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Obama y su iniciativa de gasto "imperfecta" |
El presidente de Estados Unidos Barack Obama firmó una iniciativa de gasto por 410.000 millones de dólares para mantener el gobierno en funcionamiento hasta el año fiscal 2010 que comienza el primero de octubre. Pero Obama reconoció que la iniciativa es "imperfecta" e hizo énfasis en que el Congreso debe dejar de vincular las iniciativas de gasto con los proyectos preferidos de los legisladores.
La enorme iniciativa de gasto, que incluye cerca de 7.700 millones de dólares en asignaciones, ha generado fuertes críticas que cuestionan la promesa de Obama de poner fin al gasto excesivo. Obama dijo que cree que legislación futura podría incluir reformas para lograr que el proceso presupuestario sea más transparente y confiable y para frenar el uso de asignaciones.
(Xinhua)

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El informe Rasmussen ha desvelado que la popularidad del Presidente de los Estados Unidos ha descendido del 56% al 43%, la tercera caída desde que juró su cargo el 20 de enero. Un retroceso bastante pronunciado si se tiene en cuenta el poco tiempo que lleva siendo el inquilino de la Casa Blanca. Hace unas semanas, el mismo presidente afirmaba que la crisis económica “no es tan mala como os pensáis”. Poco después, Wen Jiabao, el primer ministro chino, expresó su alarma sobre el “masivo” número de bonos del tesoro estadounidenses que Beijing estaba comprando. “Ha incrementado la inversión en EEUU por la crisis económica”, replicó Obama, para quien es una estupenda idea por la estabilidad política y económica del país.
No se creen una bajada de impuestos
Hasta la fecha, Obama ya ha perdido el apoyo de todos los republicanos y gran parte de los independientes, cuya tendencia es decididamente negativa. En dicha votación, los estadounidenses coinciden en que los impuestos aumentarán para todos por el Plan de Estímulo, por mucho que el Presidente repita que bajará los impuestos para el 95% de los ciudadanos. No se lo creen. Tres de cada cuatro individuos afirman que el gasto público crecerá con la presente administración.
Las mismas votaciones demuestran que a los estadounidenses les quita el sueño la economía del país. El 83% está preocupado por las medidas que Obama está tomando para solucionar y reactivar la economía temen que puede no funcionar y que la economía caerá por un precipicio todavía más hondo. Preocupados por la cantidad de dinero que se ha añadido al déficit se muestran el 82% de los encuestados. A un 78% les preocupa la inflación, que no para de subir.
Los datos ofrecidos por el mismo informe revelan que la gente realmente se opone al presupuesto diseñado por Obama por el alto gasto que se va a generar y tampoco están de acuerdo con la convocatoria del segundo paquete de estímulo.
Si bien es cierto que dos tercios apoyan el plan de apoyo para ayudar a los propietarios a refinanciar sus hipotecas, aproximadamente un 40% dice que los beneficios han sido injustamente irresponsables. Y aunque una mayoría sigue confiando en las metas y el camino por el que va Obama, un 45% asegura no tener la confianza que depositó no hace tanto tiempo en las urnas. Un número que cada día que pasa ha ido creciendo como la espuma.
Tampoco ha entrado con buen pie la idea de aumentar los impuestos a pagar para la ampliación del programa de seguro de salud. Menos de la mitad apoyaría esta idea, un 17% menos que el porcentaje que apoyó al gobierno de seguro de salud cuando Bill Clinton consideró esta opción por primera vez en marzo de 1993.
Sin cooperación en Washington
Al mismo tiempo, mientras que los votantes culpan a los republicanos por la falta de bipartidimo en Washington, el hecho es que no creen que Obama ha hecho ningún progreso por impulsar la cooperación entre las dos partes. Además, casi la mitad de los votantes intuyen que la política será más partidista durante el próximo año.
Tampoco quieren dinero para los banqueros. El 56% cree que dos terceras partes de Wall Street se beneficiarán más de la media de los contribuyentes con el plan de rescate bancario, lo que representa un salto en la oposición para el primer plan aprobado el pasado octubre. En aquel momento, el 45% se opuso al rescate. El 30% lo apoyaba. Ahora, una sólida mayoría se opone al rescate y sólo dos de cada diez creen que fue una buena idea. Casi ninguno se cree que sea capaz de reducir el déficit a la mitad para el final de su mandato.
Que el gobierno federal refleja verdaderamente la voluntad del pueblo ya no lo cree ni una cuarta parte de los estadounidenses. Casi la mitad está de acuerdo con que nadie puede ganarse la vida o vivir “una vida americana”, sin protección y la habilitación por parte del gobierno.
Ayudas para el pueblo
A pesar del estímulo económico que el Congreso acaba de aprobar y del presupuesto y los rescates financieros para las hipotecas de las familias estadounidenses que se está debatiendo en el Congreso, sólo el 19% de los votantes cree que el Congreso ha aprobado leyes importantes que mejorarán sus vidas. Dos de cada tres ponen la mano en el fuego porque los miembros del Congreso se dedican más a potenciar su propia carrera que a ayudar al pueblo.
El mejor colchón con el que cuenta Obama para aguantar la confianza y el apoyo del pueblo es no ser republicano. Ocho de cada diez culpa a los republicanos de los males actuales que atraviesa el país, y los únicos líderes con índices de aprobación más bajo que Harry Reid y Nancy Pelosi son los republicanos Mitch McConnell y John Boehner. Tan pronto como empiece a reinar el optimismo en la sociedad, el presidente ha dicho que pondrá más agresividad contra las críticas de los republicanos, que ya pertenecen a la “parte de los noes”. Tal vez sirva para firmar su sentencia final y los republicanos consigan que Obama no se convierta nunca en el tan reclamado Príncipe de los Estados Unidos.
Pero muchas de ellas padecen problemas, aunque den beneficios, porque los bancos están cancelando las líneas de crédito con que contaban para hacer frente a sus pagos.
Por lo tanto, aseguró el presidente estadounidense, no se podrá superar la crisis "en tanto que no destrabemos el flujo crediticio" hacia estas empresas.
"Este será sólo un primer paso en un esfuerzo continuo para asegurarnos de que la gente puede tener acceso a préstamos", prometió.
En un sentido similar se pronunció el secretario del Tesoro, que aseguró que cuando las pequeñas empresas prosperan, el resto de la economía estadounidense también avanza.
El plan anunciado hoy por Obama y Geithner exige a los 21 principales bancos que reciben ayudas del Estado que emitan un informe mensual sobre los préstamos que conceden a las pequeñas empresas.
Las entidades financieras de menor tamaño que reciban asimismo ayuda federal también deberán emitir un informe sobre el crédito a las pequeñas empresas, aunque en su caso la periodicidad será trimestral.
Las autoridades estadounidenses piden también a los bancos que no reciben asistencia pública que hagan "un esfuerzo" por facilitar los préstamos a las pequeñas empresas.
El plan que anunciaron Obama y Geithner también prevé reducir los intereses de los préstamos públicos y ampliar las garantías de pago que el Gobierno ofrece a través de la Agencia de la Pequeña Empresa (SBA, en inglés) hasta el 90 por ciento del valor del préstamo.
Actualmente esas garantías cubren el 85 por ciento para créditos de menos de 150.000 dólares y el 75 por ciento para préstamos mayores.
Con la ampliación de la cobertura, el Gobierno pretende reducir el riesgo bancario por una posible suspensión de pagos por parte del empresario y animar a los bancos a prestar más.
Los fondos para poner en marcha el plan están incluidos en el plan de estímulo económico promulgado en febrero y dotado con 787.000 millones de dólares.
Ese plan de estímulo representa una de las piedras angulares en la estrategia de la Casa Blanca para hacer frente a la crisis, junto con el proyecto de rescate del sistema financiero.
Este plan se ha mostrado hasta ahora impopular tanto entre los analistas, que lo consideran vago, como entre el público, airado por las inyecciones multimillonarias a las entidades financieras de Wall Street.
Tampoco ha conseguido, hasta el momento, hacer que vuelva a fluir el crédito, uno de los principales problemas que afronta el Gobierno para hacer frente a la crisis económica.
El malestar se ha acrecentado después de que este fin de semana se conociera que la aseguradora AIG, que el año pasado requirió una inyección de 170.000 millones de dólares de fondos federales para evitar la ruina, pagó a sus directivos 165 millones de dólares en bonificaciones.
El presidente estadounidense aludió hoy a esta situación en su discurso y calificó esas primas de "indignantes".
Obama aseguró que su Gobierno "explorará todas las vías legales" para evitar el desembolso de esas pagas extra que, a su juicio, "subrayan la necesidad de una reforma exhaustiva del sistema regulador financiero".
AIG, declaró el presidente, es "una empresa que se encuentra inmersa en problemas económicos debido a su avaricia y su temeridad".
"Es difícil entender que los operadores de derivados en AIG se merezcan la más mínima bonificación, mucho menos pagas extras de 165 millones de dólares. ¿Cómo justifican este escándalo a los contribuyentes que mantienen a flote esta compañía?"
Entre los datos que ha reflejado el informe está la utilización de la capacidad instalada que se ha situado en su nivel más bajo desde 1982 al bajar hasta el 70,9%, desde el 72% anterior. En las fábricas el uso de la capacidad instalada cayó al 67,4%, nivel bajo sin precedentes desde la Segunda Guerra Mundial.
Las áreas más perjudicadas por este descenso de la producción de fábricas (-0,7%) son los muebles, electrodomésticos, las maquinarias y los ordenadores. La sequía en el crédito provocada por una crisis financiera sin precedentes ha cortado el consumo de las empresas y de los consumidores.
A su vez, la producción de minas, que incluye la perforación petrolera, bajó un 0,4% y la producción de las empresas de servicios públicos se redujo un 7,7%.
Por el contrario, la producción de vehículos y recambios mejoró en febrero un %, después de una caída del 25% en enero. En el último mes, la fabricación de automóviles y camionetas fue de 4,73 millones anuales, el segundo nivel más bajo desde 1967.
Actividad manufacturera en Nueva York
Otro de los datos de la jornada ha sido el índice de producción manufacturera del Estado de Nueva York, que ha registrado un nuevo récord negativo en el mes de marzo al desplomarse hasta un nivel de -38,23 puntos. Esto supone situarse en su nivel más bajo desde que comenzara a elaborarse en julio de 2001
La fuerte caída ha sido superior a lo esperado por el mercado, que había pronosticado que una mejora hasta los -32 puntos, desde los -34,65 registrados en el mes anterior.
El mes pasado, de acuerdo con el Departamento de Comercio, se iniciaron 583.000 viviendas, en tasa anual, lo que supone un incremento del 22% respecto a enero. Se trata además de la mayor subida en los últimos 19 años, y pone fin a una racha de siete meses consecutivos de descensos, coincidiendo con la agudización de la crisis inmobiliaria.
Las esperanzas que generan estas cifras, en cambio, se ven matizadas por otras variables. Los analistas destacan la elevada volatilidad que tienen estos datos durante los meses de invierno, por la influencia de la climatología.
La cifra de permisos para la construcción de nuevas viviendas, además, creció en menor medida que las viviendas iniciadas, el 3% frente al 22%, lo que auguraría un freno en los próximos meses. Más alentador es el incremento del 11% en los permisos para viviendas unifamiliares, el mayor en 18 años.
Estabilización de precios
El dato del mercado inmobiliario se ha conocido al mismo tiempo que se publicaban las cifras de precios de producción en Estados Unidos, correspondientes también a febrero.
En el mes pasado, los precios industriales aumentaron un 0,1%, un porcentaje suficiente para encadenar el segundo mes de recuperación (gracias sobre todo al freno en el desplome de los precios energéticos), aunque se ha quedado por debajo del 0,4% esperado por los analistas.
El 45% de los consultados aseguran que es probable que Estados Unidos viva otra Gran Depresión en los próximos años, siete puntos porcentuales más que en diciembre del pasado año cuando a la misma pregunta el 38% consideró que el país podría vivir otra crisis como la de 1930.
La encuesta describe la "Gran Depresión" como un momento en el que aproximadamente uno de cada cuatro trabajadores perdió su empleo, los bancos colapsaron en todo el país y millones de estadounidenses se quedaron temporalmente sin hogar y sin poder alimentar a sus familias.
Para nueve de cada diez personas las actuales condiciones económicas en el país ya son pobres y sólo el 11% consideran que son buenas.
La encuesta indica que los estadounidenses creen que se necesitará tiempo para recuperarse de la recesión, que comenzó a finales de 2007, uno de cada cinco opina que el país tardará más de cuatro años en recuperarse.
La encuesta, elaborada por CNN/Opinion Research Corporation, se llevó a cabo vía telefónica la semana pasada con una muestra de población de 1.019 adultos y el margen de error es del tres por ciento.
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En el lado negativo, Alcoa, el mayor fabricante de aluminio de Estados Unidos, bajó después de que la compañía decidió reducir sus dividendos y vender acciones y deuda para ayudar a reducir sus costos anuales.
Además, Nokia, el fabricante de teléfonos celulares más grande del mundo, dijo que despedirá a 1.700 personas en todo el mundo para reducir costos.
El promedio industrial Dow Jones subió 178,73 puntos, o 2,48 por ciento, para llegar a 7.395,70 unidades. Los demás indices generales también subieron. El índice Standard & Poor's 500 registró un alza de 24,23 puntos, o 3,21 por ciento, para cerrar con 778,12 unidades y el índice Nasdaq subió 58,09 puntos, o 4,14 por ciento, para concluir con 1.462,11 unidades.
(Xinhua)
Según la agencia Bloomberg, allí se mantiene aún el nivel de desempleo en un 19 por ciento, mientras los fondos se enfrentan a enredos burocráticos y diferencias entre las autoridades locales y estatales sobre cómo emplearlos.
Elkhart ofrece algunas lecciones sobre cómo la población empieza a apreciar el programa de gasto más grande en la historia estadounidense y permite evaluar cuán rápido puede reavivar una economía enlodada en la recesión, acota.
De acuerdo con el alcalde Dick Moore, la medida perdió su verdadera intención de apoyar a los lugares con la situación económica más difícil, pues los gobernadores estatales priorizan sus proyectos.
Las autoridades de Elkhart tenían planes para generar dos mil 310 empleos, calcularon los gastos necesarios y fijaron fechas topes para emplear los recursos, pero el dinero todavía no entra.
La construcción de viviendas unifamiliares aumentó en 1,1 por ciento en febrero para colocarse en un índice anual ajustado temporalmente de 357.000 unidades, mostró el informe. Las construcciones de casas multifamiliares se dispararon en 79,7 por ciento a un índice anual de 212.000 unidades.
Por región, todas las zonas del país registraron un incremento en las construcciones generales de vivienda en febrero, a excepción del Oeste, que registró un descenso de 24,6 por ciento en la actividad de construcción el mes pasado.
Los permisos para futuras construcciones, un indicador de la confianza de los constructores, también aumentó en 3 por ciento en febrero a un índice anual de 547.000 unidades. Los analistas esperaban que los permisos cayeran a un ritmo de 500.000 unidades.
La industria de vivienda de Estados Unidos está sufriendo la peor caída en décadas. La severa desaceleración y la persistente crisis de créditos han sido un gran obstáculo para la economía general, que ha estado en recesión desde diciembre de 2007.
(Xinhua)
"Mantener estos problemas en el camino otros cuatro años u otros ocho años sería continuar con la misma irresponsabilidad que nos llevó a este punto", dijo Obama en una reunión con los jefes de los comités presupuestarios del Congreso.
"Debido al enorme déficit masivo que heredamos y a los enormes costos de esta crisis financiera hemos tomado algunas decisiones difíciles que reducirán nuestro déficit a la mitad para finales de mi primer periodo y lo reducirán en 2 billones de dólares en los próximos 10 años", dijo.
Obama exhortó al Congreso a aprobar el presupuesto, el cual asume un déficit de 1,75 billones de dólares para el año fiscal 2010 que comenzó el primero de octubre de 2009.
El déficit presupuestario federal de Estados Unidos se elevó a 569.000 millones de dólares en los primeros cuatro meses del actual año fiscal que concluye el 30 de septiembre de este año, lo que constituye el récord más alto de este periodo.
La Oficina de Presupuesto del Congreso, integrada por elementos de ambos partidos, proyectó que el déficit presupuestario alcanzará durante el presente año fiscal la cantidad de 1,2 billones de dólares, el nivel más alto jamás alcanzado. El cálculo no incluye el costo del paquete de estímulo económico de 767.000 millones de dólares de Obama.
(Xinhua)
"La tasa de aprobación de Obama ha disminuído, pues una cada vez mayor cantidad de estadounidenses creen que está escuchando más a los liberales de su partido que a los moderados y muchos expresan oposición a algunas de sus propuestas económicas clave", indica el Centro Pew.
Una razón para la caída en el apoyo puede ser que una pluralidad considera que Obama está alineado al ala liberal de su partido pues impulsa en su agenda mayores incrementos en los gastos del gobierno e impuestos.
Pew descubrió que los estadounidenses creen, 44 por ciento frente a 30 por ciento, que el presidente escucha más a los liberales que a los moderados de su partido.
La encuesta Pew fue realizada entre 1.308 adultos del lunes al jueves pasados.
Otras encuestas también muestran que el presidente está perdiendo apoyo porque comienza a desglosar su agenda de gobierno.
La encuesta Mc Clatchy-Ipsos de la semana pasada encontró que la tasa de aprobación de Obama bajó del 69 por ciento al 65 por ciento.
(Xinhua)
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