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Siguen cayendo los bonos de EEUU |
El precio de los bonos del Tesoro de Estados Unidos cayeron por segundo día consecutivo mientras aumenta la preocupación de que la calificación de riesgo del país baje también.
Un día después de que Standard & Poor, una de las agencias internacionales calificadoras más prestigiosas, advirtiera sobre la reducción de las perspectivas de riesgo del Reino Unido, los inversionistas temen que lo mismo podría pasar con Estados Unidos.
La causa parece ser la misma: la creciente deuda del gobierno.
El corresponsal de la BBC para asuntos económicos de América del Norte, Greg Woods, informa que el déficit presupuestario en EE.UU. alcanzará cifras récord este año, a medida que el gobierno incrementa el gasto para combatir la recesión.
La administración del presidente Obama necesita vender miles de millones de dólares en bonos del Tesoro a inversionistas para cubrir ese gasto, dice nuestro corresponsal.
Suben las tasas
Si Estados Unidos pierde su preciada calificación Triple A, entonces el costo de pedir crédito se incrementará, algo que ya está empezando a suceder.
Las tasas de interés, que el gobierno paga sobre algunos de sus principales bonos de venta, han subido casi 0,25% en los últimos dos días.
Si la tendencia continúa, el costo para los prestatarios -como empresas e individuos- también aumentará, afectando así el movimiento de la economía.
Los efectos también se han sentido en el cambio de divisas. El dólar cayó a su nivel más bajo del año frente a la libra esterlina.
Alarma
El secretario del Tesoro, Timothy Geithner, sonó la alarma el jueves ante un panel del Congreso sobre el creciente déficit presupuestario y sus consecuencias.
Ese mismo día, otra agencia internacional, Moody's Investors Service, dijo sentirse tranquila con la óptima calificación para Estados Unidos, pero que ésta no estaba garantizada para siempre.
La prueba más grande para el gobierno vendrá la próxima semana cuando subaste en el mercado US$101.000 millones en bonos.
Pero los inversionistas podrían no estar atraídos si cuestionan la confianza de bienes en dólares por el temor de una reducción en la calificación de riesgo del país.
Los inversionistas ya se deshicieron de acciones y bonos del gobierno cuando supieron de la perspectiva negativa de Standard & Poor con respecto al Reino Unido y no estarían interesados en comprar valores a estas tasas de interés.
BBC Mundo

Etiquetas: conocimiento, medios, memoria, monopolios, multitud, politica.
El riesgo de una sacudida en el mercado de bonos siempre estuvo ahí. Un Gobierno no puede ir por ahí gastando miles de billones de dólares y esperar que nadie se percate. De igual forma, existe una preocupación generalizada sobre el abultado volumen del balance de la Reserva Federa; además, el comienzo de la política de expansión del crédito era una invitación abierta a los inversores para que estos pusieran a prueba la actuación de la Fed. Hasta ahora esto no ha funcionado. Sin ir más lejos, el Tesoro ha emitido esta semana otros 100.000 millones de dólares de bonos. La Fed, por su parte, ha comprado menos de una décima parte de esa cantidad.
De los tres aspectos que preocupan a los inversores, uno es real y los otros dos se han exagerado. Que la rentabilidad de los bonos hipotecarios a 30 años de Fannie Mae subiera unos 45 puntos básicos el miércoles hasta el 4,7% es un auténtico problema. Si a los estadounidenses no se les puede animar a solicitar créditos hipotecarios o no pueden hacer frente a la refinanciación de éstos, por el momento podemos olvidarnos de la recuperación de la economía. Según la Asociación de Banqueros Hipotecarios, las solicitudes de hipotecas cayeron la semana pasada un 14% frente a la semana anterior.
Al haberse disparado la curva de la rentabilidad de forma tan exagerada, surgen los otros dos temores: que Fed no pueda controlarla y que las calificaciones crediticias de EEUU se puedan ver amenazadas. En este sentido, los inversores deberían tomar nota de la experiencia de Japón y relajarse. La revisión a la baja de su deuda soberana en 2001 no evitó que las autoridades mantuvieran bajos los tipos de interés ni contribuyó a una relajación de la política monetaria.
Financial Times
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