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El Terremoto neoliberal |
“Un terremoto arrasa: la tierra volvió a temblar en Italia”, bien cierto.
Excelente eufemismo para encubrir un enorme crimen.
Cuando “la tierra tiembla” las cifras siempre crecen de forma espectacular, apenas unas decenas se multiplican inmediatamente por números seguidos de ceros (como en el genocidio de la Franja de Gaza hace unas semanas).
La inmensa mayoría de muertos son contabilizados como desaparecidos y enterrados en la fosa común que les cayó del cielo.
Bendita abstracción la de las cifras que permiten reducir a cinco, tres, dos o una sóla palabra: cientos de miles de muertos; decenas de miles de muertos, enterrados en los escombros, miles de muertos, centenares de muertos, decenas de muertos, algunos muertos, muertos sin cuantificar, desaparecidos, la combinación de la fuerza de la naturaleza con la imprevisión y la absoluta falta de responsabilidad de los que se llaman a sí mismos “líderes” o “representantes del pueblo”.
La proporción entre la tragedia esperada y la real en siempre monstruosa. Incluso cuando no se quiere -o no se necesita-, ocultar los cadáveres o los heridos que se morirán sin remedio o han perdido miembros amputados entre los escombros.
En Italia un terremoto moderado que en principio se dató en 5,9 provocó la destrucción de pueblos, y ciudades construidas de cartón piedra en la mayor especulación inmobiliaria que vieron los siglos.
Fue como el Apocalipsis en la caída de edificios completos, en la terrible lluvia de ladrillos o en el bloqueo de las ambulancias y las máquinas excavadoras y los “equipos especiales” que acudían de toda Italia para auxiliar a los centenares de miles de hombres y mujeres bien vestidos –impecablemente diseñados con basura- por las mafias políticas y económicas que tan bien describe la novela Gomorra del periodista de la vida, Roberto Saviano.
Los seres humanos unificados de la cabeza a los pies para las vacaciones en la segunda vivienda se quedaron, bien compuestos, se encontraron de repente “fuera del mundo” y aterrorizados durmiendo en tiendas o en refugios improvisados. Pasmados se toparon con la muerte, el hambre, la peste y la guerra de clases.
Ciudades construidas por Berlusconi-Mussolini y sus amigos, por Berlusconi y los demás “representantes políticos”, desaparecieron del mapa con sus barrios marginales, sus seres humanos marginados, y sus visitantes de temporada deshumanizados.
Hace mucho tiempo -pero no tanto como piensan los Cándidos-; las cifras se exageraban para expresar lo inconmensurable: el terremoto era Dios en su momento de cólera y de castigo.
Hace apenas algunos años –ahora mismo en el tercer mundo globalizado por el capitalismo de siempre, el capitalismo del despojo- las catástrofes llegaban a las zonas muy pobres, siempre por sorpresa, siempre con “temblores de la tierra” de magnitudes terroríficas.
En Italia se habla hoy de cientos de muertos: dentro de algunos días serán miles o decenas de miles.
De los desaparecidos –en realidad enterrados vivos-, nadie hace el recuento. Se trata de inmóviles marginados del mundo, y de fugaces viajeros ciegos de agencia de viajes.
Nadie –salvo sus familias- los echará de menos.
Incluso los más próximos, olvidarán fácilmente a esos “desaparecidos en la tragedia”.
Como en la Argentina de los Videla: “se habrán ido”.
Como en Iraq son daños colaterales de la guerra.
El capitalismo neoliberal no reconoce a las victimas de la picana, a las de las bombas, ni a las del ladrillo.
(continue)
Antonio Maira

Etiquetas: conocimiento, memoria, monopolios, multitud, politica, violencia.
Nuevas réplicas, más de 200 según las agencias informativas, han sacudido esta madrugada la zona afectada por el terremoto en Los Abruzos, región del centro de Italia. Una de estas réplicas, la más intensa, tuvo una magnitud de 4,8 grados en la escala de Richter, informaron agencias de noticias locales, y se sintió sobre la 1.15 horas.
Apenas una hora antes, a las 23.57 la tierra volvía a temblar en los alrededores de las ciudades de L'Aquila, Barreto y Scoppitto tras un seísmo de una magnitud de 3,8 grados.
El devastador terremoto del lunes causó la muerte de al menos 150 personas y heridas a unas 1.500. Hay gran cantidad de desaparecidos y más de 70.000 personas se ha quedado sin techo, indicó Protección Civil.
El sismo ocurrió poco después de las 3.30 de la madrugada del lunes, y pilló totalmente desprevenidos a sus habitantes mientras dormían. Además, destruyó sus casas, viejas iglesias y otros edificios en 26 ciudades y aldeas.
Pese a estas réplicas, los servicios de emergencia continúan las labores de búsqueda y rescate de atrapados entre los escombros de las miles de casas y construcciones destruidas. El rescate es lento y complicado y se realiza a mano, para evitar dañar más aún a los que siguen atrapados.
Los Bomberos y los voluntarios han rescatado haste el momento a más de 100 personas de entre los escombros, pero las intensas lluvias y las heladas temperaturas de la noche complican la búsqueda de supervivientes entre los escombros y cascotes.
Un bombero relató cómo sacó vivo a un niño de entre las retorcidas estructuras de su casa. "Todo lo que podíamos ver era su cabeza saliendo de los escombros, todo su cuerpo estaba enterrado. Seguimos excavando, sacando pieza por pieza los restos y finalmente logramos rescatarlo, fue agotador pero mereció la pena", señaló.
La policía patrullaba las casas que quedaron abandonadas tras el seísmo y arrestaron a varias personas por saqueos. Miles de tiendas de campaña fueron instaladas en parques y campos de fútbol para refugiar a los damnificados durante la noche.
"Ha sido un día muy largo y duro. Ahora que estamos sentados aquí en nuestro coche es cuando todo se hunde", afirma Piera Colucci, habitante de L'Aquila, mientras se preparaba para dormir en su vehículo.
El primer ministro italiano, Silvio Berlusconi, ha visitado la zona y ha declarado el estado de emergencia. También anunció un fondo de 30 millones de euros para la asistencia inmediata y prometió construir una nueva ciudad en L'Aquila en los próximos dos años.
Asimismo, ordenó el despliegue de 1.000 soldados en el área devastada a partir del martes.
Según publica el periódico La Repubblic, algunos de los ciudadanos de L'Aquila y de otras poblaciones afectadas que se han quedado sin casa han denunciado que los bancos les están "asediando" con llamadas telefónicas para recordarles los días en que deben pagar los plazos de las hipotecas.
Ésta es una medida temporal, pero dejará también sin tramitar las facturas de la luz y del gas que hubieran recibido quienes desde hace días duermen en tiendas de campaña. La ordenanza precede a la aprobación en Consejo de Ministros del decreto de ayudas, que el Gobierno ha retrasado a la semana que viene.
Los evacuados por el terremoto de la región italiana de Los Abruzos habían denunciado que los bancos les están reclamando los pagos de las hipotecas y de las facturas de sus casas, convertidas en ruinas tras el seísmo, según publica el diario 'La Repubblica'.
Algunos ciudadanos que se han quedado sin hogar de L'Aquila y de otras poblaciones afectadas aseguran que los bancos les están "asediando" con llamadas telefónicas para recordarles los días en que deben pagar los plazos de las hipotecas.
Uno de los casos citados por el rotativo italiano es el de Loreto Antonini, un obrero cuya hija murió en el terremoto y que ahora se encuentra en uno de los campos para evacuados de la localidad de Tempera. Asegura que sólo le quedan "cinco euros", ya no tiene trabajo y un empleado de su banco le ha llamado para recordarle que el plazo de su hipoteca vence el viernes.
Francesco Colajanni, un taxista de Onna, el pueblo más afectado por el seísmo, afirma que el banco les ha "hecho entender que están dispuestos a embargar incluso los escombros". Cuenta también que, en las poblaciones cercanas de Paganica y Monticchio, "hay artesanos que han pedido hipotecas para comprar maquinaria y que desde ayer son perseguidos por bancos, aseguradoras y proveedores para recordarles el vencimiento".
Esta situación se produce entre nuevos temblores como el que provocó el lunes la muerte de 278 personas, de las que 16 son niños, según las cifras oficiales. El último,un movimiento de 5,2 grados.
Berlusconi obligará a los bancos a solidarizarse con las víctimas del seísmo ya que ha anunciado una ordenanza que suspende el cobro de las cuotas mensuales. Aunque se trata de una medida temporal, el primer ministro italiano ha logrado tranquilizar algo los ánimos en las zonas donde se refugian los supervivientes del terremoto.
Además de las hipotecas, las entidades tampoco podrán cobrar as facturas de la luz y del gas. La ordenanza precede a la aprobación en Consejo de Ministros del decreto de ayudas, que el Gobierno ha retrasado a la semana que viene.
Con el recuerdo del seísmo que el pasado lunes segó la vida de al menos 278 personas en Italia demasiado reciente, los evacuados del terremoto, que en muchos casos han perdido a familiares y se han quedado sin casa, sufrieron en los últimos días el ascoso de sus bancos. Las entidades han comenzado a presionar a estos clientes, reclamando los pagos de las hipotecas. Los medios de comunicación no tardaron en hacerse eco y denunciar las excesivas pretensiones de los bancos, lo que ha derivado en la intervención de Berlusconi.
Según públicaba en su edición de hoy el rotativo italiano La Repubblica, los bancos han comenzado a llamar a algunos de los afectados por el seísmo que el pasado lunes azotó la región de Los Abruzos, en el centro de Italia. El motivo de las llamadas no es saber el estado en el que se encuentran sus clientes ni sus pertenencias tras el terremoto, sino velar por sus propios intereses. En este caso esos intereses pasan por cobrar las hipotecas de los evacuados, aunque muchos de ellos ya no tienen casa.
El citado diario apunta que algunos de los ciudadanos de L'Aquila y de otras poblaciones afectadas que se han quedado sin casa han denunciado que los bancos les están "asediando" con llamadas telefónicas para recordarles los días en que deben pagar los plazos de las hipotecas.
El duelo de Loreto Antonini, un obrero que perdió a su hija en el terremoto y que ahora se encuentra en uno de los campos para evacuados de la localidad de Tempera (a siete kilómetros de L'Aquila), se ha visto invadido por las constantes llamadas de su banco. Según cuenta Antonini, cuyo patrimonio tras el seísmo asciende a "cinco euros", un empleado de su entidad le ha llamado para recordarle que el plazo de su hipoteca vence el viernes.
Francesco Colajanni, un taxista de Onna, el pueblo más afectado por el seísmo, también es víctima de su propio banco. Según explica el afectado, la entidad les ha "hecho entender que están dispuestos a embargar incluso los escombros" de la casa que perdió en el terremoto.
La Repubblica también apunta que, en las poblaciones cercanas de Paganica y Monticchio, "hay artesanos que han pedido hipotecas para comprar maquinaria y que desde ayer son perseguidos por bancos, aseguradoras y proveedores para recordarles el vencimiento". Además, según este periódico", en los últimos días se han dado numerosos casos de personas que se dedican a la usura o que venden mercancía en el mercado negro, como carne a 80 euros el kilo o gasolina a cinco euros el litro.
El paquete de medidas aprobado por el Consejo de Ministros este jueves por la mañana se suma a otras iniciativas del primer ministro, Silvio Berlusconi, quien había anunciado una ordenanza para que los bancos suspendieran el cobro de las hipotecas a las víctimas después de que los afectados denunciaran la presión de los bancos.
El terremoto se considera "una causa de fuerza mayor", lo que autoriza a las familias afectadas a renegociar las condiciones de sus hipotecas.
Además, las familias que se hayan quedado sin hogar recibirán ayudas de hasta 400 euros (cien euros más para los mayores de 65 años).
Durante al menos dos meses los afectados por el terremoto no tendrán que pagar las facturas de agua y gas. Este periodo podría ampliarse si se considera necesario.
Además, los trabajadores autónomos de las localidades que se han visto gravemente dañadas por el terremoto no pagarán temporalmente algunos de sus impuestos.
Asimismo, los propietarios de negocios, agricultores, artesanos y personas con oficios similares que se hayan visto obligadas a parar su actividad recibirán una paga de 800 euros mensuales.
Los farmacéuticos públicos y privados podrán entregar medicinas a cargo del Servicio Nacional de Salud italiano sin necesidad de receta con el fin de garantizar que los enfermos puedan seguir con sus tratamientos.
El primer ministro, Silvio Berlusconi, ha insistido en su intención de que, en la medida de los posible, el año escolar no se vea afectado por el terremoto y para ello se ha aprobado una ordenanza que permitirá adaptar la oferta educativa a las necesidades de los alumnos y de los profesores. El presente año escolar podrá tener menos de 200 días.
El ministro de Economía, Giulio Tremonti, ha anunciado otros 70 millones de euros destinados a la asistencia de las víctimas del terremoto, cantidad que se suma a los 30 millones ya anunciados.
Asimismo, el Gobierno ha abierto varias cuentas bancarias para canalizar las donaciones.
Las personas discapacitadas o mayores de 65 años recibirán una ayuda superior, de 500 euros mensuales, mientras que los comerciantes, artesanos y agricultores que hayan tenido que suspender sus actividades productivas como consecuencia del terremoto serán indemnizados con 800 euros mensuales.
Otra de las medidas adoptadas por el Gobierno para ayudar a los damnificados a hacer frente a esta difícil situación es la suspensión por al menos dos meses del pago de las facturas de luz y gas.
Asimismo, el Gobierno autorizó la renegociación de las hipotecas entre los ciudadanos afectados por el terremoto y los bancos, aunque sin ofrecer más detalles al respecto. De hecho, este es uno de los temas que más preocupa a los damnificados, muchos de los cuales, además de haberse quedado sin casa, temen tener que seguir pagando igualmente la hipoteca que asumieron por ella.
Aun con todo, el ministro de Economía, Giulio Tremonti, envió una carta a la Asociación Bancaria Italiana (ABI) en la que pidió a los institutos bancarios que se solidaricen con los damnificados, suspendiendo el pago de las hipotecas y reduciendo los costes de las operaciones financieras.
(Xinhua)
Un grupo de geólogos afirmó que el que el sismo ocurriera en horas de la madrugada y tuviera su epicentro a poca profundidad por debajo de L’Aquila, sería los factores que agravaron la consecuencia desastrosa del flagelo.
Según los medios italianos, un sismólogo hizo una alerta de “un fuerte terremoto” en la zona central del país. Sin embargo, el gobierno local desatendió la advertencia y ordenó a la policía investigar al experto por “sembrar temor”.
Complicada tectónica de placas da origen a más sismos
De acuerdo con los analisis geológicos, la Península Apenina, en que se ubica Italia, es una zona con frecuentes temblores telúricos. Un terremoto de 5,6 grados ocurrido en esta zona no tiene nada de “extraño”, dijo Roger Mason, experto del Instituto de Exploración Geológica de Reino Unido.
La zona al este de la Península Apenina pertenece a las placas tectónicas euro-asiáticas, y la al sur de la península, a la placa africana, que se mueve paulatinamente hacia el Norte. Por su parte, la placa Adria al Este de la península se desplaza hacia el Noreste. Con los movimientos de estas placas se acumula la fuerza en el subsuelo para provocar actividades geológicas e incluro terremotos fuertes, explicó.
El profesor de Geofísica de la Universidad de Irlanda del Norte, John McCloskey dijo que la falla tectónica atraviesa casi toda Italia con muy complicadas condiciones geológicas.
Los cinco graves temblores téluricos ocurridos en el siglo pasado en la Península Apinina y sus cercanías dejaron unos 34.000 muertos. El reciente sismo con el epicentro en L’Aquila es uno de los tres terremotos más desastrosos ocurridos en los últimos 12 años en una zona con 140 kilómetros de radio. En abril de 2009, se produjeron 9 temblores por lo menos en dicha zona.
Los geólogos están preocupados de que el reciente terremoto haya contribuido a aumentar la presión de la falla en las zonas cercanas, lo que podría provocar réplicas de importancia.
Epicentro a poca profundidad hace más grave la calamidad
El terremoto, con el epicentro de 10 kilómetros por debajo de L’Aquila, o de solo 5 kilómetros según las instituciones geológicas italianas, es capaz de causar destrucciones en una zona de 30 kilómetros de radio.
De acuerdo con un experto del Instituto de Física Global de París, el estrato sedimentario en el subsuelo de la mencionada zona italiana es capaz de aumentar la onda expansiva del terremoto para agravar la destrucción del flagelo.
El sismo ocurrió a las 03:32 hora local, cuando los habitantes locales estaban durmiendo en sus hogares, lo que no daba suficiente tiempo para que los habitantes damnificados se protejieran de la calamidad.
Además, no pocos damnificados murieron atrapados por los escombros de los edificios dstruidos por el temblor. Los edificios de L’Aquila, que en su mayoría pueden remontarse a la época de Renacimiento, no son resistentes a un terremoto tan grave como éste que duró unos 30 segundos.
Critican a autoridades locales de no conceder importancia al pronóstico
La alerta de un posible terremoto grave, hecha por un sismólogo italiano y desatendida por las autoridades, ha sido el foco de críticas mediáticas.
Ya a mediados de enero del presente año, ocurrió un sismo en la zona de L’Aquila, que atrajo la atención de los sismólogos. A principios de marzo el sismólogo local Giampaolo Giuliani predijo que se produciría un fuerte terremoto en la ciudad, de acuerdo con los resultados de la investigación sobre la densidad del radón en las zonas con más actividades telúricas.
Esto motivó actividades de publicidad para convencer a los habitantes locales de que se retiraran de sus viviendas, lo que provocó el disgusto del alcalde. Acto seguido, la policía comenzó a investigar al sismólogo acusándolo de sembrar temor, lo que le obligó a retirar el pronóstico de su página web del internet.
La Oficina de Protección Civil Italiana convocó el 31 de marzo a los expertos pertinentes a una reunión para evaluar el riesgo telúrico y éstos llegaron a una coincidencia de que el terremoto ocurrido en enero es un “sismo normal” para apaciguar a los habitantes.
Giuliani dijo a medios que la gente no creía en su predicción hecha sobre los resultados de sus estudios en el Instituto Nacional de Física Nuclear.
Dijo que no sabía a quién iba a acusar por la investigación injusta sobre el correcto pronóstico de un temblor, e instó a pedirle escusa.
Acribillado por las preguntas de los medios, el premier italiano Silvio Berlusconi dijo que lo que ahora se debe hacer es centrarse en el rescate de los damnificados y dejar las discusiones sobre la predicción del terremoto para después.
Sin embargo, el jefe de la Protección Civil Italiana Guido Bertolaso afirmó por su parte que estos fenómenos no se pueden predecir.
(Pueblo en Línea)
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