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Bernanke cree que... ¿cuestión de fe? |
Los mercados se encuentran con nuevas previsiones sobre el fin de la crisis. Según el presidente de la Reserva Federal, Ben Bernanke, la recesión podría acabar a finales de año, siempre que se logre la estabilización de los bancos.
El presidente de la Reserva Federal ha abogado también hoy por reformar la regulación financiera de EEUU para reforzar la supervisión de los bancos, fondos de inversión y grandes instituciones financieras.
"Necesitamos tener una estrategia que regule el sistema financiero en su conjunto, en una forma integral", ha señalado Bernanke ciñéndose, dicho sea de paso, al discurso que pronuncia hoy en un centro de estudios de Washington.
Estos comentarios, además, se producen cuando el presidente de EEUU, Barack Obama, y el Congreso comienzan a diseñar sus estrategias para reformar la regulación del sistema financiero, cuyo caos ha puesto en peligro la primera economía mundial.
Bernanke también ha pedido que el Congreso dé el visto bueno a la legislación de forma que el desplome de una institución no genere una situación caótica.
El responsable de la Fed ha señalado, asimismo, que las instituciones demasiado grandes, cuyo fracaso implica un riesgo en el sistema, deberían ser sometidas a una supervisión más rigurosa para impedir que asuman riesgos excesivos.
El discurso del titular del banco central estadounidense en el Consejo de Relaciones Exteriores ocurre en medio de un acalorado debate sobre el intervencionismo público en el sector financiero.
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Los ingresos, excluyendo externalidades, fueron de 19.000 millones de dólares en enero y febrero, casi al nivel de los 21.000 millones del primer trimestre del 2008. Pero Pandit advirtió que la volatilidad de marzo podría golpear los resultados. La carta dijo que el banco tiene confianza en su fortaleza de capital, tras superar pruebas de estrés usando parámetros más pesimistas que los de la Reserva Federal.
Pero David Williams, analista de Fox, Pitt-Kelton, cuestionó la transparencia de esas pruebas de tensión y dijo que los inversionistas perdieron la fe en el banco y en su sector. "El que invirtió en base a lo que dijeron estas gerencias en los últimos 12 meses probablemente perdió todo su dinero. Hay una cuestión de credibilidad", expresó a Reuters.
"La cotización de la acción a un dólar significa que el mercado ha dejado de escuchar", añadió, pero admitió que la reacción sería positiva si se confirman las perspectivas trimestrales de la carta. Citi recibió 45.000 millones de dólares del Programa estatal de Alivio de Activos en Problemas y en febrero acordó darle un 36 por ciento de su propiedad al Gobierno para apuntalar su capital.
En enero y febrero el banco no sólo ha logrado reducir las multimillonarias pérdidas sufridas desde 2007, de 37.500 millones de dólares en los cinco últimos trimestres. Según Pandit, Citigroup ha conseguido volver a ser rentable en los dos primeros meses de 2009. En este mismo periodo, el banco obtuvo unos ingresos de 19.000 millones de dólares, antes de contabilizar las provisiones.
El mensaje lanzado por Citigroup provoca una respuesta entusiasta por parte de los inversores. El consejero delegado de Citi manifestaba además en el memorandum interno su profundo "desacuerdo" con la valoración de la compañía por parte del mercado. Las acciones del banco, que venían de caer por debajo de un dólar por primera vez en su historia, recuperan un contundente 19% en la preapertura de Wall Street, hasta los 1,20 dólares.
El resurgir bursátil de Citigroup se contagia en las cotizaciones de otros grandes bancos estadounidenses. Los títulos de Bank of America se revalorizan un 12%, un 8,8% los de Wells Fargo y un 7,3% los de JPMorgan.
La mejora alcanza también de lleno a la banca europea. El índice sectorial Stoxx600 Banks cotiza un 7,2% al alza, a media sesión. Este despertar incluye subidas tan contundentes como el 15% de Barclays, el 12% de HSBC e ING, el 9% de BNP Paribas y Deutsche Bank, el 8% de Unicredit e Intesa y el 5% de Société Générale.
La banca española no se queda al margen de esta reacción generalizada en el sector. Banco Popular, Santander y BBVA lideran los avances del Ibex con subidas que oscilan a media sesión entre el 4,4% y el 5%. Banco Sabadell y Banesto superan el 3% de repunte.
Señaló que EEUU y en menor medida otras naciones industrializadas se convirtieron en receptoras desde mediados de los 90 de los multimillonarios ahorros acumulados en los países emergentes.
Bernanke explicó que los detalles que condujeron al actual apocalipsis son "complejos".
Pero precisó que, en líneas generales, lo que ocurrió fue que tanto los sistemas de riesgos del sector privado como los reguladores del Gobierno de EE.UU. y otros países ricos fracasaron en su tarea de asegurar que la avalancha de capital se invirtiese de forma prudente.
Ese fracaso ha causado una crisis de confianza entre los consumidores y la "paralización de los mercados de crédito", continuó Bernanke.
Para impedir que se repita una crisis de las proporciones actuales, propuso implementar reformas que refuercen la supervisión de los bancos, fondos de inversión y grandes instituciones financieras.
"Necesitamos tener una estrategia que regule el sistema financiero en su conjunto, en una forma integral", afirmó en un centro de estudios en Washington.
Bernanke mencionó cuatro puntos que deberían guiar la reforma de la regulación, entre ellos que el Congreso apruebe legislación para que el desplome de una institución no genere una situación caótica.
Además, las instituciones demasiado grandes, cuyo fracaso representa un peligro para el sistema, deberían ser sometidas a una supervisión más rigurosa para impedir que asuman riesgos excesivos.
El tercer punto pide la revisión de las políticas reguladoras y contables para asegurar que no magnifiquen las fluctuaciones en el sistema financiero y la economía.
Para finalizar, el Gobierno debería considerar crear una autoridad responsable de forma específica de supervisar riesgos y proteger al país de crisis como la actual.
Por otro lado, en el futuro inmediato Bernanke considera necesario que los Gobiernos alrededor del mundo sigan adoptando "medidas contundentes y, cuando sea oportuno, acciones coordinadas para restaurar el funcionamiento de los mercados y el flujo del crédito".
Pese a todo, alertó de que sus recetas no impedirán que vuelva a haber crisis, un fenómeno a su juicio recurrente durante los últimos siglos.
"Incluso con estas acciones que he delineado hoy es poco realista esperar que las crisis financieras se eliminen por completo, sobre todo mientras mantengamos un sistema dinámico e innovador", dijo el presidente de la Fed.
Insistió en que lo que sí pueden conseguir las medidas propuestas es que las crisis sean "menos frecuentes y menos virulentas, y por lo tanto contribuir a un mejor funcionamiento de la economía a nivel nacional y global".
Debate sobre el intervencionismo público
Su discurso se produce en medio de un acalorado debate sobre el intervencionismo público en el sector financiero.
El Gobierno tiene ya una participación mayoritaria en la aseguradora AIG y se ha convertido en un importante accionista de Citigroup, el que un día fuera el mayor banco del mundo.
El fin de semana pasado, los senadores republicanos John McCain y Richard Shelby dijeron que el Gobierno debería permitir que algunos de los grandes bancos estadounidenses cierren sus puertas. Pero Bernanke dejó claro hoy que los planes del Gobierno no apuntan en esa dirección.
"Hemos reiterado la determinación del Gobierno estadounidense de asegurar que las instituciones financieras importantes desde el punto de vista sistémico pueden seguir cumpliendo con sus obligaciones", afirmó.
Además de Citigroup, también están en una situación delicada Bank of America, la filial estadounidense de HSBC, Wells Fargo y J.P. Morgan Chase, que han registrado grandes pérdidas por sus operaciones de derivados.
La nueva estrategia del jefe de la Reserva Federal incluye cuatro elementos clave, que son el manejo del problema del colapso de grandes instituciones; el fortalecimiento de la infraestructura financiera; la revisión de políticas de regulación y de reglas de contabilidad; y la creación de una autoridad específicamente encargada de supervisar y de manejar los riesgos sistémicos.
Bernanke dijo que las autoridades tienen fuertes incentivos para evitar el colapso de grandes instituciones financieras profundamente interconectadas.
Admitió que el rescate del gobierno de firmas grandes puede ser costoso para los contribuyentes, "y en la actual crisis, el asunto del colapso de grandes firmas ha surgido como un gran problema".
Bernanke también responsabilizó a los desequilibrios globales como causas fundamentales de la crisis financiera, diciendo que "es imposible entender esta crisis sin hacer referencia a los desequilibrios globales en el comercio y los flujos de capital que iniciaron a finales de la década de 1990".
"Los desequilibrios globales son responsabilidad de Estados Unidos y de nuestros socios comerciales, y aunque el tema es permanente en conferencias internacionales, en conjunto no hicimos lo suficiente para reducir esos desequilibrios", añadió.
Al pronosticar que la crisis financiera continuará, Bernanke comentó: "es poco realista esperar que la crisis financiera pueda ser eliminada por completo, especialmente mientras se mantenga un sistema financiero dinámico e innovador.
(Xinhua)
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