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Verdades sobre Colombia |
No les dicen, por ejemplo, que el operativo en Sucumbíos, Ecuador, fue un diseño de los asesores militares israelíes que actúan junto a los norteamericanos detrás de la inteligencia colombiana. El vínculo entre el Mossad y Colombia empezó con el agente israelí Yair Klein, entrenador de las primeras fuerzas paramilitares colombianas en el Magdalena Medio. Klein llegó a entrenar a los hermanos Fidel y Carlos Castaño y a Eduardo Rueda Rocha, uno de los asesinos del candidato Luis Carlos Galán. Ahora Klein está detenido en Moscú por una orden de Interpol. El gobierno de Colombia no hace muchos esfuerzos por extraditarlo, a pesar de una orden dictada al respecto por un tribunal de Manizales.
No les dice a sus lectores la gran prensa que esta provocación colombiana tiene como telón de fondo el intento de Uribe de reelegirse, contando como cuenta con el apoyo de la extrema derecha colombiana y del Estado terrorista que preside George Bush. Por eso es que incluir a Chávez "en los hallazgos de la computadora de Reyes" era imprescindible. Por eso es que evitar cualquier otra liberación coordinada por Chávez era un imperativo (y la liberación de Ingrid Betauncourt ya se insinuaba como posible después de las coordinaciones entre Sarkozy y Chávez). Matando al segundo de las FARC se daba un paso de gigante en el bloqueo de cualquier salida política o diplomática del conflicto y se ponía un punto final sanguinario a cualquier otra mediación de Chávez.
Tampoco se puede leer en esa prensa que el operativo terrestre de Colombia estuvo destinado no sólo a llevarse los dos cadáveres que eran el botín principal –el de Reyes y el del guerrillero y cantautor de la emisora de las FARC Julián Conrado– sino a rematar a algunos heridos. Lo demuestra el hecho de que seis de esos cadáveres aparecieron apilados en una esquina del campamento y cuatro de ellos, por lo menos, tenían disparos en la espalda.
Colombia es un peón de los Estados Unidos. Uribe quiere reelegirse. Estados Unidos aspira a un conflicto regional que termine con Chávez y, si se puede, con Correa. Uribe debe destruir cualquier salida pacífica al endémico problema de una izquierda que se fue al monte porque en las ciudades, sencillamente, la asesinaban. Y como si todo esto fuera poco, el 31 de diciembre de este año termina el acuerdo que le permite al gobierno estadounidense tener una base militar en Manta, Ecuador. Correa ya ha dicho que ese acuerdo no será prorrogado. Algunas azafatas de la prensa peruana ya han dicho que Tumbes podría reemplazar a Manta, pero si se mira el mapa se verá por qué Manta importa tanto para el llamado Plan Colombia, un diseño abiertamente militarista que sólo ahora empezamos a conocer en la peor de sus vertientes.

Etiquetas: conocimiento, medios, mentiras, multitud, politica, violencia.
Los guerrilleros "estaban cercados, desabastecidos e incomunicados", agregó.
Alias 'Rojas' se presentó "en la noche de ayer jueves, 6 de marzo", ante tropas que los tenían cercados en zona rural conocida como Albania, de la localidad de Aguadas, departamento de Caldas", precisó Santos.
El Ministro de Defensa también informó que desde el pasado 17 de febrero, y por labores de inteligencia, tropas de la VIII Brigada del Ejército iniciaron la 'Operación Fortín' en área del río Arma, entre los departamentos de Caldas y Antioquia, en tareas contra las guerrillas.
Añadió que las autoridades no informaron de la muerte de 'Ríos' hasta confirmar al "ciento por ciento" que se trataba del comandante y miembro del secretariado de las Farc.
La muerte de Ríos se produjo en una zona rural en los límites entre los departamentos de Caldas y Antioquia, han confirmado fuentes militares citadas por la agencia Reuters. El Gobierno de Colombia ofrecía una recompensa de 2,6 millones de dólares por información que permitiera su captura.
Manuel de Jesús Muñoz Ortiz, alias Iván Ríos y también conocido como José Juvenal Velandia, fue uno de los miembros del equipo negociador y del 'comité temático' de la guerrilla de las FARC, en los fallidos diálogos de paz en el Gobierno de Andrés Pastrana (1998-2002).
El secretariado de las FARC es el máximo órgano de dirección político y militar de esa guerrilla conformada por unos 17.000 combatientes y considerada por Estados Unidos y la Unión Europea como una organización terrorista.
El ministro del Interior de Ecuador, Gustavo Larrea, expresó que su gobierno “lamenta mucho la muerte de un grupo de mexicanos que posiblemente realizaban una investigación sobre las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC) en territorio ecuatoriano”, si acaso llegara a confirmarse lo que, en principio, ha revelado la estudiante Lucía Morett, quien le informó que ella no era la única mexicana que se encontraba en el campamento donde ocurrió la masacre, en el departamento de Sucumbios.
Y añadió: “No debemos perder de vista que lo que pasó ahí fue una masacre, la peor masacre ocurrida en la historia de Ecuador, y los responsables de esa masacre deben ser sometidos a un debido proceso.”
En entrevista telefónica con este diario, Larrea indicó que la joven Morett “no ha precisado aun” cuántos connacionales habían acudido a la zona bombardeada por el ejército de Colombia el primero de marzo, pero “refiere que eran al menos diez”.
Dijo que son cinco familias mexicanas las que, hasta ahora, se han acercado a la embajada ecuatoriana preguntando por el paradero de algunos jóvenes que viajaron a Ecuador y debían haber regresado a México en estas fechas, pero no han vuelto.
La estudiante hospitalizada en Quito, de 24 años, no ha podido ampliar sus declaraciones a las autoridades ecuatorianas “porque su estado de salud y la operación a que fue sometida no se lo han permitido.”
Solicitó, por tanto, “que si alguna familia cree que un ser querido puede estar entre los muertos nos envíe las huellas dactilares para que podamos hacer la investigación y determinar si, efectivamente, son profesores y estudiantes de México.”
Hasta la noche del jueves, explicó Larrea, ninguno de los 22 cuerpos recogidos horas después del bombardeo en la zona fronteriza ha sido identificado. “Seguimos rastreando la zona; hoy encontramos el cuerpo número 23 y no podemos descartar que haya más hasta no haber terminado de peinar la zona.”
Larrea rechazó que a las víctimas del bombardeo se les llame, a priori, “guerrilleros”. Dice a La Jornada: “Aquí no se asesina a nadie; el Estado no mata. Si alguien transgrede la ley se le garantiza el debido proceso. Será una fiscalía la que determine qué hacían esas personas en ese campamento”.
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