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Recesión y crisis |
El gobernador del Banco de España, Miguel Ángel Fernández Ordóñez, ha afirmado hoy que la economía "cuenta con algunos soportes" para "amortiguar" la desaceleración de su crecimiento y que permitirán "abrir el camino de una recuperación sostenible a medio plazo". Para lograrlo da algunas recetas, como incentivar el mercado de alquiler y reformar el mercado laboral (eufemismo que esconde flexibilización para despedir) y apostar con firmeza por la privatización del sistema de pensiones. Mientras, las cajas ya hablan claramente de que España puede caer en recesión.
El Banco de España
En la presentación del Informe Anual 2007 del organismo supervisor, Fernández Ordóñez advirtió de que estas perspectivas "no están exentas de riesgos". "Un diseño adecuado del rumbo de la política económica en la presente tesitura puede permitir que, una vez superada la fase de desaceleración cíclica, la economía española esté en mejores condiciones para retomar una senda de crecimiento elevado, acorde con su potencial de expansión", señaló.
Colaboración extrema
En este sentido, Fernández Ordóñez añadió que "la intensidad del ajuste y el tiempo necesario para que la economía vuelva a su senda de crecimiento de largo plazo dependerán no sólo del alcance de las perturbaciones exteriores, sino también del esfuerzo que hagan todas las Administraciones Públicas".
Además, hizo especial hincapié en el papel de las comunidades autónomas, "dadas las elevadas competencias que han adquirido en los últimos años", así como de "todos los agentes sociales, cada uno en su ámbito de actuación".
En este sentido, el gobiernador del Banco de España volvió a subrayar "la solidez de nuestro sistema financiero". "Es, como ya he destacado antes, un activo de primer orden para amortiguar el impacto que la inestabilidad financiera internacional pueda tener sobre las condiciones financieras de familias y empresas", dijo.
Recomendaciones
El organismo gobernado por Miguel Ángel Fernández Ordóñez ha instado al Gobierno a adoptar reformas estructurales para fortalecer el tejido productivo, de forma que se "sienten las bases" para una pronta recuperación de un dinamismo sostenible.
Así, señala que el "clima adecuado" en las relaciones industriales entre empresarios y trabajadores puede facilitar la "flexibilidad" necesaria para introducir los cambios organizativos y en la gestión de la actividad productiva imprescindibles para adaptarse a la nueva fase cíclica.
"El logro de avances en el seno de las empresas en esta materia puede contribuir a reducir la necesidad de que el ajuste se realice mediante recortes en el empleo, a suavizar el alcance de la desaceleración y a facilitar la recuperación del dinamismo económico", subraya la entidad.
En la misma línea, el Banco de España recomienda cambios en el mercado de la negociación colectiva y en los sistemas de contratación laboral que permitan un "ajuste" de los salarios "de la magnitud necesaria" para impedir que, en un contexto de desaceleración económica, el ajuste recaiga principalmente sobre el empleo temporal, que sigue representando más del 30% del empleo total.
Reforma del mercado laboral
Por eso, añade, es imprescindible seguir avanzando en las reformas del mercado de trabajo con la "progresiva eliminación de las rigideces nominales y reales" existentes, facilitando una adecuación de los incrementos salariales a los aumentos de la productividad, de forma diferenciada entre sectores y empresas, y abordando algunas de las reformas pendientes en el ámbito de la contratación, de forma que se elimine la segmentación actual.
"El hecho de que el cambio de ciclo de la economía española se esté produciendo en un momento de repunte salarial y de significativo deterioro de la situación inflacionista hace más apremiante, si cabe, afrontar este tipo de reformas", reitera.
Incentivos fiscales de la compra de una vivienda
En materia de vivienda, apuesta por el desarrollo de un mercado de alquiler, para lo cual es necesario, a su juicio, modificar aquellos aspectos de la Ley de Arrendamientos Urbanos que pueden estar limitando la entrada en el mercado de viviendas vacías, como por ejemplo, la duración mínima de los contratos, promover la vivienda de protección oficial en régimen de alquiler y "revisar" los incentivos fiscales a la compra que favorecen este régimen de tenencia frente al alquiler.
Finalmente, el Banco de España apuesta por adoptar políticas de liberalización y desregulación en los mercados del gas, electricidad y comercialización de hidrocarburos líquidos, así como en el sector de las telecomunicaciones, el comercio minorista y el transporte. Estas políticas, agrega, deben ir acompañadas de marcos regulatorios "más sencillos, transparentes y estables".
Las Cajas
Las previsiones de la Fundación de las Cajas de Ahorros (Funcas) han sido, desde que comenzara el año, las más atrevidas a la hora de hablar de la situación por la que atraviesa la economía española, o las más pesimistas, según se mire. En está línea, su director general, Victorio Valle, ha sido el primero en hablar claramente de la temida palabra "recesión".
Valle ha afirmado hoy que la contracción de la actividad económica que vive el país "podría estar conduciendo ya a España a una recesión que puede ser intensa y duradera". Valle cree que la situación de la economía no es una desaceleración ocasional, sino como una fase de contracción de un nuevo ciclo "de intensidad y duración indefinidas".
Esta fase, añade, está determinada por la pérdida de dinamismo de la economía española a lo largo de 2008 y en la práctica totalidad de 2009, por las malas perspectivas en la confianza de los consumidores, por la pérdida de fortaleza del consumo familiar, y el debilitamiento de la formación bruta de capital.
El director de Funcas considera que la mayor gravedad de la situación reside en la carencia de un diagnóstico "realista y compartido" y en la ausencia de un plan de actuación "coherente".
Para hacer frente a este escenario, Funcas propone compensar la reducción de la demanda agregada, que tiene su origen en la reducción de la demanda de viviendas y en la ralentización del consumo familiar, impulsar las exportaciones y estimular el plan de infraestructuras para los próximos meses.
Pero también considera necesario hacer una reparto equitativo de los costes de la crisis, armonizar el tratamiento de la emigración, en colaboración con la Unión Europea (UE), reformar el mercado de trabajo, mejorar la productividad de la economía española, e impulsar el sector industrial, entre otras medidas.
Los más pesimistas
Funcas ha recortado hasta en tres ocasiones en lo que va de años sus previsiones de crecimiento para la economía española, por lo que sus estimaciones se han convertido en las más pesimistas de todas las anunciadas tanto por organismos oficiales, como por bancos o casas de análisis.
Sus últimas estimaciones, anunciadas el 23 de mayo, situaban el incremento del Producto Interior Bruto (PIB) español en el 1,6% al cierre de 2008 y del 0,4% en 2009. Para Funcas, los factores que explican el "rápido declive" de las condiciones económicas en el primer trimestre del 2008, que son el frenazo del consumo, la paralización del mercado inmobiliario y la crisis financiera, se acentuarán durante el próximo trimestre y supondrán tasas de crecimiento más reducidas.
Así, la Fundación estima que el crecimiento intertrimestral del PIB entre abril y junio será probablemente cero o ligeramente negativo, mientras que el tercer y cuarto trimestre podrá recuperarse "ligeramente" gracias a la reducción de 400 euros en el IRPF, que ofrecerá cierto respiro al consumo.
Caída de la inversión residencial
En su último número de Cuadernos de Información Económica, Funcas centra su atención en la evolución de la inversión en construcción residencial, para la que prevé caídas del orden del 7% en 2008 y del 15% en 2009.
Funcas explica que estas tasas se obtienen bajo la hipótesis de que la iniciación de viviendas nuevas, que en 2007 alcanzaron la cifra de 616.000, se reduce bruscamente a lo largo de 2008, hasta situarse en 312.000 en 2009. Así, la inversión en viviendas reduciría su peso en el PIB desde el 9,2% en el último trimestre de 2007 al 6,4% dos años más tarde, aunque esta tasa se encontraría aún entre las más elevadas de los países avanzados.
La fundación explica que "el agregado que arrastra fuertemente a la baja al conjunto de la economía es la inversión en construcción residencial.
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De hecho, en el último número de los Cuardernos de Información Económica que elaboran las cajas, el director general de Funcas afirma en un artículo que, en todo caso, la economía española no empezará su recuperación hasta dentro de un par de años.
En este escenario, Valle augura un deterioro de los indicadores macroeconómicos a lo largo de 2008, comenzando por el empleo. Así, prevé que la tasa de paro se aproxime al 10% de la población activa al final de este año.
En paralelo, el consumo familiar y la formación bruta de capital darán muestras de pérdida de fortaleza en su evolución y la inflación superará el 4% anual. Además, avanza que el superávit de las administraciones públicas se está reduciendo "drásticamente".
Aún así, el director general de Funcas destaca que, pese al menor ritmo de crecimiento económico, la producción y la renta nacional siguen mostrando registros positivos.
Ante la necesidad o no de cambiar el acual modelo productivo, Valle afirma que el sector de la construcción está "sobredimensionado" y reclama un mayor impulso del sector industrial, algo que consideró una "asignatura pendiente".
Otros escenarios pesimistas
Por su parte, los miembros del Gabinete de Coyuntura y Estadística de Funcas, María Jesús Fernández y Ángel Laborda, prevén en otro artículo, un crecimiento del PIB del 2% en 2008, tres décimas por debajo de las previsiones del Gobierno (2,3%) y del 0,9% en 2009, como escenario más optimista.
La inversión en construcción residencial "arrastrará fuertemente a la baja" estos crecimientos, al caer un 7% en 2008 y un 15% en 2009, como deriva de una reducción de la construcción de viviendas nuevas de las 616.000 unidades en 2007 a las 312.000 en 2008. En esta línea, la inversión en viviendas reduciría su peso en el PIB desde el 9,2% en el último trimestre de 2007 al 6,4% dos años más tarde.
Por otro lado, la ralentización del PIB y la cierta recuperación de la productividad se traducirán en una "ralentización notable del empleo", con el consiguiente aumento de la tasa de paro hasta cerca del 10% de la población activa en 2008 y del 11,6% en 2009.
Peor panorama presenta el superávit público, que del 2,2% en 2007 pasará al 0,6% en 2008 y presentará un déficit del 1,2% en 2009. Según explican, "El 60% de este deterioro sería atribuible a las medidas fiscales adoptadas en 2007 y 2008, y al previsible aumento de la inversión en infraestructuras, y el 40% restante, al cambio en la posivión cíclica de la economía.
Además, estos expertos prevén un aumento medio anual de los precios del 4,3% en 2008, que se reduciría hasta el 3% en 2009, siempre bajo la hipótesis de que los precios del petróleo y del resto de las materias primas se estabilicen.
Por el contrario, estos expertos esperan que el sector exterior tenderá a reducir a casi cero su aportación negativa al PIB de años anteriores, no tanto por la recuperación de las exportaciones sino por el menor acvance de las importaciones asociado al debilitamiento de la demanda interna.
Concretamente, la analista macro del Deutsche Susana García-Cervero asegura tajantemente que "el crecimiento del PIB español va a caer significativamente como resultado del ajuste inmobiliario". Su conclusión es que dicho ajuste inmobiliario durará tres años mientras que el impacto en la economía general -estimado por tres vías distintas- se prolongará durante cinco ejercicios, en los que el PIB crecerá como mucho un 1,5% anual. Y lo más llamativo: cuantifica en una caída de los precios de la vivienda de entre el 30% y el 35% en términos reales (contando la inflación) hasta 2011.
La principal razón detrás de este panorama tan negro es que no nos encontramos ante un puro ajuste cíclico, sino ante "un proceso estructural que sigue a años de precios sobrevalorados de la vivienda y un modelo de crecimiento que ya no es sostenible en el futuro, como ha confirmado el PIB del primer trimestre", según este análisis.
Peor que en otros ciclos y otros países
A su juicio, la situación actual no es comparable con el anterior ciclo bajista inmobiliario (1985-1991) porque aquél estaba más relacionado con la segunda residencia, el período alcista previo fue mucho más corto y las viviendas iniciadas entonces estaban a años luz de las de ahora, lo que lleva a pensar a esta analista que ahora hay mucho más exceso de oferta y que la vivienda está mucho más sobrevalorada que entonces. Por tanto, el ajuste debería durar más que en los años 90 (entonces fue de tres años). En todo caso, va a durar más de dos, porque las licencias de construcción se han desplomado en marzo y pasan dos años entre la licencia y el fin de la construcción.
Comparando con otros países que han sufrido crisis inmobiliarias, Deutsche nos sitúa entremedias de los anglosajones -las economías más flexibles, donde los ajustes duran entre 2 y 5 años- y Japón y Alemania -economías más rígidas donde el ciclo bajista puede durar más de 10 años-. La posición intermedia de España (similar a la de Holanda) deriva de que somos más flexibles que Alemania o Japón, con una mejor gestión política y un saludable sector bancario; pero también tenemos grandes rigideces, como la ineficiencia de la negociación salarial, la pobre productividad y una estructura comercial muy vulnerable a la competencia internacional. Por tanto, una previsión prudente sería que el ajuste va a durar entre tres y cinco años.
Crecimiento del 1,5% durante cinco años
Respecto al impacto en el PIB, adopta tres aproximaciones distintas que arrojan resultados muy similares. En primer lugar, la anterior comparación internacional sugiere una pérdida de 8,2 puntos de crecimiento respecto al potencial (3,0%) durante cinco años, lo que supone un crecimiento medio del 1,4% al año. En segundo lugar, estima el efecto de la destrucción de empleo en la construcción tomando como referencia la crisis de los 90, lo que restaría 2,5 puntos al PIB cada año. Asumiendo cierta mejora de la productividad, el crecimiento anual se situaría entre el 1,4% y el 1,5%.
En tercer lugar, toma el exceso de oferta de vivienda. Aunque advierte de que hay muchas discrepancias en su cuantificación, se queda con 800.000 casas, que multiplica por el tamaño medio (87 metros cuadrados) y por el precio medio por metro cuadrado. Eso nos da un impacto de 2,7 puntos de PIB en cinco años, es decir, un crecimiento del 1,3% anual. Y advierte de que los factores externos, como el petróleo, la crisis en EEUU, el endurecimiento del crédito -más fuerte en España que en otros países- y la subida de tipos pueden acelerar el proceso de ajuste de nuestra economía.
Por último, su estimación para el precio de la vivienda es una caída nominal del 20% en los próximos tres años y medio, con el grueso del ajuste en 2009 y una estabilización en 2010-2011. Si a eso sumamos una estimación de inflación del 15% para los próximos cinco años, resulta el 35% citado. Que puede ser mayor porque el mercado rara vez vuelve al equilibrio, sino que siempre se pasa por abajo.
Asimismo, el director de la caja de ahorros catalana pronosticó que el Banco Central Europeo (BCE) subirá el tipo de interés oficial el próximo mes y recordó que el organismo europeo tiene “un primer mandato que es el control de la inflación”.
“No sé si comparto este mandato”, añadió Todó, puesto que recordó que en una época como la actual, una medida de subida de los tipos “no ayudará a reactivar” la economía.
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