««   »»
  

LA ASTUCIA DEL IMPERIALISMO

Lo desastroso de semejante ceguera radica en que mientras las “izquierdas” se negaban a estudiar este problema y reprimían directa o indirectamente a quienes sí lo hacían, mientras tanto, el orden capitalista avanzaba por su lado en las investigaciones prácticas sobre la manipulación psicopolítica de masas. Ya en 1921 existía el Instituto Tavistock que investigaba cómo utilizar la estructura psíquica deteriorada de los ex soldados que habían sufrido las conmociones de la guerra de 1914-18 para producir “generaciones de idiotas” obedientes al imperialismo, Instituto que recibió fuertes apoyos económicos de grandes capitalistas y Estados burgueses.

Otro estudioso de esta problemática descubrió en sus buceos en la historia lo que sigue:

“Más allá del parecido entre las líneas ideológicas de la «guerra psicológica» y las del Congreso por la Libertad de la Cultura que muestran la coherencia relativa del plan concebido por Wisner y los dirigentes de la CIA, se puede notar que los especialistas de la «manipulación de masas» son frecuentemente marxistas arrepentidos. Un ejemplo de ello es la carrera de Paul Lazarsfeld. A fines de los años 20, el que será uno de los principales ideólogos de la «comunicación de masas» es un socialista activo. En Francia, tiene relaciones con la SFIO y con Leo Lagrange. En 1932, la Fundación Rockefeller le ofrece una beca de dos años para estudiar en Estados Unidos. Considerando que existe «una correspondencia metodológica entre la compra de jabón y el voto socialista», se da a conocer escribiendo artículos de marketing”.

Sobre las relaciones entre la CIA y otras agencias imperialistas, la manipulación en base a los conocimientos psicológicos y psicoanalíticos, el consumismo y la tortura, volveremos al final de este texto, ahora concluimos con lo siguiente: “Fue un sobrino estadounidense del propio Freud, Edward Bernays , el primero en percatarse del incalculable potencial que las teorías de su tío ofrecían al capitalismo y su visión del mundo, de la economía y del papel que el individuo debe jugar en la nueva sociedad consumista-capitalista que estaba emergiendo. El razonamiento propuesto por este hombre, aunque con efectos devastadores para la libertad humana, fue sencillo: si es verdad eso de que el hombre está sometido por una serie de fuerzas, pulsiones, deseos y necesidades inconscientes que ni si quiera él mismo conoce, y que operando desde un oscuro lugar de la mente tienen capacidad para influir en la conducta del hombre, también lo será que, manipulando convenientemente estas pulsiones, deseos y necesidades ocultas, quien sea capaz de realizar tal manipulación será capaz también de influir directamente, sin que ellos lo sepan, en la conducta, el pensamiento y el comportamiento de estos sujetos, y todo ello, además, mientras que por la vía de los mecanismos conscientes habituales se les está diciendo que se hace justamente lo contrario”.

Podríamos seguir citando muchos más datos sobre cómo el imperialismo sí se lanzó decididamente a la investigación práctica con fines económicos, políticos y militares de todo lo relacionado con el inconsciente y el subconsciente humano, mientras que las supuestas “izquierdas” hacían lo contrario. Hay varias respuestas muy simples y directas, interrelacionadas entre sí, que explican tal ceguera: una de ellas dice que en el fondo la teoría marxista del fascismo hacía referencia, entre otras cosas, a la “figura del Amo”, según la feliz expresión de D. Sibony en su estudio sobre la indiferencia política de las gentes explotadas. Otra segunda respuesta explica que el discurso social del “freudo-marxismo”, y en concreto de W. Reich en este caso, va más allá de la resignación de Freud, “hundiendo un bisturí decidido ente las profundas raíces del drama humano, raíces que perpetúan desde siglos la triste historia de las masas, irresponsables, sometidas a la voluntad de un jefe paranoico”. La tercera respuesta fue adelantada por Freud, aunque centrándose en las resistencias inconscientes al análisis, y que conserva buena parte de su valor hoy en día.

Todas ellas y algunas más sirven también para respondernos otra de las grandes interrogantes que nos hacemos siempre, y que W. Reich expresó de esta forma tan directa: “La psicología burguesa tiene por costumbre en estos casos el querer explicar mediante la psicología por qué motivos, llamados irracionales, se ha ido a la huelga o se ha robado, lo que conduce siempre a explicaciones reaccionarias. Para la psicología materialista dialéctica la cuestión es exactamente lo contrario: lo que es necesario explicar no es que el hambriento robe o el explotado se declare en huelga, sino por qué la mayoría de los hambrientos no roban y por qué la mayoría de los explotados no van a la huelga. La socioeconomía, por tanto, explica íntegramente un hecho social cuando la acción y el pensamiento son racionales y adecuados, es decir, están al servicio de la satisfacción de la necesidad y reproducen y continúan de una manera inmediata la situación económica. No lo consigue cuando el pensamiento y la acción de los hombres están en contradicción con la situación económica y, por tanto, son irracionales”.

Cómo superar la “figura del Amo”, al “jefe paranoico” y a la resistencia al análisis; cómo lograr vencer las ataduras irracionales que impiden que los explotados se rebelen contra los explotadores, recuperando las fábricas, socializando la propiedad privada, y cómo acabar con las causas que motivan el hambre para impedir que haya hambrientos que acepten servilmente su situación, que obedezcan con pasividad a la ley, estas son cuestiones de praxis que vuelven a adquirir ahora el mismo valor que antes o más incluso, porque la vuelta del fascismo se realiza en un contexto mundial peor que el de hace seis décadas. La desobediencia revolucionaria como alternativa contra el Amo tiene aquí un papel decisivo. Hablamos de desobediencia radical, no de desobediencia formal, reformista e integrada en la lógica propia del Amo. Ésta segunda, la que es aceptada y hasta propiciada por sectores de la burguesía, fue la ofrecida por el reformismo alemán a la juventud rebelde a finales de los años 1960 y comienzos de los ’70.

Dejando de lado algunos comentarios críticos que se pueden hacer a su obra, tiene razón R. Reiche cuando afirma que: “Las soluciones ofrecidas por las izquierdas tradicionales a los jóvenes radicales son, hasta ahora, tan impotentes como el “año voluntario” con respecto a las mayorías adolescentes adaptadas. Por ejemplo, el “Sozialistische Zentrum”, que quería hacerlo mejor que el SDS, por una parte, y mejor que el SPD, DFU, y el SPD por otra, llama a la juventud de la oposición a rehusar acciones simplemente pseudo-radicales no comprendidas por algunos sectores de la población -en sí progresistas- a las que abandonaría en manos de la reacción. Sus teóricos reconocen -entre otras cegueras políticas de las que se hacen culpables- que a los adolescentes, los cuales reconocen precisamente la obediencia, la apatía inhumana y la agresión canalizada de las mayorías adultas y adolescentes en la sociedad, padecen y quieren defenderse de todo ello, no se les puede, a su vez, ordenar y disciplinar con un comportamiento que estos mismos jóvenes tienen que interpretar como “obediente” y en casos concretos, incluso como corrupto y oportunista”.

Ordenar y disciplinar a la juventud con alternativas que contienen una obediencia al sistema idéntica en el fondo a la obediencia anterior, aunque con algunas formas externas diferentes, esta táctica denunciada por R. Reiche, ha sido usada con harta frecuencia en la historia social, y de hecho fue la empleada durante la denominada “transición hacia la democracia” en el Estado español muy pocos años después. Las incorrectamente denominadas “izquierdas”, en este caso todas las fuerzas reformistas que apoyaron la constitución monárquica y la continuidad de todas las estructuras de poder franquistas revestidas de “democracia” en pocas horas, se dedicaron a transmutar una obediencia en otra, la franquista en la monárquica, pero manteniendo su esencia capitalista, nacionalista española y patriarcal. Es decir, y volviendo a la “figura del Amo”, se retocó la figura pero siguió el Amo.

Publicado por Pause Editar entrada contiene 0 comentarios.

Publicar un comentario

Wonder News

Nota: solo los miembros de este blog pueden publicar comentarios.

«« Inicio »»