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EEUU: Se multiplican los datos negativos |
A menos de una semana de la asunción del nuevo presidente, Barack Obama, en los Estados Unidos el clima de esperanza contrasta con la realidad que siguen arrojando distintos indicadores. La actividad económica se desaceleró en forma sustancial en diciembre, a su nivel más débil desde mayo de 1980, al frenarse nuevamente la producción industrial y el empleo, reveló hoy un informe de la Reserva Federal de Chicago, mientras que el clima empresario se encuentra en su peor nivel en los últimos 27 años, según la Asociación Nacional de Economía Empresarial (NABE por sus siglas en inglés).
El dato de actividad señala que, en un promedio móvil de tres meses, que suaviza la volatilidad, subió levemente. Pero las revisiones mostraron que en noviembre la actividad cayó a su menor nivel desde junio de 1980.
La Fed de Chicago afirma que su índice de actividad nacional se ubicó en -3,26 en diciembre frente al revisado -2,78 en noviembre, reportado originalmente como -2,47.
El índice se ubica en terreno negativo, lo que indica un crecimiento por debajo de la tendencia, desde hace 17 meses.
El promedio móvil de tres meses subió a -2,40 en diciembre desde un revisado -2,56 en noviembre, estimado inicialmente en -2,49.
Las cuatro categorías más amplias de indicadores analizadas por la Fed de Chicago hicieron aportes negativos en diciembre. Los indicadores vinculados con la producción y el ingreso fueron afectados por una caída del 2% en la actividad industrial, así como por el menor uso de la capacidad instalada desde 1983, dijo la Fed de Chicago.
La debilidad de los indicadores del empleo reflejó otra enorme caída en las nóminas no agrícolas y un alza en la tasa de desempleo a un 7,2% en diciembre.
De los 85 indicadores analizados, 15 hicieron aportes positivos y los 70 restantes tuvieron contribuciones negativas. Unos 33 indicadores mejoraron respecto de noviembre, al tiempo que 52 empeoraron.
Mal clima empresario. El segundo dato indica que la desaceleración económica empeoró en el cuarto trimestre, ya que la mayoría de las empresas consultadas espera que el Producto Bruto Interno se contraiga a un ritmo más rápido este año.
"El sondeo muestra las peores condiciones empresariales desde que comenzó a realizarse en 1982, confirmando que la recesión estadounidense se profundizó en el cuarto trimestre del 2008", dijo la portavoz de la NABE, Sara Jonson.
El colapso del mercado inmobiliario y la posterior crisis crediticia erosionaron la riqueza de los hogares, provocando fuertes recortes en el gasto y una depresión en la demanda. De allí que cerca de un 47% de los consultados dijeron haber visto una caída en la demanda por bienes y servicios, porcentaje que marcó un máximo en la historia de la encuesta, mientras que un 20% reportó un incremento, la mínima proporción desde que comenzó a realizarse la medición.
La baja en la demanda hizo que la mayoría de las firmas fueran pesimistas sobre el panorama para el 2009. Cerca de un 78% de los consultados espera que el PBI sea menor al del año pasado.
Un 52% de los consultados cree que el PBI real caería más de un 1%, cuando en octubre era sólo un 38% el porcentaje de personas que anticipaban esa contracción.
La menor demanda y la falta de crédito están llevando a las empresas a reducir su gasto en capital y a recortar empleos, de acuerdo con el sondeo. Un 39% de las firmas dijo que planeaba reducir sus nóminas en los próximos seis meses, mientras que un escaso 17% espera tomar personal. Tal esa así que la conclusión fue que las pérdidas de empleo seguirán en el primer semestre, y que la mayoría de los despidos se darán en sectores productores de bienes, en las finanzas, bienes raíces y transporte, entre otros.

Etiquetas: conocimiento, medios, memoria, monopolios, multitud, politica.
Deben de ser baños de oro, porque 350.000 millones de dólares es más que todo lo que producen, por ejemplo, los argentinos en un año.
Neil Barofsky, encargado de supervisar el uso de los fondos, ha reconocido que «prácticamente se desconoce lo que los receptores de las inversiones del Tesoro han hecho con el dinero y sus planes para cumplir con los requisitos de compensación».
El programa impuso algunos límites a la remuneración de los directivos, pero los banqueros aparentemente no han tenido problemas en sortear el obstáculo.
El caso más flagrante hasta ahora ha sido el del banco de inversión Merrill Lynch, que en diciembre otorgó a sus ejecutivos entre 3.000 y 4.000 millones de dólares en bonificaciones por buen desempeño.
El consejo directivo de Merrill otorgó las bonificaciones días antes de informar de pérdidas por valor de 21.500 millones de dólares en el cuarto trimestre y mientras Bank of America, que accedió a comprar el banco en octubre, llamaba a la puerta del Gobierno para pedir más ayudas para llevar a cabo la operación.
Los premios fueron aprobados en diciembre, en lugar de en enero, como es usual, aparentemente para impedir que Bank of America bloqueara la decisión.
Al final, quien pagó por todo fue el contribuyente estadounidense, que dará préstamos por valor de 45.000 millones de dólares a Bank of America.
Al mismo tiempo que han recibido el dinero del Gobierno por su precaria situación económica, los bancos han continuado con sus programas de relaciones públicas para ganarse el favor del Congreso.
El plan de estímulo económico es criticado por legisladores opositores, al considerar que proyecta una desmedida intervención del gobierno en la economía.
En declaraciones a la televisora NBC, Summers indicó que Obama tiene la intención de alcanzar un punto medio entre las objeciones de los republicanos y la inclinación de algunos demócratas que desean un paquete con mayor gasto federal.
El vicepresidente Joe Biden coincidió con Summers en subrayar el mensaje trazado por Obama en su primer mensaje por radio e internet desde la Casa Blanca.
El nuevo mandatario dijo que, entre los beneficios de gastar 825.000 millones de dólares, los estadounidenses tendrían mejores escuelas, menor pago por electricidad y cobertura del sistema de salud pública para millones de personas que perdieron o pueden perder sus empleos en el peor colapso económico desde la década de 1930.
Aunque Biden expresó que esperaba avanzar en los acuerdos con el Congreso, señaló que el gobierno "trata de sacar el dinero tan rápido como sea posible ... Tiene que empezar a estimular el crecimiento económico".
En declaraciones a la cadena de televisión CBS, el vicepresidente consideró que las exigencias de los republicanos de aplicar reducciones fiscales no funcionarían con la rapidez necesaria.
Los demócratas, al igual que el presidente, aguardan la aprobación legislativa del paquete de estímulo para mediados de febrero, pero el líder republicano en la Cámara de Representantes, John Boehner, dijo a NBC que sin cambios significativos no habrá un gran apoyo de los republicanos.
La presidenta de la cámara baja, la demócrata Nancy Pelosi, dijo el domingo que podría anticipar la entrega de más dinero al sector financiero una vez que el gobierno, a nombre de los contribuyentes, adquiera partes de los bancos que reciben dinero. No mencionó cifras.
Obama y sus principales asesores económicos abordaron el sábado en la Casa Blanca la situación de la economía nacional.
Estados Unidos perdió 2,6 millones de empleos el año pasado, la peor cantidad anual desde al Segunda Guerra Mundial y la producción industrial cayó a su más baja producción en 28 años, entre otros datos sombríos que ha presentado la economía estadounidense.
Obama hizo los comentarios un día después de que comisiones de la Cámara de Representantes apoyaron una serie de recortes impositivos y programas de gasto como parte del paquete de 825,000 millones de dólares para apuntalar la golpeada economía, pese a los reclamos de republicanos de que sus propuestas no recibían una audiencia justa.
"Reconozco que aún hay algunas diferencias en la mesa y entre la administración y miembros del Congreso sobre detalles particulares del plan", dijo Obama.
No obstante, agregó que "parece que estamos bien encaminados" para alcanzar la meta del plan de estímulo "el fin de semana de nuestro Día de los Presidentes".
Estados Unidos celebra el Día de los Presidentes el 16 de febrero.
Obama enfatizó en la necesidad de actuar con urgencia, indicando que sus encuentros diarios con los principales asesores económicos le habían permitido dar seguimiento a las condiciones económicas, "y francamente las noticias no han sido buenas".
"Cada día trae un mayor central de los problemas, no sólo en términos de pérdidas de empleos sino también en términos de inestabilidades del sistema financiero", dijo.
Neil Barofsky, encargado de supervisar el uso de los fondos, ha reconocido que "prácticamente se desconoce lo que los receptores de las inversiones del departamento del Tesoro han hecho con el dinero y sus planes para cumplir con los requisitos de compensación".
El programa impuso algunos límites a la remuneración de los directivos, pero los banqueros aparentemente no han tenido problemas en sortear el obstáculo. El caso más flagrante hasta ahora ha sido el del banco de inversión Merrill Lynch, que en diciembre otorgó a sus ejecutivos entre 3.000 y 4.000 millones de dólares en bonificaciones por buen desempeño, según ha revelado el diario 'Financial Times'.
El consejo directivo de Merrill otorgó las bonificaciones días antes de informar de pérdidas por valor de 21.500 millones de dólares en el cuarto trimestre y mientras Bank of America, que accedió a comprar el banco en octubre, llamaba a la puerta del Gobierno para pedir más ayudas para llevar a cabo la operación. Los premios fueron aprobados en diciembre, en lugar de en enero, como es usual, aparentemente para impedir que Bank of America bloqueara la decisión. Al final, quien pagó por todo fue el contribuyente estadounidense, que dará préstamos por valor de 45.000 millones de dólares a Bank of America.
Al mismo tiempo que han recibido el dinero del gobierno por su precaria situación económica, los bancos han continuado con sus programas de relaciones públicas para ganarse el favor del Congreso, según ha informado el diario 'The Wall Street Journal'. Bank of America, por ejemplo, se gastó el año pasado más de cuatro millones de dólares para ese fin, frente al millón de dólares del 2007.
Explicaciones en un mes
Barofsky ha dicho que pedirá a todas las entidades que se han beneficiado del fondo de rescate que expliquen en un plazo de 30 días qué han hecho con los fondos. La meta del plan era que la inyección de capital les permitiera reanudar la concesión de créditos para la compra de automóviles y viviendas, y les diera margen para ser flexibles con los propietarios de casas con el agua al cuello para pagar las letras.
En su lugar, todo indica que la mayoría de los bancos ha agrandado sus reservas o pagado deudas y no ha concedido más préstamos por miedo a que la crisis lleve a la quiebra al prestatario. Los bancos no tienen la obligación de divulgar qué han hecho con el dinero, según las reglas del programa aprobado en octubre.
La administración tampoco puede forzarles a prestar porque ha comprado acciones en los bancos sin derecho a voto, de forma intencional, según explicó entonces el secretario del Tesoro, Henry Paulson, porque no quería que el Gobierno se metiera a dirigirlos.
En el fondo de rescate quedan 350.000 millones de dólares y Obama quiere usarlos, pese a las críticas al programa, aunque ha prometido "más transparencia y control".
Muchos banqueros se han resistido hasta ahora a la llamada a arrimar el hombro en momentos de dificultad. Por ejemplo, John Thain, quien hasta el jueves era el principal ejecutivo de Merrill Lynch, gastó 1,2 millones de dólares en reformar su oficina hace un año, cuando su banco perdía miles de millones de dólares. Su decorador fue Michael Smith, el mismo que escogió Michelle Obama para cambiarle la cara a la Casa Blanca. En este caso la factura para el contribuyente sólo ascendió a 100.000 dólares.
La firma anunció ayer que los resultados trimestrales del último periodo del año volverán a repetir pérdidas y que su patrimonio neto permanecerá por debajo de cero.
La solucitud de Freddie Mac se suma a la avalancha de ayudas que están solicitando las financieras estadounidenses al Tesoro, incluidas algunas de las más importantes como Bank of América y Citigroup.
Fannie Mae y Freddie Mac acumulan ya cinco trimestres consecutivos de pérdidas, con una factura total de 68.400 millones de dólares.
El plan pretende además presionar al gobierno para que incremente los subsidios a los alimentos.
La primera generación de los comedores de beneficencia (los llamados "soup kitchens") están llegando al máximo de sus posibilidades, y hay que construir otros de mayor capacidad, señaló Robert Egger, máximo directivo de la Cocina Central en Washington y uno de los activistas contra el hambre más conocidos en el país.
De acuerdo con la organización "Feeding America", al menos un 30 por ciento de las viviendas encabezadas por madres y dependientes de esos comedores padecieron irregularidades en el servicio de comidas.
Los activistas también expresan preocupación por el valor nutricional de los alimentos que se ofrecen en los "soup kitchens", pues varios estudios indican que es bochornosa la calidad del servicio.
A estudiantes de secundaria en Washington se les envían productos sobrantes de las cafeterías corporativas, señaló la NBC.
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