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La recesión ya toca a los emergentes |
Ya estamos en la profecía del "peor escenario": La crisis del sistema capitalista ya es global. Toda la arquitectura financiero-económica del sistema se desploma, salvo el dólar USA, que sigue creciendo y pulverizando al resto de las monedas, incluido el euro. Depreciación y baja de las exportaciones e importaciones, caídas del consumo interno y despidos laborales en aumento progresivo tanto en países centrales como periféricos, son las señales más claras y evidentes de la "globalización" del desastre.
El colapso financiero con epicentro original en las economías imperiales USA-UE ya se convirtió en derrumbe nivelado de la economía real a escala mundial.
La desaceleración económica (por efecto de la contracción del crédito) exportada originalmente de EEUU y la Unión Europea se contagia aceleradamente a las llamadas economías "emergentes" de Asia, África y América Latina. China, Japón, los "tigres asiáticos", Latinoamérica y Europa del Este.
Todo el planeta (globalizado y nivelado por el sistema capitalista "único") ya está aquejado de los mismos síntomas: Derrumbe de los precios del petróleo y de las materias primas (deflación de los precios internacionales), devaluación de las monedas y revaluación imparable del dólar, colapso financiero con quiebra de bancos, crisis crediticia con achicamiento del consumo, suba de precios de los alimentos y la energía y primeras oleadas de despidos masivos en EEUU y las potencias centrales.
La crisis de los "emergentes"
Con efecto más atenuado (aunque en crecimiento acelerado), Asia y América Latina (los motores impulsores del comercio mundial de materias primas y manufacturas) padecen los mismos síntomas recesivos que las economías centrales.
Los países de América Latina, cuyas bolsas están siendo golpeadas a niveles inéditos, están buscando aceleradamente un paraguas contra el colapso financiero-recesivo que comienza a proyectarse sobre sus economías.
La amenaza de que la crisis financiera mundial socave los cimientos de la economía real de los países latinoamericanos llevó a los mandatarios que participaron en la XVIII Cumbre Iberoamericana en El Salvador a exigir medidas y hacerse oír en la creación de una nueva arquitectura financiera internacional.
La principal preocupación, según un comunicado especial aprobado en San Salvador, son los "potenciales efectos sobre el sector real de la economía" y sobre la "estabilidad política y social de la región".
Lo peor de la crisis financiera internacional se estancó y pasó la fase aguda con derrumbes de bancos. Es el diagnóstico que hicieron ayer los países del BRIC (Brasil, Rusia, India y China), en una reunión preliminar a la cumbre del G-20 que comienza este sábado en San Pablo.
Advirtieron que ahora viene algo grave: la recesión en Estados Unidos y Europa, con caída de los precios de las commodities, falta de crédito para los emergentes y retroceso en las exportaciones.
Lo mismo dijeron en una segunda reunión, donde estuvieron los del G-5, es decir Sudáfrica, Brasil, China, India y México. Son los países a los que las grandes potencias del G-7 invitan a "tomar café" -según definió el propio presidente Lula da Silva- al final de sus encuentros anuales.
De acuerdo a esta media docena de "emergentes", que según el ministro de Hacienda brasileño Guido Mantega responden por el 75% del crecimiento mundial, es preciso adoptar medidas adicionales a las que ya tomaron europeos y norteamericanos en las economías centrales.
Los gobiernos periféricos definen como culpables de esta crisis a los países centrales y ubican a los emergentes (en crecimiento acelerado) y a los periféricos en "vías de desarrollo", como víctimas "que han quedado sin crédito, con menos oportunidades de exportar y fondos de inversión que sacan apresurados su dinero para llevarlo a puertos presuntamente más seguros como los bonos de largo plazo del Tesoro norteamericano".
Tanto el BRIC como el G-5 plantearán que se precisan reglas claras para evitar abusos de los fondos de inversión y que enuncien mecanismos que permitan determinar los activos tóxicos que todavía dan vuelta el planeta (como es el caso de las hipotecas subprime).
Alertaron sobre las serias fallas de las calificadoras de riesgo y reclamaron cambios en el Fondo Monetario Internacional y en el Banco Mundial. "No podemos ser controlados por instituciones creadas en los años 40. El mundo cambió y el G-7 refleja solo una parcela del poder económico internacional", subrayó Mantega.
En ese sentido, la propuesta es que políticamente el G-20 substituya al G-7. "Por eso, queremos que el G-20 tenga el formato de cumbres de jefes de Estado con reuniones periódicas".
La crisis mundial, admitió Mantega, no puede ser resuelta por unos pocos: "Requiere un consenso más amplio".
La crisis laboral
Se están quemando etapas: La crisis financiera ya devino (por medio de la recesión) en crisis estructural, y rápidamente se dirige hacia la crisis social (el emergente de los despidos laborales) a escala planetaria.
En los dos últimas semanas (y como primera señal de que el planeta ya está ingresando en la "crisis estructural"), comenzó a darse en distintos países del mundo un importante número de despidos que certifica la presencia de una recesión ya a escala planetaria, que se expresó, entre otros datos, con señales inequívocas como la caída oficial del PIB español y la admisión oficial de que EEUU, la primera economía mundial, se contrajo en el tercer trimestre y ya está en la línea de la recesión.
En tanto, y en medio de una economía que sigue sufriendo los efectos de la crisis financiera -temor de los consumidores, ausencia de crédito para los empresarios-, el gobierno de EEUU anunció el viernes que el índice de desempleo saltó en octubre al 6,5%, el más alto de los últimos 14 años. Según el ministerio de Trabajo, son ya alrededor de 10,1 millones las personas sin empleo en el país.
En lo que va del año se destruyeron casi 1,2 millones de puestos de trabajo, de los cuales 284 mil fueron sólo en octubre.
Si se desglosan las cifras del desempleo actual, la tasa entre los hispanos subió del 7,8 al 8,8%, y entre los afroamericanos quedó en 11,1%, el grupo étnico más afectado. Los blancos tienen una tasa de desocupación del 5,9%.
Mientras el presidente saliente George Bush se prepara para encabezar la semana próxima en Washington una cumbre mundial para buscar soluciones a la crisis y su sucesor electo evalúa el plan que pondrá en marcha a partir de enero próximo, la ministra de Trabajo de EEUU, Elaina Chao, lanzó una advertencia en voz baja.
En medio de su comunicado de prensa sobre el nuevo índice de desempleo, Chao dijo que el inquietante índice de desocupación "subraya la importancia de restaurar la salud de nuestro sistema bancario y los mercados de crédito para que los empleadores puedan recuperarse y crear puestos de trabajo".
Por su parte, el presidente del banco de la Reserva Federal de Atlanta, Dennis Lockhart, afirmó que EEUU entró realmente en recesión. "Los datos recientes indican que la economía nacional está en recesión", declaró ante empresarios en Palm Beach, Florida. "Preveo una marcada debilidad (de la economía) al menos hasta fines del primer trimestre de 2009", agregó.
Mientras tanto, una detrás de otra, se siguen registrando olas de despidos en todo el mundo, en el marco de reestructuraciones para hacer frente a un huracán económico recesivo que se intensifica cada día con caídas de las ventas y de la producción.
Las primeras oleadas de despidos que se verifican a nivel mundial surgen de los planteles de personal de empresas y bancos transnacionales, extendidas tanto por los países centrales como en el mundo de la periferia.
Según los expertos, a esta primera oleada de despidos de las trasnacionales seguirá una segunda oleada de despidos masivos en los países emergentes o periféricos donde operan, a medida que se profundice la recesión estructural con caída del consumo.
La crisis automotriz
El terremoto de los mercados financieros ya se propagó a una de las columnas vertebrales de la economía imperial: El sector automotriz. Ford y General Motors y Toyota encabezan la lista de los pulpos automotrices "semiquebrados" (por la caída de las ventas) que están requiriendo a viva voz un "salvataje" equivalente al que los gobiernos imperiales le están dando a los bancos e instituciones financieras.
Como ya pasó con el sector financiero, ahora es el Imperio industrial el que se desploma mientras surgen voces en reclamo de un "salvataje automotriz" para los colosos en problemas.
La primera señal concreta de que el colapso financiero se ha proyectado en la economía real, la representa el conjunto de las "tres grandes" automotrices de EEUU: Ford, General Motors(GM) y Chrysler. Las tres gigantes claman y esperan por un "salvataje automotriz" (similar al salvataje financiero) que las saque de la desaceleración productiva con retracción de ventas que les obliga a replantearse una reestructuración general para salir del proceso recesivo, empezando por el despido de personal para reducir costos operativos.
El encarecimiento de los combustibles, el deterioro en los precios de las propiedades y la caída del consumo especialmente de automotores (Ford y Toyota han anunciado para el segundo semestre una caída de casi 30% en sus ventas) representan los principales signos de la creciente recesión.
General Motors Corp. señaló que sus niveles de efectivo podrían caer este trimestre al nivel mínimo necesario y que, incluso con una nueva ronda planeada de medidas, probablemente descenderán a inicios del próximo año aún más por debajo.
La mayor fabricante de vehículos de Estados Unidos, que ha estado reduciendo sus costos desde el 2005, consumió US$6.900 millones de efectivo durante el trimestre y señaló que su liquidez estimada para el resto del año se acercará "al monto mínimo necesario para operar" .
En cuanto a los resultados trimestrales, GM informó que su pérdida neta se redujo en el tercer trimestre a US$2.540 millones, o US$4,45 por acción, lo que se compara con la pérdida de US$38.960 millones, o US$68,85 por acción, del mismo período del año anterior.
En consecuencia, GM afirmó que necesita "ayuda" de los mercados de capital y otras fuentes privadas de financiamiento, fondos gubernamentales o alguna combinación de esas fuentes.
Ford Motor Co. registró una pérdida neta de US$129 millones, o 6 centavos por acción, durante el tercer trimestre, comparada con la pérdida de US$380 millones, o 19 centavos por acción, del mismo período del año anterior.
Por otra parte, Ford anunció que eliminara otro 10% de los empleos en América del Norte, reducirá los gastos de capital en una serie de áreas -incluido el departamento de desarrollo de productos- y continuará explorando la posible venta de activos no esenciales.
La compañía informó el viernes que los ingresos totales sumaron US$32.100 millones en los tres meses, una disminución del 22% frente a un año atrás. Los ingresos de sus operaciones automotrices cayeron un 23% a US$27.800 millones.
Desde que se hicieran públicos los planes para inyectar capital en el sector bancario, diversos sectores, como fabricantes de automóviles y aseguradoras se han aproximado al departamento dirigido por Henry Paulson para solicitar ayudas, aunque muchas volvieron con "las manos vacías" a excepción de los bancos.
La crisis global
Desde las finanzas, los servicios, las tecnológicas, la publicidad, los medios de comunicación hasta la industria automotriz, pasando por la informática, ningún sector parece quedar a salvo del proceso recesivo que sobreviene como consecuencia del colapso financiero.
No obstante las "inyecciones de liquidez" prolongadas (iniciadas en septiembre de 2007), y los planes de salvataje bancario USA-UE los mercados financieros se siguen derrumbando y los números de la macroeconomía continúan en rojo creciente.
La crisis, que al principio era sólo financiera, se hace sentir en todos los ámbitos de la sociedad mundial globalizada y nivelada por un mismo "programa económico" exportado desde las potencias centrales a la periferia.
Y la crisis se hace global por una razón principal: La economía mundial está globalizada y es "interdependiente", no solamente porque está "dolarizada" (la moneda patrón del Imperio en crisis), sino porque los comercios exteriores y los sistemas económicos productivos están controlados por los mismos bancos y empresas trasnacionales que se encuentran en crisis tanto en EEUU como en Europa (el comando central del Imperio global).
Los bancos centrales y la Reserva Federal USA se muestran impotentes para frenar el "pánico" en los mercados financieros que opera como principal productor de la crisis del crédito, que a su vez dispara la caída de las ventas y los despidos masivos.
El panorama del crecimiento económico global se ha deteriorado en el último mes, dijo el jueves pasado el Fondo Monetario Internacional, pronosticando que las economías desarrolladas podrían sufrir su primera contracción anual desde la Segunda Guerra Mundial.
El FMI advirtió que ya está en curso una profunda recesión en los países ricos, y que ahora espera que la economía mundial crezca un 2,2 por ciento, 0,8 puntos porcentuales por debajo de lo estimado en octubre.
El organismo financiero internacional espera que la economía estadounidense se contraiga un 0,7 por ciento el próximo año, cuando hace sólo un mes proyectaba un crecimiento del 0,1 por ciento.
En la zona euro, la economía se contraería un 0,5 por ciento en 2009, en vez de crecer el 0,2 por ciento estimado en octubre.
El alto nivel de interdependencia (a través del dólar) de la economía mundial globalizada impulsa el aceleramiento y el contagio de la crisis que avanza como una metástasis desde el centro a la periferia.
Como efecto del derrumbe de los precios del petróleo, los llamados países "emergentes" y "periféricos ya se están acoplando al tsunami financiero-recesivo, mientras la baja del petróleo y las materias primas, agregada a la suba imparable del dólar, preanuncia una mayor agudización del proceso recesivo con baja del consumo en las economías a escala planetaria.
Las ilusiones de un "nuevo orden mundial"
Aunque desde Europa y los países emergentes se reclama un "nuevo orden económico-financiero mundial", en concreto, y más allá de las "advertencias" y los lamentos, EEUU y las potencias imperiales carecen hasta ahora de un plan y de una estrategia clara para rescatar al sistema de la crisis y crear otro proceso expansivo del capitalismo.
A pesar de que, con los "mega rescates" financieros, EEUU y la UE se ponen como los garantes (con dinero de los impuestos) de una nueva burbuja de negocios financieros con los salvatajes, los créditos y las compras de instituciones quebradas, los mismos no son suficientes para calmar el temor generalizado a una recesión global con epicentro en EEUU y Europa.
Ante el fracaso del plan de salvataje europeo para contener el "pánico bajista" en las bolsas, los líderes europeos, con Sarkozy a la cabeza, han salido a elaborar una "célula de crisis" para prever medidas contra las "zonas grises" económicas y financieras que amenazan a la economía del euro.
La Unión Europea (UE) logró el viernes una posición común que plantear en la cumbre del G-20 que se realizará el 15 de noviembre en Washington.
El presidente de turno de la UE, el francés Nicolas Sarkozy, dijo que en la capital estadounidense los europeos defenderán "una posición común, una visión para la refundación del sistema internacional".
El acuerdo de la UE será su carta de presentación en la cumbre del G-20.
Según el documento de conclusiones, la UE quiere "confiar al FMI un papel central en una arquitectura financiera más eficaz y más incluyente, articulando mejor los trabajos del FMI y del Foro de Estabilidad Financiera" para que "prevengan las crisis financieras".
Además, se plantea que el FMI tenga las herramientas necesarias para ir al rescate "de países en dificultades" y un control político para supervisar la eficacia de las medidas que tome.
La UE también quiere que la cumbre de Washington sirva para "fijar las orientaciones sobre gobierno financiero internacional" y que de ella salga una agenda de trabajo con grupos y fechas para que en un plazo máximo de 100 días haya propuestas definidas sobre la mesa.
Los europeos también plantearán al G-20 que se cree un mecanismo de vigilancia de las agencias de calificación y las entidades de crédito hipotecario y los "hedge funds" -fondos de inversión especulativos- y que se coordinen las normas contables.
En una reunió previa, realizada a mitad de octubre pasado entre Bush, Sarkozy y el presidente de la Comisión Europea, José Manuel Durao Barroso, en la residencia presidencial de Camp David, en las montañas de Maryland (este de Estados Unidos), Washington se mostró menos proclive a la "refundación" que los líderes del Eurogrupo.
Estos últimos quieren una reforma real y completa, una suerte de nuevo Bretton Woods, el conjunto de acuerdos que gobiernan desde 1944 (tras el final de la Segunda Guerra Mundial) el sistema económico-financiero del capitalismo hoy nivelado a escala planetaria.
Bush, que deja el cargo en enero, dijo que "se necesita tiempo" para que se vean los efectos de las intervenciones de los gobiernos para detener la crisis.
El presidente estadounidense ya había bajado el perfil de las expectativas que se enarbolaban en la reunión con el presidente Francia, Nicolas Sarkozy, y el presidente de la Comisión Europea, Jose Manuel Durao Barroso, en octubre pasado . La UE, en cambio, esperaba que la reunión allanase el camino para un futuro encuentro para reformar el sistema regulatorio financiero mundial.
La Casa Blanca, siempre ha bajado las expectativas de apoyo de EEUU a cambios radicales al actual sistema globalizado de la economía que tiene al dólar como moneda patrón de las transacciones económicas-financieras y como moneda de reserva internacional.
Esto es, Bush y la Casa Blanca han delimitado claramente el "rescate financiero" coordinado USA-UE de una reforma estructural del sistema en la que las potencias del euro podrían intentar desplazar a Washington de las decisiones centrales económicas y financieras del sistema.
Por lo tanto Bush, sostienen analistas estadounidenses, no se compromete a una reforma más allá del sistema estadounidense, lo cual, de todos modos, recaerá en su sucesor desde enero de 2009, en tanto los europeos proponen una "forma de supervisión mundial de los mercados" que implementaría el Fondo Monetario Internacional.
"Nuestros socios europeos están tomando medidas audaces. Han mostrado al mundo que estamos determinados a superar este desafío juntos, y tienen el apoyo total de Estados Unidos", dijo Bush en un discurso en la Cámara de Comercio.
Obama, el presidente electo, también pidió más tiempo y "reflexión" antes de encarar una reforma global del sistema económico financiero internacional.
Lo que torna muy difícil que de la cumbre del 15 de noviembre en Washington surja una "refundación del sistema capitalista" como sueña la UE.
Como señalan los principales medios y analistas estadounidenses, difícilmente EEUU (el centro financiero y económico del sistema capitalista imperial) resigne su rol de potencia regente del capitalismo global en beneficio de las potencias europeas.

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"Estamos entrando en el ojo del huracán, 2009 va a ser uno de los peores años desde 1929", dice, apocalíptico, el sociólogo James Petras desde Estados Unidos. "La crisis, tal vez un mero eufemismo de la catástrofe, está demoliendo las escasas reservas de credibilidad interna y externa", dice, pesimista, desde México, el ensayista Carlos Monsiváis. "La cultura, incluso aquí en Italia, va a ser uno de los primeros campos en ser golpeados", asegura Gianni Vattimo.
Esta ha sido la crisis económica más devastadora desde 1929 pero también ha sido la más anunciada. No sólo gurúes, economistas y videntes la habían advertido. La economía global se embriagaba en burbujas que le estallaron en las manos. En el negocio inmobiliario encontró una estructura sin cimientos que se desplomó estrepitosamente en el corazón capitalista.
George Soros en su múltiple función de economista-gurú-inversor escribió el libro El nuevo paradigma de los mercados financieros (Taurus) en el que explica la crisis a través de conceptos tomados de la ciencia cognitiva y de la filosofía de Karl Popper. "Todas estas crisis forman parte de lo que yo llamo una superburbuja, un proceso reflexivo de largo plazo que ha evolucionado a lo largo de los últimos 25 años. Consiste en una tendencia actual, la expansión crediticia, y una concepción equivocada actual, el fundamentalismo de mercado". Palabra de Soros.
El sociólogo alemán Ulrich Beck opina: "Lo que hace pocos años hubiese sido impensable se revela ahora como una posibilidad real: la férrea ley de la globalización del libre mercado amenaza con descomponerse y colapsar la ideología correspondiente". Además, sostiene que por todo el mundo los políticos dan pasos en contra de la globalización: se "redescubre" el proteccionismo. Algunos llaman a nuevas instituciones transnacionales que controlen los flujos financieros globales mientras otros abogan por sistemas de seguridad transnacionales o por una renovación de las instituciones y regímenes normativos. Y concluye: "La consecuencia es que la era de la ideología del libre mercado es un recuerdo que se marchita a la sombra de su polo contrario: la politización de la economía de mercado global".
Uno de los sujetos más golpeados por la crisis es el inmigrante. Se calcula que en EE.UU. un millón y medio de trabajadores legales e ilegales, en su mayoría mexicanos, se quedará sin empleo. Esto no sólo provoca dramas personales sino que también afecta a las economías que dejarán de percibir las importantes remesas. Según la OIT, durante 2008, 200 millones de trabajadores inmigrantes en todo el mundo enviaron 240.000 millones de dólares a sus países de origen. En los últimos dos meses, un millón 400 mil hispanos perdieron sus casas en EE.UU., embargadas por los bancos.
Origen de la crisis
Las crisis económicas han acompañado la historia de los mercados. Y desde 1929 las consecuencias desastrosas de los desplomes financieros son generalmente conocidas. El acuerdo Bretton Woods, tras la Segunda Guerra, se pensó como una serie de respuestas políticas sociales a los riesgos económicos globales, y su funcionamiento fue una clave importante para el nacimiento del Estado de Bienestar en Europa. Dicho acuerdo se tradujo en las resoluciones de la Conferencia Monetaria y Financiera de la ONU, realizada en Bretton Woods, Nueva Hampshire, en 1944, donde se establecieron las reglas para las relaciones comerciales y financieras entre los países industrializados. Allí se decidió la creación del Banco Mundial y del FMI y el uso del dólar como moneda internacional.
Dice Ulrich Beck que hoy nos estamos enfrentando a la paradójica situación de que los mercados están más liberalizados y globalizados que nunca pero, en cambio las instituciones globales que deben controlar sus efectos sufren drásticos recortes de poder. En estas condiciones no puede excluirse la posibilidad de una catástrofe financiera mundial de las proporciones de la de 1929.
1929, segunda parte
"En EE.UU. se espera que para el año 2009 la desocupación suba de 6 a 8,5%. Por primera vez, Wall Street ha sido identificado por la gente como el gran estafador. Que el Congreso aprobara las subvenciones a la banca privada generó repudio y mucha gente mandó cartas a los congresistas protestando por esto", explica James Petras, profesor emérito jubilado de Sociología en la Binghamton University de Nueva York.
EE.UU. fue el epicentro de la eclosión de la burbuja inmobiliaria que arrastró al abismo hipotecas y créditos. Petras dice que la ultraderecha norteamericana ha acusado a los demócratas de dar demasiados préstamos a los negros. Así, dice Petras, ellos los consideran culpables de la crisis. "Pero en realidad los bancos manipulaban a la gente: les vendían seguros, casas y no se testeaba la capacidad de pago de los compradores; se falsificaba la documentación para conseguir las hipotecas. Con este cuadro, la mayoría de los morosos provenían de los sectores populares".
La urbanista y economista holandesa Saskia Sassen, profesora de la Universidad de Columbia acaba de realizar una investigación sobre las hipotecas en EE.UU.. "La elevada incidencia de la propiedad de la vivienda en EE.UU. contribuye a explicar por qué los sectores bancario y financiero de este país generaron toda una serie de innovaciones para expandir sus mercados. Esta lógica llevó a la invención de hipotecas destinadas a hogares modestos y de bajos ingresos", señala. "En estas condiciones, las hipotecas subprime (de alto riesgo) y otros tipos similares para hogares de ingresos modestos se convierten en un mecanismo para sustraer los pequeños ahorros de los hogares de ingresos modestos –una suerte de acumulación primitiva. Esto es evidente en los datos relativos a niveles locales detallados. En el caso de EE.UU., la raza y el lugar cambian considerablemente la situación."
En su investigación, Sassen cruzó datos que señalan, por ejemplo, que los barrios afroamericanos y de ingresos bajos muestran una incidencia desproporcionadamente alta de hipotecas de alto riesgo entre 2000 y 2007. Hay una extrema diferencia entre Manhattan (uno de los condados más ricos del país) y otros de la ciudad de Nueva York: en 1996 menos del 1% de las hipotecas vendidas a compradores de vivienda de Manhattan fueron de alto riesgo comparado con 27,4% en el Bronx. Las probabilidades de que los blancos, con ingresos medios muy superiores a los demás grupos en Nueva York, tuvieran hipotecas de alto riesgo fueron mucho menores, alcanzando 9,1%, en 2006 contra 13,6% de asiáticos, 28,6% de hispanos y 40,7% de negros.
El futuro, una idea lejana
"No hay confianza en el futuro inmediato, y ya se sabe que en gran medida, todos vivimos en el presente y en el futuro inmediato", asegura Carlos Monsiváis. "Los jóvenes se politizan de modo áspero, no creen en nada, aborrecen la política y sin embargo no dejan de maldecir a los políticos; la perspectiva del desempleo es hoy parte muy central del imaginario colectivo, y no son pocos los que, sin decirlo, consideran que su empleo es terminal, y que seguirán viviendo donde están porque más allá sólo están los parques, ciertamente peligrosos para habitarlos."
La visión catastrofista del ensayista mexicano se suma a la de aquellos que han estudiado a las juventudes latinoamericanas y que concluyen que no poseen un "imaginario de futuro". La incertidumbre que genera la crisis los lleva a la imposibilidad de proyectarse en el más acá, en el futuro inmediato. "La vida cotidiana se rige por la escasez, un término menos deprimente que 'sobrevivencia'–dice Monsiváis–. El alza semanal de la gasolina, el frenesí del aumento en alimentos y pequeñas diversiones, la sensación de que el país del consumo se evapora, sólo admiten reflexiones que quisieran ser apocalípticas y que por el momento se detienen en la frustración: ¿Por qué no nací antes o por qué no me esperé algunas décadas para nacer? Se experimentan como nunca las sensaciones de la vida cotidiana que antes pasaban inadvertidas. No gastes mañana lo que hoy tampoco está a tu alcance".
En Europa, las sensaciones no son muy distintas. Dado que muchos jubilados o aportantes del Primer Mundo vieron reducidos sus fondos de jubilación, ya hay algunos hombres retirados o cercanos a la jubilación que están tratando de reinsertarse en el mercado laboral. Por otro lado, el filósofo italiano Gianni Vattimo dice que en su país, los precios ya habían aumentado antes de la crisis. "Tengo la impresión de que tendremos una oleada de desocupación porque las industrias deberán reducir la producción. Estoy convencido de que se necesita redimensionar nuestro estilo de vida con cambios políticos y decisiones compartidas. Pero así es terrible, incluso porque los consumos se han reducido violentamente, y no por parte de los ricos, sino sólo por los pobres que serán cada vez más pobres. Ya en Italia los recortes del presupuesto cayeron sobre la educación."
El economista argentino Rolando Astarita distribuyó un trabajo donde dice que se acerca una fuerte desaceleración de la economía mundial, y a crecimientos cero, o negativos, en países como EE.UU.. "Es posible que a través de esta dinámica se produzca una desvalorización bastante generalizada de capitales. Las intervenciones masivas de los bancos centrales y de los gobiernos estarían impidiendo que ocurra una desvalorización masiva, de tipo deflacionario, de los capitales mercancías. Asimismo estaría frenando que las quiebras se extiendan en efecto dominó, como ocurrió en los 30. Los bancos caen, pero son intervenidos y en su mayoría tienden a ser absorbidos por otras entidades, con ayuda de los gobiernos. (...) Como no puede dejar de suceder en las crisis, las condiciones de vida de las masas trabajadoras van a empeorar; ya está habiendo bajas de los salarios reales, y aumento de la desocupación".
La crisis provoca situaciones esperables y otras un tanto sorprendentes. Los festejos de Halloween en el mundo entero fueron más bien modestos; se prevé una baja importante en las ventas de Navidad; en Buenos Aires, por ejemplo, se ha levantado el debut del musical Chicago. En Rusia, las constructoras están despidiendo a miles de trabajadores inmigrantes, al mismo tiempo está aumentando la "microcriminalidad". La prensa de ese país dice que en Moscú se cuadruplicaron los delitos cometidos por inmigrantes. Muchos propietarios de dachas (casas de campo) han contratado guardias armados... Y otra consecuencia es el abandono de mascotas. Muchos propietarios que no pueden mantenerlas las abandonan: hay más de 35 mil perros abandonados en Rusia. En EE.UU., las víctimas principales entre las mascotas son... los chihuahuas. Sólo en Los Angeles hay más de 700 perritos alojados en guarderías esperando destino. Eran las mascotas preferidas de Hollywood. Sus dueños ya no pueden mantenerlas, muchos se mudan cuando los bancos embargan sus casas y las dejan a la intemperie. Ni hombres ni animales están preparados para el nuevo escenario. El mundo se encuentra expectante. Pero hay quienes ya saben dónde poner sus fichas.
La caída del comercio y la disminución del crédito no serán las únicas consecuencias de la crisis, pues "el proceso de ajuste (que tendrán que hacer los gobiernos) significará reducción de empleos en muchos países", vaticinó. Además, también destacó que el encuentro de Sao Paulo, previo a la cumbre presidencial del G-20 en Washington, "permitirá establecer un sistema multilateral más fuerte".
Las conclusiones de la reunión de Sao Paulo, que terminará mañana, serán presentadas en la cumbre del G-20 que se celebrará la próxima semana en Washington que, en su opinión, estará ante un "desafío histórico".
Al referirse a los debates, manifestó: "sentamos bases para la cumbre del 15 de noviembre, con buenas ideas sobre la mesa". La modernización de las estructuras del sistema financiero internacional ha sido defendida por los principales emergentes del mundo, que reclaman una mayor participación de las naciones en desarrollo en las decisiones sobre un nuevo orden económico.
Brasil, Rusia, India y China, que forman el grupo de los llamados Bric, encabezan, junto con México y Sudáfrica, los reclamos por una mayor participación de los emergentes en ese proceso.
"Necesitamos modernizar los sistemas multilaterales para incluir voces de países importantes, como o Brasil", comentó al respecto Zoellick. El funcionario también destacó la propuesta brasileña de aprovechar la actual coyuntura para reanudar las negociaciones de la Ronda de Doha de la Organización Mundial del Comercio (OMC), que fracasaron en julio pasado.
Zoellick defendió, además, una ampliación del G-7, pues consideró que "es importante cierta flexibilidad en el sistema económico global". "Enfrentamos desafíos históricos, pues ya pasamos por una crisis en los combustibles, una crisis de los alimentos y ahora estamos frente a una crisis financiera de proporciones globales", anotó
El G-20 está formado por los países del G-7 (EE.UU., Canadá, Japón, Alemania, Reino Unido, Italia y Francia), además de Arabia Saudí, Argentina, Australia, Brasil, China, Corea del Sur, India, Indonesia, México, Rusia, Sudáfrica y Turquía, más la Unión Europea (UE) como bloque.
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