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Alemania y Francia se alejan de España |
El desarrollo de la crisis financiera y su extensión a un mayor número de países, en especial, casi todos los del centro y Este de Europa, con implicaciones en algunos bancos, ha agudizado ciertos temores de suspensión de pagos por parte de algunos Estados.
Fuentes de la Comisión Europea reconocen que la caída del crecimiento en los países mas débiles ha sido mucho mayor que en los grandes, si bien descartan la posibilidad de suspender pagos.
La postura del Ejecutivo comunitario contrasta, así, con la expresada el miércoles por Alemania y Francia, que manifestaron su temor a que haya que respaldar a algunos países de la zona del euro, como España o Irlanda –que tienen un elevado déficit– porque los inversores rechacen su deuda.
La comisión Europea descarta el riesgo de suspensión de pagos sobre la economía. Ve "inaceptable" que agentes sociales y gobiernos no se sienten a negociar la reforma laboral.
¿Puede algún país de la eurozona tener dificultades de pago de su deuda?
Sí, reconocen las mismas fuentes.
Puede haber alguna dificultad, pero el Tratado de la UE prevé que en esos casos se puede ayudar a un país con financiación europea, como ocurre ya con Hungría y Letonia.
Sin embargo, en la eurozona esto no está previsto, y el Banco Central Europeo no puede comprar deuda de un socio de la zona euro para darle recursos.
Y entonces, ¿qué puede hacer un país con dificultades?
Como último recurso, puede recurrir al FMI, al igual que el resto de los países, pero antes de llegar a esa situación, "es seguro que la eurozona podrá hacer algo", según fuentes comunitarias.
En ese caso, si se llega a esa situación límite, en la que haya que prestar dinero a un socio de la zona euro, "las condiciones que se le van a imponer serán brutales, llevarán condicionadas una serie de reformas y de ajustes enormes para que ese país salga de esa situación cuanto antes", declaraban esas mismas fuentes.
En Bruselas es, además, punto de referencia y de comentarios en los debates sobre la crisis la elevada tasa de paro en España, 14,4% en diciembre, cuando hace menos de un año estaba dentro de la media europea, que se sitúa en el 7,4%.
"Esto necesita un análisis profundo para conocer las causas que han llevado a esos niveles, y es inaceptable que la partes implicadas no se sienten ya a estudiar esa situación", declaran fuentes de la Comisión Europea.
"Todos las partes son responsables, los empresarios, los sindicatos, el Gobierno, todos deben asumir su responsabilidad en ese problema".
No hay recetas que se puedan aplicar de inmediato, pero en la UE hay "toda una serie de buenas prácticas para ver cuáles se pueden aplicar mejor en España".
(continue)

Etiquetas: conocimiento, medios, memoria, monopolios, multitud, politica.
Trichet ha supeditado, no obstante, la evolución de los precios a medio plazo al encarecimiento de la energía. En una conferencia pronunciada en París, el máximo responsable del BCE ha descartado, por otro lado, reducir los tipos de interés al 0%, porque conlleva "inconvenientes". A principios de mes, el Consejo de Gobierno del BCE decidió por unanimidad mantener el precio del dinero para los países del euro en el 2%.
En el plano macroeconómico "todo va a cambiar" como consecuencia de una crisis que supone el "primer test de la economía globalizada", aseguró Trichet, quien ha señalado que hay que "construir un sistema (...) mundial de mercado" capaz de "resistir los choques y las fluctuaciones" que "nosotros mismos provocamos".
Destacó que es "absolutamente necesario que los países emergentes participen en ese cambio y ha evitado pronunciarse sobre la duración de la crisis, preguntado sobre si esta podría alargarse "cinco o seis años" pero precisó que hay que "estar alerta".
"Hay que entender mejor cómo funciona el sistema globalizado" para ser más conscientes de los riesgos, agregó. Trichet insistió en varias ocasiones a lo largo de su alocución en la importancia de recuperar la confianza que reposa en la capacidad de los dirigentes de "demostrar que mañana y pasado mañana" se volverá a una "situación normal".
Que cada palo aguante su vela
En relación con la iniciativa que estudia el Ministerio de Finanzas alemán sobre la posibilidad de otorgar ayudas a otros países de la Eurozona que tengan problemas financieros, según la prensa germana, Trichet ha sentenciado que "es extremadamente importante que cada gobernante sea responsable de su propia política".
El dirigente francés ha precisado que "no hay eslabón débil" en la zona del euro, en referencia a países como Irlanda, Italia y Grecia, supuestos destinatarios de las ayudas alemanas.
En materia de proteccionismo, ha aseverado que "es importante evitar los errores que se cometieron en el siglo XX", en la misma línea de pensamiento de instituciones como el Fondo Monetario Internacional (FMI) o la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE).
Respecto a las medidas contra la crisis emprendidas a nivel global, Trichet declaró que "los gobernantes se han movilizado extremadamente rápido" y "correctamente", en conjunto.
Esto ha provocado, explica Bruselas, un recalentamiento de la economía y ha generado desequilibrios insostenibles en la balanza de pagos, fuertes aumentos de los costes laborales e incrementos muy acusados de los precios inmobiliarios.
Además, en muchos casos los créditos, incluidos los hipotecarios, se contrataron en monedas extranjeras, lo que ha colocado a las empresas y familias en una posición de especial debilidad ante posibles depreciaciones de la moneda nacional.
A ello se une la gran dependencia del sector bancario de los grupos extranjeros, en su mayoría procedentes de Europa occidental. Todo ello se ha complicado con la llegada de la crisis financiera, por los problemas de financiación que ha traído, lo que aboca a varios de esos países, según la Comisión, a severos ajustes.
Estas conclusiones están incluidas en el último informe elaborado por el Ejecutivo comunitario sobre los efectos económicos de la ampliación de la UE. El Ejecutivo comunitario considera que los nuevos socios deben seguir haciendo esfuerzos para seguir beneficiándose de su incorporación a la UE.
Recalca, en especial, la importancia de aplicar rigurosas políticas presupuestarias y lamenta que en algunos casos en el pasado los gobiernos se hayan desviado de las recomendaciones que recibían desde Bruselas.
También les insta a trabajar para unirse a la zona del euro que, entre otros beneficios, supondrá la eliminación del riesgo asociado a la fluctuación de las divisas, más flujos comerciales y de inversión extranjera y mayor integración financiera.
Los beneficios de 'ser europeos'
Bruselas recalca, en cualquier caso, el impulso que la adhesión ha supuesto para los nuevos socios, cuya renta per cápita ha pasado de una media del 40% en relación a la de los quince antiguos socios en 1999 al 52% el año pasado.
La Comisión destaca que los nuevos Estados miembros han pasado de crecer el 3,5% anual de media entre 1999 y 2003 al 5,5% de 2004 a 2008. Incide en que también los Quince se beneficiaron de ese impulso, con un avance anual del PIB en torno al 0,5 anual, especialmente en aquellos países que aumentaron los flujos comerciales y de inversión hacia los nuevos socios.
El Ejecutivo de la UE destaca las cuantiosas transferencias recibidas por los nuevos Estados miembros desde el presupuesto comunitario, equivalentes en 2007 al 2% de su PIB (deben subir hasta el 3% en 2013).
En relación a los antiguos socios, estos fondos sólo equivalen al 0,2% de su PIB en 2007 y aumentarán hasta el 0,3% en 2013.
Que la crisis no sea excusa
La Comisión Europea pidió hoy que la crisis económica y financiera no se utilice como excusa para retrasar el proceso de ampliación de la Unión Europea. "La ampliación no puede ser el chivo expiatorio de los problemas económicos", advirtió el comisario europeo para la Ampliación, Olli Rehn, quien pidió a los líderes de la UE que mantengan "la cabeza fría" y actúen con responsabilidad.
Para el comisario finlandés, "no podemos hacer que un trabajador serbio pague los errores cometidos en Wall Street". Rehn presentó hoy junto a su colega de Asuntos Económicos y Monetarios, Joaquín Almunia, un balance sobre los efectos económicos de la ampliación de la UE al Este, a pocos meses del quinto aniversario de la entrada de diez nuevos socios (Bulgaria y Rumanía se incorporaron en 2007).
El estudio demuestra, según Rehn, que la ampliación de la Unión, si se gestiona bien, puede tener efectos muy positivos en términos de crecimiento y de empleo, tanto para los nuevos socios como para los antiguos.
"El tono bajista en la economía de la eurozona se está consolidando", según el economista de ING Martin van Vliet. Señala que los datos dibujan un feo panorama de una economía que se está adentrando en una mayor recesión. "A su vez esto implica que las presiones deflacionistas se están intensificando. El BCE tiene claro que debe bajar más los tipos después del recorte que parece inevitable de 50 puntos básicos en el tipo de interés", ha añadido.
La canciller dijo que en este momento la eurozona sigue siendo fuerte y se ha probado a sí misma en esta crisis económica mundial.
También hizo énfasis en la importancia de ver más allá de la actual crisis y de aprender las lecciones que deriven de ella.
(Xinhua)
"Queremos que todo el mundo tome acciones. Esto significará tomar medidas contra los paraísos fiscales e impositivos en partes del mundo que hasta ahora habían escapado a la atención regulatoria. Los cambios que haremos tendrán que aplicarse a todas las jurisdicciones del mundo", declaró el primer ministro desde su residencia oficial de Downing Street, en Londres.
Según el periódico inglés The Guardian, un centenar de empresas británicas se salvan de pagar impuestos por un valor de hasta 18.000 millones de dólares por dar su domicilio en paraísos fiscales.
Brown, que hoy tiene previsto reunirse en Roma con su colega italiano, Silvio Berlusconi, y el domingo con la canciller alemana, Angela Merkel, se negó a dar detalles del nuevo plan.
Sin embargo, el Guardian adelantó que el gobierno británico propondrá terminar con los paraísos fiscales en Suiza, mientras que el presidente de Estados Unidos, Barack Obama, se encargará de lidiar con el paraíso fiscal en las Islas Caimán.
"La UE debería emplear su influencia para construir un consenso internacional para la necesaria acción que debe ejecutar la comunidad internacional", indicó el portavoz de Brown en declaraciones a Reuters. "Necesitamos seguir con el estímulo fiscal para nuestras economías y garantizar que éstos están coordinados", dijo.
Asimismo, el portavoz apuntó a un tercer campo, la regulación de los mercados financieros, ámbito en el que hay grandes diferencias sobre el alcance de esta normalización.
"Siempre hemos dicho que cada país debe tomar sus propias decisiones, pero es importante que hablemos de las acciones que adoptamos y coordinemos nuestras respuestas", agregó.
Europa tendrá un importante peso en la cumbre de Londres, ya que en ella participarán República Checa en calidad de presidenta de turno de la UE, Reino Unido, Francia, Alemania, Italia, Países Bajos, España y la Comisión Europea.
Los primeros en hacer acto de presencia fueron el primer ministro luxemburgués y presidente del Eurogrupo, Jean-Claude Juncker, y el presidente del Banco Central Europeo, Jean-Claude Trichet.
Después del presidente del Gobierno llegó el primer ministro holandés, Jan Peter Balkenende, cuyo país, al igual que España, no es miembro de pleno derecho del G-20 pero ya participó el la cumbre de Washington de noviembre de 2008 en la que se iniciaron los trabajos de reforma del sistema financiero internacional. A continuación, Merkel recibió al primer ministro británico, Gordon Brown, y al italiano, Silvio Berlusconi.
El último en llegar fue el presidente francés, Nicolas Sarkozy, que se retrasó unos minutos respecto a la hora prevista para el inicio de la reunión, que era las 11:30.
Agenda
El encuentro consistirá en una primera sesión en la que participarán los líderes con sus ministros de Economía y en un almuerzo de trabajo de los jefes de Estado y de Gobierno en solitario. Su conclusión se espera para las 14:45 horas.
Los líderes europeos tratarán de zanjar sus desacuerdos sobre la respuesta a la crisis económica y financiera y pactar una posición común sobre la reforma de la arquitectura financiera internacional. Se trata de preparar la cumbre del G-20 que se celebrará el 2 de abril en Londres, en la que participarán los principales países industrializados y emergentes y a la que acudirá el nuevo presidente estadounidense, Barack Obama.
Los jefes de Estado y de Gobierno discutirán sobre las medidas adoptadas por los diferentes países de la UE para hacer frente a la crisis económica y financiera, según explica Merkel en la carta de invitación enviada a los participantes. El objetivo es evitar que estas medidas provoquen "distorsiones de competencia", añade la canciller.
En este sentido, se debatirá entre otras cuestiones cómo gestionar los activos tóxicos de los bancos para estabilizar el sistema financiero y reactivar el crédito. Merkel quiere además que el encuentro sirva para relanzar la ronda de liberalización comercial de Doha y para "combatir sistemáticamente las tendencias proteccionistas", una cuestión que en las últimas semanas ha enfrentado a Francia y República Checa.
Oficialmente, se trata de analizar el estado en que se encuentra la puesta en práctica de las decisiones tomadas durante la última reunión en Washington y se planteará la posibilidad de que el Fondo Monetario Internacional (FMI) informe periódicamente sobre los progresos.
Alemania, además, procurará ganar a sus socios para una declaración de principios sobre la sostenibilidad económica que deberá allanar el camino de regreso a una política de consolidación presupuestaria cuando se supere la actual crisis financiera.
Sin embargo, hay otra serie de temas que pesan sobre la reunión de mañana, como el temor a que algunos estados de la Eurozona puedan caer en la bancarrota o las repercusiones que pueda tener la crisis bancaria en Europa.
La cumbre de Berlín comenzará con una reunión plenaria, en la que estarán presentes tanto los jefes de Gobierno como los ministros de Finanzas.
En ésta se analizará el estado en que se encuentra el proceso iniciado en Washington, tanto en lo referente a la construcción de una nueva arquitectura financiera mundial como en cuanto al manejo de las crisis agudas.
Con respecto a este último punto, se discutirán ante todo posibles fórmulas para evitar que avales y ayudas estatales que se han hecho necesarios por la dimensión de la crisis distorsionen la libre competencia y se conviertan en una forma de proteccionismo.
Más tarde, los ministros de Finanzas tendrán un almuerzo de trabajo, aparte del de los jefes de Gobierno, en el que el tema central será el de las posibilidades de mejorar la cooperación internacional en los referente a la supervisión de instituciones financieras.
Una pregunta clave en este aspecto es el de la comunicación entre distintos entes de supervisión, algo fundamental para los bancos que operan en diversas regiones del mundo.
También se estudiaran herramientas que permitan mejorar la efectividad del trabajo del Banco Mundial y del FMI y que permitan a esas dos instituciones una mayor flexibilidad en la concesión de créditos.
Además, se analizarán fórmulas para conseguir una coordinación en las políticas de reactivación económica, una vez terminada la crisis.
Pese a los esfuerzos de coordinación, las fuentes advirtieron que no se trata de que los países europeos lleguen a Londres con una posición absolutamente monolítica y advirtieron de que esto último no sería necesariamente constructivo, de cara al entendimiento con los otros miembros del G-20.
Ante todo, agregaron las fuentes, se tiene que considerar la posición que tiene el Reino Unido que, al ejercer la presidencia del G20, tiene que asumir una actitud moderadora.
Declaración de principios
Alemania, además, procurará ganar a sus socios para una declaración de principios sobre la sostenibilidad económica que deberá allanar el camino de regreso a una política de consolidación presupuestaria cuando se supere la actual crisis financiera. Sin embargo, hay otra serie de temas que pesan sobre la reunión de mañana, como el temor a que algunos estados de la Eurozona puedan caer en la bancarrota o las repercusiones que pueda tener la crisis bancaria en Europa.
El encuentro de Berlín comenzará con una reunión plenaria, en la que estarán presentes tanto los jefes de Gobierno como los ministros de Finanzas, y donde se analizará el estado en que se encuentra el proceso iniciado en Washington, tanto en lo referente a la construcción de una nueva arquitectura financiera mundial como en cuanto al manejo de las crisis agudas. Con respecto a este último punto, se discutirán ante todo posibles fórmulas para evitar que avales y ayudas estatales que se han hecho necesarios por la dimensión de la crisis distorsionen la libre competencia y se conviertan en una forma de proteccionismo.
Más tarde, los ministros de Finanzas tendrán un almuerzo de trabajo, aparte del de los jefes de Gobierno, en el que el tema central será el de las posibilidades de mejorar la cooperación internacional en los referente a la supervisión de instituciones financieras. Un aspecto fundamental es averiguar la comunicación entre distintos entes de supervisión, algo básico para los bancos que operan en diversas regiones del mundo.
También se estudiaran herramientas que permitan mejorar la efectividad del trabajo del Banco Mundial y del FMI y que permitan a esas dos instituciones una mayor flexibilidad en la concesión de créditos. Además, se analizarán fórmulas para conseguir una coordinación en las políticas de reactivación económica, una vez terminada la crisis.
Pese a los esfuerzos de coordinación, las fuentes advirtieron que no se trata de que los países europeos lleguen a Londres con una posición absolutamente monolítica y advirtieron que esto último no sería necesariamente constructivo, de cara al entendimiento con los otros miembros del G-20. Ante todo, agregaron las fuentes, se tiene que considerar la posición que tiene el Reino Unido que, al ejercer la presidencia del G20, tiene que asumir una actitud moderadora.
La canciller alemana destacó que los países de la UE acudirán con una postura "sólida y conjunta" a la cita del G20 en la capital británica.
"Londres debe ser un éxito", dijo la canciller alemana, que explicó seguidamente los siete puntos del catálogo de propuestas con las que la Unión Europea acudirá a la capital británica para ayudar a resolver la crisis financiera y económica mundial.
El primer ministro británico, Gordon Brown, señaló que "nuestra prioridad" es la gente que tiene problemas para pagar su hipoteca y quienes están amenazados con la pérdida de su empleo.
Añadió que pese a que "hemos elaborado el mayor programa coyuntural de la historia", las medidas tomadas hasta ahora "no son suficientes", por lo que la reunión de Londres deberá aportar "más estímulos para reactivar la economía".
A su vez, el presidente francés, Nicolas Sarkozy, afirmó que la cumbre en la capital británica es "la última oportunidad" para encarrilar la crisis y dijo que los países industrializados y las naciones emergentes no pueden permitirse un fracaso de la misma.
No se trata de tomar medidas superficiales y provisionales, dijo el presidente galo, quien expresó su satisfacción por el hecho de que el documento final de la reunión hable de sanciones contra los paraísos fiscales y los centros financieros que no cooperen.
Previo a la reunión, la canciller y anfitriona, Angela Merkel, tuvo un encuentro bilateral con el primer ministro checo y presidente de turno de la Unión Europea (UE), Mirek Topolanek, informó el portal de EuropaSur.
Entre los objetivos de esta reunión preparatoria figura un mayor control de las agencias de calificación de riesgos (que elaboran los rating de las empresas) y una mayor regulación de los fondos de alto riesgo.
Merkel quiere que de Berlín salga una rotunda señal de rechazo a todo intento de combatir la crisis con medidas proteccionistas, un punto en el que hay posiciones divergentes entre París y Berlín.
La cita de cuatro horas comenzó con una sesión plenaria, a la que asisten también los ministros de Finanzas, y concluirá, tras dos almuerzos por separado, con una rueda de prensa de todos los jefes de gobierno.
Los líderes europeos coincidieron en que todos los mercados, productos y actores financieros deben ser sujetos a una apropiada vigilancia y regulación, según la declaración final del encuentro.
La canciller alemana, Angela Merkel, invitó a esta reunión a sus colegas de Francia, Gran Bretaña, Italia, España y Holanda para acercar posiciones antes de la cumbre del G20, que congregará el 2 de abril en Londres, Inglaterra, a los líderes de los principales países industrializados y emergentes.
Los presidentes de la Comisión Europea, el Banco Central Europeo (BCE), el Eurogrupo y la Unión Europea (UE) también participaron en la cita de Berlín, recordó la agencia de noticias AFP.
Los líderes también pidieron duplicar los recursos del Fondo Monetario Internacional (FMI) para permitirle ayudar a sus miembros de manera rápida y flexible cuando experimentan dificultades en su balanza de pagos.
Las principales potencias mundiales se encuentran bajo presión para cumplir con las promesas realizadas en la cumbre del G20, en noviembre pasado en Washington, Estados Unidos, donde trazaron un plan para hacer frente a la crisis.
El jefe del Gobierno español, José Luis Rodríguez Zapatero, llamó en Berlín a pasar a la acción”en la cumbre del G20.
“En Washington se establecieron en el G20 los nuevos fundamentos del orden financiero internacional. En Londres, en abril, nos corresponde pasar a la acción y hoy estamos en Berlín para renovar este compromiso”, dijo Zapatero, cuyo país no integra el G20 pero fue invitado a la cumbre de Washington y a la de Londres, reseñó AFP.
Los líderes europeos advierten asimismo contra el proteccionismo, pese a que en la práctica varios de ellos han ayudado masivamente a sus principales bancos e industrias.
“Para sortear la crisis a corto plazo, sólo tomaremos medidas que mantengan las distorsiones a la competencia en un mínimo absoluto, y esperamos que los otros Estados del G20 se comporten de la misma manera”, señalaron.
En un discurso pronunciado en una sesión plenaria del Parlamento Europeo en Bruselas, Klaus dijo que no debe permitirse una situación "en la que los ciudadanos de países miembros vivan sus vidas con un sentimiento de resignación de que la UE no les pertenece, que se está desarrollando de forma diferente a lo que desean, que sólo están obligados a aceptarla".
También cuestionó si la toma de decisiones en la sede de la UE es siempre la mejor forma de alcanzar las metas de la integración de la UE.
Klaus, cuyo discurso se enfocó en lo que llamó "asuntos de extraordinaria importancia para el mayor desarrollo del proyecto de integración europeo", dijo que aunque no existe ninguna alternativa a la UE, "por el contrario, los métodos y formas de la integración europea sí tienen un número bastante amplio de variantes posibles y legítimas".
El también cuestionó el sistema de toma de decisiones del Parlamento Europeo porque dijo que "aquí sólo una opción es promovida y aquellos que se atreven a pensar en una opción diferente son calificados de enemigos de la integración europea".
Al referirse a aspectos económicos, argumentó que "el actual sistema económico de la UE es un sistema de un mercado reprimido, un sistema de una economía controlada centralmente que se fortalece permanentemente" y pidió en cambio la "liberalización y desregulación de la economía europea".
En respuesta, el presidente del Parlamento Europeo, Hans-Gert Pottering, describió a los puntos de vista de Klaus como "una expresión de la diversidad en Europa" e indicó que "en una democracia la opinión de la mayoría es la que cuenta".
(Xinhua)
La canciller federal de Alemania, Angela Merkel, recibió a líderes y ministros de Hacienda de Reino Unido, Francia, Italia, Luxemburgo, Holanda, España y la República Checa, en un intento por establecer una posición europea común antes de una cumbre en abril del Grupo de los 20 en Londres.
Los líderes de la UE apoyaron los planes para duplicar los fondos estatales para el Fondo Monetario Internacional a fin de garantizar asistencia rápida y flexible a países en severas dificultades financieras.
Ellos acordaron apoyar la discusiones en la cumbre de Londres sobre una carta mundial para el crecimiento económico sostenible. Sobre la controvertida cuestión del proteccionismo en épocas de crisis, prometieron abstenerse de adoptar medidas de estímulo económico que distorsionen la competencia.
(Xinhua)
El comunicado también dijo que habría de prepararse una lista de jurisdicciones, o paraísos fiscales, que no cooperen, y diseñarse un “conjunto de sanciones” lo antes posible, reseñó Reuters.
La canciller alemana Angela Merkel, anfitriona de la reunión, planteó incrementar al doble los recursos del Fondo Monetario Internacional (FMI) y este organismo antes de la reunión respaldó la idea de un bono común europeo para aliviar la presión sobre países como Irlanda o Grecia, castigados por los intereses.
“Los recursos del FMI deben ser duplicados para que pueda ayudar a sus miembros con premura y flexibilidad cuando encaran dificultades en su balanza de pagos”, dijo.
Sin embargo, Alemania, la primera emisora de deuda de la UE, ha rechazado la idea de un bono de la eurozona, según informó Reuters, y representantes de Italia y Luxemburgo no le dieron premura al tema.
Los puntos discutidos serán analizados por el Consejo Europeo el 19 y 20 de marzo y serán presentados luego al Grupo de los 20 en Londres a principios de abril.
Los países europeos, antes de la crisis financiera mundial desatada a fines de septiembre del año pasado, reclamaban de los países del tercer mundo la máxima apertura de sus mercados y criticaban la imposición de los estados soberanos de medidas regulatorias del flujo de capitales.
El catálogo contempla también el desarrollo de un mecanismo de sanciones para una mejor protección ante los peligros que puedan surgir de jurisdicciones que no cooperen, incluidos los paraísos fiscales. Los asistentes a la cita de Berlín destacaron también la necesidad de que los bancos aprovechen las épocas de bonanza económica para crear "colchones de capital" en los que poder apoyarse en tiempos difíciles. Además, subrayaron que en la reunión de Londres se debatirá activamente la carta global para una economía sostenible, que apuesta por una economía social de mercado.
Los Estados europeos coinciden también en que se deben tomar medidas para evitar que se distorsione la competencia y subrayan que esperan lo mismo del resto de los miembros del G-20 (grupo de países ricos y emergentes) en el encuentro de Londres.
En ese sentido, se comprometen a no aplicar medidas proteccionistas y a impulsar la ronda de Doha de la Organización Mundial del Comercio (OMC). Finalmente, proponen duplicar los fondos del FMI para que pueda ayudar con rapidez y flexibilidad a aquellos miembros con problemas en sus balanzas de pago.
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