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En Cuba con mensaje a Obama |
El presidente de Ecuador, Rafael Correa, aterrizará el miércoles en Cuba como parte de un desfile de líderes latinoamericanos diseñado, según analistas, para señalarle a Barack Obama un cambio en la política de Estados Unidos hacia la isla. Son días agitados para el presidente cubano, Raúl Castro. Acaba de despedir al mandatario panameño Martín Torrijos, el miércoles llega Correa y el fin de semana la argentina Cristina Fernández. En febrero, recibirá a la chilena Michelle Bachelet.
Michael Shifter, del Inter-American Dialogue en Washington, cree que el destinatario del recado es Obama, que asumirá el 20 de enero la presidencia de Estados Unidos.
"Con la sucesión de visitas de presidentes latinoamericanos, la región está mandando un fuerte mensaje a la administración Obama: quiere que Washington termine el embargo y abra sus relaciones económicas y políticas con Cuba", dijo el analista.
"Ningún otro asunto a sido una fuente tan grande de irritación en las relaciones de Estados Unidos con América Latina", sostuvo.
De hecho, líderes de América Latina y el Caribe reunidos el mes pasado en Brasil urgieron a Obama a eliminar el embargo con el que sus 10 predecesores en la Casa Blanca intentaron forzar un cambio de sistema en Cuba durante el último medio siglo.
Obama nunca habló de quitar el embargo, pero sí de eliminar restricciones a los viajes y envío de remesas Cuba e incluso de dialogar con las autoridades comunistas de la isla.
"Toda esta intensa diplomacia es parte de una estrategia para involucrar a Estados Unidos", dijo Sarah Stephens, directora del Center for Democracy in the Americas que promueve un cambio en la política de Washington hacia la región.
"El desfile de jefes de Estado llega justo cuando los cubanos están enviando señales inconfundibles de que están listos para hablar con Estados Unidos", añadió.
Raúl Castro ha dicho en varias ocasiones estar dispuesto a reunirse con Obama, sin condiciones ni intermediarios. Aclaró, sin embargo, que en su opinión las expectativas creadas en torno al presidente electo de Estados Unidos son excesivas.
"NO ESTAMOS SOLOS"
"Hoy no estamos solos frente al imperio en este lado del océano, como ocurrió en los años sesenta", dijo Castro la semana pasada al celebrar el 50 aniversario de la revolución liderada por su hermano Fidel, al que reemplazó hace un año en el poder por razones de salud.
En la década de 1960, Cuba fue expulsada de la Organización de Estados Americanos a instancias de Washington y rompió con todo el continente a excepción de México. Hoy tiene relaciones con todos, salvo El Salvador.
Desde que asumió el poder, Raúl Castro emprendió lo que los analistas describen como una "diversificación" de unas relaciones exteriores centradas en Venezuela, principal aliado estratégico y socio comercial de Cuba.
"Raúl no quiere depender de Venezuela y ser vulnerable a las fluctuaciones de los precios del petróleo. Está intentando tener tantas opciones como sea posible", dijo Shifter, el analista del Inter-American Dialogue.
En cuestión de semanas, Castro recibió a fines del 2008 al presidente brasileño Luiz Inácio Lula da Silva, al chino Hu Jintao y también al ruso Dmitry Medvedev.
Luego debutó en la escena internacional con su primera visita como jefe de Estado a Venezuela y Brasil.
Incluso antes de asumir formalmente el poder, Castro remendó como mandatario interino las relaciones con España y la Unión Europea, deterioradas por las críticas a los derechos humanos.
También rescató los vínculos con México, cuyo presidente Felipe Calderón tiene previsto visitar Cuba este año.
Las visitas de líderes latinoamericanos con las que Cuba está abriendo el 2009 no prometen grandes negocios. Con Argentina, por ejemplo, una deuda cubana de 2.400 millones de dólares mantiene congeladas las líneas de crédito y deprimido el comercio.
Pero sí ayudarán, según diplomáticos latinoamericanos en La Habana, a hacer llegar el mensaje a Obama, que se verá las caras con lo líderes de América Latina y el Caribe, entre ellos Castro, en una cumbre programada para abril en Trinidad y Tobago.
"Visitar La Habana es un gesto de independencia hacia Estados Unidos", opinó el analista argentino Rosendo Fraga, director del Centro de Estudios Unión para la Nueva Mayoría en Buenos Aires.

Etiquetas: conocimiento, medios, memoria, multitud, politica.
Por su parte, Nydia Velázquez, de Nueva York, señaló que los temas de debate nacional como seguridad en la frontera, los servicios de salud y educación más las guerras en Iraq y Afganistán afectan a los 45 millones de hispanos en Estados Unidos.
"Tenemos ahora un asiento en la mesa y es tiempo de mirar los temas que afectan a nuestra comunidad e incluso más allá", expresó Velázquez, presidenta del comité de pequeñas empresas de la Cámara de Representantes.
Velázquez intervino al asumir por dos años la presidencia del Congressional Hispanic Caucus Institute (CHCI), una organización promotora de programas de formación de nuevos líderes hispanos.
En la ceremonia se incorporaron como miembros del instituto los 31 legisladores hispanos, demócratas y republicanos, presentes en ambas cámaras.
El número de congresistas hispanos tendrá las bajas del senador Kenneth Salazar, de Colorado, propuesto por Obama como su secretario del Interior, y de la congresista Hilda Solís, nominada para ocupar la cartera de Trabajo.
En forma inmediata se reforzará la lucha por políticas de inmigración justas que mantengan unidas a nuestras familias, afirmó Velázquez.
También debemos poner fin a la criminalización y deportación de los inmigrantes indocumentados, característico de los meses finales de la administración del mandatario George W. Bush, agregó.
Obama prometió en medio de la contienda electoral que trabajaría para promover la reforma migratoria fracasada en dos oportunidades en los últimos tres años.
Sin embargo, algunos políticos advierten que difícilmente la inmigración esté dentro de la agenda legislativa, pues la prioridad será la recuperación de la alicaída economía.
Entre las firmas contratistas están Triple Conopy, Gun Supply SAC, MVM Inc., Defion Internacional y 3D Global Solutions, señaló la jurista Benavides, que habló con el diario en Ginebra.
Según cifras no oficiales, "unos 500" colombianos "trabajan para los Estados Unidos en Irak", agregó la experta, que prepara con sus colegas del Grupo de Trabajo los principios de una propuesta de convención internacional de control en el empleo de mercenarios. La diplomática advirtió, además, de que los países latinoamericanos han entregado a empresas privadas más del 60 por ciento de la seguridad ciudadana.
Al detallar el caso de su país, la experta señaló que en Colombia están presentes "unas 25 empresas con aproximadamente 800 contratistas privados", todas ellas vinculadas con tareas del Plan Colombia, el programa contra los grupos armados ilegales y el narcotráfico puesto en marcha en 2001 y financiado por Estados Unidos.
Estas empresas "no se regulan por la ley colombiana, no están registradas en la Superintendencia de Vigilancia y Seguridad, y están por fuera del control del Estado colombiano", alertó Benavides, quien indicó que los contratistas "poseen igual inmunidad que los diplomáticos de la embajada norteamericana". La relatora subrayó que estos contratistas tienen en Colombia bases propias y su número exacto y su identidad se desconocen.
En este contexto, mencionó el caso de los tres estadounidenses secuestrados por la guerrilla de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC) en febrero de 2003 y rescatados el pasado julio en una operación militar encubierta junto con la franco-colombiana Íngrid Betancourt y con 11 efectivos de la fuerza pública de este país andino.
Además, dijo que su grupo tiene documentado que "algunos de estos contratistas han perpetrado delitos y violaciones de los derechos humanos que no han sido esclarecidos por el Gobierno colombiano, como violencias sexuales contra niñas (y) tráfico de armas y de drogas".
La relatora observó que en el país andino también están presentes otras empresas privadas extranjeras que operan al margen del Plan Colombia en actividades de protección a oleoductos o minas. Entre estas firmas, mencionó a un "grupo de ex oficiales israelíes contratados para ayudar en la inteligencia militar", dijo la experta de la ONU.
"El presidente de Israel debería ser juzgado ante la Corte penal internacional, junto al presidente de Estado Unidos", estimó Chávez, que ve en Tsahal "el brazo armado del imperio yankee" en Medio Oriente.
"Esa reacción en América Latina viene de un sentimiento antinorteamericano muy fuerte que se transladó a Medio Oriente", explicó el politólogo argentino Pablo Kornblum a la AFP.
La región "no tiene nada en contra de Israel en sí mismo pero sabe que es apadrinado por Estados Unidos", lo que le "recuerda el apoyo de Washington a las dictaduras latinoamericanas" en los años 70, opinó.
Venezuela, rico estado petrolero que reforzó sus vínculos con Irán luego de la llegada al poder de Chávez, propuso también "establecer un puente aéreo humanitario con la comunidad árabe y musulmana y de otros países latinoamericanos" para facilitar medicamentos y víveres en la Franja de Gaza.
Los otros gobiernos de izquierda que rechazan el "anti-imperialismo estadounidense" se posicionaron también condenando la ofensiva israelí que ha causado por lo menos 685 palestinos muertos y 3.000 heridos desde su lanzamiento el 27 de diciembre.
El presidente boliviano Evo Morales reclamó la semana pasada la suspensión de una "intervención tan salvaje", acusando a la Casa Blanca de apoyar una "invasión criminal para con los palestinos"
"El gobierno de Estados Unidos no puede seguir usando a un país como Israel para invadir países que están en proceso de liberación", agregó Morales.
En Ecuador, la comisión legislativa, encargada de llevar a cabo la reforma constitucional del presidente socialista Rafael Correa, denunció "el terrorismo de Estado y el crimen contra la humanidad" imputables, según ella, a Israel.
Desde el punto de vista diplomático, la mayoría de los gobiernos abogaron por una interrupción de la ofensiva israelí. México, que ocupará un asiento de miembro no permanente durante la próxima reunión del Consejo de Seguridad de ONU, condenó una "utilización excesiva de la fuerza" por parte de los israelíes, así como a los cohetes palestinos.
Incluso Colombia, aliada de Estados Unidos e Irael -que lo apoyaron militarmente en su lucha contra las guerrillas de izquierda- pidió que cese "todo tipo de agresión militar".
La condena a los ataques israelíes se manifestó también en las calles de Brasil, Argentina e incluso Bolivia, donde las comunidades de origen árabe recibieron el apoyo de los movimientos sociales.
Una gran manifestación reunió el martes en Buenos Aires a representantes de comunidades árabes, de organizaciones sociales y de partidos de izquierda, algunos reclamando la ruptura de las relaciones con Israel.
"Los pueblos del mundo le decimos a la derecha que gobierna a Israel que pare con el genocidio", vociferó Luis D'Elia, un dirigente de los "piqueteros" argentinos, un movimiento de desocupados radicalizados que nació durante la gran crisis económica de 2002.
Unas 700.000 personas de origen arábe viven en Argentina, el segundo país de acogida luego de Brasil, según la Organización islámica para América Latina (OIAL).
Argentina posee también la primera comunidad judía de la región, con unas 300.000 personas. Dicha comunidad hizo a su vez una manifestación de apoyo a Israel.
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