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Nacionalización de bancos en EEUU |
Los dos gigantes del refinanciamiento hipotecario de Estados Unidos, Fannie Mae y Freddie Mac, eran objeto de un movimiento de pánico en la Bolsa de Nueva York este miércoles, debido a persistentes rumores sobre su nacionalización inevitable e inminente.
Las acciones de estos dos grupos, durante largos años vistos como fortalezas indestructibles, continuaban este miércoles la caída libre de las últimas sesiones, perdiendo un 17,29%, a 3,45 dólares en el caso de Freddie Mac y un 16,64%, a 5,01 dólares para Fannie Mae a las 16H20 GMT, niveles que no se veían desde hace 18 años.
La perspectiva de un salvamento dirigido por el Estado parecía la más probable para los observadores, ya que el Gobierno cuenta con toda la autoridad para intervenir, tras el plan de apoyo gubernamental iniciado a mediados de julio.
Fannie Mae y Freddie Mac poseen o garantizan 5,2 billones de dólares de créditos hipotecarios, o sea más del 40% del conjunto del crédito hipotecario estadounidense. El hundimiento de los mercados inmobiliario y de crédito hacen derrumbar las posibilidades de pago de sus deudas.
Según la cadena financiera CNBC, los dirigentes de Freddie Mac y de Fannie Mae se reunirían este miércoles con representantes del Tesoro. En el Tesoro, se confirmó la existencia de "una comunicación con los dos grupos desde hace meses, en forma de reuniones regulares", admitió la portavoz Jennifer Zuccarelli.
Muchos medios mencionaron este miércoles "el enorme fracaso" de las medidas adoptadas sobre Fannie y Freddie. En un editorial, el diario financiero Wall Street Journal concluyó que el secretario del Tesoro, Henry Paulson, "pronto no tendrá otra alternativa que meter su violín en bolsa y poner en manos de los contribuyentes la recapitalización de los gigantes del sector hipotecario". Alimentando este escenario, el ex economista jefe del FMI Kenneth Rogoff declaró el martes que "Freddie Mac y Fannie Mae tendrían que haber sido cerrados hace diez años" y expresó su convicción de que "deben ser estatizados".
"El mercado tiene miedo de una estatización" y de las pérdidas que esto significa para los accionistas, resumió Gregori Volokhin, analista en Meeschaert Capital Markets.

Etiquetas: conocimiento, memoria, monopolios, multitud, politica.
A los problemas del mercado hipotecario en la mayor economía del mundo se sumó la noticia de que la cantidad de casas y apartamentos en construcción en EE.UU. en julio cayó a su cifra más baja en los últimos 17 años, según estadísticas gubernamentales.
El mes pasado sólo se comenzaron a construir 965.000 viviendas, en base a un promedio anual, en comparación con 1,08 millones en junio, lo que representa una caída del 11% en un mes y de casi el 30% respecto a julio de 2007.
¿Futuro negro?
Los mercados bursátiles ya habían caído debido a especulaciones en medios de prensa de EE.UU. de que el gobierno tendría que intervenir nuevamente para rescatar a dos gigantes del mercado hipotecario, Freddie Mac y Fannie Mae.
El gobierno ya les había dado nuevo acceso a préstamos de la Reserva Federal -el banco central del país- y había anunciado su disposición de comprar las acciones de ambos si fuera necesario.
La crisis de las hipotecas de alto riesgo de tipo subprime en EE.UU. ha afectado a los mercados financieros globales en el último año.
Las últimas noticias y la reacción de los mercados indican que tendremos crisis para rato.
Un ex economista jefe del Fondo Monetario Internacional (FMI), Kenneth Rogoff, dijo en una conferencia en Singapur que lo peor de la crisis crediticia todavía está por vivirse.
"En los próximos meses no sólo veremos colapsar a bancos medianos: también veremos algo mucho mayor, uno de los grandes bancos o uno de los grandes bancos de inversiones", vaticinó.
La incertidumbre sobre las dos mayores sociedades hipotecarias de EEUU, Fannie Mae y Freddie Mac, se agravó por los rumores de un posible plan de emergencia para salvarlas, algo que sólo serviría para prorrogar la agonía, según el ex economista jefe del Fondo Monetario Internacional Kenneth Rogoff.
El ex economista jefe del FMI y profesor de Harvard ha asegurado que "en los próximos meses vamos a ver que no sólo quiebran bancos medianos, vamos a ver uno grande, una de las grandes entidades de inversión o de los grandes bancos".
Rogoff tampoco salvó a las dos sociedades hipotecarias protagonistas de la jornada, Fannie Mae y Freddie Mac. "A pesar de lo que dijo el secretario del Tesoro, esas gigantescas agencias de garantía hipotecaria no van a existir en su forma actual en unos pocos años", sostuvo el economista.
Wall Street abrió el martes con descensos, presionado por los datos gubernamentales que mostraron que la inflación subyacente se está acelerando, así como por los temores de los inversores a que la crisis crediticia no haya llegado a su fin.
A las 13:41 GMT, el promedio industrial Dow Jones bajaba un 0,53 por ciento a 11.420,91 unidades, mientras que el más amplio Standard & Poor's 500 se depreciaba un 0,45 por ciento a 1.273,01 puntos.
Por su parte, el selectivo tecnológico Nasdaq Composite retrocedía un 0,38 por ciento a 2.405,80 unidades.
Todas las bolsas europeas, incluida la española, han cerrado la jornada del martes con importantes caídas causadas por el terremoto hipotecario estadounidense.
Las bolsas europeas cayeron el martes un 2,4 por ciento, su nivel más bajo en dos semanas, presionadas por una venta generalizada de acciones, los renovados temores a la crisis crediticia, la subida de los precios de producción estadounidenses y por los débiles datos de vivienda.
El índice paneuropeo FTSEurofirst 300 cerró con un descenso de un 2,4 por ciento a 1.160,62 puntos.
Los bancos se desplomaron presionados por los temores de los inversores a la situación del sector financiero después de que un informe del quincenario bursátil Barron’s, sugiriera que el gobierno de EEUU puede no tener otra alternativa que nacionalizar a los gigantes de financiación hipotecaria, Freddie Mac y Fannie Mae.
Royal Bank of Scotland se desplomó un 6,7 por ciento, Fortis cayó un 4,8 por ciento y Commerzbank perdió un 4,9 por ciento.
Los mercados asiáticos cayeron a mínimos de 2 años ante el temor de que el Gobierno norteamericano pueda acudir en rescate de las principales firmas hipotecarias, desestabilizando aún más el sector financiero. Así, el japonés Nikkei perdió un 1,87%, lo mismo que el índice MSCI para Asia ligeramente más que el 1,7% dejado por el surcoreano KOSPI.
"La inflación continuará siendo un temor, pero la principal preocupación sigue siendo el mercado inmobiliario" dijo Franz Wenzel, de Axa Investment Managers.
"Continuaremos teniendo datos sombríos durante un tiempo. Sabemos por el caso japonés que la crisis inmobiliaria dura normalmente más de lo que los economistas piensan".
Los futuros del crudo estadounidense, por su parte, subieron el martes, apuntalados por un debilitamiento del dólar y por un avance de los contratos del combustible para calefacción y de la gasolina reformulada.
Durante la jornada, el petróleo fue presionado por el fortalecimiento inicial del dólar y porque la trayectoria de la tormenta tropical Fay no afectó la infraestructura energética en el Golfo de México.
En la Bolsa Mercantil de Nueva York, el crudo para entrega en septiembre cerró la sesión a viva voz con un alza preliminar de US$ 1,61 , a US$ 114,48 dólares el barril, tras operar en un rango de entre US$ 111,64 y US$ 116,65.
La caída bursátil del lunes y el martes se suma a un cuadro de temor generalizado a una recesión global con epicentro en EEUU y Europa.
La Reserva Federal de EEUU como el Banco Central Europeo admitieron en sus últimos informes que las economías de Europa y de Estados Unidos pararon de crecer, y la desaceleración se acentúa de la mano de la baja del consumo y la suba de los alimentos y la energía.
Además, de EEUU, Francia a Alemania, pasando por Italia o España, los últimos datos macroeconómicos (inflación, crecimiento económico, productividad) son contundentes: La eurozona ya traspuso la línea y se encuentra en los límites de la recesión que alcanzaría plenamente con otros dos trimestres consecutivos de crecimiento negativo como pronostica el BCE.
Según The Wall Street Journal, la economía global, que hasta hace poco "seguía creciendo pese al debilitamiento de Estados Unidos, acaba de exhibir los más recientes signos de enfriamiento y recesión en puerta".
Aunque los analistas conservan cierto optimismo debido a que el crudo se mantiene por debajo de los récords históricos que marcó el pasado 11 de julio, en el mercado esa sensación vacila. La situación geopolítica en Rusia pesa más que la falta de demanda de la que avisó a principios de este mes EEUU, y la subida en el precio del petróleo frena la recuperación del dólar.
El euro, por su parte, saca partido de este repliegue.Aunque son ya bastantes los analistas que consideran que no se puede hablar de un rebote en la moneda única hasta que ésta no marque la cota de los 1,50 dólares, lo que sí es cierto es que la divisa comunitaria está manteniendo el tipo estos días de avances del dólar y ha instalado su soporte en los 1,46 dólares.
Los datos
El avance en el precio del petróleo coincide con unos datos macroeconómicos que no han gustado demasiado en EEUU. El índice de indicadores estadounidense del mes de julio ha registrado una caída del 0,7% a 101,2 puntos, frente a un dato plano en junio y a una caída del 0,2% que habían estimado los analistas. Y, aunque el índice de la Fed de Filadelfia sube en agosto continúa en negativo. Este dato registró una bajada de 12,7 puntos este mes frente a una lectura negativa de 16,3 en julio.
Así, tras varios días disfrutando de la ventaja frente al euro, el dólar volvía a teñirse de rojo en este cruce. Poco más de media hora antes del cierre de los mercados del Viejo Continente, la divisa comunitaria se apreciaba cerca de un 0,7% frente al billete verde y se cambiaba en 1,4856 dólares. El Banco Central Europeo (BCE) fijaba el cambio oficial en 1,4814 dólares.
A partir de agosto de 2007, los inversores dejaron de comprar los commercial papers emitidos sin garantía por las SIV, la salud y la credibilidad de los cuales estaban muy deterioradas. En consecuencia, las SIV se quedaron sin liquidez para comprar los créditos hipotecarios titularizados, con lo que se amplificó la crisis. Los grandes bancos que habían creado las SIV tuvieron que asumir los compromisos de éstas para evitar que quebraran. Mientras que hasta entonces las operaciones de las SIV no figuraban en su contabilidad (lo que les permitía disimular los riesgos asumidos), tienen ahora que incluir en sus balances las deudas de las SIV.
Resultado: ¡Pánico a bordo! En Estados Unidos, 84 sociedades de crédito hipotecario han quebrado o cesado parcialmente su actividad entre el 1º de enero y el 17 de agosto de 2007, mientras que en todo el año 2006 fueron sólo 17. En Alemania, el banco IKB y la institución pública SachsenLB fueron salvados a último momento. Recientemente, Inglaterra tuvo que nacionalizar el banco Northern Rock, en bancarrota. El 13 de marzo de 2008, la Carlyle Capital Corporation (CCC), cuya proximidad declarada al clan Bush es bien conocida, se desmoronó: sus deudas representaban 32 veces sus fondos propios. Al día siguiente, el prestigioso banco estadounidense Bear Stearns (5º banco de negocios de Estados Unidos), falto de liquidez, pidió ayuda a la Reserva Federal de Estados Unidos (la Fed) para obtener una financiación de urgencia. Será comprada por el banco JP Morgan Chase a precio de ganga.
Varios segmentos del mercado de la deuda constituyen construcciones endebles en vías de derrumbarse. Arrastran en su fracaso a los poderosos bancos, a los hedge funds, a los fondos de inversión que las habían creado. El salvamento de las instituciones financieras privadas se lleva a cabo gracias a la intervención masiva de los poderes públicos. La privatización de los beneficios, la socialización de las pérdidas son una vez más la solución del problema.
Pero se impone una pregunta: ¿Por qué los bancos, que ahora no vacilen en anular unas deudas dudosas de decenas de miles de millones de dólares, siempre se han negado a anular las deudas de los países en desarrollo? Están demostrando que esto es perfectamente posible y absolutamente necesario. Recordemos que en el origen de las deudas actuales, cuyo pago reclaman los bancos a estos países, se encuentran unas dictaduras criminales, unos regímenes corruptos, unos dirigentes fieles a las grandes potencias y a los acreedores. Los grandes bancos han prestado sin miramientos a regímenes tan poco recomendables como los de Mobutu en el Zaire, de Suharto en Indonesia, a las dictaduras latinoamericanas de los años 1970-1980, amén del régimen del apartheid de Sudáfrica. ¿Cómo pueden continuar infligiendo el yugo de la deuda a unos pueblos que han sufrido unos regímenes dictatoriales que ellos mismos financiaron? En el plano jurídico, son numerosas las deudas odiosas que figuran en sus libros de contabilidad y que no deben ser pagadas. Pero los bancos continúan exigiendo su reembolso.
Así mismo, recordemos que en 1982 la crisis de la deuda del Tercer Mundo fue provocada por el alza desmedida y unilateral de las tasas de interés decidida por la Fed. Antes de esto, los bancos privados habían impuesto préstamos a tasa variable a unos países ya sobreendeudados, que finalmente fueron incapaces de afrontar. En estos momentos, la historia se repite, pero esta vez en el Norte y de una manera específica: los hogares sobreendeudados de Estados Unidos se encuentran en la incapacidad de devolver su deuda a plazo variable porque la burbuja ha estallado.
Las anulaciones de deuda que realizan los bancos dan la razón a todos los que, como el CADTM, reivindican la anulación de la deuda de los países en desarrollo. ¿Por qué? Porque la deuda a largo término de los poderes públicos del Tercer Mundo con los bancos internacionales llegaba a los 181.900 millones de dólares en el 2006. [2] Desde agosto de 2007, han tenido que anular una suma muy superior, y esto no ha acabado...
Los grandes bancos privados han pecado tres veces:
- construyeron unos montajes desastrosos de deuda privada que han llevado a la actual catástrofe;
- prestaron a las dictaduras y obligaron a los gobiernos democráticos que las sucedieron a reembolsar con creces hasta el último céntimo de una deuda odiosa;
- se niegan a anular la deuda de unos países en desarrollo, a pesar de que su reembolso implica el deterioro de las condiciones de vida de las poblaciones.
Por todas estas razones, es necesario exigir que rindan cuentas de sus maniobras en el curso de las últimas décadas. Los gobiernos de los países del Sur tienen que llevar a cabo auditorías de su deuda, como hace actualmente Ecuador, y repudiar todas sus deudas odiosas e ilegítimas. Los banqueros demuestran que esto es perfectamente posible. Se trataría del primer paso para hacer que las finanzas desempeñen el papel que les corresponde, el de una herramienta al servicio del ser humano. De todos los seres humanos.
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