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Dólar: colapso y alternativa |
Cuando se anunció que los países del Alba (Bolivia, Nicaragua, Dominica, Venezuela, Cuba, Honduras) y Ecuador habían acordado establecer equipos técnicos para crear una zona monetaria, empezando por implementar a la brevedad un “sistema de compensación y moneda contable”, la prensa internacional confirmó la preminencia y urgencia de esta propuesta “post Bretton Woods” al informar sobre la intensificación e inusitada ampliación de la crisis sistémica que abate a EU, agravada por la desregulación, especulación sin freno y opacidades del Tesoro, la Casa Blanca y la Reserva Federal en torno al rescate de Wall Street por más de 700 millardos de dólares.
Desde los casinos de la alta finanza se juega con EU y el mundo: ¿por qué rescatan a Bear Stearns y no a Lehman Brothers?, ¿acarrean beneficios colaterales (sobornos), las líneas de crédito ofrecidas por la Fed a México y Brasil por 30 millardos cada una, para socavar en la región alternativas al dólar y al FMI-BID-Banco Mundial? En medio del derrumbe del sistema dólar las maniobras entre amiguetes de centro y periferia procrean desastres mayores con alto impacto, como la caída de Citigroup (NYT, 22/11/08). Citigroup, con recursos estimados en 2 billones de dólares y correveidiles, tipo Robert Rubin en altos puestos avalando transas con Enron, Salinas, Zedillo y Goldman Sachs, es de ingrata memoria en México y ahora también en Wall Street.
Por su clasismo, el rescate o nacionalización de facto de Citigroup contrasta con las reticencias al subsidio de automotrices, General Motors (GM) en particular, por los millones de sindicalistas que se verían inmolados con su liquidación. William Engdahl de New World Order, autor de A Century of War (University of Michigan Press, 2004), dice que el destino de Citigroup está tan entrelazado con otras financieras de EU que las pérdidas en cadena, según el FMI, podrían llegar a 1.5 billones de dólares, mientras la crisis crediticia dificultaría el acceso a líneas de crédito-puente para GM con un impacto multiplicador devastador que lanzaría a la calle a más de 15 millones de trabajadores. A decir de Engdahl, esto significa que “… el rescate de Citigroup y la debacle de GM han confirmado la muerte del sistema dólar”, eje, con el Pentágono, de la Pax Americana por lo que no sorprende al autor que en la reciente cumbre entre la Unión Europea y los países asiáticos, voceros oficiales de China plantearan “desdolarizar” el comercio entre la UE y las naciones de Asia.
De aquí la relevancia del planteo del presidente ecuatoriano Rafael Correa en la cumbre del Alba al abogar por colocar la iniciativa del presidente Chávez de un Sistema Unificado de Compensación Regional (SUCRE), como parte de una arquitectura regional con tres pilares: un banco de desarrollo regional, un fondo de reservas internacionales común para la región “para contar con fondos que respalden en caso de crisis” y “una coordinación monetaria” incluyendo mecanismos de compensación recíproca “y una moneda contable como preámbulo de una moneda física”. Para mitigar impactos mayores urge empatar el Sucre de Alba con la desdolarización en curso en Mercosur y en el comercio entre Brasil y Argentina, y aplicar esa agenda activando “ahora” el Banco del Sur.
Aunados los efectos de largo plazo generados por corruptelas elitistas en Estados Unidos a la enormidad de su crisis hegemónica, en verdad hay riesgos de terremotos todavía mayores: con cálculos realizados por D. B. Papadimitriou y L. R. Wray del Instituto Levy en torno a la dimensión de los desfalcos bancarios acumulados en EU –unos 2 billones de dólares– y sobre la ineficacia de nuevas medidas adoptadas por el Tesoro y la Reserva Federal, Engdahl advierte que “2009 será un año de choques titánicos y de cambios en el orden global en una escala que quizá no se ha experimentado en los últimos cinco siglos. Es por ello que debemos hablar del fin del siglo americano y del sistema dólar”.
John Saxe-Fernández

Etiquetas: conocimiento, inteligencia, medios, monopolios, multitud, politica.
La democracia burguesa, para hacerla parecer efectiva a nuestros ojos, debe ser vestida de atributos aparentemente colectivos que permitan la perpetuidad de las condiciones económicas que sustenta. Atributos que no son otros que las elecciones y la alternabilidad.
Elecciones: Posibilidad de Dominación o Liberación.
La democracia burguesa debe respaldar el régimen de explotación capitalista y para ello se presenta bajo la apariencia del interés colectivo.
En el capitalismo los candidatos a cargos de representación popular que se encuentran en mejores condiciones de exhibirse como “protectores del interés común” son contrariamente, aquellos que personifican a la minoría, a los capitalistas; los otros son macerados en el fango de penuria política.
Un ejemplo reciente lo tenemos en las elecciones norteamericanas, donde los dos únicos candidatos que acapararon la atención mundial, fueron los representantes de los partidos Demócrata y Republicano, ocultando al pueblo norteamericano y al mundo unos diez candidatos, con planteamientos diferentes y alternativos, algunos como:
Ralph Nader (independiente); Bob Barr (Partido Libertario); Chuck Baldwin (Partido de la Constitución); Cynthia McKinney, (Partido Verde); Alan Keyes, (Partido Independiente); Brian Moore, (Partido Socialista).
Las elecciones en la democracia burguesa, es la bandera que se utiliza para hacernos creer que estamos escogiendo entre proyectos políticos diferentes, cuando en realidad se elige al verdugo que ejecutará la sentencia de muerte dictada por el capital: Concentración de toda la riqueza material y espiritual en manos de la burguesía y mayor miseria e inhumanidad para los trabajadores.
Las elecciones en el capitalismo sirven para renovar la cara de la dominación, la que debe mantenerse para bien de su sistema de explotación. Por el contrario, para un proceso revolucionario estas deben constituirse en elementos de mayor conciencia y organización, en donde los mejores y más comprometidos con las reivindicaciones de los trabajadores, sean elegidos para llevar a término la planificación económica y social del país.
Chávez materializa las reivindicaciones que teníamos pendientes los trabajadores y de hecho, se ha constituido en nuestro representante, frente a los candidatos de la burguesía y del régimen capitalista e imperial.
Estamos construyendo un Estado social que va rumbo a consolidarse como socialista; las elecciones deben permitirnos la concientización y organización, para lograr el desarrollo humano tanto tiempo postergado. Para ello debemos dar un sentido distinto a las elecciones, en donde apoyemos la continuidad del proyecto socialista y el fortalecimiento de los consejos comunales, que a lo inmediato sirven para lograr mejoras en las comunidades pero son las mejores escuelas para alcanzar el siguiente peldaño de la participación en la dirección del Estado.
Las elecciones en el régimen democrático burgués, son para mantener la dominación y la explotación económica de clase. En el socialismo brindan más democracia, al otorgar al pueblo no solo la posibilidad de elegir sino de organizarnos para escoger a los mejores de entre nosotros y que participemos del ejercicio de gobierno comunal y Estatal.
Alternabilidad: el mito gatopardista.
Es en la novela El Gatopardo, del escritor italiano Giuseppe Tomaci Di Lampedusa, donde se expone la frase: "Si queremos que todo siga como está, es necesario que todo cambie". De igual manera se puede aplicar al principio de alternabilidad que tanto defiende la burguesía y sus representantes:
“si queremos mantener el régimen de dominación y explotación es necesario alternar los gobiernos”.
No hay cambio en las políticas diseñadas por la burguesía cambiando gobiernos. Si para el capitalismo las elecciones son la bandera que nos hace creer en el otorgamiento de derechos civiles y políticos; la alternabilidad es la punta de lanza de la dominación, que nos sumerge en la creencia de que escogemos el gobierno que queremos.
La alternabilidad es un laberinto que conduce al mismo destino: dominación política y explotación económica por la burguesía. Es una falsa creencia de libertad de opciones. Dentro de la democracia burguesa encarna siempre un interés de clase en detrimento de la mayoría de los trabajadores.
No puede haber alternabilidad donde existen condiciones de desigualdad económica, social, jurídica y de participación política, ya que esta presupone la igualdad para todos los ciudadanos. En Venezuela existen diferencias de clase: una mayoría de trabajadores que viven de su trabajo para mantenerse, frente a un pequeño grupo que explota y oprime a esa mayoría; en esas condiciones no hay equidad ni igualdad que admita suponer que la alternabilidad nos permita escoger un gobierno que verdaderamente asuma las tareas de alcanzar la justicia, la libertad, la equidad y de pleno desarrollo humano, los cuales solo son realizables dentro del socialismo.
Reelección: cumplimiento de las tareas socialistas
Las tareas que en Venezuela tenemos frente, deben ser asumidas de forma inmediata y sin interrupciones. En este sentido, la reelección debe entenderse como la única forma de dar continuidad al proyecto socialista de justicia y equidad, en donde se cancele definitivamente la deuda social y nos dirijamos por fin a lograr el desarrollo humano.
No podemos entregar, a estas alturas del proceso, las responsabilidades que hemos adquirido con los excluidos de ayer; no podemos entregar en las manos de la política burguesa el destino de los recursos del país. No podemos entregar el proceso de aprendizaje, que hemos iniciado los trabajadores, para administrar nuestros recursos, que por ahora son comunitarios y que muy pronto serán para la administración del gobierno.
Hacerlo seria traición y entregarnos a las fauces de capital, quien está esperando el momento oportuno para callar nuestro ejemplo en América latina y asestarnos el golpe definitivo que nos lleve de vuelta a la dominación y explotación mas cruenta.
Está prohibido claudicar. La reelección, en este momento histórico es revolucionaria.
Reelegir a Chávez para continuar los cambios que necesitamos, es continuar profundizando el socialismo y el poder popular.
No podemos dejarnos atrapar por el formalismo de la oposición burguesa que nos dice que la alternabilidad es democracia y la reelección es dictadura. La alternabilidad en la democracia burguesa es la dictadura que el capitalismo les impone a los pueblos. La reelección hoy día, con Chávez es mayor democracia, porque nos permite profundizar el socialismo, los derechos del pueblo a elegir y ser elegidos y a constituirnos en gobierno dentro de las comunas como dentro del aparato del Estado.
¡Hacia el referéndum para la reelección de Chávez!
¡Hasta La Victoria Siempre, Venceremos!
(mas...)
Denny Ortuño
La urgencia de la solicitud de GM despertó nuevas preocupaciones de que es posible que a la automotriz no le quede otro remedio que acogerse a la protección por bancarrota. Representantes del sindicato United Auto Workers (UAW) dijeron durante una reunión ayer que GM podría verse forzada a declararse en quiebra antes de Navidad si no logra los fondos gubernamentales en los próximos días, dijo una fuente cercana.
Desplome en las ventas
Durante una conferencia telefónica con periodistas, el director general de GM, Frederick "Fritz" Henderson, señaló que la compañía no está considerando la bancarrota como alternativa y se está concentrando exclusivamente en conseguir la asistencia de Washington. "No hay un plan B", insistió.
Los detalles de las peticiones de GM y Ford coincidieron con otra ola de malas noticias para el sector. Las automotrices calculan que las ventas de vehículos nuevos en Estados Unidos cayeron cercera de 35% en noviembre, frente al mismo período del año anterior.
Las ventas de GM se precipitaron 41% para llegar a 154,877 autos y camionetas. Las de Ford declinaron 30,6%, a 123.222 unidades, mientras que las de las japonesas Toyota Motor Corp. y Honda Motor Co. bajaron 34% y 31,6%, respectivamente, a 130.307 vehículos y 76.233.
Chrysler LLC, que también está solicitando préstamos federales al igual que Ford y GM, aún no había presentado sus cifras de ventas ni revelado detalles de su plan de reestructuración al cierre de esta edición.
Las tres grandes automotrices de Detroit aparecieron en conjunto el mes pasado ante el Congreso para pedir US$25.000 milllones en préstamos de bajo costo, para ayudarlas a superar la recesión en la economía estadounidense, que se ha traducido en uno de los peores baches por los que ha atravesado la industria en décadas.
Sin embargo, los legisladores no quedaron convencidos de que las automotrices de Detroit tenían planes claros para volver a la rentabilidad y les dijeron que volvieran el 2 de diciembre con más detalles sobre cómo utilizarían los fondos de los contribuyentes y cómo se reestructurarían para "volverse viables".
En una presentación de 33 páginas, Ford dijo que no necesita los fondos estatales inmediatamente pero solicita una línea de crédito de US$9.000 millones por si la recesión resulta ser más prolongada y profunda de lo esperado. La empresa calcula que puede volver a la rentabilidad hacia 2011 y añadió que aceleraría el desarrollo de vehículos híbridos y eléctricos, reduciría el número de concesionarios y reconfiguraría sus fábricas para producir autos pequeños en EE.UU. que pueda vender con una ganancia.
Durante una entrevista telefónica, el presidente ejecutivo de Ford, Alan Mulally, sugirió que es posible que la UAW también tenga que hacer ciertas concesiones para facilitar la recuperación de las automotrices. "Todos los elementos" del contrato actual de la UAW deberían ser revisados para que la industria automotriz estadounidense pueda seguir siendo competitiva, dijo. Ford está en mejor forma que GM en gran parte porque Ford hipotecó casi todos sus activos en 2006, una medida con la que recaudó US$18.000 millones antes de que los mercados de crédito se secaran.
En su testimonio ante el Congreso el mes pasado, el presidente ejecutivo de GM, Rick Wagoner, manifestó que la compañía podría quedarse sin dinero antes de que el presidente electo Barack Obama tome posesión de su cargo en enero, si no recibe los préstamos estatales. En ese momento, dijo que GM necesitaba entre US$10.000 millones y US$12.000 millones. Durante una conferencia telefónica ayer, Henderson dijo que GM está tratando de conseguir US$12.000 millones en préstamos y una línea de crédito adicional de US$6.000 millones.
A cambio, el fabricante estaría dispuesto a otorgarles a los contribuyentes derechos de adquisición de acciones y una promesa de que devolverá el dinero alrededor de 2012. Henderson aseguró que las operaciones norteamericanas de GM podrían alcanzar el punto de equilibrio para 2012.
Pero no se trata de una bancarrota como tal, ya que de llegar a ese extremo los expertos vaticinan una catástrofe para todo el negocio automovilístico de EEUU. Se trataría de una bancarrota pactada que les permitiría llevar a cabo una reestructuración de sus negocios sin tener que afrontar una liquidación.
Durante esta semana GM, Ford y Chrysler han presentado sus respectivos planes de viabilidad al Congreso. En dichos informes están las distintas reformas que las tres empresas estarían dispuestas a afrontar para que el Gobierno les conceda los 34.000 millones de dólares que solicitan. Esas reestructuraciones pasarían por la fabricación y el desarrollo de nuevos modelos más eficientes, recortes de plantilla y rebajas de sueldos de ejecutivos.
Según la agencia de noticias Bloomberg, fuentes cercanas a las negociaciones entre los fabricantes de coches y el Gobierno han asegurado que miembros de los despachos de tres congresistas han consultado a expertos para ver si el plan de una bancarrota pactada es viable.
Este proceso no está exento de riesgos y se antoja complicado, ya que la delicada situación financiera de GM y Chrysler podría desembocar en el hundimiento total del sector. De producirse la bancarrota de GM, esta supondría más de 200.000 millones de dólares en deuda con intereses para la compañía de Detroit. A esto habría que sumar el hecho de que su brazo financiero, GMAC, podría perder su valor, afectando de forma directa al bolsillo de miles de jubilados y contribuyentes estadounidenses. Esta circunstancia golpearía aún más al consumo estadounidense, algo que el Gobierno de la primera economía del mundo debe prevenir.
A la espera de que el Congreso se pronuncie sobre las ayudas solicitadas por los fabricantes de coches, los títulos de GM pierden un 3,67% en Wall Street, mientras que los de su rival Ford suman un 1,75%.
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