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Hu Jintao y Barack Obama en Londres |
China espera obtener resultados positivos de la primera reunión entre el presidente chino, Hu Jintao, y su homólogo estadounidense, Barack Obama, que se celebrará en el marco de la cumbre del G-20 el próximo 2 de abril en Londres (Reino Unido).
El viceministro de Relaciones Exteriores del país asiático, He Yafei, confirmó el lunes el encuentro de Hu con Obama, al tiempo que reveló que entre los temas que debatirán ambos mandatarios se incluyen los lazos bilaterales y las acciones conjuntas para hacer frente a la crisis financiera global, además de otros asuntos de interés común.
(Xinhua)

Etiquetas: conocimiento, medios, memoria, monopolios, multitud, politica.
Anónimo
"Sólo cuando cada nación tome medidas de estímulo efectivas en conjunto, la economía mundial podrá salir de las dificultades y lograr la resuscitación", dijo Wen a más de 50 delegados extranjeros en el foro de tres días de duración que empezó el sábado.
China ha emprendido planes para ampliar el consumo interno y promover el crecimiento económico. Hará sus máximos esfuerzos para lograr la meta de crecimiento económico de ocho por ciento establecida para este año, dijo Wen.
Con esfuerzos oportunos, la economía en algunas áreas e industrias de China está presenciando mejores indicadores, dijo Wen.
"China no puede lograr su desarrollo sola sin el resto del mundo", dijo el primer ministro, quien agregó que el país desea transmitir confianza al mundo y que el mundo debe tener fe en el país.
Patrocinado por el Centro de Investigación del Desarrollo subordinado al Consejo de Estado o gabinete de China, el Foro de Desarrollo de China fue fundado en el año 2000. Tiene el objetivo de apoyar y promover la consulta política y la investigación académica en China.
Funcionarios de alto nivel, empresarios, académicos y líderes de organizaciones internacionales y no gubernamentales asistieron al foro de este año que tiene como tema Desarrollo y Reforma de China en la Crisis Financiera Mundial.
(Xinhua)
China ha emprendido planes para ampliar el consumo interno y promover el crecimiento económico. Hará sus máximos esfuerzos para lograr la meta de crecimiento económico de ocho por ciento establecida para este año, dijo Wen.
Con esfuerzos oportunos, la economía en algunas áreas e industrias de China está presenciando mejores indicadores, dijo Wen.
"China no puede lograr su desarrollo sola sin el resto del mundo", dijo el primer ministro, quien agregó que el país desea transmitir confianza al mundo y que el mundo debe tener fe en el país.
Patrocinado por el Centro de Investigación del Desarrollo subordinado al Consejo de Estado o gabinete de China, el Foro de Desarrollo de China fue fundado en el año 2000. Tiene el objetivo de apoyar y promover la consulta política y la investigación académica en China.
Funcionarios de alto nivel, empresarios, académicos y líderes de organizaciones internacionales y no gubernamentales asistieron al foro de este año que tiene como tema Desarrollo y Reforma de China en la Crisis Financiera Mundial.
(Xinhua)
Anónimo
Durante la reunión, Uruguay reconoció el estatus completo de economía de mercado de China, dijo el Ministerio de Relaciones Exteriores chino en un comunicado de prensa.
El presidente chino elogió el apego uruguayo a la política de Una China y su firme apoyo en asuntos relacionados con Taiwan y con el Tíbet. Hu destacó el rápido crecimiento de las relaciones bilaterales desde que ambos países establecieron relaciones diplomáticas hace 21 años.
China se ha convertido en el tercer mayor socio comercial de Uruguay y las dos partes disfrutan de coordinación y cooperación estrechas en asuntos regionales e internacionales, dijo Hu.
Vázquez afirmó que desde que establecieron relaciones diplomáticas, la cooperación bilateral en diversas áreas ha avanzado destacadamente.
Las dos naciones comparten un amplio consenso sobre muchos asuntos importantes. Ambas apoyan la solución pacífica de las disputas internacionales y se oponen a la intervención en los asuntos internos de cada país, dijo Vázquez.
Hu sugirió que las dos naciones fortalezcan las relaciones políticas y amplíen el diálogo en diversos niveles. También pidió una cooperación más amplia en inversión, comercio y tecnología que sea de beneficio mutuo.
El presidente chino enumeró a la agricultura, pesca, inspección de calidad de productos, software y consultoría en tecnología de ingeniería como áreas en las que deben fortalecer la cooperación.
"El gobierno chino alienta a sus compañías a que empiecen negocios e inviertan en Uruguay y desea impulsar la cooperación bilateral en energía, industria de tecnología informática, tecnología biológica y tecnología agrícola", dijo Hu.
El presidente chino también propuso que las dos naciones incrementen los intercambios culturales y entre pueblos por medio de la ampliación de la cooperación en los sectores de cultura, educación, deportes, medios de comunicación y turismo.
"China va a realizar esfuerzos con los países en desarrollo, incluido Uruguay, para enfrentar los desafíos mundiales como la crisis financiera internacional, con el objetivo de mantener y promover la paz, estabilidad y desarrollo", dijo el presidente chino.
China apoya el proceso de integración del Mercado Común del Sur y desea desarrollar relaciones amistosas y cooperativas con sus estados miembros, agregó Hu.
Vázquez insistió en la necesidad de que se establezca un nuevo orden financiero internacional y expresó su deseo de que la cumbre de Londrés de G-20 conduzca a resultados positivos que ayuden a aliviar el impacto de la crisis financiera en los países en desarrollo.
Después de las conversaciones, los dos presidentes atestiguaron la firma de un número de acuerdos bilaterales.
Vázquez llegó el sábado en la mañana por invitación de Hu para realizar una visita de Estado de seis días, la primera que hace a China desde que tomó posesión en 2005.
El presidente uruguayo partirá de Beijing el 24 de marzo para visitar Shanghai.
(Xinhua)
El presidente chino elogió el apego uruguayo a la política de Una China y su firme apoyo en asuntos relacionados con Taiwan y con el Tíbet. Hu destacó el rápido crecimiento de las relaciones bilaterales desde que ambos países establecieron relaciones diplomáticas hace 21 años.
China se ha convertido en el tercer mayor socio comercial de Uruguay y las dos partes disfrutan de coordinación y cooperación estrechas en asuntos regionales e internacionales, dijo Hu.
Vázquez afirmó que desde que establecieron relaciones diplomáticas, la cooperación bilateral en diversas áreas ha avanzado destacadamente.
Las dos naciones comparten un amplio consenso sobre muchos asuntos importantes. Ambas apoyan la solución pacífica de las disputas internacionales y se oponen a la intervención en los asuntos internos de cada país, dijo Vázquez.
Hu sugirió que las dos naciones fortalezcan las relaciones políticas y amplíen el diálogo en diversos niveles. También pidió una cooperación más amplia en inversión, comercio y tecnología que sea de beneficio mutuo.
El presidente chino enumeró a la agricultura, pesca, inspección de calidad de productos, software y consultoría en tecnología de ingeniería como áreas en las que deben fortalecer la cooperación.
"El gobierno chino alienta a sus compañías a que empiecen negocios e inviertan en Uruguay y desea impulsar la cooperación bilateral en energía, industria de tecnología informática, tecnología biológica y tecnología agrícola", dijo Hu.
El presidente chino también propuso que las dos naciones incrementen los intercambios culturales y entre pueblos por medio de la ampliación de la cooperación en los sectores de cultura, educación, deportes, medios de comunicación y turismo.
"China va a realizar esfuerzos con los países en desarrollo, incluido Uruguay, para enfrentar los desafíos mundiales como la crisis financiera internacional, con el objetivo de mantener y promover la paz, estabilidad y desarrollo", dijo el presidente chino.
China apoya el proceso de integración del Mercado Común del Sur y desea desarrollar relaciones amistosas y cooperativas con sus estados miembros, agregó Hu.
Vázquez insistió en la necesidad de que se establezca un nuevo orden financiero internacional y expresó su deseo de que la cumbre de Londrés de G-20 conduzca a resultados positivos que ayuden a aliviar el impacto de la crisis financiera en los países en desarrollo.
Después de las conversaciones, los dos presidentes atestiguaron la firma de un número de acuerdos bilaterales.
Vázquez llegó el sábado en la mañana por invitación de Hu para realizar una visita de Estado de seis días, la primera que hace a China desde que tomó posesión en 2005.
El presidente uruguayo partirá de Beijing el 24 de marzo para visitar Shanghai.
(Xinhua)
Anónimo
Durante su intervención en el Foro Empresarial Uruguay-China, que se celebró hoy en Beijing, Vázquez manifestó que el país sudamericano espera oportunidades e inversiones de calidad por parte de China, con iniciativas que favorezcan tanto a los inversores como a la sociedad, y desea acceder con sus productos al mercado internacional.
A su vez, el país sudamericano ofrece a los empresarios chinos el compromiso con una política económica equilibrada y consistente, la ausencia de discriminación entre inversiones uruguayas y no uruguayas, así como el "respeto a las reglas de juego", subrayó el mandatario uruguayo en la sala de la sede del Consejo Chino para el Fomento del Comercio Internacional.
En la ceremonia inaugural del foro el día 24, Vázquez señaló que, si bien existen "ciertas diferencias", los dos países comparten características comunes. Además, recordó que el volumen del comercio bilateral ya superó los 1.600 millones de dólares el año pasado, cifra muy superior a los 100 millones de dólares registrados en 1988, año en el que las dos naciones establecieron relaciones diplomáticas.
Respecto a la crisis financiera global, Vázquez sostuvo que "no ignoramos las circunstancias actuales, pero no vamos a renunciar a nuestros derechos y objetivos como nación", al tiempo que opinó que "hay que transformar la crisis en sentido de progreso".
Por su parte, el ministro de Economía y Finanzas del país latinoamericano, Álvaro García, destacó ante los empresarios chinos que su país, siendo un polo logístico de Mercosur, cuenta con numerosas condiciones favorables para la inversión extranjera como la estabilidad institucional, económica y social, además del buen clima de negocios.
Según estadísticas de las aduanas chinas, los principales productos que importa la nación asiática desde Uruguay son materias primas, lanas, cuero, madera, y soja, entre otros. Por su parte, China exporta al país latinoamericano, sobre todo, aparatos de telecomunicaciones, computadoras, así como reproductores de DVD.
Para Malcolm Morton, ingeniero general de la compañía Thomas Morton, firma uruguaya que entró en el mercado chino dos décadas atrás, las políticas comerciales que aplican en la actualidad los dos gobiernos son "bastante buenas" para el fomento de las actividades comerciales entre ambas partes, aunque subrayó que todavía hay espacio para "mejorar".
Además de su intervención en el foro la mañana del 24, Vázquez sostuvo conversaciones con empresarios chinos de la Corporación Estatal de Desarrollo e Inversión, el grupo de textiles Chinatex, la empresa de automóviles Chery y el gigante de telecomunicaciones Huawei, y discutió la viabilidad de ampliar las iniciativas de cooperación que ya están en marcha.
Tras entrevistarse con el primer ministro chino, Wen Jiabao, el presidente uruguayo se trasladará esta noche a la metrópolis oriental de Shanghai, donde se reunirá mañana con el alcalde, Han Zheng, así como con representantes de empresas y autoridades chinas organizadoras de la Exposición Universal de Shanghai 2010.
En la tarde del día 23, el presidente uruguayo y su homólogo chino, Hu Jintao, mantuvieron una reunión en Beijing en la que ambos mandatarios coincidieron en la voluntad de impulsar las relaciones de amistad y cooperación a largo plazo.
Vázquez llegó a la capital china el día 21 de marzo para iniciar una visita de Estado de seis días al país asiático, con el objetivo de consolidar los vínculos tanto políticos como económicos entre ambas naciones.
(Xinhua)
A su vez, el país sudamericano ofrece a los empresarios chinos el compromiso con una política económica equilibrada y consistente, la ausencia de discriminación entre inversiones uruguayas y no uruguayas, así como el "respeto a las reglas de juego", subrayó el mandatario uruguayo en la sala de la sede del Consejo Chino para el Fomento del Comercio Internacional.
En la ceremonia inaugural del foro el día 24, Vázquez señaló que, si bien existen "ciertas diferencias", los dos países comparten características comunes. Además, recordó que el volumen del comercio bilateral ya superó los 1.600 millones de dólares el año pasado, cifra muy superior a los 100 millones de dólares registrados en 1988, año en el que las dos naciones establecieron relaciones diplomáticas.
Respecto a la crisis financiera global, Vázquez sostuvo que "no ignoramos las circunstancias actuales, pero no vamos a renunciar a nuestros derechos y objetivos como nación", al tiempo que opinó que "hay que transformar la crisis en sentido de progreso".
Por su parte, el ministro de Economía y Finanzas del país latinoamericano, Álvaro García, destacó ante los empresarios chinos que su país, siendo un polo logístico de Mercosur, cuenta con numerosas condiciones favorables para la inversión extranjera como la estabilidad institucional, económica y social, además del buen clima de negocios.
Según estadísticas de las aduanas chinas, los principales productos que importa la nación asiática desde Uruguay son materias primas, lanas, cuero, madera, y soja, entre otros. Por su parte, China exporta al país latinoamericano, sobre todo, aparatos de telecomunicaciones, computadoras, así como reproductores de DVD.
Para Malcolm Morton, ingeniero general de la compañía Thomas Morton, firma uruguaya que entró en el mercado chino dos décadas atrás, las políticas comerciales que aplican en la actualidad los dos gobiernos son "bastante buenas" para el fomento de las actividades comerciales entre ambas partes, aunque subrayó que todavía hay espacio para "mejorar".
Además de su intervención en el foro la mañana del 24, Vázquez sostuvo conversaciones con empresarios chinos de la Corporación Estatal de Desarrollo e Inversión, el grupo de textiles Chinatex, la empresa de automóviles Chery y el gigante de telecomunicaciones Huawei, y discutió la viabilidad de ampliar las iniciativas de cooperación que ya están en marcha.
Tras entrevistarse con el primer ministro chino, Wen Jiabao, el presidente uruguayo se trasladará esta noche a la metrópolis oriental de Shanghai, donde se reunirá mañana con el alcalde, Han Zheng, así como con representantes de empresas y autoridades chinas organizadoras de la Exposición Universal de Shanghai 2010.
En la tarde del día 23, el presidente uruguayo y su homólogo chino, Hu Jintao, mantuvieron una reunión en Beijing en la que ambos mandatarios coincidieron en la voluntad de impulsar las relaciones de amistad y cooperación a largo plazo.
Vázquez llegó a la capital china el día 21 de marzo para iniciar una visita de Estado de seis días al país asiático, con el objetivo de consolidar los vínculos tanto políticos como económicos entre ambas naciones.
(Xinhua)
Anónimo
Las dos partes intercambiaron puntos de vista sobre asuntos como la crisis financiera internacional y el cambio climático.
(Xinhua)
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Hu Jintao y Obama se reparten el papel de master del Universo. La pasada semana el prestigioso semanario The Economist dedicaba su portada a la visión que China tiene del mundo (“How China sees the World”). El artículo abre diciendo que China se encuentra en una situación de ensueño, ya que después de un asombroso crecimiento económico, muy por encima de los países más desarrollados, sus rivales capitalistas están sumidos en un profundo desánimo y en recesión. Mientras tanto, ellos siguen creciendo.
He tenido la oportunidad de comprobar esa visión en una visita a dos de las megalópolis de este país, Pekín y Shanghai. Y me ha impresionado la colosal transformación que han experimentado en una década. Una pequeña muestra de cómo se hacen por allí las cosas: en año y medio han construido el edificio más alto del mundo, el Shanghai World Financial Center, con 492 metros, que fue inaugurado el pasado agosto (con la mitad de metros, el edificio más alto de España tardó el doble de tiempo en levantarse).
Es cierto que estas dos ciudades son el escaparate en el que China muestra al mundo su milagro económico. Dos eventos de particular trascendencia como las Olimpiadas de 2008 y la Exposición Universal de 2010 en Shanghai, así lo atestiguan. Pero no es menos cierto que estas urbes funcionan como locomotora de toda China y posibilitan planes de gasto público como el que se aprobó en noviembre del 2008 por valor de 565.000 millones de dólares para sanidad e infraestructuras en todo el país.
China es hoy una superpotencia que cuestiona el liderazgo mundial que Estados Unidos ha ejercido desde la segunda guerra mundial. Y no sólo por sus 1.300 millones de habitantes (cifra de 2006). Su economía, el crecimiento del que, pese al impacto de la crisis, sigue disfrutando (se estima en un 6,5% para el 2009), su peso en el comercio mundial, una cultura milenaria, y su influencia en los asuntos internacionales (miembro del consejo de seguridad de la ONU, miembro ‘observador’ de los países no alineados, potente ejército con armamento nuclear), hacen de la antigua Catay mucho más que un país en vías de desarrollo, como todavía se le califica despreciativamente en algunos círculos occidentales.
Aunque se sabe incapaz todavía de sustituir a los EEUU como primera potencia, China prevé con orgullo que está abocada a asumir ese papel. Y cada vez ese momento se acerca más. Si atendemos a las proyecciones de datos macroeconómicos que da Goldman Sachs para el período 2011-2050, China se convertiría en el líder planetario por tamaño del PIB antes del 2030, por delante de los norteamericanos, India y Japón (detrás de la Unión Europea como bloque). El siglo XXI ya ha sido denominado como ‘el siglo de Asia’. De lo que estoy seguro es que lo será de China.
Pero la hegemonía de un estado no sólo depende del tamaño de su PIB. El liderazgo mundial debe sostenerse en otros pilares como son tener una cultura exportable, ser capaz de crear y dominar la tecnología más avanzada (aquí incluyo la inversión en I+D, en talento y en creatividad) y ser una potencia militar. A mi juicio, donde China hace más agua es en el segundo, en su dominio tecnológico y su creatividad. Aquí es donde Europa, con sus grandes capacidades de diseño, puede aportar mucho a China. Además, es previsible que en un futuro próximo compren empresas punteras en tecnología.
En gran parte del mundo, especialmente en los países subdesarrollados y en vías de desarrollo, China es vista como un país amigo y su ancestral cultura (transformada tras la proclamación de la República Popular en 1949) resulta muy atractiva. A lo largo de la historia y especialmente en el siglo XIX y primera mitad del XX ha sido, en general, una nación agredida, no agresora, lo cual también ayuda a su venta al exterior. Esto hace que su milenaria cultura sea vista con buenos ojos.
Un problema llamado Tibet
Como gran país también tiene grandes problemas: Tibet (no aceptan que exista una ocupación ni la figura del Dalai Lama), minorías étnicas (mongoles, zang, uygur y otros), falta de recursos sobre todo los hídricos, derechos humanos, contaminación altísima en las grandes ciudades y otros problemas medioambientales, sobrepoblación etc. Y muy especialmente, el debate interno entre el gobierno y el partido (‘dictadura democrática’), que en demasiadas ocasiones cuestiona la apertura china al exterior.
Para la cúpula política china, el único país capaz de disputar su supremacía mundial será Estados Unidos. Europa queda fuera de este juego. Por ello, el próximo G20 a celebrarse en Londres en Abril pudiera convertirse en un G2 entre los presidentes Barack Obama y Hu Jintao. Sin embargo, para The Economist China todavía tiene una situación precaria. El futuro del mundo no es tan bipolar como parece asumir la posición china, ya que la UE es hoy por hoy la mayor economía del mundo e India será en breve el país más poblado del planeta. Quizás por ello, cuando el gran dragón asiático pide un mayor papel en los organismos financieros internacionales y una reforma del sistema monetario internacional, desde Europa se le responde que tenga paciencia, que ‘todavía no toca’.
Esta postura me parece cuando menos miope. Que China tome su lugar en la economía mundial es un paso necesario para que Occidente salga de la crisis. Esto debe reflejarse en primer lugar en que su moneda, el yuan, adquiera un mayor protagonismo y se ajuste a un valor más real. Con más de un billón de dólares en instrumentos del tesoro americano y casi dos en reservas exteriores, el Estado chino es el mayor acreedor de los EEUU y el gran gorila de las finanzas globales. La actitud de Occidente respecto a ellos, me recuerda a aquel famoso titular de la prensa británica (creo que de comienzos de los treinta) que ante una tormenta en el Canal de la Mancha rezaba: ‘El continente está aislado’.
Los aprendices heredarán la tierra
Recientemente leí una cita en inglés que traducida diría algo así: ‘En tiempos de cambio los aprendices heredarán la tierra, mientras que los que ya lo saben todo se encontrarán magníficamente equipados para enfrentarse a un mundo que ya no existe’.
Como dice el Libro de las Mutaciones (I Ching o Yijing) que tanta influencia ha tenido en la vasta cultura china: ‘Lo único que no cambia en todo el Universo es que todo cambia’.
Por ello, en Occidente haríamos mejor en dejar de mirarnos el ombligo y sacar tardías conclusiones sobre errores cometidos en anteriores recesiones y analizar detenidamente lo que está ocurriendo en China (tampoco estaría de mas una mirada a India) y como podemos engancharnos a ese gigantesco ‘tren bala’. Dejemos de mirar al gigante como un enemigo, como una amenaza, y veamos la oportunidad que supone no sólo por su capacidad como mercado, sino también por la nueva visión que puede aportar a Occidente. Tratemos de no crear una nueva política de bloques, de guerra fría, y aprovechemos para integrar y sintetizar distintas maneras de ver las cosas, de mirar el mundo para desarrollarnos todos de una manera más sostenible.
Es cierto que estas dos ciudades son el escaparate en el que China muestra al mundo su milagro económico. Dos eventos de particular trascendencia como las Olimpiadas de 2008 y la Exposición Universal de 2010 en Shanghai, así lo atestiguan. Pero no es menos cierto que estas urbes funcionan como locomotora de toda China y posibilitan planes de gasto público como el que se aprobó en noviembre del 2008 por valor de 565.000 millones de dólares para sanidad e infraestructuras en todo el país.
China es hoy una superpotencia que cuestiona el liderazgo mundial que Estados Unidos ha ejercido desde la segunda guerra mundial. Y no sólo por sus 1.300 millones de habitantes (cifra de 2006). Su economía, el crecimiento del que, pese al impacto de la crisis, sigue disfrutando (se estima en un 6,5% para el 2009), su peso en el comercio mundial, una cultura milenaria, y su influencia en los asuntos internacionales (miembro del consejo de seguridad de la ONU, miembro ‘observador’ de los países no alineados, potente ejército con armamento nuclear), hacen de la antigua Catay mucho más que un país en vías de desarrollo, como todavía se le califica despreciativamente en algunos círculos occidentales.
Aunque se sabe incapaz todavía de sustituir a los EEUU como primera potencia, China prevé con orgullo que está abocada a asumir ese papel. Y cada vez ese momento se acerca más. Si atendemos a las proyecciones de datos macroeconómicos que da Goldman Sachs para el período 2011-2050, China se convertiría en el líder planetario por tamaño del PIB antes del 2030, por delante de los norteamericanos, India y Japón (detrás de la Unión Europea como bloque). El siglo XXI ya ha sido denominado como ‘el siglo de Asia’. De lo que estoy seguro es que lo será de China.
Pero la hegemonía de un estado no sólo depende del tamaño de su PIB. El liderazgo mundial debe sostenerse en otros pilares como son tener una cultura exportable, ser capaz de crear y dominar la tecnología más avanzada (aquí incluyo la inversión en I+D, en talento y en creatividad) y ser una potencia militar. A mi juicio, donde China hace más agua es en el segundo, en su dominio tecnológico y su creatividad. Aquí es donde Europa, con sus grandes capacidades de diseño, puede aportar mucho a China. Además, es previsible que en un futuro próximo compren empresas punteras en tecnología.
En gran parte del mundo, especialmente en los países subdesarrollados y en vías de desarrollo, China es vista como un país amigo y su ancestral cultura (transformada tras la proclamación de la República Popular en 1949) resulta muy atractiva. A lo largo de la historia y especialmente en el siglo XIX y primera mitad del XX ha sido, en general, una nación agredida, no agresora, lo cual también ayuda a su venta al exterior. Esto hace que su milenaria cultura sea vista con buenos ojos.
Un problema llamado Tibet
Como gran país también tiene grandes problemas: Tibet (no aceptan que exista una ocupación ni la figura del Dalai Lama), minorías étnicas (mongoles, zang, uygur y otros), falta de recursos sobre todo los hídricos, derechos humanos, contaminación altísima en las grandes ciudades y otros problemas medioambientales, sobrepoblación etc. Y muy especialmente, el debate interno entre el gobierno y el partido (‘dictadura democrática’), que en demasiadas ocasiones cuestiona la apertura china al exterior.
Para la cúpula política china, el único país capaz de disputar su supremacía mundial será Estados Unidos. Europa queda fuera de este juego. Por ello, el próximo G20 a celebrarse en Londres en Abril pudiera convertirse en un G2 entre los presidentes Barack Obama y Hu Jintao. Sin embargo, para The Economist China todavía tiene una situación precaria. El futuro del mundo no es tan bipolar como parece asumir la posición china, ya que la UE es hoy por hoy la mayor economía del mundo e India será en breve el país más poblado del planeta. Quizás por ello, cuando el gran dragón asiático pide un mayor papel en los organismos financieros internacionales y una reforma del sistema monetario internacional, desde Europa se le responde que tenga paciencia, que ‘todavía no toca’.
Esta postura me parece cuando menos miope. Que China tome su lugar en la economía mundial es un paso necesario para que Occidente salga de la crisis. Esto debe reflejarse en primer lugar en que su moneda, el yuan, adquiera un mayor protagonismo y se ajuste a un valor más real. Con más de un billón de dólares en instrumentos del tesoro americano y casi dos en reservas exteriores, el Estado chino es el mayor acreedor de los EEUU y el gran gorila de las finanzas globales. La actitud de Occidente respecto a ellos, me recuerda a aquel famoso titular de la prensa británica (creo que de comienzos de los treinta) que ante una tormenta en el Canal de la Mancha rezaba: ‘El continente está aislado’.
Los aprendices heredarán la tierra
Recientemente leí una cita en inglés que traducida diría algo así: ‘En tiempos de cambio los aprendices heredarán la tierra, mientras que los que ya lo saben todo se encontrarán magníficamente equipados para enfrentarse a un mundo que ya no existe’.
Como dice el Libro de las Mutaciones (I Ching o Yijing) que tanta influencia ha tenido en la vasta cultura china: ‘Lo único que no cambia en todo el Universo es que todo cambia’.
Por ello, en Occidente haríamos mejor en dejar de mirarnos el ombligo y sacar tardías conclusiones sobre errores cometidos en anteriores recesiones y analizar detenidamente lo que está ocurriendo en China (tampoco estaría de mas una mirada a India) y como podemos engancharnos a ese gigantesco ‘tren bala’. Dejemos de mirar al gigante como un enemigo, como una amenaza, y veamos la oportunidad que supone no sólo por su capacidad como mercado, sino también por la nueva visión que puede aportar a Occidente. Tratemos de no crear una nueva política de bloques, de guerra fría, y aprovechemos para integrar y sintetizar distintas maneras de ver las cosas, de mirar el mundo para desarrollarnos todos de una manera más sostenible.
El mundo está atento a la “voz de China” en la Cumbre del G-20
En en período alrededor de la Cumbre del G-20 los dirigentes de diversos países han manifestado a las claras sus actitudes con respecto a cómo hacer frente a los efectos de la crisis financiera internacional en la economía mundial. En sus manifestaciones vemos que parten de los intereses nacionales proponiendo fórmulas constructivas con énfasis distinto. Por lo tanto, es realmente difícil llegar a un consenso a corto plazo para encontrar una solución fiable para los diversos países.
¿Cómo China, el mayor acreedor de EEUU, manifiesta su postura de cooperación internacional con respecto a su derecho y su obligación? Y ¿cómo dilucidar ante todo el mundo la suma importancia de la reforma del sistema del dólar norteamericano como moneda principal del sistema monetario internacional? Estos problemas se han convertido en focos de atención en todas partes del mundo. Si bien la postura y la fórmula de reforma propuestas por China en la cumbre no se hayan aprobadas por unanimidad, la voz de China ha concitado sin duda alguna la atención de todos los países. Todos los participantes en el evento sienten que la actitud positiva de China demuestra que el Gobierno chino está esforzándose por asumir la “responsabilidad” de una gran potencia para defender la estabilidad y el desarrollo de la economía mundial. Estamos convencidos de que a medida de la profundización de la economía de China y la elevación incesante de su competitividad esencial, el mercado chino jugará un papel cada vez más importante en el escenario de la economía mundial. En un futuro no lejano, el mundo aceptará la fórmula constructiva presentada por el Gobierno chino en la presente cumbre para reformar el sistema monetario internacional. Además, un pluralista sistema monetario internacional sustituirá progresivamente el actual sistema del dólar soberano de Estados Unidos cuyo monopolio ha causado el desequilibrio del sistema monetario internacional. Esto es un proceso inevitable conforme a la internacionalización del la moneda china.
Desde luego, el camino para ello no es expedito. Porque el sistema monetario con el dólar norteamericno como protagonista es un poderoso pilar que apunta hoy los grandes déficits comercial y financiero de EEUU. Es la última defensa de EEUU frente al impacto de la actual crisis financiera. Si el capital monetario internacional encuentra un puerto más seguro en otros lugares, su salida provocará un parálisis del mercado norteamericano, reeditando la tragedia de la gran depresión del siglo pasado. Por lo tanto, para asegurar que el capital internacional no salga en gran cantidad del país, el Gobierno norteamericano prefiere aceptar un estado del dólar desfavorable para la recuperación básica de su economía.
Por otro lado, los países europeos sienten que el desbordamiento de la crisis financiera de EEUU les ha creado grandes molestías. Para evitar el deterioro de los problemas de riesgo ético, hacen todo lo posible por potenciar el control sobre el proceso de innovación monetaria de EEUU. Sobre todo, cuando se refiere a las eficaces medidas de estímulos y castigos para la élite minoritaria que monoplizan las técnicas de innovación monetaria, los países europeos proponen equiparar los beneficios y las riesgos. Es porque desde el ángulo económico europeo, sostienen que ellos han soportado más riesgos, en tanto que EEUU, por la posición especial de su moneda y su capacidad de innovación monetaria, obtiene beneficios desorbitados y descarga a ajenos los riesgos que le competen. Es por ello que Europa destaca que en un contexto de la globalización monetaria es necesario ejercer un control sistemático sobre las innovaciones financieras. No está tan interesada como los países emergentes en la reestructuración del sistema monetario internacional fuera de la Eurozona.
De lo expuesto arriba, se deduce que en la cumbre del G-20 EEUU destacó la fórmula de cooperación con esfuerzos coordinados para superar la falta de liquidez en el mercado. Europa enfatizó en el control unificado en la escala internacional. Y los países emergentes, con China como su representantes, exigieron reformar el actual sistema monetario interncional con el dólar norteamericano como protagonista. Es muy difícil que estas tres voces lleguen al unísono. Si los problemas no pueden solucionarse con las políticas de cooperación eficiente de los diversos países en un contexto de globalización, es muy posible que las diversas fórmulas de solución que ponen los intereses nacionales por encima de todo, perjudiquen los interses económicos de otros países e impidan el cumplimiento de los objetivos de sus gobiernos. Se incrementarán las manifestaciones evidentes y latentes de proteccionismo comerical y financiero para defender los intereses y mercados nacionales. Finalmente se aplazará seriamente la recuperación de la economía mundial aumentando progresivamente el coste para salvar el mercado en escala global.
En este sentido, debemos estar preparados para buscar fómulas de cooperación “menos buenas”. Por ejemplo, al mismo tiempo que apoyamos la liquidez del mercado norteamericano, debemos dilucidar y destacar ante EEUU que defendemos los intereses de China como el mayor acreedor de EEUU. De lo contrario será insostenible la cooperación de beneficio mutuo, lo que incrementará el coste para la recuperación económica de los dos países.
El Gobierno chino debe aprovechar al máximo el escenario de la cumbre de G-20 para buscar diversas fórmulas flexibles de cooperacion, y esforzarse por ganar apoyos de los países que enfrentan los mismos desafíos, y crear un favorable ambiente exterior para nuestra reforma (capacidad para incrementar la competividad esencial del sector secundario y el valor creado del sector financiero).
(Pueblo en línea)
¿Cómo China, el mayor acreedor de EEUU, manifiesta su postura de cooperación internacional con respecto a su derecho y su obligación? Y ¿cómo dilucidar ante todo el mundo la suma importancia de la reforma del sistema del dólar norteamericano como moneda principal del sistema monetario internacional? Estos problemas se han convertido en focos de atención en todas partes del mundo. Si bien la postura y la fórmula de reforma propuestas por China en la cumbre no se hayan aprobadas por unanimidad, la voz de China ha concitado sin duda alguna la atención de todos los países. Todos los participantes en el evento sienten que la actitud positiva de China demuestra que el Gobierno chino está esforzándose por asumir la “responsabilidad” de una gran potencia para defender la estabilidad y el desarrollo de la economía mundial. Estamos convencidos de que a medida de la profundización de la economía de China y la elevación incesante de su competitividad esencial, el mercado chino jugará un papel cada vez más importante en el escenario de la economía mundial. En un futuro no lejano, el mundo aceptará la fórmula constructiva presentada por el Gobierno chino en la presente cumbre para reformar el sistema monetario internacional. Además, un pluralista sistema monetario internacional sustituirá progresivamente el actual sistema del dólar soberano de Estados Unidos cuyo monopolio ha causado el desequilibrio del sistema monetario internacional. Esto es un proceso inevitable conforme a la internacionalización del la moneda china.
Desde luego, el camino para ello no es expedito. Porque el sistema monetario con el dólar norteamericno como protagonista es un poderoso pilar que apunta hoy los grandes déficits comercial y financiero de EEUU. Es la última defensa de EEUU frente al impacto de la actual crisis financiera. Si el capital monetario internacional encuentra un puerto más seguro en otros lugares, su salida provocará un parálisis del mercado norteamericano, reeditando la tragedia de la gran depresión del siglo pasado. Por lo tanto, para asegurar que el capital internacional no salga en gran cantidad del país, el Gobierno norteamericano prefiere aceptar un estado del dólar desfavorable para la recuperación básica de su economía.
Por otro lado, los países europeos sienten que el desbordamiento de la crisis financiera de EEUU les ha creado grandes molestías. Para evitar el deterioro de los problemas de riesgo ético, hacen todo lo posible por potenciar el control sobre el proceso de innovación monetaria de EEUU. Sobre todo, cuando se refiere a las eficaces medidas de estímulos y castigos para la élite minoritaria que monoplizan las técnicas de innovación monetaria, los países europeos proponen equiparar los beneficios y las riesgos. Es porque desde el ángulo económico europeo, sostienen que ellos han soportado más riesgos, en tanto que EEUU, por la posición especial de su moneda y su capacidad de innovación monetaria, obtiene beneficios desorbitados y descarga a ajenos los riesgos que le competen. Es por ello que Europa destaca que en un contexto de la globalización monetaria es necesario ejercer un control sistemático sobre las innovaciones financieras. No está tan interesada como los países emergentes en la reestructuración del sistema monetario internacional fuera de la Eurozona.
De lo expuesto arriba, se deduce que en la cumbre del G-20 EEUU destacó la fórmula de cooperación con esfuerzos coordinados para superar la falta de liquidez en el mercado. Europa enfatizó en el control unificado en la escala internacional. Y los países emergentes, con China como su representantes, exigieron reformar el actual sistema monetario interncional con el dólar norteamericano como protagonista. Es muy difícil que estas tres voces lleguen al unísono. Si los problemas no pueden solucionarse con las políticas de cooperación eficiente de los diversos países en un contexto de globalización, es muy posible que las diversas fórmulas de solución que ponen los intereses nacionales por encima de todo, perjudiquen los interses económicos de otros países e impidan el cumplimiento de los objetivos de sus gobiernos. Se incrementarán las manifestaciones evidentes y latentes de proteccionismo comerical y financiero para defender los intereses y mercados nacionales. Finalmente se aplazará seriamente la recuperación de la economía mundial aumentando progresivamente el coste para salvar el mercado en escala global.
En este sentido, debemos estar preparados para buscar fómulas de cooperación “menos buenas”. Por ejemplo, al mismo tiempo que apoyamos la liquidez del mercado norteamericano, debemos dilucidar y destacar ante EEUU que defendemos los intereses de China como el mayor acreedor de EEUU. De lo contrario será insostenible la cooperación de beneficio mutuo, lo que incrementará el coste para la recuperación económica de los dos países.
El Gobierno chino debe aprovechar al máximo el escenario de la cumbre de G-20 para buscar diversas fórmulas flexibles de cooperacion, y esforzarse por ganar apoyos de los países que enfrentan los mismos desafíos, y crear un favorable ambiente exterior para nuestra reforma (capacidad para incrementar la competividad esencial del sector secundario y el valor creado del sector financiero).
(Pueblo en línea)
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