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Las condiciones de Rusia y Estados Unidos para reducir la amenaza nuclear |
El presidente de Estados Unidos Barack Obama tiene la intención de proponerle a Rusia una reducción radical del potencial estratégico nuclear hasta 1000 ojivas para cada país.
Esa información apareció en los medios de prensa rusos el pasado 4 de febrero, según fuentes anónimas de la Administración estadounidense citadas por el diario británico The Times.
La reacción de Rusia fue inmediata y a muy alto nivel, porque el mismo día, el viceprimer ministro Serguei Ivanov expresó la disposición de su país de entablar negociaciones con EEUU para reducir el arsenal nuclear y la firma de un nuevo acuerdo en reemplazo del Tratado sobre la Reducción de Armas Estratégicas (START-1) cuya vigencia expira el presente año.
Durante el transcurso de varias décadas, la paridad del armamento nuclear entre la URSS/Rusia y EEUU ha sido uno de los pilares fundamentales de las relaciones entre ambos países.
Actualmente, las relaciones en este campo están reguladas por los siguientes documentos: en primer lugar el ya mencionado tratado START-1, firmado en 1991 y en vigor a partir de finales de 1994.
El START-1 estableció que los potenciales nucleares estratégicos de cada uno de los países no podían superar 1.600 portadores (misiles) y a 6000 ojivas (cargas) nucleares.
Al momento de la firma del START-1, la URSS tenía 2.500 portadores y 10.271 ojivas, mientras que EEUU poseía 2.246 portadores y 10.563 ojivas.
La reducción debió de efectuarse en el término de 7 años y así ocurrió el 6 de diciembre de 2001, cuando las partes informaron oficialmente sobre el cumplimiento del tratado.
Rusia quedó con 1.136 portadores y 5.518 ojivas y EEUU 1.237 portadores y 5.948 ojivas. Además, el START-1 impuso limitaciones al emplazamiento de las fuerzas nucleares de cada país, por ejemplo, prohibió en ciertas regiones el emplazamiento de misiles balísticos intercontinentales sobre rampas móviles (trenes o camiones).
Además del START-1, la reducción del arsenal estratégico nuclear de ambos países está también condicionado al Tratado de los Potenciales Estratégicos Ofensivos (SORT, según las siglas en inglés) firmado en 2002.
El tratado SORT establece un tope de 1.700 ojivas para Rusia y 2.200 para EEUU, pero no especifica la cantidad de portadores que podrá tener cada bando y tampoco el número de ojivas que puede transportar cada portador.
Además, cada una de las partes a su manera puede establecer la estructura y composición de sus fuerzas nucleares (bases terrestres, bombarderos estratégicos o submarinos nucleares).
El SORT tampoco establece mecanismos del control y en su lugar, las partes se limitaron a citar el tratado en vigencia START-1 y la convocatoria dos veces al año de una comisión mixta destinada a vigilar el cumplimiento del acuerdo.
Pero como se mencionó anteriormente, el START-1 expira en 2009 y en consecuencia, quedan sin fuerza legal los mecanismos y normas de control aplicables al arsenal nuclear.
El SORT tampoco establece ningún tipo de restricciones a los misiles y ojivas nucleares al momento de ser retirados de servicio activo (en otros tratados de desearme debían ser destruidos).
Es decir, en las actuales condiciones, esos misiles y esas ojivas sencillamente pueden ser almacenados en depósitos y en caso de necesidad, (tras reparación, mantenimiento o modernización) se puede restablecer en su puesto y ser utilizados de nuevo.
Es importante destacar que entre la firma del START-1 y el SORT, Rusia y EEUU firmaron en 1993 el tratado START-2 que en particular prohibió la utilización de portadores con ojivas múltiples de guiado autónomo (RGCH IN, según siglas en ruso).
Pero este tratado ya no tiene ningún valor jurídico porque en 2004 Rusia renunció a cumplir el START-2 en respuesta a que EEUU en 2002, se retiró del tratado de defensa antimisiles (DAM) firmado en 1972.
En conclusión, ahora Rusia y EEUU pueden afrontar una situación cuando las relaciones en materia de armamento estratégico nuclear quedan reguladas únicamente por el SORT, que no establece mecanismos de control y que expira en 2012.
Hay que tener en cuenta que la situación económica de Rusia no le permite aumentar a corto plazo su potencial nuclear estratégico sobre todo cuando en los próximos diez años debe reemplazar al menos 300 misiles balísticos intercontinentales de emplazamiento en tierra y otros 100 misiles de emplazamiento en submarinos nucleares de fabricación soviética.
La capacidad de la industria militar para modernizar el arsenal nuclear estratégico ruso permitirá la fabricación de al menos 500 portadores y entre 1.700 y 2000 ojivas nucleares para finales del próximo decenio.
Los pronósticos optimistas indican que el potencial nuclear ruso será de 2.500 ojivas y los cálculos pesimistas en que a lo mucho se tendrán entre 1.000 o 1200 ojivas.
Al respecto de este proceso, los expertos resaltan que ningún programa que se adopte para aumentar a corto plazo el potencial nuclear ruso podrá dar resultados inmediatos pero en cambio, garantizará el gasto inmediato de ingentes recursos materiales y humanos que en condiciones de crisis, supone un paso absolutamente improcedente.
En conclusión, la perspectiva de firmar con EEUU un tratado sobre la reducción del arsenal estratégico nuclear con los correspondientes mecanismos de control y verificación para Rusia es una variante más que necesaria.
Al mismo tiempo, la firma de ese tratado que reduciría a 1.000 las ojivas nucleares de cada país debe incluir restricciones muy serias al programa nacional de defensa antimisiles de EEUU (DAM).
Sin esas restricciones EEUU puede quedar con un sistema DAM en capacidad de interceptar los misiles que queden operativos después de un posible primer ataque y contra ataque nuclear.
El tratado de desarme que presuntamente ofrecerá Obama es aceptable para Rusia si EEUU no sólo suspende el emplazamiento de su DAM en Europa, sino también en otras regiones del mundo y también impedir su desarrollo en el espacio aéreo, marítimo y orbital.
Lo ideal sería la renuncia recíproca a los sistemas antimisiles estratégicos y encauzar los esfuerzos de Rusia y EEUU para la creación de sistemas eficaces de defensa antimisiles en los escenarios potenciales de acciones de guerra.
Esto permitiría emplazar sistema de intercepción de misiles en las regiones que más necesitan este tipo de defensa ante posibles lanzamientos de cohetes que puedan construir países como Irán y Corea del Norte.
Las relaciones de Rusia y EEUU en torno a la problemática del armamento estratégico nuclear puede ser el gran catalizador del presente período.
Si EEUU rechaza condicionar su DAM a la reducción del arsenal nuclear con Rusia esto significa que el nuevo Gobierno de ese país no está interesado en un tratado de desarme equitativo y mutuamente provechoso.
Iliá Krámnik
LA OPINIÓN DEL AUTOR NO COINCIDIRÁ OBLIGATORIAMENTE CON LA DE RIA NOVOSTI

Y esta circunstancia, tiene más importancia para Rusia que para EEUU.
Lo que pasa es que a diferencia de Rusia y EEUU, la República Popular China no está sometida al cumplimiento del Tratado de Misiles de Medio y Corto Alcance (INF, según las siglas en inglés). Y precisamente los misiles de alcance medio y corto constituyen la base del arsenal nuclear de China.
Esos misiles chinos no pueden alcanzar el territorio de EEUU, pero en cambio, si pueden impactar en el territorio de Rusia.
Según las estimaciones más difundidas, los misiles balísticos intercontinentales (MBI) que tiene China para atacar objetivos en el territorio de EEUU, no sobrepasa las 50 unidades, mientras que la cantidad de misiles de medio y corto alcance en capacidad de llegar hasta el territorio ruso son varios centenares.
Si Rusia y EEUU reducen cada uno sus arsenales estratégicos a mil ojivas nucleares, el arsenal nuclear chino prácticamente se igualará al ruso, pero como antes, cualitativamente y por otros criterios operativos quedará rezagado frente a las ojivas estadounidenses.
Al repasar algunas premisas de seguridad, no se puede pasar por alto que en lo referente al potencial militar convencional, China tiene una ventaja enorme frente a Rusia.
En primer lugar, en la movilización de recursos (armamento y tropa) a lo largo de la frontera terrestre común de 4.300 kilómetros de longitud.
Otro factor a considerar son las ambiciones implícitas territoriales de China hacia Rusia, a partir de circunstancias objetivas como su enorme población, las elevadas cuotas de desempleo, la escasez de recursos naturales y la agudización de problemas ecológicos.
Objetivamente, China nunca puede descartar el momento cuando sea necesario poner en marcha políticas de expansión.
De esta manera, en el caso de que se perfile una reducción radical de las FEN, Rusia estará interesada en que China al menos se adhiera al tratado INF.
En este caso todo depende exclusivamente de la voluntad de Pekín, porque no existe ningún instrumento para comprometer a China a que firme el tratado INF.
Para Rusia, otro aspecto desfavorable del hipotético acuerdo son los misiles de crucero de emplazamiento marino que hasta el momento, permanecen excluidos de todos los tratados relacionados con la limitación y reducción de las FEN.
En el aspecto más amplio, se trata de una ventaja considerable que tiene EEUU sobre Rusia más que todo en el ámbito del armamento convencional, de alta precisión, y los sistemas de defensa antimisiles.
Si Moscú y Washington acuerdan reducir sus FEN a mil ojivas. EEUU puede renunciar a la componente marina de su arsenal estratégico.
Actualmente este arsenal está integrado por un par de centenares de MBI Minuteman-3 (con tres ojivas nucleares cada uno) y una veintena de bombarderos estratégicos B-52N (con 20 misiles de crucero) y bombarderos B-2 (cada uno con una carga nuclear).
Todos los submarinos con MBI de la clase Ohio (actualmente 14) serán modernizados para portar misiles de crucero. Esta tecnología ya fue aplicada en cuatro submarinos de esta clase, en lugar de los 16 misiles balísticos Trident-2 en esos submarinos se instalaron 154 misiles de crucero. En este caso EEUU tendrá 18 submarinos con 2.772 misiles de crucero.
Además la armada de EEUU cuenta con 52 submarinos nucleares polivalentes: 45 submarinos de la clase Los Angeles, 3 de la clase Sea Wolf, y 4 de la clase Virginia (en total se planea la construcción de 30 sumergibles de este tipo).
Todos los submarinos de la clase Virginia y 31 de la clase Los Angeles tienen 12 silos para el lanzamiento de misiles de crucero es decir que estos submarinos ya pueden portar un total de 420 misiles de crucero.
Además, los 52 submarinos anteriormente descritos están en capacidad de lanzar misiles de crucero utilizando los sistemas de disparo de torpedos, es decir la capacidad de portar y lanzar misiles de crucero todavía es mayor.
De esta manera, cuando concluya la fase de reconstrucción de los submarinos de la clase Ohio para portar misiles de crucero, EEUU tendrá submarinos polivalentes con 3.200 o 3.500 misiles de crucero que no están incluidos en ningún tratado de desarme.
En cuanto a los buques de superficie, EE.UU. dispone de 22 cruceros tipo Ticonderoga y 52 destructores Arleigh Burke con sistemas Aegis con sistemas de lanzamiento vertical (VLS).
En cada unidad de VLS se puede disparar misiles de crucero de largo alcance Tomahawk, misiles superficie-aire de largo alcance Standart, misiles de corto alcance Sea Sparrow o un misil anti submarino ASROC.
Actualmente, los 74 cruceros y destructores estadounidenses con sistema Aegis en total llevan a abordo 7.478 lanzaderas VLS y esta prevista la construcción de otros 9 destructores Arleigh Burke y entonces el número de lanzaderas y misiles será de 8.342.
Cabe destacar que los misiles de crucero en alto grado son armas muy versátiles y completas. Relativamente no son costosas (cerca de un millón de dólares), desde el punto de vista operativo su detección y destrucción es complicada, y poseen un alto grado de exactitud al momento de impactar los objetivos.
Este tipo de misiles tiene una aplicación muy flexible por cuanto existe en la variante nuclear y también se producen varios modelos y clases con cargas convencionales. En este campo, EEUU ya tiene una amplia experiencia en el uso de este tipo de misiles en conflictos locales, como la operación "Tormenta del Desierto" en 1991.
En lo que respecta a los misiles tierra-aire de lago alcance Standart son muy eficaces para abatir objetivos aerodinámicos y la variante Standart SM-3 se utilizó con éxito en calidad de armas contra satélites, y en consecuencia, tiene aplicaciones en el campo de la defensa antimisil, en capacidad de abatir misiles balísticos, inclusive los intercontinentales.
De esta manera, los cruceros, destructores y submarinos de la armada de EEUU tienen una capacidad de ataque y defensa colosal, además de un alto grado de movilidad y flexibilidad al momento del emplear armas de alta eficacia.
A pesar de esto, las Armadas de Rusia y de EE.UU. quedaron excluidas de las limitaciones establecidas en los acuerdos suscritos.
La armada de Rusia tiene al menos 20 submarinos de los proyectos 971, 945 y 671 en capacidad de lanzar misiles de crucero por los sistemas de disparo de torpedos, es decir, la cantidad total de misiles de crucero en nuestros submarinos no alcanza el centenar.
Además los misiles de crucero rusos (de emplazamiento marino o en aviones) únicamente están dotados de cargas nucleares y por esta razón no pueden ser utilizados en guerras convencionales. Y los buques de superficie de la armada rusa no tienen sistemas análogos a sistema Aegis estadounidense.
De esta forma, EE.UU. sin problemas puede sacrificar su arsenal nuclear estratégico y con esto minimizar el ruso.
El arsenal nuclear estratégico es una carga abrumadora porque requiere el gasto de enormes recursos y al mismo tiempo, es imposible su aplicación en conflictos concretos.
Por esa razón tiene sentido su reducción y dejar únicamente una porción reducida para los casos más extremos.
Sin ocasionar ninguna catástrofe ecológica universal, los estadounidenses pueden neutralizar el arsenal nuclear ruso que queda tras la reducción con ayuda de su armamento convencional de alta precisión (en primer lugar con misiles de crucero), y el resto del arsenal ruso que quede, rematarlo con su poderoso sistema de defensa antimisiles de emplazamiento marino.
Alexandr Jramchijin
RIA Novosti
Súmense a ello la ventaja colosal que China posee sobre Rusia en lo concerniente a las fuerzas convencionales y los recursos de movilización, y el hecho de que la frontera terrestre entre ambos países se extiende a 4.300 Km.
El gran número de habitantes, un alto nivel del paro, la escasez de recursos naturales y espinosos problemas ecológicos obligarán a Pekín a iniciar algún día la "expansión externa", señala el articulista tras recordar que China aún tiene "pretensiones territoriales implícitas" con respecto a Rusia.
Otra circunstancia crítica para Rusia es que los misiles de crucero con base en mar permanecen al margen de los acuerdos del desarme nuclear, lo cual permite a EEUU asegurarse una ventaja considerable en materia de armas convencionales de alta precisión y sistemas antimisiles.
EEUU parece dispuesto a sacrificar sus fuerzas nucleares estratégicas - armas costosas e imposibles de usar en un combate real - para minimizar el respectivo potencial de Rusia. En el supuesto de una guerra entre ambas potencias, EEUU podrá neutralizar el grueso del arsenal estratégico nuclear de Rusia con armas tradicionales de alta precisión, en primer término, misiles de crucero navales, y rematar el resto con sistemas antimisiles de emplazamiento naval. La Administración Obama podrá "lanzar al basurero de la historia" su sistema terrestre de defensa antimisil, que mantiene a Moscú "en un estado de histeria permanente", y presentarlo como una concesión hecha a Rusia.
Las Fuerzas Coheteriles Estratégicas de Rusia disponen hoy de 426 misiles balísticos intercontinentales (MBI) que tienen un total de 1.586 ojivas. En el año 2000, tenía 756 MBI con 3.540 ojivas.
La situación es todavía peor, si miramos a los componentes naval y aéreo de las fuerzas nucleares estratégicas. Se suscriba o no el acuerdo con EEUU, Rusia se va aproximando al límite de 1.000 ojivas. Más le vale, por tanto, firmar este documento y preservar al menos una paridad formal con EEUU. La única alternativa es aceptar la aplastante superioridad de EEUU tanto en el apartado de las fuerzas nucleares estratégicas como en el de las armas de alta precisión.
"El Tratado debe limitar no sólo las ojivas, sino también los misiles balísticos intercontinentales, los misilesde emplazamiento en submarinos y bombarderos estratégicos", subrayó la declaración del Kremlin, expuesta por Lavrov en una de las sesiones de la Conferencia de Desarme.
"Consideramos indispensable que el tratado también excluya el emplazamiento de armamento estratégico nuclear fuera de los territorios nacionales", subrayó Lavrov, al añadir que el cumplimiento del tratado debe ser garantizado por los mecanismos jurídicos vigentes.
Por su parte, Lavrov dijo que el actual Tratado de Reducción de Armas Estratégicas (START 1, por sus siglas en inglés) ha quedado "obsoleto".
El tratado START 1 -que caduca a fin de año- limita el despliegue de ojivas nucleares a 6.000 por cada potencia, así como a 16.000 el número de misiles y lanzamisiles.
El posterior tratado START 2 redujo las armas nucleares a 3.500.
Nuevo comienzo
Clinton señaló este viernes que Washington está deseoso de relanzar sus lazos con Moscú a fin de acabar con meses de tensiones entre ambos gobiernos.
Las relaciones entre los ex protagonistas de la Guerra Fría se han deteriorado en los últimos años debido, principalmente, al enfrentamiento entre Moscú y Georgia en el conflicto por las regiones separatistas de Abjasia y Osetia del Sur, al apoyo estadounidense al ingreso de Georgia y Ucrania a la OTAN y al plan de EE.UU. de colocar un escudo antimisiles en Europa Central.
Sin embargo, el corresponsal de la BBC en Moscú, Rupert Wingfield-Hayes, indicó que ahora la situación es muy diferente, ya que Rusia es menos propensa a ser beligerante.
La crisis financiera mundial dañó severamente su economía y necesita amigos e inversiones en vez de una nueva guerra fría, agregó el corresponsal.
Gran Bretaña posee actualmente cuatro submarinos atómicos de la clase Vanguard, cada uno de los cuales porta 16 misiles nucleares tipo Trident, de 192 ojivas en total.
En 2006, el entonces primer ministro Tony Blair declaró la intención de poner fiera de servicio dos de esos cuatro submarinos en los próximos 20 años, construyendo a cambio de ello uno nuevo, del que se dotarían las fuerzas británicas de disuasión nuclear.
"Rusia aplaudirá estos planes", expresó Nesterenko.
Con todo, Nesterenko señaló que hoy sólo Rusia y EEUU emprenden pasos reales en materia de desarme nuclear y que se trata del tratado sobre reducción de armas ofensivas estratégicas.
Prijodko explicó que "las consultas bilaterales están en marcha" y que los textos de las declaraciones están ya casi acordados. "Puedo decir que la parte norteamericana está dispuesta a lograr resultados", agregó.
Al respecto, el asesor del Kremlin aseguró que Moscú "intentará acordar (con EEUU) el calendario y los parámetros del trabajo sobre un nuevo acuerdo que sustituya al Tratado de Reducción de Armas Estratégicas (START)". Rusia está dispuesto a suscribir antes de que termine el año un nuevo tratado de desarme que reemplace al START, suscrito cuando aún existía la URSS (1991) y que expira en diciembre próximo.
Además, Medvédev expresará a Obama la "preocupación" de Moscú sobre los planes norteamericanos de desplegar elementos de su escudo antimisiles en la República Checa y Polonia, proyecto que el Kremlin considera una "amenaza directa" para su seguridad.
Asimismo, insistirá en la propuesta de crear un sistema conjunto de alerta de misiles, en el que también participaría la OTAN, para aplacar los temores sobre posibles ataques por parte de regímenes denostados por Washington como Irán o Corea del Norte.
Medvédev aseguró la pasada semana en Moscú en una reunión con el ex secretario de Estado norteamericano Henry Kissinger que desea algo más que salir en la foto con Obama en Londres. Mientras, el presidente estadounidense ha asegurado que está dispuesto a abrir una nueva página en las relaciones con Moscú, pero sin renunciar a la expansión de la OTAN al Este de Europa.
El encuentro entre Medvédev y Obama, previsto para la víspera de la cumbre del G-20 que tendrá lugar el próximo día 2 en la capital británica, será el primero desde que ambos son presidentes de sus respectivos países.
"Los dos documentos tendrán un significado práctico para el inicio de las negociaciones en un número de cuestiones sobre la región y, esperamos, en la cuestión sobre la limitación armamentística", declaró el consejero de Medvedev, Sergei Prijodko.
Estas negociaciones desembocarían presumiblemente en un acuerdo sucesor del tratado START 1. Este texto es una de las prioridades de Estados Unidos en el ámbito de un nuevo escenario de relaciones con Rusia, con la que se quiere efectuar "borrón y cuenta nueva", según el lema oficial de la política estadounidense en este ámbito.
El escudo antimisiles (DAM) que Estados Unidos contempla en el centro de Europa, concretamente en Polonia y en la República Checa, también será discutido durante el encuentro. "Los recientes debates sobre este tema en el Parlamento de la república Checa demuestran que ese tema sigue pendiente y que no se han agotado las soluciones alternativas. En este sentido, recordamos nuestra propuesta de vigilar de manera conjunta las amenazas de misiles en la dirección sur", indicó Prijodko a la prensa.
Según el funcionario, Medvedev intentará explicar a su colega estadounidense la preocupación de Rusia por los planes de emplazar elementos del DAM en Europa y por qué Moscú incluye el DAM en el contexto estratégico de su seguridad nacional.
"Entre los temas, consolidar el liderazgo de Rusia y EEUU para impedir la proliferación de armamento nuclear, cooperar en la lucha contra el terrorismo nuclear, e implementar medidas adicionales en el Consejo de Seguridad de la ONU para impedir que el armamento de aniquilación masiva caiga en poder de organizaciones no gubernamentales", subrayó Prijodko en declaraciones recogidas por la agencia de noticias rusa, RIA Novosti.
Como primer paso, los presidentes abordaron la posibilidad de reducir los arsenales nucleares de los dos países que actualmente suman el 90 % del armamento atómico en el mundo, con metas en alcanzar una reducción radical de las ojivas nucleares en cantidades superiores a tratados de desarme anteriores.
Concretamente, los presidentes encargaron a grupos de expertos iniciar negociaciones sobre el nuevo documento concerniente a la reducción de armas ofensivas estratégicas (Tratado START).
En el nuevo documento, el nivel de reducción de las armas ofensivas estratégicas será más bajo que en el tratado adicional firmado en Moscú en 2002.
El Tratado sobre Reducción de Armas Ofensivas Estratégicas (Tratado START-1) fue suscrito en 1991 y establece que Moscú y Washington deben reducir hasta 6.000 el número de ojivas nucleares y hasta 1.600 el número de sus portadores. El Tratado START-1 expira el 5 de diciembre de 2009.
En 2002, en Moscú fue firmado un tratado adicional sobre la reducción de las armas ofensivas estratégicas, que limita a 1.700-2.200 unidades el número de ojivas nucleares operativas. Este nivel deberá ser alcanzado para diciembre de 2012.
No obstante las perspectivas de desarme en el plano nuclear, los presidentes constataron que Rusia y EEUU difieren en cuanto al despliegue del escudo antimisiles estadounidense en Europa (DAM).
EEUU planea emplazar una decena de misiles interceptores en Polonia y construir un radar de alerta antimisil en la República Checa como medida de defensa a potenciales ataques de misiles desde Irán, pero Rusia considera esas instalaciones como una amenaza a su seguridad nacional.
Para potenciar la cooperación bilateral en el terreno práctico, Médvédev y Obama encargarán a sus Gobiernos redoblar sus esfuerzos para acelerar el ingreso de Rusia en la Organización Mundial de Comercio (OMC).
"Prometimos encomendar a nuestros Gobiernos a desarrollar esfuerzos con el fin de concluir lo más rápido posible el procedimiento de ingreso de Rusia en la Organización Mundial de Comercio, así como llevar adelante la labor orientada a crear condiciones favorables para el desarrollo de vínculos económicos ruso-estadounidenses", dice la declaración firmada por los presidentes.
Ambos mandatarios expresaron la intención de imprimir un nuevo dinamismo a los vínculos económicos mutuos, en particular por medio de instituir una respectiva comisión a nivel intergubernamental e impulsar diálogo entre los empresarios de ambos países.
En el terreno internacional Moscú y Washington expresaron preocupación por los planes de Pyongyang de lanzar un misil balístico y pidieron a las autoridades de Corea del Norte demostrar prudencia y moderación.
Corea del Norte anunció que lanzará del 4 al 8 de abril un cohete con satélite experimental. Japón, EEUU y Corea del Sur consideran que en realidad, Pyongyang quiere ensayar un misil balístico intercontinental capaz de portar carga nuclear.
Los dirigentes ruso y estadounidense también han declarado que optan por una solución negociada del problema nuclear iraní.
EEUU y algunos otros países sospechan a Irán de estar desarrollando un arma nuclear haciéndolo pasar por un programa civil. El Consejo de Seguridad de la ONU aprobó varias resoluciones exigiendo a Teherán suspender sus desarrollos. Las autoridades iraníes rechazan todas las acusaciones y aseguran que con su programa nuclear sólo buscan satisfacer las necesidades energéticas del país.
El Kremlin y la Casa Blanca también decidieron unificar esfuerzos para restablecer la paz en Afganistán.
"Las partes convinieron en trazar nuevos derroteros de cooperación con el fin de contribuir a los esfuerzos internacionales orientados a la estabilización, la reconstrucción y el desarrollo de Afganistán, entre ello en el contexto regional", dice la declaración firmada por los presidentes.
"Estamos de acuerdo en que Al Qaeda y otras organizaciones terroristas y extremistas que actúan en Afganistán y Pakistán presentan amenaza para muchos países, incluidos Rusia y EEUU", subrayó el documento.
Según la declaración, las partes desarrollarán esfuerzos por elaborar acciones coordinadas a nivel internacional, con el papel clave de la ONU.
A pesar de las divergencias al valorar las causas que provocaron la guerra en Osetia del Sur, los presidentes constataron la voluntad de sus Gobiernos para conseguir un arreglo político al conflicto entre Georgia, Osetia del Sur, Abjasia.
"A pesar de tener opiniones distintas sobre las causas y el desarrollo de los sucesos que tuvieron lugar en agosto del año pasado, acordamos desarrollar esfuerzos por conseguir un arreglo negociado a largo plazo de la situación en el Cáucaso, la que no es estable en el momento presente", dice la declaración.
"Infunde optimismo el hecho de que los dos países están conscientes de la necesidad de reactivar las relaciones. Desde luego, han dado sólo el primer paso, pero el ambiente ya ha mejorado", dijo a RIA Novosti, Robert Nurek, colaborador del Centro James Martin del Instituto de Estudios Internacionales de Monterey.
Según sus palabras, lo más importante es que Obama y Medvédev fijaron sus prioridades y se mostraron dispuestos a trabajar conjuntamente en el nuevo tratado de reducción de armas nucleares estratégicas (START).
"Ambas partes expresaron la voluntad de alcanzar un nuevo acuerdo en esta materia antes de diciembre. Es una tarea nada fácil, pero factible", destacó el experto.
Los presidentes de Rusia y de EEUU anunciaron ayer en Londres su decisión de entablar sin demora las negociaciones sobre el nuevo documento START con objeto de fijar la reducción de armas nucleares en los niveles más bajos que los establecidos en el Tratado de Moscú de 2002.
El senador republicano Richard Lugar reaccionó con júbilo ante la declaración conjunta de Obama y Medvédev. En entrevista a la cadena MSNBC, el senador calificó de "sumamente importante" el documento conjunto de los dos presidentes. "La declaración conjunta es realmente insólita por su optimismo y alcance", destacó.
"Infunde esperanzas la disposición constructiva de la nueva Administración de EEUU a corregir nuestras relaciones, a cooperar en espíritu del pragmatismo, sin adherencias ideológicas", dijo el portavoz.
Lo principal, según él, consiste ahora en acometer la realización de lo trazado por los presidentes.
El diplomático hizo recordar que los Jefes de Estado emitieron dos declaraciones: sobre las relaciones ruso-estadounidenses y la problemática de reducción de las armas estratégicas ofensivas. "Los presidentes encargaron a los participantes en las negociaciones bilaterales realizar consultas con el fin de elaborar un convenio sobre este tema hasta finales del año en curso", señaló.
Nesterenko informó asimismo que Medvédev y Obama dieron indicaciones concretas de preparar un nuevo encuentro de ellos, que se desarrollará en Moscú en julio de este año.
Fue necesario acudir al desarme para que evitar comentarios, con intención o por ignorancia, de que la cumbre ruso-estadounidense fracasó.
Recordamos que los presidentes encargaron a negociadores de ambos países comenzar el trabajo sobre un nuevo tratado START (reducción de armas nucleares estratégicas).
Los logros alcanzados durante los sesenta minutos que duró el encuentro de los presidentes en Londres quedaron consignados en una declaración de intenciones y en un programa para potenciar las relaciones bilaterales.
También se acordó que habrá una cumbre ruso-estadounidense más completa el próximo mes de julio durante una visita de Obama a Moscú.
Después aparecieron detalles sobre los asuntos que ambos presidentes piensan atender antes que todo.
Por lo visto, el problema del escudo antimisiles estadounidense en Europa del Europa continuará sin solución ya que en Londres, en la declaración las partes constataron sus divergencias y decidieron que por el momento, la situación permanecerá inalterable.
En cambio, en relación a la situación en el Cáucaso, los presidentes constataron que a pesar de las divergencias, van a trabajar juntos en aras de la normalización de la situación y sin duda, con esa misma postura la Casa Blanca y el Kremlin comenzarán un trabajo muy serio para afrontar otras situaciones de crisis como Afganistán, Pakistán, Irán, Asia Central y otras regiones.
¿Y cual es el interés de EEUU y Rusia para mejorar sus relaciones?
EEUU necesita tener relaciones normales con Rusia porque le será más fácil y menos costoso solucionar muchos otros problemas realmente importantes para Washington.
Actualmente, esos problemas son Afganistán e Irán, entre los principales, y en el futuro podrán ser en otro lugar del planeta.
EEUU mejora sus relaciones con Rusia porque la estrategia de presión contra Moscú que caracterizó la administración anterior no dio ningún resultado, únicamente conllevó a que ambas capitales dejaron de dialogar y nada más.
Rusia necesita tener buenas relaciones EEUU porque esto ayuda a fortalecer su actual situación en la arena internacional. Para el gobierno y el país, la actual postura que tiene Rusia es cómoda y adecuada en el mundo de transición que vivimos.
Es la situación y postura de ser una potencia independiente sin pretensiones al liderazgo mundial y con una dependencia mínima de influencia exterior. Se puede afirmar que este es el estado natural de Rusia.
Los intentos políticos emprendidos en la década de los años 90 de arrastra a Rusia al establo de comunidades, alianzas y uniones fueron errores muy graves cuyas consecuencias nadie pudo suponer.
Ahora, para Moscú lo importante es que su estatuto de país independiente sea aceptado por EEUU y por el resto de los países de la misma forma como ocurre con respecto a China, India o Brasil, a pesar de que estos son países muy diferentes.
A pesar de todo, estos países pueden y quieren cooperar con el resto de los países o agrupaciones regionales de países en asuntos donde esa cooperación es necesaria.
Como vemos, la aproximación entre Estados Unidos y Rusia tiene objetivos muy modestos. Pero esta modestia da confianza en que continuará el proceso que comenzó recientemente en Londres.
Dmitri Kosirev
LA OPINIÓN DEL AUTOR NO COINCIDIRÁ OBLIGATORIAMENTE CON LA DE RIA NOVOSTI
"Acordamos que en mayo viajaré a Washington y con la secretaria de estado Hillary Clinton revisaremos como marcha la preparación de documentos para el encuentro (cumbre) de Moscú", dijo Lavrov en declaraciones al diario ruso Rossiyskaya Gazeta.
El presidente ruso, Dmitri Medvédev y su homólogo estadounidense, Barack Obama sostuvieron su primer encuentro el pasado 1 de abril, en Londres, y allí acordaron reunirse por segunda vez en Moscú el próximo mes de julio.
Según Lavrov, los próximos meses la cancillería rusa y el departamento de estado estadounidense trabajarán en los asuntos establecidos en la declaración firmada por los presidentes en Londres de cara a su cumbre en Moscú.
Explicó que la preparación de un nuevo acuerdo sobre la reducción del arsenal nuclear estratégico en reemplazo del tratado START-1 que expira el próximo mes de diciembre se prepara a parte del resto de documentos de la cumbre.
En este sentido, Lavrov recordó que los presidentes ordenaron la formación de grupos de expertos para adelantar las negociaciones pertinentes, y que el equipo ruso ya está listo.
"Nosotros ya estamos preparados y esperamos la formación del grupo estadounidense integrado por funcionarios del departamento de estado que deben contar con una aprobación del Senado", indicó Lavrov.
El ministro dijo que el equipo ruso compuesto por funcionarios del Ministerio de Exteriores y de Defensa ya viajaron a Washington para empezar lo antes posible las negociaciones.
Firmado en 1991 el Tratado START-1 prevé la reducción de las ojivas nucleares de Rusia y EEUU hasta 6.000 unidades y sus portadores hasta 1.600 para cada país, y la vigencia del tratado expira el 5 de diciembre de 2009.
En 2002 en Moscú fue suscrito un tratado complementario sobre la reducción de los potenciales nucleares ofensivos que redujo las ojivas emplazadas en portadores a 1.700-2.200 unidades y este nivel debe entrar en vigor a partir de diciembre de 2012.
El nuevo tratado acordado por Medvédev y Obama prevé que la reducción del armamento nuclear de Rusia y EEUU debe ser mayor que el establecido en tratado de Moscú suscrito en 2002.
Ante la posibilidad de un conflicto nuclear, en lugar de tener como blanco las ciudades rusas más importantes, los científicos proponen al Pentágono que apunte sus misiles balísticos intercontinentales (MBI) contra las instalaciones económicas claves, cuya destrucción conduzca, "a la paralización total de la economía rusa".
La FAS es una de las organizaciones no gubernamentales más prestigiosas y antiguas de EEUU. La entidad fue fundada en 1945 como la Federación de Científicos Nucleares, porque la mayoría de sus fundadores participaron en proyecto Manhattan, el programa secreto estadounidense para fabricar la bomba atómica.
Entre otras actividades, la organización desarrolla investigaciones en la temática del balance militar y nuclear a nivel mundial, la disuasión o contención estratégica nuclear y el desarme.
De acuerdo a un informe elaborado por la FAS, la actual doctrina de contención estratégica nuclear de apuntar los MBI contra las fuerzas nucleares y las grandes urbes del adversario es caduca e ineficaz.
Para lograr que el adversario sufra las denominadas "pérdidas inadmisibles", el objetivo del ataque nuclear, ahora los científicos estadounidenses consideran que basta con atacar los objetivos vitales para la economía, porque una vez destruidos, el adversario queda sin posibilidades de continuar la guerra.
La lista de blancos en el territorio de Rusia suficientes para una "disuasión efectiva" incluye doce núcleos económicos clave.
Entre ellos figuran los complejos metalúrgicos de Magnitogorsk, Nizhni Tagil y de Cherepovets, la planta productora de Norilski Níquel, dos fábricas de aluminio, las refinerías de Omsk, Angarsk y Kirishi y las centrales eléctricas de Sredneuralsk (zona de los Urales) y las de Berezovo y Surgut en Siberia.
En realidad, la concepción propuesta por los científicos de la FAS no es nada nueva.
Los planes elaborados en la época de la Guerra Fría por ambas potencias establecían la destrucción de las empresas de importancia vital para las economías de las partes enfrentadas, simultáneamente a la destrucción del potencial bélico y las tropas del adversario.
La diferencia radica únicamente en que la estrategia propuesta reconoce el hecho de que para asestar "pérdidas inadmisibles" a un país desarrollado ya no hay necesidad de aniquilar decenas de millones de personas de la población civil y destruir todas sus Fuerzas Armadas.
Ahora sólo basta con paralizar su economía y el país pierde la posibilidad de continuar la guerra y el colapso económico y sus consecuencias, puede causar tantas víctimas como un bombardeo nuclear.
La nueva doctrina nuclear de EEUU tiene en cuenta que puede concertarse una considerable reducción de los potenciales nucleares de EEUU y de Rusia. También tiene en cuenta el desarrollo de sistemas de defensa antimisiles (DAM) y la superioridad de sus fuerzas convencionales.
Actualmente, a EE UU le conviene reducir el nivel de confrontación nuclear, porque al fin de cuentas, esa reducción le permitirá contar con obtener la victoria en el caso de un posible conflicto nuclear con Rusia.
Al mismo tiempo, esa reducción es contraproducente para Rusia.
Actualmente, nuestro país no puede quedar con un potencial nuclear que pueda ser interceptado por el DAM estadounidense.
La única forma que tiene Rusia para contrarrestar la nueva doctrina nuclear estadounidense es mantener una postura firme en las negociaciones sobre la reducción del arsenal estratégico nuclear.
En esas negociaciones, los intereses de Rusia se pueden enmarcar en el cumplimiento de cuatro condiciones.
Primero. Establecer la limitación exacta tanto máxima como mínima de los potenciales nucleares de ambos países.
El límite máximo es indispensable, porque evitará el comienzo de una carrera armamentista de alto costo, y el límite mínimo porque impedirá que los potenciales nucleares se reduzcan a niveles que puedan ser interceptados por sistemas DAM.
Segundo. Debe fijar una reducción y limitación estricta del denominado potencial recuperable (ojivas y misiles que se guardan en depósitos).
Tercero. Imponer restricciones al desarrollo de sistemas de defensa antimisil (DAM) que garanticen la defensa de ataques masivos de MBI con ojivas múltiples de guiado autónomo.
Al mismo tiempo, debe permitir el desarrollo de sistemas DAM para la defensa de ataques contra misiles de corto y medio alcance y también contra lanzamientos individuales de BMI desde silos o rampas de lanzamiento.
Finalmente, limitar el desarrollo de armas convencionales de alta precisión y largo alcance (misiles de crucero convencional) que se puedan utilizar para atacar las fuerzas nucleares del adversario.
El cumplimiento de estas condiciones permitirá a Rusia seguir siendo una de las dos principales potencia nucleares del mundo a pesar de la adopción de nuevas concepciones de disuasión estratégica.
En el caso contrario, su arsenal nuclear no podrá garantizar la seguridad del país de una agresión nuclear.
Ilia Kramnik
LA OPINIÓN DEL AUTOR NO COINCIDIRÁ OBLIGATORIAMENTE CON LA DE RIA NOVOSTI
(12 blancos en Rusia para misiles nucleares de EEUU. Infografía)
"Rusia y Estados Unidos se están preparando profundamente para las próximas conversaciones bilaterales en un acuerdo nuevo y de formato completo para sustituir el Tratado de Reducción de Armas Estratégicas (START). El primer contacto oficial sobre este asunto va a tener lugar en Roma el 24 de abril", dijo el día 16 el vocero Andrei Nesterenko en una conferencia de prensa.
El primer contacto tiene el objetivo de emprender negociaciones de acuerdo con las instrucciones de los presidentes ruso y estadounidense, Dmitry Medvedev y Barack Obama, "acordadas en la cumbre del G-20 en Londres el 1 de abril", dijo Nesterenko.
El contacto va a estar seguido por una reunión entre el ministro ruso de Relaciones Exteriores, Sergei Lavrov, y la secretaria de Estado estadounidense, Hillary Clinton, en mayo.
Obama será informado sobre el progreso de las negociaciones durante su visita a Moscú en julio, dijo Nesterrnko.
Moscú también acoge el apego estadounidense a la ratificación del Tratado de Prohibición Total a los Ensayos Nucleares (CTBT), que declara ilegales las explosiones nucleares y establece un régimen de verificación para monitorear su cumplimiento.
La aplicación de estos planes "naturalmente será un avance importante para la puesta en vigor del tratado y enviará una señal positiva a otros estados", dijo Nesterenko.
La declaración conjunta emitida por Medvedev y Obama el 1 de abril indica que los dos países elaborarán un acuerdo "nuevo, amplio y legalmente obligatorio" sobre la reducción y limitación de las armas ofensivas estratégicas.
El START I, firmado en 1991 entre Estados Unidos y la entonces Unión Soviética, puso un límite de 6.000 ojivas nucleares estratégicas y de largo alcance a cada parte y permitió las inspecciones de armas.
El subsecuente tratado de 2002 firmado en Moscú, el Tratado sobre Reducción Ofensiva Estratégica (SORT), pidió reducir las ojivas nucleares a entre 1.700 y 2.200 para fines de 2012, pero no emitió ninguna disposición para la verificación.
Si el START expira en diciembre sin un tratado que le dé seguimiento, el SORT quedará sin un sistema obligatorio legalmente para la verificación.
La declaración conjunta dice que el nuevo tratado establecerá límites más bajos de armas estratégicas que el Tratado 2002.
Se calcula que Estados Unidos tiene desplegadas al menos 2.200 ojivas nucleares estratégicas, mientras que Rusia tiene entre 2.000 y 3.000.
(Xinhua)
Se deben tener en cuenta factores como el proyecto estadounidense de emplazar elementos del sistema de defensa antimisiles en República Checa y Polonia, así como el estado de las fuerzas regulares nacionales, advirtió.
Insisto en la necesidad de un análisis multifacético de las relaciones estratégicas castrenses entre Rusia y Estados Unidos con la participación de los mejores especialistas en la esfera de seguridad, subrayó el académico.
Interrogado acerca del Tratado de Eliminación de Armas Ofensivas (START-1, siglas en inglés), que caduca en diciembre de 2009, expresó que no comparte la idea de prorrogarlo como proponen las autoridades estadounidenses.
Ellos lo destruyeron al salirse del acuerdo sobre defensa antimisil, y se requiere uno nuevo, indicó el ex jefe del Estado Mayor del Ejército ruso.
A las dificultades que deberán ser allanadas antes de la firma de un nuevo convenio, se refirió el mayor general Vladimir Dvorkin, investigador del Centro de Seguridad Internacional del Instituto de Economía Mundial de Rusia.
Ante todo resulta imprescindible una regla común para contabilizar las ojivas nucleares de ambas partes porque en los últimos años afloraron muchas contradicciones sobre este punto, comentó.
Agregó que a la Federación rusa le preocupa el denominado potencial recuperable de Estados Unidos, que no destruye definitivamente esos arsenales, sino que los almacena.
En una situación de crisis podrían ser retornados a los portadores, y sobre la base de esta posibilidad el armamento estratégico estadounidense podría superar al de Rusia, explicó Dvorkin.
La presencia de los elementos del sistema de defensa antimisiles (DAM) de Washington en países de Europa del Este es el segundo gran obstáculo para las pláticas en sus inicios, que señaló el mayor general.
El viceministro de Asuntos Exteriores Serguei Riabkov, por su parte, alertó respecto a las expectativas por la reunión que hoy se inicia en Roma.
Es sólo un primer contacto de reconocimiento en torno al tema de los armamentos estratégicos ofensivos, señaló.
Después del encuentro de Roma los debates continuarán durante la visita que efectuará el canciller Serguei Lavrov a Washington en mayo próximo, anunció.
El vicecanciller expresó confianza en que Estados Unidos al igual que Rusia esté dispuesto a reducir no sólo los arsenales sino los portadores.
Anatoli Antonov, director de la cancillería para Asuntos de Seguridad y Desarme, encabezará la delegación rusa en Roma, mientras que por Estados Unidos estará al frente la subsecretaria de Estado Rose Getemuller, informó el Primer Canal de televisión.
Se espera que las partes lograrán concertar los términos de un nuevo tratado que sustituya el Tratado sobre Armas Estratégicas Nucleares (START-1, según las siglas en inglés), válido a partir 1994, y cuya vigencia expira el próximo 5 de diciembre de 2009.
El asunto es que ni Moscú ni Washington pueden esperar hasta diciembre.
El tratado o acuerdo que se discutirá en Roma, debe estar listo para julio, cuando se realizará la visita del presidente estadounidense, Barack Obama a Moscú.
Como impone cualquier cumbre de alto nivel, Obama y el presidente ruso, Dmitri Medvédev deben firmar algún documento importante, y a excepción de ese tratado, hasta el momento, los presidentes no tienen nada relevante que firmar.
Por esa razón, los funcionarios rusos y estadounidense trabajan a marchas forzadas. Dos meses es un plazo muy corto para madurar un nuevo tratado de desarme nuclear, sin embargo, con la suficiente voluntad política siempre será posible concluir a buen término esa empresa prevista.
Así, el ministro de Asuntos Exteriores de Rusia Serguei Lavrov y la Secretaria de Estado Hillary Clinton se reunirán el próximo 7 de mayo en Washington para evaluar el trabajo hecho por los expertos en relación al tratado de desarme.
En una audiencia reciente ante el Congreso estadounidense, Clinton reportó: "hemos logrado ciertos avances con Rusia en la búsqueda de un tratado que sustituya al tratado START-1 y vamos a continuar marchando en esa dirección".
Por supuesto que nadie puede prohibir a EEUU "marchar en esa dirección", el asunto es ¿cómo y hacia dónde?
En Rusia y EEUU predomina la opinión de que en materia del arsenal estratégico nuclear hay que avanzar hacia una reducción mucho más amplia que la establecida en el START-1.
¿Por qué?
En primer lugar porque los parámetros de reducción establecidos en el START-1 ya fueron cumplidos por ambos países en el plazo previsto, exactamente, en diciembre de 2001.
Recordamos que el START-1 obligó a ambas partes reducir la cantidad de portadores desplegados (listos para un ataque) hasta 1.600 unidades y el número de ojivas hasta 6.000 unidades por cada país.
Así, para diciembre de 2001, Rusia tenía 1.136 portadores y 5.518 ojivas nucleares y EEUU 1.237 portadores y 5.948 ojivas con cargas atómicas.
Según los últimos datos suministrados por el Departamento de Estado de EEUU, para el 1 de enero de 2009 Moscú tenía 814 portadores y 3.909 ojivas nucleares, mientras que EEUU contaba con 1.198 portadores y 5.576 ojivas.
A pesar de la ventaja numérica de portadores y ojivas estadounidenses, Rusia aventaja a EEUU por el peso (capacidad destructiva) de sus ojivas nucleares en al menos 600 toneladas métricas.
Un segundo factor a favor de la reducción es el mantenimiento de esos arsenales, que se han convertido en un proceso muy costoso y complicado, incluso para EEUU, si se tiene en cuenta la actual situación de crisis económica, situación que para Rusia es todavía aún más aguda.
Pero todavía quedan argumentos de peso. Si el START-1 no es sometido a una revisión y actualización cualitativa como aspira Rusia, se podrá decir "adiós" a otro tratado de desarme nuclear muy importante suscrito entre Rusia y EEUU.
Firmado en 2002 por el entonces presidente estadounidense George W. Bush, y su homólogo ruso, Vladímir Putin, el tratado en cuestión prevé la reducción de las armas estratégicas ofensivas de Estados Unidos y Rusia hasta 1.700 y 2.200 unidades para 2012.
Lo que pasa es que el sistema de verificación y control del tratado Bush-Putin depende completamente del sistema de comprobación establecido en el START-1. En general, las enmiendas posibles aplicables a ambos tratados son tales, que en el caso de que algunas de la partes exprese voluntad, será relativamente fácil acordar una reducción más profunda que la prevista en el START-1.
En tiempos pasados, siempre que la Unión Soviética y EEUU se reunían para acordar cómo amputar las partes de sus cuerpos nucleares, las opiniones de los cirujanos nunca coincidían.
Por ahora, parece que la Administración Obama no ha preparado nada especial en este campo, en Moscú el interrogante en boga es ¿no habrá sorpresas en la reunión de mayo en Washington?
Rusia y EEUU coinciden en la necesidad de reducir su arsenal de ojivas nucleares estratégicas y destacan la importancia de reconsiderar los términos del START-1. En este sentido, la postura de Obama no se diferencia en mucho de la postura de su antecesor Bush.
Más exactamente, al final del período de la Administración Bush, cuando la Casa Blanca aceptó la tesis de que precisamente en el marco del START-1 se puede concertar una reducción más amplia del arsenal nuclear de ambos países.
En resumidas cuentas, actualmente se puede afirmar que Washington y Moscú en ningún momento se han pronunciado en contra de la reducción sus arsenales estratégicos nucleares.
Pero como ocurre en la mayoría de las ocasiones, los escollos aparecen cuando llega el momento de estudiar los detalles.
Y entre más insignificantes sean esos detalles, más fácil se convierten en una especie de "demonios" que ambas partes defienden con especial encono en las negociaciones.
Parece que se cumple lo que alguna vez dijo el célebre irlandés Bernad Shaw cuando afirmó que cada nación siente una oculta simpatía por sus propios instintos malignos.
Otro aspecto importante que influye en el destino del nuevo tratado ruso-estadounidense de desarme, es que todavía no ha concluido la revisión de la doctrina nuclear estratégica de la Casa Blanca, labor que debe concluir en el próximo otoñó boreal (de septiembre a noviembre).
Para que el congreso de EEUU y el parlamento ruso puedan ratificar el tratado antes del 5 de diciembre, el Kremlin y la Casa Blanca deben firmar el tratado de desarme antes de agosto.
Expertos en EEUU consideran que el proceso del tratado ruso-estadounidense se realizará en dos etapas.
En una primera etapa se acordará un acuerdo de verificación, inspección y control para la reducción de las ojivas nucleares de ambos países hasta 1.500 unidades cada uno, acuerdo que podría ser firmado por Medvédev y Obama en julio próximo en Moscú.
En una segunda etapa el año próximo, las partes acordarán reducir la existencia de ojivas estratégicas hasta 1.000 unidades y reducir a la mitad, entre 600 ó 700 unidades los portadores. En este caso, EEUU tendrá que reducir más armamentos que Rusia.
En principio, los dos países están de acuerdo en la reducción máxima, pero a partir de esa premisa comienzan las dificultades.
Como siempre, los estadounidenses intentarán excluir parte de sus misiles estratégicos del marco de la reducción.
Esto se hace en consonancia con la nueva doctrina propuesta por el ex presidente Bush de que EEU debe estar preparado para asestar "ataques globales adecuados".
Para su realización, parte de los misiles balísticos intercontinentales (MBI) serán acondicionados con cargas convencionales para asestar ataques demoledores a las organizaciones terroristas.
Pero el MBI provisto con carga convencional fácilmente podrá ser cargado de nuevo con su ojiva nuclear, y en consecuencia, en el nuevo tratado será muy complicado establecer la definición y régimen de los MBI con ojivas convencionales.
Además, entre más profunda sea la reducción del arsenal estratégico de EEUU y Rusia, con más seriedad deberá estudiarse la situación de las fuerza nucleares de Francia, Inglaterra, China, India y Pakistán, porque la influencia de esos arsenales en el balance nuclear global aumentará considerablemente.
A pesar de todos los inconvenientes enumerados anteriormente, el tratado de reducción del arsenal estratégico es muy favorable para Rusia.
En asuntos relacionados con la modernización de los portadores balísticos estratégicos, nosotros estamos muy rezagados en comparación con EEUU, y ni los MBI Tópol-M móviles, ni los Bulavá de emplazamiento en submarinos que actualmente desarrolla la industria militar rusa podrán cambiar esa situación.
Sin tapujos, cualquier limitación del arsenal estratégico será favorable a Moscú.
Por lo visto, Rusia tendrá que aceptar muchas de las propuestas que haga EEUU si no quiere que sean más grandes las diferencias en materia de eficacia y operatividad del armamento estratégico nuclear a medio y largo plazo.
Si no se firma un nuevo acuerdo de reducción del armamento nuclear no ocurrirá ninguna catástrofe, sencillamente con el tiempo, esa diferencia se convertirá en una desventaja, y que de paso, podrá ser muy profunda.
Andrei Fediashin
LA OPINIÓN DEL AUTOR NO COINCIDIRÁ OBLIGATORIAMENTE CON LA DE RIA NOVOSTI
"Las consultas se celebraron el viernes en Roma y fueron muy fructíferas, y ahora esperamos poder continuarlas y firmar un nuevo tratado porque el actual expira en diciembre que viene", comentó Riabkov.
El diplomático confirmó que las conversaciones con EEUU sobre la reducción de armas ofensivas estratégicas comenzarán en mayo en Washington.
El “Tratado sobre la Reducción y Limitación de Armas Estratégicas Ofensivas” (START I), que entró en vigencia en 1994, vencerá el 5 de diciembre de este año, de modo que el logro de un tratado substituto antes del vencimiento de ese tratado es una tarea apremiante para las partes estadounidense y rusa. En abril de 2008, el entonces presidente ruso Putin y el entonces presidente estadounidense Bush llegaron en su encuentro en Sochi a un consenso básico sobre la futura reducción de armas estratégicas. Sin embargo, Estados Unidos y Rusia han tenido frecuentes fricciones en torno al problema antimisil y el conflicto ruso-georgiano en agosto de 2008 hizo más tensas las relaciones estadounidense-rusas, de manera que las consultas entre las partes estadounidense y rusa en torno al desarme nuclear quedaron estancadas.
Con la asunción sucesiva de los nuevos presidentes ruso y estadounidense, los dos países “reiniciaron” sus relaciones bilaterales, de modo que ante el problema del desarme nuclear aparecieron nuevas oportunidades. En resumen, tanto Estados Unidos como Rusia han expresado su explícito apoyo a alcanzar un nuevo tratado de desarme verificable y con fuerza de obligatoriedad jurídica; tanto Estados Unidos como Rusia desean reparar, a través de las negociaciones sobre el desarme nuclear, las relaciones bilaterales afectadas en los úlltimos años.
No obstante, entre Esstados Unidos y Rusia siguen existiendo importantes divergencias sobre el problema del desarme nuclear. Un análisis indica que los representantes de EEUU y Rusia mostraron su satisfacción por las negociaciones de Roma, pero la auténtica medida de fuerza comenzará en el encuentro de los cancilleres de ambos países el próximo mes en Washington. Para lograr un nuevo tratado sobre el desarme nuclear, las partes estadounidense y rusa necesitan resolver ante todo algunos problemas esenciales y técnicos. En primer lugar, el problema de la defensa antimisil. Tras retirarse Estados Unidos del tratado antimisil, el desarrollo de su capacidad antimisil ya no tiene ninguna restricción. Rusia tiene razón para preocuparse porque a medida de la enorme reducción de armas nucleares de la parte rusa, el futuro desarrollo de la capacidad antimisil estadounidense afecte al efecto de la disuasión nuclear rusa. El reajuste de la política de defensa antimisil por parte de la Administración Obama será susceptible de resolver esta dificultad; pero, cómo cooperar EEUU y Rusia en el problema de defensa antimisil y resolver las preocupaciones rusas por la seguridad, será un contenido esencial de las negoaciones sobre un nuevo tratado.
En segundo lugar, Rusia desea que el nuevo tratado no sólo reduzca el número de ojivas nucleares, sino que también restrinja los portadores de armas estratégicas. Además, Rusia también desea que ambas partes destruyan las ojivas nucleares reducidas. Esta propuesta rusa no corresponde al gusto de EEUU, pues éste desea reducir primero el número de ojivas nucleares en estado de guardia para el combate, pero no tiene intención de tratar integralmente el depósito de armas nucleares.
En tercer lugar, Rusia también pide que el nuevo tratado estipule que ninguna de las partes debe desplegar armas estratégicas fuera de su propio país, lo que constituye un reto contra la “disuación extensiva” de Estados Unidos. Rusia desea al mismo tiempo que las negociaciones relacionen con el problema de la desmilitarización del espacio exterior, lo que también es algo que no está dispuesto a aceptar Estados Unidos..
Las divergencias estadounidense-rusas sobre el desarme nuclear son profundas y complicadas. En los siete meses y algo más para el vencimiento del viejo tratado, es algo que llamará la atención de la gente cómo disipar ambas partes estas divergencias y abrir un nuevo capítulo.
(Pueblo en Línea)
Los dos funcionarios se reunieron hoy en Washington, por primera vez desde que se vieran en Ginebra en marzo pasado y apretaran el "botón de reinicio" de las relaciones entre ambos países, que sufrieron tensiones en los últimos ocho años.
En declaraciones a la prensa tras su reunión, Clinton indicó que ambos abordaron cómo pueden, "mediante esfuerzos conjuntos, establecer un estándar y un ejemplo para mejorar la seguridad de las instalaciones nucleares e impedir la proliferación de material nuclear en el mundo".
Los presidentes de los dos países, Barack Obama y Dmitri Medvédev, acordaron el pasado 1 de abril, en una reunión en Londres al margen de la cumbre del G20, tratar de completar para antes de fin de año un nuevo tratado para la reducción de sus arsenales nucleares que sustituya al START, suscrito en 1991 y que expira el próximo diciembre.
Los negociadores de ambos países, indicó Clinton, ya han comenzado las tareas para ello.
Según indicó Lavrov, "Rusia y Estados Unidos, como las dos potencias nucleares más importantes, pueden ponerse al timón de esta cuestión e implicar a otros".
Pese a que resaltaron los avances en este asunto, los dos jefes de las diplomacias de sus países indicaron que persisten al menos parte de los desacuerdos que motivaron las tensiones entre Washington y Moscú en los últimos tiempos.
Entre ellos figura la situación de Georgia, donde tropas rusas permanecen en territorio de ese país tras la invasión de agosto pasado y donde Tbilisi ha acusado a Moscú de suscitar un levantamiento militar poco antes de unas maniobras militares a las que Rusia se opone.
"Hemos hablado de la situación en el Cáucaso. Es cierto que mantenemos diferencias obvias y no las escondemos, pero estamos de acuerdo en una cosa, que tenemos que hacer lo que podamos para conseguir la estabilidad allí", afirmó Lavrov.
La reducción de los arsenales, destacó el ministro, es "demasiado importante, tanto para Estados Unidos como para Rusia y el resto del mundo" como para permitir que las diferencias sobre un país en particular la bloqueen.
Por su parte, Clinton afirmó que el hecho de que ambos países tengan "desacuerdos en un área" no quiere decir que no vayan a "colaborar en otros asuntos de importancia crucial".
Ambos mandatarios abordaron también, entre otros asuntos, la cooperación para conseguir el fin de los programas nucleares en Irán y Corea del Norte, según indicaron.
El presidente estadounidense, que viajará a Moscú en julio para una cumbre con Medvédev, tiene previsto recibir esta tarde a Lavrov en la Casa Blanca, en un gesto que el mandatario estadounidense normalmente solo reserva a jefes de Estado y de Gobierno.
(Con información de EFE/MVC)
El Tratado START fue suscrito en 1991 y obliga a Washington y Moscú reducir las cabezas nucleares a 6.000 unidades, y sus vectores (misiles balísticos intercontinentales, misiles balísticos lanzados desde submarinos y bombarderos pesados), a 1.600 por cada parte. El documento vence el 5 de diciembre de 2009.
En 2002, en Moscú fue firmado un acuerdo adicional sobre la reducción de armas ofensivas estratégicas que reducía hasta un nivel de 1.700 a 2.200 unidades las cargas nucleares desplegadas por cada parte. Ese nivel deberá ser alcanzado hacia diciembre de 2012.
Durante su encuentro celebrado el 1 de abril en Londres, los presidentes de Rusia y de EEUU, Dmitri Medvédev y Barack Obama, encomendaron a sus respectivos negociadores iniciar conversaciones sobre el nuevo tratado de armas ofensivas estratégicas (START) e informar sobre los resultados para el mes de julio.
Programada para el 19 y 20 de mayo, esta ronda transcurrirá luego del encuentro de los presidentes Dmitri Medvédev y Barack Obama en Londres el 1 de abril, y de las conversaciones de Lavrov y su par estadounidense, Hillary Clinton, el 7 de este mes.
No se trata de un simple intercambio de criterios, sino el paso a un análisis sobre el futuro del acuerdo con propuestas concretas de las partes, indicó recientemente la cancillería rusa.
Por Rusia encabeza las consultas el director del departamento de asuntos de seguridad y desarme del Ministerio de Relaciones Exteriores, Anatoli Antonov.
Al frente de la delegación norteamericana viajó la subsecretaria de Estado, Rose Gottemoeller.
El Kremlin exige a la Casa Blanca la firma de un nuevo START en sustitución del vigente, cuyo plazo expira el 5 de diciembre.
Rusia quiere avanzar hacia una auténtica reducción armamentista, fijar los arsenales nucleares por debajo de los límites actuales de mil 700 a dos mil 200 ojivas, además de incluir la limitación de los portadores de cabezas nucleares.
Otro punto clave, que según Rusia deberá contemplar el nuevo acuerdo, es la destrucción de las ojivas atómicas desactivadas, toda vez que en una situación de crisis el potencial almacenado puede ser reincorporado.
El futuro documento, demorado por Estados Unidos desde 2005, deberá refrendar la prohibición de ensayos nucleares subterráneos e impedir los planes de militarización del cosmos, que anunció el ex presidente George W. Bush.
Durante su reciente visita de trabajo a Washington, el canciller ruso dijo que la variante actual del START-1 (1991) no puede servir de instrumento efectivo para el control de los armamentos estratégicos.
No vemos sentido en una prórroga, expresó Lavrov, en referencia a las propuestas formuladas por Washington con anterioridad para dilatar la elaboración de un nuevo tratado.
Es vital que los dos países acuerden un desarme nuclear verificable e irreversible, agregó.
Un mundo sin armas nucleares es una agradable imagen, dijo el funcionario al periódico China Daily, tras regresar de una sesión en Naciones Unidas del comité preparatorio para la revisión del Tratado de No Proliferación Nuclear, prevista para el próximo año.
Según Cheng, por primera vez en 15 años la sesión preparatoria logró redactar una orden del día para la revisión del Tratado que fuera aceptable, tanto para las potencias nucleares como para los países no nucleares.
De todas maneras, el diplomático cree que las discusiones sobre la capacidad nuclear de algunos países puede causar todavía problemas con vistas a la conferencia de revisión.
El gobierno chino se opone a cualquier forma de proliferación nuclear y rechaza el uso de la no proliferación como una excusa para obstaculizar la aplicación pacífica de la energía nuclear, dijo el experto chino.
Agregó que la posición de su país respecto a la no proliferación ha sido consecuente desde que realizó su primera prueba nuclear en 1964, y en ese sentido China ha sido una parte activa en el desarme nuclear.
"El principio universal del acuerdo ha de ser igual seguridad de las partes, así como la preservación de la paridad en lo relativo a la estabilidad estratégica", subrayó Lavrov en rueda de prensa celebrada en Moscú.
El canciller ruso resaltó que para lograr este objetivo habrá que tomar en cuenta toda una serie de factores, entre ellos, el tema de defensa antimisil, el despliegue de armas ofensivas en la órbita extraterrestre, la creación de ojivas convencionales y la situación del armamento clásico en general.
Las consultas ruso-estadounidenses que se desarrollan estos días en Moscú, con vistas a la suscripción de un nuevo acuerdo sobre la reducción de arsenales estratégicos, se centran en "aspectos muy concretos", dijo. El futuro documento, agregó, debe suponer "un avance sustancial" en comparación con el Tratado START que expira en diciembre próximo.
Según las fuentes, al frente del equipo negociador ruso está el director del Departamento de Seguridad y Desarme, Anatoli Antonov, mientras encabeza la delegación estadounidense la asesora de la secretaria norteamericana de Estado, Rose Gottemoeller, que durante largo tiempo dirigió el Centro Carnegie en Moscú.
La reunión en Moscú será el primer encuentro oficial sobre desarme nuclear después de una serie de consultas informales celebradas por las partes tras la llegada a la Casa Blanca de Barack Obama.
"Durante las consultas las partes llegaron a la conclusión compartida de que existen buenas posibilidades de acercar las posiciones de los dos países y alcanzar acuerdos en beneficio de la no proliferación global que permitan continuar el control en materia de armas nucleares estratégicas", manifestó la semana pasada el canciller ruso, Serguei Lavrov.
Según los expertos rusos, Antonov y Gottemoeller deben redactar el borrados de un acuerdo marco que podría ser firmado en la cumbre ruso-estadounidense en julio próximo como base del futuro tratado de reducción de arsenales nucleares estratégicos (START).
El plazo de vigencia del Tratado START anterior expira en diciembre de 2009. En el encuentro celebrado en Londres el 1 de abril pasado en el marco de la cumbre del G-20, los presidentes de Rusia y de EEUU, Dmitri Medvédev y Barack Obama, acordaron entablar las conversaciones sobre un nuevo acuerdo.
Según Medvédev, se trata de un "nuevo acuerdo global en sustitución del Tratado START" que debe limitar tanto las cabezas nucleares como los vectores (misiles balísticos intercontinentales, misiles balísticos lanzados desde submarinos y bombarderos pesados).
El presidente ruso insiste en incluir en el nuevo documento la cláusula que prohiba instalar armas estratégicas fuera del territorio nacional de las partes contratantes.
El Tratado de Reducción de Armas Estratégicas (START), firmado por la URSS y EEUU en 1991, obligaba a Moscú y Washington a recortar de 10.000 a 6.000 las cabezas nucleares a disposición de cada parte.
El Tratado START II, suscrito por Rusia y EEUU en 1993, estipulaba una reducción más sustancial de cabezas nucleares y misiles balísticos intercontinentales. Rusia abandonó este tratado en 2002 en respuesta a la retirada de EEUU del Tratado ABM de 1972 que prohibía la creación de sistemas de defensa antimisiles.
Rusia y EEUU alcanzaron en mayo de 2002 un acuerdo bilateral sobre la reducción de las cabezas nucleares hasta los niveles entre 1.700 y 2.200 unidades para cada parte hacia el 31 de diciembre de 2012.
Rusia espera "un fructífero intercambio de opiniones y enfoques" que permita a los dos países avanzar hacia "acuerdos mutuamente aceptables", indicó el lunes el ministro ruso de Asuntos Exteriores, Sergei Lavrov.
Las negociaciones de dos días "no serán sólo un intercambio de opiniones, sino una transición hacia un debate significativo sobre el futuro tratado, en el que las partes aportarán sus propuestas particulares", señaló una fuente del Ministerio de Asuntos Exteriores de Rusia el viernes.
El Tratado para la Reducción de Armamento Estratégico (START I), que expirará en diciembre de este año, limita a 6.000 las cabezas nucleares estratégicas o de largo alcance en cada parte. El tratado de Moscú que lo sustituirá aboga por reducir las cabezas nucleares a entre 1.700 y 2.200 hacia finales de 2012.
El presidente ruso Dmitry Medvedev y su homólogo estadounidense Barack Obama acordaron en su primera reunión, en Londres a principios de abril, negociar un tratado para reemplazar al START I a finales de este año.
(Xinhua)
"Las consultas se celebraron en Moscú los días 27 y 28 de mayo en el marco de los preparativos del encuentro sobre desarme al más alto nivel convocado para julio en la capital rusa", señala el comunicado.
Las delegaciones de Rusia y de EEUU estuvieron encabezadas en las consultas por el viceministro ruso de Asuntos Exteriores, Serguei Riabkov, y el embajador estadounidense para misiones especiales, Stephen Mull.
Aparte de las cuestiones político-militares, las partes también examinaron la cooperación ruso-estadounidense en asuntos regionales, informó la cancillería rusa.
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