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Debaten "moneda de reserva supranacional" |
Expertos de Beijing y de Moscú discutieron en una videoconferencia la posibilidad de crear una "moneda de reserva supranacional" y dijeron que aún queda bastante trabajo por hacer en los esfuerzos mundiales para crear un sistema financiero mundial justo y eficiente.
Crear una "moneda de reserva supranacional", sugerida por China en vísperas de la Cumbre del G-20 en Londres, es una idea de largo plazo, dijo Chen Daofu, un experto del Centro de Investigación del Desarrollo del Consejo de Estado de China.
En el corto plazo, el sistema monetario mundial dominado por el dólar USA no puede ser cambiado fácilmente, dijo.
Sin embargo, el sistema tiene fallas congénitas, dijo Chen, quien se refirió a problemas como la falta de restricciones a la emisión de dólares y al gran riesgo de arrastrar a todo el sistema financiero mundial a la turbulencia cuando el dólar fluctúa drásticamente.
La idea de usar una moneda nacional que sustituya a otra no puede rectificar fundamentalmente las fallas, dijo.
Una medida factible para estabilizar el actual sistema monetario mundial es diversificar la moneda de reserva, dijo Guo Hongyu, profesora de finanzas de la Universidad de Negocios y Economía Internacionales de China.
China está acelerando la regionalización del yuan chino. China y Rusia están ampliando gradualmente la esfera de los pagos en comercio bilateral usando el yuan y el rublo ruso, dijo.
La cooperación mutua o la integración de monedas sólo puede ser puesta a discusión cuando monedas importantes tienen una influencia y fortaleza similares, agregó.
Vladislav Inozemtsev, fundador y director del Centro de Investigación Postindustrial de Rusia, cree que tanto el rublo como el yuan podrían convertirse en una moneda regional.
Sin embargo, como ambas monedas siguen constituyendo una pequeña parte de los pagos en comercio internacional, no pueden ser usadas ahora como moneda mundial, dijo.
Mikhail Khazin, presidente de la compañía de consultoría Neocon, dijo que la creación de una "moneda de reserva supranacional" no es simplemente un asunto financiero, sino que también implica responsabilidad sobre la economía mundial.
El sugirió el establecimiento de un nuevo patrón económico mundial, en el cual cada entidad económica pueda obtener adecuadamente ganancias, garantizar recursos suficientes y llevar a cabo los deberes y derechos correspondientes.
Xinhua
(continue)

Etiquetas: conocimiento, medios, memoria, monopolios, multitud, politica.
Se prevé que el tendido de tubería alcance una potencia para transportar 15 millones de toneladas de petróleo al año, puntualizó el funcionario.
El primer ministro, Vladimir Putin, opinó que la construcción del tramo a cargo de las compañías Transneft y Rosneft, en territorio ruso, creará las condiciones para un mercado estable y fiable en la comercialización del crudo en la dirección oriental.
Putin dijo que en breve plazo entrará en explotación el primer ramal del oleoducto Siberia Oriental-Océano Pacífico de la ciudad de Taishet, en la región rusa de Irkutsk, a la urbe de Skovorodino, en el Amur.
Cada tramo, al igual que en Rusia y China, deberá levantarse al mismo tiempo y con fuerza de trabajo y recursos propios de cada país. El proyecto tiene un plazo de conclusión para diciembre de 2010, según la agencia ITAR-TASS.
"Pero es importante para nosotros asegurarnos de que el dólar se mantenga fuerte y la mejor manera para hacer el dólar fuerte es tomar las medidas que nos permitirán que la economía estadounidense tenga una recuperación sólida", agregó.
NOTA: Una declaracion muy desesperada, pero oportuna, esta en su papel, cuasi esta obligado a decir esto, incluso en el caso de que fuese mentira, que no lo es.
1) en geoestrategia, existe un empate nuclear entre Estados Unidos y Rusia a partir de la respuesta de Moscú a la agresión de Georgia a Osetia del Sur (en un tercer lugar muy distante viene China, gracias a su ascenso satelital); aquí, al menos de una tercera guerra mundial que tanto desea la banca anglosajona, el mundo será relativamente estable, si es que no se precipita la dislocación interna de uno de los actores;
2) en geoeconomía, las tendencias son muy claras: descenso del G-7 y ascenso tanto del BRIC (Brasil, Rusia, India y China) como de las potencias petroleras del Golfo Pérsico, entre las que destaca Irán (aquí se pudiera agregar la resurrección de Turquía, que Barack Obama intenta fortalecer para sustituir al alicaído Israel en la región medio oriental y contrarrestar el redespliegue ruso en el mar Negro), y
3) en geofinanzas (término acuñado por Bajo la Lupa, que ya empieza a usar sin derecho de autor la prensa anglosajona), donde la hegemonía del dólar se resiste a ceder su innegable poder: éste es el punto más inestable y peligroso del híbrido orden tridimensional.
El nuevo orden multipolar asentó sus reales en el ámbito geoestratégico en agosto de 2008, cuando Rusia repelió en Osetia del Sur la agresión de Georgia (azuzada por Estados Unidos e Israel), mientras en el ámbito geoeconómico se pudiera plantear la hipótesis de que ocurrió primordialmente a partir de la primavera de 2004, cuando la dupla anglosajona exhibió a la luz del día su impotencia en controlar los hidrocarburos de Irak, lo cual, de cierta manera, dio lugar a la serendipia (hallazgo fortuito) del posicionamiento irresistible del BRIC.
Queda así muy suelto el ámbito geofinanciero donde, guste o disguste, prevalece la hegemonía, para no decir unipolaridad, del dólar estadounidense pese al tsunami financiero global que provocó la otrora superpotencia unipolar.
La prevalencia del dolarcentrismo, que la cumbre del G-20 en Londres avaló subrepticiamente, suena a la gran tragedia del siglo XXI: una divisa sin sustento económico, pero muy funcional y que no dispone de sustitutos en el corto plazo. Las bombas nucleares de Estados Unidos protegen ahora al dólar.
Nadie en el seno del BRIC posee una divisa susceptible de remplazar el dólar en el corto plazo: el rublo ruso y el real brasileño, dos divisas convertibles, distan mucho de ser competitivos frente a la moneda estadounidense, mientras el yuan chino y la rupia india aún no son convertibles y no presentan ningún peligro para Estados Unidos, que se da el lujo de poseer la divisa que constituye la reserva mundial y de imprimir billetes en forma irresponsable e hiperinflacionaria.
Permanece impávido el viejo orden mundial geofinanciero de hace 65 años. Como sostuvimos (ver Bajo la Lupa; 25/03/09), el nuevo orden geofinanciero global deberá ser multipolar y reflejar la nueva correlación de fuerzas en los ámbitos geoestratégico y geoeconómico. Pero es más fácil enunciarlo que ponerlo en práctica.
Una de las exquisitas vulnerabilidades del BRIC se centra en su subdesarrollo financiero frente al predominio anglosajón, cuyas plazas (Wall Street y la City) ostentan los dos primeros lugares del índice de desarrollo financiero del Foro Económico Mundial de Davos, donde relucen el G-7 y sus paraísos fiscales en los primeros sitios.
Quien gana las guerras mundiales impone el orden financiero que más conviene a sus intereses –el caso trasatlántico desde el siglo XVII de Holanda, Gran Bretaña y Estados Unidos–, como demuestran Giovanni Arrighi y Beverly J. Silver en Caos y orden en el sistema-mundo moderno, (Ediciones Akal; 2001), libro que no nos cansamos de recomendar para entender la dinámica del vigente viejo orden financiero anglosajón hoy dolarcéntrico.
Adam Posen, anterior economista en la Reserva Federal y director adjunto del influyente Peterson Institute for International Economics, asienta sin desparpajo que el papel del dólar es un asunto geoestratégico (¡supersic!) y monetario (Le Monde; 30/03/09). Desecha la propuesta china, con apoyo ruso, de crear una divisa de reserva global que sustituya al dólar: el gobierno de Estados Unidos tiene todas las razones en creer que el dólar debe permanecer como la divisa de referencia del comercio internacional. Es un asunto geoestratégico (¡supersic!) como monetario. Ofrece en la economía mundial la mayor seguridad (sic) a Estados Unidos. Luego fustiga que ni Joseph Stiglitz (premio Nobel de Economía y partidario de una reformulación del sistema monetario internacional) ni nadie (sic) haya presentado una alternativa clara al sistema actual y concluye que ni los estadounidenses ni los europeos (sic) están dispuestos a abandonar ninguna parte del control (¡supersic!) que tienen sobre las instituciones financieras internacionales.
Queda claro que el último baluarte de la unipolaridad geofinanciera de Estados Unidos lo constituye el dólar, y nadie en el seno del BRIC parece estar dispuesto a una tercera guerra mundial para imponer su cosmogonía monetaria. Pareciera más bien que el BRIC espera la entropía del dólar debido a la decadencia militar y económica de la otrora superpotencia unipolar, por lo que se ha confinado a proponer ajustes insulsos al viejo orden monetario internacional sin crear uno nuevo.
Desde el punto de vista geoestratégico, más que una multipolaridad propiamente dicha, el mundo parece haber retornado a una bipolaridad nuclear entre Estados Unidos y Rusia, con nuevos actores (como China e India) todavía muy alejados del primer plano.
Con mayor propiedad, la verdadera multipolaridad se desarrolla en el ámbito geoeconómico: los países emergentes con 32 por ciento del PIB global (entre los cuales el BRIC dispone de 13 por ciento mundial), la Unión Europea (con 31) y Estados Unidos (con 25 por ciento). Este renglón geoeconómico representa la matriz operativa del nuevo orden mundial, que sigue siendo añejo en el ámbito geofinanciero, donde el dólar prevalece por encima de las demás divisas con más de 66.5 por ciento de las reservas y los intercambios comerciales, frente a 24.4 por ciento del euro –que el eje anglosajón busca balcanizar y vulcanizar, según la severa acusación del centro de pensamiento europeo LEAP/Europe 20/20 (boletín GEAB número 33; 15/03/09)–, la libra esterlina 3.7 por ciento, el yen japonés 3.6 por ciento y el resto de las divisas 1.7 por ciento. En realidad, la libra esterlina y el yen nipón son apéndices del dolarcentrismo.
El mundo navega ya en la híbrida tridimensionalidad con un dolarcentrismo unipolar que lo puede llevar al naufragio.
Alfredo Jalife-Rahme
La Jornada, México
El "swap" implica que cada país podrá acceder a la divisa del otro entregando a cambio una suma equivalente en su propia moneda.
El preacuerdo había sido firmado en Colombia a fines de marzo mientras los titulares de ambas entidades participaban de un encuentro anual del Banco Interamericano de Desarrollo (BID).
Según indicó entonces el presidente de la entidad rectora argentina, Martín Redrado, el canje "es algo contingente, ninguno de los dos países está pensando en utilizarlo en el corto plazo y hay que darlo (verlo) nada más como una nueva señal de cooperación entre bancos centrales de todo el mundo".
El trato se dio a conocer días después de que China propusiera la creación de una nueva moneda de reserva internacional alternativa al dólar.
"Uribe dijo que informaría a su ministro de Hacienda para que entre lo más rápido posible en contacto con el ministro (brasileño de Hacienda) Guido Mantega para que discutan ese asunto", agregó.
Lula y Uribe tuvieron una corta reunión en Río de Janeiro, a donde el colombiano llegó anoche para participar en la cuarta edición latinoamericana del Foro Económico Mundial.
Según el recuento de la undécima reunión entre ambos jefes de Estado hecha por García, los dos presidentes discutieron principalmente sobre los asuntos que serán abordados en la Cumbre de las Américas, que comenzará el viernes en Trinidad y Tobago.
En cuanto a los asuntos bilaterales, ambos mandatarios discutieron formas de incrementar el comercio entre ambos países, entre las cuales la adopción del peso y del real en lugar del dólar, misiones empresariales y la posible creación de una línea de crédito brasileña para financiar negocios en Colombia.
"Quedó acordado que una misión de la Federación de las Industrias del Estado de Sao Paulo (FIESP, la patronal más influyente de Brasil) realizará una visita a Bogotá y que después habrá un encuentro entre empresarios colombianos y brasileños en Sao Paulo", aseguró el asesor presidencial.
Según García, el encuentro será similar al que tuvieron este año en Sao Paulo empresarios argentinos y brasileños, el mayor entre hombres de negocios de ambos países hasta ahora y que fue abierto por Lula y por la presidenta de Argentina, Cristina Fernández.
García dijo igualmente que Lula planteó en la reunión la posibilidad de que Brasil cree una línea de crédito en reales para financiar el comercio entre ambos países.
"Lula defendió en la Cumbre del G-20 en Londres que es necesario regar el comercio mundial y una de las formas de hacerlo es estableciendo líneas de crédito para financiar el comercio", dijo.
Según el asesor, los recursos para empresarios brasileños que exporten productos y servicios a Colombia podrán ser ofrecidos por el Banco Nacional de Desarrollo Económico y Social (BNDES) o por la línea de crédito del Ministerio de Desarrollo y Comercio Exterior (PROEX).
Pese a la expectativa de que Uribe aprovecharía el encuentro para abordar asuntos como la seguridad en la frontera entre ambos países y las amenazas de la guerrilla Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC), García dijo que el asunto no fue discutido.
1. Carta de Intención entre la República Bolivariana de Venezuela y la República de Colombia para la constitución de una línea de crédito.
El objetivo es promover la realización de los estudios técnicos, económicos y financieros necesarios para la pronta implementación de una línea de crédito que impulse las exportaciones e importaciones en el sector de las pequeñas y medianas empresas, entre Venezuela y Colombia.
2. Carta de Intención entre la República Bolivariana de Venezuela y la República de Colombia para la constitución de un fondo binacional estratégico venezolano-colombiano.
Acordarán los términos para realizar los estudios técnicos de factibilidad económica y financiera necesarios, para impulsar la pronta implementación de un “Fondo Binacional Estratégico” de largo plazo entre Venezuela y Colombia, destinado a la promoción y financiamiento de proyectos de alcance binacional en las áreas de transporte, salud, ambiente, educación, alimentación, agricultura, energía e infraestructura, entre otras, de conformidad con las legislaciones internas de ambos países.
3. Carta de intención entre la República Bolivariana de Venezuela y la República de Colombia para la creación del comité de intercambio comercial en monedas locales.
Objeto: Impulsar la realización de los estudios relacionados al intercambio comercial en monedas locales entre ambos países conforme a sus respectivas legislaciones internas.
4. Memorando de entendimiento entre el Ministerio del Poder Popular para la Energía y Petróleo de la República Bolivariana de Venezuela y el Ministerio de Minas y Energía de la República de Colombia para el suministro de energía eléctrica de Puerto Inárida (Colombia) a San Fernando de Atabapo (Venezuela)
Se proponen lograr el diseño de un conjunto de estudios, que permitan a las partes evaluar los aspectos sociales, técnicos, ambientales, económicos y financieros, y que ayuden a determinar la factibilidad de suministrar electricidad desde Puerto Inárida, en la República de Colombia, hasta San Fernando de Atabapo, en la República Bolivariana de Venezuela.
5. Acuerdo de licencias de importación para vehículos provenientes de Colombia. La meta es otorgar en un lapso no mayor de dos meses a las empresas colombianas solicitantes, las licencias para importar vehículos provenientes de Colombia, de acuerdo con la oferta presentada por el Ministerio de Comercio, Industria y Turismo de Colombia.
Esta situación, unida a la liberalización de los movimientos de capital a nivel internacional, ha permitido la profundización del proceso de financiarización que actualmente domina la economía mundial. Un proceso que ha conseguido una auténtica subordinación de la senda productiva a las exigencias de la financiera, llevando a una apropiación cada vez mayor del producto nacional para retribuir al capital financiero o, lo que es igual, a una auténtica expropiación financiera de las rentas del trabajo. Y que, además, se encuentra en el origen de la intensificación de la virulencia de las burbujas especulativas que degeneraron en crisis en Asia en el año 1997, en Rusia en el 1998, en Argentina en 2001 y en Estados Unidos desde 2007, con el agravante de que esta vez, y por haber tenido su origen en el epicentro neurálgico del capitalismo financiarizado, dicha burbuja ha degenerado en una crisis global de magnitudes difícilmente mensurables aún.
Ante esta situación, y dada la falta de voluntad política del G-20 para proponer una transformación ni tan siquiera parcial del funcionamiento del sistema monetario y financiero mundial, se impone la necesidad de explorar nuevas alternativas. Una necesidad que es tanto mayor para aquellos estados que se encuentran más comprometidos con el bienestar de sus ciudadanos que con la reanimación de un sistema financiero internacional que ha dado sobradas muestras de su naturaleza depredadora sobre dicho bienestar y de su tendencia autodestructiva en cuanto las fuerzas de la especulación se liberan mínimamente de las suaves regulaciones que tratan de contenerlas.
Así, a nadie debería extrañar que en el marco de una iniciativa que ya fuera pionera en su momento en la búsqueda de unas relaciones económicas internacionales basadas sobre criterios de complementariedad, cooperación y solidaridad, como es la Alternativa Bolivariana para América Latina y el Caribe (ALBA), se esté fraguando la creación de un nuevo proyecto contrahegemónico, esta vez en materia monetaria y de ordenación de los flujos comerciales. En este sentido, si ya el ALBA fue un proyecto marcado por su fuerte carácter antiimperialista en un contexto de intensificación de los esfuerzos de Estados Unidos por crear una zona de libre comercio a nivel continental (el ALCA), la propuesta de creación del Sistema Unido de Compensación Regional de Pagos (SUCRE) planteada en la Cumbre del pasado 26 de noviembre por los países del ALBA y Ecuador supone no sólo un importante avance en este proceso alternativo de integración, sino también un medio para sacudirse la hegemonía estadounidense -y, por ende, del dólar- en sus relaciones económicas.
Esta propuesta tiene, no por casualidad, su inspiración última en el Plan Keynes, presentado por el economista inglés en Bretton Woods como alternativa al Plan White, representativo de los intereses de EEUU y que fue el finalmente aprobado y puesto a funcionar. Al igual que la Unión de Compensación Internacional que proponía Keynes, el SUCRE se basaría, por una parte, en la instauración de una unidad de cuenta común o moneda contable (de mismo nombre que el Sistema, esto es, sucre) en la que se denominarían todos los intercambios comerciales y financieros. Y, por otra parte, en el establecimiento de una Cámara de Compensación de Pagos en la que todos los países mantendrían una cuenta denominada en sucres en donde se irían anotando todas las operaciones de exportación e importación entre los países participantes durante un periodo determinado, a cuya finalización se procedería a la liquidación del saldo de cada uno de ellos con la Cámara, ya fuera éste positivo o negativo.
Este sistema se completaría con la institución de un Consejo Monetario Regional encargado de gestionar el Sistema y con la creación de un doble fondo financiero constituido con aportaciones de todos los países miembros. El objetivo de ese fondo sería doble. Por un lado, actuaría como fondo de reservas para dotar de la estabilidad financiera necesaria al Sistema y al sistema de tipos de cambio fijos alrededor del cual se formaría el sucre. Y, por otro, funcionaría como fondo de desarrollo para la canalización de recursos hacia proyectos productivos regionales que serían la necesaria base para impulsar la integración económica a la que el Sistema, en última instancia, aspira a promover.
En este sentido, el SUCRE no se trata simplemente de un mecanismo técnico de simplificación de las transacciones comerciales intrarregionales sino que presenta ventajas económicas y políticas de importancia:
En primer lugar, la adopción de una unidad de cuenta común supondría una progresiva desdolarización de las relaciones económicas intrarregionales y sería, a su vez, el primer paso que permitiría avanzar, en un segundo momento, en el proceso de integración monetaria mediante la creación de lo que podría llegar a ser una moneda común con emisión física y circulación real.
En segundo lugar, la capacidad que tendría cada país de compensar multilateralmente los distintos saldos de su comercio permitiría una aminoración relativa de sus necesidades de financiación internacional, así como una liberación parcial de sus reservas de divisas, dotándoles de una mayor capacidad financiera. Evidentemente, esta ventaja se ampliaría a medida que aumentara el número de países que se incorporasen al acuerdo.
En tercer lugar, supondría un importante estímulo para potenciar las relaciones comerciales de unos países cuyas economías han estado hasta el momento completamente orientadas hacia el Norte, favoreciendo el comercio dentro de la región y con ello, y siempre que éste se articule en torno a los principios que rigen el ALBA, el bienestar global.
Por último, esta nueva orientación se apoyaría en el desarrollo de los proyectos financiados por el fondo que permitirían, no sólo enfrentar en mejores condiciones la caída de la demanda que van a sufrir estos países como consecuencia de la crisis mundial, sino también lograr un paulatino avance hacia una zona económica integrada de los países del ALBA y Ecuador.
Pero, junto a todas estas ventajas, que no son ni pocas ni menores, el proyecto necesitaría también dotarse de un elemento sobre el que Keynes asentaba la configuración de unas relaciones comerciales orientadas al desarrollo global y equilibrado más que a la intensificación radical de la competencia y la lucha por el mercado mundial. En este sentido, el SUCRE, si aspira a realmente a convertirse en el motor de un proceso regional de integración comercial y monetario alternativo, tendría también que hacer suyo un mecanismo de estabilización interno que, como el mismo Keynes planteaba, evite la acumulación de saldos tanto deudores como acreedores de cada uno de los países en la Cámara de Compensación.
En efecto, en contra de la lógica impuesta durante décadas por el FMI y el Banco Mundial, ese mecanismo de estabilización interno debería estar orientado a tratar de evitar que el peso del ajuste del desequilibrio comercial de un país deficitario con respecto al resto recaiga sobre el primero y, a tal fin, es necesario que el país o los países superavitarios se corresponsabilicen en igual medida en la restauración del equilibrio global. La mejor manera de lograr ese resultado sería instaurando un mecanismo que obligara a aquellos países que presentaran en su cuenta en la Cámara un superávit con respecto al resto que se ubicara por encima de un límite prefijado a utilizar ese saldo excedentario en el estímulo de la demanda global. De esa forma, esos países estarían obligados a destinar dichos saldos excedentarios a incrementar sus importaciones desde los países deficitarios, a la financiación de proyectos productivos y de desarrollo en los mismos, o, directamente, a la ayuda internacional.
Para incentivar esta utilización de los fondos, se podría aplicar además la propuesta de Keynes de establecer una tarifa que gravase los saldos excesivos, de forma que su mantenimiento en forma improductiva se viera penalizada; propuesta que, en su caso, tenía el objetivo de motivar los países participantes a buscar un saldo equilibrado en su cuenta en la Cámara.
Finalmente, hay que señalar que existe una importante diferencia en las condiciones de partida del SUCRE con respecto al Plan Keynes que provocan que aquél deba establecer algún mecanismo para blindarse. Y es que la Unión de Compensación Internacional de Keynes estaba concebida como un sistema cerrado en el que habrían participado todos los países de las Naciones Unidas, pudiendo aplicarse el principio de la igualdad de créditos y deudas y siendo imposible, por tanto, colocar fondos fuera del sistema. Sin embargo, el SUCRE sería un sistema cerrado dentro de otro abierto, el sistema monetario internacional, con la consiguiente vulnerabilidad del mismo antes intentos de desestabilización desde el exterior, ya sea por la vía de fuga de capitales como de especulación contra los tipos de cambio de las monedas que integran la cesta de donde nace el valor del sucre. Por esta razón parecería del todo punto necesario el establecimiento de algún tipo de control sobre los movimientos de capital en los países participantes –algo que, por otra parte, también proponía Keynes en su sistema. Esa sería la única manera de asegurar la estabilidad de la unidad de cuenta común sin tener que despilfarrar cantidades ingentes de divisas de manera infructuosa para ello.
De esta manera, el SUCRE se podría convertir en una zona de seguridad monetaria que promovería la reorientación del comercio hacia los países miembros y la integración intrarregional bajo los mismos principios del ALBA, es decir, los de la complementariedad, la cooperación, la solidaridad y el respeto a la soberanía. Esto supondría una alternativa con la que poder ejercer una relativa resistencia frente a la dictadura de los mercados financieros internacionales y abriría el camino a seguir por otros bloques regionales en su búsqueda de independencia y soberanía respecto a las grandes divisas internacionales.
Ricardo Molero Simarro y Alberto Montero Soler
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Así lo expresó, el jefe de Estado, Hugo Chávez Frías, a su llegada al aeropuerto de Cumaná, estado Sucre, entidad oriental del país, donde se efectuará a partir de este jueves la VII Cumbre de la Alternativa Bolivariana para los Pueblos de Nuestra América (Alba).
Explicó el presidente Chávez que se prevé se suscriba el Tratado de Creación del SUCRE, no sólo con los países miembros del ALBA, sino también con Ecuador y Paraguay.
Manifestó que el SUCRE es una maravilla y calificó el instrumento como una moneda liberadora que permitirá el intercambio justo entre los países.
Indicó el mandatario nacional, que existirá un período de adaptación, pero que para el primero de enero de 2010 ya debe estar funcionando este sistema monetario.
Aseveró que la cumbre permitirá afinar la artillería del ALBA previo a lo que será la V Cumbre de las Américas, que se realizará en Trinidad y Tobago, de la cual manifestó no se tienen grandes expectativas, debido a que todavía existen declaraciones parecidas a las efectuadas en Canadá en el año 2001. "Vamos a decir nuestra verdad", puntualizó.
Adelantó que durante la Cumbre de las Américas se pondrá en la mesa el tema de Cuba. "No podemos aceptar el silencio y el maltrato hacia Cuba", expresó el presidenet Chávez.
El presidente Chávez, destacó que fue una coincidencia que la Cumbre del ALBA, casi se topara con la Cumbre de las Américas, ya que se había preparado desde diciembre.
En otro orden de ideas, saludó el anuncio realizado por las FARC sobre la liberación unilateral del cabo Pablo Moncayo.
Por su parte, el ministro de Comercio, Eduardo Samán afirmó que la reunión del ALBA se presenta como una gran oportunidad para que existan propuestas en el ámbito económico y de intercambio de bienes y servicios, no sólo entre los países del Alba, sino también con naciones de Asia y África.
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