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La Cumbre del G-20 de Londres |
La Cumbre de Londres anuncia su fracaso tres semanas antes de celebrarse.
La segunda “Cumbre histórica” del G-20 –se contabilizan y convocan con ese ilustre calificativo una vez que los gobiernos de las oligarquías más ricas del mundo decidieron que el Gran Desastre Social era inocultable, y que ya no podía ser tratado como una falta de “control financiero” ni como un “desajuste temporal del mercado”-, va a tener lugar en Londres los próximos días 2 y 3 de abril.
La primera “se realizó” en la “era Bush transición a Obama” y fue anunciada con semanas de antelación y a redoble de tambor. Se desarrolló y finalizó sin dejar huella alguna aunque se celebró como un éxito de las élites políticas y económicas de “occidente”. La receta y la previsión económica “a largo plazo” que se entregó a los medios de comunicación decían lo siguiente: “corregiremos el sistema financiero”, “a mediados de 2009 comenzará la recuperación”. El paquete se envolvió con un lazito muy hermoso que proclamaba: cambio y esperanza Obama.
Ambas previsiones y la propia existencia de la histórica Cumbre se esfumaron totalmente en el temporal de quiebras; y entre las cortinas de humo lanzadas para encubrir el creciente y, progresivamente desbocado, paro.
Tras aquella Cumbre de Washington -que fijó un tiempo corto para la recuperación, y otro cortísimo para la puesta en marcha de las “medidas correctores”: la llegada de Obama-; se han evaporado más de dos billones de dólares y varios centenares de miles de euros. Fueron vertidos en las mismas grietas por las que se habían multiplicado hasta el infinito las ganancias ficticias, las desigualdades sociales, y la explotación inmisericorde del capitalismo globalizado y militarizado.
Las “grandes burbujas” que explicaban la crisis: financiera, petrolera, alimentaria, de la deuda externa de EEUU, de los gastos militares del Imperio, las gigantescas reservas en dólares inmovilizadas en los bancos centrales de los “países emergentes”; fueron soplados con ventoleras de billetes verdes y “activos tóxicos de deuda pública” que se esfumaron de manera inmediata y provocaron más agujeros negros y más quiebras. En estos momentos nadie sabe cómo, con qué forma y por dónde circulan las infinitas variantes de dinero, y cuál es la medida de su valor en el gran Mercado.
La Cumbre de Londres viene acompañada por una enorme agitación que no es más que absoluta incapacidad, total desconcierto, previsiones catastróficas y pánico. Las noticias de grandes hechos sociales y económicos se van superponiendo unas a las otras de manera vertiginosa, dando testimonio de un derrumbe incontrolable e incontrolado.
En un plazo de pocos días se han producido hechos de enorme magnitud económica y social y de importancia literalmente incalculable.
- La administración Obama es incapaz de poner en marcha su plan contra la crisis que, por otra parte, no es más que humo y “buenas intenciones”: una especie de “keynesianismo financiero” que se diluye en el gigantesco, difuso y corrupto aparato administrativo de los lobbys federales y estatales, de las administraciones privatizadas, de los organismos “semipúblicos” y de las grandes entidades, corporaciones y conglomerados económicos.
- Los “sectores económicos” que se han elegido para reactivar la economía: tecnología punta, “sustitución energética”, cobertura económica de seguros médicos privatizados, aumento del sistema federal de becas para estudiantes; unidos al aumento –nada enmascarado- de los gastos militares para el próximo presupuesto, y al mantenimiento de la red y el reclutamiento para la “cobertura militar del imperio”, no auguran –por el momento- ningún cambio.
- Las enormes emisiones de dólares o de deuda pública para respaldar las operaciones de rescate han devaluado las reservas o los títulos de deuda de países como China, India, Japón, Corea del Sur. La advertencia china sobre una “quiebra trasladada” ha sido muy evidente.
- La Unión Europea hace aguas por todas partes y se está fraccionando rápidamente a medida que avanza la crisis. Se suceden las intervenciones proteccionistas y las quiebras bancarias parecen inminentes. Los países del Este de Europa han sido dejados a su suerte. El ¡salvese quien pueda! va a sonar como un clarín en los sótanos de la Cumbre de Londres.
- El desconcierto de la élite dominante, y de los políticos y “gestores económicos” del capitalismo es evidente.
- El sistema político –unificado y globalizado por el capitalismo en su “fase neoliberal”-, no puede elaborar muchas alternancias ficticias.
Es posible que se generalice la tendencia a los “gobiernos de concentración” con el apoyo de las organizaciones sindicales domesticadas.
- El sistema ideológico parece dispuesto a calificar el mal como: “capitalismo sin estado” o “capitalismo neoliberal”, para intentar salvar la estructura global de explotación.
- A estas alturas parece evidente que la crisis va a generar dinámicas absolutamente imprevisibles y luchas sociales desbordantes, desordenadas e incontenibles.
Tiene razón Fidel en sus advertencias. Tiene razón cuando señala a Atilio Borón, y éste apunta al capitalismo y no sólo el “capitalismo neoliberal” como causante de una “gran depresión globalizada” que es, mucho más de una crisis cíclica, una crisis civilizatoria.
Ambos hacen una llamada al incremento de la conciencia política y de las organizaciones populares.
Nota de redacción de inSurGente
"Reproduzca esta información, hágala circular por los medios a su alcance: a mano, a máquina, a mimeógrafo, oralmente. Mande copias a sus amigos: nueve de cada diez las estarán esperando. Millones quieren ser informados. El terror se basa en la incomunicación. Rompa el aislamiento. Vuelva a sentir la satisfacción moral de un acto de libertad. Derrote el terror. Haga circular esta información”.
Rodolfo Walsh, ANCLA (Agencia de Noticias Clandestina), 1976
Antonio Maira

Etiquetas: conocimiento, inteligencia, monopolios, multitud, politica.
En suma es una crisis global social y política.
Son el resultado de un laborioso proceso de cálculos y cavilaciones por parte del G7, cuyos gobiernos expertos en libres mercados, economía, desarrollo científico civil y militar, invitaron desde 1999 a 13 naciones mas, a llevar a la quiebra a las finanzas mundiales, y actualmente representan el mayor problema con el que cuenta la humanidad para salir de la crisis por caminos mas sostenibles y equitativos.
Las realidades económicas de estos 12 países, fuera del G8, incluida Rusia, han sido enturbiadas en estos 10 años por la palabrería capitalista.
Política monetaria equivocada, la manipulación de resultados de “ opciones sobre acciones, aumento la corrupción del sistema, el apalancamiento de la banca, el mayor uso de recursos financieros de China y de las trasnacionales petroleras desde el Medio Oriente, el cenit petrolero, y otros condujeron al fracaso al G7, y frenan el crecimiento de Asia y Sudamérica.
China, India, Sudáfrica, Indonesia, Corea del Sur, Australia, Turquía, Arabia Saudita, México, Brasil, Argentina y Australia, sus estructuras políticas y económicas presionadas para el programa expansioncita de tierras nuevas de la globalización. Nueva autodeterminación que significa, “lucha por la sobre vivencia”.
El G7 requiere una recuperación, pero solo, de los organismos crediticios, testimonio de la conducta capitalista para salvar la interdependencia de los mercados privados.
Se trata de objetivos inalcanzables y que se hallan dentro de un ámbito de lo imposible para algunas naciones de Asia y América Latina por su desarrollo social que obligadamente deben solucionar.
Los más de 4 billones de dólares gastados desde los inicios de la crisis, para salvar la institucionalidad del capitalismo, la privacidad del sistema y la economía de guerra, revitalizaran la globalización, la pregunta es ¿Cuándo?
El proyecto de recuperación económica aprobado por el congreso norteamericano, es un fiel testimonio de la conducta de Obama para evitar la formación de un internacionalismo proletario.
Este párese ser el punto.
El tiempo trabaja contra las aspiraciones revolucionarias de consolidación socio- político afectándola por la crisis económica.
Capital ficticio del capitalismo cansado y viejo que usa políticas deliberadas de consumo para afectar las tazas de desarrollo, endeudando al mundo.
Bancarrotas reales, por el involucramiento des acelerador comercial e industrial en cada país.
Ofensiva capitalista para Asia y Sudamérica usando las naciones del G20, dos regiones de crecimiento sostenido en los últimos 10 años.
Estados Unidos y Europa, para salvar su crisis política necesitan de la colaboración de China, India, Brasil y Argentina especialmente, eso significa, frenar la atmósfera de recuperación social, económica y política en esos continentes.
Más aun, cuando China en los actuales momentos es dueña, por a si decirlo, del aire que se respira, China es parte importante en la recuperación financiera mundial.
Todas las naciones acuden a ella.
Alianzas, chino-rusas, con India, Indonesia, Venezuela, Irán, o la creación del bloque del ALBA con una nueva moneda el sucre, en Sur América.
El capitalismo no puede quedarse por fuera ante estos proyectos, por eso su ofensiva.
La invitación a Lula a la casa blanca, la llamada a Cristina Kirchner, el viaje del vicepresidente John Biden a Santiago de Chile el 27 y 28 de marzo, para la reunión de “lideres progresistas” a celebrarse en Viña del Mar, donde también asistirán el primer ministro Gordon Brown, José Luis Zapatero, Tabaré Vázquez, Luis Ignacio Lula y Cristina Kirchner, a la reunión están invitados el BM, la OMC, Y 200 “expertos” en crisis.
Sin lugar a dudas es también una ofensiva divisionista ante la arremetida de las revoluciones pacificas en este continente.
¿Tabaré Vázquez? Bueno…
El resultado final del G7, ha demostrado sistemas frágiles, a pesar de estar reunidos en el grupo de naciones mas industrializadas, operan de manera fragmentada y se ven afectados por sus propios intereses cuando de energía y proyectos bélicos se trata para sostener la industria de las armas, cuya financiación, equipamiento e industrialización, los lleva a una incapacidad para generar soluciones a sus propias crisis.
Alianzas que no han servido para resolver históricos problemas de pobreza e insalubridad, causados por el sistema capitalista Crisis que evidencia que los acuerdos bilaterales están mas vigentes que nunca con naciones fuera de la órbita neoliberal.
Naciones del G20, Indonesia, India, China, Brasil, Argentina, México, con serios problemas internos, no solo por el desempleo que aqueja mas que nunca a los Estados Unidos, sino por la pobreza y la desigualdad, situación concreta y claramente definida, que debería ayudar a comprender el problema del capitalismo, constituye a menudo la mitad de la solución.
En la cumbre del G8 en Gleneagles, Escocia en el 2005, los países industrializados se comprometieron a duplicar la ayuda a África para el 2010. A las puertas de ese año, los avances en ese sentido han sido escasos.
Al contrario, continentes como Asia, América del Sur, están en constante disputa por el mismo G8, para satisfacer sus intereses. Y así, reunión tras reunión de los ocho países más ricos del mundo, para nada.
A partir del 2008, el protagonismo paso al G20, las dos reuniones efectuadas en el 2008 y la que viene, denota la nueva importancia dada a las naciones con economías importantes para involucrarlas totalmente en la globalización.
Situación de enorme importancia para la nueva geoestratégia que el capitalismo quiere construir, siempre dependientes del G8.
Raul Crespo
Además, aumenta el ingenio de las acciones contra los responsables de esta crisis global.
El pasado 12 de marzo, mientras arrancó en diferentes ciudades del Estado español la acción “Los Puntos Negros de la Crisis”, un grupo de activistas del Reino Unido, Irlanda, Francia, Suiza e Italia “invadió” el centro financiero St Paul's de Jersey, uno de los paraísos fiscales más conocidos de la Unión Europea (UE) para presentar el Plan de Acción contra estos espacios de impunidad de la Red por la Justicia Fiscal, quien, junto con un grupo local, organizó una ruta explicativa para señalar los impactos sobre las economías nacionales de los diferentes bancos “offshore” en la isla.
John Hilary, de la organización británica War on Want, exige:
“El escándalo de los paraísos fiscales tiene que acabar”.
Sólo los cuatro grandes bancos ingleses (RBS, Lloyds TSB, Barclays and HSBC) tienen 170 filiales in Jersey.
“Las arcas públicas pierden cada año 100.000 millones de libras esterlinas por evasión fiscal. Y, en vez de mejorar la capacidad de recaudar estos impuestos perdidos, el Gobierno laborista intenta cerrar más de 200 oficinas de Hacienda en el Reino Unido, despidiendo 25.000 personas”, añade.
Jersey firmó apresuradamente un acuerdo con Londres para facilitar información sobre los impuestos, con la esperanza de desaparecer de la “lista negra” de paraísos fiscales, que están en el huracán del debate sobre las reformas del sistema financiero de la próxima Cumbre del G20, y que incluso el presidente de EEUU, Barack Obama, identificó como “lugares de probables evasiones de impuestos de los EEUU”.
Para los países empobrecidos el no-pago de impuestos y de otras tasas, por parte de las empresas transnacionales, supone la pérdida anual de 280.000 millones de euros aproximadamente.
La “invasión” de Jersey era la primera de una serie de acciones previstas en el Reino Unido ante la reunión del G20.
Para el 28 de marzo, una amplia coalición de más de 100 organizaciones ha convocado una manifestación bajo el lema:
“¡Las personas primero! Empleo, Justicia, Clima”.
Seguirán las actividades en la City (Centro Financiero de Londres) el 1 de abril, durante el “Financial Fools' Day” (Día de los Inocentes para las finanzas), con acciones directas del movimiento autónomo y libertario bajo el lema:
“G20: Cataclismo en la City”.
Además, habrá una Cumbre Alternativa, una manifestación contra la guerra -exigiendo la salida de las tropas de Iraq y Afganistán, el final de la guerra en Gaza y la abolición de todas las armas nucleares, y un campamento de acciones sobre el clima.
Siguiendo la declaración “No vamos a pagar por la crisis, que la paguen los ricos”, de la Asamblea de los Movimientos Sociales en el Foro Social Mundial, celebrado hace pocos meses en Belém (Brasil), se está desarrollando una semana de acción global contra el capitalismo y la guerra del 28 de marzo al 4 de abril.
En Francia, Alemania y el Estado español, entre otros, se hará mayor hincapié en la movilización contra el G-20 el 28 de marzo.
Muchas acciones contra las medidas anti-crisis se enlazan, además, con las marchas contra la OTAN, y sus bases militares, en su 60 aniversario el 4 de abril en Estrasburgo y otros lugares.
Desde la Marcha Mundial de las Mujeres, explica Miriam da Silva Pacheco:
“En Brasil organizaremos una acción el 30 de marzo, contra la guerra y la crisis, y en solidaridad con Palestina, en alianza con otros movimientos, como MST, CUT, CTB y los estudiantes”.
Los movimientos sociales en América Latina están volcados en la movilización contra su propio "G20", la Cumbre de las Américas en Trinidad y Tobago, que reúne a mediados de abril a los presidentes del continente.
Movimientos y organizaciones sociales de la región suramericana, como Jubileo Sur, están preparando asimismo acciones de manera paralela a la reunión anual del Banco Interamericano de Desarrollo (BID), que celebra a finales de marzo su 50° aniversario en Medellín (Colombia), para denunciar y demandar justicia frente a las políticas del BID, sus impactos sobre la población y el medio ambiente, así como las consecuencias de la deuda externa y los programas de ajuste estructural de las Instituciones Financieras Internacionales.
En Roma se organizará una acción simbólica frente al Banco de Italia, centrada en la demanda de cerrar los paraísos fiscales.
Antonio Tricario, de la Campagna per la Riforma della Banca Mondiale, opina que el Financial Stability Forum (FSF) se convierte en un problema mucho más grande que el Fondo Monetario Internacional (FMI), por lo que aboga por una acción concertada entre los movimientos para denunciar el FSF.
Éste fue creado en 1999 para reunir gobiernos, bancos centrales, autoridades nacionales de supervisión de los mercados (como la CNMV), las instituciones financieras internacionales, comités de expertos, etc.
Su objetivo: promover estabilidad financiera internacional, mejorar el funcionamiento de los mercados financieros y reducir riesgos sistémicos.
Actualmente está presidido por Mario Draghi, Gobernador del Banco de Italia.
"Es más fácil conocer la mente de Dios, que lo que piensa y hace Draghi", ironiza Tricario.
"El mundo en crisis: economías y políticas para una transformación global" será el lema de la reunión alternativa a la Cumbre de los ministros de economía y finanzas de la UE (ECOFIN), a finales de marzo en Praga.
"Necesitamos urgentemente alternativas", declara Glopolis, los organizadores del "Alternative ECOFIN", una iniciativa que ya se llevó a cabo desde 2006 en Viena, Berlín y Ljubljana.
Hans-Jürgen Urban, del sindicato alemán IG Metall y miembro de Attac, dice que “la izquierda ha tenido razón” con las predicciones de los impactos de la economía financiera, “pero ahora estamos un poco desamparados”.
Faltan los modelos sociales alternativos.
Para Susan George, del Transnational Institute (TNI), es urgente que los movimientos sociales pongan en la agenda de la opinión pública las crisis que los medios de comunicación masivos y los Gobiernos han invisibilizado con la crisis financiera, como las desigualdades sociales, la crisis alimentaria y el Cambio Climático.
“No tenemos otra posibilidad que hacer posible la justicia climática”, constata Meena Raman de Amigos de la Tierra Internacional.
“Tenemos que conseguir reducciones domésticas de emisiones de gases de efecto invernadero en los países industrializados sin títulos compensatorios de emisiones” y “exponer la hipocresía de la Unión Europea en las políticas climáticas”, añade la representante del Third World Network en Ginebra, que se muestra optimista:
“Es un gran momento para los cambios y el activismo político”.
En Asia también se preparan acciones en torno a esa semana.
Walden Bello, economista filipino y miembro de Focus on the Global South, opina que el “G20 no está legitimado para discutir el orden multilateral, sino la ONU”, además “revitalizar el Fondo Monetario Internacional (FMI) y el Banco Mundial (BM) es el camino erróneo”.
Lo que la UE tiene que hacer, dijo Bello en un debate con la Comisión Europea, organizado el pasado 17 de marzo por el Transnational Institute en Bruselas, es “cancelar la deuda externa de los países del Sur, trabajar a favor de una conferencia de la ONU para un nuevo orden multilateral, congelar la Ronda de Doha de la Organización Mundial de Comercio (OMC) y las negociaciones de Tratados de Libre Comercio, apoyar las respuestas regionales a la crisis y detener el hostigamiento y las deportaciones de migrantes”.
Aehwa Kim, de la Korean Alliance of Progress Movements informa que la Confederación Coreana de Sindicatos celebra el 28 de marzo en Seúl una manifestación contra las políticas neoliberales del gobierno y del G20.
Según Trevor Ngwane, del Soweto Electricity Crisis Committee (Suráfrica), “tenemos seis mil millones de razones para mejorar los derechos de las personas normales”.
Luchar contra la crisis “es desafiar las privatizaciones donde la gente las sufre”, subraya.
“En los antiguos barrios de la Apartheid, estamos luchando por las necesidades básicas, tales como agua, electricidad, educación y comida, y las 'grannies of Soweto' (abuelas) han conseguido sacar a la multinacional francesa Suez de la gestión del agua, que hoy vuelve estar en manos publicos”, añade Ngwane.
También en EEUU, donde hay casi 20.000 despidos cada día, habrá protestas como la marcha a Wall Street, el 3 y 4 de abril, en el aniversario del Día de Martin Luther King -quien dio su vida para luchar por justicia económica y social-, con esta reivindicación:
“Paremos el Negocio como siempre. Cuenta a los banqueros de Wall Street: Estamos hartos y cansados de que billones de dólares se vayan a los bancos y unos pocos peniques sean para la gente. ¡Demandamos empleos ya!”.
La movilización reivindica además la Employee Free Choice Act (la Ley de Libre Elección del Trabajador), que facilitaría que los trabajadores se afilien a sindicatos.
Asimismo hay una campaña “Dile al Secretario de Estado del Tesoro qué siente tu corazón” de la red contra la deuda externa Jubilee USA.
Con mensajes personalizados, sobre todo de niñas/os, quieren “sensibilizar” al Gobierno de Obama para que no olvide al Sur Global.
Como en casi todas las convocatorias, se constata la exigencia de regular democráticamente los mercados y el capital financiero.
Sin embargo, no está claro si el objetivo es una “economía global de mercado más ecológica y social” o un cambio de sistema.
“Es preciso, pues, dar un giro profundo en la orientación de nuestro futuro”, explica Ramón Fernández Durán de Ecologistas en Acción, “lo cual sólo será posible a partir de multitud de procesos de pequeña escala, desde abajo, que vayan contra la lógica dominante”. “En definitiva, se trataría de frenar el crecimiento económico e impulsar un decrecimiento controlado, reduciendo poco a poco el ámbito de la economía monetaria, recuperando el control social del dinero, sometiendo el mercado a la sociedad, desmantelando los grandes conglomerados empresariales, y estableciendo el control del trabajo sobre unos procesos productivos, rompiendo con la lógica del beneficio y de la mercantilización y acumulación constante”, explica Durán.
La última convocatoria contra el G20, el pasado 15 de noviembre, no ha sido tan masiva como las manifestaciones contra la guerra de Iraq en 2003, pero en el seno de los movimientos sociales se está discutiendo estrategias comunes para una nueva ola de desobediencia civil.
Reforzadas por el Foro Social Mundial de Belém, surgen múltiples convocatorias para denunciar y promover acciones contra las medidas de las élites políticas y el poder económico ante la crisis financiera. Y, a nivel mundial, se están dando pasos importantes de coordinación y convergencia entre diferentes sectores sociales y políticos.
Incluso, surgen nuevos espacios locales, y muchos foros sociales locales reanudaron su actividad para buscar respuestas a la crisis.
Hace falta, sin duda, la máxima confluencia entre las diferentes organizaciones, redes y campañas. Como se hizo, por ejempo, en la movilización contra la cumbre de la Organización Mundial de Comercio (OMC) en Seattle (EEUU) hace 10 años, cuando decenas de miles de manifestantes fueron capaces de bloquear, retrasar e influir en aquellas negociaciones comerciales.
En la actual situación de desesparación y crispación social, no tardarán en rebelarse –de forma masiva- los afectados, como desempleados, agricultores, inmigrantes o trabajadores, para exigir medidas contra los impactos de la crisis. Y, entonces, será necesario haber tejido alianzas sociales amplias.
La crisis económica mundial es “una oportunidad histórica de transformación”, como bien resume la declaración con ese título redactada durante el 7º Foro de los Pueblos Asia-Europa en Pekín en octubre de 2008, pero hacen falta muchas respuestas unitarias para no “ceder este momento a grupos fascistas, populistas de derecha o xenófobos, quienes seguramente intentarán aprovecharse del miedo y de la cólera de la gente para sus fines extremistas y reaccionarios”.
En el Estado español
Varias decenas de movimientos sociales, partidos políticos y organizaciones sindicales se vienen reuniendo desde octubre de 2008 a nivel estatal (link) y local.
En Barcelona y Madrid (bajo el lema “No pagaremos vuestras crisis capitalistas. ¡Es hora de cambiar!), han decidido convocar a la ciudadanía a manifestaciones unitarias el sábado 28 de marzo, coincidiendo con otras similares en otras ciudades.
Crisis ecológica y alimentaria
En muchos lugares se vinculará las protestas contra el G20 con la lucha contra el cambio climático, la defensa del territorio y la Soberanía Alimentaria.
Así, la Vía Campesina (link), moviliza mundialmente el próximo 17 de abril, “por los derechos de los campesinos y las campesinas” y “para oponernos a los acuerdos de libre comercio en África y en el resto del mundo”.
Por otra parte, ha tenido lugar recientemente en Copenhague una reunión para seguir coordinando las movilizaciones internacionales, en los preparativos hacia, durante, y después, de la Conferencia sobre Cambio Climático de la ONU en la capital danesa, especialmente durante el Día de Acción Global el 12 de diciembre de 2009.
En la declaración “¡Justicia climática ahora! ¡No a las ilusiones neoliberales, si a las soluciones de los pueblos!” de la Asamblea por la Justicia Climática en el Foro Social Mundial, se remarcó que “frente a los intereses deshumanizados e impulsados por el mercado de la elite global y el modelo dominante de desarrollo basado en un crecimiento y consumo interminables, el movimiento por la justicia climática reclamará los bienes comunes, y pondrá las realidades sociales y económicas en el corazón de nuestra lucha contra el cambio climático”.
Todo ello con la idea de “desenmascarar las falsas soluciones, alzar las voces del sur, defender los Derechos Humanos, y fortalecer la solidaridad”.
Acciones sencillas contra la evasión de impuestos
El cómico inglés, Mark Thomas, organizó recientemente una protesta ante el edificio del Ministerio de Hacienda en Londres animando a los funcionarios de ocupar el inmueble y dejar de pagar alquiler porque su dueño evade impuestos.
El gobierno inglés había vendido el edificio público hace años a una empresa financiera, con sede en Jersey, y que evade el pago de impuestos en el Reino Unido al gestionar sus cuentas en dicho paraíso fiscal -mientras el ministerio le abona, con dinero público, cada mes el alquiler por el uso de las oficinas en el edificio-.
(mas...), (mas...) y (mas...)
En esta ocasión, el comandante Bob Broadhurst dijo que 2.500 oficiales serán desplegados para evitar que los manifestantes ambientalistas y anarquistas interrumpan toda la actividad en el centro londinense, como prometieron hacer. Según The Independent, los oficiales empleados serán 10.000.
El funcionario calculó que el operativo policial costará hasta 10 millones de libras (14,4 millones de dólares/10,6 millones de euros).
"Claramente hay algunas personas muy innovadoras y listas y saben nuestras tácticas", dijo Broadhurst, quien no pudo indicar cuántos manifestantes llegarán a Londres, pero descuenta que serán miles.
La cumbre en sí se realizará en un centro de conferencias en la zona portuaria rehabilitada del este de Londres. De todas maneras, los líderes internacionales como el presidente estadounidense, Barack Obama, arribarán el 31 de marzo.
Unos 40 convoyes armados escoltarán a altos diplomáticos en el traslado entre el centro de conferencias y la sede gubernamental en Downing Street.
Broadhurst señaló que las principales protestas en el centro de Londres y en el distrito financiero están planeadas para el 1 de abril.
Lo más extraño de todo es que ese desafío "sin precedentes" lo constituirán 2.000 manifestantes que pretenderán paralizar la ciudad. 2.500 ó 10.000 policías contra 2.000 manifestantes: ¿un desafío "sin precedentes"?
A juzgar por estos alarmistas preparativos mediáticos, ¿el precedente no será el G8 de Génova?
(mas...), (mas...) y (mas...)
Uno de los promotores de la campaña es el Bretton Woods Project, un grupo de presión creado en 1995 para hacer un seguimiento crítico de la actividad del Banco Mundial y del Fondo Monetario Internacional (FMI), y que ha visto en la actual crisis financiera un revulsivo para promover el cambio.
"Con el estallido de la crisis el pasado septiembre vimos que había una oportunidad para impulsar una reforma de la arquitectura del sistema financiero, para hacerlo más justo y sus instituciones más democráticas", dijo uno de los responsables de la organización, Peter Chowler.
El Bretton Woods Project se puso en contacto entonces con el Congreso británico de Sindicatos (TUC), que los agrupa a todos, y con ONGs ecologistas y humanitarias para construir un movimiento "lo más amplio posible", en el que no caben los partidos políticos, ya que, según Chowler, "diluirían el mensaje coral".
En ese coro de voces hay no obstante un tema común, que es tan social como político: la condena de un sistema económico que, en su último tropiezo, ha causado ya la miseria a millones de personas en todo el mundo.
"Hablamos por boca de la gente corriente, la que pierde su trabajo y no puede pagar la hipoteca, la que paga el pato de los excesos de los banqueros en un sistema que les ha permitido lucrarse a expensas de los demás", dijo una portavoz del TUC.
La crisis financiera ha destapado otros muchos problemas globales, que reivindicarán cada una de las diferentes organizaciones que participarán en la marcha, como el deterioro del planeta, la pobreza en los países en vías de desarrollo o la desigualdad en el comercio mundial.
Greenpeace, por ejemplo, llevará el mensaje de que "cualquier medida de estímulo fiscal que se tome" para incentivar la inversión pública y la demanda "debe tener como objetivo la creación de puestos de trabajo 'verdes' y recortar las emisiones de dióxido de carbono", explicó el portavoz Graham Thompson.
Desde la católica Cafod al Consejo Musulmán británico, pasando por las ONG de lucha contra la pobreza y por el comercio justo Oxfam y War on Want o Save the children, de asistencia a la infancia, "Put people first!" ha logrado unir intereses diversos con el objetivo común de reclamar una sociedad más justa.
También participarán en la marcha desde Embankment hasta Hyde Park grupos de izquierda revolucionarios, asociaciones de artistas anarquistas como rampART o el grupo G20 Meltdown, que además ha organizado una serie de protestas para el 1 de abril que culminarán con una acampada frente al Banco de Inglaterra.
La cumbre del G-20, que reunirá a los jefes de Estado y de Gobierno de las economías industrializadas y emergentes, que juntas suman un 80 por ciento de la producción mundial, se celebrará entre fuertes medidas de seguridad en el recinto ferial Excel del este de Londres, donde también se esperan manifestaciones.
La Policía británica ha anunciado un dispositivo de seguridad valorado en unos 7,8 millones de euros, que pondrá a más de 2.500 agentes en las calles para reprimir cualquier protesta que amenace con acercarse al lugar de la reunión del G-20.
Anarquistas, ecologistas y antiglobalizadores jugarán al gato y al ratón con la policía, que teme ser desbordada por la multiplicidades de funciones que debe desempeñar en la vigilancia de al menos 40 delegaciones mundiales en Londres, las protestas que se anuncian y dos grandes partidos de futbol en esos días, que requerirán un gran despliegue de efectivos.
La primera marcha será el 28 de marzo entre Embakment y Hyde Park, bajo la consiga "Put the people First" ("Pongamos a la gente primero").
El 31 de marzo comienzan a llegar las delegaciones, incluyendo el presidente norteamericano Barack Obama, que aterrizará en el aeropuerto de Stansted, a una hora de Londres. Pero el 1° de abril será un verdadero pandemonium de seguridad: Obama llegará al Palacio de Buckingham a visitar a la reina Isabel, para luego asistir a una recepción en Dawning St, la casa del primer ministro Gordon Brown.
En la plaza de Trafalgar estará la marcha de la Coalición "Stop the war" y en Cannon St, Liverpool St y Lond on Bridge, pleno centro de la capital, los antiglobalistas celebran el "Financial Fools Day" ("Día de los tontos financieros") y marcharán hacia el Banco de Inglaterra, en el corazón de la City. El mismo día se celebra el Intercambio Europeo de Clima y se esperan protestas, al igual que en la cumbre del G-20 en Docklands, en el Este de Londres.
Al menos 1.000 manifestantes anticapitalistas tratarán de llegar frente al Banco de Inglaterra el 1° de abril, donde serían vigilados por 2.500 policías con equipo antidisturbios.
El presupuesto para proteger la cumbre y la ciudad en los días previos al G-20 y durante ella es de 10 millones de libras esterlinas.
"Van a querer tomar todo. Esa es la aspiración. Llegar y tomar todas las instituciones de la City que puedan", explicó el comandante Bob Broadhurst, de la Policía Metropolitana británica.
"Estamos viendo una planificación sin precedentes entre los organizadores de la protesta. Son grupos rearmados de los 90, junto con anarquistas y ecologistas. Están planificando que van a hacer y cambian cada minuto. Tienen gente muy inteligente entre ellos y la intención el 1° de abril es parar la City", explicó el oficial policial.
"Un verano de furia" es la amenaza de los antiglobalizadores, que quieren celebrar el décimo aniversario de las primeras marchas antiglobalización, que provocaron vandalismo y caos en la City británica. Se organizan en blogs, fórums y redes sociales y cambian sus tácticas y se comunican por SMS. El sitio "G20 Meltdawn" advierte: "Nosotros no podemos pagar, no vamos a pagar y vamos a tomar la calle. A las 12 del 1° de abril, vamos a tomar la City en la barriga de la bestia: el Banco de Inglaterra", alertan.
En la City han recomendado a los banqueros cancelar sus reuniones y vestirse sin traje ni corbata para no ser identificados como objetivos.
Los mayores problemas se producirían cuando las calles se cierren para dar paso a las delegaciones, que deben viajar entre sus hoteles, el lugar de la cumbre en Docklands y las recepciones oficiales en Dawning St y el Palacio de Buckingham.
Otro temor de la policía es que los manifestantes ataquen los hoteles de Londres donde se encuentran las delegaciones.
Temen que estos lugares puedan ser objetivos de tácticas estilo guerrilla y la policía ha desarrollado planes antiterroristas para cualquier eventualidad. Su inteligencia indica que esperan los peores desordenes callejeros en más de en una década.
El periódico, de 12 páginas, completo con el eslogan “Vivimos en Crímenes Financieros” – una parodia del titular publicitario “Vivimos en Tiempos Financieros” – fue distribuido desde el alba de hoy a pasajeros en la estación Waterloo de Londres.
Una réplica a todo color del ‘diario rosado’, el periódico presenta parodias de noticias británicas e internacionales. Una versión en pdf, fotos y vídeos se encuentran en www.ft2020.com
A toda plana en su primera página el periódico anuncia que “‘Es más o menos probable que la civilización colapse durante este siglo’ advierten los líderes mundiales, a pesar de la inconveniencia para compañías por el racionamiento global del carbono”.
Otras historias incluyen “El premio Nobel de este año ha sido otorgado al líder empresarial británico y ex jefe de la Confederación de la Industria Británica, Nigel piraña-glotona", y que "La cuota de palabrotas de la BBC hace maldecir a periodistas estrella, informa Violeta Toqueteadora, corresponsal de entretenimiento político”.
También parodian el famoso “Almuerzo con el FT”: “Cuando Gran Bretaña estaba a tres telediarios de la anarquía, Franny Armstrong tenía hambre. Ella es ahora el caramelo preferido para el cerebro pero el éxito no se la ha subido a la cabeza”.
“Se imprimieron decenas de miles de copias – casi tantas como las que vende aquí el FT cada día”, dijeron activistas contra el capitalismo en un comunicado de prensa distribuido con la parodia del periódico en Waterloo.
“Esta acción apunta a las excusas para la apatía de todos. A menos que cambiemos radicalmente la manera como vivimos, haremos que nuestro mundo sea inhabitable dentro de décadas. Es hora de acción drástica, y si no la emprenden los gobiernos, tendremos que hacer algo nosotros mismos”.
“Los periodistas encuadran el debate público, y la City [centro financiero de Londres, N. del T.] encuadra la política pública”, dijo Raoul Djukanovic, quien editó la parodia del FT. “Si reformaran su modo de pensar podrían ayudar a construir un mundo diferente en lugar de engañarnos con pornografía de estilo de vida y burbujas”.
Djukanovic declaró a MediaGuardian.co.uk que completó en gran parte el proyecto solo después de aprender los programas de ordenador en InDesign y Photoshop.
“Pienso que se alienta a los periodistas a pensar en lo que pueden hacer para promover soluciones constructivas”, dijo. “Es su tarea patrocinar hechos y no opiniones, pero gran parte de lo que se informa como hechos son en realidad las opiniones de gente poderosa. Si el primer ministro dice algo, es noticia. Si yo digo algo, no es noticia”.
Djukanovic, quien se describió como ex periodista que trabajó en Belgrado, escribió el contenido con un colega anónimo. “Bateamos ideas de uno a otro lado en Internet. Yo hice las historias y él hizo los chistes. Es algo en lo que trabajamos en nuestro tiempo libre. Ni siquiera nos encontramos”, dijo.
El proyecto costó menos de 10.000 libras esterlinas y fue parcialmente financiado por donaciones en Internet y distribuido por voluntarios, agregó.
Djukanovic dijo que entregó personalmente 200 copias a la sede del Financial Times en Southpark esta mañana, y que llevaba puesto un pasamontañas.
“No es la primera vez que ha sucedido algo semejante”, dijo un portavoz del FT.
“Seguiremos concentrados en la información y el análisis de la cumbre del G20 de la próxima semana. No es el FT, no hay comentario”.
Un blog en ft.com dijo que el Financial Times ha sido sometido a la “forma más sincera de lisonja”.
“Es una mezcla de chistes y argumentos, de diferente calidad, pero la producción es de primera. Han reproducido el aspecto del FT de modo muy impresionante”, escribió en un blog el editor de energía del Financial Times, Ed Crooks.
“La mejor parte: la columna editorial, que dice: ‘Francamente, el Financial Times es más honesto que la mayoría, tanto sobre sus prejuicios y el estado del mundo. Los inversionistas tienden a querer que sus noticias sean menos filtradas, incluso todavía quieren que sean encuadradas para servir sus intereses’. Tal vez deberíamos usarlo en nuestra publicidad”.
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Habrá ganadores y perdedores. Pero todos buscarán ahuyentar la gran pesadilla del cierre de la economía global.
El próximo jueves se reunirá en Londres el Grupo de los 20, que incluye a las siete mayores potencias industriales, a China, la India y Rusia y a un grupo selecto de diez economías emergentes, entre ellas la Argentina. Durante dicha reunión se analizarán y acordarán cursos de acción para paliar las consecuencias de la grave conmoción mundial. La economía mundial durante las últimas tres décadas se caracterizó por una creciente interdependencia comercial y financiera entre los países. Esta transformación ocurrió en consonancia con otras grandes metamorfosis. China gradualmente se convirtió en una economía capitalista, el Imperio Soviético se derrumbó y la India abandonó el modelo estatista que había adoptado después de su independencia. En menos de 20 años, alrededor de 3000 millones de personas se incorporaron a la economía de mercado. Simultáneamente, en los países avanzados, el sector financiero creció a tasas muy superiores a las del producto bruto mundial. Menos regulaciones estatales y una intensa innovación en materia de productos y servicios fueron las causas principales.
En los Estados Unidos, el crédito total se incrementó del 150% del PBI en 1982 al 330% en la actualidad. La formidable expansión del crédito facilitó el incremento del comercio y la inversión, pero sus excesos no fueron ajenos a las crisis que ocurrieron en economías emergentes mal administradas y a las fiebres especulativas que perturbaron periódicamente a los países centrales y ahora amenazan el funcionamiento de la economía mundial. Un preocupante telón de fondo signará las urgentes negociaciones que se inician en Londres. La crisis ha demostrado fehacientemente que el espectacular crecimiento de las finanzas durante las últimas décadas no tenía la solidez pensada. La era de las finanzas desreguladas y omnipresentes ha llegado a su fin. La economía internacional sufre una aguda crisis de confianza. Los niveles de la producción industrial y del comercio mundial están cayendo estrepitosamente y tardarán años en recuperarse. Las políticas fiscales expansivas puestas en marcha van a generar grandes déficit fiscales y sustanciales incrementos en los niveles de la deuda pública, lo que elevará en el futuro las tasas de interés y reducirá el crédito disponible para el sector privado y para los países endeudados.
El meollo de las negociaciones que se inician en Londres girará alrededor de los siguientes temas.Los norteamericanos llegan a Londres apremiados por la recesión, por una crisis inmobiliaria que aún no ha tocado fondo y preocupados por las consecuencias del creciente endeudamiento de su sector público sobre el futuro del dólar. Su estrategia será la de presionar a los países superavitarios (principalmente Alemania, Japón, China y a los exportadores de petróleo) para que incrementen sustancialmente su nivel de gasto y contribuyan a sostener la demanda agregada mundial. Los europeos (con la excepción de los británicos) se resistirán a aumentar los gastos, temerosos de que un déficit creciente impacte sobre la unidad europea y el futuro del euro. Por su parte, europeos y japoneses enfatizarán la necesidad de regular estrictamente la actividad financiera, lo que será resistido por los representantes norteamericanos y británicos que se mostrarán dispuestos a mejorar el marco regulatorio sin perder el margen de maniobra necesario para mantener la preeminencia de Nueva York y de Londres en las finanzas internacionales.
Japón y los países exportadores de petróleo no tienen, por restricciones internas, gran capacidad para elevar sus niveles de demanda, pero están dispuestos a prestar una porción de sus cuantiosas reservas al FMI, que serían destinados a los países emergentes con dificultades. China, la India y las demás economías emergentes que han ganado acceso a los mercados de los países centrales durante las últimas décadas y acumulado cuantiosas reservas en monedas fuertes enfrentan una situación particularmente delicada. Ven con alarma el derrumbamiento de un modelo económico internacional que fue la llave maestra de su prosperidad pero se resisten a encarar los altos costos económicos y políticos que implica la reconversión hacia el mercado doméstico de sus aparatos productivos orientados, principalmente, a la exportación. Se declararán defensores del libre comercio. Advierten que sus grandes reservas externas están expuestas a una potencial desvalorización del dólar y resienten que su creciente importancia no sea reconocida en las principales instituciones financieras multilaterales que siguen dominadas por los Estados Unidos, Japón y las potencias europeas.
Su posición negociadora es endeble. Su propuesta inicial de crear una nueva moneda de reserva internacional que sustituya al dólar es una expresión de deseos que será desechada por los Estados Unidos y Europa. Finalmente el resto de los países emergentes exportadores de materias primas (como la Argentina) tendrán que sobrevivir la crisis utilizando sus reservas externas, solicitando financiamiento al FMI y recurriendo al crédito privado, que será escaso. Los grandes lineamientos de un posible compromiso se esbozarán en Londres la semana que viene. Los Estados Unidos reducirán su déficit en cuenta corriente y aceptarán, si quieren salvar al dólar de un grave traspié, convivir con una recesión más severa que la prevista. Los países superavitarios aumentarán sus gastos y contribuirán con una porción importante de sus reservas a un fondo de reciclaje que será administrado por el FMI. China, la India y Rusia ganarán posiciones en las instituciones multilaterales y al igual que los demás países emergentes tendrán que conformarse con la existencia de un FMI remozado y con la expectativa de haber ahuyentado su peor pesadilla: un cierre de la economía mundial.
Cuando las mayores potencias económicas del mundo se reúnan en la cumbre del Grupo de los 20 esta semana en Londres, los resultados probablemente serán muy inferiores a la amplia reestructuración del sistema financiero global que el primer ministro británico, Gordon Brown, imaginó inicialmente.
Hace seis meses, Brown hizo un llamado por "un nuevo Bretton Woods, una nueva arquitectura financiera para los años venideros", en referencia a los acuerdos alcanzados en New Hampshire en 1944, en los que Estados Unidos, Gran Bretaña y sus aliados trazaron el nuevo orden económico post-Segunda Guerra Mundial.
Sin embargo, lo más probable es que lo que surja de la cumbre del G-20 "este muy lejos de las altas expectativas iniciales", dice Simon Gleeson, socio de la firma de abogados Clifford Chance en Londres y experto en regulación financiera. "Hasta los temas pequeños parecen ser polémicos".
Según un borrador del comunicado que se emitiría al cierre de la cumbre el jueves, los líderes del G-20 podrían presentar un rescate mundial de hasta US$2 billones (millones de millones) que consiste en una combinación de medidas nuevas y previamente anunciadas. También pueden aludir a un progreso real ya alcanzado en conseguir miles de millones de dólares para las economías emergentes en aprietos que perdieron acceso al financiamiento. Se han acordado, además, reformas a la supervisión internacional de los bancos transfronterizos, cuya imprudencia ayudó a crear la actual crisis.
Durante el fin de semana, la Casa Blanca trató de distanciarse de sus otrora ambiciosos objetivos, restando importancia a las metas de estímulo fiscal que le exigían a Alemania y otros países europeos hace unas semanas y, en cambio, concentrándose en metas más modestas, como nuevas reglas para los paraísos fiscales y una mayor coordinación internacional para la regulación financiera.
Las autoridades de los países participantes insisten que el G-20 alcanzará grandes logros. "Las cosas que la gente creía que nunca cambiarían, han cambiado. Son cambios bastantes históricos", señaló Stephen Timms, secretario del Tesoro británico.
Se espera, por ejemplo, que Arabia Saudita, contribuya esta semana a las reservas del Fondo Monetario Internacional. A cambio, el país árabe, al igual que potencias emergentes como China, se alistan a tener mayor voz y voto en el FMI y en la regulación de las finanzas globales.
No obstante, en lugar de guiar al mundo hacia una reforma estructural a largo plazo, Brown se ha dedicado a arbitrar un desordenado debate global sobre preocupaciones más inmediatas, como cuánto estímulo financiero es aconsejable a medida que el mundo lucha para salir de su peor crisis económica desde el fin de la Segunda Guerra Mundial.
Durante los seis meses trascurridos desde su audaz declaración, el primer ministro británico y sus principales asesores económicos han recorrido el mundo, incluyendo escalas en Beijing, Riad y São Paulo, en una campaña para lograr un consenso para una reforma financiera global. Los británicos, sin embargo, se han topado con una dura realidad: es difícil reconstruir la arquitectura financiera global cuando la mayoría de los países aún lucha para resolver sus propias crisis económicas.
El mayor desafío ha sido un avance hacia el proteccionismo, lo que planteó un nuevo tema que ni siquiera estaba sobre la mesa a fines del año pasado.
Si las negociaciones no están a la altura de las expectativas, parte de la culpa podría recaer sobre el propio Brown. Aunque no es conocido como un gran orador, el primer ministro británico es proclive a una retórica elevada. Antes de su visita a Washington este mes, habló de un New Deal global, haciendo eco del programa económico del presidente Franklin D. Roosevelt al que muchos atribuyen la recuperación de la economía estadounidense después de la Gran Depresión de los años 30.
La tarea de Brown se ha complicado aún más por la aparición de nuevos actores como Brasil, China e India en la economía mundial, lo que aumenta el número de voces poderosas en la mesa de negociaciones. Al mismo tiempo, el cambio de gobierno en Washington, donde el presidente Barack Obama ha tenido dificultades para nombrar a los altos funcionarios del Departamento del Tesoro, dejó un vacío en el G-20.
Brown ha tratado de llenar ese vacío como anfitrión de la cumbre de esta semana. El G-20 no tiene un equipo de personas o una burocracia permanente para administrar sus actividades. Sus asuntos son tratados por altos asesores que se consultan entre ellos e importantes economistas con el fin de alcanzar acuerdos que puedan ser promovidos durante la cumbre. El equipo de Brown es encabezado por Jon Cunliffe, su principal asesor económico internacional; Mark Malloch-Brown, del Ministerio de Relaciones Exteriores; Timms, el secretario del Tesoro; y Shriti Vadera, una ex banquera del banco suizo UBS AG y asesora de Brown.
Malloch-Brown, de 55 años, ha viajado a 12 ciudades, incluyendo Buenos Aires, Brasilia, Bangkok, Moscú y Nueva York. Timms realizó otros seis viajes con otros funcionarios. Brown, por su parte, visitó Washington, Nueva York y Santiago de Chile la semana pasada.
En las semanas previas a la cumbre, Brown ha estado luchando en múltiples frentes para lograr un consenso. Ha enfrentado un creciente coro de detractores, desde la canciller alemana, Angela Merkel, hasta el ahora ex primer ministro checo Mirek Topolanek, advirtiendo contra una ofensiva de Brown y EE.UU. para lanzar nuevos planes de estímulo. También surgieron problemas en casa, cuando el gobernador del Banco de Inglaterra, Mervyn King, declaró ante el Parlamento que el Reino Unido no podría costear nuevas medidas de estímulo y una subasta de bonos soberanos.
Últimamente, Brown ha conseguido obtener nuevo consenso en un tema: la necesidad de controlar los paraísos fiscales. En las últimas semanas, países como Suiza y Liechtenstein han anunciado que cooperarán más con las investigaciones impositivas internacionales, y se espera que la cumbre produzca nuevas reglas de supervisión, transparencia y conducta para los paraísos fiscales.
Timms menciona el tema de los paraísos fiscales como evidencia de que los logros del G-20 serán significativos, pero algunos cuestionan el rol de estos lugares en la crisis financiera. En un informe publicado la semana pasada sobre el futuro de la regulación financiera, Adair Turner, el presidente de la Autoridad de Servicios Financieros del Reino Unido, dijo que es "importante reconocer que el papel de los centros financieros internacionales no fue crucial en los orígenes de la actual crisis".
El martes pasado, Turner estuvo junto a Brown en una reunión con 13 presidentes ejecutivos de bancos para hablar sobre el G-20. El Primer Ministro sólo se pudo quedar por una hora. Esa tarde, voló a Estrasburgo para conseguir el apoyo del Parlamento Europeo. Luego, viajó a Nueva York, São Paulo y Santiago antes de volver a casa.
Murphy dijo que ahora el mundo está quieto en el fondo de la crisis económica global, que es la primera recesión causada por una crisis financiera.
La crisis exige una cooperación sin precedentes y muchos países, incluidos Estados Unidos, China, el Reino Unido, Japón y Canadá han actuado por su cuenta para anunciar paquetes de estímulos pues no pueden esperar un consenso, indicó.
Señaló que Reino Unido descubrió el tamaño del problema sólo cuando algunos de los bancos fueron parcialmente nacionalizados, lo que provocó el llamado británico para regular el sistema bancario.
Murphy indicó que el gobierno británico tiene una muy buena relación con el gobierno chino en el camino a la cumbre "muy buena, muy cooperativa".
El secretario encabeza a una delegación empresarial en China que incluye a los representantes de 30 compañías, cuatro colegas y dos universidades. Hong Kong es la segunda etapa de su visita de seis días por China. Estuvo en Shanghai el lunes y el martes.
Ahora se espera que visite Beijing el viernes y el sábado.
(Xinhua)
El orden geoeconómico y sus tendencias tanto en el corto como en el mediano plazo han sido definidos, con la obvia salvedad de una tercera guerra mundial: ascenso irreversible del BRIC que, junto a las potencias petroleras del Golfo Pérsico (en el que descuella en forma impresionante el doble ascenso geopolítico y geoeconómico de Irán como nueva potencia regional), y declive del G-7, que ha penetrado los infiernos e inviernos del crecimiento negativo.
En el orden geopolítico global también los hechos señalan un empate técnico entre las dos superpotencias nucleares, Estados Unidos y Rusia.
El verdadero desorden mundial se centra en el tsunami financiero que creó la dupla anglosajona, y cuyo símbolo inequívoco de poder lo constituye el dolarcentrismo, con la paradoja trágica de contar con un dólar sin valor económico intrínseco, pero todavía muy funcional debido a la ominosa ausencia de divisas competitivas.
El nuevo orden mundial ya asentó sus reales multipolares en los ámbitos geoestratégico y geoeconómico, pero falta por definir el destino de las geofinanzas.
¿Qué tanto estarán dispuestos Estados Unidos y Gran Bretaña a ceder su hegemonía financiera, al riesgo de llevar al mundo a una hecatombe sin paralelo?
Las finanzas especulativas anglosajonas –con todo su sistema bancario, contable, de seguros, de regulación y de calificadoras– se convirtieron en un cáncer intratable cuya metástasis empieza a carcomer a la socioeconomía y a la sicopolítica del mundo.
En la pasada cumbre del G-20 en Washington, que resultó estéril en el ocaso del aciago bushismo (lo cual hizo perder un tiempo precioso), afloraron tres posturas: 1) la exigencia de Rusia, Alemania y Francia para finiquitar la hegemonía del dólar a favor de una multipolaridad de divisas relativamente fuertes (euro, yen, yuan y rublo); 2) el unilateralismo anglosajón, apuntalado por Japón (que, en realidad, siempre ha pertenecido a la esfera de influencia del dólar, desde la Segunda Guerra Mundial), pese al tsunami financiero que provocó pretende mantener las prerrogativas unipolares del dolarcentrismo caduco, y 3) la equidistancia china, entre las posturas uno y tres, cuya desgracia consiste en poseer la mayor reserva de divisas, pero en dólares inservibles, que, insistimos, todavía son insustituibles.
Si la globalización financiera anglosajona reflejó la unipolaridad geopolítica de Estados Unidos a partir de 1991 (fecha de la disolución de la URSS), ergo, por necesidad imperativa el nuevo orden multipolar tanto geoestratégico como geoeconómico desemboca ineluctablemente en la desglobalización, con mayor ahínco en la "regionalización" con sus respectivas esferas de influencia que subsumen lo que hemos planteado como el "nuevo orden hexapolar" configurado por Estados Unidos, la Unión Europea y el BRIC. Con todo nuestro debido respeto, pero Japón, pese a representar todavía la segunda superpotencia económica, paradójicamente, a diferencia de los citados, no cuenta con una esfera de influencia regional, ya ni siquiera en el noreste ni el sureste de Asia. Japón no es un líder mundial, sino que pertenece a la zona de influencia de la anglosfera, que lideran Estados Unidos y Gran Bretaña.
En el ámbito geofinanciero se afinan las posturas previas a la cumbre del G-20 en Londres, entre las que cabe destacar la guerra a los paraísos fiscales que han declarado Alemania, Francia e Italia. Los paraísos fiscales, donde se manejan opacamente los "derivados", representan una de los principales causales del tsunami financiero anglosajón y donde también se practican la evasión fiscal y el lavado de dinero de los bancos gracias a la "contabilidad invisible" y a la desregulación, es decir, la ausencia de supervisión gubernamental y ciudadana.
Al respecto el portal alemán Der Spiegel (23/2/09) afirma que "Europa desea una mayor seguridad financiera", que pasa por la abolición de la piratería que practica la banca anglosajona en sus paraísos fiscales.
Entre las medidas que adoptaron los líderes de Francia, Alemania, Italia, España, Holanda y Gran Bretaña en la cumbre de Berlín del pasado 22 de febrero se sugirió la recapitalización del Fondo Monetario Internacional (FMI), es decir, su duplicación de capital hasta 500 mil millones de dólares (Obama levantó la puja para triplicar el capital del FMI). Falta ver qué tanto el BRIC, donde el FMI goza de pésima reputación, estará dispuesto a avalar tales propuestas, que pretenden resucitar subrepticiamente al cadavérico viejo orden mundial de los depredadores FMI y Banco Mundial.
La postura de Francia, Alemania e Italia no es nueva, y recordamos que durante una cumbre del G-7 celebrada en Francia, el entonces presidente gaullista Jacques Chirac había catalogado a los hedge funds (fondos de cobertura de riesgo) como un "sida financiero" y había exigido la erradicación de los paraísos fiscales, a lo que siempre se opuso Gran Bretaña.
Der Spiegel asevera que los "comentaristas no creen" la abolición de los paraísos fiscales "hasta no verla implementada".
Es evidente que a la demencial desregulación que imperó en los mercados de la globalización financiera anglosajona proseguirá una mayor regulación que los grandes de Europa continental (Alemania, Francia e Italia) desean sea mucho mayor a lo que quizá llegue a conceder la dupla anglosajona de Estados Unidos y Gran Bretaña. No faltarán comentaristas a los dos lados del Atlántico que aduzcan que la administración Obama, de corte eminentemente rooseveltiano, se acerque más a la postura de Europa continental y se aleje de la clásica piratería financiera de Gran Bretaña, que ha llevado al planeta al borde del colapso financiero. Tales comentaristas se basan en la gélida recepción que Obama procuró al primer ministro británico Gordon Brown en su reciente visita a Estados Unidos, llegando hasta vaticinar el fin de la "relación especial" entre Washington y Londres.
No creer hasta ver. La cumbre del G-20 marcará los verdaderos posicionamientos de los actores y probablemente la salvación financiera del planeta radicará en gran medida en la trascendental postura que adopte Obama: en tanto cuanto se aleje de la desregulación británica y se acerque a la regulación de Europa continental, al unísono del BRIC.
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