«« | »» |
EEUU enfatizará un estímulo fiscal global |
Estados Unidos planea aprovechar la cumbre de líderes del Grupo de los 20 (G-20) para presionar por un estímulo fiscal a nivel global. La decisión, que le restaría énfasis a la reforma de la regulación financiera, podría producir roces con los países europeos.
La postura de EE.UU. contrasta con la de Francia, Alemania y otros países europeos, que quieren que la cumbre del G-20, que se realizará en Londres el 2 de abril, se centre en la reforma regulatoria. Estos países creen que la falta de regulación fue una causa primordial de la crisis financiera y están especialmente interesados en endurecer las normas que gobiernan a los fondos de cobertura y las firmas de capital privado. La semana pasada, el Fondo Monetario Internacional (FMI) recomendó que los mayores fondos de cobertura y de capital privado estén sujetos a una regulación equivalente a la de los bancos.
Todas las partes involucradas buscan impedir que un quiebre en la cumbre derrumbe los mercados. Las diferencias podrían resolverse durante una reunión de los ministros de Finanzas del G-20 que tendrá lugar el próximo fin de semana en Londres o durante los encuentros que el presidente Barack Obama sostendrá en las siguientes semanas con una serie de líderes globales y ministros de Finanzas.
EE.UU., que podría contar con el apoyo de otros países que han lanzando grandes paquetes de estímulo, como China, sostiene que el gasto fiscal adicional es necesario para reducir la magnitud y duración de la crisis. Además, señala que el G-20 no está listo para implementar nuevas regulaciones, por lo que concentrarse en esa área sería contraproducente.
El gobierno de Obama, por ejemplo, no ha completado su plan de revisión regulatoria que, en última instancia, debe ser aprobado por el Congreso. Otros miembros del G-20, que incluye las economías desarrolladas del Grupo de los 7 (G-7) y países en desarrollo como India, China, Brasil y Sudáfrica, también necesitan meses para poner en marcha las nuevas regulaciones.
"Si tomamos en cuenta el estado de la economía global, es importante que todos los países emprendan iniciativas osadas y ambiciosas en forma individual y colectiva para restaurar el crecimiento", indicó un alto funcionario de la Casa Blanca. Añadió que la aprobación del plan de estímulo de US$797.000 millones demuestra que el gobierno de Obama "está haciendo su parte" e insinuó que EE.UU. buscará que el G-20 realice gestos importantes en favor del libre comercio, en especial para proteger a los países menos desarrollados.
El énfasis en el estímulo fiscal propuesto por EE.UU. resalta las diferencias con Alemania, que en los últimos años ha hecho un gran esfuerzo para equilibrar su presupuesto. En enero, Alemania aprobó un paquete de estímulo de 50.000 millones de euros (US$63.295 millones), pero la canciller Angela Merkel es reticente a incurrir en una gran deuda pública para solucionar una crisis global que, en su opinión, fue causada por la conducta irresponsable del sector privado y de los gobiernos.
Alemania también quiere tratar de limitar el endeudamiento fiscal en la Unión Europea (UE) y está preocupada de que los países con las finanzas más débiles de la UE estén acumulando niveles insostenibles de deuda y que tendrán que ser rescatados.
"La canciller opina que es muy importante que en la reunión del 2 de abril en Londres, el tema de la regulación futura y supervisión de los mercados financieros debiera jugar un papel primordial", dijo Thomas Steg, vocero de la canciller. Agregó que el plan de estímulo fiscal alemán "es considerable" y que "una expansión de estímulo fiscal de Alemania no está en los planes".
La tensión entre las posturas de EE.UU. y Europa quedó en evidencia durante la conferencia de prensa ofrecida la semana pasada en Washington por Obama y el primer ministro británico, Gordon Brown. Mientras Brown subrayó la necesidad de que el G-20 "establezca los principios para el sistema bancario del futuro", Obama enfatizó la necesidad de que los países del G-20 "estén estimulando sus economías de una manera coordinada".
El FMI estima que en 2008 y 2009, los planes de estímulo y otros aumentos del gasto generarán un crecimiento en China, India y el G-7 -EE.UU., Gran Bretaña, Canadá, Italia, Alemania, Japón y Francia- superior en dos puntos porcentuales al que se habría registrado sin los paquetes de estímulo.
Por su parte, el Banco Mundial divulgó ayer las últimas cifras acerca de la gravedad de la crisis global. El Producto Interno Bruto global caerá este año por primera vez desde la Segunda Guerra Mundial, estimó la entidad. El comercio mundial se contraerá a su mayor ritmo desde la Gran Depresión de los años 30. Los países en desarrollo, que encaran una reducción en el crecimiento, el comercio, las remesas y la inversión extranjera, podrían tener que hacer frente a una brecha de financiamiento de entre US$270.000 millones y US$700.000 millones, dependiendo de la severidad de la crisis, estimó el Banco Mundial.
(continue)

Etiquetas: conocimiento, medios, memoria, monopolios, multitud, politica.
En sus conversaciones con el nuevo jefe de la Casa Blanca, Medvedev abordará, entre otros asuntos, la no proliferación de armas de destrucción masiva, la lucha contra el terrorismo y la crisis económica global.
El jefe del Kremlin admitió que en los últimos años "las relaciones con EEUU se degradaron de manera considerable".
"Esto nos entristece, pero ahora existe la posibilidad de abrir una nueva página en nuestras relaciones", recalcó Medvédev, quien destacó que las señales que recibe de la Administración de Obama son "bastante positivas".
Así lo ha declarado a la prensa en la Casa Blanca junto al Secretario del Tesoro estadounidense Timothy Geithner, en la que Barack Obama ha señalado que "tenemos dos objetivos en el G-20" y ha valorado el encuentro como una "reunión crucial para la economía del país"
Uno de ellos, es para el presidente estadounidense el "asegurar que hay una acción concertada para impulsar la economía" y el segundo tiene que ver con la certeza de que "avanzamos en la cuestión de la reforma de la regulación financiera que nos permita evitar en el futuro estos riesgos sistémicos y por tanto, crisis potenciales como la actual".
Obama también ha relatado las medidas que el país norteamericano ha tomado para reactivar la economía. El jefe de Estado estadounidense ha insisto en que estas medidas no serán suficientes si en otros países no hacen lo mismo y para eso plantea que las políticas del G-20 "estén coordinadas y no se limiten unicamente al ámbito "doméstico".
Mientras tanto, el demócrata ha vuelto a demostrar su carácter optimista ante todo al asegurar que se muestra confíad en las perspectivas económicas de futuro. Obama asegura que ya ve una mayor coordinanción internacional.
Geithnner en Europa
Por otra parte, Geithner se desplazará mañana a Europa para asistir a una reunión preparatoria del G-20, en la que se tratará qué hacer para que los países emergentes y en desarrollo no se vean demasiado afectados por las turbulencias de la contracción económica "y puedan seguir comprando bienes estadounidenses".
También se estudiará en la reunión cómo evitar que los países caigan en la tentación de adoptar medidas proteccionistas que pongan trabas al comercio internacional.
"Todo lo que estamos haciendo en EE UU sería más eficaz si el resto del mundo se estuviera moviendo en la misma dirección", declaró Obama al término de una reunión con su secretario del Tesoro, Timothy Geithner, quien hoy mismo viaja a Londres para participar en una reunión preparatoria de la próxima cumbre del Grupo de los 20 (G-20), que concentra a los países más ricos del mundo y a los emergentes con mayor pujanza. La reunión se celebrará en la capital del Reino Unido el 2 de abril.
Desde ahora hasta esa fecha, la política de Estados Unidos será la de presionar a favor de una acción mundial coordinada para atajar la crisis, una acción en la línea de la ley de estímulo de cerca de 800.000 millones de dólares (625.000 millones de euros) que el presidente firmó el mes pasado y del plan de rescate de los bancos de 700.000 millones de dólares puesto en marcha el pasado otoño.
"EE UU ha tomado una ventaja significativa", manifestó Obama, "sobre una serie de pasos que son necesarios en este momento. Pero es importante que otros países se muevan en la misma dirección porque la economía globalizada nos ata a todos juntos".
Todos esos pasos hay que darlos, además, precisó el presidente "asegurándonos de que no caemos en patrones proteccionistas y de que el comercio internacional sigue siendo el modelo que los países apoyan y practican".
Las palabras de Obama confirman la preocupación de la Casa Blanca por la resistencia de parte de las principales potencias europeas y otras naciones a desarrollar medidas intervencionistas lo suficientemente ambiciosas. Estas diferencias se presentan como el principal caballo de batalla con vistas a la reunión del G-20, en la que están depositadas muchas de las esperanzas de una próxima recuperación.
Un informe del Fondo Monetario Internacional hecho público la semana pasada confirmaba que, entre las mayores economías del mundo, sólo China, Australia y España habían seguido los pasos de EE UU de dedicar el 2% de su producto interior bruto (PIB) a proyectos de estímulo económico. Los dos grandes de Europa, Alemania y Francia, se han quedado muy por detrás de esa cifra, particularmente este último, cuyo paquete de estímulo no llega al 1% del PIB.
El presidente norteamericano dijo ayer que había hablado recientemente sobre esos problemas y las perspectivas de la cumbre de Londres con el primer ministro británico, Gordon Brown, y con el jefe del Gobierno japonés, Taro Aso, con los que, según comentó Obama, había coincidido en "una visión optimista sobre las perspectivas del encuentro".
Obama recalcó que los dos objetivos principales que busca Estados Unidos en esa cumbre son los de "una acción concertada en el mundo entero para resucitar la economía" y un consenso sobre un paquete de medidas reguladoras que deben ser aplicadas por cada país, con el fin de evitar la repetición de catástrofes como la que actualmente afecta al sistema financiero.
El presidente mencionó el primero de esos objetivos como imprescindible para que sus propias iniciativas aplicadas a la economía norteamericana puedan tener éxito. "Podemos hacer un buen trabajo aquí", dijo, "podemos poner en marcha todas las medidas que creamos, pero si continúa el deterioro de la economía internacional, vamos a fracasar".
Nunca se había referido Obama en términos tan dramáticos a la conexión entre la crisis económica norteamericana y la que sufren otros países. Eso pone una presión añadida sobre la cumbre del G-20 y sobre el trabajo previo que debe de llevar a cabo el secretario del Tesoro. "Ésta va a ser una reunión crucial en un momento, obviamente, decisivo para la economía", declaró el presidente.
Timothy Geithner añadió que, desde hace dos años, están circulando entre diferentes países afectados por la crisis una serie de ideas sobre la mejor forma de combatirla. Pero advirtió que ahora "el tiempo de las palabras ha terminado" y que es preciso "unirse y empezar a actuar".
"Tenemos que unir al mundo para poner en acción un programa muy extenso y sostenido de apoyo a la recuperación y el crecimiento. Y tenemos que unirnos para alcanzar un nuevo consenso global sobre cómo fortalecer el sistema financiero mundial de tal manera que una crisis así no vuelva a ocurrir nunca más", propuso el secretario del Tesoro.
Para Geithner esto es, al mismo tiempo, una batalla personal. Después de un turbulento proceso de confirmación por el impago de algunos impuestos, y de un inicio de gestión muy criticado por la incertidumbre de sus acciones respecto a la intervención en los bancos, el secretario del Tesoro está muy necesitado de un éxito para revitalizar su papel.
Las presiones de Obama y su equipo económico provocaron reacciones en la Comisión Europea y en varios países de la UE, que no parecen dispuestos a preparar nuevos planes anticrisis pese a la insistencia de Estados Unidos. El presidente del Eurogrupo -que engloba a los 16 ministros de Finanzas de la zona euro-, el luxemburgués Jean-Claude Juncker, aseguró ayer que los miembros de la Unión "no están dispuestos a ir más allá de los paquetes de medidas que ya han sacado adelante". El ministro alemán de Finanzas, Peer Steinbrueck, aseguró que en estos momentos no se debate "ninguna medida adicional". Frente a las cifras ofrecidas por EE UU, la UE sostiene que los planes de estímulo de los Veintisiete suman 400.000 millones de euros para 2009 y 2010, el 3,3% del PIB europeo.
"Europa se ha acercado a la posición de EEUU y EEUU se ha acercado a la posición de Europa", dijo el vicepresidente segundo del Gobierno español al término de la reunión, en la que España estuvo como país invitado, ya que no pertenece al G-20.
EEUU quería un estímulo fiscal (equivalente al 2 por ciento del PIB global) para aumentar la inversión pública e incentivar la demanda, mientras Europa, con Alemania y Francia a la cabeza, aducía que ya ha comprometido suficiente y rechazaba más endeudamiento.
"Europa -arguyó Solbes- ha hecho ya un estímulo fiscal más importante de lo que el Fondo Monetario Internacional (FMI) le había pedido, que era lo que pide Estados Unidos".
"Hemos dicho, sin embargo, que sí estamos de acuerdo, y eso también entra dentro de las condiciones de EEUU, con el apoyo al Fondo Monetario y a las instituciones financieras internacionales. Y EEUU ha hecho un gran recorrido también en términos de reforma del sistema financiero para el futuro", declaró el ministro español.
Al consenso de posturas en esta cita, añadió Solbes, España ha venido contribuyendo "día a día" con debates técnicos y discusiones en el marco de la Unión Europea (UE).
Respecto a la reunión, Pedro Solbes subrayó que "ha sido enormemente útil para acercar las posiciones de todos los países" cara a la cumbre de jefes de Estado y de Gobierno que tendrá lugar el próximo 2 de abril en Londres.
"Nosotros -dijo- habíamos remitido previamente a esta reunión un documento con propuestas de acción y la verdad es que nos vamos bastante satisfechos con el resultado final".
El vicepresidente segundo percibió "un consenso básico sobre la necesidad de llevar a cabo cuantas acciones sean necesarias de forma coordinada para reactivar la actividad económica y el empleo y restablecer el normal funcionamiento del mercado financiero".
Sobre los medios para reactivar la economía, Solbes reiteró que "prácticamente todos los países de la Unión Monetaria (Europea) estamos en la línea de que ya hemos llevado a cabo un estímulo fiscal sin precedentes, por lo que demos esperar a conocer el impacto del efecto de estas medidas antes de aprobar nuevos estímulos".
"Las medidas que hemos adoptado hasta ahora -resaltó- implicarían un fuerte incremento de la deuda pública y su efectividad podría verse mermada si no establecemos una estrategia clara de vuelta a la estabilidad presupuestaria cuando mejore la situación económica".
Acerca de la regulación del sistema financiero, el titular español de Economía constató que "se va abriendo una estrategia muy similar a la que nosotros pensábamos, que era introducir fórmulas que obliguen a las entidades financieras a distinguir entre los buenos y los malos momentos de ciclo".
Además, prosiguió, "España ha defendido una mejora de las normas contables, para que se reflejen mejor los riesgos y las incertidumbres de cada entidad".
También "se ha avanzado en la cooperación internacional para resolver y prevenir crisis en el futuro", agregó Solbes.
En ese sentido, el vicepresidente segundo destacó el hecho de que España fuera admitida el pasado jueves en el Foro de Estabilidad Financiera, el grupo de países encargado de la supervisión de los mercados financieros internacionales.
Solbes apuntó que para España, que optaba a entrar en el Foro tras participar en la pasada cumbre del G-20 en Washington, el ingreso "tiene especial importancia", pues ese organismo jugará "un papel determinante en toda la reforma del marco financiero internacional".
Hasta ahora, el Foro, que admitió también a países del G-20, incluía sobre todo a autoridades nacionales financieras (bancos centrales, autoridades de supervisión y ministerios de Finanzas) de los países del G-7 (siete países más industrializados).
El portavoz reconoció que Inglaterra en calidad de país anfitrión, dividió al G-20 en dos grupos de países, pero subrayó que esa medida tiene un carácter exclusivamente recomendatorio y no supone una discriminación.
Según publicó el diario Financial Times, el gobierno británico hizo dos listas de países, once países de "alta prioridad" con Estados Unidos, Japón, Alemania, Francia, Italia, China, India, Brasil, África del Sur, Corea del Sur, Arabia Saudita y la Unión Europea.
Y en un segundo grupo de "baja prioridad" que incluyó a Rusia, Canadá, Australia, Indonesia, México, Argentina y Turquía.
"Esta lista en ninguna forma refleja una jerarquía en nuestras relaciones políticas con esos países", dijo la portavoz del Foreign Office.
Añadió que la lista tiene un carácter recomendatorio a partir de informaciones de entidades sociales de renombre medios de información, institutos de investigación y otras entidades.
Hoy y mañana los ministros de finanzas y los gobernadores de los Bancos Centrales del G-20 celebran consultas preparatorias a la cumbre que se celebrará en Londres el 2 y 3 de abril.
Los acuerdos adoptados fueron los siguientes:
AUSENCIA DE LLAMAMIENTO A NUEVOS PLANES DE RESCATE
- Se ha emprendido una acción coordinada y decisiva para impulsar la demanda y el empleo.
- La principal prioridad es restaurar el crédito encarando los problemas del sistema financiero.
- Las medidas excepcionales tomadas hasta ahora en política económica deben aplicarse sin demora. Compromiso para “aportar un esfuerzo de la envergadura necesaria para restablecer el crecimiento”.
BANCOS CENTRALES CONTINUARÁN ESTIMULANDO LA ECONOMÍA
- Los países del G20 continuarán recurriendo a la política monetaria, incluido el recorte de tasas de interés y medidas no convencionales, “tanto tiempo como sea necesario” y de forma “compatible con la estabilidad de los precios”.
AUMENTO DE LOS RECURSOS DEL FMI PARA AYUDAR A LOS PAÍSES MÁS FRÁGILES
- Hay una “necesidad urgente” de ampliar los recursos del Fondo Monetario Internacional (FMI), invitado a evaluar las acciones de estímulo fiscal adoptadas por los países.
- Compromiso para ayudar a las economías emergentes y en vías de desarrollo para hacer frente al declive de las inversiones extranjeras.
REFUERZO DE LA REGULACIÓN Y LUCHA CONTRA LOS PARAÍSOS FISCALES
- Refuerzo de la cooperación internacional para prevenir y resolver las crisis, en particular, a través de un sistema de “alerta precoz” del FMI y del Foro de Estabilidad Financiera.
- Acuerdo para identificar los paraísos fiscales y elaborar una “caja de herramientas de medidas eficaces” para combatirlos.
- Recomendación de registrar los fondos especulativos y pedir lo mismo a las agencias de calificación, cuyo papel agravó según algunos la crisis de las “subprimes”.
- Necesidad de mejorar las normas contables y de una mayor estandarización de los mercados derivados del crédito.
Según dijo el anfitrión de la reunión, hubo un acuerdo sobre la necesidad de "adoptar medidas decisivas y exhaustivas para impulsar la demanda y el empleo" y para enviar el mensaje de que no se cierran las puertas a ninguna posible solución a la crisis. "Nos hemos comprometido a poner en marcha un esfuerzo continuado", agregó Darling en la conferencia de prensa en la que explicó el contenido de la declaración conjunta que firmaron los ministros.
En el texto, se destaca que el objetivo principal es "restablecer el crecimiento global, apoyar el restablecimiento del crédito y reformar y fortalecer el sistema financiero global". Los ministros se comprometieron también a luchar contra cualquier tipo de proteccionismo y mantener un sistema comercial y un sistema de inversiones abierto, pero con una mayor supervisión.
En el encuentro se reconoció que muchos países han tomado ya medidas sustanciales, pero se dejó claro, dijo Darling, que "estamos preparados a hacer más si es eso lo que hace falta". "Nuestra prioridad ahora -continuó el canciller del Exchequer- es restaurar el crédito por parte de los bancos y otras instituciones financieras y establecer las acciones necesarias que nos permitan recuperar el sistema financiero".
En relación con las medidas de estímulo fiscal, sobre las que tienen diferentes opiniones EEUU y países europeos como Francia y Alemania, los ministros reconocieron que "la expansión fiscal está dando un apoyo vital al crecimiento y el empleo" Al mismo tiempo, se señaló la importancia de mantener "la sostenibilidad fiscal" para no hipotecar el futuro.
El G-20 instó al Fondo Monetario Internacional (FMI) a evaluar el impacto de las medidas que se han adoptado hasta el momento y a contribuir en la propuesta de nuevas acciones para el futuro, y respaldó incrementar los recursos para este organismo multilateral.
Darling también subrayó "el compromiso con las economías emergentes, que tienen que hacer frente a una reversión de los flujos de capital internacional, algo que les preocupa a ellos de manera especial, pero también a nosotros".
Miliband elogió también el compromiso de China en el enfrentamiento con la presente crisis económica global, diciendo que "yo creo que el compromiso chino fue muy evidente en la visita del primer ministro Wen y su equipo, quienes vinieron a Londres a principios de febrero, para una discusión que cubrió muchos asuntos, pero entraron en algunos detalles en el frente económico. Ciertamente, es muy, muy importante".
En respuesta a la pregunta hecha por Xinhua acerca del antiproteccionismo, Miliband dijo que, "concuerdo muy fuertemente con ustedes en que existe una gran responsabilidad para que los líderes se pronuncien contra el proteccionismo".
(Xinhua)
"Soy muy positiva, muy optimista sobre la posibilidad de llegar a un acuerdo con Estados Unidos y los países emergentes como China e India", comentó Merkel.
Merkel indicó que EEUU apuesta por programa coyunturales, y que países como Alemania o Francia creen que la prioridad es la regulación de los mercados financieros.
La canciller explicó que las circunstancias económicas de Europa y EEUU son diferentes: "las cifras estadounidenses no se pueden comparar con las cifras europeas, porque nosotros ya tenemos que hacer frente a un fuerte gasto público por el aumento del pago de los subsidios de desempleo y de las pensiones".
Por su parte, Brown dijo que Washington está dispuesto a apoyar reformas legislativas para controlar los fondos de inversión especulativos (hedge funds), a juicio de muchos, los instrumentos responsables de la crisis financiera, que a su vez, desató la actual crisis en la economía mundial.
"Nos pusimos de acuerdo en la necesidad de regular las instituciones que en el pasado se colocaron fuera del sistema bancario y ello incluye a los fondos de inversión especulativos y las otras operaciones bancarias ocultas en todo el mundo", dijo Brown.
Aseguró que hay un acuerdo de principio entre los 20 países del grupo, que representan al 80 por ciento de la economía mundial, sobre la necesidad de combinar los estímulos fiscales, punto en el que pone el énfasis EEUU, con una regulación y supervisión más eficaz de los sistemas financieros, algo en lo que insisten los europeos.
Por su parte, los ministros de Finanzas y gobernadores de Bancos Centrales del G20 reunidos en Horsham, al sur de Londres, se manifestaron a favor de un aumento significativo de los recursos del Fondo Monetario Internacional (FMI) pero no hubo consenso en torno a las propuestas de aumentar las medidas de estímulo económico.
Países como Brasil, Rusia, India o China expresaron que quieren tener más derecho de decisión FMI, antes de aportar más dinero en esa entidad.
Según el presidente ruso, la actual crisis económica que se manifiesta en recesión en las principales economías del mundo comenzó en Estados Unidos.
"Resulta que a alguien se le ocurrió emitir créditos hipotecarios en enormes cantidades asestando un golpe en el resto del mundo. Por esta razón debe haber mecanismos que permitan de alguna forma afrontar las decisiones que emprendan nuestros socios, y poder defendernos de esos tipos de consecuencias", indicó el presidente ruso.
Al enumerar temas concretos para el foro de Londres, Medvédev destacó la implantación de mecanismos de control y auditoria, "que deben ser transparentes, justos s y adecuados para todos los países y no para un grupo de países así sean los más desarrollados", subrayó.
Medvédev dijo que Rusia propone "un sistema financiero mundial más justo. Sobre esto hablan todos los países. Nuestra postura es marchar hacia delante y no quedarnos en la situación actual, confió que nuestra postura obtenga apoyo en el curso de mi visita a Londres a la cumbre del G-20", resaltó.
Los dos ministros coincidieron en señalar que esta reunión logró avances e hizo los preparativos correspondientes para la próxima cumbre del G-20, prevista para el 2 de abril en Londres.
Al responder a una pregunta sobre las divergencias que tienen EEUU y la Unión Europea (UE), Darling dijo que cada país se encuentra en una situación diferente, por eso las políticas que asumen serían diferentes. Aún así, han llegado a un consenso sobre cómo estimular la economía global y fortalecer el sistema financiero internacional.
En cuanto a las relaciones entre EEUU y China, Geithner recordó que había sostenido una muy buena reunión con el ministro de Finanzas y el gobernador del banco central de China, y que sus objetivos y propuestas tienen muchos puntos similares.
Los mercados del tesoro de EEUU han sido los más líquidos del mundo, y Washington está comprometido a poner en marcha políticas destinadas a llevar la economía, cuanto antes, a la recuperación y mejorar los factores fundamentales a largo plazo que contribuyen a devolver su economía a la vía de la sostenibilidad.
En dicha reunión, el ministro de Finanzas chino, Xie Xuren, informó sobre la situación macro-económica de su país, así como las importantes medidas que ha tomado el Gobierno chino para hacer frente a la crisis financiera.
Enfatizó que se debe establecer un sistema financiero internacional abierto, justo y disciplinado, a la hora de realizarse esfuerzos para acelerar la reforma del gobierno de las instituciones financieras internacionales.
Por su parte, Zhou Xiaochuan, gobernador del Banco Popular de China (banco central del país)también hizo hincapié en los esfuerzos por mejorar la cooperación y supervisión financiera internacional, y fortalecer la vigilancia de las sistemáticamente importantes instituciones financieras y agencias de clasificación crediticia.
Afirmó que las economías avanzadas han de contribuir a estabilizar tanto sus propias economías como los mercados financieros globales.
Antes de la publicación del comunicado de los ministros de Finanzas y gobernadores de bancos centrales del G-20, Brasil, Rusia, la India y China, cuatro países que forman parte del bloque conocido como "BRIC", hicieron público un comunicado propio, y enviaron una fuerte solicitud por el aumento en el sistema financiero internacional de la voz y la representación de los mercados emergentes.
A lo largo de la reunión, que duró sólo un día, 21 ministros de Finanzas y 18 gobernadores de bancos centrales de las economías avanzadas como EEUU, Japón, Reino Unido, Alemania y Francia, así como de los mercados emergentes como China, la India y Brasil, realizaron discusiones tensas y profundas.
A la reunión asistieron también el presidente del Fondo Monetario Internacional, Dominique Strauss-Kahn, el presidente del Banco Mundial, Bob Zoellick, y Joaquín Almunia, miembro de la Comisión Europea encargado de asuntos económicos y monetarios.
Los participantes acordaron dar prioridad al fortalecimiento de la coordinación de políticas macro-económicas de todos los países, tomando más acciones para estimular la economía y evitar que ocurra la recesión económica a nivel global.
Además, la reunión enfatizó la necesidad de materializar el consenso alcanzado en la cumbre de Washington el pasado noviembre en cuanto al fomentar la supervisión financiera, mejorar la lealtad del mercado y acelerar la reforma de las instituciones financieras internacionales.
(Xinhua)
El revés refleja los límites del poder de EE.UU. sobre el mundo en momentos en que sale de los escombros de la crisis financiera. Muchos países, incluidos sus aliados, están aumentando la presión sobre EE.UU. para que solucione el caos que creen ayudó a crear.
Las acciones de Geithner en las próximas dos semanas serán escudriñadas tanto por Wall Street como por los mercados financieros globales, que siguen escépticos de que el gobierno de Obama pueda sacar al mundo del hoyo económico en el que se encuentra.
"Es natural que el mundo busque liderazgo en EE.UU. en cualquier conferencia financiera internacional", dice Daniel Price, un alto ejecutivo sobre temas globales de la firma de abogados Sidley Austin LLP. "Las expectativas son altas para que EE.UU. arme un ambicioso plan tanto para rescatar a los bancos como para delinear una agenda de reforma regulatoria más amplia".
En los días previos a la cumbre de líderes, Geithner planea ofrecer detalles de dos de las principales armas del gobierno para calmar los mercados financieros: su sociedad para comprar activos tóxicos y su plan para reforzar la eficiencia de la supervisión bancaria.
En la reunión del G-20, los ministros de finanzas y presidentes de bancos centrales acordaron ejercer políticas monetarias y de expansión fiscal "hasta que el crecimiento se haya restaurado", pero no apoyaron una meta de crecimiento específica —equivalente al 2% del PIB— propuesta la semana pasada por EE.UU.
Los participantes del encuentro también acordaron una serie de medidas para aumentar la ayuda financiera a los países en desarrollo a través de donaciones al Fondo Monetario Internacional, y para mejorar la regulación financiera, incluyendo requerir el registro de los fondos de cobertura y sus gestores.
Los participantes comunicaron su grata sorpresa ante la unidad de intención del encuentro, dados los comentarios previos de los alemanes y los franceses que rechazaban los llamados de EE.UU. para adquirir mayores compromisos en expansión fiscal. Pero también quedó claro que el gobierno estadounidense está muy lejos de calmar los temores acerca del sector bancario, algo que surgió como un sorprendente punto de tensión durante las negociaciones.
Se espera que esta semana Geithner ofrezca más detalles sobre su controversial plan para crear una sociedad entre el gobierno e inversionistas privados para comprar activos tóxicos que están minando las finanzas de los bancos. El plan podría intentar liberar al sector bancario de entre US$500.000 millones y US$1 billón (millón de millones) en activos en problemas. Luego, se espera que Geithner presente un plan aparte para mejorar la eficiencia en la supervisión de los mercados financieros, cuya falta de rigor, dicen los críticos, permitió que varios conglomerados financieros tambalearan y otros colapsaran.
Funcionarios del Departamento del Tesoro de EE.UU. han trabajado durante semanas en su plan para una mejor supervisión. Su propuesta pediría una supervisión más eficaz del riesgo entre todos los mercados financieros, un papel que, sugirió Geithner, podría ejercer la Reserva Federal mejor que nadie.
El plan también recomendaría un mecanismo para reducir el tamaño de grandes compañías financieras que no son supervisadas por la Corporación Federal de Seguros de Depósitos Bancarios, analizar las estructuras de compensación que pueden amenazar la estabilidad de las compañías, y reforzar las leyes de protección al consumidor.
Una parte central del plan sería endurecer los requisitos para que los bancos obtengan nuevo capital con el fin de desanimar el riesgo excesivo y elevar las reservas de los bancos.
Por su parte, EE.UU. enfrentó una mayor presión de sus aliados para arreglar su alicaído sistema bancario. "Algunos países no han reparado su sector bancario", dijo durante la cumbre el ministro de Finanzas de Canadá, Jim Flaherty, en lo que pareció una referencia a EE.UU.
Otra recomendación rusa para la próxima cumbre del G20, grupo que representa a las veinte mayores economías del planeta, es "incentivar los pagos y la formación de precios en varias monedas cuyos emisores responderían a una serie de requisitos fijados a nivel internacional" en lo concerniente al grado de desarrollo económicos y financiero, política presupuestaria, crediticia y monetaria, regulación de inversiones y transacciones financieras. Los emisores de estas monedas de reserva deberán acatar "reglas internacionales de disciplina macroeconómica y financiera".
El Fondo Monetario Internacional (FMI), a juicio de Moscú, debería examinar la eventual transformación de sus derechos especiales de giro, DEG, en una "moneda de superreserva reconocida por toda la comunidad internacional. Rusia propone plantearse una reforma más radical de cuotas y votos en el marco del FMI, así como revisar el papel y el mandato de esta institución y dotarla de mayores recursos.
Un objetivo clave en el ámbito de la regulación es "paliar las contradicciones entre el carácter supranacional de instrumentos e instituciones del mercado financiero y el carácter nacional de la actividad de reguladores". Es necesario elaborar y crear un acuerdo internacional que defina los estándares globales de regulación y supervisión financiera (Standard Universal Regulatory Framework, o SURF por su sigla en inglés).
Asimismo, Rusia cree "conveniente establecer fondos y mecanismos regionales para financiar el desarrollo económico y superar las crisis". El capital de dichas estructuras provendría de países que pertenecen a la respectiva región. El Fondo Anticrisis que se forma estos días en el marco de la Comunidad Económica Euroasiática es un ejemplo de tal mecanismo regional, señala el documento.
Moscú previene contra el posible recorte de la ayuda financiera a los países en desarrollo, la mayoría de los cuales se vieron afectados por la actual crisis. Es inadmisible que se repita la situación de principios de los 90 cuando la recesión económica global redujo en más del 20% el volumen de tal asistencia.
"Si 2008 fue el año en el que la crisis fue internacional, 2009 puede ser el año en el que la comunidad internacional le hizo frente conjuntamente", continúa Brown.
Así pues, defiende que la reunión debe servir para reestructurar el sistema bancario y llegar a un acuerdo sobre reglas comunes para el futuro, así como para afrontar el problema de los paraísos fiscales o la supervisión internacional. Igualmente, tendrá que ayudar a los países que no tienen medios suficientes para reflotar ellos mismos su sistema bancario y abordar el asunto de la remuneración de los directivos.
La segunda medida que debe salir del G20 es procurar que la economía internacional recupere el crecimiento. En este sentido, se verá qué es lo que los diferentes países han hecho ya y se discutirá acerca de la próxima etapa. Brown incluye también en la agenda facilitar el comercio entre países para hacer frente a la ralentización del comercio mundial por falta de crédito.
En tercer lugar, menciona la ayuda a los países más pobres y en cuarto término, reformar las instituciones financieras internacionales, que se crearon en los años 1940, para adaptarlas a 2009. "Es un proceso. Hubo el G20 de Washington en noviembre, ahora la reunión de Londres y habrá la reunión de Copenhague en diciembre", resume.
En su opinión, si algo se ha aprendido durante esta crisis es que los bancos pueden tener problemas "en cualquier parte del mundo", porque están ligados los unos a los otros y, por lo tanto, hace falta incluir este aspecto en el sistema de regulación.
En este sentido, Londres acepta aumentar el poder de supervisión del Banco Central Europeo (BCE) pero defiende que la supervisión individual de los bancos siga estando en manos de las autoridades nacionales.
"El verdadero test es demostrar que podemos trabajar juntos y tomar decisiones coordinadas sobre el futuro de nuestro sistema financiero, el crecimiento de la economía y que podemos actualizar las instituciones financieras internacionales", insiste Brown, que descarta que la reunión se salde sin acuerdo.
Sueldos de los directivos
En la cita de Londres se prestará especial atención al proteccionismo y se pondrá en marcha un mecanismo de vigilancia para evitarlo. Y se buscará un acuerdo sobre los principios que definan las remuneraciones de los directivos.
"El objetivo es que los riesgos se tengan en cuenta en la remuneración, que la gente sea recompensada por un duro trabajo y no por los excesos", sostiene.
Por otro lado, espera cambios en el FMI para que organice la coordinación de los sistemas de supervisión, se cree un sistema de alerta contra las crisis y que el Banco Mundial pueda ocuparse de los problemas del medio ambiente además del desarrollo.
Finalmente, se muestra dispuesto a incluir a los países africanos en el G20 al considerar que "no es el momento" de reducir los programas de desarrollo. "Hace falta seguir la ruta hacia los Objetivos del Milenio. He hablado con el presidente Obama. Tenemos una responsabilidad con la pobreza causada por esta crisis y haremos lo que podamos para ayudar", agrega.
«« | Inicio | »» |