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La "bomba laboral" de la crisis |
La crisis financiera recesiva (que se expande por todo el planeta) ya derivó en "crisis social" por medio de dos actores centrales: La baja de la capacidad de consumo y la desocupación, que afecta principalmente a los sectores más pobres y vulnerables de la sociedad mundial. A este escenario, según un informe de la OCDE, se agrega un dato central: El 60% de la población laboral mundial trabaja sin contrato de trabajo ni prestaciones sociales. Esta situación -según los especialistas- va a derivar en que ese sector, sin cobertura ni protección legal, sea despedido en masa cuando la crisis recesiva se profundice y las empresas decidan "achicar costos laborales" para preservar su rentabilidad.
La "crisis social" afecta de manera diferente en la pirámide social: En las clases altas y medias se proyecta como una "reducción del consumo" (principalmente suntuario), en cambio en las clases bajas y marginales se expresa en la desocupación y en una restricción del consumo de los productos básicos para la supervivencia (principalmente alimentos y servicios esenciales).
Pero a ese escenario emergente de la crisis que se proyecta desde el capitalismo central a la periferia, hay que agregar un informe presentado el martes por la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE) en París: El 60% de la población activa mundial trabaja sin contrato de trabajo ni prestaciones sociales.
"Hay un claro vínculo entre empleo informal -sin contrato- y la pobreza", indicó uno de los autores del informe, que pronostica que en 2020 el trabajo sumergido implicará al 66% de la población.
"Claro vínculo entre empleo informal y pobreza", fue lo que resaltó en conferencia de prensa Johannes Jütting, coautor del informe, que precisó que unos 700 millones de esos trabajadores viven en la pobreza extrema y 1.200 millones tienen ingresos inferiores a dos dólares diarios.
Según la OCDE, este hecho provoca que "más de la mitad de la población no posea beneficios sociales". Esta situación va a ser más alarmante con el correr de los años y puede alcanzar a los dos tercios de la población activa en el año 2020.
"En los países en desarrollo donde la indemnización por desempleo no existe, aquellos a los que la crisis financiera priva de su empleo declarado se ven obligados a aceptar empleos informales", precisa el informe.
El informe advierte que "el empleo informal tiene un costo" en primer lugar por la precariedad de los trabajadores, sometidos al riesgo de una caída de los salarios en tiempos de crisis (ante la competencia de los despedidos del sector formal) y en segundo lugar por una ausencia de protección social que los expone a la pobreza creciente.
Al mismo tiempo, el documento admite que "el recurso de los circuitos informales puede tener efectos positivos en el desarrollo económico de ciertos países donde las formalidades administrativas son un obstáculo a la creación de empresas".
En los países subdesarrollados y emergentes más de 900 millones de trabajadores se pueden considerar informales -sin seguridad social- y si se incluyen los del sector agrícola la cifra se eleva a cerca de 2.000 millones, según el informe de la OCDE.
Los autores del estudio señalan que uno de los efectos del incremento de la competencia internacional por la globalización es que, "en un intento de abaratar costos, ciertos trabajadores de los propios países de la OCDE pasan a engrosar las filas del empleo informal, a veces bajo la forma de autónomos".
La chispa del estallido social
Pero este escenario de masa laboral "desprotegida", que el sistema puede expulsar cuando quiere y sin ningún tipo de compensación, es parte integrante de un "cuadro general" de la exclusión y la marginalidad formado por: 1.400 millones de pobres, 963 millones de hambrientos y 190 millones de desempleados, en total 2.553 millones de personas (un 38% de la población humana), registrados -según la ONU y el Banco Mundial- en situación precaria antes del colapso financiero en las metrópolis imperialistas.
Mientras que en la pirámide del colapso recesivo global, para un rico o un clase media alta la "crisis social" significa un "achicamiento del cinturón" (prescindir de productos suntuarios o de algún confort), para un integrante de la clase baja significa quedar desocupado o perder capacidad de supervivencia a través de la reducción de su salario.
De manera tal, que en la crisis social se proyectan las mismas variables que en el resto de la economía capitalista: El peso de la crisis golpea con fuerza sobre la base del triángulo social más desposeído (obreros asalariados y pobres) mientras se atenúa en el medio y en el vértice (empresarios, ejecutivos y profesionales) , donde se concentra la mayoría de la riqueza acumulada por la explotación capitalista.
Se estima que en el actual proceso de crisis financiera recesiva, que tuvo su epicentro en EEUU y Europa y que ya se extiende por las potencias centrales y el mundo periférico, unas 1000 millones de personas van a ser expulsadas del circuito del consumo por la desocupación masiva desatada sobre los trabajadores y sus grupos familiares por el cierre de fábricas y empresas.
La amenaza de desocupación masiva es el núcleo esencial, el detonante central de los conflictos sociales que hoy ya se extienden por Europa y que se van a proyectar a corto plazo (por vía de los bancos y empresas transnacionales que despiden masa laboral a escala global) a toda la periferia de Asia, África y América Latina.
Los medios y analistas del sistema (que informan a las sociedades a escala masiva) tienen centrada su "preocupación en las pérdidas de los grandes consorcios empresariales transnacionales, en la reducción de las grandes fortunas de los súper ricos y en la devaluación de los multimillonarios sueldos de los ejecutivos de las metrópolis de EEUU y Europa.
Casi no hay informes (y los que hay son manipulados y reducidos) de cómo la crisis de los países centrales ya impacta en las economías y en las sociedades de los países subdesarrollados de Asia, África y América Latina, donde se concentra la mayoría del hambre y la pobreza a escala planetaria.
Mientras las potencias capitalistas centrales se concentran en "combatir la pobreza" con un presupuesto de US$ 896 millones, los primeros veinte supermillonarios de la lista Forbes concentran juntos una cifra de más de US$ 400.000 millones.
Esa cifra (en manos de sólo veinte personas) equivale casi al PBI completo de Sudáfrica, la economía central de Africa, cuya producción equivale a un cuarto de la producción total africana.
Mientras 20 súper multimillonarios acumulan una fortuna equivalente a un cuarto de la producción total africana, según la FAO, en el África subsahariana, una de cada tres personas (236 millones en 2007) sufre de desnutrición crónica.
La gran mayoría de las personas desnutridas en el mundo (mil millones) vive en países en desarrollo, según la FAO, y de ellas, el 65 por ciento se concentra en siete países: la India, China, la República Democrática del Congo, Bangladesh, Indonesia, Pakistán y Etiopía. Casi dos tercios (583 millones en 2007) de los hambrientos del mundo viven en Asia.
Como contrapartida (y demostración de lo que produce el capitalismo), esas zonas marcadas por una altísima y creciente concentración de hambre y pobreza, figuran en las estadísticas económicas mundiales como las mayores generadoras de riqueza y rentabilidad empresarial capitalista de los últimos diez años.
Tanto el "milagro asiático" como el "milagro latinoamericano" (del crecimiento económico sin reparto social) se construyeron con mano de obra esclava y con salarios en negro. Esto lleva a que, al caerse el "modelo" por efecto de la crisis recesiva global, el grueso de la crisis social emergente con despidos laborales en masa se vuelque en esas regiones.
Y tampoco es casualidad que en estas regiones subdesarrolladas o "emergentes" de Asia, África y América Latina se registre el mayor índice de población laboral en "negro" y la mayor cantidad de pobres, desocupados y excluidos que registra el sistema capitalista a escala global.
Pero de esta cuestión estratégica, vital para la comprensión de la crisis global y su impacto social masivo en las clases sociales más desprotegidas del planeta, la prensa internacional no se ocupa.
Los medios locales e internacionales están ocupados en dilucidar la "disminución de las fortunas de los ricos" y la pérdida de rentabilidad de las empresas y bancos que han generado la crisis por exceso de depredación capitalista y de concentración de riqueza, por medio de la explotación y apropiación del trabajo social colectivo.
En este escenario, y como sucede cíclicamente, nuevamente los sujetos y actores de la crisis social, los motorizadores de las revueltas colectivas (tanto en los países centrales como en las periferias de Asia, África y América Latina) van ser los millones de desocupados y expulsados del mercado del consumo que no van a tener medios de subsistencia para sus familias.
(continue)

Etiquetas: conocimiento, inteligencia, memoria, monopolios, multitud, politica.
Más de 900 millones de trabajadores se pueden considerar informales -sin Seguridad Social- y si se incluyen los del sector agrícola la cifra se eleva a cerca de 2.000 millones, según el informe de la OCDE sobre este fenómeno en los países en desarrollo. «Hay un claro vínculo entre empleo informal y pobreza», destacó en conferencia de prensa Johannes Jütting, uno de los coautores del informe, que precisó que unos 700 millones de esos trabajadores viven en la pobreza extrema y 1.200 millones tienen ingresos inferiores a dos dólares diarios.
Escapar de este círculo vicioso exige que los gobiernos propongan empleos más productivos y una protección social adecuada para lo cual hay que reforzar los incentivos del empleo formal, pero también aumentar los mecanismos de control del fraude, indica en el informe.
Precariedad laboral
Los autores del informe advierten de que «el empleo informal tiene un coste» en primer lugar por la precariedad de los trabajadores, sometidos al riesgo de una caída de los salarios en tiempos de crisis (ante la competencia de los despedidos del sector formal) y por una ausencia de protección social que los expone a la pobreza.
Al mismo tiempo, reconocen que «el recurso a los circuitos informales puede tener efectos positivos en el desarrollo económico de ciertos países donde las formalidades administrativas son un obstáculo a la creación de empresas»
Además, los autores del informe señalan que para muchas personas el trabajo irregular es la forma de ganarse la vida y escapar de la pobreza, aunque a largo plazo la ausencia de estructuras formales explica el retraso en materia de desarrollo económico.
El organismo que reúne a las economías más desarrolladas del mundo aboga por buscar «el equilibrio justo entre el objetivo de garantizar una protección social a los excluidos de las estructuras formales y el de incitar a volver a los que han optado voluntariamente por abandonar el sector formal». Se trata de «proponer empleos más productivos y ofrecer una protección social adecuada, haciendo más atractivo el trabajo en el sector formal y reforzando los mecanismos de lucha contra la economía sumergida»
Los autores del estudio señalan que uno de los efectos del incremento de la competencia internacional por la globalización es que, «en un intento de abaratar costes, ciertos trabajadores de los propios países de la OCDE pasan a engrosar las filas del empleo informal, a veces bajo la forma de autónomos»
Desbloqueo monetario en la UE
La Comisión Europea, por su parte, prevé amortiguar la crisis en los países pobres adelantando 5.700 millones de dólares en 2009, una suma prevista en principio para ser distribuida a medio plazo, pero necesaria de forma inmediata a falta de fondos adicionales por parte de los Estados europeos y considerada decepcionante por las ONG porque no supone dinero nuevo.
El presidente de la Comisión Europea, José Manuel Durao Barroso, anunció el desbloqueo de 4.300 millones de euros hasta fines de 2009, destinados a los países de la ACP (África-Caribe-Pacífico).
En una comparecencia en Bruselas declaró que los países pobres son «los menos responsables» de la crisis financiera y en cambio se encuentran entre «los más afectados». «Nuestro crecimiento y estabilidad está vinculado al suyo», afirmó Durao Barroso.
Explicó que Bruselas desbloqueará 3.000 millones de euros, es decir, la mayor parte, un 72%, de su presupuesto previsto para el desarrollo de la ACP hasta 2013. Otros 800 millones de euros procederán de un paquete de 1.000 millones prometidos para mejorar la seguridad alimentaria y otros 500 millones pretenden evitar que los países pobres frenen el gasto social en tiempos de crisis.
Pero este paquete pone de manifiesto la falta de fondos excepcionales para ayudar a los países pobres a atravesar la crisis y el poco margen de maniobra de la Comisión Europea.
El comisario para el Desarrollo, Louis Michel, reconoció que «los recursos son limitados» y aseguró que seguirá «presionando» a los Estados miembros de la Unión para que cumplan con sus promesas de ayuda al desarrollo.
La Unión Europea es el mayor donante del mundo, con 49.000 millones de euros en 2008, es decir, el 0,40% del PIB comunitario. Su objetivo es alcanzar los 69.000 millones de euros para 2010 (0,56%).
El comisario Michel admitió que la crisis económica «pone en peligro» los progresos logrados para erradicar la extrema pobreza y potenciar el desarrollo de estos países.
Los esfuerzos europeos no convencieron a las ONG, que advirtieron de los riesgos de desbloquear fondos ahora, sin pensar en el futuro. «Sin dinero nuevo, los países pobres sufrirán en los próximos años, cuando se agote la ayuda», subrayó Oxfam.
«La Comisión Europea mostró su buena voluntad, pero lo que ofrece es en realidad un paquete vacío», acusó por su parte la ONG Action Aid.
Oxfam pide a Londres un plan de rescate para la ciudadanía
Oxfam pidió ayer al Gobierno de Londres que ponga en marcha un «plan de rescate ciudadano» que ayude a pasar la crisis económica a los millones de personas que viven en la pobreza en Gran Bretaña.
La organización no gubernamental, con sede en la ciudad inglesa de Oxford, presentó un informe en el que propone varias medidas para asistir a los más desfavorecidos, entre ellas bajarles los impuestos y aumentarles los subsidios estatales.
Actualmente hay en Gran Bretaña 13,2 millones de personas -un 22% de la población- que viven en la pobreza según los parámetros utilizados por el Gobierno para medirla.
Un sondeo de YouGov encargado por Oxfam indica que un 70% de los 1.971 adultos encuestados opina que el Estado no ha hecho suficiente para ayudar a los ciudadanos, mientras que se ha esforzado por rescatar al sector financiero. Un 75% de los entrevistados el pasado marzo dice haberse visto afectado por la crisis, o conoce a alguien que lo ha sido.
«El Gobierno debe tomar acciones decisivas para impedir un enorme incremento de la pobreza en el Reino Unido», declaró la portavoz de Oxfam Antonia Bance, que recordó que el próximo presupuesto, que se presentará el 22 de abril, es una buena oportunidad para hacerlo.
Según un reciente estudio de Oxfam, los 8,4 billones de dólares comprometidos por las economías más ricas para salvar a sus bancos de la crisis serían suficientes «para acabar con la pobreza extrema durante cincuenta años» y supondrían «un paso de gigante para acabar con ella definitivamente»
La CE cifra en tres billones las ayudas financieras aprobadas
La Comisión Europea (CE) anunció ayer que, desde setiembre de 2008, ha aprobado más de 50 medidas estatales para estabilizar el sistema financiero por un valor total de unos 3 billones de euros. Las medidas se dividen en mecanismos de garantías a entidades financieras (2,30 billones), planes de recapitalización (300.000 millones) y medidas específicas de reestructuración (400.000 millones), detalló la CE. También ha aprobado desde diciembre pasado 25 medidas de diez estados de la Unión para ayudar a las empresas con problemas de acceso al crédito a mantener su actividad y los puestos de trabajo.
La comisaria europea de Competencia, Neelie Kroes, destacó que el control y autorización de estas medidas por parte de la CE «ha prevenido que los Estados miembros cayeran en la trampa del proteccionismo y exportaran sus problemas a los otros»
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