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La simbiosis EEUU-Europa-Asia |
La locomotora china se desploma y arrastra consigo a toda la economía mundial. Con una caída de sus exportaciones e importaciones superior al 25% anual, China profundiza su desaceleración económica y arrastra consigo no solamente a las economías de las potencias centrales, sino que además, proyecta su crisis recesiva sobre Japón y las primeras economías asiáticas altamente dependientes de su comercio exterior.
Con un PBI de US$ 7.8 billones, China es la tercera economía mundial detrás de EEUU y la Unión Europea. cuyos desarrollos productivos-altamente entrelazados al comercio chino- también afrontan desigual y combinadamente un proceso recesivo, que se proyecta en la baja de las exportaciones e importaciones a escala global.
Según los datos publicados este miércoles por la agencia oficial de noticias Xinhua, China ha reducido en febrero su superávit comercial a menos de una séptima parte en comparación con el dato registrado un mes antes.
Las cifras muestran que las exportaciones cayeron en este periodo un 25,7% interanual, hasta los 64.900 millones de dólares (millones de euros), mientras que las importaciones lo hicieron en un 24,1%, hasta los 60.540 millones de dólares (millones de euros).
Las ventas en el extranjero de la tercera potencial mundial, motor de su economía, se desplomaron un 27% en febrero.
El comercio exterior totalizó así los US$ 124.950 millones en febrero, un 24,9% menos que un año antes.
De acuerdo con la Administración General de Aduanas, el superávit de enero fue de US$ 4.840 millones frente a los US$ 39.100 millones de enero de 2008, y al récord de US$ 40.100 millones registrado en noviembre pasado.
Aunque los expertos habían pronosticado una fuerte caída de las importaciones, como consecuencia de la crisis recesiva mundial, los datos globales de la economía china son mucho más negativos de lo que se esperaba, según Xinhua.
En este punto, la agencia oficial cita a la economista jefe de Galaxy Securities, que señala que, aunque era de esperar que las exportaciones cayeran y China estaba "psicológicamente preparada" para ello, el drástico descenso del comercio exterior ha resultado un golpe, y muestra que el Gobierno tendrá que encontrar otras vías para estimular su economía. "El desplome del superávit comercial nos muestra que no podemos poner demasiadas esperanzas en el comercio para alcanzar el objetivo de crecimiento del 8% de este año", señala.
Otro punto central, la desocupación laboral registrada fue del 4,2% al final de 2008, pero el desempleo real -según los especialistas- es muy superior, ya que este valor no incluye los residentes urbanos que no tienen trabajo y no se han anotado en las oficinas de empleo. Tampoco considera los emigrantes rurales que trabajan en las ciudades y se han quedado en la calle, ni los desempleados en el campo.
"La crisis financiera global ya ha asestado un severo golpe a la confianza de los inversionistas y los consumidores en muchos países del mundo, y China no es la excepción", dijo Li Xiaochao, portavoz de la Oficina Nacional de Estadísticas.
Los datos negativos de la economía china se suman a un escenario mundial sacudido por una crisis económica que se extiende desde los países centrales al mundo periférico emergente o subdesarrollado.
Proyecciones de organismos oficiales y de entidades privadas, así como los diagnósticos de reputados especialistas coinciden en que la economía mundial ya ingresó en un proceso de recesión mundial que se va a agudizar durante los años 2009 y 2010, sobre todo en EEUU y en la Unión Europea (principalmente en los países del Este), expandiéndose por Asia, África y América Latina.
Según el Banco Mundial, a mediados de este año la producción industrial se reducirá un 15% en comparación con 2008, mientras que el flujo del comercio exhibirá su mayor declinación en 80 años.
En cuanto a este último aspecto, las peores pérdidas las sufrirá la región del este de Asia, donde se encuentran varios de los grandes exportadores del mundo.
La simbiosis EEUU-Europa-Asia
En un contexto internacional golpeado por el colapso financiero recesivo que se extiende de EEUU y las potencias centrales capitalistas, la profundización de la crisis china reviste una importancia estratégica central por el alto nivel de dependencia y entrelazamiento que mantienen las primeras economías mundiales con su comercio exterior.
Todo el planeta (globalizado y nivelado por el sistema capitalista "único") está aquejado de los mismos síntomas: Derrumbe de los precios del petróleo y de las materias primas (deflación de los precios internacionales), devaluación de las monedas y revaluación el dólar, colapso financiero con quiebra de bancos, crisis crediticia con achicamiento del consumo, suba de precios internos de los alimentos y la energía y oleadas de despidos laborales constantes en EEUU y las potencias centrales.
En este escenario dominado por la crisis, EEUU no solamente es el primer comprador de productos chinos, sino que además China es el principal acreedor de la primera potencia imperial.
El entrelazamiento financiero y comercial que existen en ambas economías (la primera y la tercera en el orden mundial capitalista) las convierten casi en hermanas simbióticas: Si se cae China se cae EEUU, y viceversa.
Pero eso no es todo: La Unión Europea, la segunda economía mundial y el otro gran comprador (en bloque) de manufacturas chinas, y con su comercio exterior entrelazado con el de EEUU, integra este trípode de supervivencia capitalista interdependiente anudado por el cordón umbilical chino .
Y hay más: EEUU, la Unión Europea y China (a los que debe agregarse India, Japón y Corea del Sur), además de representar casi el 60% del PBI mundial, son los mayores importadores mundiales de materias primas y energía (petróleo y gas), por lo que se puede inferir que si se paralizan esas economías capitalistas centrales se derrumbarían inmediatamente por efecto dominó todas las economías exportadoras del mundo emergente y periférico.
A su vez, la recesión simultánea por la que atraviesan EEUU, Europa y Japón amenaza con ser la peor desde la II Guerra Mundial, según el Banco Mundial, y pone en evidencia el entrelazamiento existente entre las economías desarrolladas en crisis (EEUU-UE-Japón) con las emergentes (China-India-Rusia-Brasil).
El "efecto asiático"
La desaceleración económica (por efecto de la contracción del crédito) exportada originalmente de EEUU y la Unión Europea se contagia aceleradamente a las llamadas economías "emergentes" de Asia, principalmente de Japón y los llamados "tigres asiáticos".
Con una desaceleración económica superior incluso a la EEUU, Japón se hunde en la recesión. Con un PBI de US$ 4.5 billones, y con reservas por US$ 1 billón, Japón es la cuarta economía mundial detrás de EEUU, la Unión Europea y China.
Japón, era uno de los pocos países desarrollados que tenía un superávit comercial con China. Ahora que la demanda se está reduciendo tanto dentro de China como para las exportaciones japonesas, el comercio entre ambos países está acusando el impacto.
El factor que exacerbó la caída en el último trimestre fue el veloz enfriamiento de las exportaciones a China y otros países asiáticos, que previamente habían sostenido la economía japonesa cuando la demanda de autos y electrónicos de Japón comenzó a disminuir en EEUU y Europa.
Después de crecer 12% durante el primer semestre de 2008, las exportaciones de Japón a China empezaron a caer en octubre y se desplomaron 36% en diciembre.
Durante 2008 Japón experimentó una contracción del Producto Interno Bruto (PIB) del 12,7%, cifra superior al 11,7% pronosticado, como consecuencia de la crisis económica mundial, reveló el gobierno este lunes.
Esta información se dio a conocer tras publicarse los datos del comportamiento de la economía de ese país asiático en el cuarto trimestre del 2008. En ese lapso la contracción fue del 3,3%.
Es la mayor caída desde 1974, en plena crisis mundial del petróleo, cuando el precio del barril se triplicó.
La baja producida de octubre a diciembre representa el tercer trimestre consecutivo de crecimiento económico negativo del país asiático, que está en el medio de su primera recesión en siete años.
La contracción anual superó a la de Estados Unidos, que fue del 3,8% en 2008.
A su vez, el consumo interno se ha reducido, debido al crecimiento del desempleo.
De la misma forma Japón experimentó un déficit comercial récord al alcanzar los US$9.900 millones.
China, la llamada "fábrica del mundo", está proyectando su crisis por las primeras economías asiáticas.
Las importaciones de maquinaria y productos de tecnología china se derrumbaron en un 40%, generando un desastre también para los países asiáticos que venden esos componentes para que los monten las industrias chinas.
Los envíos desde Japón cayeron un 43,5% comparados con los del año anterior; los de Corea del Sur un 46,4% y los de Taiwán, un 58%.
Corea del Sur, con su comercio exterior ligado al de China, con un PBI de US$ 1,3 billones, también padece una situación crítica. Las exportaciones, la principal fuerza motriz de la economía surcoreana, cayeron un 32,8% en enero.
Por su parte, las economías que dependen de la exportación del Sureste Asiático también están sufriendo. La previsión del FMI para Filipinas es de sólo un 2,25% este año, bajando desde el 4,6% del pasado año y del 7,1% en 2007.
El pronóstico oficial para Singapur en 2009, el centro financiero y comercial de la región, es de una contracción de un 5%, la más profunda recesión desde que se fundó en 1965 la ciudad-estado.
Las exportaciones de Malasia cayeron en diciembre un 14,9% respecto al año anterior, con las exportaciones hacia EEUU descendiendo hasta un 30%.
Para apreciar la importancia estratégica de la influencia de la crisis china en la economía global baste citar un dato:
Si se suma el PBI de China (US$ 7.8 billones), Japón (US$ 4.5 billones) Corea del Sur (US$ 1.3 billones) e Indonesia (US$ 932,100 millones) superan los US$ 14 billones). Esta suma equivale al tercer PBI mundial detrás de EEUU y de la Unión Europea simultáneamente.
Si agregáramos a esta cifra a otros países asiáticos intervinculados como la India, por ejemplo, el PBI asiático pasaría a ocupar el primer puesto de la producción mundial por delante de EEUU y la Unión Europea.
Esta es la mejor manera de comprobar como la crisis china es un elemento decisivo y detonante en el proceso de desarrollo de la crisis recesiva a escala global.
Pero hay algo más: Alemania, la primera economía de la Unión Europea, mantiene una fuerte vinculación con el comercio exterior chino. Según The Wall Street Journal, Alemania, se mantiene como el mayor exportador del mundo gracias, en parte, a la venta de equipos industriales a China.
Según las estadísticas de la industria alemana de comercio, China es el segundo mercado para la maquinaria alemana, detrás de EEUU.
Esto demuestra, en parte, la simbiosis EEUU-Europa-Asia existente en el entramado de la crisis económica global que se originó en las naciones centrales y ya se extiende por todo el planeta.
(continue)

Etiquetas: conocimiento, medios, memoria, monopolios, multitud, politica.
No culpen a nadie. Leyendo la prensa económica asiática crece aún más el desconcierto y salta al frente una única certeza: que las previsiones sobre un país como este son aún más arriesgadas de lo habitual. No sólo por su magnitud y por las barreras físicas y culturales, sino también por la calidad de los datos y estadísticas de los que se disponen. Para entendernos, y parafraseando a alguien que lleva casi siete años dentro de la trituradora pequinesa, “todo lo que dice el Gobierno chino es, en el mejor de los casos, una media mentira”.
Perdonen por esta inusual introducción, pero me sentía obligado a justificarme de antemano, ya que la historia asiática de esta semana es justo lo que decía al principio: todo y su contrario.
Empezamos por los datos oficiales hechos públicos el miércoles. La administración general de aduanas ilustraba que el desplome del comercio exterior es aún mayor de lo temido. Las exportaciones cayeron un 25,7% en febrero respecto al año anterior, mucho más de lo esperado. Similar fue el descalabro de las importaciones, que disminuyeron en el mismo periodo un 24,1%.
Los efectos sociales sobre un país que basa su desarrollo en lo que le vende a los consumidores extranjeros es el que se pueden imaginar: más fábricas que cierran, más inmigrantes rurales en la calle, más recién licenciados que no pueden pagar las deudas que contrajeron para ir a la Universidad y una considerable pérdida de las tímidas mejoras laborales (subidas salariales, garantías sociales…) que se habían ido arañando en los últimos años.
La segunda noticia que nos trajo el miércoles es la presentación en sociedad de la deflación. Después de meses pronosticándolo, el signo negativo entró finalmente en el IPC chino de febrero, marcando un -1,6% y abriendo el debate sobre si se trata de algo positivo o negativo. Se abren las apuestas y hay incluso quien dice que se ha forzado la caída de precios para darle vigor al mercado interno, en el que tanto confía Pekín para escapar de lo que ha sido definido por el Partido Comunista Chino como “el año más difícil del siglo”.
Y ahora vamos a contar lo contrario. Porque, ante estos datos, las voces oficiales del Gobierno (así como decenas de analistas independientes) posicionan las reservas de China, su margen de maniobra sobre una economía controlada y el plan de rescate de 600 mil millones de euros que ya están circulando en cientos de formas: créditos blandos, proyectos “verdes”, ayudas al sector agrícola y, por encima de todo, infraestructuras.
Lo que se viene a decir es que China ya está dando síntomas de mejoría y seguirá creciendo a buen ritmo, quizá incluso alcance el 8%, la tasa considerada mínima para que el modelo social no salte por los aires. ¿Cómo es posible obrar este nuevo milagro? Sustituyendo exportaciones por obras públicas, compensando la demanda de los mercados occidentales con la del propio Gobierno. Incluso se habla de un “nuevo modelo de crecimiento”. Provisional y para momentos de crisis, se sobreentiende.
El faraónico plan de obras públicas incluye trenes de alta velocidad con los que recorrer el gigante de norte a sur, infinitas autopistas, miles de kilómetros de comarcales que pavimentarán viejas pistas de tierra… En definitiva, la mayor inversión en ferrocarriles y carreteras que ha visto el mundo desde la efectuada por Estados Unidos a principios del siglo XX. Todo acompañado de misteriosos gastos en Defensa, una partida poco transparente y en la que desde hace varios años nadie sabe a ciencia cierta a qué ritmo se incrementa la inversión.
Y aunque tampoco falta quien dice que China no tiene liquidez para afrontarlo, el Gobierno asegura que el plan de rescate podría ir engordando a medida que avanza la crisis. Recordemos, insisten algunos analistas, que China cuenta con la mayor reserva de divisas de mundo (unos 2 billones de dólares).
Si todo esto no les ha aclarado las ideas, yo me daré por satisfecho. Al menos han podido experimentar lo que se siente al leer diariamente las ediciones asiáticas de los diarios internacionales: desconcierto y la creciente sospecha de que nadie sabe lo que está pasando realmente en China.
La prioridad de Beijing será velar por los intereses nacionales, señaló el primer ministro, ante los pedidos de contribución para "auxiliar" al sistema financiero internacional lanzado por EEUU y la Unión Europea.
En la gestión de las enormes reservas de divisas de China, "nuestra primera consideración son los intereses nacionales", afirmó el gobernante en el Gran Salón del Pueblo de Beijing al cierre de la sesión anual de ese órgano legislativo.
Frente al derrumbe bursátil, las quiebras bancarias y la falta de crédito que desaceleran la economía global, los US$ 2 billones de reservas de China son vistos como un "salvavidas" por las potencias centrales
Ante la consulta de si China consideraría aumentar su contribución al fondo de rescate del Fondo Monetario Internacional (FMI), Wen respondió que ese compromiso debe ser voluntario y en función de las condiciones individuales de cada país.
"Creo que el aumento de contribución al FMI no debe corresponder a un solo país", remarcó, "sino a todos en función de su cuota", aportada a ese organismo multilateral de crédito.
China es la tercera economía mundial detrás de EEUU y la Unión Europea, cuyos desarrollos productivos-altamente entrelazados al comercio chino- también afrontan desigual y combinadamente un proceso recesivo, que se proyecta en la baja de las exportaciones e importaciones a escala global.
Con una caída de sus exportaciones e importaciones superior al 25% anual, China profundiza su desaceleración económica y arrastra consigo no solamente a las economías de las potencias centrales, sino que además, proyecta su crisis recesiva sobre Japón y las primeras economías asiáticas altamente dependientes de su comercio exterior.
Las ventas en el extranjero de la tercera potencial mundial, motor de su economía, se desplomaron un 27% en febrero.
Durante la conferencia de prensa anual realizada el viernes, Wen expresó confianza en la capacidad del Gobierno chino para mantener el crecimiento de su economía, y señaló que tiene los recursos para tomar medidas adicionales de estímulo si es necesario.
"Reservamos las municiones necesarias. Podemos introducir en cualquier momento nuevas políticas de estímulo", afirmó.
Por otra parte, el primer ministro chino expresó "preocupación" sobre las perspectivas de la deuda del gobierno estadounidense que posee China, e instó a Washington a adoptar políticas efectivas que restauren la salud de la economía de Estados Unidos.
"Le prestamos una enorme cantidad de dinero a Estados Unidos", alegó Wen, "y para ser honesto, estoy un poco preocupado". En tanto que mayor acreedor de ese país, China tratará de "evitar los riesgos" y salvaguardar sus propios intereses, aseguró.
China invirtió 696.000 millones de dólares en bonos del tesoro de Estados Unidos al 31 de diciembre.
"Hemos prestado una enorme cantidad de dinero a EEUU, por lo que, ciertamente, estamos preocupados sobre la seguridad de nuestros activos. Efectivamente tengo algunas aprehensiones", dijo Wen en respuesta a una pregunta. Exhortó a Estados Unidos a "mantener su credibilidad, cumplir con sus compromisos y garantizar la seguridad de los activos chinos".
No obstante, Wen Jiabao destacó que EEUU sigue siendo la mayor economía del mundo y que China está "observando de cerca" los efectos de las políticas adoptadas por el presidente estadounidense, Barack Obama.
El banco central de China señaló que un aumento en el déficit fiscal de Estados Unidos y bajas tasas de interés en el país podrían afectar el atractivo del dólar aún cuando el paquete de estímulo estadounidense y la demanda de dólares como activo de refugio puedan dar soporte al dólar.
La preocupación en Pekín surge a la luz del aumento de la carga de la deuda en EEUU -cuyo monto total es de casi US$11 billones- y ante datos de la Reserva Federal que revelan que las inversiones extranjeras en la deuda estadounidense cayeron en más de US$15.000 millones.
Además, a Pekín le inquieta que el masivo déficit fiscal estadounidense y las tasas de interés cercanas a cero puedan erosionar el valor de la gran cantidad de bonos que posee.
"Deseo aprovechar esta oportunidad para implorar a EEUU (...) que cumpla con su palabra, que continúe siendo una nación con credibilidad y que proteja la seguridad de los activos chinos", fueron las palabras del premier chino frente a los legisladores de su país.
Este sábado, EEUU aseguró a China que sus inversiones billonarias en su economía están seguras a pesar de la recesión económica.
Las mayor parte de las inversiones chinas en EEUU es en bonos del Tesoro.
El principal consejero económico del presidente Barack Obama, Lawrence Summers, manifestó que los activos chinos en EE.UU. no están en problemas y que Washington será un "buen guardián" de este dinero.
Pocas horas después, el portavoz de la Casa Blanca, Robert Gibbs, declaró que "no hay un lugar más seguro en el mundo para invertir que EEUU".
Además de garantizar la seguridad de las inversiones chinas, el asesor de Obama, Larry Summers consideró que entre los estadounidenses existe un "exceso de temor" sobre el estado de la economía.
Agregó que ya se perciben algunas señales que son modestamente alentadoras, como un ligero aumento del gasto del consumidor.
Según los datos publicados este miércoles por la agencia oficial de noticias Xinhua, China ha reducido en febrero su superávit comercial a menos de una séptima parte en comparación con el dato registrado un mes antes.
Las cifras muestran que las exportaciones cayeron en este periodo un 25,7% interanual, hasta los 64.900 millones de dólares (millones de euros), mientras que las importaciones lo hicieron en un 24,1%, hasta los 60.540 millones de dólares (millones de euros).
En un contexto internacional golpeado por el colapso financiero recesivo que se extiende desde EEUU y las potencias centrales capitalistas, la profundización de la crisis china reviste una importancia estratégica central por el alto nivel de dependencia y entrelazamiento que mantienen las primeras economías mundiales con su comercio exterior.
En este escenario, a la economía china, por su alto nivel de dependencia comercial con EEUU, la Unión Europea y Japón (que conforman juntos las cuatro primeras economías del mundo), y a pesar del discurso "independiente" del primer ministro chino, se le va a hacer muy difícil desprenderse de la locomotora de la crisis.
Diga lo que diga el gobierno chino, la estabilidad de su economía, sus posibilidades de recaudación fiscal, dependen del comercio de exportación con países (como EEUU, la UE y Japón) que están atravesando por un proceso de recesión económica sin precedentes.
Y si esos países reducen sus compras (como lo están haciendo) la locomotora china se queda sin gasolina y comienza detenerse.
Así de simple es la ecuación, y diga lo que diga Beijing, China se encuentra navegando en el Titanic junto con EEUU, la Unión Europea y el resto de las economías que integran el "mundo globalizado" del sistema capitalista.
El primer ministro chino Wen Jiabao declaró este viernes, en su única conferencia de prensa prevista par este año, que la prioridad de Beijing será velar por los intereses nacionales.
En la gestión de las enormes reservas de divisas de China, "nuestra primera consideración son los intereses nacionales", afirmó el gobernante en el Gran Salón del Pueblo de Beijing al cierre de la sesión anual de ese órgano legislativo.
Sin embargo, "tenemos que considerar la estabilidad del sistema financiero internacional, pues los dos elementos están relacionados", agregó.
Ante la caída libre de los mercados y la falta de crédito que asfixian cada vez más a las economías de muchos países, los dos billones de dólares de reservas de China son la esperanza del mundo.
Pero el primer ministro chino dejó bien claro que Beijing pone condiciones para extender su mano.
Ante la consulta de si China consideraría aumentar su contribución al fondo de rescate del Fondo Monetario Internacional (FMI), Wen respondió que ese compromiso debe ser voluntario y en función de las condiciones individuales de cada país.
"Creo que el aumento de contribución al FMI no debe corresponder a un solo país", remarcó, "sino a todos en función de su cuota", aportada a ese organismo multilateral de crédito.
Además expresó claramente su preocupación por la seguridad de las inversiones chinas en Estados Unidos cuando pidió al gobierno del presidente Barack Obama que "cumpla sus promesas de garantía".
"Le prestamos una enorme cantidad de dinero a Estados Unidos", alegó Wen, "y para ser honesto, estoy un poco preocupado".
En tanto que mayor acreedor de ese país, China tratará de "evitar los riesgos" y salvaguardar sus propios intereses, aseguró.
China invirtió 696.000 millones de dólares en bonos del tesoro de Estados Unidos al 31 de diciembre.
El primer ministro dedicó una cantidad considerable de tiempo de la conferencia de prensa de dos horas, preparada de antemano, a defender la política de Beijing en el marco de la crisis financiera internacional y señaló que las autoridades estaban dispuestas a tomar medidas adicionales para impulsar su economía, la tercera del mundo.
China tiene "municiones adecuadas" para reforzar la frágil confianza del público y puede aumentar su paquete de estímulo de 585.000 millones de dólares en cualquier momento, aseguró el primer ministro.
Consciente del impacto que la permanente difusión de datos negativos tiene sobre la confianza depositada en el gobierno, Wen subrayó varias veces la necesidad de reforzar ese aspecto.
"La confianza es más importante que el oro y que el dinero", declaró durante la conferencia, televisada a todo el país.
"Lo primero y lo más importante es fortalecer la confianza. Sólo cuando lo hayamos logrado, tendremos más valor y fuerza y recién cuando tengamos valor y fuerza podremos superar las dificultades", sostuvo.
Pero cuatro meses después del anuncio del primer paquete de estímulo, la situación sigue igual de precaria. El producto interno bruto (PIB) creció 6,8 por ciento el año pasado, el más bajo desde 2001 y la mitad del contundente 13 por ciento de 2007.
Las inversiones superaron los pronósticos de 26, 5 por ciento en los primeros dos meses, respecto del mismo periodo del año anterior, pero la caída de las exportaciones significó la peor contracción comercial en muchos años.
El principal indicador de actividad económica de China de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE) cayó a su nivel más bajo en sus 26 años de historia, superando el bajón de 1989, año de la brutal represión de una manifestación pro democrática en la plaza de Tiananmen.
El Congreso Nacional del Pueblo aprobó este viernes el paquete de estímulo y un déficit presupuestal sin precedentes para este año, a fin de lidiar con la depresión. "Estamos preparados para una crisis prolongada y muy difícil", declaró Wen.
Uno de los "problemas más graves" de la debacle económica para el gobierno chino es el aumento del desempleo.
Unos 11 millones de trabajadores inmigrantes siguen sin empleo tras su regreso a China después del descanso de año nuevo, en enero según el calendario lunar, de acuerdo con estadísticas oficiales divulgadas esta semana.
Al Partido Comunista le preocupa la posibilidad de aumento del descontento social entre inmigrantes y los seis millones de universitarios que se recibirán este año y que no podrán encontrar trabajo.
"El acuerdo alcanzado entre el Partido Comunista y los intelectuales tras las manifestaciones pro democráticas de 1989 parece cada vez más frágil", señaló Ian Buruma, profesor de derechos humanos del Bard College de Nueva York.
Las autoridades les permitieron enriquecerse a cambio de un acuerdo tácito de que se mantuvieran al margen de la política, señaló Buruma esta semana en Beijing. "Pero ese pacto está a punto de romperse pues depende, en gran parte, de la promesa de prosperidad permanente".
Wen Jiabao reafirmó el compromiso del gobierno para lograr que el crecimiento del PIB sea de ocho por ciento este año, aun si las economías de Estados Unidos y Japón se contraen.
El objetivo es "difícil, pero posible", si "nos esforzamos lo suficiente", dijo.
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