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el PP privatiza el PSOE autoriza |
Construir la movilización contra la privatización de la sanidad es indispensable. Análisis de la experiencia de la Coordinadora de Trabajadores de la Sanidad Pública de Madrid contra la Privatización.
Los hechos
El 23 de septiembre, en la concentración frente al Hotel Ritz donde tenía lugar un acto dirigido a empresas privadas e instituciones financieras en el que la Consejería de Sanidad presentaba las oportunidades de negocio que les ofrece la sanidad pública, con una inversión inicial de 1000 millones de euros1, se inauguraba una nueva forma de movilización y de lucha contra la privatización de la sanidad.
Una concentración de 8.000 personas, cifra calculada estrictamente en función del espacio ocupado por los asistentes, convocadas por la recién creada Coordinadora de Trabajadores de la Sanidad Pública de Madrid contra la Privatización y por la Federación Regional de Asociaciones de Vecinos (FRAVM).
La novedad con respecto a movilizaciones anteriores es la aparición en escena de la citada Coordinadora, una nueva organización que surge ante el silencio clamoroso del autodenominado "sindicalismo de clase" y de la izquierda política, y la percepción de que se está produciendo un rapidísimo y demoledor proceso de liquidación de la sanidad pública.
En Madrid no se ha producido ningún tipo –no ya de movilización contra la privatización– sino de la información más elemental por parte de estas organizaciones, mientras entraban en funcionamiento los nuevos hospitales en condiciones penosas con falta de personal y de recursos con graves repercusiones para la salud y la vida de los usuarios. Las convocatorias a finales de mayo y mediados de junio por parte de CC.OO. y UGT de algunas manifestaciones en la calle, con un seguimiento mucho mayor al esperable en función de los escasos recursos destinados a la propaganda de las mismas por parte de estos sindicatos –se enviaban por fax a los centros el día anterior– se centraron en reivindicaciones económicas o laborales marginales. Las decenas miles de personas, trabajadores y usuarios,que se manifestaron, hicieron caso omiso de los objetivos de los convocantes, y en sus consignas ampliamente coreadas, se centraron en la denuncia de la avalancha privatizadora.
La Coordinadora de Trabajadores asume directamente el objetivo de organizar a las trabajadoras y trabajadores de la sanidad desde la base y de construir la organización y el poder de movilización suficiente para, junto a las organizaciones sociales, parar la privatización, conseguir que se derogue la Ley 15/97 de Nuevas Formas de Gestión y las leyes regionales que amparan la privatización, y reconstruir una sanidad pública que excluya cualquier forma de negocio privado y tenga por objetivo satisfacer las necesidades de salud de toda la población. La Coordinadora se organiza mediante la creación de comisiones en cada centro de trabajo, adoptando la forma asamblearia para la toma de decisiones y publicando un Boletín Informativo quincenal muy sencillo y fácil de reproducir (un folio por las dos caras), que llega por correo electrónico a la totalidad de los centros y hospitales, con información rigurosa de las decisiones que la Consejería va adoptando y de sus repercusiones para trabajadores y usuarios –consciente de que la opacidad informativa- es vital para extender la sensación de impotencia e impedir cualquier tipo de respuesta. Obvio es decir que los sindicatos con representación en la Mesa Sectorial están hurtando la información que poseen tanto a sus afiliados como al resto de los trabajadores y a la población afectada.
Ante el riesgo que entraña una organización que no se subordina a los grandes poderes políticos y económicos decididos a degradar un servicio público esencial como la sanidad -tanto como exijan los objetivos de lucro de las empresas financiadas con dinero público- , que denuncia tanto al gobierno del PP que ejecuta la privatización, como al PSOE que gobierna el Estado y que votó a favor de la Ley 15/97 que permite la privatización, y que no se somete a la maraña de complicidades económicas y de pequeñas o grandes corruptelas que corroen a las burocracias sindicales, se han alertado todas las alarmas.
La última muestra ha sido que ante la receptividad de la convocatoria del día 23, decida en asamblea por la Coordinadora en el mes de julio, extendida sin medio económico alguno, pero reproducida por correo electrónico y difundida por los medios que cada trabajador tenía a su alcance a las compañeras y compañeros de trabajo y a usuarios y boicoteada por las organizaciones sindicales mayoritarias en la sanidad, el día antes de la concentración CC.OO. y UGT convocaron una rueda de prensa apropiándose de la convocatoria, sin mencionar a la Coordinadora.
La "información" difundida en los grandes medios de comunicación fue que 1.500 personas se concentra ante el Hotel Ritz, convocadas por CC.OO y UGT. La Coordinadora emitió un comunicado de prensa4 con video y fotos que, obviamente, no ha sido reproducido en los medios citados.
Los miles de personas que allí estuvieron, que comprobaron la fuerza, la combatividad e incluso la violencia contenida y el odio de algunas personas mayores que pretendían entrar como fuera a gritarles "carroñeros y ladrones" a los políticos y empresarios allí reunidos, y que coreaban consignas como: "Ley 15/97, derogación" y "El PP privatiza, el PSOE autoriza", comprobaron el papel de los medios de comunicación en un doble sentido: minimizar las movilizaciones que escapan a los objetivos del poder y atribuirlas a organizaciones controladas por el mismo.
El objetivo de este artículo es poner a disposición de compañeros y colectivos una experiencia de organización y de lucha que les puede ser útil. Las trabajadoras y trabajadores de la sanidad, como los de cualquier otro sector, no somos gentes que pasivamente asistamos impasibles a lo que sucede con nuestras condiciones de trabajo. Percibimos –como trabajadores y usuarios– las dimensiones de la liquidación de un sector que trabaja directamente con algo tan trascendente como la salud y la enfermedad de la población. Eso es lo que nos quieren hacer creer organizaciones sindicales y políticas, supuestamente de izquierda, que para justificar su pasividad, dicen que "los trabajadores pasan" y que la población asiste apática a la liquidación de sus derechos. La verdad es que esos argumentos apenas sirven para ocultar las vergüenzas de quienes han renunciado, en función de intereses personales y de complicidades injustificables, a cumplir la función de representación de las trabajadoras y trabajadores.
Es preciso reinventar formas de organización y de lucha. La experiencia de la Coordinadora de Madrid muestra que es posible organizar la movilización. La percepción de los trabajadores y usuarios de las consecuencias concretas para el mantenimiento de sus puestos de trabajos, de sus condiciones laborales y, sobre todo, de su derecho a una sanidad pública y de calidad, son el terreno abonado para construir formas de organización y de lucha capaces de enfrentar la barbarie privatizadora.
La privatización de la sanidad es un proceso general, que viene de lejos
En todas las CC.AA del Estado se está produciendo un proceso, con velocidades e intensidad variables, de transferencia a las empresas privadas –constructoras, empresas financieras y aseguradoras privadas– de la gestión y la prestación de la asistencia sanitaria.
Es un asalto a un servicio público de primera necesidad por parte del capital privado que, en una situación de grave crisis económica, se refugia en la garantía que ofrece el dinero público y una clientela asegurada; cautiva, mas bien. El "riesgo y ventura" que el capitalismo aduce como justificación para la apropiación de beneficios se reduce aquí a cero.
Es la versión bis del escándalo de la transferencia de dinero público a bancos y aseguradoras en crisis que reedita a gran escala y con intensidad inédita el gran negocio del gran capital: privatización de beneficios y socialización de las pérdidas.
En el caso de la sanidad la obtención de beneficios privados a partir de la financiación pública ofrecida generosamente por los respectivos gobiernos regionales, independientemente de su composición política, se realiza de la única forma posible:
- mediante la reducción de pruebas diagnósticas, de remisiones a especialistas, altas hospitalarias precoces, disminución del gasto farmaceútico, etc.
- reducciones de la cantidad y de la cualificación del personal sanitario.
- seleccionando pacientes, es decir, deshaciéndose como sea de los no rentables: enfermos crónicos, personas mayores con patologías múltiples y pobres en general, en los que las necesidades sociales y sanitarias se multiplican.
El "modelo" privado, de atención individual a la demanda que se generaliza implica el abandono de todas las actividades preventivas y de salud pública, precisamente las más eficaces para intervenir sobre las principales causas de enfermedad y de muerte y justo aquéllas consideradas no rentables para la gran mafia de la industria farmacéutica y de las aseguradoras privadas. Hay que añadir que no existe estudio alguno que acredite –por que es imposible– que la privatización ahorre gasto, manteniendo la calidad. Más bien todo lo contrario. Valgan algunos ejemplos absolutamente contrastados en multitud de países:
- los programas de actividades preventivas y de educación para la salud son capaces de intervenir disminuyendo significativamente la morbilidad y mortalidad por las principales patologías crónicas (infecciones. diabetes, hipertensión, cáncer, etc) y de reducir el consumo innecesario de medicamentos.
- la sanidad privada o las diversas fórmulas de gestión sanitaria con ánimo de lucro, multiplican por cuatro las intervenciones quirúrgicas consideradas de "dudosa indicación"
- las reducciones de personal y el alargamiento de jornadas tienen como consecuencias el aumento de la mortalidad, mayores índices de infecciones hospitalarias, más complicaciones, etc.
Pese a que todo ello es bien conocido por los políticos de turno y por la pléyade de gerentes y altos cargos de la sanidad , la privatización se generaliza. Los Ayuntamientos, independientemente del partido que les gobierne –el concepto de izquierda y derecha ha pasado a no significar absolutamente nada– ceden suelo público a empresas que se encargan de la construcción de nuevos hospitales y centros de salud y que os gestionan con evidente ánimo de lucro.
El modelo que se extiende es el de PFI (Iniciativa de Financiación Privada) mediante el cual las empresas que construyen nuevos hospitales –que no tienen otra justificación que detraer pacientes de hospitales públicos que se devalúan- reciben un canon calculado en función de la población atendida, financiado con dinero público durante 30 años, que supondrá recibir cuatro veces el gasto de la construcción, que se encargan de la gestión de toda la actividad "no sanitaria" -por ejemplo la esterilización se considera "no sanitaria"- que se subcontrata a otras empresas, y la explotación del espacio en el que se construyen aparcamientos, restaurantes, tiendas, etc.
A todo ello hay que añadir que no existe control de calidad que merezca tal nombre, ni por parte de las CC.AA, ni por el Ministerio de Sanidad, quien conserva las competencias de Alta Inspección y que, sobre todo, que si tuviera voluntad política, que no es el caso, debería intervenir para poner freno a tanta aberración.
La pregunta es, ¿todo esto es legal, es constitucional?
Este interrogante se generaliza para trabajadores de la sanidad, que ven degradarse hasta límites insospechados sus condiciones de trabajo, las reducciones de plantilla vía despidos o no renovaciones de contrato a la gran cantidad de trabajdoras y trabajadores precarios que existen en la sanidad y a usuarios que asisten, uno a uno -cuando les toca– a la degradación de la calidad que viven con consecuencias dramáticas.
La respuesta es clara. La Constitución, que asegura el Derecho a la Propiedad Privada y a la Libre Empresa otorgando toda la protección del Estado y la posibilidad de reclamar esos derechos directamente ante los Tribunales de Justicia, establece que el Derecho a la Sanidad Pública, al igual que el Derecho al Trabajo , a la Vivienda, etc, son meros principios de política social y económica, interpretables por los gobiernos de turno. Es decir, papel mojado.
El proceso de preparación para la privatización, anterior a las transferencias a las CC.AA., fue ejecutado por el Gobierno PSOE. Tal y como planteaba el Informe Abril Martorell, se cambió la gestión económica y organizativa para identificar el coste por proceso –el gasto por cada actividad sanitaria- de forma que pudiera ser vendido a la empresa privada, la gestión por objetivos asistenciales no por resultados en salud, etc... Los mecanismos de control de calidad nunca fueron aplicados.
La clave de bóveda de todo el proceso de privatización es la Ley 15/97, de Nuevas Formas de Gestión, que permite la entrada masiva de la empresa privada en la gestión y en la prestación de la asistencia sanitaria. Fue propuesta por el PP ante el Congreso de los Diputados en 1997, gobernando en minoría. La aprobación de esa Ley, piedra angular de la privatización sanitaria, requirió, y obtuvo, el voto del PSOE y de las derechas nacionalistas, con el único voto en contra de IU y el BNG.
Ante la presión popular creciente exigiendo la derogación de la Ley 15/97, que llevó a que militantes de PSOE plantearan enmiendas a los documentos de sus recientes Congresos, su dirección estatal ha elaborado un "argumentario" en el que intenta devaluar el alcance de esa Ley –y su responsabilidad directa en su aprobación- con el objetivo evidente de conseguir réditos electorales de la movilización ciudadana y señalando al PP como único responsable de la privatización.
¿Qué hacer?
Obvio es decir que nada de esto podría haberse llevado a cabo sin la complicidad de CC.OO, UGT (además del resto de sindicatos corporativos de la sanidad). Ambos sindicatos, que se llaman "de clase", si se hubieran comportado como tales deberían haber movilizado a los trabajadores de la sanidad, al conjunto de la clase obrera y al pueblo en general, ante un auténtico proceso de demolición de conquistas históricas del movimiento obrero y de las condiciones laborales de los trabajadores de la sanidad.
Nada se puede esperar de estas cúpulas sindicales. Las evidencias de sus vinculaciones económicas y corruptelas con los gobiernos de turno, sea cual sea su color, cada vez son más patentes. Ello no quiere decir que debamos prescindir de la experiencia, la conciencia de clase y la voluntad de trabajo de militantes honestos de estas organizaciones. Lo que es evidente es que el desprestigio ante la mayoría de los trabajadores , ganado a pulso de las burocracias sindicales exige construir formas nuevas, en las que –desde el principio– la democracia, la voluntad de lucha y la búsqueda de unidad desde la base, reconstruyan el poder real que tenemos, organizados y unidos, los trabajadores.
En cada CC.AA. las condiciones y las peculiaridades de los procesos de privatización son diferentes. En función de la experiencia vivida hay que afirmar que las transferencias sanitarias han sido otra enorme estafa y que, lejos de acercar la gestión a las necesidades de la ciudadanía, han servido para crear más burocracias al servicio de mafias locales vinculadas a los poderes políticos de turno y facilitar la desmembración de la sanidad y su privatización.
Frente a ellos, trabajadores y trabajadoras de la sanidad, la clase obrera en su conjunto y los usuarios, tenemos dos tareas complementarias:
1. A nivel de Comunidad Autónoma, provincia, pueblo, barrio y centro sanitario: crear organizaciones de base de trabajadoras y trabajadores frente a los despidos, a la precarización progresiva de la sanidad pública, a la degradación y la violencia profesional que supone supeditar la atención sanitaria a los objetivos de lucro privado, y de los usuarios que sufren directamente las consecuencias de la subordinación de la calidad y la seguridad de la asistencia al negocio de las empresas.
2. En el conjunto del Estado: sobre la base de la construcción de formas de organización y de lucha de trabajadores y usuarios en cada Comunidad Autónoma, articular una Plataforma Estatal contra la privatización, para exigir la derogación de la Ley 15/97 de Nuevas Formas de Gestión, que ampara y legaliza todo el proceso de privatización y por la construcción de un sistema sanitario, y de salud pública, de financiación, gestión y provisión de servicios estrictamente público, con participación democrática de trabajadores y usuarios en la toma de decisiones, y que responda a las necesidades de salud de la población.
Ángeles Maestro

Etiquetas: conocimiento, memoria, mentiras, monopolios, multitud, politica.
Según relató a La Haine Ángel de CAS - Madrid "los propios guarda espaldas del consejero llamaron a la Delegación del Gobierno para que enviara más efectivos con el fin de reducirnos". Las detenciones se produjeron en un momento de tensión en el que el consejero se vio literalmente rodeado de pancartas. Finalmente y tras varias horas de detención, los tres trabajadores salieron en libertad con cargos de desobediencia, desacato y agresión a la autoridad.
Desde el fin del verano ya han sido varias las movilizaciones multitudinarias las que se han llevado a cabo contra la ofensiva privatizadora de la CAM, destacando la del pasado 23 de Septiembre en la que más de 2.000 personas se concentraron a las puertas del Hotel Ritz coincidiendo con una reunión sobre el modelo de construcción, financiación y mantenimiento del Plan de Infraestructuras Sanitarias 2007-2011 de la CAM.
1. Toda nuestra solidaridad moral, y material si así se necesita, con los tres detenidos y con quienes fueron vejados por la policía e impedidos de ejercer un derecho democrático fundamental como es el de manifestación, en una actitud típicamente fascista.
2. Que l@s trabajador@s del H. Clínico, como los de otros hospitales están ejerciendo el deber cívico de expresar su protesta y resistencia ante la liquidación por parte de la Consejería de sanidad de una conquista histórica del conjunto de los trabajadores, como es la sanidad pública y representan la dignidad de tod@s l@s que nos oponemos decididamente a su privatización.
3. Exigimos de la Consejería de Sanidad y del Gobierno del Estado, representado por la Delegación del Gobierno, la retirada de todos los cargos contra los trabajadores y la depuración de responsabilidades de los responsables policiales de tales atropellos.
4. Que el Gerente del Hospital Clínico debe denunciar la represión policial y las detenciones producidas en el interior del hospital y exigir que se investigue a los responsables de las acciones represivas o debe dimitir inmediatamente por incapacidad manifiesta para el ejercicio de sus funciones.
5. Que los despidos de 10.000 trabajadores temporales como consecuencia de la aplicación de las Instrucciones de la Dirección General de Recursos Humanos del 31 de julio, el anunciado cierre de cerca de 3.000 camas de los grandes hospitales públicos "jibarizados" para facilitar su gestión por empresas privadas, el deterioro de lo que queda de sanidad pública y las vergonzosas condiciones en las que se está prestando asistencia en los nuevos hospitales, con graves repercusiones en la salud de los pacientes, son el producto de un mismo proceso de privatización de la sanidad que es preciso paralizar y revertir.
6. Que todo indica que lo sucedido en el H. Clínico es el comienzo de una escalada represiva que pretende justificarse criminalizando las protestas, como demuestra el anuncio de que la fiscalía investigará "de oficio"… a los apaleados. Lo que de verdad se persigue es intentar bloquear nuestra lucha mediante el amedrentamiento. Por todo ello es necesario que coordinemos nuestros esfuerzos y programemos de forma unitaria las movilizaciones que acordemos, que en cualquier caso, deben culminar en la realización de una gran manifestación en Madrid.
Para analizar la situación y decidir las acciones a llevar a cabo, la Coordinadora de Trabajadores de la Sanidad Pública de Madrid contra la Privatización nos convoca a las personas trabajadoras de la sanidad madrileña a la asamblea que tendrá lugar el próximo jueves día 9, a las 18h. El lugar se anunciará en los próximos días.
* Si trabajas en la sanidad (como sanitario o no) o si eres usuario, y quieres denunciar algo, contacta con nosotros en:
coordinadorasanidad@gmail.com
Dossier informativo:
Mi salud no es un negocio
A las seis de la tarde, comenzó la manifestación, sin demora, desde Puerta Tierra. Allí se agrupaban los principales representantes sindicales, así como personal sanitario directamente afectado. A UGT, CSI-CSIF, CC OO, Autonomía Obrera, Satse, Sindicato Médico y colectivos como la Federación Andaluza de Endometriosis se unieron otras organizaciones locales quisieron mostrar su empatía con la causa.
«Un hospital no puede funcionar sin camas y sin personal», repetía la voz de todos los congregados desde el megáfono. Allí, en primera línea, aferraban sus convicciones, entre otros, Victoria Bautista, delegada de UGT, y Carmen Sánchez, en nombre del personal de enfermería.
Contra «el cierre de controles y los recortes de empleo».
A estas voces se suman otras como la de Josefa Herrera, auxiliar de enfermería eventual. Ella ha visto «las horas que pasan muchos pacientes en Urgencias a la espera de una plaza libre». A su parecer, las restricciones no dan lugar a una solución. «La gente sigue poniéndose enferma aunque haya una mala gestión en los centros sanitarios», especifica de manera determinante.
También está presente el temor de los contratados por la empresa de limpieza Clese. La crisis y el conflicto laboral del Hospital les toca de cerca. El presidente del comité de empleados en mantenimiento, Sergio Cañero, ve que la reducción de plantilla sanitaria ha conducido a una drástica regulación de empleo en sus compañeros de faena. La problemática planea por todas las categorías laborales, incluyendo igualmente a la administración.
A gritos de «¿Menos obras y más personal!», los manifestantes expresaron «el sinsentido de que se acometan obras en un edificio que tiene los días contados». La llegada al punto final, en las escaleras de entrada del Puerta del Mar, dio paso a Juan Manuel Cañas, de Autonomía Obrera, que dictó el manifiesto resumen de ideas. Cada una reclama honestidad. «No nos vendan por más tiempo ese hospital del 2012, queremos soluciones para el centro de 2008», especificó.
La Avenida quedó cortada al paso de vehículos, provocando que el tráfico se acumulara en los accesos a la ciudad durante las últimas horas de la tarde. No obstante, las calles colindantes siguieron su fluidez habitual, únicamente interrumpida por el furgón policial que precedía la movilización.
Los centros sindicales anunciaron que, de seguir en esta misma tesitura, «acudirán a Sevilla a exponer sus quejas ante la Consejería de Salud y su delegada, María Jesús Montero, así como al presidente de la comunidad autónoma, Manuel Chaves». El público aplaudió las reinvindicaciones, a la vez que pedía la «dimisión» de la gerente del Hospital, Asunción Cazenave, y del delegado provincial del SAS, Hipólito García.
Desde las movilizaciones de Delphi no se había visto tanta cantidad de población reunida por un conflicto laboral, a continuación la crónica y una entrevista realizada al sindicato Autonomía Obrera, el cual, esta llevando el peso de la acción sindical realizada.
El sentido de la convocatoria genérico y el trasfondo del proceso sindical que ha empezado a rodar es claro “Por la sanidad pública”. En concreto las reivindicaciones que más pesos adquirieron en la manifestación de ayer se reducen a “Menos recortes laborales, más camas para los enfermos y dimisión de la dirección del hospital”. Pero detrás de estas exigencias concretas en los instentinos del hospital se encuentra soterrada una realidad más compleja y oscura que el sindicato Autonomía Obrera nos detallará en la entrevista.
A las seis de la tarde, comenzó la manifestación desde Puerta Tierra al lado de la Subdelegación del Gobierno. Allí se agrupaban los sindicatos implicados en la lucha, así como personal sanitario directamente afectado y personas afines o solidarias a la causa. En la movilización participaron los sindicatos mayoritarios, CSI-CSIF, Autonomía Obrera, Satse y el Sindicato Médico. El recorrido de la manifestación cursó por toda la avenida principal de la ciudad.
A gritos de “dirección, dimisión”, los manifestantes llegaron al punto final, en las escaleras de entrada del Puerta del Mar, donde Autonomía Obrera leyó un manifiesto en el que se especifica las reivindicaciones exigidas al Hospital, la Junta Andalucía y el Gobierno Local.
Por su parte los medios oficiales, en concreto el Diario de Cádiz, se encargó de amplificar los intereses de las empresas, el gobierno y la patronal, publicando el mismo dñia de la movilización, una noticia a favor del nuevo Hospital y el proceso privatizador y especulador que existe de fondo:
El nuevo Hospital entrará en funcionamiento a lo largo de 2012
Y otra para distorsionar las movilizaciones del viernes:
Facua pide a los trabajadores del Puerta del Mar que "no utilicen a los usuarios" en sus reivindicaciones
Por otro lado, los trabajadores anunciaron que, de seguir en esta misma tesitura, acudirán a Sevilla a exponer sus quejas ante la Consejería de Salud y su delegada, María Jesús Montero, así como al presidente de la comunidad autónoma, Manuel Chaves.
A continuación os adjuntamos la entrevista realizada a Autonomía Obrera:
GAS - ¿Cuánto tiempo lleváis en conflicto con la institución sanitaria?
Autonomía Obrera - La lucha de nuestro sindicato (Sindicato Andaluz de Trabajadores – Autonomía Obrera) contra la reducción de las contrataciones y la pérdida de derechos en el Hospital “Puerta del Mar” se viene produciendo de forma constante desde hace años. Jamás hemos dejado de pelear contra el deterioro progresivo y creciente de las condiciones de trabajo y la atención sanitaria, y así nos lo han reconocido los trabajadores/as convirtiéndonos en la fuerza sindical más apoyada en las elecciones sindicales.
En cuanto al último conflicto que mantenemos abierto contra los cierres de camas y la reducción de la plantilla estable del hospital, las primeras protestas se produjeron poco antes del pasado verano, cuando la dirección cesó en sus contratos a más de treinta compañeros/as que llevaban años trabajando en el hospital con nombramientos eventuales que renovaban de forma automática cada año o cada seis meses. Posteriormente, en el mes de septiembre nos unimos, por fin, todos los sindicatos del centro en torno a una misma estrategia de lucha, que dio comienzo con una asamblea masiva de trabajadores/as donde se aprobó un calendario de dos semanas completas de protestas y una tabla reivindicativa común. El calendario de movilizaciones combinaba las protestas exclusivas del personal del hospital (todos los martes y jueves salíamos en manifestación alrededor del hospital), con las incursiones informativas en los distintos barrios de Cádiz (lunes, miércoles y viernes) para informar a los ciudadanos/as sobre las implicación en la atención sanitaria de los recortes de plantilla y los cierres de camas. El objetivo final lo constituía la celebración de una gran manifestación de trabajadores y usuarios en defensa del hospital y de la sanidad pública. Este último acto de protesta va a tener lugar hoy viernes a las seis de la tarde y confiamos que resulte un éxito de participación que obligue a los responsables de la Junta a frenar su estrategia de recortes presupuestarios, recolocar a todo el personal despedido y abrir todas las camas cerradas. Si así no ocurriese, diseñaríamos nuevos calendarios de protestas para las próximas semanas y meses.
GAS - ¿Esta relacionado el proyecto de traslado del hospital con los cambios laborales que estáis vivenciando?
Autonomía Obrera - El tema de la construcción de un nuevo hospital que sustituya al actual hospital “Puerta del Mar” (que se derribaría y sobre cuyo solar se construirían grandes bloques de renta libre, con cuya venta se financiaría el nuevo centro) no es más que una vergonzosa operación de imagen diseñada por los elementos más torpes y burócratas del PSOE para intentar arrancarles votos al PP. Como ya hemos dicho en multitud de ocasiones, nuestra ciudad no necesita un nuevo hospital porque el actual Hospital “Puerta del Mar” no tiene más de 30 años de vida y carece por completo de cualquier mínimo problema estructural que justifique su derribo. ¿Qué se nos ha quedado pequeño para poder incorporar a él nuevos servicios?, cierto es, pero en ningún sitio está escrito que lo pequeño haya que derribarlo para construir algo mayor en otro lado. Si precisamos espacio para nuevas unidades, lo que tenemos que hacer es trasladar algunos servicios desde nuestro actual centro al Hospital de San Carlos, en San Fernando y a tan solo 10 km. de Cádiz. Se trata de un hospital militar prácticamente inutilizado en su totalidad y que habría que recuperar para la actividad civil. Los tiempos de los grandes macrohospitales ya han pasado y lo ideal es tender hacia centros de menor envergadura, especializados por áreas y cercanos entre sí. En la bahía de Cádiz contamos con tres grandes hospitales (Cádiz, Puerto Real y San Fernando) que deberían coordinarse y configurar entre todos una única área hospitalaria. El proyecto del PSOE carece de sentido y esconde en el fondo un descomunal y vergonzoso pelotazo urbanístico, porque la pretensión de la Junta es que el nuevo hospital se financie con los recursos que se obtengan por la venta de los pisos que en un futuro se construyan en el solar donde actualmente está ubicado el Hospital “Puerta del Mar”.
Este tema no ha salido abiertamente en las movilizaciones que estamos realizando porque, por ahora, la posición anteriormente descrita no es compartida ‘por todos los sindicatos que participan en la convocatoria. Por nuestra parte, no obstante, siempre que tenemos ocasión denunciamos lo absurdo que resulta cerrar camas de forma definitiva, cuando el argumento fundamental con que se justifica el nuevo hospital es precisamente la falta de espacios en el centro actual; prueba evidente de que la razón última por la que se acomete el nuevo centro no es la expuesta, sino el afán de pugnar con el PP en materia de construcciones públicas. Los ultraconservadores están intentando ganarse a la opinión pública de Cádiz con grandes macroproyectos de obras (nuevo puente sobre la bahía, soterramiento del tren, etc.) de nula eficacia social pero que generan enormes beneficios a las grandes constructoras. Y el PSOE lo que intenta es pugnar con ellos en ese mismo terreno, en lugar de cambiar de ámbito y convertir los problemas reales de los ciudadanos en el eje central de su política. Asistimos a una pugna imbécil por grandes obras, mientras que el pueblo se hunde cada día más en el desempleo y la miseria.
GAS - ¿Ésto es un fenómeno aislado o pensáis que es algo esta afectando a toda la sanidad pública?
Autonomía Obrera - Los recortes actuales en nuestro hospital son la consecuencia directa de los intentos del gobierno andaluz por hacer recaer sobre usuarios y trabajadores la reducción de los ingresos públicos que favorece la denominada crisis económica. No es por tanto un fenómenos aislado de nuestro centro, sino que tiene lugar en todos el sistema de salud y en todos los servicios públicos; aunque sí es verdad que en nuestro centro los recortes pueden estar teniendo mayores consecuencias porque ya venimos arrastrando numerosas medidas restrictivas desde hace años y no existe un colchón mínimo que amortigüe en algo los golpes.
Por otro lado, los recortes de los servicios públicos no son sino otra expresión mas de las políticas anticíclicas que todos los gobiernos occidentales están imponiendo y que se caracterizan por pretender hacer recaer los efectos de la crisis sobre la clase trabajadora y los sectores más desfavorecidos socialmente. Una estrategia contra la que todos y todas tenemos la obligación de luchar, sea cual sea el sector productivo o social en el que nos encontremos.
GAS - ¿Pensáis que la directiva va a ceder ante vuestras condiciones? Si no es asi, ¿Qué estrategia tenéis pensada para continuar luchando por vuestra dignidad como trabajadores?.
Autonomía Obrera - No creo que vayan a ceder. Intentarán aparentar que hacen algo en algunas materias, con el fin, sobre todo, de dividir a las organizaciones sindicales y ralentizar la lucha. Del resto de los grupos dependerá no caer en las trampas que la administración intente ponernos en las próximas semanas. En cualquier caso, y ya sea todo el mundo o con las organizaciones que queden, nuestra pretensión es continuar con las protestas, si bien la forma concreta que estas adquieran dependerá del apoyo social que se detecte, la respuesta de los trabajadores/as, etc.
GAS - ¿Habéis encontrado apoyo de otros colectivos, trabajadores o personas?.
Autonomía Obrera - Sí, hay un apoyo importante de numerosos grupos sociales y algunas organizaciones políticas. El respaldo más destacado, sin embargo, lo hemos notado entre la población. Cada vez que hemos visitado los barrios denunciando lo que sucede nos hemos encontrado con una comprensión tremenda por parte de muchísimos usuarios/as. No hay que olvidar que Cádiz es una ciudad pequeña y que la inmensa mayoría de la población puede haber pasado durante los últimos años por el hospital, bien como usuarios o como familiar o amigo de algún paciente, por lo que les ha resultado fácil comprobar de forma absolutamente directa el importante deterioro que se viene padeciendo. Nunca el hospital ha estado tan mal como en los últimos tiempos y eso la población lo constata a diario.
GAS - ¿Cuál es el balance que hacéis sobre el proceso de lucha que estáis llevado a cabo?
Autonomía Obrera - La lucha se ha iniciado en el momento correcto: en una situación de malestar generalizado de toda la plantilla y coincidiendo con una agresión laboral y social de enorme envergadura, que ha sido, al fin y al cabo, la espoleta de la toda la movilización. La estrategia diseñada, por su parte, ha sido la correcta, porque se ha centrado en unificar a trabajadores y usuarios contra unos recortes que nos afectan a todos/as. Esta peculiaridad de la protesta es la primera vez que se lleva a cabo y está obteniendo resultados muy positivos. Estoy convencido de que la Junta no se esperaba esta contestación. A lo sumo, creían que los recortes se traducirían tan solo en una protesta laboral que, como en otras ocasiones, se iría apagando poco a poco con el paso del tiempo. La implicación de la población en la defensa de su hospital cambia radicalmente la dinámica del conflicto, lo hace más vivo, posibilita su pervivencia y obliga a la administración a buscar soluciones reales para resolver la crisis. En cualquier caso, se obtengan o no soluciones aceptables al final de esta lucha, lo que sí está claro es que, con ella, la población y los trabajadores/as están avanzando en su nivel de conciencia y disposición de respuesta y eso siempre va a ser positivo. Las luchas no solo deben servir para obtener mejoras, sino sobre todo y fundamentalmente para hacer avanzar a los sectores populares en organización y conciencia.
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