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La Crisis Orgánica del Capital

Sus diversas lecturas en la óptica marxista.


I.- La mistificación del capital y la necesidad de la critica epistemológica.

Uno de los principales rasgos del proceso de mistificación del capital se encuentra en el hecho de que el trabajo vivo (la fuerza de trabajo del obrero, su energía física y psíquica) se presenta como fuerza propia del capital. El trabajo muerto o trabajo pretérito (cristalizado en los medios de producción y en el dinero, pero que ha sido precedido por una "acumulación originaria" de capital fundada en el pillaje, la extorsión, la usura, la guerra, etc.) en manos del burgués se enfrenta al trabajo vivo como capital, a pesar de que en su génesis está el trabajo no pagado. En tal sentido, el capital como relación social (no como "cosa") no es más que trabajo objetivado, pero sin embargo, aparece como si él portara una cualidad "ontológica" que le permite crear por si sólo la riqueza, autovalorizarse.

Al respecto dice Marx en los GRUNDRlSSE:

"El capital está realizado ahora no sólo como valor que se reproduce a si mismo y por tanto se auto perpetua, sino como valor que pone valor. A través de la absorción en si mismo del tiempo de trabajo vivo, por un lado, y del movimiento de la circulación que le es propio (en el cual el movimiento del intercambio resulta puesto como el suyo propio, como proceso inmediato del trabajo objetivado) se comporta consigo mismo como lo que pone nuevo valor.

El capital se comporta ante la plusvalía como si fuera él su fundamento, como si lo hubiera creado, (Framento del ensayo “LA RECONVERSIÓN INDUSTRIAL EN EL NUEVO MODELO DE ACUMULACIÓN”) (…) el proceso de producción inmediato toma la forma del poder productivo del capital, que ya no puede reconocerse como el poder productivo del trabajo.

Para Marx este proceso donde el capital aparece como el "valor que pone valor" está signado por una Inversión: el predicado aparece como sujeto, es decir, el capital siendo un producto de la plusvalía, (resultado del proceso de valorización donde el obrero restituye el valor del salario y produce trabajo excedente) aparece como el factor generador del proceso.

De allí que Marx también señale en EL CAPITAL lo siguiente:

"(…) De este modo la extorsión de trabajo sobrante pierde su carácter especifico; su relación especifica con la plusvalía se oscurece, y a facilitar este resultado contribuye, como se puso de manifiesto en el Libro I, IV, el hecho de que el valor de la fuerza de trabajo se exponga bajo la forma de salario. La relación del capital se mistifica al presentar a todas sus partes por igual como valor remanente (ganancia).

El modo como la plusvalía se convierte en la forma de ganancia mediante la transición a través de la cuota de ganancia, no es sino la prolongación de la inversión sujeto y objeto operada ya durante el proceso de producción. De allí veíamos como todas las fuerzas productivas del trabajo se presentaban como fuerzas productivas del capital (…) Y esta relación invertida hace surgir necesariamente, ya en el plano de las simples relaciones de producción: una idea invertida congruente, una conciencia transpuesta, que los cambios y modificaciones del verdadero proceso de circulación se encargan de desarrollar".

En estas líneas Marx señala en primer lugar, como la extorsión del trabajo queda oscurecida en la relación salarial. La especificidad de la explotación desaparece y se encubre la relación capitalista a través de la inversión sujeto-objeto. Esta relación invertida en el proceso de circulación, hace surgir también una idea y una conciencia invertida, es decir, para el "sentido común" que aparece en la superficie es que toda ganancia es un valor remanente que surge en el intercambio, ficción ésta que el proceso de circulación se encarga de desarrollar.

Abundando en esta última cuestión, Marx dice:

"(…) Pero como la concurrencia, y por tanto, en la conciencia de sus agentes, todo se presenta invertido, también aparece invertida esta ley, es decir, esta conexión intima y necesaria entre dos cosas que aparentemente se contradicen (…) Todo esto responde a un desconocimiento de lo que es la cuota general de ganancia y a la idea burda de que los precios se determinan en realidad por el recargo de una cuota más o menos arbitraria de ganancia sobre el valor de las mercancías. Pero estas ideas, a pesar de lo burdas que son, brotan necesariamente de la inversión que las leyes inmanentes de la producción capitalistas sufren dentro del mundo de la concurrencia".

Las ideas burdas que surgen en el mercado, en la compra-venta de mercancías, hacen ver que la ganancia es un recargo que se le hace al valor de los bienes, de tal forma que no hay "rastros" de su verdadero origen.

En otro texto, TEORlA DE LA PLUSVALIA, Marx establece un enlace entre el enfoque de la economía vulgar y el proceso de mistificación del capital:

"Tal como los economistas vulgares lo conciben, es pues, el interés y no la ganancia el que brota como una plasmación de valor del capital de por si, de la mera propiedad del capital, como una renta especifica derivada de éste. Desaparece todo resto de intermediarios: es pues, el fetichismo completo (…)".

"Desde el punto de vista de la economía vulgar, que pretende hacer pasar el capital como la fuente sustantiva del valor, esta es una fórmula perfecta, una fórmula en que las fuentes de la ganancia pierden toda fisonomía y en la que el resultado del proceso capitalista reviste una existencia independiente, desligado del proceso mismo (…)".

Ahora en otro nivel que ya no son los precios o la ganancia, sino que es el interés, aparece de nuevo el proceso de inversión: el interés brota del capital no se sabe por qué arte de magia, como una renta derivada de si mismo, desapareciendo toda mediación con la esfera de la producción, se trata de un fetichismo completo que le viene al pelo a los agentes ideológicos de la burguesía: el capital es la fuente sustantiva del valor, no hay por tanto explotación ni extorsión del trabajo, sino que lo que existiría sería un régimen de libertad, justicia e igualad. La ganancia se convierte en un premio a la libre iniciativa y al riesgo, una especie de remuneración al ahorro y al esfuerzo personal del capitalista. De allí que el fetichismo no sea tan inocente, y como veremos a continuación, tal percepción de la economía está en sintonía con los intereses ideológicos de la clase dominante.

Papel de las relaciones aparenciales en esta mistificación del capital.

Para Marx todo del proceso que examinamos anteriormente está cruzado por un velo apariencial, siendo en tal sentido una realidad que no es evidente a simple vista, no es transparente a la percepción sensorial. Así encontramos el enmascaramiento de un conjunto de relaciones: entre la extorsión del trabajo y el salario, entre la plusvalía y la ganancia, entre la ganancia y el interés. Tales encubrimientos nublan el tejido social e histórico de las relaciones de producción capitalista.

Este proceso de "mistificación" del capital tiene que ver con la supeditación del análisis a la esfera de la circulación, de la distribución y el intercambio.

En esta superficie de la realidad económica no se puede encontrar más que "apariencias", conduciendo a los capitalistas y sus agentes ideológicos al más burdo empirismo:

"(…) esta confusión de los teóricos revela mejor que nada como el capitalista práctico prisionero de la lucha de la competencia e imposibilitado para ahondar en modo alguno debajo de la superficie de sus fenómenos, tiene que sentirse incapaz para captar a través de las apariencias la verdadera esencia interior y la estructura interna de este proceso".

Ahora bien, en este caso no tan sólo se trata de un obstáculo que confrontan los burgueses en el proceso de conocimiento, sino que tal error, omisión o escamoteo epistemológico, es funcional al interés de justificar la dominación, de legitimar el lucro y la ganancia fundada en la explotación del trabajo. De tal forma que el hecho de que no se trascienda la apariencia, el nivel del dato empírico, la sacralización de la apariencia inmediata, no es un problema de "neutralidad axiológica", de objetividad científica. Los intereses de clase ocultan todo nexo o articulación del proceso de producción, y en tal sentido existe un esfuerzo por:

- "que a nivel de la fábrica, el proceso de trabajo sea concebido como un proceso "natural" o como un hecho tecnológico, sin considerar su articulación con el "proceso de valorización".

- que el salario siga mistificando la relación entre el trabajo necesario y el trabajo excedente.

- que la mercancía haga aparecer invertida la relación social, desapareciendo la distinción entre trabajo abstracto y trabajo concreto.

- que el dinero y el interés aparezcan automatizados, como dinero que crea dinero, y no como metamorfosis del trabajo cristalizado, riqueza abstracta que es generada por el trabajo.

Tal esfuerzo de encubrimiento y de apología por parte de los agentes Ideológicos burgueses es lo que Justifica que nos veamos Inexcusablemente comprometidos a Investigar y debatir con seriedad, develando tales relaciones aparenciales, pues de lo contrario estaríamos bajo la supeditación de tales mistificaciones y por ende ayudando en la preservación del dominio del capital, facilitándole su legitimación ético-política.

La óptica empirista en la percepción de la crisis.

Subsumidos bajo la racionalidad del capital que acabamos de criticar encontramos una serie de puntos de vista sobre la crisis, los cuales no superan el límite de lo aparente". De allí que sea muy común encontrar un conjunto de explicaciones donde abundan las descripciones empíricas con abultados datos y estimaciones estadísticas, informaciones descontextualizadas, desagregadas y sin conexiones internas. Así por ejemplo se señalan variados indicadores donde se manifiestan los factores de crisis: inflación, desempleo, déficit presupuestario, déficit de la balanza de pagos, etc, y las explicaciones de rigor sobre las causas de tales fenómenos se circunscribe a los problemas de oferta y demanda, a los cuellos de botella en los flujos monetarios.

En su conjunto estos enfoques sobre la crisis capitalista no superan la órbita de la circulación: intercambio mercantil, compra-venta de la fuerza de trabajo.

Partiendo de esta esfera exterior, resulta muy difícil establecer las verdaderas determinaciones de la crisis, quedando obviadas todas las conexiones del proceso productivo y su articulación contradictoria: el proceso de trabajo y la valorización, la dicotomía valor de uso-valor de cambio, el carácter dual del trabajo como trabajo concreto-trabajo abstracto.

Obviamente tampoco es posible derivar las relaciones que posee esta dinámica contradictoria con las deformaciones sectoriales e insuficiencias estructurales, y particularmente la relación con las diversas expresiones de la crisis: subconsumo, sobreproducción, caída de la tasa de ganancia.

Las anteriores consideraciones conllevan algunas conclusiones en torno a la necesidad de superar tales enfoques, a través de la elaboración de una teoría crítica, que en nuestro caso particular se reivindica del marxismo no dogmático no manualezco.

Sin la superación de los puntos de partida empiristas no podrá haber una lectura que de cuenta de las causas y manifestaciones de la actual crisis.

II.- El Enfoque Marxista y las Diferentes Concepciones sobre la Crisis que existen en su seno.

Los puntos de vistas de Marx entorno a la crisis.

Casi todos los autores que han estudiado los puntos de vista de Marx en torno a la crisis, coinciden en que éste no dejó un estudio, riguroso sobre la misma, y que sólo existen referencias parciales y fragmentarias en diferentes textos, las cuales permiten diferentes lecturas, a menudo contradictorias. Reconociendo la existencia de tales 'limitaciones documentales, creemos que la teoría marxista sobre la explotación del trabajo, los análisis sobre las determinaciones conflictivas del capital, son en su conjunto una teoría de la crisis.

Los límites y barreras en la valorización-acumulación, y en la reproducción ampliada -como obstáculos que se derivan de la articulación interna del capital: unidad contradictoria entre proceso de trabajo y valorización, entre valor de uso-valor de cambio, entre trabajo concreto-trabajo abstracto, permiten comprender el carácter orgánico de la crisis.

Tomando en cuenta que esta es una lectura de la crisis bastante desconocida en nuestro medio, aún para sectores autodenominados "marxistas", cobra importancia reseñar directamente las opiniones de Marx al respecto, exigencia ésta que no sólo persigue objetivos divulgativos, sino evidenciar el nivel de problematización que existe en tales formulaciones, y del mismo modo establecer los soportes documentales de las diferentes versiones y concepciones sobre la crisis en el campo marxista.

Inicialmente examinaremos lo que Marx define como la "posibilidad" de la crisis, refiriéndose a la antítesis entre la compra y la venta:

"(…) Al decir que estos procesos, independientes el uno del otro (la compra y la venta) forman una unidad interna, decimos también que esta unidad reviste al exterior la forma de una antítesis. Cuando cosas que por dentro forman una unidad, puesto que se complementan recíprocamente, revisten al exterior una forma de independencia y esta se agudiza hasta llegar a un cierto grado, la unidad se abre paso violentamente por medio de una crisis.

La antitesis que lleva implícita la mercancía, el valor de uso y valor de trabajo privado, que se ve al mismo tiempo obligado a funcionar como trabajo general abstracto; de personificación de las cosas y materialización de las personas, esta contradicción inmanente asume sus formas dinámicas más complejas en los antagonismos de la metamorfosis de las mercancías.

Por eso esas formas entrañan la posibilidad, aunque sólo la posibilidad de crisis (…)".

En estos párrafos Marx indica la dialéctica contradictoria de la mercancía: valor de uso y valor de cambio, trabajo concreto-trabajo abstracto, la cual se manifiesta como una antítesis, autonomizándose la compra y la venta de mercancía y ello constituye la "posibilidad" de la crisis.

Estos criterios son reiterados por Marx en su texto sobre las Teorías DE LA PLUSVALIA:

"(…) Cuando decimos que la forma simple de la metamorfosis encierra la posibilidad de crisis, decimos simplemente que esta forma lleva implícita, a su vez, la posibilidad de que las dos fases que se complementan entre sí, sustancialmente se desgarren y se disocien".

"(…) En realidad, la crisis no es otra cosa que la imposición violenta de la unidad entre las fases que forman el proceso de producción y que se ha disociado y sustantivado la una frente ala otra".

"La forma más abstracta de la crisis y, por tanto, la posibilidad formal de ésta es, pues, la metamorfosis de la misma mercancía, en que sólo se contiene el movimiento desarrollado de la contradicción de valor de cambio y valor de uso implícita en la unidad de la mercancía, de donde luego se deriva la contradicción de mercancía y dinero. Lo que convierte en crisis esta simple posibilidad de crisis es algo que trasciende ya de la forma misma; esta sólo nos dice que existe la forma para una crisis".

La posibilidad formal de la crisis viene dada por la metamorfosis de la mercancía, por el desarrollo de la contradicción entre valor de uso y valor de cambio, sin embargo, la crisis misma trasciende esta forma, por lo que Marx hace una advertencia de no confundir esta posibilidad de la crisis con su causa, tal como lo plantea a continuación:

"Por lo demás, no pisan terreno más firme los economistas (como ST Mili, por ejemplo) que pretenden explicar las crisis partiendo de la simple posibilidad de crisis que va implícita en la metamorfosis de la mercancía, con el desdoblamiento de la compra y la venta. Explicar la posibilidad de la crisis no es todavía, ni mucho menos, explicar su realidad, explicar por qué las fases del proceso chocan entre si de tal modo que su unidad intrínseca sólo puede imponerse por medio de una crisis, por medio de un proceso violento. Este desdoblamiento es el que se manifiesta en la crisis; es la forma elemental de esta.

Pretender explicar la crisis a base de esta forma elemental de ella es tanto como explicar la existencia de la crisis proclamando su existencia en su forma abstracta, es tanto como querer explicar la crisis por la crisis misma".

De allí que en consecuencia Marx formule una serie de lineamientos para abordar el examen de la crisis:

"(…) El problema que se plantea en el de seguir el desarrollo de la crisis potencial, pues la crisis real sólo puede exponerse partiendo del funcionamiento real de la producción capitalista, de la concurrencia y el crédito".

Para hacer el estudio de la crisis potencial es necesario: partir del funcionamiento real de la producción, éste fenómeno se manifiesta en la esfera de la circulación, pero el punto de partida es el movimiento real de la producción.

En tal sentido, Marx advierte de nuevo de no confundir la posibilidad de la crisis con sus causas más profundas:

"La posibilidad general de la crisis es la metamorfosis formal del mismo capital, la disociación de la compra y la venta en el tiempo y en el espacio.

Pero la posibilidad general no quiere decir la causa de la crisis. Quiere decir, simplemente la posibilidad más general de la crisis (…) Las condiciones generales de la crisis (…) deben investigarse, y exponerse partiendo de las condiciones generales de la producción".

Habiendo hecho estas precisiones en torno a las formulaciones marxista sobre la "posibilidad" de la crisis y los puntos de partida para su análisis, examinaremos ahora las otras referencias documentales que permiten las diferentes "lecturas" sobre las causas de las crisis. En esa dirección comenzaremos por la versión subconsumista delineada en EL CAPITAL:

"(…) Las crisis sólo podrán explicarse por una desproporción entre las diferentes ramas de la producción y por la desproporción entre el consumo de los capitales y su acumulación (…) La última razón de toda verdadera crisis es siempre la pobreza y la capacidad restringida de consumo de las masas (…)".

En estas líneas aparece una formulación que coloca al subconsumo y a la desproporcionalidad entre las diferentes ramas de la producción como causas de la crisis. Sin embargo, en el mismo texto Marx hace unos señalamientos que le quitan alcance a las tesis subconsumistas:

"Es una perogrullada decir, que la crisis surge de la falta de consumo solvente o de consumidores capaces de pagar (…) y si pretende dar a esta perogrullada una apariencia de razonamiento profundo, diciendo que la clase obrera percibe una parte muy pequeña de propio producto y que este mal puede remediarse concediéndole una mayor parte, es decir, haciendo que aumente sus salarios, cabe observar que las crisis van precedidas siempre precisamente, de un periodo de subida general de los salarios, en que la clase obrera obtiene realmente una mayor participación en la parte del producto anual destinada al consumo. En rigor, según los caballeros del santo y "sencillo" sentido común, estos periodos parece que debieran, por el contrario alejar la crisis (…)".

Esta reseña, como se puede constatar, niega que la causa de la crisis esté en el subconsumo, ya que la crisis va precedida de una expansión del ingreso de los trabajadores, siendo una opinión contradictoria en relación a la afirmación anterior donde se sostiene que la crisis puede ser explicada por la capacidad restringida del consumo de masas.

También en EL CAPITAL y en los GRUNDRISSE encontramos una explicación en torno a las causas de la crisis capitalista distinta al subconsumo, remitiéndonos a la "tendencia decreciente" de la tasa de ganancia. Al respecto Marx dice:

"El límite con que tropieza el régimen capitalista de producción se manifiesta en lo siguiente:

1.- En que el desarrollo de la capacidad productiva del trabajo engendra, con la baja en la cuota de ganancia, una ley que al llegar a cierto punto se opone del modo más hostil a su propio desarrollo y que, por tanto, tiene que ser constantemente superada por medio de crisis".

Nos encontramos con un punto de vista que coloca al comportamiento de la cuota de ganancia como causa generadora de crisis. En los GRUNDRISSE Marx señala que la Ley de la Tendencia Decreciente de la Cuota de Ganancia es "la ley más importante de la moderna economía política y la esencial para comprender las relaciones más dificultosas".

El análisis que se hace en este texto de esta "tendencia", adquiere algunos rasgos más claro como teoría del "derrumbe" del capitalismo:

"(…) Cuando esta merma de beneficio equivale a la merma proporcional del trabajo inmediato con respecto a la magnitud del trabajo objetivado que aquel reproduce, y del nuevo que pone, el capital hará todos los esfuerzos para poner coto a la mengua de la proporción entre el trabajo vivo y la magnitud del capital en general y por tanto también entre la plusvalía, cuando está expresada como beneficio, y el capital presupuesto (…) Estas contradicciones derivan en estallidos, cataclismos, crisis en las cuales, mediante la suspensión momentánea del trabajo y. la aniquilación de una gran parte de capital, se reproduce violentamente éste último al punto desde donde pueda proseguir su marcha.

Estas contradicciones, of course, tienen como resultados estallidos, crisis, en los que la anulación momentánea de todo trabajo y la destrucción de gran parte del capital lo hacen volver violentamente al punto en el cual está en condiciones de emplear a cabalidad sus fuerzas productivas sin suicidarse por ello. Con todo, estas catástrofes regularmente recurrentes tienen como resultados su repetición en mayor escala, y por último el derrocamiento violento del capital".

En estos párrafos Marx reseña como el crecimiento del capital constante (maquinarias Y equipos) implica una merma de la franja de trabajo vivo (número de obreros y cantidad de la fuerza de trabajo empleada). La modificación de la proporción entre este trabajo vivo y el capital total, genera la caída de la cuota de ganancia (más adelante tendremos ocasión de profundizar más en esta dinámica contradictoria del capital) razón esta por la que surgen entonces una restricción en la producción, estallidos donde el capital intenta de nuevo emplear a cabalidad sus fuerzas productivas, reproduciendo en una mayor escala las determinaciones de la crisis.

Finalmente, vamos a examinar las consideraciones que hace Marx en torno a la sobreacumulación de capital, ubicada también como una causa generadora de la crisis:

"(…) La finalidad de la producción capitalista es, como sabemos, la valorización del capital, es decir, la apropiación de plusvalía, y su conversión en ganancia. Por consiguiente, tan pronto como el capital aumentase en tales proporciones con respecto a la población obrera que ya no fuese posible ni extender el tiempo absoluto de trabajo rendido por esta población, ni ampliar el tiempo relativo de trabajo sobrante, es decir, tan pronto como el capital acrecentado sólo produjese la misma masa de plusvalía o incluso menos que antes de su aumento, se presentaría una superproducción absoluta de capital (…) En ambos casos se producirá también una fuerte y súbita baja de la cuota de ganancia, pero esta vez por razón de un cambio en la composición orgánica del capital que no se debe al desarrollo de la capacidad productiva, sino a un alza del valor del dinero del capital variable (a consecuencia de la subida del salario) y al correspondiente descenso de la proporción entre el trabajo sobrante y el trabajo necesario".

"Superproducción de capital no significa nunca sino abundancia de medios de trabajo y de subsistencia susceptible de funcionar como capital, es decir, de ser empleado para explotar al trabajo hasta un cierto grado de explotación, ya que al descender este grado de explotación, por debajo de ciertos limites se producen perturbaciones y paralizaciones del proceso de producción capitalista, crisis y destrucción de capital".

Es importante destacar que la sobreacumulación de capital influye en la baja de la cuota de ganancia, a través de la relación entre la población trabajadora y el capital total, es decir, la proporción de trabajadores decrece en relación el aumento total de capitales.

Estos diferentes enfoques en tomo a la crisis que se encuentran en diferentes textos de Marx ha posibilitado que se desarrollen variadas concepciones sobre la causa de la crisis invocando tales citas.

III.- Corrientes y tendencias en la interpretación de la crisis desde el ángulo marxista.

La desproporcionalidad entre los sectores económicos.

Uno de los primeros autores que desarrolló una teoría sobre la crisis capitalista partiendo del problema de la "desproporcionalidad" entre los diferentes sectores de la producción, fue Tugán-Baranovski, quien sostuvo que tanto la baja de la tasa de ganancia, como el subconsumo no eran causas de crisis, haciendo en tal sentido una crítica a marxistas de la época, entre otros a Kautsky, Schmidt, quienes creían en la sobreproducción crónica como consecuencia de la insuficiente capacidad del mercado capitalista.

Tugán-Baranovski tenia como punto de partida una visión armonicista del régimen de producción capitalista, por ello sostenía que la producción crea un mercado para si misma, y muchos críticos han encontrado en este criterio una reiteración de la. Ley de Sayo Sin embargo, Tugán-Baranovski reconocía algunos desajustes temporales que podían ser controlados a través de la planificación, y en ese sentido sostuvo que la falta de planificación engendra la posibilidad de la crisis ya que una distribución proporcional entre los diferentes sectores de la producción haría coincidir la oferta y la demanda, manteniendo el equilibrio en una forma ininterrumpida, por lo que prácticamente el capitalismo podría desarrollarse indefinidamente.

Por otro lado, otro importante teórico ruso, Bujarin, se enmarca dentro de los autores del marxismo tradicional, que ven la crisis capitalista como un resultado de la anarquía en la producción y remite el análisis al conjunto de contradicciones inmanentes al capitalismo: contradicción entre producción y consumo, contradicción entre diversas ramas de la producción. Estas "contradicciones" internas al agudizarse impulsan la decadencia de las fuerzas productivas.

José Aricó comentando esta concepción de Bujarin dice al respecto:

"La teoría de la crisis de Bujarin, en consecuencia, nos es en última instancia, otra cosa que una versión modificada de la concepción Tugán-Baranovskiana, la cual aparece de manera muy evidente en el modelo que construye Bujarin de un Capitalismo de Estado donde aún manteniendo la Ley del Valor es capaz de crecer ilimitadamente en la medida que se respeten las proporciones entre producción y consumo (…)".

Cobra importancia destacar esta observación de Aricó, pues si la crisis es un problema que tiene sus causas en la desproporcionalidad entre los sectores económicos, con la aplicación de un plan "racional", a través de una directriz estatal se resolverían las contradicciones del capital, de allí el llamado Planismo que caracteriza a esta concepción sobre el origen de la crisis capitalista.

¿Cuáles son las consecuencias estratégicas y coyunturales del Planismo?

Siendo que esta perspectiva reduce la naturaleza del capitalismo a uno de sus rasgos constituyente: la producción anárquica, resulta obvio que tanto las tareas "transformadoras", como las salidas coyunturales para salir de las crisis están mediadas por la necesidad de regular y planificar la producción, que permita evitar las deformaciones sectoriales. De allí que exista una gran fe en la "intervención estatal" en las nacionalizaciones y confiscaciones que de alguna forma sedan la antesala de la transformación socialista.

Ante las diferentes manifestaciones de la crisis, tales como la inflación, el desempleo, etc, se plantea el control de precio por el Estado, plan de emergencia para generar empleo, y antes la desarticulación del sistema financiero, fuga de capitales, endeudamiento, se plantea la nacionalización de algunos bancos, racionalizando la actividad crediticia.

El consumo como factor generador de la crisis capitalista.

En la polémica con Tugán-Baranovski, algunos autores asumieron los puntos de vista del subconsumo, así por ejemplo Scmidt sostiene que la teoría marxista de la crisis se basa en la insuficiencia del consumo. Por su parte, Kautsky planteó que el subconsumo es la razón última pero no la causa directa de la crisis, sin embargo, fue Rosa Luxemburgo quien adoptó las tesis subconsumistas como una teoría del "derrumbe" del capitalismo. Veamos un resumen apretado de este enfoque.

Rosa de Luxemburgo

Partiendo de una interpretación de los esquemas de reproducción elaborado por Marx, Luxemburgo concibe el régimen de reproducción capitalista como un sistema cerrado, donde sólo existen obreros y capitalistas, y dado que la producción crece en mayor grado que el consumo de los obreros y capitalistas, se presentan una sobreproducción porque no hay mercado para dicha producción.

De allí que para que la acumulación se desarrolle debe encontrar salida para las mercancías. Ahora bien, Rosa Luxemburgo se pregunta: ¿de dónde van a salir consumidores que compraran las mercancías sin cuya venta no hay acumulación? y responde que estos consumidores no pueden salir ni de la clase obrera ni de los capitalistas, tampoco pueden ser los empleados, militares, clero, artistas, etc.

El capitalismo se ve obligado a buscar clientela consumidora entre los sectores campesinos y artesanos de los viejos países, o sea, unos terceros consumidores, que no son ni obreros ni capitalistas.

Esta cruzada en función de conquistar nuevos mercados se transforma en guerra, en crisis, preparando el capital su propia bancarrota, porque va absorbiendo a los sectores no capitalistas hasta a un límite en que se agota la acumulación, ya que no habrá "terceras personas" como consumidores, y en consecuencia se agudizan los antagonismo de clase que impulsan a la rebelión a la clase obrera que acabará con el capitalismo.

Natalie Moskowska

Suscribiendo el enfoque que coloca al subconsumo como causa de la crisis capitalista, Natalie Moskoswka se diferencia de Rosa Luxemburgo por no compartir su tesis sobre el papel de los mercados externos.

Esta autora sostiene que las perturbaciones de la economía no es de origen técnico ni organizativo sino social. De allí su rechazo a la tesis sobre la caída de la tasa de ganancia y de la anarquía de la producción como causa de la crisis. Para ella la causa de la crisis está en el empobrecimiento relativo, y en la sobreacumulación.

El empobrecimiento al cual se refiere Natalie Moskoswka es al poco aumento del salario real en relación de la productividad del trabajo. Este empobrecimiento, aparentemente inocuo, mina profundamente la economía capitalista y el abismo entre la producción y el consumo se hace cada vez más profundo. La diferencia entre el consumo que es técnicamente posible y el consumo real, provocan un déficit en el consumo, de allí que sobrevenga la sobreacumulación:

Las inversiones de capital se ven limitadas al descuidarse el consumo de masa, que establece obstáculos a la introducción de mejoras técnicas. Si no existe un consumo asegurado, no se introducen nuevas máquinas. Esta tesis se resume en estos presupuestos: al comprimirse el consumo, se limitan también las posibilidades del capital.

Paul M. Sweezy

Otro autor que se ubica dentro de las corrientes subconsumistas es Paúl M. Sweezy, quien asume la critica de la ley de caída tendencial de la cuota ganancia, señalando que tal teoría como la formuló Marx no es convincente por las siguientes razones:

- Marx parte del supuesto que el crecimiento de la composición orgánica del capital sube, pero la tasa de plusvalía permanece igual, o sea, que el trabajo muerto crece en mayor proporción que el trabajo vivo, manteniéndose constante la tasa de explotación.

- Esto no es cierto porque la productividad influye sobre el ejército industrial de reserva, deprimiendo los salarios y por ende elevando la cuota de plusvalía.

- La tasa de ganancia puede subir o bajar, ya que la composición orgánica del capital y la cuota de plusvalía son variables, es decir, la tasa de ganancia se hace indeterminada.

Sweezy también señala que la vigencia de la Ley de la tendencia descendente de la tasa de ganancia se fundamenta en la suposición de que la mercancía se vende por su valor, y se abandona esta suposición puede señalarse otra causa en el descenso de la ganancia: la incapacidad de los capitalistas de vender las mercancías, es decir la llamada crisis de realización. Sweezy divide la crisis en dos variantes desproporcionalidad y subconsumo, reconociendo que en el caso del subconsumo Marx no dejó elaborado en detalle una teoría al respecto, igualmente plantea que para que el subconsumo recupere su prestigio hace falta una formulación cuidadosa, libre de las objeciones hechas a las versiones precedentes. Sostiene entonces que la crisis capitalista se origina en el subconsumo por "insuficiente demanda", poco poder de compraestableciendo la existencia de un conjunto de medidas que permite anular el subconsumo: nuevas industrias, inversiones defectuosas, crecimiento de la población, consumo improductivo, gastos del Estado.

De estas cinco variables Sweezy señala que el consumo improductivo y el gasto del Estado tienen una importancia fundamental en el combate al subconsumo, y por supuesto pueden evitar la crisis generada por tal causa.

Se pueden anotar desde ahora que tales puntos de vista de Sweezy empalman con la matriz teórica keynesiana -tal como veremos más adelante- donde la función de la demanda agregada es colocada como un instrumento clave en el mantenimiento de los equilibrios macroeconómicos, y en ella el gasto público es su principal componente, en este caso es el Estado quien asume la tarea de "redistribuir el ingreso" para aumentar el poder de compra.

El derrumbe del capitalismo por el descenso de la tasa de ganancia y la sobreacumulación de capital.

Reiteramos en qué consiste la llamada "Ley de la Tendencia Decreciente de la Tasa de Ganancia".

En función de la acumulación, el capitalista se ve obligado a incrementar la inversión tanto de capital constante (materia prima, insumo, instrumentos y maquinarias) como de capital variable (medios para pagar la fuerza de trabajo).

Existe una tendencia en la producción capitalista que en la medida que esta se desarrolla, el capital variable decrece en relación al capital constante, es decir: La relación entre el trabajo muerto, maquinarias e instrumentos de producción, y el trabajo vivo que se necesita para ponerlas en acción nos señala que cada vez más se requiere menos fuerza de trabajo vivo que se necesita para ponerlas en acción, esta relación fue llamada por Marx Composición Técnica del Capital.

A partir de tal relación aumenta el capital constante y decrece el capital variable, esta ecuación es la Composición Orgánica del Capital.

Esta tendencia inmanente de la producción capitalista, donde se desplaza trabajo vivo (fuerza de trabajo) por trabajo muerto (maquinarias y equipos) conduce a la caída de la tasa de ganancia, que consiste en:

- Al crecer con mayor rapidez el capital constante que el variable y aumentar en tal sentido la composición orgánica (manteniendo la tasa de plusvalía invariable) la tasa de ganancia, que viene determinada por la relación entre la plusvalía y el capital total, tiende a descender.

- Cada capitalista en función de la "valorización-acumulación", es decir, producir un mayor trabajo excedente y transformarlo en ganancia, tiende a aumentar la producción y la productividad, donde el capitalista individual o como fracción tratan a través de la competencia, de ponerse al frente de la rama o sector más lucrativo, introduciendo nuevas tecnologías y nuevos procesos de trabajo, con lo cual ahorran mano de obra y obtienen ventajas comparativas que conducen a la ruina de los capitales no competitivos. Esto conduce a modificar la composición orgánica del capital y a reducir la "franja de valorización", o sea, utilización de menos trabajo vivo.

Este comportamiento de la Ley de la Tendencia Decreciente de la Tasa de Ganancia evidencia la naturaleza contradictoria del régimen de producción capitalista:

- Por un lado, a través del incremento de la productividad del trabajo, se reduce el trabajo necesario y aumenta el trabajo no pagado, el trabajo excedente. Al aumentar la escala de producción, se sustituye en forma creciente el trabajo vivo por trabajo muerto en la forma de maquinaria, abaratando los bienes y mercancías.

- Por otro lado, esta sustitución del trabajo vivo bloquea la valorización y produce la caída de la tasa de ganancia.

Para Marx esta contradicción es resuelta a través de la crisis tal como reseñamos anteriormente, ya que se pone en ejecución una serie de mecanismos que operan como contra-tendencias a que baje la tasa de ganancia. Entre tales mecanismos podemos destaca los siguientes:

- Elevación de la cuota de plusvalía a través de la explotación intensiva de trabajo.

- Reducción o desvalorización del valor del trabajo, a través de la ampliación del ejército industrial de reserva (desempleo), manipulación inflacionaria, congelamiento o rebaja compulsiva del salario.

- Abaratamiento o desvalorización del capital constante, obsolescencia programada de maquinarias y equipos. Este último aspecto como depreciación se exacerba en la crisis, donde se acelera la obsolescencia tecnológica antes que se produzca el desgaste físico o la vida útil de maquinarias y equipos.

Una lectura mecanicista de esta Ley sin tomar en cuenta función de estas contratendencias, ha conducido a la tesis del "derrumbe" del capitalismo como producto del progreso técnico, del crecimiento del capital constante.

Examinaremos a continuación algunos enfoques que se asocian a la caída de la ganancia y la sobreacumulación del capital.

Uno de los autores que planteó explícitamente la teoría del "derrumbe" fue Henrik Grossman, teniendo como causa la "sobreacumulación", en la que el capital crece más rápido que el plusvalor que puede extraerse de una cierta población, es decir, consiste en el hecho de que existe poca población obrera empleada para un capital grande.

Grossman estableció un esquema en el que predecía que la acumulación se detendría al cabo de cierto tiempo por una insuficiencia valorización. Dicho esquema definía la siguiente relación:

Insuficiencia en la Valorización -Crecimiento del Desempleo-Excesos de Capital-Estancamiento de la Acumulación.

En este proceso no es la baja en la. tasa de ganancia la que origina esta contradicción, sino la baja relativa de la masa de ganancia, señalando Grossman que existió un error de parte de Engels quien habría escrito en el III Libro de EL CAPITAL de Marx, la palabra tasa en vez de masa de ganancia. Para Grossman este equivoco tiene especial importancia, ya que sin esta precisión no comprendería el conflicto entre expansión de la producción y el bloqueo de la valorización. De allí que su teoría del "derrumbe" está vinculada con la caída de la masa de ganancia.

Pau/Mattick

Otro autor que suscribe la tesis de la sobreacumulación como causa de la crisis es Paul Mattick, quien coincide en señalar que cuando la expansión de la producción supera su rentabilidad, el proceso de acumulación se interrumpe. Esta parálisis de la acumulación constituye la crisis capitalista en forma de superproducción de capital. Tal fenómeno consiste en:

- Existencia de mucho capital en relación a un grado de explotación.

- La composición orgánica del capital no es compensada por una mayor plusvalía.

- La ganancia no crece al mismo ritmo que la suma de capital, de allí la interrupción de la expansión.

Por otra parte, Mattick establece que la teoría marxista sobre el capitalismo es simultáneamente una teoría de la acumulación y una teoría especial de la crisis, sin que las dos puedan ser tratadas de manera separadas. La teoría general revela como desciende la tasa de ganancia como producto del aumento en la composición orgánica del capital, pero esto sólo ocurre en la crisis, en la sobreproducción de capital.

Las barreras del régimen de producción capitalista no proviene de un abstracto descenso de la tasa de ganancia, sino que se revelan concretamente en la crisis de sobreacumulación.

Caída de la tasa de ganancia mediada por la lucha de clases.

Manuel Castell

En esta perspectiva de la crisis capitalista se inscribe Manuel Castell, quien reconoce la vigencia de la Ley de la caída tendencial de la tasa de ganancia, pero tomando en cuenta dos condicionamientos:

- La eliminación de los elementos naturalistas y mecanicistas incorporados en la teoría.

- La necesidad de vincular dicha teoría con la lucha de clases.

Los limites del proceso de acumulación son resultado de la crisis general de las relaciones sociales, siendo estos límites de naturaleza política, dependerán de la correlación de fuerza entre las clases.

Por ello uno de los principales obstáculos estructurales del capitalismo es la resistencia obrera a la explotación, tomando en cuenta los siguientes elementos:

- La cuota de plusvalía es lo esencial para la acumulación, la lucha por la magnitud social respectiva de trabajo pagado y no pagado es el factor decisivo de la tasa de explotación, y en consecuencia de la ganancia y de la modalidad de acumulación.

- El descenso de la tasa de ganancia tiene una serie de contra tendencias que intentan anularla. De allí que el proceso de acumulación sea contradictorio, no sólo porque tienda a la crisis, sino porque simultáneamente tiende a impedirla.

En el caso concreto de la crisis, donde se articula el estancamiento económico con la inflación, Castell señala que ello es el resultado del desarrollo contradictorio de estos dos aspectos: la tendencia al descenso de la tasa de ganancia que origina el estancamiento, y el conjunto de contra tendencias de signo opuesto que provocan la inflación estructural.

Una de estas contra tendencias que intenta anular la caída de la tasa de ganancia es la intervención estatal, la cual persigue los siguientes objetivos:

- Desvalorización del capital, asumiendo las actividades económicas no rentable.

- Subvenciones de diversas naturalezas al capital privado.

- Cubrir los costos de reproducción de la fuerza de trabajo.

- Estimular el mercado a través de actividades improductivas que generan una demanda agregada: gastos militares y burocráticos.

Un enfoque multicausal de la crisis.

Ernest Mandel

Para Ernest Mandel no se puede pretender explicar la crisis capitalista partiendo de explicaciones unilaterales y mecanicistas y en tal sentido hace las siguientes consideraciones:

"La teoría marxista de la crisis rechaza toda explicación monocausal. Las crisis no se deben exclusivamente al exceso de capitales sobre-acumulación o, lo que viene a ser lo mismo, a la insuficiencia de la masa de plusvalía producida. Tampoco se deben exclusivamente a la insuficiencia de poder de compra de las masas, ni a la desproporción entre los dos departamentos fundamentales de la producción: el departamento de los bienes de producción y el departamento de los bienes de consumo. Todas estas causas desempeñan un papel en el desencadenamiento de la crisis y en su producción díclica, pero ninguna de ellas determina por si sola el estallido regular de las crisis".

Mandel señala la necesidad de tomar en cuenta todas las determinaciones y contradicciones internas del capitalismo para poder establecer sus nexos orgánicos, de tal manera que se pueda dar cuenta de sus diferentes implicaciones:

- Sobreacumulación, pero reconociendo que a ésta le acompaña una sobreproducción de mercancía.

- Subconsumo, pero estableciendo que a los capitalistas no les interesa la simple venta, sino la venta con ganancia, igualmente rechazando las versiones vulgares que plantean que la crisis se resuelve con la distribución de ingreso, con aumentos salariales.

- La Anarquía y la Desproporción, pero negando cualquier versión armonicista donde la existencia de un cartel general que regule la producción haría desaparecer la crisis.

- La caída de la tasa de ganancia, pero sin el sentido mecanicista que sugiere una causalidad lineal del tipo.

- Caída de la Ganancia-Reducción del Empleo-Reducción del Salario- Crisis de Sobreproducción.

¿Distribuir el plusvalor o abolir el proceso de valorización?

No se puede negar que la anarquía, la desproporcionalidad y el subconsumo son aspectos que juegan un papel importante en el desarrollo de la crisis, pero es necesario volver a tener en cuenta que dichos enfoques se quedan en la esfera de la circulación, ya sea intentando armonizar las ramas productivas a través del plan, estableciendo una correspondencia entre producción y consumo.

Estos enfoques dejan intacto el proceso de "valorización" y sus articulaciones con el proceso de trabajo, no tienen como punto de partida la explotación del trabajo, sino su punto de referencia son:

- La asignación del plusvalor y su reparto.

- El costo de reproducción de la fuerza de trabajo.

De allí que las salidas para la crisis sean; planismo para hacer un reparto proporcional del plusvalor, equidad en la redistribución del ingreso. Es por eso que sostenemos que tales concepciones no coloca en tela de juicio el proceso de valorización y su aspecto central: la extorsión del trabajo, sino que se centra en la distribución del valor.

Estas limitaciones de los enfoques tradicionales en torno a la crisis, no sólo nos remite a un problema de tipo táctico en la elaboración de una plataforma de lucha reformista, sino que evidencia la importancia de la critica epistemológica que permita trascender la esfera de lo aparencial y superar los puntos de partida de tales enfoques, colocando el acento en la esfera de la producción real, el proceso inmediato de producción.

Christian Palloix

Christian Palloix reivindicando esta perspectiva de investigación y elaboración teórica, nos dice:

"(…) Hay que señalar también la convivencia que nos une (también ton otros) acerca de las grandes opciones de desarrollo de la investigación, desde la valorización hacia la acumulación, desde la circulación hacia la producción (en la unidad de la producción y circulación evidentemente) desde el beneficio hacia los modos de extracción de la plusvalía (absoluta y relativa) (…)"

"Solamente restaurando el espesar productivo del proceso de trabajo, se deriva la única autonomía que impulsará el curso de lo historio, lo autonomía de lo clase obrera, sujeto y no objeto".

Resulta obvio que esta formulación no se reduce a una opción epistemológica, sino que también posee importantes implicaciones en la lucha económico-social que deben desarrollar los explotados y oprimidos, ya que desde esta perspectiva resulta insuficiente las simples exigencias de "aumentos salariales" sino que plantea articular las demandas salariales y demás aspectos referidos al consumo, con un conjunto de reivindicaciones que tienen que ver con el proceso de trabajo: reducción de la jornada laboral, el rechazo al incremento de la Intensidad del trabajo, la impugnación a lo parcelación de la tarea, cuestionamiento a la "patología-industrial", veto a las normas de rendimiento: turno, sobretiempos, rotación, es decir, la resistencia que puede bloquear el proceso de valorización a través del control obrero.

Carlos Lanz Rodriguez

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