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Obama prevé retirar tropas de Iraq |
El presidente Barack Obama prevé informar el próximo viernes sobre un plan de retiro de las tropas estadounidenses de Iraq para agosto de 2010, informó hoy el vicepresidente, Joseph Biden, a la televisora NBC.
La propuesta de Obama prevé retirar las fuerzas militares de esa guerra que ha causado la muerte de al menos cuatro mil 250 soldados estadounidenses.
El plan de 19 meses para la retirada está entre los 16 meses propuestos por Obama durante la campaña electoral y los 23 sugeridos por los responsables militares.
Este retiro permitiría reforzar con soldados y recursos la contienda en Afganistán, donde en opinión del mandatario norteamericano es más compleja la amenaza a la seguridad nacional.
El gobernante no ofreció detalles sobre el mencionado plan en su primer discurso ante el Congreso, pero reiteró su compromiso de comunicar pronto sobre un programa de retirada.
Anunciaré en breve un plan que deje a Iraq en manos de su pueblo y ponga fin de forma responsable a esta guerra, expresó el mandatario.
Según cifras difundidas por medios de prensa, en Iraq permanecen unos 150 mil efectivos de Estados Unidos, país que padece la peor crisis económica en los últimos 80 años.
(continue)

Etiquetas: conocimiento, memoria, monopolios, multitud, politica, violencia.
La retirada, recomendada a Obama por los jefes militares, el secretario de Defensa y asesores, liberará tropas y recursos para ser utilizados en la cada vez más encarnizada guerra en Afganistán, donde según el mandatario se incuba la principal amenaza para la seguridad de Estados Unidos.
"El presidente va a hacer un anuncio el viernes (...) Creo que el público estadounidense entenderá perfectamente lo que estamos haciendo y creo que estará complacido", aseveró el vicepresidente, Joe Biden, en declaraciones a la cadena de noticias NBC.
Los comentarios de Biden llegaron luego de que los diarios The New York Times y The Washington Post informaran que Obama tenía previsto ordenar esta semana la retirada de todas las tropas de Irak en agosto de 2010, y poner fin así a una polémica guerra de ya casi seis años que dejó miles de muertos.
"Estamos cumpliendo un compromiso de campaña", agregó Biden.
Durante su campaña presidencial, el demócrata Obama -quien asumió en enero pasado- prometió retirar las fuerzas de combate del país árabe en 16 meses desde su llegada a la Casa Blanca, es decir, en mayo del año próximo.
El vocero de la Casa Blanca, Robert Gibbs, afirmó que el presidente no había tomado "ninguna decisión final sobre Irak", pero no negó ni confirmó que fuera inminente un anuncio al respecto.
"En estos momentos estamos revisando cuidadosamente nuestras políticas en ambas guerras, y pronto anunciaré una manera de seguir adelante en Irak que deje a Irak a su pueblo y ponga fin a al guerra de modo responsable", aseveró anoche Obama en su discurso ante ambas cámaras del Congreso.
Retiro en 19 meses
El cronograma de retirada en 19 meses fue uno de los tantos presentados a Obama por el jefe del Pentágono, Robert Gates, y el jefe del Estado Mayor Conjunto del país, almirante Michael Mullen.
Otros planes contemplaban una salida más rápida en 16 meses y otra más lenta en 23, informó The Washington Post.
"Los riesgos son diferentes con cada opción, y hay pros y contras de cada uno", dijo un funcionario citado por el periódico.
Aunque Obama todavía no tomó una decisión definitiva, esta podría ser anunciada el viernes cuando dé un discurso en el estado de Carolina del Norte, dijo esta fuente, que pidió no ser identificada.
Soldados desplegados
Cerca de 142.000 soldados estadounidenses se encuentran desplegados actualmente en Irak. El plan de retirada de Obama contempla dejar una fuerza residual de entre 30.000 y 50.000 soldados para entrenar y asesorar al ejército iraquí y realizar otras tareas de seguridad, agregaron las fuentes.
La esperada decisión de Obama pondrá en marcha un mayúsculo esfuerzo logístico del ejército estadounidense consistente en retirar una brigada de combate cada cinco semanas.
Esta salida escalonada fue diseñada deliberadamente con el propósito de reducir al mínimo las chances de poner en riesgo la seguridad de las tropas que queden en el país o la frágil seguridad de Irak, según funcionarios citados por los diarios.
Las fuentes afirmaron que la decisión sobre el momento de la retirada de Irak no se vio condicionada por el reciente anuncio de Obama de enviar 16 mil soldados más a Afganistán, que enfrenta su peor ola de violencia desde el derrocamiento de los talibanes, a fines de 2001.
De todos modos, los jefes militares del país dijeron ya varias veces que la disponibilidad de refuerzos para Afganistán dependía de la capacidad y el ritmo de salida de efectivos de Irak.
El plan es mantener el número total de tropas de combate en ambos países en niveles relativamente altos por lo menos durante un año y medio, dijeron las fuentes citadas por la prensa.
Al menos 4.250 soldados estadounidenses murieron en Irak desde el inicio de la polémica invasión sin el aval de la ONU lanzada en marzo de 2003 por el anterior presidente republicano, George W.
Bush, que llevó al derrocamiento del entonces mandatario iraquí, Saddam Hussein.
Bush dijo que invadía el país porque Saddam poseía armas de destrucción masiva, pero los supuestos arsenales de extermino no fueron hallados nunca.
Luego de la rápida caída de Saddam, en abril de 2003, el país se sumió en una guerra de guerrillas contra los ocupantes y en una virtual guerra civil entre sus distintas comunidades que dejaron decenas de miles de víctimas entre los iraquíes.
La guerra enemistó a Estados Unidos con muchos de sus aliados en Occidente, se convirtió en un factor desestabilizador en Medio Oriente y en un conflicto que creció en impopularidad entre los norteamericanos al ritmo de las cada vez mayores muertes.
La situación de seguridad mejoró progresivamente desde el envío de 30.000 soldados estadounidenses de refuerzo, en 2007.
El presupuesto militar para el año fiscal 2009, excluyendo las guerras en Irak y Afganistán, alcanza los 515.000 millones de dólares, indicó el Pentágono. Cuando se agrega el costo estimado de ambas guerras, los gastos totales de defensa rondan los 650.000 millones para el año fiscal 2009. En 2008, los gastos de defensa incluyendo las guerras llegaron a 670.000 millones.
Este presupuesto, de nuevo en alza tras una progresión ininterrumpida desde 2001, comprende en particular un aumento salarial de 2,9% para los miembros de las Fuerzas Armadas.
Además, la Casa Blanca pide una dotación adicional de 130.000 millones de dólares para financiar las guerras en Irak y Afganistán en 2010, en momentos que Obama acaba de autorizar el envío de 17.000 soldados suplementarios a Afganistán, que se suman a los 38.000 en el terreno.
El gobierno espera obtener también 75.500 millones de dólares más para financiar los frentes bélicos en lo que queda de 2009, a pesar de que el Congreso había ya aprobado un paquete de 65.900 millones pedido por el gobierno de Bush para este año.
Si este presupuesto se aprobara, los gastos vinculados a ambas guerras en 2009 alcanzarán un total de 141.400 millones, es decir más de lo solicitado para 2010.
No obstante, algunos gastos vinculados a los esfuerzos bélicos fueron transferidos al presupuesto básico para 2010, indicó un encargado estadounidense de Defensa sin dar más detalles.
La dotación presupuestaria total requerida para Defensa en 2010 "satisfará las necesidades de este país en materia de seguridad nacional", comentó este funcionario.
El gobierno de Obama espera a mediano plazo lograr reducir el presupuesto de defensa gracias a la retirada prevista de las tropas de combate de Irak, donde actualmente hay desplegados unos 142.000 soldados estadounidenses.
El presidente planea anunciar el viernes cómo pretende cumplir una de sus mayores promesas electorales: poner fin a la guerra en Irak.
La Casa Blanca estima también que el presupuesto consagrado a las guerras en Irak y Afganistán podría reducirse en más de la mitad, a partir del ejercicio de 2011, a "50.000 millones de dólares por año".
Por otra parte, Obama dijo ante el Congreso el martes que se proponía reformar el presupuesto básico de Defensa, "para que no tengamos que pagar por sistemas de armas que datan de la Guerra Fría o que ya no nos sirven".
El secretario de Defensa estadounidense, Robert Gates, dijo eSTE jueves durante una conferencia de prensa que el Pentágono revisará todos sus programas de armamento.
El Pentágono redactó una lista de víctimas posibles de las reducciones presupuestarias, en la cual se encuentra los destructores de General Dynamics, los aviones de combate F-22, un sistema de telecomunicación numérico y bases de defensa antimisil previstas en Polonia y en la República Checa.
Gates, ex funcionario del gobierno de Bush, estimó estos últimos meses que la guerra en Irak y Afganistán debía tener prioridad sobre los grandes proyectos de armamento, y acusó a algunas personas de estar desconectados de la amenaza de los rebeldes en Irak y Afganistán.
De acuerdo con un reporte de la cadena televisiva CNN, la cual cita fuentes de defensa de ese país, la petición de Obama incluirá 75 mil 500 millones de dólares para en el año 2009 para incrementar su numero de combatientes en Afganistán.
Los gastos bélicos en Irak y Afganistán para el año fiscal 2010, el cual comienza en octubre, serán incluidos en el presupuesto que Obama destinará al Pentágono, que se espera sea anunciado este jueves.
El presupuesto militar para el año fiscal 2009, excluyendo las guerras en Irak y Afganistán, alcanza los 515 mil millones de dólares, indicó el Pentágono.
Cuando se agrega el costo estimado de ambas guerras, los gastos totales de defensa rondan los 650 mil millones para el año fiscal 2009.
En 2008, los gastos de defensa, incluyendo las guerras, llegaron a 670 mil millones.
"Aseguró que revisará su plan si la situación en el terreno se deteriora y la violencia aumenta", dijo el jueves en un comunicado John McHugh, el republicano de mayor jerarquía en el Comité de las Fuerzas Armadas de la Cámara de Representantes de EEUU.
El anuncio de Obama tuvo lugar durante una reunión en la Casa Blanca en la que participaron el vicepresidente, Joe Biden; el secretario de Defensa, Robert Gates; y el almirante Mike Mullen, jefe del Estado Mayor Conjunto, indicó McHugh.
El presidente de Estados Unidos anunciará el viernes al mediodía desde la base de Marines de Camp Lejeune en Carolina del Norte (sureste) su estrategia para el retiro de soldados estadounidenses de Irak, informó antes su portavoz Robert Gibbs. "Sé que el presidente presentará su estrategia mañana (viernes)", dijo el vocero de la Casa Blanca a periodistas.
Asimismo, el presidente levantará la prohibición de fotografiar el retorno a Estados Unidos de cajones de soldados muertos en Irak o Afganistán, según anunció este jueves el secretario de Defensa, Robert Gates. La decisión de autorizar la cobertura mediática deberá ser tomada por los familiares de los fallecidos. Aún se encuentran más de 140.000 soldados americanos en Irak.
Los gastos bélicos en Irak y Afganistán para el año fiscal 2010, el cual comienza en octubre, serán incluidos en el presupuesto que Obama destinará al Pentágono, que se espera sea anunciado este jueves.
El presupuesto militar para el año fiscal 2009, excluyendo las guerras en Irak y Afganistán, alcanza los 515 mil millones de dólares, indicó el Pentágono.
Cuando se agrega el costo estimado de ambas guerras, los gastos totales de defensa rondan los 650 mil millones para el año fiscal 2009.
En 2008, los gastos de defensa, incluyendo las guerras, llegaron a 670 mil millones.
Ex viceprimer ministro iraquí Tarek Aziz puede ser liberado por recomendación de Obama
El ex viceprimer ministro iraquí Tarek Aziz, uno de los hombres cercanos al derrocado presidente Sadam Hussein, puede ser liberado pronto por recomendaciónn del presidente de Estados Unidos, Barack Obama, informó hoy su abogado a RIA Novosti.
"El primer ministro iraquí Nuri Al Maliki muy pronto ordenará la liberación de mi defendido", dijo Badi Arez Azzat, abogado de Aziz en Amman, capital de Jordania.
"Por recomendación del presidente de Estados Unidos, Barack Obama, y en el marco de un plan de reconciliación nacional, funcionarios iraquíes y estadounidense me han garantizado la pronta liberación de Aziz", subrayó el abogado.
Aziz es una de las figuras claves del gobierno iraquí antes de la guerra, y en diferentes períodos ocupó el cargo de ministro de Información, Asuntos Exteriores, y viceprimer ministro del gobierno de Sadam Hussein.
Durante muchos años, Aziz estuvo a cargo de las relaciones de Iraq con la Unión Soviética y posteriormente con Rusia.
Tras el derrocamiento de Hussein en abril de 2003, Aziz se entregó voluntariamente al comando estadounidense cuando se consumó la ocupación de Bagdad.
De 72 años, Aziz es el último funcionario del régimen de Hussein que se encuentra en prisión a la espera de un juicio por acusaciones de asesinato en 1992 de al menos 42 empresarios vinculados con un programa para la compra de alimentos por petróleo aprobado por la ONU. (mas...)
Según la agencia, 4.250 soldados y oficiales estadounidenses murieron en Iraq desde que EEUU y sus aliados comenzaron operación militar contra este país en marzo de 2003.
Talabani tiene previsto quedarse tres días en Irán durante los cuales va a ser recibido por las más altas instancias del país, como su colega, Mahmud Ahmdineyad, el presidente del Consejo de Discernimiento de Conveniencia del Sistema, el ayatolá Akbar Hashemi Rafsanyani, el presidente del Parlamento, Ali Lariyani, y el presidente del Poder Judicial, el ayatolá Hashemi Shahrudi.
Talabani realiza esta visita arropado por sus ministros de Comercio, Electricidad y Vivienda y por el viceministro de Exteriores, entre otros dignatarios. (mas...)
Ahmadineyad recibe oficialmente a su colega iraquí
El presidente de Irak, Jalal Talabani, que llegó anoche a Teherán en visita de tres días, ha sido recibido oficialmente por su par iraní, Mahmud Ahmadineyad, en la sede de la Presidencia del Gobierno.
Los dos presidentes realizaron las ceremonias de rigor, pasaron revista a la guardia de corps y escucharon los himnos naciones de los dos países, tras lo cual iniciaron sus conversaciones a puerta cerrada.
Talabani, que realiza ya su sexta visita al país persa desde que asumió la presidencia de su país, encabeza una comisión política y económica integrada por los ministros de Comercio, Electricidad y Vivienda y por el viceministro de Exteriores, entre otros dignatarios.
Talabani tiene previsto quedarse tres días en Irán durante los cuales va a ser recibido por las más altas instancias del país, entre las que están el presidente del Consejo de Discernimiento de Conveniencia del Sistema, el ayatolá Akbar Hashemi Rafsanyani, el presidente del Parlamento, Ali Lariyani, y el presidente del Poder Judicial, el ayatolá Hashemi Shahrudi. (mas...)
Se espera que Miliband, que llegó aquí por la tarde, se reúna con el primer ministro iraquí, Nuri al-Maliki, y otros importantes funcionarios, dijo la fuente a Xinhua bajo condición de anonimato.
Reino Unido retirará a sus casi 4.000 soldados del sur de Irak durante la primera mitad del año.
La visita se dio en medio de mucha actividad de diplomacia en Bagdad como el país azotado por la guerra ha visto una mejoría en la seguridad en los últimos meses.
El canciller de Kuwait, sheikh Mohammed Sabah al-Salim al-Sabah, también llegó el día 26 a Bagdad para sostener conversaciones con importantes líderes iraquíes.
(Xinhua)
De acuerdo con una declaración de la parte militar británica, 179 soldados ingleses murieron en Irak, en tanto que perdieron la vida allí 33 soldados de Italia, 18 de Ucrania, 21 de Polonia, 13 de Bulgaria, 11 de España, 7 de Dinamarca, 5 de El Salvador, 4 de Eslovenia, 3 de Letonia y Georgia cada una, 2 de Estonia, Holanda, Tailandia y Rumania, respectivamente, y uno de Australia, Hungría, Kazajstán y Corea del Sur, respectivamente.
(Pueblo en Línea)
De acuerdo con el secretario de Defensa, Robert Gates, es el calendario acordado por George Bush en noviembre del año pasado con el Gobierno iraquí, que Obama ha decidido respetar con ligeros retoques. De ahí la reacción positiva de los principales dirigentes republicanos, empezando por el senador John McCain, y el descontento de quienes, confundiendo sus deseos con las promesas concretas de Obama en la campaña, esperaban la retirada total en pocos meses.
Los que permanezcan hasta el final –entre 35.000 y 50.000 según Barack Obama- se desplegarán en bases estratégicas y se dedicarán al entrenamiento y apoyo de las fuerzas iraquíes, a la protección de los diplomáticos y civiles estadounidenses, y a operaciones antiterroristas, que es como decir "lo que ordene la autoridad competente". Distinguir entre tropas de combate y otras, con tales misiones, es un brindis al sol. Es tan difícil o más que distinguir, como se hizo en el referéndum de España para quedarse en la OTAN, entre la estructura civil y militar de la Alianza.
No es fácil que, en los primeros dos años, Obama ahorre mucho dinero con la reducción de las fuerzas en Irak. En parte, porque ya ha anunciado el envío de 17.000 soldados más a Afganistán y, en parte también, porque las retiradas de los conflictos son igual o más caras que las entradas. Es probable que buena parte del armamento enviado para el Ejército de Tierra se lo quede el Ejército iraquí. Es la costumbre.
Ojalá me equivoque, pero la pretendida reducción del gigantesco déficit –de casi 2 billones de dólares a medio billón- al final de su primer mandato hoy suena a quimera. Desde luego no es posible sólo eliminando las bonificaciones fiscales de Bush a los ingresos de más de 250.000 dólares y recortando gastos en Irak y Afganistán. O se recupera el crecimiento o el déficit seguirá subiendo.
De octubre de 2008 a octubre de 2009 el presupuesto aprobado para las guerras de Irak y Afganistán es de 141.400 millones de dólares y, en el proyecto de 2010 que Obama acaba de presentar al Congreso, se pretende recortar en 11.400 millones.
El acuerdo de Bush con el Gobierno iraquí, que Obama ha hecho suyo, no habría sido posible sin una reducción drástica de los muertos en el conflicto: en 2008 murieron en Irak 306 soldados extranjeros, 299 de ellos estadounidenses, 592 menos que en 2007 y casi los mismos que en Afganistán. Y otra diferencia: uno de cada cuatro muertos extranjeros en Irak el año pasado falleció en accidentes u otras circunstancias no hostiles, mientras que en Afganistán el 90% murió en ataques o atentados de la insurgencia talibán-Al Qaeda.
Esa mejoría, que tantas veces se ha atribuido al aumento de las fuerzas estadounidenses en 30.000 soldados, ha sido el resultado, sobre todo, de la derrota suní por la guerrilla chií tras la destrucción de la mezquita de Samarra en febrero de 2006, de los pactos alcanzados por el Ejército estadounidense a golpe de talonario con importantes dirigentes tribales suníes, del hartazgo de estos con los excesos de Al Qaeda en Irak y del cambio de la misión y de las tácticas de las fuerzas estadounidenses.
La lección, pensando en Afganistán, es que, sólo enviando más soldados, no hay garantía alguna de éxito si no mejora, al mismo tiempo, el apoyo local. Volvemos al tan manido 'hearts and minds', muy difícil de conseguir, pero imprescindible para no perder.
Como adelantaban el 26 de febrero en el New York Times Michael O’Hanlon, de Foreign Policy, y Kenneth M. Pollack, del Saban Center for Middle East Policy, recién llegados de Irak, el compromiso de Obama está a años luz de la 'misión cumplida' de Bush en mayo de 2003.
La reconciliación nacional está aún lejos, el reparto del petróleo sigue pendiente, la constitución vigente no sirve y el acuerdo regional, sin el que es inviable la estabilización del nuevo Irak, será el gran reto de George Mitchell, recién nombrado enviado especial del Gobierno estadounidense para Oriente Medio. Sin la normalización de relaciones con Irán y la reintegración de Siria en el arco de la paz, Irak seguirá siendo una hemorragia inútil de vidas y recursos, sobre todo iraquíes.
Según la fiscalía, se detectó que Dung Nguyen, de 28 años, envió por correo en varias ocasiones fajos de billetes de 100 dólares a su hogar, en Oregon, donde abrió varias cuentas bancarias.
No sólo esto provocó sospechas, sino el hecho de que dichas cuentas recibían depósitos de 10 mil dólares a la vez, y en una ocasión, una de estas cuentas recibió 30 mil dólares de golpe.
Asimismo, el joven soldado aprovechó un viaje que realizó a Portland, la capital del estado, para rentar una caja fuerte en la que guardó 300 mil dólares.
Dung Nguyen fue aún menos discreto al comprarse un automóvil BMW modelo 2007 de 70 mil dólares y un vehículo Hummer H37 modelo 2008, con valor de 43 mil dólares, hecho que motivó una investigación por parte de la Oficina Tributaria Interna.
Esta oficina detectó que el militar estaba adquiriendo artículos a un costo muy por encima del que sus ingresos permitían.
Hasta ahora, agencias federales han recuperado 436 mil dólares en efectivo y en bienes. Junto con los autos se confiscaron computadoras, electrodomésticos, dos pistolas, enseres y muebles.
El capitán se declaró inocente de los cargos de robo de propiedad gubernamental, estructuración ilícita de transacciones financieras y lavado de dinero.
De ser encontrado culpable de estos cargos, se expone a una pena máxima de 10 años de prisión y una multa de medio millón de dólares, además de que podría ser acusado de traición.
No se trata del primer caso de robo y corrupción que involucra fondos destinados a la reconstrucción de Irak tras la invasión estadunidense de 2003, pues durante esta ocupación se han utilizado grandes cantidades de efectivo sin que haya medios para contabilizar de manera eficaz estos fondos.
Algunas fuentes civiles involucradas con la reconstrucción y ayuda a Irak calculan que los 50 mil millones de dólares que hasta ahora se han invertido en el país invadido han dado muy pocos frutos debido al fraude, el desperdicio y la mala administración.
(mas...)
Las fuentes de la Policía explicaron que un terrorista suicida con un cinturón de explosivos adosado a su cuerpo perpetró el ataque en la entrada del centro policial, donde había varios puestos de control, en la calle Palestina, una zona en la que hay, además varios edificios oficiales.
Tras la explosión, varias ambulancias se trasladaron al lugar del siniestro, donde todavía trabajan los equipos de rescate para socorrer a las víctimas y efectuar el recuento de cadáveres, según las fuentes.
El atentado se produce un día después de que el primer ministro iraquí, Nuri al Maliki, reiterara su llamamiento a la reconciliación nacional durante la inauguración en Bagdad de la Conferencia General de Tribus y Clanes de Irak, en la que participan unos 700 jefes de tribus chiíes, suníes, kurdas y turcomanas.
Según las autoridades, entre las víctimas del ataque de este domingo se encuentran ocho oficiales y el resto eran los aspirantes a reclutas que se encontraban afuera de la principal academia policial de la capital iraquí.
El estallido se registró luego de que un terrorista activó un cinturón de explosivos adosado a su cuerpo, matando a varios voluntarios que se iban a alistar en la academia, informó este domingo la cadena árabe de televisión Al Yazira.
Dicha academia ha sido atacada en varias ocasiones, como la del 1 de diciembre pasado en la que murieron 15 personas y otras 45 resultaron heridas tras dos explosiones.
El ataque se produce horas después de que el primer ministro iraquí, Nuri al Maliki, reiterara su llamado a la reconciliación nacional durante la inauguración de la Conferencia General de Tribus y Clanes de Irak, en la que participan unos 700 jefes de grupos chiíes, suníes, kurdos y turcomanos.
(Con información de Notimex/TPC)
En una rueda de prensa conjunta con el portavoz del Gobierno iraquí, Ali al Dabagh, Perkins dijo que dos brigadas de uniformados estadounidenses abandonarán Irak para reducir el número de brigadas desplegadas en el país a doce.
La retirada incluye el regreso a Estados Unidos de las unidades de apoyo técnico de estas brigadas, según el portavoz del Ejército norteamericano. Según Perkins, el Reino Unido también va a retirar a 4.000 militares del sur de Irak en julio.
El pasado 27 de febrero, el presidente estadounidense, Barack Obama, anunció la retirada gradual de tropas de combate estadounidenses hasta agosto de 2010 para reducir su número a entre 35.000 y 50.000 soldados.
Estos uniformados permanecerán para asistir a las Fuerzas Armadas iraquíes hasta finales de 2011, cuando expira el plazo para la permanencia de las tropas estadounidenses acordado el año pasado entre Washington y Bagdad.
Según el calendario anunciado por Obama, cerca de 90.000 soldados abandonarán Irak en los próximos 18 meses, un plazo mayor de los 16 meses que había prometido en la campaña electoral, pero que, a su juicio, permitirá garantizar la seguridad en el país árabe.
Según el general Perkins, los 12,000 militares están repartidos en dos brigadas, con efectivos de la 82 aéreotransportada (con sede en Kirkuk) y batallones de Marines, desplegados en el oeste del país.
Unidades de policía militar, de logística, de transporte y de inteligencia también están concernidos.
Londres, retirada paulatina
Dabbagh recordó que unos "4,000 soldados británicos habrán abandonado Irak en julio de 2009, conforme al acuerdo de seguridad (firmado) entre Gran Bretaña e Irak".
Unos 4,100 soldados británicos están todavía presentes en Irak, la mayoría en el sur. Antes del 31 de mayo habrán concluido su misión, en virtud de un acuerdo entre Bagdad y Londres, antes de su retirada a fines de julio.
Algunos consejeros británicos permanecerán en Irak.
Desde la invasión estadounidense y británica en Irak, en marzo de 2003, murieron 179 soldados británicos, 136 de los cuales en enfrentamientos.
Rumbo a la retirada total
El 28 de febrero, el presidente de Estados Unidos, Barack Obama, anunció la retirada de las tropas de Irak antes del 31 de agosto de 2010. Sin embargo, la retirada será más lenta de lo prometido pues unos 50,000 soldados -de los 140,000 estadounidenses presentes en Irak-, permanecerán hasta fines de 2011 para misiones de apoyo.
El acuerdo sobre seguridad firmado entre Irak y EU, durante la presidencia de George W. Bush, prevé la retirada de las unidades de combate de las ciudades y pueblos antes de junio de 2008 y la retirada total de las fuerzas estadounidenses antes de diciembre de 2011.
Tras asumir la presidencia en enero pasado, Barack Obama, que había prometido la retirada de las tropas en los 16 meses posteriores a su investidura, dijo que el grueso de las tropas, en particular las de combate, abandonaría Irak antes de agosto de 2010.
Colaboración de Washington
Hasta 50,000 soldados permanecerían luego en Irak para misiones de entrenamiento, equipamiento y para aconsejar a las fuerzas iraquíes, proteger al personal civil estadounidense y dirigir operaciones antiterroristas específicas, junto a los iraquíes.
Las autoridades iraquíes recibieron con agrado el anuncio de Obama, pero subrayaron que Bagdad necesitará ayuda de Washington "durante cierto tiempo".
Las autoridades iraquíes afirman que están preparadas para garantizar la seguridad tras la retirada de las tropas estadounidenses.
Regresa la violencia
Al menos 28 iraquíes, en su mayoría policías y reclutas, murieron y 58 resultaron heridos el domingo en un atentado suicida perpetrado con una bicicleta bomba ante una academia de policía de Bagdad, ya atacada hace tres meses.
"Un suicida activó su cinturón de explosivos en medio de una multitud frente a la academia de policía de la calle Palestina, en Bagdad", indicó a la AFP una fuente del ministerio del Interior.
Según fuentes del Interior y Defensa, el balance es de 28 muertos y 58 heridos, la mayoría de ellos policías y reclutas que hacían cola ante la escuela.
El discurso de Obama a los cientos de marines en el Campo Lejeune fue un esfuerzo por legitimar la conquista y ocupación estadounidense de Iraq y presentar al ejército estadounidense como un instrumento de liberación en vez de como un ejército para la opresión y la guerra imperialista.
Aun que el candidato Obama describió la guerra de Iraq como “una guerra que nunca debió autorizarse y nunca debió emprenderse”, el Presidente Obama hizo una lectura muy diferente.
“Habéis luchado contra la tiranía y el desorden”, dijo a las tropas reunidas.
“Habéis perdido la sangre de vuestros mejores amigos y la de iraquíes desconocidos. Y habéis soportado una carga enorme por vuestros ciudadanos mientras abríais una preciosa oportunidad para el pueblo de Iraq”.
Nadie hubiera deducido de esa efusiva descripción que los principales efectos de la intervención estadounidense sobre los “iraquíes desconocidos” han sido muerte, mutilación y desplazamiento.
Alrededor de un millón de personas han muerto desde la invasión estadounidense en marzo de 2003, incluidos los cientos de miles de asesinados por las bombas, misiles y proyectiles estadounidenses lanzados contra barriadas civiles.
Civiles iraquíes sin cuento murieron asesinados en los controles de EEUU por el único crimen de no reducir la velocidad de sus coches lo suficientemente deprisa.
En cuanto a la “preciosa oportunidad” supuestamente ofrecida al pueblo de Iraq, se reduce al derecho a votar a partidos y políticos patrocinados por el régimen de la ocupación estadounidense para presidir una sociedad que ha sido virtualmente destruida.
Casi seis años después de la conquista estadounidense, Iraq sigue sin tener agua corriente, ni electricidad, ni un sistema adecuado de alcantarillado ni otras necesidades básicas de la vida moderna; se estima que el desempleo afecta al 50% de la población adulta; hay alrededor de cuatro millones de refugiados en exilio interno o externo; y la mayoría de las ciudades iraquíes están divididas en barriadas en función de la etnia y la religión separadas por muros de hormigón y puntos de control.
Obama no reconoció, y mucho menos repudió, el motivo real de la carnicería del ejército estadounidense: la inmensa riqueza petrolífera de Iraq y su posición estratégica en el centro del Oriente Medio.
Ese silencio sólo demuestra que el nuevo presidente comparte el objetivo fundamental de su predecesor: afianzar el control del imperialismo estadounidense sobre Oriente Medio y Asia Central, fuentes de la mayor parte de los suministros de gas y petróleo mundiales.
Este hecho fue inmediatamente reconocido por los más fervientes defensores de la agresión de la administración Bush, incluyendo al Senador John McCain, el oponente republicano de Obama en la elección presidencial, otros republicanos del Congreso y la prensa más derechista.
El Wall Street Journal, por ejemplo, alabó en un editorial el discurso de Obama en el Campo Lejeune, denominándolo “Obama vindica a Bush”.
El Journal expuso con entusiasmo:
“El Sr. Obama pronunció un soberbio discurso, ofreciendo una política digna del Comandante en Jefe que es ahora”.
Destacó “el rechazo implícito del Sr. Obama de sus propias posiciones como candidato” al estar de acuerdo en mantener un gran presencia militar estadounidense en Iraq, hasta 50.000 soldados, tras la fecha nominal de retirada de agosto de 2010, un acción que busca mantener “la ventaja estratégica” de un régimen títere estadounidense en el Golfo Pérsico.
Como Obama explicó en su discurso, una razón importante para el redespliegue de algunas fuerzas estadounidense fuera de Iraq es disponer de suficiente poder militar para confrontar tanto “el desafío de centrarse de nuevo en Afganistán y en Pakistán” como “un compromiso global estadounidense por toda la región”.
Millones de estadounidenses votaron a Obama no porque creyeran que la guerra en Iraq había sido una distracción de la búsqueda de objetivos imperialistas más amplios sino porque consideraban como un crimen la invasión no provocada y la conquista de una nación y se oponían al carácter depredador global de la política exterior estadounidense.
Sus voces no han tenido ni el más ligero impacto en la formulación de la política en la Casa Blanca de Obama.
Como los sucesos de la pasada semana demuestran, es el aparato de la inteligencia y del ejército el que tiene aquí la sartén por el mango.
Obama no tomó una decisión independiente como comandante en jefe, sino que autorizó sin cuestionar en absoluto el enfoque apoyado por una facción del establishment militar contra la otra.
Según las informaciones de prensa que siguieron al discurso de Obama en Camp Lejeune, el plan de “retirada” de diecinueve meses apoyado por Obama era la opción preferida del Secretario de Defensa Robert Gates y de la Junta de Altos Jefes de Estado Mayor.
Gates confirmó, en una entrevista el domingo en “Meet the Press” de la NBC, que los comandantes de campo en Iraq, encabezados por el General Raymond Odierno, preferían un calendario de veintitrés meses para la retirada, mientras que los jefes del Pentágono, preocupados por la necesidad de más tropas en Afganistán y demasiado forzados ya para meterse en otros potenciales conflictos, optaron por el calendario más corto.
Cuando llegó al poder, Obama no sustituyó a ninguno de quienes tomaron las principales decisiones militares en la administración Bush.
En vez de hacerlo, ha retenido a Gates, al Almirante Michael Mullen, jefe de la Junta de Jefes del Estado Mayor, a Odierno y al General David Petraeus, jefe del Mando Central estadounidense y arquitecto del “incremento de tropas” en Iraq.
Su endoso de las doctrinas militaristas quedó de manifiesto en el propio hecho de que Obama eligiera para dar su discurso una base de la marina ante una audiencia de tropas uniformadas, en vez de un acto civil o a través de un discurso televisado desde la Casa Blanca.
El efecto buscado era sugerir que en los Estados Unidos de 2009, las decisiones sobre la guerra y la paz son fundamentalmente responsabilidad del ejército y que el pueblo estadounidense queda relegado al papel de simple mirón.
Todo el proceso pone de manifiesto la erosión sufrida por la democracia estadounidense.
El pueblo estadounidense no consigue con sus votos, elección tras elección, cambiar en modo alguno la política exterior y militar del gobierno.
La guerra en Iraq prosigue su marcha y la guerra en Afganistán sigue su escalada, sin que nada importe el sentimiento popular.
El pacto de seguridad firmado por la ex administración Bush y el gobierno iraquí el año pasado estipula que todas las fuerzas de combate estadounidenses deben abandonar las ciudades iraquíes para el 30 de junio.
Odierno reafirmó que se apegará al plan anunciado por el presidente estadounidense Barack Obama el mes pasado, que ordena la retirada de todas las tropas de combate norteamericanas de Irak para agosto de 2010.
Pero dijo también que el presidente le otorgó la flexibilidad para ajustar los niveles de tropas alrededor de la "ventana de riesgo" que rodea la elección general de Irak en diciembre próximo.
El 4 de marzo, un atacante suicida en un coche bomba atacó un punto de control policial en Mosul, matando a dos policías y dejando heridas a 15 personas y el 7 de marzo, un ex alto oficial iraquí murió y ocho personas resultaron heridas en distintos ataques.
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"Tenemos que asegurarnos de manera definitiva de que contamos con la fuerza adecuada para brindar el mismo grado de seguridad que vimos a fines de enero en las elecciones provinciales", agregó, e hizo énfasis en la fuerte seguridad necesaria para las elecciones generales de Irak en diciembre.
Un día antes, el ejército estadounidense anunció que retiraría a 12.000 soldados de Irak para el mes de septiembre, lo que aún dejaría al grueso del ejército en el país.
El mes pasado, el presidente de Estados Unidos Barack Obama anunció un plan para retirar a todas las fuerzas de combate estadounidenses de Irak para agosto de 2010 y dejar únicamente entre 35.000 y 50.000 soldados para misiones ajenas al combate.
Pero los comandantes del ejército estadounidense indicaron además que el plan les permite tener la flexibilidad necesaria para ajustar los niveles de tropas a la "ventana de riesgo" que rodea la elección general de Irak en diciembre próximo.
De conformidad con un acuerdo de seguridad firmado eñ año pasado por la ex administración Bush y el gobierno de Irak todas las fuerzas estadounidenses saldrán de Irak a fines del 2011.
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Las versiones sobre el hecho son contradictorias, pues algunas aseguran que fue un comando suicida y otras afirman que fue un coche bomba. Hasta el momento las fuentes de seguridad sólo han confirmado el número de víctimas.
La localidad de Abu Ghraib, es conocida por ser el lugar donde el ejército de ocupación estadounidense estableció una cárcel que desató un escándalo mundial en 2004, tras conocerse las terribles torturas que se aplicaban a los prisioneros por órdenes expresas del alto mando norteamericano.
A partir de ese momento la comunidad internacional pidió el cierre de esta prisión y de otra radicada en la ilegal Base Naval de Guantánamo, aún en funciones, donde se aplica el mismo procedimiento contra los prisioneros.
En otro hecho, un atacante suicida detonó la carga explosiva adosada a su cuerpo delante del ayuntamiento de Hamdaniyah, cerca de la ciudad de Mosul, lo que causó la muerte de tres personas y heridas a siete, informaron fuentes de la policía.
Un balance anterior hablaba de 25 muertos.
"El blanco del kamikaze eran jefes de tribus y oficiales del ejército iraquí que visitaban un mercado de Abu Ghraib", había indicado antes a AFP el portavoz de las operaciones militares de la gobernación de Bagdad, el general Qassem Atta.
El ejército estadounidense indicó a AFP que 29 personas murieron en ese atentado, entre éstas 26 civiles y tres soldados iraquíes.
El atentado se produjo a las 12H30 locales (09H30 GMT) cuando el grupo volvía a la alcaldía de la localidad, ubicada a 25 kilómetros al oeste de Bagdad.
El comandante de un batallón del ejército de Irak se encuentra entre los fallecidos, añadió la fuente.
La televisión estatal iraquí, al-Iraquia, afirmó que su reportero había resultado gravemente herido en el atentado.
(Xinhua)
La policía teme que el número de víctimas fatales se incremente debido a la potencia de la deflagración y no pudo confirmar si el jefe comunista pereció en el atentado.
Jalawla es una localidad de la provincia de Diyala, una de las más peligrosas de Irak.
Al hacer estallar una bomba en un evento kurdo, los militantes podrían estar intentando provocar un conflicto étnico entre árabes y kurdos, tal como los guerrilleros de Al Qaeda suscitaron un conflicto entre árabes sunitas y chiítas en 2006 que prácticamente devastó Irak, según algunos analistas citados por las agencias de prensa.
Horas antes, otro atentado con bomba en una terminal de autobuses al oeste de la capital dejó nueve muertos e hirió a 23 personas, informó la policía.
Por otro lado, el Consejo de Seguridad de la Organización de Naciones Unidas (ONU) extendió por un año la misión en Afganistán, según un comunicado.
El secretario general de la ONU, Ban Ki-moon, saludó el nuevo mandato y elogió el trabajo de su enviado especial al país asiático, Kai Eide, bajo cuya dirección las tropas de paz de mil soldados asumieron recientemente tareas en el área de seguridad.
En la resolución 1868 el Consejo instruye a la misión a coordinar la ayuda de organizaciones internacionales y donantes para Kabul. La misión de la ONU debe apoyar los esfuerzos de seguridad en el país y fortalecer el trabajo con la Fuerza Internacional de Asistencia a la Seguridad, indicó el texto.
A todo esto, al menos ocho policías y 16 insurgentes talibanes fallecieron en la sureña provincia afgana de Helmand en fuertes enfrentamientos y al estallar una bomba, informaron fuentes oficiales.
De acuerdo con fuentes de seguridad, el tiroteo ocurrió entre seguidores de un jefe tribal de los Consejos Sahwa (Despertar) y sus antiguos aliados opuestos a la ocupación extranjera.
Los enfrentamientos se desataron cuando soldados y policías arrestaron a Adil al-Mashhadani, líder de los Consejos Sahwa en Fadhil, un bastión sunnita en la banda oriental del río Tigris.
Al menos cinco soldados iraquíes permanecen desaparecidos, presuntamente capturados por los insubordinados después de los choques.
Los referidos consejos combatieron inicialmente contra los militares invasores de Estados Unidos, y luego fueron armados y financiados por los norteamericanos hasta que el gobierno iraquí asumió en octubre pasado su reinserción y remuneración.
Sin embargo, son frecuentes las tensiones entre esos grupos de seguridad sunnitas y el ejecutivo iraquí, dominado por líderes chiitas.
De hecho, Al-Mashhadani fue detenido junto con un ayudante por supuesta actividad terrorista, lo que desencadenó el tiroteo en el que perdieron la vida tres civiles y un agente del orden público.
Algunos jefes de los Consejos Sahwa se quejaron ayer del atraso del gobierno en pagar los dos últimos meses de haberes a varios de los más de 90 mil voluntarios sunnitas ahora asalariados estatales.
Según fuentes oficiales, el ejecutivo del primer ministro, Nouri Al-Maliki, comenzará a abonar a partir del próximo 1 de abril los honorarios a los últimos 10 mil paramilitares aún en las nóminas estadounidenses.
Los efectivos iraquíes permanecían en alerta este domingo en la mañana en Bagdad, pese a lo cual un policía resultó herido por la detonación de un artefacto explosivo en el área de Amiriyah.
Reportes oficiales refirieron que otros ocho agentes sufrieron lesiones por un atentado en la norteña ciudad petrolera de Kirkuk.
Mientras, una persona murió y otras cuatro resultaron heridas por la deflagración de una bomba cerca de una patrulla de seguridad en Basora, cabecera de la sureña provincia homónima.
El general británico Andy Salmon transfirió el poder a una división multinacional a cargo del general estadounidense Michael Oates.
La mayor parte del contingente británico en Basora (sur del país), formado por unos 4.000 soldados, abandonará el país el próximo 31 de mayo, fecha en la que Londres dará por terminadas las operaciones de combate.
Unos 400 soldados permanecerán en el país para entrenar a las fuerzas navales iraquíes.
Según la corresponsal de la BBC en Basora, Caroline Wyatt, la principal base británica en Irak ya ha empezado a adquirir un "sabor estadounidense", con la instalación de puestos de comida rápida y la llegada los convoyes de vehículos de ese país.
Los soldados británicos, según Wyatt, están traspasando el control de la mayor parte de las instalaciones de la base y de sus tareas, mientras hacen las maletas tras seis años de operaciones en Irak.
"Libertad y estabilidad"
La partida de las tropas británicas ha hecho que el ejército de EE.UU. reestructure su presencia en el sur y el centro del país, pese a que las tropas estadounidenses permanecerán en Irak hasta al menos finales de 2011.
El trabajo de los soldados de EE.UU. en el sur de Irak será algo diferente al que llevaban a cabo los británicos y se centrará en el entrenamiento de la policía iraquí y en mantener abierta la ruta de suministro hacia Bagdad, la capital del país.
Según le dijo a la BBC el general británico Andy Salmon, las tropas del Reino Unido han cambiado para bien la vida de los ciudadanos iraquíes.
"Aquellos que tienen la edad suficiente para comparar con la sombría era de Saddam Hussein y miran 30 años atrás se dicen 'tenemos una estabilidad y unos niveles de libertad no vistos antes", aseguró Salmon.
Según el general británico, se puede ver cómo "las inversiones económicas empiezan a arraigar". Además, recuerda que "se acaban de celebrar unas elecciones libres y seguras que han sido ratificadas" y asegura ver "el futuro con bastante optimismo".
Sin embargo, señala Wyatt, cuando se habla con la gente en las calles se comprueba que hay sentimientos encontrados.
Mientras algunos están agradecidos con los británicos por ayudarles a deshacerse de Saddam Hussein, otros siguen convencidos de que Estados Unidos y el Reino Unido invadieron Irak sólo para apropiarse del petróleo, y rechazan la idea de que soldados extranjeros se paseen por sus calles.
La hora de la reflexión
Hace unos días el ministro de Exteriores británico, David Miliband, anunció que su país se llevará a cabo una investigación sobre la participación de las tropas del Reino Unido en la invasión a Irak en 2003.
La investigación se iniciará "tan pronto como resulte práctico", después de que los 4.100 soldados británicos que permanecen en suelo iraquí inicien su retirada el próximo mes de julio, señaló Miliband ante el Parlamento.
Según el analista de la BBC, Rob Broomby, la decisión de invadir Irak y los consejos legales en los que ésta se apoyó continúan causando polémica en el Reino Unido.
Entre tanto, en Basora, la corresponsal de la BBC fue a visitar un muro en el que placas de bronce registran las bajas sufridas durante los años de ocupación: 179 personal del ejército y un civil del Ministerio de Defensa británico perdieron su vidas en suelo iraquí.
"Tenemos que recordar las lecciones -siempre tenemos que aprender lecciones en todas las campañas-, después, volver, tomarnos unas merecidas vacaciones y luego ir a la próxima misión", dijo, frente al muro, el general Salmon.
Poco antes, seis personas murieron y otras 16 resultaron heridas tras la explosión de otro vehículo que se encontraba aparcado junto a un grupo de trabajadores de la construcción, en una céntrica calle de la capital.
Un coche bomba hizo explosión en una zona comercial de Husseiniya, en el norte de Bagdad, donde murieron cuatro personas, y el cuarto atentado, ocurrido en una calle del este de la ciudad, estaba dirigido presuntamente contra un convoy del Ministerio del Interior, y murió un guardaespaldas y un transeúnte.
Estos incidentes ocurren tan sólo una semana después de que el Gobierno ordenase el arresto en Bagdad de un grupo de milicianos suníes conocidos como los Concilios del Despertar o Majalis al Sahwa, por lo que se cree que la ola de atentados que sufre hoy la capital podría ser una venganza por la detención de uno de sus líderes.
El Ministerio del Interior no quiso dar información de si están siendo una serie de atentados coordinados o si son una reacción ante los arrestos, que ya provocaron el sábado enfrentamientos entre las fuerzas iraquíes y los seguidores del grupo suní.
"Me comprometo personalmente a pasar a un nuevo capítulo en el compromiso estadounidense", dijo Obama, quien agregó que Estados Unidos necesita ser más paciente en su trato con el mundo y pidió un mayor entendimiento entre naciones.
Esta mañana, Obama se reunió con líderes religiosos y visitó dos sitios turísticos famosos en la mayor ciudad turca, Estambul, el museo Hagia Sophia y la Mezquita Azul, acompañado por el primer ministro turco, Recep Tayyip Erdogan.
El presidente estadounidense llegó a Ankara el domingo en la noche para la visita.
En sus conversaciones con líderes turcos y en sus discursos, Obama habló de sus metas de revitalizar las relaciones con su aliado cercano de la OTAN, que se volvieron tirantes por la controvertida guerra contra Irak. El presidente dijo que Estados Unidos valora la importancia de Turquía y busca su ayuda para resolver los problemas de Irak, Afganistán, combatir el terrorismo y lograr la paz en el Medio Oriente.
En Ankara, Obama subrayó su diplomacia musulmana al prometer que "Estados Unidos no está y nunca estará en guerra con el Islam", un paso significativo para acercarse al mundo musulmán.
La parte turca también valoró la visita de Obama tomando estrictas medidas de seguridad y desplegando a más de 8.800 policías para resguardar la seguridad del viaje de Obama.
Turquía busca elevar su influencia regional a través de la visita de Obama y también necesita la ayuda estadounidense para combatir al grupo terrorista el Partido de los Trabajadores del Kurdistán (PKK), así como cooperación económica.
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Obama llegó al aeropuerto internacional de Bagdad poco después de las 16:30 horas (13:30 horas GMT) procedente de Turquía, donde concluyó su primera gira europea.
En Irak se reunirá con el comandante de las fuerzas estadounidense en Irak, el general Ray Odierno.
Los próximos 18 meses "serán un periodo crítico", dijo Obama, refiriéndose a su tiempo límite para el retiro de todas las tropas de combate de EEUU de Irak, en agosto de 2010.
Llamó a sus tropas a cargar con las responsabilidades de asegurarse que Irak sea un lugar estable antes del retiro, indicando que Irak "no sea un paraíso seguro para los terroristas, y que nosotros podemos comenzar a traer a nuestros muchachos a casa."
Mientras tanto, también pidió al pueblo iraquí a tomar la responsabilidad de su propio país.
Obama viajó a Bagdad desde Estambul por la tarde, hacia el final de su gira internacional de una semana, haciendo su primera visita a Irak desde que tomó el cargo hace tres meses.
Su visita viene en medio de una nueva ola de explosiones de autos bomba en el país asolado por la guerra, mientras el ejército estadounidense comienza a retirar sus tropas.
(Xinhua)
Esta es la primera visita de Obama a Irak desde que asumió la presidencia hace tres meses.
La visita del presidente forma parte de su actual gira que lo ha llevado a las cumbres del G20 y de la OTAN en Europa y que también lo condujo al vecino norteño de Irak: Turquía.
(Xinhua)
"Tanto Turquía como Estados Unidos apoyan un Irak seguro y unido que no sirva de refugio seguro a los terroristas", dijo Obama ante el parlamento turco en su primera visita de Estado a este país musulmán, última etapa de su primera gira por Europa.
Tras admitir que la guerra en Irak encabezada por Estados Unidos ha sido controversial, Obama dijo que ha llegado el momento de unirse para "poner fin a esta guerra de manera responsable".
El presidente dijo que los soldados estadounidenses en Irak se retirarán para fines de agosto del próximo año y agregó que Estados Unidos "trabajará con Irak, Turquía y todos los vecinos de Irak para lograr un nuevo diálogo que reconcilie las diferencias e impulse la seguridad común".
Obama describió el terrorismo como una amenaza común para Irak, Turquía y Estados Unidos y dijo que no hay excusa para el terror en contra de ninguna nación.
El presidente prometió proporcionar un apoyo constante a Turquía en contra de las actividades terroristas del proscrito Partido de los Trabajadores del Kurdistán (PKK) y agregó que espera una mayor cooperación entre Turquía, el gobierno iraquí y los líderes kurdos iraquíes, así como más esfuerzos de Turquía por promover la educación y las oportunidades para los kurdos turcos.
El PKK tomó las armas en 1984 con el fin de crear una patria sobre líneas étnicas en el sureste de Turquía. Cerca de 40.000 personas han perdido la vida durante más de dos décadas de conflicto.
Obama enfatizó que el objetivo común de Estados Unidos y Turquía es negar a al-Qaeda un refugio seguro en Pakistán o Afganistán y se comprometió a realizar un esfuerzo más concentrado para "afectar, desmantelar y derrotar" a al-Qaeda y a incrementar los esfuerzos por fortalecer la autonomía de Afganistán en seguridad.
También elogió el papel conjunto de Turquía para ayudar a impulsar el proceso de paz del Medio Oriente y dijo que Turquía, "amigo y socio en la búsqueda de seguridad de Israel" también busca un Estado para los palestinos y ha apoyado las negociaciones entre Siria e Israel.
El presidente enfatizó el apoyo de Estados Unidos a la solución de los dos Estados. "Permítanme ser claro: Estados Unidos apoya con firmeza el objetivo de los dos Estados, Israel y Palestina, viviendo uno la lado del otro en paz y con seguridad", dijo, y agregó que es un objetivo que buscará de manera activa durante su presidencia.
La visita de Obama a Turquía, al inicio de su periodo en el cargo, es considerada como una medida para reparar los lazos bilaterales alguna vez afectados por la oposición de Turquía a la guerra de Irak y por un ataque emprendido por las fuerzas estadounidense desde territorio turco en el 2003.
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"Con la firma e implementación del acuerdo estratégico marco, la relación con Irak se ha vuelto más madura y lo que consideraríamos como una relación EEUU-Irak más normalizada por medio de las relaciones económicas, diplomáticas, culturales y de seguridad", dice, refiriéndose al acuerdo del estatus de las fuerzas que fue implementado desde el 1 de enero y el cual señala que las tropas estadounidenses comenzarían a transferir una mayor participación del poder a las fuerzas de seguridad iraquíes.
El reporte dice que el acuerdo es subrayado por la coordinación en operaciones de detención, durante las cuales los detenidos por seguridad capturados antes del 31 de diciembre de 2008 fueron puestos en libertad "en una forma segura y ordenada en consulta" con el gobierno iraquí.
Dice también que la situación general de la seguridad continúa mejorando lentamente, "con incidentes de seguridad manteniéndose en niveles bajos y un sentimiento de normalidad regresando a los iraquíes en la vida diaria en gran parte del país".
"Con respecto a la situación de la seguridad, continuamos viendo que mejora, aunque los incidentes de seguridad se mantienen en los mismos niveles bajos que se experimentaron a principios de 2004", agrega. "Durante este periodo reportado, hubo 35 por ciento menos muertes civiles que durante el último periodo reportado antes."
Sin embargo, el reporte destaca que estos logros en seguridad todavía se mantienen frágiles en algunos lugares, más notablemente en las provincias de Nínive y Diyala, así como en algunas partes de Bagdad.
"A pesar de algunos de estos sucesos positivos, la reconciliación nacional sigue siendo obstaculizada por el seguimiento de agendas etno-sectarias y el desacuerdo sobre la distribución del poder y los recursos a todos los niveles", dijo.
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Según el Ejército estadounidense, en el ataque resultaron heridos dos soldados norteamericanos y 20 policías iraquíes. Poco antes, la Policía iraquí aseguró el ataque había acabado con la vida de un soldado y un policía, causado cerca de 70 heridos, incluidos 15 agentes, y destruido cinco vehículos acorazados iraquíes y otros dos estadounidenses.
Se trata del ataque más mortífero para las tropas estadounidenses desde hacía meses. El número de soldados norteamericanos caídos en combate el pasado mes de marzo fue el más bajo desde que comenzó la invasión, hace justamente seis años (en los que han muerto al menos 4.200 militares de este país y decenas de miles de iraquíes).
En febrero habían muerto cuatro soldados estadounidenses en un solo ataque.
Otro coche detonó en la zona central de la capital iraquí, donde por lo menos cinco obreros perdieron la vida y 15 fueron heridos.
Los ataques suceden cuando la violencia en Irak ha bajado a niveles no antes vistos desde 2003.
Pero el editor de asuntos árabes de la BBC, Sebastian Usher, comenta que la insurgencia todavía cuenta con la capacidad de golpear con resultados nefastos.
Niveles de violencia
Con 191 iraquíes muertos en el mes de enero se llegó a la cifra mensual más baja desde el inicio de la invasión en marzo de 2003.
Sin embargo, los ataques perpetrados en febrero y marzo de este año han cobrado más 200 vidas en cada mes.
Los ataques de hoy coincidieron con el anuncio de la muerte de un soldado estadounidense en la volátil provincia de Diyala, en el norte del país.
Se trata de la primera baja militar estadounidense en combate en semanas.
El editor de la BBC dice que algunos funcionarios del gobierno iraquí y militares estadounidenses expresaron en privado su preocupación de un aumento en la violencia a medida que las tropas de EE.UU. se retiren.
La mayoría de los muertos y heridos eran miembros de una organización armada sunita contratados por las tropas estadounidense para controlar el orden publico en Iraq.
Se trata del más reciente hecho de violencia en una serie de ataques registrados esta semana en Irak.
Fuentes de seguridad informaron que el atacante portaba un cinturón con explosivos cuando se mezcló con integrantes de un Consejo Sahwa ("Despertar", en árabe) antes de inmolarse.
Blanco de facciones
Los Consejos Sahwa son milicianos sunitas que antes eran insurgentes pero luego se aliaron con el gobierno y los ejércitos de la coalición.
El corresponsal de la BBC en Bagdad, Jim Muir, dice que ese cambio de postura los ha hecho blanco de facciones como al-Qaeda, que continúan atacando soldados estadounidenses, fuerzas del gobierno iraquí o cualquiera de sus aliados.
La semana reciente ha visto un incremento de la violencia en Bagadad, Mosul y ahora en el sur.
Esta actividad ha causado preocupación, especialmente en el marco del planeado retiro de tropas de EEUU que comenzará en unos meses.
Pero, dice nuestro corresponsal, todavía es muy prematuro para saber si se trata de una verdadera tendencia.
En términos generales, la situación de seguridad -aunque lejos de ser ideal- es mucho mejor de lo que era hace dos años.
La base de Habaniya, construida en los años 20 por los británicos, es uno de los más antiguos del país. Antiguamente reservada para la Fuerza Aérea, ahora también acoge al Ejército de Tierra. El Ejército de EEUU también está presente, pero en una posición alejada.
La base está situada en la provincia de Al-Anbar, una de las más violentas de Irak antes de la creación en 2006 de las milicias Sahwa, integradas por ex insurgentes que dieron la espalda a Al Qaeda. Considerados traidores por sus antiguos compañeros de armas, los Sahwa (despertar en árabe) son blanco de atentados y asesinatos desde hace varios meses.
Financiados por el Ejército de EEUU, contribuyeron considerablemente a reducir la violencia a partir del segundo semestre de 2007. El 2 de abril pasado, las fuerzas norteamericanas entregaron a las autoridades iraquíes el control de los 92.000 miembros de los Sahwa.
En las últimas semanas, tras varios meses de baja progresiva del número de atentados, Irak registra un recrudecimiento de la violencia, sobre todo atentados suicidas con coche bomba. El miércoles, otro atentado con coche bomba causó la muerte de al menos diez policías y otros 22 resultaron heridos, cerca de Kirkuk (255 km al norte de Bagdad), una provincia rica en petróleo por la cual pelean kurdos, turcomanos y árabes.
El general Torhane Yusef, el número dos de la policía en la provincia de Kirkuk, señaló que "este atentado presentaba todos los rasgos de Al Qaeda". El 11 de abril, un ataque suicida contra los Sahwa dejó al menos nueve muertos y 33 heridos en el sur de Bagdad.
El día anterior, cinco soldados estadounidenses murieron en un atentado suicida con camión bomba en Mosul, el último refugio urbano de Al Qaida en Irak. Este ataque fue el más sangriento que haya sufrido el ejército norteamericano desde marzo de 2008. Estos dos atentados fueron reivindicados por la rama iraquí de Al Qaida.
Este recrudecimiento de la violencia se produce en momentos en que los 140.000 soldados estadounidenses comienzan a retirarse paulatinamente de Irak, más de seis años después de la invasión del país en marzo de 2003. Conforme a las órdenes del presidente Barack Obama, el Ejército estadounidense retirará a 12.000 soldados de Irak antes de septiembre. La retirada total de las tropas está prevista para antes de agosto de 2010.
"Abu Omar al-Baghdadi fue capturado en una vasta operación llevada a cabo en una zona de Bagdad, tras la recepción de informes de inteligencia sobre su paradero", dijo el vocero del centro de operaciones del ejército iraquí en Bagdad, Qassem Atta.
Al-Baghdadi es líder del grupo llamado Estado Islámico de Irak, organización de la que forman parte ocho agrupaciones insurgentes iraquíes y que a su vez forma parte de la red Al Qaeda, señaló la agencia iraquí Aswat al-Iraq (Voces de Irak).
Tras la muerte del jordano Abu Musab al-Zarqawi en un bombardeo estadunidense en junio de 2006, en una aldea al noreste de Bagdad, al-Baghdadi lo sucedió al frente del grupo de Al Qaeda en Irak.
El grupo Estado Islámico de Irak fue creado en octubre de 2006 para luchar contra la ocupación militar estadunidense en Irak, que comenzó en 2003, y con el objetivo final de instaurar un régimen islámico en el país.
El arresto del líder de Al Qaeda en Irak tiene lugar un día después de que el lugarteniente del al-Baghdadi, Abu Hamza al Muhayer, exhortó a través de una grabación a las fuerzas gubernamentales de Irak a unirse a su lucha.
(Con información de Notimex/CFE)
Según informó la televisión oficial iraquí, citando al portavoz del centro de operaciones del Ejército iraquí en Bagdad, general Qasem Atta, el líder terrorista fue capturado "en una vasta y precisa operación" ejecutada en un área de esta capital.
Su paradero, agregó Atta, siempre según el canal de televisión Al Iraquia, fue conocido gracias a una información de los servicios de inteligencia. De acuerdo con la cadena qatarí de televisión Al Yazira, Al Bagdadi fue localizado gracias a una delación.
El general Atta, que suele ofrecer periódicas ruedas de prensa para dar a conocer los resultados de importantes operaciones en Irak, no ha confirmado aún los informes dados a conocer por el canal oficial de la televisión iraquí.
La información tampoco ha sido confirmada por la oficina de prensa de la fuerza militar multinacional en Irak que está liderada por Estados Unidos.
Al Bagdadi tiene el título de emir del Estado Islámico de Irak, que busca la creación de un país bajo la ley islámica y que esté gobernado por un califa.
Sucedió al frente de Al Qaeda en Irak al jordano Abu Musab al Zarqaui, tras la muerte de este en un bombardeo aéreo estadounidense el 8 de junio de 2006, en una aldea situada al noreste de Bagdad.
El arresto de Al Bagdadi se conoció el mismo día que dos atentados suicidas registrados en Bagdad y en la provincia norteña de Diyala causaran 76 muertos y unos 120 heridos, algunos de ellos con lesiones muy graves.
El ataque más mortífero se registró en una población cercana a Baquba, la capital de Diyala, una de las provincias más castigadas por la violencia de los grupos insurgentes iraquíes.
Allí, un desconocido que portaba un cinturón con explosivos lo hizo estallar en un restaurante y la bomba mató a 48 personas y causó heridas a otras setenta, según dijeron a Efe fuentes del Ministerio del Interior.
La mayoría de las víctimas de este atentado suicida eran peregrinos iraníes que habían llegado a Irak en tres camiones para visitar santuarios chiíes de la zona, agregaron las fuentes.
Añadieron que el número de muertos puede aumentar en las próximas horas por la gravedad de las lesiones de los heridos. La explosión fue tan fuerte que el techo del restaurante se desplomó.
También hoy, otro atentado suicida en el centro de Bagdad mató a 28 personas y causó heridas a medio centenar más. Entre los muertos hay 12 policías, según fuentes del Ministerio del Interior.
Este ataque en Bagdad fue causado por un suicida que portaba un cinturón con explosivos y que lo accionó junto a un grupo de agentes policiales que repartían alimentos y ayuda humanitaria a familias desplazadas, en el barrio bagdadí de Al Qarrada.
Estos atentados se producen cinco días después de que el primer ministro iraquí, Nuri al Maliki, advirtiera de un posible rebrote de la violencia y pidiera unidad al país para "cerrar el paso a los enemigos de Irak".
"De la misma forma que trabajamos a favor del país, los enemigos trabajan para hacerle daño", dijo Maliki en un discurso oficial.
Se desconoce la autoría del atentado, pero este tipo de acciones suelen tener el sello de una agrupación terrorista formada por varios grupos y liderada por la sección iraquí de Al Qaeda.
Las fuentes dijeron que el número de muertos puede aumentar en las próximas horas por la gravedad de las lesiones de los heridos. La explosión fue tan fuerte que el techo del restaurante se desplomó.
Este atentado en Diyala se conoció horas después de que otra explosión en el centro de Bagdad causara la muerte de al menos 28 personas y heridas a medio centenar más. Entre los muertos hay 12 policías, según fuentes del Ministerio del Interior.
El ataque en Bagdad fue causado por un suicida que portaba un cinturón con explosivos y que lo accionó junto a un grupo de agentes policiales que repartían alimentos y ayuda humanitaria a familias desplazadas, en el barrio bagdadí de Al Qarrada.
Los dos atentados se conocieron el mismo día en que las autoridades iraquíes informaron de la detención del máximo líder de Al Qaeda en Irak, Abu Omar al Bagdadi.
Según dijo a la televisión oficial iraquí el portavoz de las operaciones del Ejército en Bagdad, general Qasem Atta, el líder terrorista fue capturado “en una vasta y precisa operación llevada a cabo en un área de Bagdad”.
Abu Omar al Bagdadi sucedió al frente de Al Qaeda en Irak al jordano Abu Musab al Zarqaui, tras la muerte de este en un bombardeo aéreo estadounidense el 8 de junio de 2006, en una aldea situada al noreste de Bagdad.
Además de líder de Al Qaeda en Irak, Al Bagdadi tenía el título de “emir” (príncipe) del Estado Islámico de Irak, la organización de la que forman parte ocho grupos insurgentes, incluido Al Qaeda, y que está directamente vinculada con la organización terrorista internacional dirigida por Osama bin Laden.
Además de los 32 fallecidos, entre los que hay al menos cinco niños, medio centenar de personas resultaron heridas, muchas de ellas de carácter grave, explicó la Policía. "Es un terrorista suicida. Obviamente lleva la marca de Al Qaeda", indicó el portavoz de la seguridad de Bagdad, el general Qassim Moussawi.
El segundo atentado ocurrió cerca de Muqdadiya, ciudad situada a unos 80 kilómetros al noreste de la capital, en la provincia de Diyala. Al parecer, el terrorista se dirigió contra un grupo de peregrinos iraníes que se encontraban en un restaurante y allí se inmoló.
Se cree que la mayoría de los muertos eran iraníes que estaban en Irak visitando las ciudades santas chiíes, según la Policía. Otras 63 personas resultaron heridas en la deflagración, pero la gravedad del estado de muchas de ellas hacen pensar que el balance de víctimas mortales podría aumentar.
Otros reportes del Ministerio del Interior indicaron que el atentado se había producido con un carro bomba y tuvo como blanco una patrulla de la policía en el distrito de Karrada, causando la muerte a por lo menos 13 agentes del orden.
La policía, apuntó la fuente, ayudaba a distribuir suministros de ayuda a desplazados iraquíes cuando fueron sorprendidos por la deflagración en la plaza 52 de la calle Al-Nedal.
Entretanto, fuentes de seguridad confirmaron que dos civiles sufrieron lesiones este jueves, como consecuencia de un atentado en la ciudad de Mosul, cabecera de la norteña provincia de Nínive.
El ataque provocó daños a un vehículo del ejército iraquí en el vecindario de al-Zahraa, en el este de la urbe, así como daños a inmuebles próximos al lugar.
Por otro lado, el mando de las tropas estadounidenses en Iraq confirmó hoy que un soldado perdió la vida en un ataque en el este de Bagdad, con lo cual se elevó a cuatro mil 275 la cifra de bajas fatales norteamericanas desde la invasión militar, en marzo de 2003.
El miércoles, cinco iraquíes perecieron y otros 15 resultaron heridos luego que un suicida hizo detonar una bomba en el interior de una gran mezquita en el distrito de Dalouiya, en la provincial norteña de Salah al-Din.
Fuentes de seguridad precisaron que del total de víctimas, 25 muertos y 80 heridos eran peregrinos iraníes que asistían a las plegarias colectivas de los viernes en las áreas capitalinas de Al-Shreif Al-Radi y Bab Mourad.
Los ataques ocurrieron sólo un día después de que otros dos atentados suicidas sacudieron Bagdad y la norteña provincia de Diyala, con saldo de 88 muertos y 115 heridos, según los reportes de las fuerzas de seguridad.
Un ataque con bomba provocó 56 víctimas fatales en un restaurante de la localidad de Muqdadiyah, cercano a Baquba, en la provincia de Diyala (noreste), donde estaban congregados varios peregrinos iraníes que se dirigían a la ciudad sagrada de Karbala, en el sur.
La fuente agregó que otras 39 personas sufrieron heridas en ese incidente en el área de Imam Wess, mientras un atentado anterior en el sureste de Bagdad había causado al menos 28 muertos, incluidos niños, y 50 heridos cuando una patrulla policial fue alcanzada por una bomba.
Otros informes refirieron que dos civiles perdieron la vida y un tercero sufrió lesiones este viernes en el noreste de la ciudad de Baquba, capital de Diyala, cuando un artefacto explosivo fue detonado en medio de un grupo de personas cerca de la mezquita del barrio Taba.
El recinto religioso se ubica en el distrito de al-Saadiya, en el sur de la localidad de Khaneqeen, donde son frecuentes incidentes violentos entre grupos de la resistencia y las fuerzas del orden.
"Según mi opinión y la del general (Raymond) Odierno (jefe de la Fuerza Multinacional), se trata ciertamente de acontecimientos trágicos y terribles, pero que no reflejan para nada un cuestionamiento de los progresos realizados en el campo de la seguridad", declaró Clinton durante una conferencia de prensa con el jefe de la diplomacia iraquí, Hoshyar Zebari.
Estos atentados son "horribles por la cantidad de muertos y heridos que provocan, pero el pueblo y el Gobierno iraquíes rechazaron de manera unánime la violencia y se oponen a que los iraquíes se enfrenten los unos con los otros, lo cual es, por supuesto, el objetivo" de los terroristas, añadió.
Clinton llegó a Bagdad al día siguiente de un doble atentado suicida que mató a 65 personas cerca del mausoleo del imán Musa al Kadhim, uno de los más importantes lugares santos chiitas en la capital iraquí.
Más de 150 personas murieron desde el jueves en una serie de atentados suicidas cometidos contra peregrinos chiitas iraníes, una oleada de ataques que recuerda los peores momentos de las violencias interconfesionales en Irak. Se trata también del mes más mortífero de 2009, con 250 muertos y alrededor de 700 heridos.
Por su lado, Zebari subrayó que a pesar de las violencias, su país estaba determinado a cumplir con el calendario definido en el acuerdo estadounidense-iraquí de noviembre, y que prevé una retirada de las tropas norteamericanas de las ciudades iraquíes antes de fin de junio, y una retirada total de Irak de aquí a fin de 2011.
"Seguiremos contando con el compromiso y el apoyo de Estados Unidos al Gobierno y al pueblo iraquíes para permitirnos afrontar estos desafíos", declaró.
Más temprano, Clinton había prometido entregar a los iraquíes los medios para garantizar su seguridad.
"Seguiremos trabajando muy, muy duro para darles las herramientas que les permitirán tener un país más seguro", declaró Clinton a un centenar de iraquíes de la sociedad civil reunidos en la Embajada de Estados Unidos en Bagdad.
"Trabajaremos estrechamente con el Gobierno iraquí y las fuerzas de seguridad iraquíes durante la retirada de nuestras tropas", afirmó Clinton que cumplía así su primera visita a Irak desde su nombramiento, en enero pasado, como jefa de la diplomacia de Estados Unidos del gobierno de Barack Obama.
Clinton también se reunió con el presidente iraquí, Jalal Talabani, con el primer ministro, Nuri al Maliki, y con el representante especial del secretario general de la ONU en Irak, Staffan de Mistura.
La visita de Clinton tiene lugar dos semanas después de la visita sorpresa que hizo a Bagdad el propio presidente estadounidense que advirtió que los próximos 18 meses serán decisivos para este país.
A fines de febrero, Obama anunció que la mayor parte de los 140.000 soldados desplegado en Irak habrán abandonado el país antes del 31 de agosto de 2010 y que permanecerá una fuerza de 35.000 a 50.000 efectivos.
En 2008, el nivel de violencia en Irak se redujo luego de que las fuerzas estadounidense-iraquíes reclutaran masivamente a milicias de ex insurgentes. (mas...)Se eleva a 65 el número de muertos en el doble atentado del viernes en Bagdad
El doble atentado perpetrado el viernes cerca de un mausoleo chiita de Bagdad causó 65 muertos, según el último balance comunicado este sábado por el ministerio de Defensa iraquí.
"Sesenta y cinco personas murieron y otras 120 resultaron heridas" en estos atentados, afirmó un responsable del ministerio que pidió conservar el anonimato.
El saldo anterior de este doble atentado, cometido por dos mujeres kamikazes cerca del mausoleo del imán Musa al Kadhim en Kazimiya, en el norte de Bagdad, daba cuenta de 58 muertos y 125 heridos. (mas...)
“Hay algunos que intentan minar los profundos, históricos y crecientes lazos de las dos naciones que son Irán e Irak y que justifican la presencia ilegítima de los extranjeros en el país y en la región haciendo que continúe la inseguridad. Este tipo de acciones con saña se deben a la continuidad de un círculo vicioso formado por la ocupación y el terrorismo”, añade el portavoz en su nota.
Qashqavi incidió en que Teherán brinda su apoyo a la unidad nacional de Irak y a los esfuerzos que se realizan para reforzar las bases de la paz y la estabilidad en ese país y en la zona, y agregó:
“Cabe esperar que los dignatarios de Irak atiendan a sus responsabilidades de garantizar la seguridad y emprendan acciones para perseguir e identificar los elementos de inseguridad y los crímenes y de donde se sustentan, y también se espera de ellos que posibiliten que los terroristas sean presentados y procesados”.
En la oleada de atentados terroristas perpetrada en los Santos Lugares, Bagdad y Diyala han perdido la vida más de 60 personas, casi todas ellas de nacionalidad iraní, que se encontraban de peregrinación. Los 103 heridos iraníes contabilizados ya están regresando a Irán y las labores de identificación y repatriación de los cuerpos ya se han iniciado por parte del Ministerio de Asuntos Exteriores iraní y los organismos judiciales.
“Recientemente EEUU ha realizado un gesto sospechoso en Irak al liberar una serie de elementos terroristas del Baath [el partido que lideraba Sadam Huseyn] y a otras personas que estaban a disposición de las fuerzas EEUU, y ha sido en este breve intervalo cuando se han perpetrados estos atentados”.
Tras expresar su condena a estas acciones terroristas, el alto parlamentario insistió en que “uno de los principales acusados en este caso es el mismo Washington, y esta comisión hará un serio seguimiento del mismo”.
Un comunicado del ejército ocupante de EE.UU. dijo que sus soldados actuaron "acatando las pautas del pacto de seguridad y que el operativo fue plenamente coordinado y aprobado por el gobierno iraquí".
Al menos una persona murió en la incursión, que, según el ejército ocupante tenía como propósito atacar al financista de una facción de milicianos chiíes que se cree es respaldada por los iraníes. Funcionarios iraquíes dijeron que dos personas murieron en la incursión.
Mohamed al Askari, vocero del ministerio de Defensa de Irak, dijo que un comandante de una brigada iraquí y un comandante de un batallón fueron detenidos "por permitir a soldados estadounidenses efectuar un operativo militar en la provincia de Kut sin informar al gobierno iraquí o coordinar con él".
El general Raed Shakir Jaudat, jefe de la policía provincial en Kut, dijo que ignoraba que se hubiera llevado a cabo una incursión, pero el ejército de Estados Unidos dijo que la incursión había seguido los lineamientos del pacto de seguridad.
Sin embargo, no ofreció detalles sobre la planificación del operativo en Kut, población situada a unos 160 kilómetros (100 millas) al sureste de Bagdad. El ejército no dijo si fuerzas de seguridad iraquíes participaron en la incursión.
El ejército invasor estadounidense dijo que durante el intercambio de disparos una mujer se hallaba en el área, con uno de los sospechosos, e ingresó "en la línea de fuego". También informó del arresto de seis miembros de los llamados "grupos especiales", esto es, milicias chiíes que en una época formaron parte del Ejército Mahdi encabezado por el clérigo antinorteamericano Moqtada al-Sadr.
Funcionarios de la policía iraquí dijeron que la esposa y el hermano de un líder de un clan local murieron en los ataques. También informaron que las tropas norteamericanas arrestaron al líder del clan, Ahmed Abdul Muneim al-Bdeir, a su hermano, un capitán de la policía iraquí y a otros cinco vinculados con al-Bdeir.
Los funcionarios pidieron no ser identificados pues tienen prohibido divulgar información.
Centenares de manifestantes se congregaron en la morgue en Kut para denunciar el operativo norteamericano y exigir una investigación.
El Ejército de Estados Unidos dijo que apuntó a combatientes de "grupos especiales" o militantes de elite chiíta que según Estados Unidos son financiados y armados por Irán, en una redada a su casa en Kut, 150 kilómetros al sureste de Bagdad. Seis personas fueron arrestadas.
"El comandante general (Maliki) está afirmando que la muerte de dos ciudadanos y la detención de otros en Kut son consideradas una violación del pacto de seguridad", dijo un funcionario del despacho del Mayor General Qassim Moussawi, el portavoz de seguridad de Bagdad.
"Pidió al comandante de las fuerzas multinacionales que libere a los detenidos y entregue a los responsables de este delito a las cortes", agregó.
Bajo el pacto de seguridad Estados Unidos-Irak que entró en vigencia este año, a los aproximadamente 140.000 efectivos de Estados Unidos en el país ya no se les permite realizar operaciones militares sin aprobación iraquí. El pacto prevé una retirada total a fines del 2011.
El pacto dice que los soldados estadounidenses son inmunes a enjuiciamiento en cortes iraquíes a menos que sean sospechosos de graves delitos cometidos mientras estaban de licencia fuera de sus bases.
Fuentes médicas del departamento de Salud Al-Rasafa confirmaron la misma cifra de lesionados que las autoridades, aunque admitieron la posibilidad de que aumenten las bajas fatales dada la gravedad de muchos heridos.
Reportes iniciales aludieron a 16 muertos y 45 lesionados por la serie de atentados, pero con posterioridad rectificaron el dato en medio de la conmoción generalizada en habitantes de una ciudad que recién fue sacudida por una letal ola de violencia.
Comentaristas recordaron que más de 150 personas murieron y unas 200 fueron heridas la semana pasada a causa de tres atentados suicidas en Bagdad y en la provincia de Diyala, y observaron que en ambos casos muchas de las víctimas fueron chiitas, 105 de ellos iraníes.
Entretanto, testigos citados por la agencia Aswat al-Iraq informaron este miércoles de enfrentamientos entre un grupo del ejército iraquí y guardias de un edificio perteneciente al Ministerio de Comercio, que se opusieron al arresto de un empleado.
Asimismo, dos civiles fueron heridos durante una acción armada ocurrida ayer contra un carro de la Policía en el barrio de Al-Quds, en el este de Mosul, capital de la norteña demarcación de Nínive.
Una tercera persona corrió igual suerte al ser alcanzada por un artefacto preparado contra una patrulla de soldados estadounidenses en el área de Al-Jadida, en la citada urbe.
El miércoles, una serie de seis atentados con carros bomba dejó un saldo de por lo menos 41 muertos y más de 60 heridos, muchos de ellos musulmanes chiitas residentes en Ciudad Sadr, en el este de Bagdad, según datos actualizados por la policía.
En medio de la confusión, una fuente del Ministerio de Defensa reportó 45 muertos y 63 heridos, incluidos mujeres y niños.
Vecinos de esa zona dieron sepultura hoy a los fallecidos en medio de expresiones de rechazo a las autoridades por la incapacidad para frenar la espiral de violencia que en los últimos meses ha golpeado al país, a pesar de estadísticas oficiales muy optimistas.
El sexto y último atentado de ayer se produjo al anochecer en el oeste de Bagdad cuando un coche bomba voló en pedazos en el área de Al-Shurta Al-Rabaa, con saldo de cinco heridos.
Con anterioridad, cuatro estallidos de bombas estremecieron Ciudad Sadr, uno de ellos cerca del mercado Maridi y otro en el mercado de la ciudad, causando nueve muertos y 72 lesionados.
Las otras dos deflagraciones fueron simultáneas en la calle Jaffat de la ciudad de Al-Hurriya, también con predominio de población musulmana chiita, provocando un número impreciso de víctimas.
Otras cinco personas perdieron la vida y ocho más quedaron heridas cuando un artefacto artesanal estalló en el área sunnita de Al-Doura, en Bagdad.
"Para agosto de 2010 nuestra misión de combate en Iraq habrá terminado", alegó Obama, pese a reconocer que en la nación árabe permanecerán entre 35 mil y 50 mil soldados con la misión de reforzar la seguridad.
Según las encuestas, más de dos tercios de los norteamericanos critican la conflagración allí y abogan por la retirada.
Gran parte del contingente evacuado será enviado a Afganistán, país que vive una espiral de violencia que mantiene en jaque a las fuerzas extranjeras que lo invadieron en 2001.
Además, el pasado mes fue también mortal para las tropas estadounidenses que sufrieron 18 bajas, una cifra que no se alcanzaba desde septiembre.
El número de fallecidos se aproxima a los niveles de los años 2006 y 2007, cuando los enfrentamientos con la insurgencia y las luchas sectarias estaban en su punto álgido.
Preocupante tendencia
De los 355 iraquíes muertos, 290 eran civiles y los otros 65 eran soldados o policías, uno de los objetivos más comunes de los ataques.
Estos datos, hechos públicos por tres ministerios locales, suponen un aumento del 40% en la pérdida de vidas con respecto a marzo.
Detrás de estas cifras están los numerosos ataques perpetrados con potentes bombas, incluyendo cuatro explosiones en sólo dos días, que provocaron al menos 150 muertos.
Tanto en 2006 como en 2007, sólo la media mensual de civiles fallecidos era de 2.000. Por esas fechas, el número de soldados estadounidenses muertos al mes ascendía a 100.
En cualquier caso, esta tendencia en el aumento de ataques desde enero está convirtiéndose en motivo de preocupación internacional, sobre todo porque las tropas estadounidenses ya están empezando a salir del país.
Tanto los líderes iraquíes como los oficiales del ejército de EE.UU. reconocen que las bombas utilizadas ahora son más mortales que antes.
A pesar de que las cifras no se acercan ni por asomo a los picos de 2006 y 2007, que registraban una media de 2.000 víctimas mortales, las autoridades iraquíes han mostrado su preocupación por esta tendencia, que afecta especialmente a los civiles, principales objetivos de los atentados.
Según los datos divulgados por tres ministerios iraquíes, se ha experimentado un incremento de víctimas que ronda el 40 por ciento respecto al mes pasado. Este aumento se debe en particular a varios importantes atentados con bomba, cuatro de ellos perpetrados en el espacio de 48 horas, y que han dejado más de 150 muertos.
Este es el tercer mes consecutivo que se ha experimentado un incremento de la violencia, coincidiendo con las operaciones de retirada que ya está llevando a cabo el Ejército estadounidense, según datos manejados por la cadena británica BBC.
El ejército estadounidense informó que el sujeto murió también en el incidente, pero no proporcionó más datos sobre el ataque.
De acuerdo a las fuerzas de seguridad iraquíes, se trataba de un soldado que además era imán de una mezquita situada en la misma base donde ocurrieron los hechos.
No han trascendido los motivos del incidente, aunque Mosul es vista como el último bastión urbano del grupo al-Qaeda en Irak.
Operativo completo
El ejército estadounidense fue informado enseguida de un tiroteo en Hamam al-Alil, ubicado a 20 km al sur de Mosul.
De acuerdo a los primeros datos, "un individuo vestido con el uniforme militar iraquí disparó contra las fuerzas de la coalición, y murió en el incidente", dijo el vocero del ejército estadounidense Derrick Cheng a la agencia de noticias Reuters.
El alcalde de la ciudad, Saad Ali al-Jubouri, relató que helicópteros estadounidenses sobrevolaron la zona y que todos los caminos hacia la base fueron cerrados.
La seguridad ha estado mejorando en algunas partes de Irak en las últimas semanas, pero Mosul -con su fuerte insurgencia sunita- todavía es uno de los puntos álgidos en el país.
Ya se habían registrado en el pasado ataques de individuos vestidos con el uniforme iraquí.
Pero en febrero, EE.UU. calificó como "anomalía" un incidente en el que un policía iraquí mató a un soldado estadounidense y a su traductor.
La corresponsal de la BBC en Bagdad Natalya Antelava señala que el último caso aumentará las preocupaciones sobre la infiltración "del enemigo" en las fuerzas de seguridad.
Steven Green, de 24 años, podría ser condenado a pena de muerte por estos hechos.
Green fue dado de baja del ejército estadounidense por un aparente desorden de personalidad antes de que se conociera su implicación en los crímenes, por los que otros cuatro soldados están cumpliendo condenas de entre cinco y 110 años de cárcel.
Justicia federal
Según el corresponsal de la BBC en Irak, Jonathan Beale, el grupo de soldados planeó la violación de la menor tras verla mientras estaban patrullando en Mahmudiya.
Green ha sido el único de los implicados que ha sido juzgado por una corte federal. Los otros cumplen condena en una prisión militar.
Tres de ellos admitieron haber violado y asesinado a Abeer Qassim al-Janabi, y haber matado a sus padres y a su hermana menor en la vivienda de la familia, a la que prendieron fuego.
La vista oral sobre la sentencia de Green comenzará el próximo lunes.
NOTA: La parquedad del reporte indica que no se le quiere dar mucha publicidad. Las fuerzas ocupantes ocultan sus crimenes de esta forma.
La nueva oleada de suicidas-bomba culminó el 23 de marzo en una serie coordinada de cuatro explosiones por todo Iraq, tres de ellas con suicidas-bomba. Las explosiones aumentaron repentinamente en abril, con ataques contra las comisarías y las bases del ejército iraquí en los enclaves y lugares sagrados. Los ataques se dirigieron también contra los dirigentes de las milicias sunníes apoyadas por EEUU y contra las mismas fuerzas estadounidenses, incluido un camión suicida-bomba en Mosul que mató a cinco soldados estadounidenses, el ataque más letal contra las tropas de EEUU en un año. Los casi 20 ataques suicidas-bomba de abril han convertido este mes en el más mortífero de 2009 para los civiles iraquíes, con casi 300 muertos, según funcionarios del Ministerio del Interior iraquí, comparado con los 51 muertos de febrero y 70 de enero.
Con la aparentemente olvidada guerra de Iraq situándose ahora de nuevo bajo los focos de los medios, los funcionarios EEUU han tratado de minimizar el sangriento incremento de los ataques suicidas-bomba como una respuesta desesperada al hecho de que EEUU está poniendo fin a la guerra y retirando sus tropas de forma satisfactoria, como anunció el Presidente Barack Obama el 27 de febrero en un discurso político sobre Iraq. En un episodio especialmente embarazoso, el Secretario de Defensa Robert Gates repitió la infame proclama lanzada en 2005 por el Vicepresidente Dick Cheney de que la resistencia en Iraq estaba “en las últimas” afirmando que el caos del país no era más que la “última boqueada” de al-Qaeda para “revertir los logros conseguidos”. Durante su inesperada visita a Iraq de finales de abril, la Secretaria de Estado Hillary Clinton se apresuró a interpretar la violencia como “señal de que los negativistas temen que Iraq esté yendo en la dirección adecuada”.
Sin embargo, la realidad nos está indicando que el incremento más reciente de la violencia en Iraq no se debe a que EEUU se esté marchando sino a que el calendario y los términos de la retirada son confusos. La historia real detrás de la nueva ola de suicidas-bomba es que los insurgentes iraquíes están en conflicto con el estado iraquí que EEUU apoya y que los esfuerzos de éste para perpetuar un orden favorable a la continuada influencia e intereses estadounidenses en Iraq, incluso con la retirada de sus fuerzas, no es más que esa vieja y conocida política denominada colonialismo en la región desde hace mucho tiempo.
Bombas porque EEUU no se va
A pesar de sus rectas proclamas acerca de “terminar la guerra”, el anunciado plan de retirada de Obama no pone fin de forma clara a la ocupación de Iraq sino que más bien la continúa con nuevas modalidades. El plan sólo pide la retirada de “las tropas de combate” para agosto de 2010, mientras deja detrás entre 35.000-50.000 tropas ocupantes hasta finales de 2011, muchas de las cuales serán tropas de combate rebautizadas como “brigadas de asistencia y asesoramiento”.
El plan no dice nada sobre el ejército paralelo de unos 100.000 mercenarios y contratistas privados que pululan actualmente por Iraq, ni se refiere al destino de las 283 bases militares e instalaciones en Iraq, incluidas las 58 bases permanentes donde las tropas estadounidenses seguirán acuarteladas. Además, la retirada estadounidense está sometida a la supervisión del Pentágono con una serie de posibilidades relativas a muchos de los años venideros.
Como representante demócrata, Dennis Kucinich de Ohio, comentó inmediatamente después del discurso de Obama sobre la retirada: “No puedes abandonar tropas de combate en un país extranjero para que lleven a cabo operaciones de combate y decir que eso es el fin de la guerra. No puedes estar dentro y fuera al mismo tiempo”.
Además, EEUU ha levantado un estado de dominio chií a través de su fallida política de “incremento” de la contrainsurgencia, con Maliki como primer ministro, respaldado por un ejército y aparato de seguridad reconstruidos que es predominantemente chií y hostil a la población sunní. Aunque EEUU ha financiado y armado también a los líderes tribales sunníes que se oponen a al-Qaida, esos dirigentes se oponen también al gobierno chií, dejando atrás un nuevo y balcanizado orden iraquí que apenas se sostiene en pie unido tan sólo por la fuerza de las armas.
Por consiguiente, la misión fundamental de las tropas estadounidenses en Iraq tanto ahora como después de la reducción inicial de agosto de 2010, será preservar y extender este régimen, incorporando a antiguos insurgentes chiíes y sunníes que estén dispuestos a trabajar con el sistema patrocinado por EEUU y eliminando a todos aquellos que se opongan, encarcelando al resto tras enclaves amurallados patrullados por aviones de combate teledirigidos. Estableciendo un régimen clientelista para proteger los intereses del imperio, a la vez que deja atrás toda una serie de guarniciones de tropas y bases, todo lo cual ha recibido siempre el nombre de neo-colonialismo.
Los atavíos neo-coloniales de la estrategia de salida de Obama no han sido bien acogidos por los insurgentes. El calendario, objetivos y afirmaciones de responsabilidades por la reciente ola de suicidios-bomba indican que los miembros clave de la insurgencia iraquí han llegado a la conclusión de que el plan de Obama sólo sirve para extender la ocupación estadounidense y han decidido desencadenar una nueva ola de violencia para impedir que ese nuevo orden pueda echar raíces.
La lógica del martirio
No deberíamos sorprendernos. En su trabajo seminal “Dying to Win: The Strategic Logic of Suicide Terrorism”, Robert Pape, científico político de la Universidad de Chicago observó que la raíz principal de los suicidios-bomba es la ocupación militar extranjera, no el fanatismo islámico ni el “culto al martirio”. La mayoría de los ataques suicidas por todo el mundo incluyen a muchos grupos laicos y no musulmanes, como es el caso de los Tigres Tamiles, y se lanzan como parte de campañas organizadas para conseguir un objetivo político, el más importante de los cuales es la expulsión de los ejércitos ocupantes extranjeros.
Como era de esperar, los ataques suicidas-bomba en Iraq sólo empezaron tras la invasión dirigida por EEUU de marzo de 2003 y, por consiguiente, han adquirido una frecuencia y letalidad sin precedentes en otras campañas similares. Pero los ataques-suicidas en Iraq han alcanzado un punto culminante en respuesta a dos series de circunstancias: como respuesta a las ofensivas militares y como respuesta a importantes iniciativas políticas que intentan poner de relieve que Iraq camina por la senda hacia la estabilidad.
El pico más reciente de esos ataques revela esa lógica estratégica; la campaña empezó a la semana siguiente del discurso de Obama y alcanzó en abril su punto culminante, coincidiendo con el sexto aniversario de la caída de Bagdad ante las fuerzas de EEUU en 2003. Los ataques suicidas han ido dirigidos contra todos los elementos importantes del régimen iraquí post-“incremento”, incluidas las fuerzas políticas y de seguridad iraquíes, civiles chiíes y partidos políticos y contra todos aquellos a quienes se percibe como partidarios de la ocupación estadounidense y del nuevo régimen iraquí, como las milicias sunníes que EEUU apoya.
Parece que los insurgentes están intentando crear una atmósfera de inseguridad dentro de Iraq para destruir los esfuerzos de las fuerzas estadounidenses y el gobierno iraquí para imponer ley y orden, y crear las condiciones que obliguen a EEUU, distraídos ya con el aumento de la violencia en Afganistán, a retirarse cuanto antes.
La naturaleza estratégica y de amplia base de esta reciente campaña de suicidios-bomba queda más ilustrado aún por las afirmaciones hechas por varias organizaciones de la resistencia responsabilizándose de los ataques. Peligrosamente, hay signos de renovada coordinación baazista e islámica. El “Estado Islámico de Iraq”, un grupo-paraguas para los islamistas sunníes, incluida al-Qaida en Iraq, reivindicaron la responsabilidad de los ataques que mataron a cinco soldados estadounidenses en Mosul, así como de varios otros, afirmando que los recientes ataques formaban parte del “Plan para la Buena Cosecha”, una nueva campaña contra las fuerzas estadounidenses y sus partidarios en Iraq.
Izzat Ibrahim Al-Douri, el fugitivo ex vicepresidente de Saddam Hussein y líder destacado tras los insurgentes del Baaz y sunníes en Iraq, subrayó la dirección estratégica de la campaña en una grabación emitida en Al-Yasira el 7 de abril, tachando de ilegítimas tanto las elecciones iraquíes como el gobierno actual porque no han sido más que el resultado de la ocupación militar estadounidense. Instó a los insurgentes a mantener su lucha contra las fuerzas estadounidenses y el gobierno de Iraq porque “el proceso político es el principal objetivo de la ocupación, por eso es preciso atacarlo por todos los medios de que se disponga”.
Quizá el desarrollo de peor agüero para los planes iraquíes y estadounidenses de un nuevo orden es que cada vez más los miembros de la milicia sunní Hijos de Iraq que EEUU apoya se están reincorporando a la insurgencia y cada vez “están más dispuestos a pasar al ataque”.
Poner fin a la ocupación es la forma de poner fin a los ataques de suicidas-bomba
El regreso de la violencia y de los suicidios-bomba a Iraq ilustra la duradera realidad de que las fuerzas ocupantes estadounidenses y la ilegitimidad del nuevo régimen iraquí son la causa, no la solución. El plan de Obama, que supone la continuación de la ocupación estadounidense con nuevas formas, es lo que ha motivado virtualmente el retorno de los suicidios-bomba.
Aunque es improbable que Iraq presencie otro descenso de la violencia como en 2006 o en 2007, esta nueva violencia representa una nueva fase de la resistencia. Como observa el siempre intuitivo Anthony Shadid del Washington Post: “De alguna forma, los ataques son una reminiscencia de una fase anterior de la insurgencia, antes de que prendiera la guerra sectaria en 2006, cuando los agresores colocaban bombas como si de un espectáculo se tratara con objeto de magnificar el sentido del fracaso estadounidense. Entonces, como ahora, la carnicería enviaba el mensaje de que ningún esfuerzo, ya fuera estadounidense o iraquí, podría tener éxito en el sentido de conseguir la normalidad”.
Los suicidas-bomba no pueden ganar las guerras ni tampoco que las fuerzas estadounidenses saquen los bombarderos de Iraq. Pero lo que pueden conseguir es que haya un sentimiento omnipresente de pánico, incertidumbre y temor entre la población que hacen que la batalla de las autoridades estatales iraquíes y de las fuerzas extranjeras para conseguir atraerles a su causa sea eternamente inútil. Los suicidios-bomba crean anarquía política y ese tipo de guerra puede durar mientras los insurgentes no se queden sin suicidas-bomba, un hecho que no se vislumbra muy cercano en el horizonte”.
Por tanto, cualquier solución real a la duradera Guerra de Iraq debe abordar y tomar en consideración las raíces esenciales de los suicidios-bomba, como Pape señala: la ocupación extranjera en cualquiera de sus modalidades. La historia de Iraq muestra que incluso una más discreta presencia extranjera, tal como fue la utilizada por los británicos después de 1930, sólo consigue comprometer más aún a las autoridades locales. Mientras EEUU siga intentando salvar sus intereses estratégicos en la región de su embrollo en Iraq, serán poco honrados todos los esfuerzos por desarrollar una fuerza de seguridad iraquí realmente independiente, muchos iraquíes rechazarán la legitimidad de su gobierno por no ser más que un títere del poder imperial indirecto, y proseguirán con su resistencia.
Para no seguir provocando a la insurgencia, la administración Obama debe dejar manifiestamente claro que su plan para terminar la Guerra en Iraq pondrá también fin a la ocupación. Para hacerlo así, será necesario planificar una retirada completa de todas las tropas estadounidenses siguiendo un calendario acelerado, y hacerlo de forma que se prepare así a Iraq para un futuro que sea completamente, sin reserva alguna, iraquí y no conformado por los designios e intereses estadounidenses.
Por consiguiente, debe movilizarse la presión popular en EEUU y en muchos más lugares para obligar a Obama a que regrese al espíritu de su anterior posición antibelicista y retire todas las tropas, mercenarios y personal de las bases militares estadounidenses para agosto de 2010. Además, la administración Obama debe dar una serie de pasos para iniciar un nuevo proceso político, preferiblemente bajo auspicios internacionales o de Naciones Unidas, que permitan que Iraq formule un nuevo estado en términos iraquíes, eliminando del gobierno cualquier ley, procedimiento y partidos clientelistas patrocinados por los estadounidenses. Como el analista Joost Hilterman del International Crisis Group señaló: “Sólo un nuevo conglomerado nacional podrá poner fin de forma decisiva a la violencia, a la vez que se margina a quienes se han beneficiado de la ocupación”.
Una continuada presencia estadounidense, no importa cuán indirecta pueda ser, sólo favorece nuevas oleadas de suicidas-bomba. En una entrevista celebrada el 17 de abril, el portavoz del Ministerio de Defensa de Iraq, Mohammed al-Askari, advirtió que una prolongada presencia militar estadounidense en el país favorecería paradójicamente a Al-Qaida dando suficientes excusas a los insurgentes para justificar sus actos terroristas:
“Beneficiaría a al-Qaida que las fuerzas estadounidenses se quedaran en Iraq, porque podrían justificar sus secuestros, colocación de bombas y asesinatos”, indicó. Muchos iraquíes coinciden con esa lógica. “La situación en Iraq mejorará sólo si los políticos iraquíes y los estadounidenses se van de Iraq”, manifestó un ciudadano en Bagdad.
Por desgracia, muchos oficiales estadounidenses, incluido el comandante en jefe en Iraq, el General Ray Odierno, han indicado que la violencia puede obligarles a prolongar más la ocupación dejando tropas estadounidenses en las ciudades importantes iraquíes, incluso después de la fecha fijada del 30 de junio de 2009 para la retirada de todas las tropas de combate estadounidenses.
Pero precisamente que los insurgentes de Iraq estén considerando una larga guerra contra la ocupación estadounidense y su estado clientelista, no significa que EEUU necesite quedarse en Iraq. La historia de los ataques suicidas-bomba del reciente período ha mostrado que cuando se pone fin a las causas principales que motivan esos ataques y la ocupación termina, las bombas desaparecen. Los ejemplos en la región abundan: Hezbollah acabó con los suicidios-bomba cuando Israel se retiró finalmente del territorio libanés, y Hamas puso fin en gran medida a su uso de suicidas-bomba cuando Israel retiró a sus colonos y soldados de la Franja de Gaza en 2005, aunque continuó utilizando otras tácticas violentas cuando Israel no puso fin a su asedio militar sobre Gaza.
Si EEUU se retira completamente de Iraq, es muy probable que contemplemos como los iraquíes se comprometen haciendo esfuerzos importantes para acabar con el caos del que Washington afirma que está protegiéndoles.
Traducido del inglés por Sinfo Fernández
Steve Niva
Profesor de Estudios sobre Oriente Medio y Política Internacional en el Evergreen State Collage y frecuente colaborador de Foreign Policy in Focus. Actualmente está escribiendo un libro sobre la relación entre la violencia militar israelí y los suicidas-bomba palestinos.
Rebelión by IARnoticias
Los frecuentes atentados con bombas en varias regiones, incluida esta capital, han puesto en duda aseveraciones del ejecutivo iraquí y del mando militar de Estados Unidos aquí sobre una disminución sustancial de la violencia.
El mando de las tropas norteamericanas confirmó ayer que un soldado perdió la vida el viernes por causas ajenas a acciones combativas en la ciudad de Balad, en la provincia norteña de Salah Al-Din.
Un segundo militar falleció en un accidente de tránsito en Bagdad y otro murió el mismo sábado en Alemania, a donde había sido trasladado tras resultar herido de bala en un enfrentamiento aquí.
Con esas bajas se elevó a cinco la cifra de estadounidenses muertos en Iraq en lo que va de mayo, y a cuatro mil 287 desde la invasión militar conducida por Estados Unidos en marzo de 2003.
El sábado, un policía murió y tres civiles resultaron heridos en un ataque armado de desconocidos en el concurrido mercado Bab Al-Saray, del centro de la norteña ciudad de Mosul, mientras otra persona sufrió lesiones por la detonación de una bomba en el este de esa misma urbe.
Otros cinco civiles iraquíes resultaron heridos a causa de la explosión de una bomba en Imán Wis, en el distrito Saadiya de la provincia nororiental de Diyala.
La jefatura castrense estadounidense justifica como necesaria la permanencia de sus más de 143 mil efectivos y de unos cuatro mil 100 británicos hasta que las autoridades nacionales estén capacitadas para asumir el control pleno de la seguridad del país.
De hecho, el portavoz del bloque parlamentario leal al clérigo chiita Muqtada Al-Sadr, Ahmad Al-Massoudi, puso en duda las intenciones de las fuerzas del Pentágono para abandonar Iraq en base al acuerdo suscrito por las dos naciones en noviembre de 2008.
Según Al-Massoudi, "las reales pretensiones de los estadounidenses han comenzado a revelarlas ellos mismos a través de sus intentos por permanecer en Iraq" y agregó que "lo que ocurre aquí es resultado de la conspiración norteamericana".
En virtud del llamado Acuerdo de Estatus de las Fuerzas, los estadounidenses deben retirarse de las aldeas y ciudades iraquíes el 30 de junio de este año, y abandonar el país a finales de 2011, pero recientes declaraciones hacen pensar en una probable postergación.
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