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Perfil táctico de "Operación Mumbay" |
La operación "terrorista" fue ejecutada por una decena de comandos que utilizaron técnicas de fuerzas de élite, duró tres días, en Mumbay, la llamada "capital financiera" de Asia, causó 195 muertos, más de 350 heridos, y tuvo todos los ingredientes para conmocionar y destruir al "blanco" al que fue dirigido: Hoteles cinco estrellas donde se alojaban altos ejecutivos y empresarios trasnacionales.
Operación masacre: El escenario estratégico del ataque en la India
Los ataques fueron fulminantes, certeros, sincronizados, realizados por comandos entrenados y distribuidos celularmente en varios frentes de acción simultánea.
El grueso de los muertos y heridos se produjo en los primeros minutos del ataque: Los comandos "barrieron el blanco" con armas automáticas de repetición (ametralladoras y fusiles de asalto) y explosivos de mano (granadas) matando a mansalva y en forma indiscriminada mientras destruían instalaciones.
En una segunda fase, se atrincheraron con rehenes a los que fueron ejecutando mientras dilataban la operación negociando con las fuerzas de élite oficiales que les rodeaban.
La acción post-ataque reveló claramente que el objetivo de máxima era resistir el mayor tiempo posible para consolidar el "impacto mundial" y la estrategia encubierta de la matanza.
La prensa internacional fijó la consigna del ataque: "Aterrorizar al mundo financiero internacional". y fijó la consigna de la operación: "11-S indio".
"Los hombres armados querían pasar a la historia por un 11 de septiembre indio, y también estaban inspirados por el atentado contra el hotel Marriott de Islamabad", informó la televisión Times Now marcando la consigna que recogieron el resto de las cadenas.
La cobertura mediática en "vivo" -como viene sucediendo desde el 11-S hasta aquí- multiplicó y niveló planetariamente la conmoción y el "miedo" (el efecto "terrorista") fijando y repitiendo imágenes con cadáveres y heridos salpicados de sangre en un escenario de destrucción generalizada.
Para los expertos del sistema fue una operación "atípica" y novedosa del "terrorismo islámico": El marco operativo se centró en la "acción destructiva de los comandos" rompiendo el esquema tradicional de las explosiones detonadas por control remoto que se sucedieron tras el 11-S en Madrid y en Londres.
En un escenario internacional marcado por la "amenaza terrorista", antes que por la acción directa, la operación sincronizada de Mumbay pareció apuntar a fijar en el flanco emocional masivo a un "terrorismo en vivo" carnalizado en ejecutores visibles.
Tanto Washington como las potencias de la Unión Europea han mantenido históricamente denuncias constantes de "ataques terroristas islámicos" en planes de ejecución, pero que efectivamente no han sucedido, desde el 7 de julio de 2005, fecha del atentado terrorista al metro de Londres.
A diferencia de los atentados con bombas, o con "coches-bomba", donde los ejecutores son anónimos, aquí los verdugos tenían presencia e imagen de organización militar, de "ejército de exterminio", antes que de "terrorista en las sombras".
La operación con "comandos suicidas" fue planificada al detalle y cambió la tradicional metodología de destrucción masiva relámpago (producida por una carga concentrada de explosivos), por una acción táctica de exterminio militar progresivo orientada a "prolongar el efecto residual de la muerte", potenciando su efecto mediático y psicológico en el tiempo.
"Conocían la distribución de los hoteles Taj Mahal y Trident/Oberoi que atacaron. Varios miembros del grupo de al menos diez hombres se registraron en el Taj en las semanas previas al ataque, recopilando detalles sobre sus planos y filmaron algunos lugares. En un enfrentamiento que duró entre cuatro y cinco horas, los atacantes se replegaron a través de una puerta oculta en el hotel que el Ejército indio no sabía que existía", informó el Hindustan Times.
Los comandos fueron entrenados para una acción relámpago de alto espectro con "retención prolongada" de los objetivos.
"Sus mochilas estaban llenas de munición, seis o siete cargadores con 50 balas cada uno, y granadas. Llevaban teléfonos por satélite, tarjetas de crédito e incluso tentempiés como frutos secos, lo que parece indicar que preveían que su labor les iba a llevar tiempo", señala un especialista citado por Reuters.
Más que por la masividad relámpago de las víctimas (típica de las explosiones concentradas), la operación reveló una intención de "prolongar el hecho terrorista" por medio de una batalla de muchas horas con ejecución de rehenes y alargamiento del desenlace.
De esta manera, el "hecho terrorista" adquirió un formato de "película de terror" que fue cobrando "suspenso y dramatismo" a través de la imágenes y de los testigos durante más de 72 horas interrumpidas.
Los grandes diarios y cadenas televisivas internacionales (lease del Imperio) centraron su atención y sus comentarios en el carácter "inédito" de la acción terrorista poniendo énfasis en el perfil operativo de una "nueva forma de terrorismo".
Los analistas especializados resaltaron que los comandos "extremistas" parecían haber recibido entrenamiento de élite. Un experto en seguridad dijo a The Mail Today que la forma en que uno de los hombres llevaba su AK-47 en una mano mostraba que había tenido meses de preparación.
También se destacó la alta preparación en la concreción de objetivos: Cuando los comandos ingresaron a sus lugares de atrincheramiento con rehenes, destruyeron con granadas el sistema de circuito cerrado de televisión para evitar ser detectados en sus movimientos.
También se reveló un estudio previo del teatro de operaciones: Según fuentes de la inteligencia militar india -reveladas por las agencias internacionalees- tres comandos combatieron y resistieron durante dos días a las fuerzas de élite mejor entrenadas de la India en el laberinto de pasillos del Taj, provocando incendios al cambiarse de un sector a otro.
Varios periódicos locales señalaron que los comandos agresores se habían registrado en el Taj días o semanas antes de los ataques, mientras que el Times de India informó de que habían arrendado un piso en la ciudad unos meses antes simulando ser estudiantes.
El viernes, un general del Ejército dijo que los hombres armados parecían estar "muy, muy familiarizados" con el diseño del hotel, lo que les dio una ventaja clave frente a sus hombres.
"En algunos momentos nos igualaron en combate y movimientos", dijo un miembro de las fuerzas de élite al diario Hindustan Times. "Eran miembros del Ejército o pasaron un largo período de entrenamiento de élite", agregó el alto jefe militar.
Las fuerzas especiales indias completaron el sábado las operaciones para exterminar los comandos que se atrincheraron en el lujoso hotel Taj Mahal de Mumbai, poniendo fin a tres días de atentados contra el corazón financiero de India.
Los ataques seriales de Mumbay, con comandos operativos actuando a la luz del día, cambiaron el perfil y los patrones tradicionales de las operaciones "terroristas" como se las ha conocido hasta ahora.
A la luz de la experiencia, los expertos señalan que en las operaciones del terrorismo es común que actúen varios grupos operativos infiltrados, sin conexión entre sí, con una composición celular protegida por el anonimato, pero que responden sincronizadamente a la consecución de un mismo "objetivo terrorista" impidiendo que aparezca el verdadero organizador y beneficiario.
Obviamente, que ninguna "fuente oficial" se preguntó porque estos "comandos islámicos" actuaron con técnicas y estrategias de las fuerzas especiales "occidentales".
Para algunos especialistas, la operación en la "capital financiera" de la India está señalando claramente una tránsito del "terrorismo anónimo" hacia un "terrorismo militar" ejecutado con técnicas y comandos de fuerzas especiales y tomas de rehenes en el teatro de operaciones.
La nueva metodología (y sus emergentes de masacre en el llamado "11-S indio") impactó con fuerza en Wall Street, la capital financiera del planeta globalizado.
"Los devastadores ataques terroristas del miércoles cerca de la Bolsa de Valores de Bombay y en los hoteles más exclusivos de la ciudad probablemente amenazarán los sueños de esta ciudad de convertirse en una capital financiera internacional", señala este sábado The Wall Street Journal.
"Para los viajeros de negocios que pasan a menudo por el sudeste asiático, los ataques contra dos de los hoteles más prominentes de Mumbai plantean una inquietante pregunta:
¿hay algún lugar seguro donde hospedarse?", añade.
El "terror" ya llegó a la psicología de la "catedral financiera" del mundo imperial capitalista.
Como señal concreta, Mumbay marca la irrupción de una línea militar de "ejecución terrorista sumaria" que sitúa como marco referencial:
"un 11-S indio" perfectamente "exportable" a las metrópolis financieras EEUU y Europa. Ese es el punto.
(continue)

Etiquetas: conocimiento, inteligencia, memoria, politica, violencia.
Al menos tres de los agresores y un soldado murieron durante los enfrentamientos y persecuciones por los pasillos, habitaciones y salones del hotel, informó el jefe de los comandos del país, Jyoti Krishna Dutten, en rueda de prensa.
Los islamistas, fuertemente armados, habían prendido fuego a varias zonas del hotel mientras jugaban al gato y al ratón con decenas de los soldados mejor entrenados de India, a los que se conoce como Gatos Negros.
"El vestíbulo es un completo desastre", dijo Manish Mundra, voluntario que llevaba comida a las fuerzas de seguridad y que ha entrado al hotel. "Los muebles están rotos, hay agua por todas partes y no van a poder volver a usar nada de lo que hay ahí", agregó.
El Taj Mahal fue el último campo de batalla tras tres días de intensos combates en varias partes de la ciudad de 18 millones de habitantes.
Varios periódicos dijeron que los agresores se habían registrado en el Taj días o semanas antes de los ataques, mientras que el Times de India informó de que habían arrendado un piso en la ciudad unos meses antes simulando ser estudiantes.
El viernes, un general del Ejército dijo que los hombres armados parecían estar "muy, muy familiarizados" con el diseño del hotel, lo que les dio una ventaja clave frente a sus hombres.
"En algunos momentos nos igualaron en combate y movimientos", dijo un miembro de las fuerzas de élite al diario Hindustan Times. "Eran miembros del Ejército o pasaron un largo período de entrenamiento de élite", agregó.
Cifra de muertos
La oficina local de control de desastres dijo que al menos 195 personas han muerto, una cifra que aumenta a medida que se retiran los cadáveres de los lujosos hoteles Taj Mahal y Trident Oberoi, escenario de otro asedio que culminó el viernes.
La India responsabilizó a los atentados a "elementos" procedentes de Pakistán, lo que aumentó las tensiones entre los países rivales, ambos poseedores de armas nucleares. Islamabad dijo que los dos países se enfrentan con un enemigo común y que enviaría a representantes de su agencia de espionaje para compartir datos de inteligencia.
"Quienquiera que haya hecho esto no es amigo nuestro ni vuestro", dijo el ministro de Asuntos Exteriores de Pakistán, Shah Mehmud Qureshi, en Nueva Delhi. "Nosotros no somos responsables por esto, no está en nuestros intereses involucrarnos en algo como esto", añadió.
Los ataques los llevaron a cabo al menos 10 hombres jóvenes armados con rifles de asalto y granadas, algunos de los cuales arribaron a la ciudad por vía marítima, desplegándose posteriormente por Mumbai para atacar lugares populares entre turistas y hombres de negocios.
Nueve de los hombres murieron y uno fue detenido, informó la policía.
Las autoridades dijeron que había 18 extranjeros entre los muertos.
El actual titular de Finanzas, P. Chidambaram, se encargará ahora de la cartera del Interior y su ministerio quedará bajo las órdenes directas del primer ministro Singh, informó el telediario Times Now.
La fuente obtuvo la información a partir de trascendidos de una reunión del Comité Ejecutivo del CP, en la cual hubo unanimidad en que el rostro político del gobierno solo puede salvarse con un drástico cambio.
La edición digital del diario The Times of India señala que, además, crecen las presiones desde la oposición para que dimitan también el ministro jefe del estado de Maharashtra, Vilasrao Deshmukh, un político del CP, y el consejero de Seguridad Nacional, M.K. Narayanan.
La vocera Natarajan admitió que lo sucedido en Mumbai “fue un horror y el gobierno lo está tomando muy, muy en serio. Fue un ataque atroz contra la soberanía de la India, y lo más importante es proteger al país y sus ciudadanos”.
Por otro lado, aunque la cifra todavía no es definitiva, el saldo de los asaltos terroristas en Mumbai asciende a 195 muertos, de ellos 22 extranjeros incluidos un mexicano, y más de 300 heridos.
Trascendió que Estados Unidos envió a la India un equipo de su Buró Federal de Investigaciones, al igual que Israel para ayudar en las pesquisas, en tanto Malasia también ofreció asistencia en ese aspecto.
El centro hebreo de Mumbai, conocido como Nariman House, fue uno de los blancos de los asaltantes y en él murieron cinco israelíes, entre ellos un rabino.
Esa edificación donde residían extranjeros y albergaba una sinagoga corre peligro de derrumbe, dijeron medios locales.
La reconstrucción del Hotel Taj Mahal, de 565 habitaciones y 105 años de existencia, demorará un año a un costo, según los propietarios, de casi mil millones de dólares.
Esa instalación fue la que más daño sufrió en los ataques y en los enfrentamientos entre los comandos indios y los terroristas.
Indicó que ahora depende del Comité Ejecutivo del Partido del Congreso (CP) decidir su suerte.
El gobierno de Maharashtra, en el poder desde hace cuatro años, es una coalición entre el CP y el Partido Nacionalista del Congreso (NCP). Deshmukh pertenece al primero y Patil al segundo.
Según el telediario Times Now, los ministros de la Unión Pritviraj Chavan y Sushil Kumar Shinde figuran como los probables candidatos a reemplazar a Deshmukh, en tanto el líder del NCP Chagan Bhujbal parece ser el escogido para sustituir a Patil.
Sus renuncias tienen lugar un día después que el ministro indio del Interior, Shivraj Patil, dimitió también en medio de fuertes denuncias a su gestión.
Mientras, luego de vivir una pesadilla durante tres días, la vida comienza hoy a normalizarse en Mumbai con la apertura de escuelas, comercios, empresas y dependencias gubernamentales, aunque prevalece el temor y se buscan respuestas a lo sucedido.
Oficinas gubernamentales y privadas abrieron el sábado, pero muy pocos ciudadanos se aventuraron a salir tras el drama del terrorismo vivido desde las 21:00 hora local del miércoles hasta el mediodía del sábado.
En la urbe vuelven a circular con normalidad ómnibus, taxis, trenes y los populares triciclos, y la gente vuelve a la rutina de sus trajines.
Todavía no hay una cifra oficial de muertos, ni heridos o de los daños, aunque algunas fuentes dicen que al menos perecieron 183 personas y otras que fueron 195 por el momento. Todas coinciden en que son más de 320 los heridos.
Con anterioridad, ya se le había encontrado un teléfono satelital, gran cantidad de balas y un detallado “mapa de operaciones”. De este modo, en combinación con la confesión de Ajman, el personal de investigación ya cuenta preliminarmente con la información confidencial sobre el ataque terrorista.
Ajman confesó: Más de un mes anterior a este ataque terrorista, su organizador, al mando de un grupo de personas, acudió a Bombay para “enterarse de lo interesado”; tomaron grandes cantidades de fotos y videos para analizarlos luego. Más tarde, este cabecilla terrorista entrenó a sus hombres conforme a la necesidad práctica y les demandó “combatir hasta el último aliento”.
Ellos se proponían “reproducir” el caso de la explosión del Hotel JW Marriott de Islamabad, capital de Pakistán, para hacer añicos el Hotel Taj Mahal, denominado comúnmente como “marca geográfica representativa de Bombay”. Lo que más sorprendió al personal de investigación fue que esos terroristas pensaban hasta en “retirarse vivos de Bombay” un día más tarde y tenían depositada su línea de huida en un sistema GPS.
Antes de la operación, los terroristas recibieron cada uno más de 300 balas y ocho granadas antitanque. Además, cada uno disponía de una pistola y frutos secos destinados a darles energía.
Tras equiparse con todo esto, Ajman y compañía salieron en un barco del puerto pakistaní de Karachi con rumbo a la ciudad hindú de Guharat. Al acercarse a la costa, levantaron una bandera blanca para aceptar la subida de dos funcionarios de registro fronterizo a bordo, a uno de los cuales se le cortó rápidamente la garganta en tanto que el otro fue obligado a llevarlos a Bombay. A 4 millas de la costa, Ajman se reunió con sus compañeros que acudían a recibirlos.
Acto seguido, los terroristas mataron al funcionario de registro fronterizo y penetraron en Bombay a bordo de tres lanchas rápidas. Una vez en tierra, los 10 elementos armados se dividieron en cinco “grupos de combate”, los cuales se dirigieron a diversos lugares previstos para sus actividades de matanza. Cuatro de ellos acudieron al Hotel Taj Mahal, dos con destino al Hotel Trident, dos al Hotel Naraman, Ajman y otro a la estación ferroviaria.
A las 21:30 horas del día 26, Ajman y su compañero irrumpieron en la Estación Ferroviaria de Bombay para ametrallar a tontas y a locas contra la gente. En esos momentos, llegaron los refuerzos de policía, de manera que se libró un tiroteo entre ambas partes. Ajman quedó herido tras matar a un oficial de policía en tanto que su compañero fue muerto. Entonces, Ajman fingió caer muerto.
Los reporteros enviaron inmediatamente informaciones en el sentido de que la policía había dado muerte a dos elementos armados. No obstante, cuando los dos “cadáveres” fueron enviados a un hospital, un oficial de policía cuidadoso se dio cuenta de que el “cadáver” de Ajman estaba respirando aún, mandó amarrarlo inmediatamente y avisó al contingente antiterrorista especial a interrogar a este “pez gordo”.
Actualmente, el departamento de inteligencia de la India ya ha trasladado a este terrorista a un lugar secreto para continuarle el interrogatorio. Tal vez por las demasiado “frecuentes y crueles” formas de interrogación por parte de la policía, Ajman, al ser retirado del hospital, llegó a decir a los médicos: “Les ruego que me maten.”
El personal de investigación espera obtener más detalles del ataque a Bombay a través de la boca de Ajman. Ahora ya se puede afirmar un punto: El ataque a Bombay ha sido un caso esmeradamente urdido por combinación desde dentro y fuera. Con excepción de Azman, todos los demás terroristas fueron muertos. Pero sólo estos diez tipos convirtieron el centro financiero de la India en un mar de sangre.
(Pueblo en Línea)
► miércoles, 03 diciembre, 2008
Las declaraciones del único terrorista capturado vivo, tras casi tres días de sangrientos enfrentamientos en Bombay, la capital financiera de la India, entre las fuerzas de seguridad indias y un puñado de yihadistas, están levantando ampollas tanto en India como en Pakistán. Ajmal Amir Kasab, de 21 años, fue capturado el jueves poco después de acribillar, junto con otro compañero que murió en el tiroteo, al jefe del comando antiterrorista indio, Hemant Karkare. El detenido asegura ser paquistaní y haber sido entrenado para atacar en India.Según las declaraciones filtradas por la policía al periódico The Times of India, Kasab se ha declarado “miembro de Lashkar e Toiba (LeT)”, la organización radical islámica con sede en Pakistán que lucha por liberar a la Cachemira india, poblada mayoritariamente por musulmanes. “Eramos un grupo de 24 que seguíamos un curso de entrenamiento de LeT de un año de duración. Después de completar el curso, diez fuimos seleccionados para la operación de Mumbai (Bombay)”, afirma el detenido. LeT fue ilegalizada en Pakistán después de que se verificara su participación en los atentados de 2002 contra el Parlamento indio en Nueva Delhi, lo que colocó a los dos países al borde de una guerra.
LeT fue fundada en 1991, en plena revuelta independentista del valle de Cachemira. Su objetivo era tanto apoyar la lucha contra India como impedir que Cachemira se independizara en lugar de unirse a Pakistán. De ahí que contara con el respaldo del todopoderoso servicio secreto paquistaní, el ISI, considerado un Estado dentro del Estado. De esos años en que EE.UU., el ISI y Osama bin Laden financiaban a los mujaidines afganos para que acabaran con el régimen pro soviético de Kabul viene la vinculación de LeT con Al Qaida.
Kasab asegura que el curso se impartió en dos campamentos distintos, uno en la ciudad de Mansera, en la provincia paquistaní de Punjab, y otro en Muzzafarabad, la capital de la Cachemira paquistaní. Su maestro “en tácticas terroristas fue el ex oficial del ejército Abdul Rahman”, añade.
El curso se dividía en siete fases. “La primera comprendía tres meses de puesta en forma física, con duros ejercicios que incluían carreras sin descanso de 10 a 15 kilómetros.” La segunda fase, también de tres meses, se dedicaba a la formación en el agua: natación, surfing, buceo y remo en alta mar. “El tiempo restante –continúa Kasab– fue dedicado al entrenamiento en las armas. Cuando acabó el curso fuimos enviados a Mumbai (Bombay) en una corta misión de reconocimiento.” En esos días visitó los dos hoteles, Taj Mahal y Trident-Oberoi, que debía atacar más tarde.
En cuanto a la operación en sí, la policía afirma que Kasab ha declarado que fue sólo ese grupo de 10 yihadistas, “con 10 granadas cada uno”, además de explosivos plásticos, rifles AK56 y abundante munición, el que se embarcó en el puerto paquistaní de Karachi. Ya en alta mar, secuestraron el pesquero indio Kuber, mataron a los cuatro miembros de la tripulación y al capitán se lo llevaron para que gobernara la nave hasta Bombay. Llegados a su destino, mataron al capitán, y en dos botes de goma alcanzaron la costa.
El diario The Indian Express se pregunta, sin embargo, cómo es posible que haya sólo 10 terroristas si en el Kuber, ya localizado, se han encontrado 15 mantas, 15 chalecos salvavidas y 15 cepillos de dientes, todo ello junto a otros restos de artículos fabricados en Pakistán, desde camisetas a comida, que revelan que en el barco viajaron 15 militantes. Las distintas declaraciones de policías identificados o sin identificar recogidas por la prensa india se contradicen conforme pasan las horas.
Después de que la oposición y una buena parte de la sociedad civil haya arremetido contra el espionaje indio, al que se acusa de “total negligencia”, The Hindustan Times aseguró ayer que los servicios de inteligencia habían advertido hace un año que LeT planeaba atentar contra los hoteles de cinco estrellas de Bombay, después de llegar por mar a la ciudad. A su vez, fuentes policiales desmintieron que se hubieran encontrado explosivos suficientes para volar los hoteles atacados y que el terrorista detenido había confesado que pretendían “matar a 5000 personas”. La última revelación es que habían colocado tres bombas de ocho kilos de explosivo plástico cada una, dos en las cercanías del hotel Taj y una próxima al TridenOberoi.
NOTA: difundido por El País, España.
Fuentes citadas por la cadena de televisión india IBN confirmaron que los terroristas utilizaron seis teléfonos móviles con tarjetas de prepago, tres de las cuales fueron compradas en Calcuta y Delhi. Luego las tarjetas SIM fueron enviadas a Pakistán y posteriormente los terroristas las llevaron consigo cuando viajaron de Karachi, en el sur de Pakistán, a Bombay.
Según la Policía, el encargado de dirigir la operación podría ser Mohammed Muzammil, comandante del grupo Lashkar e Taiba, quien se comunicaba con seis de los terroristas -en total se cree que eran diez- mediante conferencia telefónica, para lo cual usaban el sistema Voz sobre IP, que permite que la señal de voz viaje a través de Internet empleando un protocolo IP.
El ordenador que se utilizó para ello es el mismo desde el que se envió el correo electrónico en el que el grupo Muyahidín Deccan se atribuía la autoría de los atentados, que han causado más de 170 muertos y varios centenares de heridos, según indicaron las fuentes.
Instrucciones precisas
El coordinador de los ataques daba instrucciones a los terroristas en panyabí -idioma que se habla en la región de Punjab, que abarca parte de India y parte de Pakistán-. Les explicó cómo debían proceder cuando les rodeasen las fuerzas de seguridad indias e incluso les dijo cómo subir y bajar las plantas de los hoteles atacados y cómo colocarse estratégicamente para disparar, según las fuentes.
El FBI, la Policía federal estadounidense, está ayudando a la Policía de Bombay a descifrar y seguir la pista de la conexión de Voz por IP, según las fuentes de CNN/IBN. Al parecer, los servicios de inteligencia fueron capaces de interceptar una conversación entre los terroristas poco antes de que comenzasen los tiroteos y las explosiones. En una de ellas, el coordinador situado en Lahore y el único terrorista que ha sido detenido, Ajmal Amir Kasab, se jactaban de la muerte de varios altos mandos de la Policía.
Las fuentes aseguraron que cuando se agotaron las baterías de los teléfonos móviles, los terroristas usaron los de los huéspedes de los hoteles para poder seguir hablando. Las autoridades están ahora examinando unas 500 líneas telefónicas para saber cuáles de ellas se utilizaron.
Además, se han incautado de un sistema de GPS del que se sirvieron los autores de los atentados y el FBI está tratando de saber cómo se usó. El Comité Conjunto de Inteligencia de India tiene en su poder varias horas de conversaciones grabadas entre los terroristas, una pieza clave para que las investigaciones den resultados.
Hallazgo explosivos
Por otro lado, la Policía de Bombay encontró hoy en la estación de tren de CST, uno de los lugares en los que se registraron ataques el miércoles pasado, dos bolsas que contenían cada una cuatro kilos de RDX (nombre por el que se conoce el explosivo ciclotrimetilenetrinitramina).
El comisario conjunto de la Policía de Bombay, Rakesh Maria, precisó que las bolsas habían sido abandonadas entre el equipaje de las personas que murieron o resultaron heridas esa noche. Ambas han sido retiradas por la Brigada de Desactivación de Bombas. Según la Policía, los explosivos hallados forman parte de las cinco bombas que colocaron los terroristas el miércoles.
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