«« | »» |
EEUU sin detalles del plan de rescate |
Lucha en tres frentes: crédito, banca y bienes raíces.
El secretario estadounidense del Departamento del Tesoro, Timothy Geithner, presentó ayer el esperado plan de rescate financiero del gobierno, prometiendo actuar de forma rápida y contundente para normalizar los mercados de crédito. La falta de detalles, sin embargo, provocó una áspera reacción del mercado y el Promedio Industrial Dow Jones cerró con una caída de 4,6%.
Geithner anunció una serie de iniciativas, cuyos lineamientos ya se conocían. Estas incluyen una nueva ronda de inyecciones de capital en los bancos, la expansión de una línea de crédito de la Reserva Federal (Fed) y una alianza entre el gobierno y el sector privado para librar a los bancos de sus activos tóxicos. Las medidas buscan hacer circular entre US$1 billón (millón de millones) y US$2 billones en financiamiento en la economía para reanimar los mercados de préstamos para las personas y las empresas.
El gobierno se comprometió a gastar US$50.000 millones para detener las ejecuciones hipotecarias, pero dijo que los detalles del plan serán definidos en las próximas semanas.
Inversionistas y economistas señalaron que el gobierno parecía encaminado en la dirección correcta, pero se preguntan si los programas empezarán a surtir efecto pronto dadas las numerosas preguntas que aún quedan sin respuesta. "Soy muy escéptico de que este plan alcanzará los objetivos deseados", señaló Gerry Ford, un multimillonario de Texas que ha estado apostando a los bancos en problemas. En particular, Ford aseveró que era "difícil entender" cómo el gobierno y los inversionistas privados cooperarán para fijar un precio para los activos tóxicos que están socavando la confianza en el sistema bancario.
En una conferencia del Foro Estadounidense de Titularización en Las Vegas, un grupo de aproximadamente 50 personas dejó su desayuno para mirar el discurso de Geithner en televisión, en medio de risas burlonas mientras el Dow Jones perdía 200 puntos. El indicador cerró con un descenso de casi 382 puntos, un 4,6%, en 7.888 unidades.
La ausencia de detalles subraya los problemas espinosos en el epicentro de la crisis, muchos de los cuales no son de fácil solución. El gobierno ha descartado medidas radicales, como la estatización del sistema bancario o la infusión incondicional de enormes montos de efectivo en los bancos. Las opciones disponibles, por lo tanto, son limitadas y exigen compromisos.
"Como saben, esto es extremadamente complicado", dijo Geithner a la cadena de televisión por cable CNBC. "Estamos siendo excepcionalmente cuidadosos para asegurarnos de que el contribuyente esté protegido, que estemos asumiendo riesgos que entendamos y que estemos usando estos recursos de tal manera que generen el mayor impacto para revivir estos mercados". Geithner calificó la estructura básica del plan como la mejor manera de normalizar el funcionamiento de los mercados con el menor riesgo posible para los contribuyentes.
El gobierno aclaró que la falta de detalles era intencional y que pretende trabajar con el Congreso y el público para darle forma a los planes.
En parte, el Tesoro estaba tratando de evitar una repetición de los errores cometidos por Henry Paulson, el secretario del Tesoro del gobierno de George W. Bush, a quien se le acusó de hacer cambios a su plan de rescate financiero sin consultarlos previamente con el Congreso.
La falta de especificaciones deriva de otros factores, incluyendo la complejidad de los temas que se manejan. El gobierno también estaba bajo presión para anunciar rápidamente un plan y tenía personal limitado a menos de un mes de haber asumido.
Los cálculos políticos agravaron la situación, incluida la decisión de no realizar muchas consultas con el equipo de Paulson, según funcionarios del gobierno de Obama. El equipo del presidente estudió durante semanas los mismos temas que dificultaron los esfuerzos de Paulson, incluyendo cómo manejar la cuestión de los activos tóxicos en el corazón de la crisis financiera.
Durante un tiempo, el equipo de Obama consideró establecer un llamado "banco tóxico" en donde el gobierno compraría activos en problemas directamente a las instituciones financieras. La idea, no obstante, fue desechada al ser considerada demasiado costosa y difícil de poner en práctica, algo que el equipo de Paulson había concluido mucho tiempo atrás.
El equipo económico de Obama tampoco consultó a Wall Street sobre el plan de rescate, en un esfuerzo por evitar ser visto como socio de una industria muy difamada, afirman funcionarios. En los últimos días, altos ejecutivos bancarios han estado quejándose de haber sido dejados de lado en el proceso por el cual el gobierno de Obama delineó su más reciente plan de rescate.
Dos altos ejecutivos de un gran banco de Nueva York indicaron el martes que funcionarios del Tesoro les dijeron recientemente que no serían consultados sobre el plan de rescate hasta que Geithner hubiera revelado los lineamientos generales. Tras el anuncio del martes, los ejecutivos afirmaron que esperaban tener algún tipo de influencia para determinar cómo se administra el nuevo plan.
Una de las mayores preguntas del plan tiene que ver con la compra de activos tóxicos. La mayoría de los economistas concuerda en que librar a los bancos de estos activos es un paso esencial para la recuperación del sistema financiero.
Geithner indicó que el gobierno busca sanear los balances de los bancos mediante una asociación con el sector privado para comprar entre US$500.000 millones y US$1 billón de activos incobrables, pero no ofreció más detalles.
Fuentes cercanas señalaron que el gobierno aportaría fondos del paquete de rescate de US$700.000 millones al programa. El resto provendría de inversionistas privados y de otras fuentes públicas, como préstamos de la Fed o la venta de bonos del Tesoro. Aún no se ha determinado la estructura del llamado fondo de inversión.
(continue)

Etiquetas: conocimiento, medios, monopolios, multitud, politica.
Con tanto alto político junto y la que quizás sea la peor crisis desde 1929 cerniéndose sobre los mercados, no resulta extraño que la economía también fuera tema en las conversaciones surgidas más allá de los púlpitos.
Durante la Conferencia de Seguridad se enteró el Gobierno alemán que se quedaba sin ministro de Economía, que dimitió por motivos de edad.
También en Múnich, la canciller alemana, Angela Merkel, y el presidente francés, Nicolas Sarkozy, decidieron poner en marcha una iniciativa conjunta para reactivar la economía comunitaria.
Y se supo que el 22 de febrero los europeos del G-20 están invitados a reunirse en Berlín: Merkel quiere preparar con ellos el próximo encuentro del grupo de países, que tendrá lugar en 2 de abril en Londres y en el que participará por primera vez el presidente estadounidense, Barack Obama.
Y es que no sólo en cuestiones de desarme y multilateralismo pronuncia la nueva Administración palabras que al otro lado del Atlántico suenan a música celestial.
Un millonario paquete de medidas económicas llamadas a impulsar la coyuntura en Estados Unidos acaba de recibir el visto bueno del Senado: la señal de que en la barca todos reman gusta en Europa.
La cooperación internacional en estos malos tiempos que vienen es necesaria, dijo Merkel días atrás, y “con Barack Obama veo buenas posibilidades de avanzar”.
Los planes empiezan a perfilarse
Para prevenir la crisis ya es tarde. Ahora se trata de amortiguar sus efectos y “relanzar la coyuntura”.
Muchos países europeos, entre ellos Alemania, se han dotado de costosos paquetes y planes con medidas varias.
Hechos los deberes, en el Viejo Continente se esperaba que Estados Unidos hiciera lo propio e invertirse en su mercado porque, como reza el lema de esta recesión, “estamos ante una crisis global que necesita soluciones globales”.
La solución estadounidense empieza a perfilarse.
Por el momento, está valorada en unos 838.000 millones de dólares iniciales: ese es el monto que el Senado le concede a Obama para que “estimule” la economía del país.
Todos los senadores demócratas y sólo tres entre los republicanos votaron a favor del gigantesco desembolso.
El recuento final arrojó un resultado de 61 aprobaciones ante 36 papeletas en contra.
Ajustado, pero suficiente para que este proceso finalice este miércoles con el visto bueno a la ley.
El documento se llama oficialmente “Plan de Recuperación y Reinversión para Estados Unidos”.
Aproximadamente un tercio del dinero se destinaría a rebajas fiscales que deben alcanzar, según el presidente, al 95 por ciento de las familias estadounidenses.
Además, la estrategia incluye inversiones en infraestructura, energías renovables, transporte, sanidad y educación y ayudas a los Estados que están teniendo problemas a la hora de cumplir con sus presupuestos.
Pero sobre todo empleo debe traer el plan.
Según Obama, el paquete salvará o creará entre tres y cuatro millones de puestos de trabajo.
"En su núcleo, la idea es muy simple: poner a los estadounidenses de nuevo a trabajar haciendo el trabajo que necesita Estados Unidos”, resumió el presidente en Elkhart, un pueblo del Estado de Indiana que en 2008 ha visto triplicadas sus tasas de desempleo.
Con menos proteccionismo
Y con todo, una de las cosas que más alegran sobre todo a Europa y a Canadá es que Estados Unidos haya sacado adelante su plan de rescate haciendo algunas concesiones en el tema del proteccionismo.
Semanas se había pasado la canciller alemana recordando en cuanto escenario se preciase los peligros que conlleva el cierre de los mercados, y el peligro de que el peligro aumente con la crisis económica.
Finalmente, el Senado suavizó la llamada “cláusula buy american” y dejó el texto listo para ser votado sin tantos privilegios para los productos fabricados en Estados Unidos o, por lo menos, sin que éstos sean tratados preferentemente cuando ello contradiga “las obligaciones de Estados Unidos nacidas de los acuerdos internacionales”.
“La discusión sobre este asunto”, declaró Merkel al conocerse la noticia, “ha dejado claro que ningún país puede debatir solo su paquete, ni siquiera cuando se trata de los poderosos Estados Unidos de América”.
Sin tanto “buy american” y con más de 800.000 millones de dólares, Obama ya tiene plan. Europa respira aliviada.
El siguiente paso tendrá lugar el 2 de abril en Londres.
No han sido las únicas 'bajas' en el equipo del nuevo presidente de EEUU. También renunció a la nominación como secretario de Sanidad el ex senador Tom Daschle tras admitir que no declaró unos 128.000 dólares en concepto de impuestos durante tres años, principalmente por usar un coche y un chófer "regalo" de un multimillonario amigo demócrata.
Por su parte, Nancy Killefer, que iba a ser la encargada de supervisar la eficiencia presupuestaria del Ejecutivo, rechazó formar parte del Gobierno también por problemas con el fisco.
'Conflictos irresolubles'
Obama no hizo mención alguna a Gregg en un discurso que pronunció este jueves en una fábrica de Caterpillar en Illinois, que comenzó minutos después de que se conociese la renuncia de otro miembro de su gabinete.
Gregg, senador por New Hampshire, citó "conflictos irresolubles" con Obama en asuntos como el paquete de estímulo y la reforma del censo. "Antes de aceptar este puesto, discutimos éstas y otras potenciales diferencias, pero desafortunadamente no enfocamos adecuadamente estas preocupaciones", sentenció Gregg en un comunicado. "Estamos funcionando desde diferentes puntos de vista en muchos asuntos críticos de política", agregó.
Gregg anunció que continuará su carrera política en el Senado. De esta manera cerrará el paso a la también republicana Bonnie Newman, a la que el gobernador de New Hampshire ya había designado para ocupar su escaño en la cámara alta.
El político, de 61 años, debía ser el tercer republicano en el gabinete de Obama, junto a los secretarios de Defensa, Robert Gates, y Transporte, Ray LaHood.
En la presentación de Gregg como su elegido como secretario de Comercio, Obama lo describió como un "capaz y convincente" embajador para la economía estadounidense, y le encargó enviar el mensaje al mundo de que el país está "abierto a hacer negocios".
Gregg, por su parte, alabó el "extraordinario paso" que Obama dio al elegirlo, y prometió ayudar a poner al país "en marcha".
En la semana, los indicadores registraron fuertes caídas en otra semana dura para los mercados estadounidenses. El Dow Jones se dejó un 5%, el Standar & Poor's 500 perdió un 4% y el Nasdaq Composite cedió más de un 3%.
En el día de hoy, el Congreso estadounidense ha aprobado por fin la concesión de 787.000 millones de dólares a Obama para que ponga en marcha el plan para devolver el crecimiento económico al país. La votación final se ha saldado con 246 votos a favor y 183 votos en contra.
No obstante, los inversores acabaron sin conocer el dictamen del Senado, que deberia dar su pase al plan esta noche para que pueda convertirse en ley antes del fin de semana, tal y como quería el presidente de EEUU. El propio jefe de Estado ha advertido desde que accediera a la Casa Blanca hace tres semanas que el plan era necesario si se quería evitar una recesión duradera en la economía estadounidense.
Hoy, la noticia de que HBOS vaya a perder 10.000 millones de libras en 2008 ha lastrado la cotización de Lloyds (-30%) y ha vuelto a dejar claro que los bancos no dan señales de recuperación. El banco inglés, que acudió al rescate de HBOS con la ayuda del Estado británico, ha devuelto a los inversores a la cruda realidad, después de que en los últimos días los valores bancarios ganaran posiciones tras desvelar Geithner sus medidas para activar los mercados financieros.
A pesar de que el plan no ha causado el efecto deseado en los mercados, principalmente por su falta de detalles, lo cierto es que los bancos recuperaron valor durante los últimas semanas con este impulso. A media sesión, Bank of America se dejó un 4%, Citigroup cedió un 3%, JPMorgan perdió un 6%, Morgan Stanley un 0,1%, Wells Fargo se dejó un 6%, mientras que Goldman Sachs logró apuntarse un 0,6%. Asimismo, Citi y JPMorgan suspenderán temporalmente las ejecuciones hipotecarios y que están preparando moratorias hasta que el Tesoro finalice su plan para solucionar el problema del impago de hipotecas.
Esta ha sido una de las claves de la sesión que ayudó a minimizar las pérdidas. La Casa Blanca ha confirmado lo que ayer saltó como un rumor, que es la creación de un nuevo plan de medidas para ayudar a los hipotecados que no puedan pagar sus cuotas y que entrarían en proceso de embargo. El miercoles Obama desvelará más datos sobre el plan.
Consumidores sin confianza
Por si fuera poco, el fuerte aumento del paro registrado en enero y los problemas que está teniendo Obama para poner en marcha su plan de estímulo económico (el cual debería aprobarse hoy mismo) han minado la moral de los consumidores estadounidenses.
Así lo demuestra el índice de nivel de confianza del consumidor que publica la Universidad de Michigan que ha caído a su nivel más bajo en tres meses, los 56,2 puntos, desde los 61,2 puntos registrado en su última lectura a finales de enero. Los analistas habían apostado por que se reduciría mínimamente hasta los 61 puntos.
En el terreno corporativo, los movimientos más interesantes de esta sesión correspondieron a McAfee. La compañía de software se apunó un 2% después de presentar sus resultados correspondientes al cuarto trimestre. En este periodo obtuvo un beneficio por acción de 29 centavos por título, desde los 7 que obtuvo el año pasado. Además sus ingresos crecieron un 19%.
Los resultados de PepsiCo también destacaron en el parqué. El competidor de Cocacola en el mercado de los refrescos se apuntó un 2% después de haber publicado unos resultados en línea con lo esperado. No obstante, su beneficio neto se ha desplomado un 43% en el último trimestre.
El crudo rebota con fuerza
En el mercado de materias primas también se espera la aprobación del plan de estímulo definitiva en el Congreso. Poner en marcha las medidas podría animar a la demanda de crudo estadounidense, muy debilitada al encontrarse en una profunda recesión económica.
Este viernes, el crudo Texas cerró con un fuerte rebote de más de un 10% en una sesión, para acabar instalado en los 37,51 dólares.
«« | Inicio | »» |