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China publica libro blanco con motivo del 50 aniversario de la Reforma del Tíbet |
El gobierno de China publicó el lunes un libro blanco sobre la situación en el Tíbet antes y después del año 1959 para conmemorar el 50 aniversario de la Reforma Democrática de la región autónoma ubicada en el suroeste del país.
El libro blanco, dado a conocer por la Oficina de Información del Consejo de Estado (gabinete), pasa revista a los profundos cambios que han tenido lugar en los últimos 50 años.
También aclara las leyes que rigen el desarrollo social del Tíbet y trata de refutar las mentiras y rumores difundidos por el XIV Dalai Lama y sus seguidores más leales.
"El libro blanco es propicio para distinguir lo correcto de lo erróneo en la historia y ayudar al mundo a entender mejor el Tíbet real", destaca el documento.
Antes de 1959, el Tíbet era una sociedad de servidumbre feudal regida a un gobierno teocrático, y el XIV Dalai Lama era el representante en jefe de los gobernantes estratos superiores de propietarios de siervos, dice el libro blanco.
Los largos siglos de gobierno teocrático y servidumbre feudal asfixiaron la vitalidad de la sociedad tibetana y condujeron a su declive y decadencia, indica.
En 1951, el Gobierno Popular Central y el gobierno local del Tíbet firmaron un acuerdo sobre medidas a tomar para la liberación pacífica del Tíbet, también llamado el "Acuerdo de 17 Artículos", que reconocía la necesidad de reformar el sistema social del Tíbet y subrayaba que "el gobierno local de la región debe llevar a cabo la reforma de manera voluntaria".
En un intento de perpetuar el antiguo sistema social, los gobernantes estratos superiores del Tíbet se negaron a atenerse a lo estipulado y organizaron una rebelión armada el 10 de marzo de 1959, según el documento.
El Gobierno Popular Central y el pueblo tibetano sofocaron la revuelta para defender la unidad de la nación y los intereses básicos del pueblo tibetano. Al mismo tiempo, el gobierno chino lanzó una vigorosa reforma democrática para eliminar el sistema feudal y liberar a alrededor de un millón de siervos y esclavos.
El gobierno central disolvió el Kasha, régimen del antiguo Tíbet, y sus fuerzas armadas, cortes y prisiones, que habían oprimido a los tibetanos durante varios siglos.
Además, inició campañas en las áreas rurales y pastorales de la región así como los monasterios, con el fin de suprimir las rebeliones, el trabajo forzado y la esclavitud, reducir los intereses sobre el alquiler y préstamos y anular los privilegios feudales.
Después de la Reforma Democrática, las vidas y libertad personal del pueblo tibetano pasaron a estar protegidas y salvaguardadas por la Constitución y las leyes de China.
"Ya no sufren la opresión política de los propietarios de siervos ni trabajos forzados o tratos inhumanos. Tampoco se les exige pagar impuestos elevados ni están expuestos a la explotación", de acuerdo con el libro blanco.
Las tierras de labranza y otros recursos de producción originariamente empleados por los propietarios de siervos implicados en la rebelión armada fueron confiscados y distribuidos a los siervos y esclavos que no poseían tierras. Por su parte, los terrenos y otros recursos que pertenecían a aquellos dueños que no participaron en la rebelión fueron recuperados por el Estado para luego ser repartidos entre siervos y esclavos.
Una vez concluida la reforma agraria en 1960, el volumen de la producción de cereales del Tíbet había subido un 12,6 por ciento respecto al año 1959, y un 17,5 por ciento en comparación con 1958, año anterior al inicio de la reforma. El número total de ganado representó un ascenso del 10 por ciento frente a 1959.
El gobierno también adoptó una política de "unidad política, libertad de creencia religiosa y separación entre política y religión" para garantizar que todas las sectas religiosas disfruten de igualdad políticamente.
Esa política abolió los privilegios feudales de los monasterios en la economía y política y revocó la ocupación y explotación feudales de los monasterios, la esclavitud personal, así como la administración y jerarquía feudales dentro de los monasterios.
Desde 1959, el Tíbet ha desarrollado en gran medida su sistema social y ha impulsado su modernización. Asimismo, la causa de los derechos humanos en el Tíbet ha logrado notables progresos y las condiciones de vida de la población local han mejorado considerablemente.
"La historia demuestra de forma convincente que es imposible restaurar el viejo orden y que no existe perspectiva alguna para cualquier intento separatista", recalca el libro blanco.
"Del mismo modo, carece de futuro la 'independencia del Tíbet' defendida por la camarilla del Dalai Lama ya que no logrará ni siquiera una 'semiindependencia' o independencia encubierta con un denominado 'alto grado de autonomía'", señala.
"El XIV Dalai Lama debe reflexionar a conciencia y corregir su posición política y su conducta. El gobierno central ha abierto y simpre mantendrá abierta la puerta para que el XIV Dalai Lama retome una postura patriótica", dice el documento.
(Xinhua)
El documento, titulado "50 Años de Reforma Democrática en el Tíbet", se basa en datos y cifras para demostrar los "tremendos cambios históricos" que han tenido lugar en la región gracias a la Reforma Democrática.
Bajo las leyes chinas, el pueblo tibetano elige directamente a los diputados a las asambleas populares a nivel local, quienes a su vez seleccionan a sus representantes a las asambleas populares a nivel provincial y nacional (máximo órgano legislativo).
"A través de las asambleas populares a distintos niveles, el pueblo tibetano ejerce su derecho... de participar en la gestión de asuntos del estado y locales", reza el libro blanco.
Esto ha permitido a los antiguos siervos y esclavos a "convertirse en dueños de su propio destino", dice.
Según el documento, en 2007, el 96,4 por ciento de la población del Tíbet con derecho al voto participaron en las elecciones de unos 34.000 diputados a las asambleas populares locales, más del 94 por ciento de los cuales pertenecían a la etnia tibetana o a otras minorías.
Con el objetivo de apoyar el desarrollo económico, el gobierno central de China ha invertido en gran medida en el Tíbet en los últimos 50 años, gracias a lo cual su producto interno bruto (PIB) se disparó de 174 millones de yuanes en 1959 a 39.591 millones de yuanes (5.780 millones de dólares) en 2008.
Desde 1994, el PIB local ha crecido a un ritmo anual medio del 12,8 por ciento, por encima del promedio nacional durante el mismo periodo, revela el libro blanco.
Por otra parte, la región cuenta desde 2008 con carreteras que enlazan todos sus distritos, y 2,1 millones de sus residentes, o el 73 por ciento de la población del Tíbet, tienen ahora acceso a electricidad.
En los últimos 50 años se ha establecido en el Tíbet un sistema industrial moderno, que no existía antes de 1959, y cuyos pilares son la minería, materiales de construcción, productos artesanales folclóricos así como la medicina tradicional tibetana, al tiempo que la energía, agricultura, procesamiento de productos de origen animal y alimentos son industrias suplementarias.
El número de suscriptores a servicios de telefonía fija y móvil en la región ha alcanzado 1,562 millones, cifra que significa que hay 55 teléfonos por cada 100 habitantes.
"Gracias a las mejoras del sistema médico, la esperanza de vida media en el Tíbet se ha incrementado de 35,5 años en 1959 a 67 años en la actualidad" especifica el escrito.
También se ha dado prioridad al uso del idioma tibetano, empleado en la gran mayoría de centros educativos, en las labores gubernamentales así como procesos judiciales, medios de comunicación y desarrollo de la tecnología informática.
Con respecto a la protección de reliquias culturales y patrimonios, el libro blanco dice que el gobierno central de China ha realizado enormes inversiones en la recolección de cuentos folclóricos y óperas, y en la repetida restauración de monasterios y palacios tibetanos.
"En el Tíbet, el contenido de las actividades religiosas es abundante y sus formas son distintas. Se celebran festivales religiosos con frecuencia", señala el documento.
Desde principios de los años 80 del siglo pasado, se ha reanudado la celebración de más de 40 festivales religiosos.
"Hoy en día, existen en el Tíbet más de 1.700 sedes religiosas, con más de 46.000 monjes y monjas, que satisfacen en su totalidad las necesidades de los creyentes de la región", añade.
Hasta 2008, los 73 distritos del Tíbet habían implementado la educación obligatoria de seis años para niños de la edad escolar, cosa que ha contribuido en gran medida a acabar con el analfabetismo.
En la actualidad, el Tíbet es el primer lugar de China que cuenta con un sistema gratuito de educación obligatoria tanto en zonas rurales como urbanas, indica el libro blanco.
(Xinhua)
Panchen visitó detalladamente todas y cada una de las zonas de exhibición escuchando atentamente las explicaciones detalladas del personal. Al terminar la visita, Panchen Lama se sintió muy conmovido. Señaló: La exposición reproduce fehacientemente lo tenebroso que era el sistema de los siervos y lo triste que era la vida del pueblo en el viejo Tíbet, y muestra plenamente los enormes cambios operados en el Tíbet durante los últimos 50 años cuando el millón de siervos liberados obtuvieron la libertad corporal, el derecho a la existencia y el derecho al desarrollo y el pueblo trabajador se ha convertido en dueño del Tíbet. Los hechos son más elocuentes. Sólo el Partido Comunista de China permitió al millón de siervos liberados la dignidad y libertad del hombre. La doctrina budista aboga por beneficiar a todos y librarlos de los sufrimientos en tanto que la liberación de los siervos corresponde completamente al propósito budista. Sólo permaneciendo el Tíbet en el regazo de la gran familia de la patria, persistiendo en la dirección del Partido Comunista de China, en el sistema socialista y en el sistema de autonomía regional nacional y marchando firmemente por el camino del desarrollo civilizado con características chinas y tibetanas, el pueblo de las diversas etnias tiene la felicidad de hoy y un mañana más hermoso.
Panchen Lama expresó: La vida feliz que lleva hoy el pueblo tibetano no ha sido lograda con facilidad, de modo que es necesario apreciarla de manera duplicada. Manifestó que al igual que en el pasado, heredando y desarrollando la gloriosa tradición de las anteriores generaciones de Panchen Lama de amar a la patria y la religión, defender el país y beneficiar al pueblo, se esforzará por conducir al budismo tibetano a adaptarse a la sociedad socialista y persistir en amar al Partido Comunista de China, al socialismo, a su propia etnia y a la religión en que cree y por hacer debidas contribuciones al mantenimiento de la unificación del país, la unidad de las etnias y a la armonía y estabilidad de la sociedad tibetana.
(Pueblo en Línea)
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