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Chikilicuatre defiende al rey franquista |
El jefe del Gobierno español, José Luis Rodríguez Zapatero, dijo hoy que el presidente de Venezuela, Hugo Chávez, debe respetar las instituciones españolas como el Ejecutivo español respeta las venezolanas.
En una conferencia de prensa junto al presidente de Ecuador, Rafael Correa, que realiza una visita a Madrid, Zapatero fue preguntado por las declaraciones de Chávez en su programa dominical de radio "Aló Presidente" en las que volvió hacer referencia a la última Cumbre Iberoamericana y criticó la actuación del Rey Juan Carlos y su frase "¿por qué no te callas?".
Zapatero dijo que no conocía "exactamente" las informaciones procedentes de Caracas y subrayó que la relación bilateral debe basarse en el respeto mutuo.
El deseo del Gobierno, porque conviene al pueblo español y al venezolano, es que esa relación sea "positiva", añadió.
Chávez aún no ha confirmado su participación en la Cumbre entre los países de América Latina, la Unión Europea y el Caribe, que tendrá lugar en Lima este viernes, pero Zapatero señaló que si finalmente decide ir es "bastante probable" que mantenga una "conversación" con el presidente venezolano, como hará con la mayoría de los mandatarios invitados.
Por su parte, el presidente ecuatoriano aprovechó la pregunta sobre el rey Juan Carlos, con quien dijo que mantuvo hoy una "interesante y amena" charla, para agradecer la amabilidad con la que siempre recibe a los representantes de Ecuador.

Etiquetas: conocimiento, medios, memoria, mentiras, politica.
Pero Correa ha afirmado que su país ha sido victima de una campaña de desprestigio, al referirse al articulo que publicó el pasado 12 de marzo el diario español El País, que implicaba a Ecuador con las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC).
Además, Correa ha asegurado que esta campaña no sólo se ha hecho en España, también en EEUU y en toda Europa y le ha recordado a Colombia que “Ecuador sufre las consecuencias de un conflicto que no es nuestro, es un país pacifico y el Gobierno tiene las manos limpias”.
El jefe del Ejecutivo evitó atribuir la responsabilidad a ninguno de los dos países y subrayó que «el culpable» es la guerrilla. «Lo que representan las FARC, la violencia el terrorismo que han practicado, no puede dar lugar a un enfrentamiento entre países hermanos y democráticos», explicó. El interés «objetivo» de España, recalcó Rodríguez Zapatero, es «recuperar la mejor relación» entre Colombia y Ecuador, porque «es lo que beneficia a ambos pueblos». Los dos países rompieron oficialmente su relación el 3 de marzo, dos días después del bombardeo.
Acusaciones graves
El presidente del Gobierno explicó que quien más ha sufrido las consecuencias del enfrentamiento entre las FARC y el Gobierno de Bogotá ha sido «ante todo, el pueblo de Colombia, y ahora de manera indirecta y como consecuencia de los sucesos del 1 de marzo, Ecuador». Sobre las informaciones difundidas desde Colombia, que llegó a acusar a las FARC de financiar la campaña presidencial de Rafael Correa, señaló que «Ecuador ha sufrido las consecuencias de esta situación y entiendo que responda, que aclare, que deje establecidos algunos conceptos, porque algunas acusaciones han sido muy graves». Por su parte, Correa negó haber tenido jamás vinculación alguna con la guerrilla colombiana ni haber conocido a alguno de sus miembros.
El presidente ecuatoriano pidió a la comunidad internacional que se implique y «vele» para que el «grave conflicto» que vive Colombia no se «desborde» al resto de la región y provoque un nuevo foco de inestabilidad en toda América Latina.
Rodríguez Zapatero y Correa tuvieron, además, tiempo para preparar la próxima cumbre Unión Europea-América Latina-Caribe, que se celebrará esta semana en Lima, y para abordar cuestiones bilaterales como la situación del casi medio millón de ecuatorianos que viven y trabajan en España y la situación de las empresas españolas con intereses en el país suramericano. Correa agradeció los «esfuerzos» de España por regularizar a los cientos de miles de sus ciudadanos emigrados.
Repsol YPF invirtió el año pasado cerca de 30 millones de dólares para aumentar su producción en Ecuador y perforó 31 pozos nuevos en la zona que tiene en concesión, la mayor parte de ella dentro del Parque Nacional Yasuní, en la región amazónica.
Para este año la compañía tenía previsto perforar otros 18 pozos, pero no lo ha hecho porque "no se justifica la inversión" pues la norma que reparte un 99 por ciento de los beneficios extraordinarios del petróleo para el Estado y un uno por ciento para las compañías no lo hace viable, señaló Delgado. Con este reparto de 99 a uno, "la compañía está sacando dinero de su bolsillo" para mantener su contrato, que finaliza en 2012 y que estaba renegociando para pasar a un nuevo tipo, según el gerente de Relaciones Públicas de la empresa, Federico Cruz.
El Estado ecuatoriano propuso transformar los contratos de participación que tiene con las principales petroleras extranjeras que actúan en el país en contratos de servicios, y negociaba desde enero con cinco compañías para llegar a acuerdos sobre ese modelo.
Repsol YPF había planteado la ampliación hasta 2018 del contrato, siempre que fuera una "operación viable", y ofrecido una inversión de 300 millones de dólares en los próximos tres años, pero actualmente la negociación está en suspenso por decisión del Gobierno.
Los responsables de Repsol recalcaron que la operación de la compañía en Ecuador es "muy cara", pues en los campos que explota se extrae un 94 por ciento de agua y un seis por ciento de crudo pesado, lo que hace que el coste total de producción sea de unos 30 dólares por barril de petróleo. Por eso apuntaron que "no se puede aplicar una fórmula única para los contratos" con las petroleras, pues aseguraron que las demás compañías no tienen un porcentaje de agua tan alto en el producto que extraen, que se devuelve a los pozos una vez separada del petróleo.
Insistieron además en que la compañía lleva a cabo una explotación "limpia", con instalaciones respetuosas con el medio ambiente, similares a las utilizadas en plataformas marinas con pozos en racimo, por lo que ocupan una extensión mínima, de 400 hectáreas, un 0,2 por ciento de las 200.000 que tiene la concesión.
Repsol mantiene la seguridad en toda la concesión, con compañías privadas y apoyo militar, y sostiene que "es la única petrolera que no ha tenido problemas con las comunidades indígenas", en especial con las 32 huaoranis que atiende, cinco de las cuales están dentro de su área. Según afirma, a estas comunidades Repsol les suministra atención social, médica y educativa y trata de evitar cualquier imposición que cambie sus costumbres ancestrales.
La petrolera mantiene el control del área e impide el acceso de colonos, madereros o especies vegetales o animales ajenas al ecosistema del Yasuní, donde tiene dos campamentos con un total de cerca de 600 personas. Ese número llegó a ser de 1.300 el año pasado, cuando se hacían trabajos de perforación.
En la actualidad, Repsol-YPF trabaja en su concesión del Bloque 16, en la zona compartida con la estatal Petroecuador de Capirón, donde produce unos 53.000 barriles diarios, y hace de operador de servicios en el campo estatal de Tivacuno, donde extrae otros 12.000 barriles al día. Entre el Bloque 16 y Capirón la empresa calcula que hay reservas de unos 300 millones de barriles de crudo, de los que unos 250 millones se habrán extraído para el 2012, según los técnicos de Repsol.»
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