diversas fracciones de la burguesía -la de la economía real, la productora, andará ciscándose en la financiera, mientras la pequeña empresa boquea, ayuna de créditos-, entre empresarios y proletarios -se exacerba lo de siempre-, y, desafortunadamente, en el seno de la propia clase obrera -recordemos las huelgas xenófobas de los trabajadores ingleses de la energía-…
Todo ello, signos de un guión cuyas líneas generales de desarrollo, coincidamos, son conocidas históricamente: la crisis financiera deriva en crisis económica, y esta en crisis social y política.
¿Qué deparará el futuro?
¿Revoluciones?
¿Desglobalización, con el derrumbe del comercio mundial y la desconexión de los países del Sur para seguir su camino?
Muy temprano para prever detalles; pero no para evocar la sabia sentencia de que, a grandes crisis, grandes soluciones.
Y podrían ser enormes las soluciones, a juzgar por el rojo encendido de los actuales números económicos.
Y políticos.
Y sociales.
Eduardo Montes de Oca
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