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El Ibex bajará hasta los 5.000 puntos |
Pese al repunte de ayer, los expertos no auguran buenos tiempos para la renta variable. Al Ibex 35 aún le queda mucho por andar en su particular travesía del desierto. Al menos así lo consideran los analistas técnicos. A medio plazo, prevén que el selectivo español probará zonas de 5.000 puntos, en el mejor de los casos.
“Una vez confirmada y testada con un rebote la perdida del 61,8% de retroceso de todo el movimiento alcista iniciado en 2002, el siguiente objetivo lógico lo constituye el retroceso del 100%, nivel ya alcanzado por los índices americanos y que se sitúa en 5.266”, explica Antonio Ros (LONE), analista de Finanzas.com.
Este es el primer objetivo, en su opinión, pero no necesariamente el último, pues la recuperación de la economía española será larga y costosa, “y no debería extrañarnos ver niveles de 3.000 puntos”, que serían niveles lógicos. Respecto a los pequeños rebotes que pueda haber en el camino, serán como oasis en el desierto. “Dentro de la fuerte tendencia bajista, es normal que hay lucha en los niveles clave, pero no cambian para nada el sentido inicial”, concluye Ros.
Para Eduardo Faus, analista técnico de Renta 4, no sólo el Ibex 35, sino todos los selectivos mundiales han roto a la baja formaciones triangulares que los proyectan con una caída del 30%, lo que dejaría al Ibex en los 6.000 puntos.
A medio plazo, no sería extraño que el selectivo se fuera hasta los 6.600 puntos, explica Miguel Cedillo, analista técnico de Dif Broker, ya que el “sesgo de la tendencia bajista es muy pronunciado”. En su opinión, todavía no hemos visto los mínimos, aunque siempre cabe la posibilidad de pequeños rebotes en este viaje hacia los infiernos. Como segundo soporte relevante, Cedillo identifica el nivel de los 5.275 puntos, mínimo de 2002.
Un operador del mercado que prefiere mantener el anonimato explica a Finanzas.com que la tendencia sigue siendo bajista y muy acelerada, desde los máximos que alcanzó el Ibex 35 en 2007, cuando llegó a los 15.945 puntos. Desde ahí, y en poco más de un año, la caída del Ibex 35 –superior al 50%- hasta sus niveles actuales, se ha producido en poco más de un año, lo que da una idea de la violencia del movimiento. Ni siquiera en la crisis de 2000-2003, el Ibex bajó tan rápido. A este ritmo, concluye, “se van ver los 5.000 puntos en el medio plazo”.
Obviamente, lo que le suceda al Ibex 35 tiene mucho que ver con la evolución del S&P 500. Faus explica que el selectivo estadounidense ha roto a la baja el triángulo simétrico con un hueco, lo que demuestra que los operadores del mercado controlaban esta figura cuya base ha servido de soporte hasta en siete días distintos. Su única esperanza es que el S&P ha rebotado desde los mínimos de octubre y de 2003 en 743 puntos.
Sin embargo, en Estados Unidos tampoco está el horno para bollos. Según las últimas lecturas del indicador elaborado por la American Asociation Investors Inteligence, el porcentaje de bajistas se sitúa en el 56,72%, prácticamente al lado de los máximos históricos que alcanzó el pasado mes de noviembre en el 57,14%.
La diferencia es que entonces el mercado americano se vino arriba, apunta Antonio Iruzubieta, analista financiero independiente, cosa que no estamos viendo ahora. En su opinión, es perfectamente factible que el S&P se vaya como primer objetivo hasta los 680 puntos, y el Ibex 35 pruebe zona de 6.800 puntos. A partir de ahí, Iruzubieta apunta que ya se puede esperar un rebote más consistente.
(continue)

Etiquetas: conocimiento, medios, memoria, monopolios, multitud, politica.
El selectivo español Ibex-35 cerró hoy en 7.620,90 puntos, tras subir esta semana un 0,23 por ciento y romper la racha de caídas de las dos semanas precedentes.
Este mes la crisis económica quedaba reflejada en el aumento del paro -en España la tasa se situaba en enero en el 14,8 por ciento y el número de desempleados ascendía a 3,3 millones- y en la entrada en recesión de muchas economías -España, Alemania, Reino Unido, Japón o los Estados Unidos-.
Mientras tanto, por la menor actividad y la escasa presión de la demanda, aparecía el fantasma de la deflación por la reducción de los precios -el IPC español de febrero se situó en el 0,7 por ciento-.
Los distintos planes de estímulo económico, como el Plan Obama, finalmente aprobado y dotado con 780.000 millones, aportaron algo de esperanza a las bolsas, que este mes registraron mínimos anuales (el Ibex marcó 7.483,40 puntos el día 24) y cuyos índices retrocedieron hasta niveles desconocidos desde 2003, aunque en algunos casos, como Wall Street y Milán, se situaron en cotas de 1997.
Los problemas del sector financiero, la intervención de entidades -Citigroup-, la mengua de sus beneficios -el resultado de BBVA bajó el 18,1 por ciento y el de Banco Santander, el 2,03 por ciento- o las cuantiosas pérdidas registradas por bancos -RBS perdió más de 27.000 millones- y aseguradoras extranjeras repercutieron negativamente en el mercado.
El anuncio de diversas iniciativas, como la creación en EEUU de un banco que gestionaría todos los activos tóxicos de las entidades, o las nuevas ayudas que destinarán para el sector las autoridades británicas -más de 500.000 millones de euros- y estadounidenses -250.000 millones de dólares- animaron algo a la alicaída banca a final de mes.
Este mes, las dificultades de la economía japonesa -el PIB del cuarto trimestre cayó el 12,7%- y europea fortalecieron a la divisa de EEUU y el euro bajó a 1,25 dólares, al tiempo que se estabilizaba la cotización del petróleo Brent por encima de 40 dólares por barril y el oro se convertía en el valor refugió más apetecible, con lo que la onza del metal se cambió a más de 1.000 dólares.
En cuanto a la evolución de los principales valores del mercado nacional, los integrantes del índice Ibex-35, sólo siete empresas escaparon de los números rojos.
La mayor caída correspondió a Banco Popular, que cedió el 29,74 por ciento, afectada por las ventas a corto, mientras que Mapfre perdió el 26,70 por ciento por las dificultades y malas cuentas presentadas por las aseguradoras extranjeras.
Luego se situaron Gas Natural, que ha formalizado la opa sobre Unión Fenosa, al caer el 24,08 por ciento y Santander y Banesto, con un retrocesos del 22,47 y el 21,57 por ciento, respectivamente.
De las compañías con ganancias sobresalió Técnicas Reunidas, que subió el 9,34 por ciento, animada por sus resultados y la confirmación de contratos, en tanto que Telefónica ganó el 5,60 por ciento tras anunciar que su beneficio cayó sólo el 14,8 por ciento en 2008.
Además, destacaron los avances de Iberia -después de publicar resultados y gracias al allanamiento de las dificultades existentes para fusionarse con British Airways-, que ganó el 1,10 por ciento.
Del resto de los grandes valores, BBVA retrocedió el 21,01 por ciento, en tanto que Iberdrola cedió el 14,47%, a pesar de aumentar el 28 por ciento su beneficio, y Repsol cayó el 12,96 por ciento.
Porcentualmente, en lo que va de mes, el valor de las acciones de las 5.000 empresas estadounidenses más importantes se redujo en más del 10 % en comparación a su costo.
Los bancos continúan siendo el eslabón más débil de la economía de EEUU. Si a partir del 29 de enero de 2009 el mercado financiero estadounidense cayó en un 14,62 %, el índice bancario DJ Wilshire U.S. Banks en menos de un mes se desplomó en un 34,30 %.
Además, el mercado ha reaccionado con mucho nerviosismo a la posible nacionalización de los bancos más grandes del país, a pesar de que la administración del presidente Barack Obama ha negado que existen esos planes.
El desplome que han sufrido los índices europeos, desde los máximos conquistados en noviembre de 2007, ya supera el 52%, una cifra que, aunque sobrecogedora, podría incrementarse en los próximos meses.
Y es que, ante este incierto panorama, la pregunta del millón permanece sin respuesta:
¿Ha descontado ya la renta variable el impacto de la crisis en la economía real?
Los expertos consultados por EXPANSIÓN coinciden en que, ante la actual falta de visibilidad, habría que sacar brillo a la bola de cristal para responder con tino a esta cuestión.
No obstante, puntualizan que, si el peor de los escenarios se confirmase, el Ibex podría retroceder hasta los mínimos marcados en la crisis de las puntocom, cuando, en octubre de 2002, tocó los 5.386 puntos.
Ello supondría una caída adicional del 40%.
Francisco J. López Lubián, profesor del Instituto de Empresa, asegura que la bolsa no ha hecho suelo y que veremos recortes adicionales.
"Teniendo en cuenta que la situación económica es mucho más compleja y grave ahora que en 2000, no es descartable pensar que el Ibex podría volver a los 5.000 puntos", señala el experto.
Otras fuentes del mercado, relativamente más optimistas, consideran que volver a este nivel sería desproporcionado, pero sí auguran nuevos recortes de entre el 10% y el 20% con respecto a las cotas actuales, lo que dejaría al índice cerca de los 6.000 puntos.
Por otro lado, destacan que, aunque la bolsa ya refleja en gran medida la recesión que atraviesan los países industrializados, podría no haber descontado todavía el menor ritmo de crecimiento de los países emergentes, cuya contracción podría suponer otro guijarro en el zapato de las economías desarrolladas.
Con estas cartas sobre la mesa y algunas otras sin levantar, aventurarse a lanzar predicciones sobre cuándo el Ibex podría reconquistar los 15.945 puntos que lucía orgulloso en noviembre de 2007 es hacer un brindis al sol.
Eso sí, la espera va a ser larga.
Según un informe de Banco Urquijo, en el que se analizan las crisis bursátiles desde 1930 y su reflejo en el S&P500, son necesarios 26 meses de media para que se recuperen los máximos que preceden a periodos bajistas que coinciden con una recesión.
Cuando el crecimiento negativo de la economía dura doce o más meses, el plazo de recuperación se eleva hasta 34, mientras que si la recesión se prolonga durante menos de un año, borrar los estragos causados en la bolsa se reduce, de media, a 20 meses.
Como muestra, un botón.
Entre marzo de 2000 y octubre de 2002, el Ibex cedió un 58%, pasando de los 12.816 puntos a los 5.368.
En esta ocasión, el foco de las turbulencias, aunque salpicase a otros sectores, se concentraba en las compañías tecnológicas, lo que hacía más sencillo tomar las riendas de la situación.
Aun así, no se reconquistaron las cotas de 2000 hasta septiembre de 2006.
El panorama es borrascoso y algunas fuentes del mercado otorgan cada vez más probabilidades a que la actual recesión derive en una depresión.
Así, las tesis que señalan que la economía real podría comenzar a levantar cabeza en el segundo semestre de 2009 parece estar cediendo ante la posibilidad de que no se vean síntomas de mejoría hasta 2010 e, incluso, 2011.
Predicciones al traste
La bolsa, como termómetro adelantado de la salud de la economía, debería mostrar con una anticipación de alrededor de seis meses este cambio de tendencia.
Sin embargo, los expertos advierten de que, en periodos de elevada incertidumbre, la teoría se va al traste y, como ya sucedió durante la Gran Depresión, la bolsa pierde su capacidad de predicción.
No obstante, sí parece claro que sólo cuando Wall Street renazca de sus cenizas "ayer el S&P cotizaba a 747 puntos, el mismo nivel que hace siete años" los parqués europeos saldrán a flote.
Descartada la posibilidad de poner fecha a la recuperación, Juan Ramón Caridad, socio director de Atlas Capital, sostiene que ciertos factores nos indicarán que estamos en la antesala del fin de la crisis.
"Cuando el diferencial TED -mide la diferencia entre la tasa del bono que emite el Tesoro Estadounidense y el tipo al que los bancos se prestan dinero en dólares- se reduzca y los inventarios de vivienda de EEUU comiencen a caer se marcará un punto de inflexión. Y entre seis y nueve meses después, se darán los primeros pasos hacia la recuperación", explica.
Cuestión de confianza
Cómo recuperar la confianza para conseguir que se normalicen los mercados de crédito y, entre ellos, el de las titulizaciones, es la asignatura pendiente de las instituciones económicas y políticas.
Para ello, los expertos subrayan que es imprescindible poner precio a los denominados activos tóxicos, es decir, a aquélla financiación estructurada cuyas garantías son dudosas.
Según Caridad, "si el mercado no pone precio a estos productos tendría que hacerlo el Gobierno o bien sacarlos a subasta".
Por otro lado, propone la creación de una cámara de compensación en la que el Gobierno actúe de contrapartida para reactivar el crédito.
La otra opción sería la tan discutida propuesta de crear un "Bad Bank" que adquiera los activos contaminados de las entidades financieras.
Pablo Fernández, profesor del IESE, defiende la transparencia como única vía para revertir la situación.
"Mientras se fomente la opacidad no habrá inversión y la bolsa, única fuente de liquidez inmediata, seguirá depreciándose", explica. Opina que, "salvo las financieras, las empresas cotizadas ya han descontado una profunda contracción de la economía" y, aunque reconoce que volver a los niveles máximos del Ibex requerirá mucho tiempo, considera que una vez que la bolsa comience a repuntar alcanzará el nivel de los 13.000 puntos con relativa facilidad.
López Lubián, del IESE, aconsejaría "invertir en renta variable en estos momentos siempre que se cuente con un horizonte temporal a medio o largo plazo, ya que los fundamentales son muy atractivos".
Mientras tanto, los indicadores económicos siguen dejando mal sabor de boca entre los inversores.
El miércoles, la caída de las ventas de vivienda de segunda mano en Estados Unidos se situó en niveles de hace doce años, y el jueves las peticiones semanales de subsidio de desempleo alcanzaron los 667 millones, un nuevo máximo histórico.
Junto a ello, los resultados empresariales, lejos de cumplir las expectativas del consenso del mercado, muestran un deterioro sin precedentes.
En los últimos días, grandes grupos como General Motors, Royal Bank of Scotland o Allianz han confesado ante el mercado los irremisibles pecados de sus balances.
Paralelamente, las revisiones de beneficios a la baja no cesan y la coordinación entre bancos centrales y gobiernos no termina de cuajar.
En 2009, el consenso de analistas estima que el BPA (Beneficio por acción) del Ibex se contraiga un 7,3%, el del DJStoxx 600, un 3,1%, y el del S&P 500, un 3,2%.
En busca del tiempo perdido
La actual crisis financiera sorprendió a todos cuando menos lo esperaban, también a los economistas, que fueron incapaces de predecir la magnitud del cambio de ciclo.
Aunque los profesionales consideran que se están tomando las medidas oportunas, disienten sobre la celeridad al aplicarlas.
"Hasta diciembre, los gobiernos no se tomaron en serio la situación y los agentes económicos y políticos no consensuaron una acción coordinada. Se ha perdido mucho tiempo que corría en contra", opina López Lubián, profesor del IE.
¿Sostener las bolsas?
Los parqués se han convertido en el caldo de cultivo del miedo, una situación que ha llevado a algunos gobiernos, como el japonés, a plantearse medidas drásticas para "sostener" las bolsas de modo artificial.
El ministro de Finanzas nipón, Kaoru Yosano, señaló hace unos días la posibilidad de adquirir directamente acciones para reanimar la salud de la bolsa japonesa, en niveles de hace 26 años.
Aplicar medidas similares en los parqués occidentales es, según José Luis Rodríguez Campuzano, estratega de Citi, "por el momento descartable", aunque señala que su viabilidad "depende del margen de maniobra que aún exista en política económica tradicional, y del grado de deterioro y profundidad de la crisis".
Pedro Cubillo, de MG Valores, opina que "esta iniciativa no soluciona nada mientras no se sanee el sistema financiero y añade que, puestos a intervenir el mercado, sería más fácil suspender la cotización de compañías que cayeran a un precio determinado".
El volumen de negocio acumulado en lo que va de año alcanza los 123.935 millones de euros y el número de operaciones acumuladas los 4,7 millones, un 37,5% menos que en el mismo período de 2008.
Los valores más negociados durante el mes de febrero fueron de nuevo Banco Santander, con 14.273 millones de euros, el 24,88% del total, seguido de Telefónica, con 9.313,4 millones de euros, el 16,24% del total. En tercer lugar se situó Unión Fenosa, con 8.007 millones, con el 13,96% del volumen total, seguida de BBVA e Iberdrola, con 5.263 y 5.076 millones de euros, respectivamente, que suponen el 9,18% y el 8,85% del total en cada caso.
La sesión más negociada durante el mes fue el día 26, con 8.767 millones, coincidiendo con la subida del 4% que registró el mercado, la segunda mayor subida del año. A continuación, se situó el día 20, con 3.491 millones y el día 3 de febrero, con 3.488 millones de euros.
Récord en deuda corporativa
La negociación de deuda corporativa alcanzó en febrero un récord, al negociar 293.616 millones de euros, un 202% más respecto al mes de febrero del pasado año, con un volumen acumulado en los dos primeros meses de 652.747 millones de euros, un 205% más sobre el mismo período de 2008.
El número de operaciones realizadas en el mes de febrero fue de 75.358, un 25,7% por encima de las realizadas en el mismo mes de 2008, y las acumuladas se situaron en 154.862 y se incrementa un 15,1% respecto al mismo periodo del ejercicio anterior.
Las admisiones de nuevas emisiones registradas en febrero situaron su volumen en 40.290 millones de euros, un 34,4% más respecto al mismo mes del pasado año. El volumen acumulado fue de 80.007 millones de euros, con un descenso del 5,5% respecto a 2008. El saldo vivo a finales del mes de febrero alcanzaba los 836.913 millones de euros, un 8,9% más elevado que el existente un año antes.
El mercado de derivados negoció en febrero 5,3 millones de contratos, con un crecimiento del 43% sobre febrero de 2008. En este apartado destacó la negociación de futuros sobre acciones, con 2,6 millones de contratos, un 139% más, y las opciones sobre acciones, con 1,7 millones de contratos, un 48% más.
En el volumen acumulado anual se negociaron 13,8 millones de contratos, un 46% más que en 2008, destacando los futuros sobre acciones, con 7,6 millones, un 113% más, y las opciones sobre acciones, con 4,3 millones de contratos, un 80% más.
El número de emisiones de warrants admitidas a negociación entre enero y febrero de 2008 ascendió a 1.380. Durante el mes de febrero, el efectivo negociado alcanzó los 152,6 millones de euros y el número de negociaciones fue de 29.657.
La actividad en este segmento hasta febrero alcanzó los 325 millones de euros, con una disminución del 48,4% sobre el año 2008, y el número de negociaciones de 63.445, un 50% menos que en el mismo período del año anterior.
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