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Cae el gobierno de la República Checa |
Cae el gobierno de la República Checa, durante la presidencia de la UE. Ese país ejerce la presidencia temporal del bloque. La oposición logró "censurar" en el Parlamento al premier Topolanek y tendrá que renunciar. La crisis se desató porque prohibió que la TV difundiera un programa crítico contra un diputado.
La República Checa se queda sin gobierno. Y en plena presidencia de la Unión Europea. La coalición dirigida por el liberal Mirek Topolanek cayó hoy por una moción de censura en el Parlamento de Praga. Un sólo voto de diferencia hizo prosperar la votación, lanzada por la oposición socialdemócrata y apoyada por los comunistas.
Topolanek está obligado por ley a presentar la dimisión pero podría haber un acuerdo para que siguiera en funciones hasta que termine la presidencia checa de la UE el próximo 31 de junio. La votación paraliza además la ratificación por parte del Senado checo del nuevo tratado europeo.
El detonante de la crisis -que además de económica como en el resto de Europa del Este, es también política- fue que Topolanek se negó a que la televisión difundiera un programa que criticaba a un diputado que apoyaba a su coalición.
Aunque la constitución checa obliga al primer ministro a presentar la dimisión tras una moción de censura, no establece un plazo, por lo que Topolanek podrá previsiblemente finalizar la presidencia de la UE. Es la primera vez que un gobierno europeo cae mientras ostenta el liderazgo del bloque.
La ley establece que será el presidente de la República el encargado de las consultas para formar nuevo gobierno. El cargo lo ostenta ahora mismo el ultraliberal Vaclav Klaus, quien ha llegado a decir que la UE le recuerda a la Unión Soviética, que el calentamiento global es mentira y que de la crisis económica se saldrá sólo con más liberalismo y menos regulación.
Klaus podría también nombrar a un nuevo primer ministro que intentara la formación de gobierno o la mayoría de los partidos se pondría de acuerdo para adelantar las legislativas.
La Comisión Europea reaccionó a los pocas horas con un comunicado en el que asegura que sigue confiando en el gobierno checo para ejercer la Presidencia de la UE "con la confianza en que la ley constitucional nacional permite que la República Checa continúe realizando la Presidencia del Consejo con tanta eficiencia como ha hecho hasta ahora". Los principales grupos políticos del Parlamento Europeo condenaron el voto.
En 1993 Dinamarca cambió de gobierno mientras ejercía la Presidencia de la UE. En 1996 fue Italia. Pero en ambos casos por medio de elecciones que estaban previstas antes de que comenzaran sus respectivos mandatos.
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Etiquetas: conocimiento, medios, memoria, monopolios, multitud, politica.
Horas antes de la declaración, Topolanek dijo que la moción de censura debilitaría la capacidad de República Checa para liderar las negociaciones entre los Veintisiete Estados miembros de la UE.
Y en casa, el que está disfrutando de lo lindo es el euroescéptico presidente, Vaclav Klaus. El es el personaje clave de esta crisis, que pone a Bruselas en una situación difícil. Klaus, según la constitución, no tiene un límite de tiempo para encargar a una persona que forme gobierno. Dicho de otra manera, Mirek Topolanek podría permanecer en funciones como presidente de la Unión hasta que Suecia asuma esa misma presidencia, el 1 de julio. Pero eso no es lo peor. Lo peor es el Tratado de Lisboa. El presidente Klaus había dicho que no lo firmaría hasta que hubiera sido ratificado por los irlandeses, cosa prevista para el mes de noviembre. Pero con la caída del gobierno de Topolanek, los miembros de su partido de centro derecha podrían retirar los apoyos parlamentarios en el Senado, donde son mayoría, para ratificar el famoso Tratado, con lo cual esto podría suponer la muerte del mismo, ya que tiene que ser ratificado por los 27 países miembros de la Unión.
Europa y Bruselas temían la presidencia checa de la Unión. No sólo por el euroescepticismo de su jefe de estado, sino por la inestabilidad política interna. La realidad ha confirmado esos temores. Y, aún peor, tal vez el gobierno checo no sea el último en caer como consecuencia de la crisis económica mundial. Las ayudas financieras aprobadas en la cumbre de la semana pasada para los países del este, 50.000 millones de euros, tal vez se hayan decidido demasiado tarde.
De los 197 diputados presentes en la Cámara baja (sobre un total de 200), la oposición reunió 101 votos, el mínimo necesario que establece la Constitución para hacer caer al Gobierno.
La derrota de Topolanek se produjo gracias a los votos de cuatro diputados rebeldes de su propia coalición, que seguirá gobernando hasta el nombramiento de un nuevo Gabinete, un proceso que puede durar varios meses.
Por esa razón, el jefe del gobierno ahora derrotado, que desde el inicio de su presidencia del Consejo comunitario ha afrontado importantes crisis, como la del gas ruso o la de Gaza, además de la crisis económica, se dispone ahora a encabezar, en nombre de la UE, la reunión del G-20, convocada para el 2 de abril en Londres.
Este hecho complicará los esfuerzos de la República Checa para combatir la crisis económica y dará por tierra con las tratados de defensa misilística checo-estadounidense, el proyecto clave de Topolanek en materia de política exterior.
Hasta tanto el presidente checo, Vaclav Klaus, ordene la formación de gobierno el gabinete actual seguirá en el poder. Si bien el presidente crítico con la UE tiene en su poder la llave para el futuro, aún no reveló cuáles serán los pasos a seguir.
La Constitución no prevé un límite de tiempo para la formación de gabinete, de modo que Topolanek podría permanecer en el cargo hasta el 30 de junio, que es cuando finaliza la presidencia checa al Consejo de la UE. Suecia asumirá ese cargo a partir del primero de julio.
Para el 5 de abril está previsto que se celebre en Praga una cumbre entre la UE y Estados Unidos con la presencia del presidente Barack Obama, y todavía en esta semana una reunión informal con los ministros de Asuntos Exteriores de la UE en la ciudad bohemia de Hluboka nad Vlatavou.
Incapacidad para gobernar. Jiri Paroubek, presidente de los socialdemócratas y líder de la oposición, dejó en claro hoy su preferencia por un "gobierno de expertos". Durante el debate que se produjo en la moción de censura que estuvo colmado de asuntos económicos, Paroubek le reprochó al primer ministro "su incapacidad para aliviar las consecuencias de la crisis global".
Cientos de miles de checos todavía debían padecer bajo los efectos del "capitalismo decimonónico", indicó. Topolanek mientras tanto advirtió sobre la inestabilidad política y de un posible retorno de un gobierno comunista.
"Topolanek ha recibido lo que se merecía", aseguró Paroubek, para criticar lo que entendía como una falta de respuesta del Ejecutivo de coalición a la crisis económica. El actual Gabinete del gobierno de coalición tomó posesión a principios de 2007, después de más de seis meses de incertidumbres postelectorales.
El colapso del gabinete amenaza con minar la presidencia de la UE y dificultar los esfuerzos para ratificar el pacto de reforma del bloque, el Tratado de Lisboa, que de momento espera ser ratificado por el Senado conservador. Los representantes de Topolanek son en su mayoría críticos respecto de la UE.
Observadores y diplomáticos en Praga especulan que el Tratado de Lisboa podría ser rechazado por el Senado una vez que los miembros del partido de Topolanek no se sientan atados a los lineamientos partidarios.
De los 197 diputados presentes en la Cámara baja, sobre un total de 200, la oposición reunió 101 votos, el mínimo necesario que establece la Constitución para hacer caer al gobierno. La derrota del Ejecutivo de Topolanek se produjo gracias a los votos de cuatro diputados rebeldes de su propia coalición.
La coalición formada por el Partido Democrático Ciudadano (ODS), el partido del premier, con los cristianodemócratas (Kducsl) y los Verdes sólo contaba con 96 diputados de los 200 de la Cámara baja. En los últimos meses, el éxito de las votaciones dependía de siete parlamentarios disidentes con la línea de sus respectivos partidos. Topolanek reconoció antes de la moción de censura que los debates en la cámara se ven bloqueados por “mezquindades”.
Tras la votación de ayer, Praga pierde “su poder de negociación” en los consejos europeos, dijo el propio Topolanek. “Toda nuestra administración está tan bien preparada que puede funcionar incluso sin políticos”, declaró el primer ministro a la televisión. “Cumpliré con mis deberes constitucionales”, afirmó tras reconocer su derrota. Topolanek afirmó que piensa dimitir mañana a su regreso de Estrasburgo, donde debe intervenir hoy ante la Eurocámara y presentar un balance del último Consejo Europeo.
El actual Ejecutivo seguirá gobernando hasta el nombramiento de un nuevo gabinete, un proceso que puede durar meses. El presidente Vaclav Klaus confirmó ayer que “se seguirá el camino constitucional establecido”. El jefe del Estado puede nombrar a un primer ministro para formar un nuevo gobierno. Otra posibilidad es que los principales partidos se pongan de acuerdo sobre la organización de legislativas anticipadas. Mientras tanto, el gobierno dimitente puede seguir gestionando el país y ocuparse de la presidencia de la UE. “Lo natural es que el gobierno termine la presidencia europea (el 30 de junio)”, afirmó el jefe de la oposición socialdemócrata Jiri Paroubek a la televisión pública CT 24.
Por esa razón, el jefe del gobierno ahora derrotado, que desde el inicio de su presidencia del Consejo comunitario ha afrontado importantes crisis, como la del gas ruso o la de Gaza, además de la crisis económica, se dispone ahora a encabezar, en nombre de la UE, la reunión del G-20, convocada para el 2 de abril en Londres.
Poco después, los checos acogerán una cumbre entre la UE y Estados Unidos a principios de abril, en la que participarán jefes de Estado y de gobierno de los veintisiete Estados comunitarios y el presidente estadounidense, Barack Obama.
El gabinete del gobierno de coalición actual tomó posesión a principios de 2007. Durante ese medio año de negociaciones no prosperó la investidura de un Ejecutivo conservador en minoría salido de los comicios legislativos de junio de 2006.
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El presidente checo pidió a continuación a la coalición de centro-derecha dimisionaria despachar los asuntos corrientes hasta la nominación de un nuevo gobierno.
Klaus se pronunció en contra de que se alargara demasiado la situación transitoria y deseó una solución antes del fin de la presidencia checa de la UE, el 30 de junio.
También se mostró a favor de una "alianza política" en el seno de la Cámara Baja para formar un gobierno que contaría con el apoyo real de 101 de los 200 diputados.
La coalición de centro-derecha, muy frágil desde su formación en enero de 2007, se ha visto debilitada por sucesivas disputas y escisiones. El martes, sólo 96 diputados votaron en contra de la moción de censura que supuso la caída del gobierno y cuatro miembros de la mayoría parlamentaria votaron a favor.
La dimisión formal se desarrolló en una atmósfera de tensión palpable entre el presidente y el primer ministro, tras las duras declaraciones, el día anterior, de Topolanek.
"Nadie duda del papel de Vaclav Klaus" en la caída del gobierno, lanzó Topolanek el miércoles por la noche en la televisión. También había dicho que la moción de censura fue festejada en el Castillo, sede de la presidencia, "hasta la una y media de la mañana".
El euroescéptico jefe de Estado nunca le tuvo aprecio a su primer ministro, demasiado proeuropeo y, a su juicio, flojo en la gestión de los temas económicos. Ahora le corresponde elegir y nombrar a un nuevo jefe de gobierno.
El viernes, Klaus, de 67 años, debe iniciar las consultas con los dirigentes socialdemócratas (CSSD) y los democristianos (KDU-CSL).
Pese a todo, Topolanek, de 52 años, espera ser de nuevo el encargado de formar el gabinete y desea elecciones anticipadas cuanto antes.
"Mientras tanto, haremos todo por mantener la estabilidad, en casa como en el extranjero", aseguró.
El jefe del CSSD, Jiri Parubek, es partidario de ampliar el plazo para las elecciones anticipadas, e incluso se refirió a la primavera (boreal) de 2010, cuando el plazo normal es junio de ese año.
En caída libre estos últimos meses, la popularidad de Topolanek y de su partido liberal ODS ha mejorado desde el inicio de la presidencia de la UE, y unas elecciones rápidas le resultarían beneficiosas, estiman los expertos locales.
Según la prensa del jueves, Klaus estaría a favor de un gobierno interino de expertos o de una alianza entre la ODS y el CSSD, al igual que ocurrió con el "pacto de estabilidad" logrado en 1998 entre estas dos formaciones adversarias.
El "bravo soldado Sveik" famoso personaje del escritor checo Jaroslav Hasek, y símbolo de la sabiduría popular, al respecto de la caída del Gobierno que presidía el primer ministro Mirek Topolanek posiblemente hubiera dicho: "con la crisis que tenemos encima no es raro que caigan gobiernos", pero el asunto es que Topolanek y su gabinete fue defenestrado no sólo por a razones económicas o financieras.
Al explicar las razones de lo ocurrido en Praga, en Europa se hace énfasis en los errores económicos cometidos por el gabinete de Topolanek, al tiempo que evita mencionar otro factor muy importante.
Y es que en la caída del gobierno checo influyó el descontento general de la población por la forma con que el ejecutivo intentó legalizar el emplazamiento de elementos del sistema de defensa antimsiles (DAM) de Estados Unidos en el territorio checo.
Topolanek no pudo evitar su caída incluso después de que retiró del parlamento (donde fue el remitido para su aprobación) el tratado checo-estadounidense sobre el emplazamiento de una estación de radar para la DAM cerca a Praga.
La mayoría de los checos, al menos un 70 % están en contra de la DAM porque consideran que esto no fortalece la seguridad de su país.
Por lo visto, el malestar de la opinión pública checa se reflejó en la reagrupación de las fuerzas políticas en el parlamento, pues los diputados que pasaron del lado de la oposición al votar la moción de desconfianza estaban en contra del emplazamiento del radar estadounidense en las inmediaciones de la capital checa.
De todas maneras, a partir de esta semana el Partido Democrático Cívico de centro-derecha liderado por Topolanek y los líderes de las agrupaciones socialdemócratas deberán comenzar consultas con el presidente checo, Vaclav Klaus.
El presidente checo debe decidir qué hacer con el gobierno. Por una parte, de acuerdo a la Constitución debe acatar el voto de desconfianza del parlamento, pero como la Constitución no establece ningún plazo para la convocatoria de comicios anticipados, la decisión depende del partido en el poder, es decir, el de Topolanek.
Las variantes que dispone Klaus son pocas: Convocar a elecciones anticipadas, o intentar que se forme un gobierno en base a consenso político que continúe funcionando hasta los próximos comicios legislativos, variante que apoya Topolanek.
Para Europa, la caída del gobierno checo no es una desgracia pero de todas maneras supone inconvenientes, sobre todo porque en los últimos tiempos la política checa se ha vuelto impredecible e incluso hasta "volátil" utilizando la terminología de la bolsa.
Al asumir la República Checa la presidencia de UE, los problemas y turbulencias políticos urdidos en Praga, automáticamente adquirieron amplias dimensiones europeas.
En Bruselas prefieren que los checos logren ponerse de acuerdo para formar un gobierno que funcione al menos hasta el próximo 30 de junio, cuando expire el mandato de la República Checa en la presidencia de turno de la UE.
Aunque en realidad, la presidencia rotatoria de la UE no es un cargo que sea substancialmente importante. Más que todo, se trata de un cargo de "capitán de honor", encargado de coordinar las actividades de la UE anteriormente establecidas.
Aunque también es cierto que durante su mandato de medio año, el país-presidente puede influir en la agenda de la UE y también en elegir los asuntos que se deben debatir de manera prioritaria.
Una influencia relativa, porque las prioridades de la UE las dictan los países influyentes como Alemania, Francia, Inglaterra o Italia, que pueden o no apoyar las sugerencias del país presidente.
De todas maneras la dirección de la UE está a cargo de la Comisión Europea, con sede en Bruselas.
En general, los descalabros relacionados con la con la presidencia checa de la UE no hubieran tenido tanta relevancia sino hubiera sido por la actual crisis financiera y económica y toda la componente política desfavorable.
Ahora más que nunca, los europeos sienten muy poca simpatía por la burocracia de Bruselas. Sectores de opinión críticos en Europa comienzan a inculcar en la conciencia de la población de que el ejército de funcionarios y euroburócratas ya es absolutamente innecesario.
Especialmente porque impera la opinión que esa burocracia en buena parte ayudó a la propagación y agudización de la crisis, por lo que surge el interrogante de probablemente llegó el momento de cambiar toda la estructura de la UE que resultó incompetente al momento de implementar medidas eficaces para afrontar la crisis.
Andrei Fediashin
LA OPINIÓN DEL AUTOR NO COINCIDIRÁ OBLIGATORIAMENTE CON LA DE RIA NOVOSTI
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Confusión y temor vive el Viejo Continente tras el voto negativo contra la administración checa, presidente de turno de la Unión Europea, pese a no ser la primera debacle de un gobierno en plena cúpula del bloque.
Los Ejecutivos de Dinamarca e Italia también colapsaron durante el semestre que presidían el Consejo, aunque el caso checo es bien distinto. La Constitución de este país no incluye ningún plazo bajo el cual el presidente, Vaclav Klaus, encargue armar un nuevo gabinete.
El propio Topolánek aseguró que la crisis de su gobierno no tendrá ningún impacto en su gestión al frente de los 27 estados de la Unión, aunque en este momento resulta cuestionable la capacidad de enfrentar los retos que se le avecinan.
Resulta dudoso hasta qué punto la presidencia temporal checa esté en condiciones de encontrar una salida al conflicto institucional comunitario y de planear estrategias coordinadas para enfrentar la actual crisis financiera.
Por otra parte, el proceso de ratificación del Tratado de Lisboa, que logró avanzar con la reciente aprobación en la cámara baja, se verá detenido al menos hasta la formación un nuevo gobierno.
Ese texto, llamado a reformar las instituciones comunitarias, deberá recibir sanción en el Senado checo en abril próximo, pero la actual crisis política puede retrasar todo.
Topolánek mantuvo siempre una postura cercana a la UE, mientras Klaus es un declarado euroescéptico, escenario preocupante para las autoridades del bloque comunitario, principalmente, en lo relativo al Tratado.
Además, la sombra de unas elecciones anticipadas, si fracasa la formación de un nuevo ejecutivo, puede retrasar aún más la ratificación por la República Checa.
También está por ver el rumbo que tomarán las negociaciones con Washington para la firma definitiva de los acuerdos que regulen la instalación de la base de radar en Brdy, cerca de Praga, y la dislocación de tropas estadounidenses en la región.
Aunque, al respecto, no hay certeza sobre la postura del presidente estadounidense, Barack Obama, quien probablemente asista a la cumbre entre la UE y Estados Unidos, prevista para el próximo 5 de abril en República Checa.
Corresponde ahora al jefe de Estado checo encargar la conformación de un gobierno. El nuevo primer ministro podría ser nuevamente Topolánek o algún político más próximo a Klaus.
Diplomáticos y analistas consideran que el mandatario escogerá a un candidato que adopte una postura crítica, similar a la suya, con respecto al Tratado de Lisboa, firmado en diciembre del 2007.
La aspiración europea de que el primer ministro saliente llegue hasta el final de la presidencia del bloque contrasta con la pretensión de Klaus, quien dejó clara su posición de no esperar con un gabinete moribundo hasta finales de junio, cuando culmina el mandato.
Cualquiera puede llegar al poder, si cuenta con el respaldo de 101 diputados, la mayoría absoluta en el parlamento, al decir del propio presidente, pero el problema radica en que el nuevo ejecutivo deberá enfrentar las mismas dificultades que Topolánek tras formar gobierno en 2006.
La coalición gubernamental, integrada por conservadores, democristianos y verdes mantuvo paridad casi absoluta en el legislativo con los opositores socialdemócratas y comunistas.
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