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Lukoil acepta entrar en Repsol |
Cita de urgencia entre banqueros y rusos. La petrolera Lukoil mantuvo ayer su primer cara a cara con Santander, Calyon, Caja Madrid y Citigroup, además de La Caixa, los principales bancos acreedores de Sacyr, la constructora presidida por Luis del Rivero que necesita vender su participación del 20% en Respol para reducir su abultada deuda, que sin contabilizar la venta de Itinere llega casi a los 20.000 millones de euros.
Ayer fue noticia: la petrolera rusa negocia la subrogación del préstamo que Sacyr obtuvo para entrar en Repsol. Dicho de otra manera, si Lukoil obtuviera la financiación necesaria para comprar el 20% por parte del mismo sindicato de bancos, la deuda sólo cambiaría de manos, ya que el dinero que desembolsará la petrolera rusa a Sacyr sería empleado por la constructora para pagar a las mismas 48 entidades que participan en sindicado del préstamo que obtuvo en diciembre de 2006.
La estructura de la operación permitirá a los bancos mantener con posibilidad de cobro el dinero prestado para la aventura inversora de Sacyr. Las circunstancias del mercado, con las acciones de Repsol muy por debajo de los 21 euros a los que ejercía como garantía, han estrangulado financieramente a la constructora, que no podría hacer frente a sus compromisos de pago a finales de año. Ante este escenario, los acreedores han preferido adelantarse a los acontecimientos y han optado por cambiar de sujeto para no tener que provisionar.
En principio, según las fuentes consultadas, Lukoil está dispuesta a pagar 26,5 euros por acción. Es decir, a aceptar las mismas condiciones del préstamo que obtuvo Sacyr. De ser así, la rusa pagaría un precio muy alejado al de la cotización actual, de 14 euros por acción. "Tiene que haber prima, porque ese porcentaje no puede comprarse en mercado. Además, Lukoil también tiene que pagar un coste por entrar en otro país".
Como han reconocido algunos de los protagonistas, en la operación también participarán otros minoritarios de Repsol, caso de Mutua Madrileña y Caixa Cataluña, con porcentajes del 2% y el 1,6%, respectivamente, a los que se suma el 4,5% que La Caixa tiene en la sociedad cartera Repinvest. Con todas estas partes, Lukoil sólo alcanzaría un 28,1%, que redondearía a posteriori con más acciones de Criteria en Repsol.
Con el plácet de Moncloa
La opción de Lukoil cuenta con todas las bendiciones gubernamentales. “Es el mal menor, en tiempos de crisis no suele haber buenas soluciones”, explican desde un banco de negocios próximo a la operación. “Vista la reacción de rechazo de toda la prensa, tanto de izquierdas como de derechas, tal vez la gente no sea consciente de que la alternativa es que quiebre alguien y a continuación se lleve por delante algún banco”.
Por lo avanzado de las negociaciones, con las líneas generales de la operación ya dibujadas, la candidatura de Lukoil ha sido elegida como la menos mala de la opciones existentes. Al menos, la mejor de entre las otras dos existentes: un fondo soberano y una petrolera con presencia pública en su capital, de acuerdo con fuentes accionariales de Repsol. "Si se quiere otra solución, sería más fácil ayudar directamente a Sacyr".
Tras el consejo de ministros celebrado ayer viernes, la vicepresidenta del Gobierno, Maria Teresa Fernandez de la Vega, expresó el deseo de que la dirección de Repsol siga siendo española. Una situación paradójica, pues la entrada de Lukoil supone un cambio de accionista de referencia, aunque asumible por la petrolera rusa si se entiende como una de las condiciones impuestas por Moncloa para dar el visto bueno a la operación.
En este sentido, la españolidad de Repsol quedaría garantizada con la continuidad de La Caixa y, por tanto, de Antonio Brufau como presidente de la petrolera española. Según las fuentes consultadas, el primer ejecutivo, que accedió al cargo en 2004, después de que la caja catalana decidiera relevar al anterior presidente, Alfonso Cortina, continuaría en el puesto hasta su edad de jubilación, con una indemnización para el caso de que fuera relevado.

Etiquetas: conocimiento, memoria, monopolios, multitud, politica.
Por un lado, La Caixa está dispuesta a entrar en la financiación de la operación de compra por Lukoil del 20% que tiene Sacyr. En un comunicado a la CNMV remitido ayer, La Caixa reconocía que la entidad participará «en concepto de posible financiador» en esa operación. Eso sí, La Caixa también se sumará a ese proceso de venta, con parte de las acciones que controla en Repsol, de la que es socio histórico (es el lado vendedor).
La intención de Lukoil es adquirir hasta el 29,9%, y así no lanzar una opa. Un 20% será el de Sacyr. ¿De quién será el otro 9,9%? Es donde aparece el lado mediador de La Caixa. Ayer todavía se negociaba este punto. La Caixa tiene el 12,68% de Repsol, un 9,8% de forma directa y el resto por la parte que le corresponde en Repinves.
En esta sociedad, que tiene el 5,02% de Repsol, también está Caixa Catalunya. Todo apunta a que ese 9,9% procederá del paquete de Repinves (Caixa Catalunya saldría de Repsol), y de las acciones directas de La Caixa, que se quedaría con un 5% de Repsol. Otros accionistas de Repsol, como Mutua Madrileña (2%), también quieren sumarse, por lo suculento del precio. Se está hablando de al menos 28 euros por acción, aunque Lukoil intenta reducir al máximo esa cifra. Con todo, el problema de la financiación es otro de los grandes escollos.
Lukoil, que tiene sus propias estrecheces financieras, busca una compra apalancada a partir de los mismos préstamos que en su día suscribió Sacyr para hacerse con Repsol, pero en mejores términos. Santander fue uno de los bancos más involucrados en esos préstamos, y La Caixa se puede meter de lleno ahora. La búsqueda de financiación para la operación de Lukoil (al fin y al cabo una solución airosa para la situación de Sacyr) no es lo único que se quiere cerrar.
Sigue pendiente el fleco de Itínere. El grupo Abertis, del que La Caixa tiene el 29%, está interesado en la compra de varias autopistas, junto a Citi y a Atlantia, pero no a cualquier precio. Máxime si La Caixa ha tenido un papel activo en la financiación de la operación de venta de Repsol, que beneficia a Sacyr.
El acuerdo de compra de Itínere ha estado próximo en varias ocasiones en las últimas semanas, pero se sigue negociando, con la posibilidad de que haya variaciones en el precio y en el reparto de los activos. Los contactos se retomarán mañana para dirimir las diferencias.
Desde numerosos ámbitos, hay convencimiento de que Lukoil no es la solución ideal para Repsol, por los recelos que genera una empresa rusa. Pero a estas alturas (desde Bruselas y desde Moncloa hay luz verde) se considera el mal menor. Otras alternativas que se sondearon fueron que La Caixa asumiera parte del paquete que tiene Sacyr en Repsol, o incluso que la sociedad estatal Sepi se hiciera con el paquete por entre 27 y 30 euros por acción.
En busca de solución para el préstamo que ahogó a Sacyr
Lukoil intenta que las entidades que en su día financiaron a Sacyr en la compra de Repsol, más La Caixa, sean los que le presten dinero para adquirir ahora el 29,9% de la petrolera. Sacyr irrumpió en Repsol a finales de 2006. Pagó 6.521 millones por el 20%. La compra supuso una de las mayores financiaciones del momento.
Con la coordinación de Santander, se firmó un crédito sindicado con 40 entidades por 5.200 millones, con las propias acciones de Repsol como garantía (pignoración). Además de Santander, encabezaron el sindicato Citigroup, Caja Madrid y Calyon. La Caixa planteó ayer a los líderes del sindicato que permitan a Lukoil subrogarse en esos préstamos. Como hay poco amortizado, sería prácticamente la misma cantidad (5.200 millones).
En principio, las entidades están de acuerdo, siempre que Lukoil aporte garantías adicionales a la pignoración de acciones. Entre otras cosas, para compensar las garantías de Testa, que desaparecen si Sacyr sale de Repsol. Sacyr puso estas garantías adicionales cuando Repsol cayó en bolsa. Fue la evidencia de cómo ese crédito tan elevado ahogaba a la compañía.
Otro de los problemas de la subrogación es que el acuerdo con los líderes del sindicato tiene que ser ratificado por el resto de entidades que participaron en el préstamo. La garantía extra que aporte Lukoil podría ser el 9,9% que compre de Repsol, adicional al 20% de Sacyr. Para esa compra, también necesita financiación. De ahí que La Caixa entre también como posible «financiador».
Por un lado, la situación de Lukiol; por otro, el complejo conjunto de accionistas que rodea a Repsol. La Caixa posee otra importante participación en una compañía energética, un 35% en Gas Natural, en la Repsol tiene casi un tercio del accionariado. La Caixa podría querer cambiar su participación, para consolidar su posición en Gas Natural abandonando Repsol, una opción que dejaría a la compañía sin un accionista mayoritario y vulnerable a una oferta.
"La política española hace difícil que está operación se ejecute", señala el FT. Repsol está protegida, y Lukoil sólo podría obtener cinco puestos de los 16 existentes en el consejo de adminstración de la compañía, una cantidad importante pero no decisiva. "Como la mayor parte de las óperas bufas, en las que los episodios subsiguientes son un anticlimax, parece que Repsol por ahora seguirá siendo española", sentencia.
Blanco llama "inmoral" a Rajoy por apelar al valor estratégico de Repsol
Mientras, ayer el vicesecretario general del PSOE, José Blanco, tachó de "inmoral" al líder del PP, Mariano Rajoy, por apelar ahora al valor estratégico de Repsol cuando fue el Gobierno de José María Aznar, del que él formaba parte, el que "arrojó" a esta empresa al mercado con su privatización.
Blanco convino con Rajoy en que Repsol tiene un valor estratégico, pero subrayó que "bien lo podía haber entendido el Gobierno de Aznar cuando adoptó la decisión de privatizarla". "Y ahora (Rajoy) debería saber que está privatizada y que la capacidad de actuar del Gobierno es más bien escasa por la decisión que en su día adoptó el PP", le dijo.
A preguntas de los periodistas, no quiso entrar a opinar sobre las declaraciones del ex presidente Felipe González, contrario a la venta a Lukoil, y recordó que, en cualquier caso, Repsol es una empresa privada y esa decisión la tienen que tomar sus accionistas.
La fuente explicó a Reuters que la Caixa se reunió el pasado viernes con los principales acreedores de Sacyr - Santander, Caja Madrid, Citigroup y Calyon - para tratar el asunto, aunque una portavoz de la caja catalana dijo a Reuters que el proceso se encuentra "en una fase incipiente", confirmando declaraciones realizadas el fin de semana por su director general. Fuentes próximas a la negociación afirman que Sacyr y Lukoil han llegado ya a un acuerdo de venta al que se sumarían también Criteria, Caixa Catalunya y Mutua Madrileña de forma que la rusa adquiriese casi un 30 por ciento de la española.
Con estas condiciones y un precio de referencia que, según fuentes que participan en la operación podría alcanzar los 28 euros por acción, como adelantó Cotizalia el pasado miércoles 19 de noviembre. Lukoil necesita antes que nada obtener una financiación de más de 10.000 millones de euros.En principio, la idea manejada por La Caixa es que la rusa asuma el crédito de 5.175 millones de euros con el que Sacyr compró el 20 por ciento de Repsol. Pero, además, Lukoil necesitaría más financiación para cubrir la diferencia entre este crédito y el precio y la adquisición del 9,9 por ciento adicional en manos de La Caixa, Caixa Catalunya y Mutua Madrileña. Según documentos oficiales registrados en la SEC, el crédito de 5.175 millones de euros de Sacyr está liderado por Citibank (1.154 millones), Santander (1.154 millones), Calyon (563 millones) y Caja Madrid (933 millones).
Pero diversos analistas consideran que más que la financiación, realmente compleja en un momento de fortísimas restricciones de crédito, las principales dudas a la operación tienen carácter político. "La reacción por parte del Gobierno a la operación ha sido poco clara", explicó Fortis en una nota. Si "bien se prefiere que Repsol siga siendo una compañía controlada por capital español dado su carácter estratégico, las declaraciones del presidente del Gobierno apuntarían a que no bloquearían la operación dado que se trata de una compañía privada".
A pesar de que muchos consideran un riesgo el hecho de que los principales accionistas de Lukoil estén vinculados al Gobierno - el mayor accionista es Vagit Alekperov (20,4 por ciento en mayo de este año), ex ministro ruso de energía -, Zapatero defendió la semana pasada el carácter privado de Lukoil tras recordar que la estadounidense ConocoPhillips tiene un 20 por ciento del capital. "Sería de una enorme ingenuidad creer en su independencia (de Lukoil) del Gobierno cuando añadimos el hecho de que en torno al 90 por ciento de sus reservas se sitúan en territorio ruso", explicó Fortis. "Aunque ConocoPhillips tiene un 20 por ciento de las acciones, no pensamos que esta participación la convierta en una compañía independiente de poderes públicos". Además, la operación ha desatado una batalla política, con cruces de acusaciones entre el Gobierno y la oposición e, incluso, entre distintos miembros del Ejecutivo. Mientras el presidente español y su vicepresidenta se mostraron abiertos a la entrada de la rusa, el ministro de Industria, Miguel Sebastián, ha mostrado una actitud que los analistas interpretan como de franca oposición.
Visto el clamor contra Lukoil, la caja catalana, que dirige las negociaciones junto con los acreedores de Sacyr, representados por Citigroup, Santander, Caja Madrid y Calyon, ha revisado las urgencias con las que estaba abordando la operación. Como ha concluido el equipo de Isidro Fainé, si el precio a pagar por salvar a Sacyr pasa por someter a La Caixa y a su red comercial a una crítica generalizada habrá que hacer alguna reconsideración.
Aunque han pasado ya tres años desde el embarazo no deseado, la frustrada compra de Endesa por parte de Gas Natural, controlada por La Caixa y Repsol, todavía recuerda experiencias demasiado negativas. El desgaste sufrido entonces, con una penalización a modo de boicot a la caja y a los productos catalanes, que se agravó en el tiempo por la duración de la guerra de opas que provocó la entrada de la alemana E.On.
Por si fuera poco, nuevos ingredientes han contribuido a recelar de la alternativa Lukoil. “Cuando se descubrió que la rusa no podría abordar una oferta satisfactoria se pasó a la solución de subrogación del crédito”, explican desde Barcelona. La propia caja catalana, que vendería hasta un 5% de su participación en Repsol, ha reconocido que mantiene contactos con los principales bancos acreedores de Sacyr para cerrar una propuesta de financiación a la rusa.
Además, por si fuera poco, tanto desde el PSOE como desde el PP se ha criticado abiertamente la operación de Lukoil. Mientras, el Gobierno se ha limitado a dar el visto bueno, manifestado públicamente que le gustaría que la dirección de Repsol siguiera en manos españolas. Aun así, la división dentro del Ejecutivo es total, con opiniones encontradas sobre la solución que debe darse a Sacyr/Repsol/Santander.
Se buscan candidatos serios
Como ayer informó este diario, Sacyr y su grupo de bancos acreedores han tenido ofertas de la petrolera estatal china CNPC y del fondo soberano de Kuwait (KIA) para entrar en Repsol. Sin embargo, estas opciones fueron descartadas por el carácter público de las compañías. "Por algún motivo, se ha hecho pensar a Zapatero que la candidatura de Lukoil es la úna solución posible", explica un accionista de la petrolera.
Las alternativas disponibles son varias, aunque también controvertidas. Por un lado, se ha barajado que sea dinero público, a través de la SEPI, el que salve a Sacyr y compre su 20% en Repsol. "No haría falta llegar tan lejos, bastaría entrar en el capital de la constructora, con una inyección de 1.000 millones, para afrontar pagos y generar confianza a sus acreedores", según explica un banquero de negocios.
Otra de la opciones que se comenta, como juego de posibilidades, es que la francesa Total, una de las tres majors europeas junto a BP y Shell, ejerciera como caballero blanco en la operación, tras el rechazo generalizado a la rusa Lukoil. No obstante, el riesgo/país que tiene Repsol en Latinoamérica, entre otros factores, haría imposible que la francesa o un comprador de su perfil pagara el precio reclamado por los acreedores de la constructora.
Así son las cosas y ello explica que para salir de la situación se esté dispuesto a asociarse con el diablo... o con los rusos... o con los chinos, que es la alternativa que está manejando en estos momentos. No se trata de buscar un socio para desarrollar una compañía, sino para sobrevivir. Para sobrevivir... el sector inmobiliario... el sector financiero.
El asunto no es tan fácil como llevar al paredón a Del Rivero, ni tampoco rechazar cualquier oferta para esperar otra nueva que tenga el suficiente pedigrí de solvencia y seguridad. Y, como en casi todos los aspectos de la vida, el tiempo no resuelve nada por sí sólo. Hay que tomar una decisión cuanto antes.
Por otro lado, si un "competidor" toma menos de un 30% no tendrá el control pero deberá "respetar la independencia del grupo", "aportar valor" y "cumplir los reglamentos" para tener representación en el Consejo.
El presidente de Repsol puso tres premisas a la entrada de un nuevo socio en la compañía. La primera, que la petrolera debe seguir siendo privada y que, por tanto, "el capital público no tiene que estar en el capital de Repsol salvo razones históricas como en el caso de Pemex".
La segunda premisa pasa por el respeto a la independencia del proyecto empresarial de Repsol, en el que participan más de 35.000 trabajadores y en el que hay inversiones comprometidas por 6.000 millones al año, afirmó.
La tercera y última premisa es que Repsol debe estar "al margen de vaivenes accionariales por el bien de los accionistas y de la propia sociedad".
Una barbaridad de un calibre desconocido que, pese a los que se quiera vender desde el lado gubernamental, no tiene parangón con lo que se ha hecho con los grupos financieros fuera de nuestras fronteras. Repsol ya fue privatizada -el último tramo se vendió en 1996- por orden del PSOE y del PP y se acabó.
Ahora lo que toca es ejecutar las garantías al señor Del Rivero que, sorprendentemente, todavía no ha dimitido. Ejecutarle las garantías con las que el empresario murciano saltó la valla de la construcción, donde sí que era bueno, para meterse a petrolero para no ser menos que sus competidores de ACS y Acciona. La compra del 20% de Repsol la hizo con un préstamo en una sociedad sin apenas capital y cuyo aval fueron las propias acciones, que ahora valen un 40% menos.
Como le pasaría a usted si no pagara los intereses que debe, le ejecutarían las garantías y perdería su casa. Ese es el dilema de Sacyr, que no tiene dinero para pagar. Pero a diferencia de lo que le pasaría a cualquier hijo de vecino, a la constructora y a su ínclito presidente no le guillotinan porque la sangre mancharía, entre otros, a Banco Santander, La Caixa, Citigroup y alguna que otra gran fortuna española, como la de Juan Abelló o la de Ramón .Calderón, presidente del Real Madird.
Si finalmente no se perpetra el escándalo de Lukoil, me da miedo pensar en la alternativa que estén barajando Miguel Sebastián o Pedro Solbes, por cierto, desaparecido en este combate. Lo sencillo sería que, como ya hicieron con Inmobiliaria Colonial, los acreedores, liderados por don Emilio Botín, le echen valor y se queden con los títulos, se conviertan en los principales accionistas, provisionen como manda el Banco de España y, pasado el tiempo, vendan de forma coordinada.
Lo demás son disparates para salvar a cinco malos gestores a costa de muchos accionistas -los minoritarios tienen 27 millones de repsoles- y más ciudadanos de a pie.
Blesa, que participó en unas jornadas sobre el futuro de la banca española tras la crisis, explicó que su entidad se limita a financiar proyectos y que en el caso del préstamo concedido a Sacyr Vallehermoso "no se va a imponer la opinión de uno".
"Tendremos que ir todos de acuerdo", dijo Blesa, que apuntó que todas las entidades implicadas tienen "la mejor voluntad" para resolver el problema.
Aseguró que tras conocerse las negociaciones con Lukoil se ha especulado mucho con otras petroleras e incluso con que las entidades acreedoras de Sacyr se queden con el 20 por ciento de Repsol YPF pero son "sólo conjeturas".
"Que yo sepa, no hay más ofertas que la suya -Lukoil- ", aseveró Blesa, que consideró que no tiene peso ninguna de las alternativas planteadas y que aseguró que desconoce el punto al que han llegado las negociaciones con la petrolera rusa.
A partir de ese momento y ante la reacción en contra generalizada, la ministra Chacón trasladó a Zapatero todos los argumentos a favor y en contra de la operación Lukoil puesta en marcha por La Caixa y Repsol, según reconocen fuentes del entorno de la petrolera. Ante los argumentos de política geoestratégica que se estaban utilizando para torpedear la candidatura de la rusa, la ministra de Defensa hizo suyo el discurso redactado desde Barcelona.
Precisamente, uno de los primeros apoyos explícitos a la entrada de Lukoil en Repsol llegó desde Barcelona. El mismo jueves, el presidente de la Generalitat y líder de los socialistas catalanes, José Montilla, se atrevió a afirmar, literalmente, que la entrada de Lukoil “no sería un disparate”. Todo depende de las condiciones que asuma, las mismas que explicó ese día Zapatero y que un día después repitió la vicepresidenta Fernández de la Vega.
En principio, las bondades vendidas desde La Caixa-Repsol fueron aceptadas en Moncloa. Dado el escenario de urgencia, con Sacyr en serias dificultades y con otros minoritarios, caso de Caixa Cataluña y la Mutua, con grandes minusvalías acumuladas, Lukoil es el único candidato dispuesto a pagar a precios de dos años por un 30% sin exigir el control. “Puede haber opciones mejores, pero sin comprometer dinero público, es la menos mala de las soluciones”.
Rubalcaba, a favor de Total
La filtración realizada desde el CNI evidenció la división interna existente dentro el Gobierno sobre esta cuestión. El ascendente sobre La Casa, dirigida todavía por Alberto Saiz, hombre de confianza de José Bono, corresponde exclusivamente a dos ministerios, Defensa e Interior. En el caso de este último, su titular, Alfredo Pérez Rubalcaba, reconoció esta semana en una entrevista a Onda Cero que preferiría una solución que pasará por la francesa Total.
La solución puesta en marcha por La Caixa ha encontrado serias resistencias por parte del ministerio de Industria, cuyo titular, Miguel Sebastián, defendió públicamente la semana pasada la idoneidad de un salvador español. El antiguo asesor económico de Zapatero, a quien se vinculó con Sacyr en el asalto al BBVA y en su posterior entrada a Repsol, se ha sentido desplazado al no escucharse su opinión, que barajaba algún tipo de actuación pública.
En lugar de sumar apoyos, los rechazos manifestados públicamente contra Lukoil, algunos en boca de socialistas ilustres como Felipe González, han demonizado la solución de La Caixa, que negocia en solitario con los principales bancos acreedores de Sacyr las condiciones de la operación (posible subrogación del crédito de 5.200 millones) y que a su vez se ha ofrecido a ejercer como financiador de Lukoil para la oferta en metálico que haga para llegar al 29%.
A pesar de su actitud proactiva, anticipándose al problema mayor que puede provocar un escenario de insolvencia de Sacyr, La Caixa ha temido por el daño de imagen que pueda sufrir. Y por encima de todo, que el episodio Lukoil pueda convertirse en otro casus belli como Endesa, de consecuencias negativas para el negocio bancario. Tal vez por eso, también el Rey descolgó el teléfono el pasado jueves 20 de marras.
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