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Israel ataca sur libanés tras cohetes |
Fuerzas israelíes atacaron hoy el Líbano luego que desconocidos dispararon al menos cuatro cohetes contra poblados del norte del estado judío, lo que hizo temer la apertura de un nuevo frente de beligerancia en la zona.
De acuerdo con el canal Al-Manar TV, afín al grupo opositor chiita Hizbulah (Partido de Dios), unidades hebreas lanzaron cinco proyectiles contra la zona fronteriza de Naqura, en el sur libanés, de donde se presume salieron los misiles que impactaron en Nahariya.
Según la policía judía, por lo menos tres artefactos explosivos dañaron viviendas del oeste de Galilea, en la ciudad de Nahariya y del Kibutz Kabri, donde cinco personas sufrieron heridas leves.
La televisión estatal libanesa, asimismo, señaló que ninguna organización reivindicó los ataques con cohetes Katiusha.
Al-Manar TV citó declaraciones de voceros de Hizbulah que negaron cualquier vínculo con los incidentes y aseguraron carecer de “información inmediata”, aunque reiteraron la postura de ese movimiento respecto a la agresión israelí contra la Franja de Gaza.
El secretario general del principal grupo de la oposición, jeque Hassan Nasrallah, habló ayer en la conmemoración del día de Ashura -la principal fiesta de los musulmanes chiitas- y advirtió de posibles represalias contra Israel, porque “hoy es Hamas, mañana Hizbulah”.
Nasrallah tildó de genocida la matanza de más de 700 palestinos en la franja y llamó “derrotado” al primer ministro israelí, Ehud Olmert, además de advertir que su partido está preparado para infligir a los militares hebreos una derrota mayor a la del conflicto de 2006.
Días antes, Olmert advirtió a Hizbulah que respondería cualquier provocación en la frontera norte de Israel, donde las tropas están en máxima alerta en previsión de que se abra un segundo frente.
Por su lado, Osama Hamdan, representante del Movimiento de la Resistencia Islámica (Hamas) en Beirut, afirmó que ese grupo palestino está desvinculado del lanzamiento de los cohetes.
También el gobierno del primer ministro Fouad Siniora rechazó la acción armada y aseguró que los ataques no significan la apertura de un nuevo frente de combate contra los israelíes, que actualmente llevan a cabo una brutal agresión contra Gaza, controlada por Hamas.
El ejecutivo de Siniora subrayó que su país no desea una nueva guerra y que el movimiento chiita, que cuenta con un ministro en su gabinete, también avalaba esa posición.
Asimismo, la misión de paz de la ONU en el Líbano (FINUL) reportó haber conocido del incidente e iniciar de inmediato una investigación, al tiempo que reforzó el patrullaje en la zona fronteriza donde opera, con apoyo de las fuerzas armadas libanesas.

Etiquetas: conocimiento, medios, memoria, multitud, politica, violencia.
Dos de los cohetes, lanzados desde el sur del Líbano, la región más afectada por los bombardeos israelíes del verano de 2006, alcanzó la localidad israelí de Nahariya causando dos heridos de levedad. Otras dos personas fueron tratadas por ataques de pánico. Los demás proyectiles se precipitaron en diferentes puntos de la Galilea sin causar daños.
Minutos después, Israel respondía lanzando cinco proyectiles contra el sector occidental del valle de la Bekaa, al sur del Líbano en lo que parecía en principio una respuesta puntual, según un portavoz Israel. Sin embargo, aviones israelíes están sobrevolando la región sureña violando la resolución 1701 que puso fin a la guerra de 2006 y que obligaba a Israel a no violar el espacio libanés.
Según relató a la edición 'online' del diario 'Haaretz' Gabi Naaman, responsable municipal de la región del Norte, los residentes de Nahariya fueron llamados a acudir a los refugios antibombas y las escuelas han sido cerradas hasta nueva orden. El canal de televisión libanés Future TV ha informado de que también las escuelas libanesas en el sur del país han sido cerradas hasta nueva orden.
El Ejército libanés, que desde que comenzase hace 13 días la ofensiva militar contra Gaza se encuentra en estado de alerta para evitar provocaciones por parte de los grupos armados contra territorio israelí, está investigando los hechos y los indicios iniciales apuntan a que, detrás del ataque, podrían estar grupos armados palestinos.
Días antes del comienzo de la ofensiva contra Gaza, poco después del final de la tregua entre Hamas e Israel, fueron localizados ocho proyectiles caseros listos para ser disparados contra el norte israelí que fueron atribuidos a grupos palestinos.
El Ejército israelí también está en alerta en el norte del país, en la frontera con el Líbano. Tanto el primer ministro, Ehud Olmert, como el ministro israelí de Defensa y varios responsables militares han anunciado estar en máxima alerta en la zona en prevención de recibir fuego enemigo.
La Fuerza Interina de Naciones Unidas en el Líbano (FINUL) también activó el "estado de alerta reforzado" después del lanzamiento de cohetes efectuados desde su zona, informó una fuente militar francesa.
Con 400.000 refugiados palestinos afincados en el Líbano y con Hizbulá, la organización chií libanesa que basa su razón de ser en la resistencia contra la ocupación israelí, muchos temen que la inestabilidad en Gaza tuviese repercusiones en el país de los Cedros.
En la larga docena de campos de refugiados existe un enorme malestar por los acontecimientos en Gaza, pero sus grupos armados no gozan de la organización ni la capacidad de combate de Hizbulá, el único grupo libanés capaz de mantener un enfrentamiento abierto.
Hizbulá, por su parte, no está interesado en la escalada militar aunque mantiene un fortísimo tono contra Israel, la comunidad internacional y los líderes árabes por su incapacidad para aliviar el sufrimiento de la franja. Con las elecciones legislativas programadas para junio, el Partido de Dios parece concentrado en demostrar a los libaneses que no desean arrastrar al país en más guerras y centra sus esfuerzos en la campaña electoral, donde espera lograr buenos resultados.
La apertura de un segundo frente de guerra no conviene a Israel, que concentra toda su maquinaria militar en las fronteras de Gaza, como tampoco conviene a Hizbulá, responsabilizada en 2006 por muchos libaneses de provocar la destrucción del país.
Tras la captura de dos soldados israelíes a manos del movimiento chií, Tel Aviv lanzó entonces una ofensiva masiva de 34 días que dejó parte de las estructuras libanesas convertidas en escombros como está haciendo ahora en Gaza y mató a 1.200 personas, la mayor parte civiles. Aunque la resistencia del Partido de Dios llevó a Israel a cesar la guerra y a Hassan Nasrala a declarar la victoria, en el plano interno Nasrala se disculpó oír lo sucedido advirtiendo que, de haber conocido las consecuencias, nunca habrá ordenado la operación de captura.
Tres cohetes de tipo Katiusha lanzados desde Líbano se abatieron en el oeste de Galilea (norte de Israel), hiriendo levemente a dos mujeres, según el último balance. El ejército israelí respondió inmediatamente lanzando varios obuses hacia el Líbano, indicó un portavoz militar.
Los disparos procedentes del Líbano no han sido reivindicados. Según militares, el Estado Mayor israelí atribuye su autoría a grupos palestinos en reacción a la ofensiva israelí en Gaza. Israel, sin embargo, relativizó la trascendencia del hecho y destacó que no deseaba abrir un segundo frente. "Los palestinos quieren implicar al Líbano en una escalada y consideramos que el gobierno y el ejército libaneses deben impedir los disparos", declaró un portavoz del ejército.
El gobierno libanés condenó los disparos y el movimiento chiita islamista Hezbolá, contra el que Israel había lanzado una guerra en 2006, afirmó que no estaba implicado en el ataque.
En la franja de Gaza, la ofensiva israelí entró en su decimotercer día. Los enfrentamientos de este jueves estaban localizados principalmente en la zona de Beit Lahya y de Jabaliya, en el norte de la franja.
En combates al norte de la ciudad de Gaza, un oficial israelí murió y un soldado fue herido, indicó un portavoz del ejército israelí. Desde el inicio de la ofensiva desencadenada por Israel para frenar los disparos de cohetes desde Gaza, murieron más de 700 palestinos -según los servicios de emergencia del territorio- y ocho militares israelíes.
Cinco activistas islámicos murieron el jueves por los obuses de los tanques y los bombardeos de la aviación en el sector, según las fuentes médicas. Una mujer de 40 años también murió y otras diez personas resultaron heridas en otro ataque a Beit Lahya.
También se señalaron combates en el sur de la franja, en el sector de Kissufim, un pasaje entre el territorio palestino e Israel. Dos mujeres murieron en un bombardeo en Jan Yunes (sur). En esa localidad seguía atrapada la española María Velasco junto a su marido palestino y sus dos hijos, que pidieron al consulado español ser evacuados.
Durante la noche, el ejército israelí bombardeó los túneles de Rafah, por los que entra material de contrabando desde Egipto. Esos bombardeos destruyeron dieciocho casas palestinas. Centenares de familias que residen en esa zona habían huido, tras leer octavillas de advertencia lanzadas por el ejército israelí.
En el frente diplomático, dos emisarios de Israel discutirán este jueves en El Cairo las propuestas de alto el fuego elaboradas por el presidente egipcio, Hosni Mubarak, en coordinación con su homólogo francés, Nicolas Sarkozy. Ese plan prevé "un alto el fuego inmediato con una duración limitada" para permitir que se abran corredores humanitarios, mientras los egipcios prosiguen los esfuerzos para alcanzar una tregua permanente y hacer que las fronteras de la franja de Gaza sean seguras antes de una posible reapertura.
El ministro egipcio de Relaciones Exteriores, Ahmed Abdul Gheit, declaró este jueves el periódico Al Hayat que esperaba que se alcanzase un alto el fuego en la franja de Gaza en los próximos tres días. Hamas dijo tener "reservas" y considera que el plan egipcio no debería ser un "todo o nada".
En Nueva York, las negociaciones entre los ministros de Relaciones Exteriores de Estados Unidos, Francia, Gran Bretaña y de los países árabes se prolongaron para intentar someter un texto consensuado a la votación del Consejo de Seguridad de Naciones Unidas.
El miércoles Israel interrumpió los bombardeos a la ciudad de Gaza durante tres horas para permitir que la población se reavitualle y prometió hacer lo mismo este jueves.
Las agencias humanitarias denunciaron una crisis "total" en el territorio pobre y superpoblado, que carece de alimentos, carburante, agua corriente y padece continuos cortes de electricidad.
El papa Benedicto XVI afirmó que "la opción militar no es una solución" para resolver el conflicto entre israelíes y palestinos y pidió una tregua, en su discurso anual ante los diplomáticos acreditados en el Vaticano.
Citando a Mitri, el portavoz consideró que estas afirmaciones implican que Hezbolá no es responsable de los ataques con cohetes Katyusha, que provocó la respuesta del Ejército israelí con cinco misiles disparados contra diversos objetivos en el sur de Líbano.
Previamente, el ministro de Pensiones israelí, Rafi Eitan, aseguró que los cohetes que impactaron en el norte de Israel no fueron lanzados por el movimiento chií Hezbolá sino por palestinos asentados en Líbano.
"Pienso que se ha tratado de un incidente aislado", declaró Eitan al Canal dos de la televisión. "Esperemos que sea así", añadió, aunque también manifestó que "la responsabilidad es completamente del Gobierno libanés".
Hamdan indicó que esperan el resultado de las investigaciones del Ejército libanés y de la Fuerza Interina de la ONU para Líbano (FINUL), desplegada en el sur del país para evitar un rebrote de la violencia entre el Líbano e Israel.
"Nadie acepta lo que sucedió, no por proteger a Israel sino para preservar al Líbano, su estabilidad y su seguridad", añadió el responsable chií.
Esta madrugada tres cohetes Katyusha lanzados desde el sur libanés impactaron en el norte de Israel, que respondió con el disparo de cinco proyectiles de artillería contra el Líbano y envió varios aviones de combate que aún sobrevuelan el sur del país de los cedros.
Hasta el momento, ningún grupo ha asumido la autoría de esta agresión realizada desde el sur del país, plaza fuerte del grupo chií Hizbulá y una zona con una importante presencia de grupos palestinos.
"Yo le digo al derrotado Olmert que no triunfará en aplastar a Hamás en Gaza y a Hezbolá en Líbano", afirmó Nasralá, según informa la cadena afín al partido-milicia Al Manar. "Hemos estado oyendo amenazas recientemente pero no nos asusta y estamos preparados para cualquier agresión", aseguró.
"Si vienen a nuestras localidades y hogares, los sionistas descubrirán que su guerra en julio de 2006 fue un picnic en comparación con lo que tenemos preparado para ellos" ahora, advirtió, en unas declaraciones que han sido recogidas profusamente de forma inmediata por los medios hebreos.
En este sentido, defendió la "resistencia" tanto en Gaza como en Líbano y menospreció al Ejército israelí. "Este poderoso Ejército se ve incapaz de cumplir con sus objetivos ante una resistencia con capacidades modestas pero con una gran voluntad y esto confirma que la opción de la resistencia armada basada en la fe y la determinación es el mejor modo para hacer frente a los ejércitos más tiranos del mundo".
Por otra parte, Nasralá se mostró muy crítico con los países árabes en su discurso, en particular con Egipto, al tiempo que alabó al presidente venezolano, Hugo Chávez, por expulsar al embajador israelí en Caracas. "Los guardianes de la entidad sionista quieren que (los árabes) demos legitimidad a Israel, pero la gran mayoría lo rechaza", subrayó.
"Lo que está ocurriendo actualmente en Gaza debería ser un motivo contundente para rechazar dar legitimidad a esta entidad. No reconocer a Israel, rechazar la normalización con este país es lo menos que se puede hacer", consideró Nasralá. "Ayer el presidente Chávez expulsó al embajador israelí y fijó un ejemplo para todos aquellos que siguen recibiendo a embajadores israelíes", destacó.
Por ello, pidió a "algunos dirigentes árabes que aprendan cómo rechazar la normalización con esta entidad". "Os aseguro que los pueblos de nuestra nación castigarán a aquellos líderes por sus crímenes (porque) deberían ayudar a la resistencia en lugar de presionarla".
En este sentido, criticó a Egipto por no abrir el paso fronterizo de Rafá con la Franja de Gaza. "Ayer, un responsable egipcio preguntó: '¿necesita la ONU 600 mártires y 1.500 heridos para emprender acciones?' Hoy le pregunto a él, '¿necesitáis tantas víctimas para abrir el paso de Rafá?".
Por último, Nasralá también lanzó un mensaje a Estados Unidos, a quien acusó en último término de querer entregar la Franja a Egipto y el resto de territorios palestinos a Jordania. "Israel es nuestro enemigo y el enemigo de nuestra nación y seguirá siéndolo incluso si algunos alcanzan la paz con él", aseveró, para a continuación precisar que "la Administración estadounidense promueve y protege a Israel, por lo que esta administración seguirá siendo nuestro enemigo y el enemigo de nuestra nación si algunos alcanzan la paz con ellos".
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