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Wall Street lidera donaciones a Obama |
Wall Street podrá estar pasándolo mal, pero aún así ha donado más dinero que cualquier otro sector estadounidense para la celebración del martes de la toma de posesión del presidente electo, Barack Obama, según indicó un estudio.
El Centro de Políticas Receptivas dijo que los ejecutivos de finanzas, seguros e inmobiliarias y sus familiares donaron 7,1 millones de dólares al comité inaugural de Obama.
Los principales donantes del mundo de las altas finanzas incluyen a George Soros, Ronald Perelman y David Shaw, dijo el centro.
Los banqueros y gestores de fondos de inversión se mezclarán con estrellas de Hollywood y los titanes de la alta tecnología de Silicon Valley en la toma de posesión del presidente número 44 de Estados Unidos, en el desfile por Pennsylvania Avenue y en los eventos y fiestas posteriores.
Las entradas especiales están disponibles para los que contribuyeron con 50.000 dólares al comité inaugural o para quienes ayudaron a "reunir" sumas mayores de múltiples donantes individuales, sostuvo el centro.
El comité desestimó aceptar el dinero de corporaciones, grupos registrados, sindicatos o comités de acción política.
Estrellas de cine como Halle Berry, Samuel Jackson y Sharon Stone hicieron grandes donaciones, como también lo hicieron magnates de la industria como Steven Spielberg, George Lucas y Jeffrey Katzenberg, declaró el centro, citando datos extraídos de la Web del Comité Inaugural Presidencial.
"Aunque los estadounidenses esperan un verdadero cambio en Washington, muchos donantes de grandes bolsillos esperan que eso implique acceso e influencia", dijo Sheila Krumholz, directora ejecutiva de un grupo activista político.
"Si la historia es una guía, estos individuos ricos y las corporaciones e industrias a las que representan, pueden más que recuperar su inversión en Obama mediante designaciones presidenciales, legislación favorable y contratos gubernamentales", indicó Krumholz.
Algunas personas con lazos con Wall Street donaron 3,6 millones de dólares; los abogados donaron 2,5 millones; y los miembros de la industria del entreterimiento dieron 1,7 millones de dólares, según el centro.
El análisis del centro de los donantes de la inauguración fue publicado en su sitio de Internet www.opensecrets.org

Etiquetas: conocimiento, medios, memoria, monopolios, multitud, politica.
Bajo la atenta mirada de Bush padre, otro 20 de enero juraba como presidente número 43 de Estados Unidos prometiendo luchar con "determinación" contra cualquier amenaza exterior. La agresión llegó nueve meses después, un fatídico 11 de septiembre, con el primer ataque en territorio americano desde Pearl Harbor que dio paso a los meses de mayor popularidad de Bush, traducido tres años después en una contundente victoria en las urnas para sorpresa de la comunidad internacional.
Lo cierto es que la caída de las Torres Gemelas trajo consigo una nueva etapa en la política exterior estadounidense diseñada por el ala más conversadora del Pentágono, con Donald Rumsfeld a la cabeza, que se hizo con las riendas de la Casa Blanca y metió al país en su particular 'guerra contra el terror'. Primero empezaron en Afganistán, con la misión de detener a Osama Bin Laden y a los cabecillas de Al Qaeda responsables del 11-S, y luego en Iraq para derrocar al régimen de Sadam Husein.
El Vietnam de Bush
En la actualidad todavía hay 150.000 soldados combatiendo en Irak, en lo que muchos llaman ya el Vietnam de la era Bush, y otros 35.000 arriesgan sus vidas en Afganistán, en dos guerras que siguen en marcha y sin visos de acabar nunca, que ya han dejado más de cinco mil militares estadounidenses y cientos de miles de civiles iraquíes y afganos muertos, con un coste para las arcas públicas del Estado que supera los 1,6 billones de dólares, según datos de una comisión del Congreso.
Siete años después Bin Laden continúa libre y las armas de destrucción masiva de Sadam Husein siguen sin aparecer, y lo único que queda claro es que seguimos padeciendo los efectos de la guerra preventiva en un mundo más polarizado e inseguro, mientras que los valores de libertad, democracia y respeto a los Derechos Humanos que una vez proclamaron los padres fundadores de este país quedaron en un último plano con la aparición de las cárceles de Guantánamo o Abu Grahib.
Por el 'centro de detención' que Estados Unidos abrió a principios del año 2002 en la base naval de Guantánamo (Cuba) pasaron cientos de "combatientes enemigos" a los que nunca se acusó de ningún delito y donde todavía continúan detenidos unos 250 presuntos sospechosos en un limbo legal que, junto con la prisión de Abu Grahib en Irak, se convirtieron en el símbolo del horror de la 'guerra contra el terror' liderada por los 'halcones' de la Casa Blanca.
Final del modelo tradicional de banca
En lo económico también deja un panorama desolador. Las alarmas se fueron disparando al final de su mandato, con un déficit presupuestario de proporciones astronómicas, tasas de desempleo en niveles récord del 7,2% y una deuda de 9,7 billones de dólares. Pero lo más significativo de los últimos meses fue el colapso del sistema financiero, la caída de algunos de los principales bancos de Wall Street y los Tres Grandes de Detroit lanzando un S.O.S. desesperado para ser rescatados por la Casa Blanca.
Entre las víctimas del hundimiento del sistema de la banca de inversión se encontraban algunos de los otrora referentes de Wall Street, empezando por el centenario Lehman Brothers declarándose en quiebra en septiembre pasado y seguido por Bear Stearns, Fannie Mae, Freddie Mac o Merrill Lynch, que quizá nunca imaginaron lo que les tenía preparado el futuro cuando un año antes estalló el escándalo de la hipotecas basura.
Y todo parece indicar que después del terremoto financiero de 2008 seguirán habiendo nuevas réplicas en 2009 a tenor por las últimas noticias que llegan de gigantes como Citigroup, que hace unos días confirmaba su escisión en dos para intentar sobrevivir ante los peores resultados de su historia, o de Bank of America, que parecía estar fuera de peligro pero que tras los pésimos resultados del último cuatrimestre obligó a la Casa Blanca a salir a su rescate con una nueva inyección de fondos públicos.
De este modo, con Obama en la Casa Blanca, el Dow Jones de Industriales se desplomó al cierre un 4,01%, hasta los 7.949 puntos, el selectivo S&P 500 cayó un 5,28%, hasta los 805 puntos. Por su parte, el Nasdaq tecnológico se dejó un 5,78%, hasta los 1.440 puntos.
El enésimo desplome del sector bancario en bolsa ha restado protagonismo al juramento de Obama como el 44º presidente de la historia de Estados Unidos. La crisis financiera sigue recrudeciéndose y los problemas que atraviesan las instituciones financieras siguen guiando el camino de los mercados bursátiles.
La llegada de Obama al poder es un acontecimiento histórico, debido a que se ha convertido en el primer jefe de estado de raza negra en guiar a EEUU. Además, lo hace en medio de una crisis también histórica y que cada día que pasa tiene más tintes dramáticos.
El nuevo presidente ha intentando dar aliento a sus ciudadanos, animar a todos los americanos que están desempleados por la fuerte recesión por la que atraviesa su economía. Obama ha asegurado que la crisis es fruto de la "avaricia y de la irresponsabilidad de algunos", pero también representa "nuestro fracaso colectivo a la hora de tomar decisiones difíciles que preparen a la Nación para una nueva época".
Sin embargo, el problema en el parqué es que los inversores esperaban que en las palabras de Obama se marcaran nuevos planes o nuevas medidas para atajar la peor crisis desde la Gran Depresión y muchos operadores consideran que no han escuchado nada nuevo.
Prueba de ello es que la toma de posesión de Obama es hasta el momento la que peor ha sido recibida por Wall Street, con una caída del Dow Jones del x%. Anteriormente, este récord negativo estaba en posesión de Ronald Reagan, que el día en que entró a la Casa Blanca el principal indicador neoyorquino se dejó un 2,09%.
Derrumbe del sector financiero
Por lo tanto, no tiene una empresa fácil el nuevo líder estadounidense y la verdad es que tampoco tiene culpa de los graves problemas que asedian a los bancos estadounidenses, agobiados por las pérdidas y la sequía en el crédito internacional.
Hoy, el sector financiero ha vuelto a ser protagonista y sigue sin levantar cabeza, además de dar muestras de debilidad y muy pocas señales de recuperación. Los principales valores financieros se desplomaron un día más, encabezados por Bank of America. La entidad se dejó un 26%, a la espera de conocer sus cuentas al cierre de la sesión, y tras conocerse que podría necesitar unos 8.000 millones de dólares de capital para hacer frente a su balance.
A la zaga se encontró JPMorgan (-19%), Wells Fargo (-24%), y Citigroup (-18%). Más fuerte fue la caída de State Street que perdió un 57%, tras anunciar un acusado descenso de su beneficio del 71% en el cuarto trimestre, debido a su alta exposición a los mercados de crédito.
En concreto, State Street ha reducido un 71% sus ganancias en el cuarto trimestre del año, hasta los 65 millones de dólares ó 15 centavos por acción. Sin extraordinarios su beneficio es de 1,18 dólares por accion, por encima de los 1,13 dólares que esperaban los analistas.
Johnson & Johnson capea la crisis
Entre las noticias positivas del día se encontraron los resultados de Johnson & Johnson, componente del Dow Jones. La compañía estadounidense ha logrado capear el temporal de la crisis y ha ganado un 22,4% más al cierre de su año fiscal hasta los 12.949 millones de dólares (10.021 millones de euros).
No obstante, para el presente ejercicio la empresa no ha convencido al mercado con sus previsiones de ganancias para el presente ejercicio. En 2009, J&J prevé obtener un beneficio por acción (bpa) de entre 4,45 y 4,55 dólares, cantidad por debajo de los 4,64 dólares estimados por los analistas y de los 4, 58 obtenidos en el último año. No se logró librar de la quema al final y sus títulos se dejaron cerca de un 2%.
Movimientos en el Nasdaq
Una operación corporativa protagonizó la sesión en el indicador tecnológico. El fabricante de chips Qualcomm se ha hecho con el control de los activos de gráficos y multimedia de AMD, por los que pagará unos 65 millones de dólares. El mercado recibe esta noticia con fuertes bajadas para los dos valores. AMD perdió un 12% y Qualcomm un 5%.
En el plano macroeconómico los inversores no han conocido referencias de gran importancia en el día de hoy. Mientras tanto, el precio del petróleo experimentó un fuerte rebote. El barril Texas se intercambió al cierre en los 38,74 dólares, tras ganar 2,23 dólares a su precio de cierre de ayer.
Ese índice, que agrupa a algunas de la mayores empresas de Estados Unidos, ha perdido 332 puntos, hasta acabar en 7.949,09 puntos. Por su parte, el Standard & Poor´s ha retrocedido un 5,3%, hasta los 805,22 puntos. El sectorial de los bancos se ha hundido un 17%.
El mercado neoyorquino mostró una clara tendencia al alza desde los inicios de la sesión y con los inversores atentos al juramento de Barack Obama como nuevo presidente de Estados Unidos.
Sin embargo, el carácter histórico de ese hecho no logró disipar la inquietud por la salud de algunos de los mayores bancos estadounidenses, que un día más lideraban la caída en el índice Dow Jones de Industriales.
Las acciones de Bank Of America eran las que más se depreciaban en ese índice y bajaban alrededor del 21 por ciento, mientras que las de Citigroup y JPMorgan perdían alrededor del 16 por ciento de valor respecto del viernes. Por su parte, State Street, el mayor gestor de acciones de grandes inversores, se hundía cerca de un 55%.
Al temor a la solvencia de los grandes bancos se ha sumado las tremends previsiones de beneficios de Goldman Sachs, que ha emitido un informe en el que estima un descenso del benefico por acción de las empresas del S&P un 58% inferior a la media de los analistas de Wall Street.
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