«« | »» |
Economía española al borde de la recesión |
La economía española se contrajo un 0,2% entre julio y septiembre en tasa intertrimestral, registrando su primer crecimiento negativo en 15 años, aunque en tasa interanual creció un 0,9%, la mitad de lo que lo que lo hizo en el segundo trimestre, según los datos de Contabilidad Nacional del tercer trimestre difundidos hoy por el Instituto Nacional de Estadística (INE).
La economía española no retrocedía en un trimestre desde el segundo trimestre de 1993, cuando decreció un 0,3%. La tasa negativa intertrimestral del periodo julio-septiembre contrasta con el crecimiento positivo del 0,1% que experimentó el PIB en el segundo trimestre y con el que registró hace un año, cuando la economía española avanzó un 0,6%.
Teniendo en cuenta que todos los pronósticos apuntan a una mayor desaceleración de la economía española en los próximos meses, España estaría al borde de la recesión económica (dos trimestres consecutivos de crecimiento negativo) y podría sumarse así a la lista de países que se encuentran ya en esta situación, entre ellos Alemania, Italia o Japón. De hecho, el vicepresidente económico, Pedro Solbes, ha reconocido que será díficil evitar que España entre en recesión en el cuarto trimestre.
En tasa interanual, la economía española creció en el tercer trimestre un 0,9%, nueve décimas menos que en el trimestre precedente (1,8%) y 2,7 puntos menos que en el mismo trimestre de 2007, cuando el PIB avanzó un 3,6%. Además, representa la tasa más baja desde el cuarto trimestre de 1993, cuando el PIB se contrajo un 0,3%.
Ante los datos conocidos hoy, que coinciden con el avance del INE del pasado 14 de noviembre y con las previsiones del Banco de España, el instituto estadístico señala que la economía española siguió mostrando un "perfil desacelerado" por sexto trimestre consecutivo.
El INE atribuye la moderación en el ritmo de avance del PIB a la desaceleración de la demanda nacional, que redujo 1,4 puntos su aportación al crecimiento agregado, hasta 0,1 puntos, dato que se vio parcialmente compensado por la mejora en 0,5 puntos de la contribución del sector exterior, que pasó de sumar 0,3 puntos a sumar 0,8 puntos.
El PIB a precios corrientes creció a una tasa interanual del 4,3% en el tercer trimestre, desacelerando ocho décimas su ritmo de avance. De esta manera, el deflactor implícito de la economía se situó en el 3,4%, una décima más que en el trimestre anterior.
DESACELERACIÓN DEL CONSUMO.
El gasto en consumo final de los hogares desaceleró su crecimiento un punto, hasta el 0,1%, en línea con el desfavorable nivel de empleo de la economía, que este trimestre presenta ya cifras de crecimientos negativas, reduciendo la renta disponible de las familias. El comportamiento más negativo del gasto de los hogares españoles se dio en los bienes duraderos, como los automóviles o los electrodomésticos.
Por su parte, el gasto en consumo final de las administraciones públicas se aceleró un punto en tasa interanual en el tercer trimestre, hasta alcanzar el 5,9%, debido a una mayor intensidad en el crecimiento de los consumos intermedios y de la remuneración de los asalariados de estas administraciones.
En el tercer trimestre, la formación bruta de capital fijo aceleró su crecimiento negativo desde el -0,2% del segundo trimestre al -3,2% en el tercero, situación que se notó especialmente en sus dos componentes principales: los bienes de equipo y la construcción.
En concreto, la inversión en bienes de equipo entró en negativo en el tercer trimestre, con una tasa del -0,6%, frente al crecimiento positivo del 2,2% del trimestre anterior. Dentro de este componente, la inversión en material de transporte registró, por primera vez en el último ciclo, una tasa de crecimiento negativo del 6%.
Asimismo, la inversión en construcción continuó retrocediendo en el tercer trimestre, alcanzando una tasa negativa del 6,4%, superior en casi cuatro puntos a la del segundo trimestre (-2,3%). Esta desaceleración afectó sobre todo a la edificación residencial por el gradual descenso en la iniciación de proyectos y en la terminación de las viviendas.
Así, la inversión en este tipo de construcciones ha acentuado su caída desde el -6,4% del segundo trimestre al -13,4% en el tercero. Ello contrasta con el comportamiento de la inversión en infraestructuras y edificios no residenciales, que avanzó un 1,2%. Por su parte, la formación bruta de capital fijo en otros productos rebajó dos décimas su crecimiento, hasta el 3,5%.
Los datos del INE ponen de manifiesto que la demanda externa mejoró cinco décimas su contribución al crecimiento del PIB, pasando de sumar 0,3 puntos a sumar 0,8 puntos. Esta mejora fue resultado del avance más moderado de las exportaciones y del crecimiento negativo que registraron las importanciones, en línea con la debilidad de la demanda nacional.
DECRECEN LAS IMPORTACIONES.
Concretamente, las exportaciones de bienes y servicios redujeron su tasa de crecimiento del 4,2% al 1,5%, con una evolución desacelerada en sus dos componentes. Así, el crecimiento de las exportaciones de bienes se situó en el 3% desde el 4,7% del trimestre anterior, mientras que las de servicios moderaron su avance desde el 6,7% al 0,4%. Por su parte, el gasto turístico de los no residentes siguió en negativo por tercer trimestre consecutivo, con una tasa del -3,9%.
Las importaciones de bienes y servicios, por su lado, entraron en tasas en negativas en el tercer trimestre, con una reducción del 1,1%, frente al avance positivo del 2,4% que experimentaron en el segundo trimestre. Esta desfavorable evolución afectó a todos sus componentes, con una tasa del -1% en el caso de las importaciones de bienes (+2,9% en el segundo trimestre), del -1,6% en las importaciones de servicios (+1,6% en el trimestre anterior) y también del -1,6% en las compras de residentes en el resto del mundo (-4,6% en el segundo trimestre).
Desde la óptica de la oferta, el INE apunta que en el tercer trimestre todas las ramas de actividad registraron un peor comportamiento que en el trimestre anterior. Las ramas industriales contrajeron su crecimiento un 3,4%, mientras que las ramas energéticas atemperaron su crecimiento desde el 4,4% al 2,9%. El valor añadido bruto de la construcción presentó en este trimestre una contracción mayor de su nivel (-5% frente al 2,1% del trimestre precedente), mientras que la rama de los servicios redujo seis décimas su crecimiento, hasta el 3%.
SE DESTRUYE EMPLEO POR PRIMERA VEZ EN 14 AÑOS.
Los datos publicados por Estadística reflejan que el empleo, medido en términos de puestos de trabajo equivalentes a tiempo completo, registró en el tercer trimestre un crecimiento negativo del 0,8%, frente al avance del 0,4% experimentado en el trimestre anterior, lo que equivale a la destrucción de 145.700 empleos a tiempo completo en el último año.
No se destruía empleo en tasa interanual desde el segundo trimestre de 1994, cuando cayó un 1%, aunque la base estadística de entonces era distinta. En el tercer trimestre de este año, la ocupación sólo creció en las ramas de los servicios, con un repunte del 2,1%, y se contrajo en el resto de actividades.
La productividad aparente del factor trabajo de la economía fue del 1,7% en tasa interanual, cifra cuatro décimas superior a la del trimestre precedente, mientras que la remuneración de los asalariados se moderó 1,4 puntos, hasta el 4,5%, como resultado de la desaceleración del empleo asalariado y de la remuneración media. De esta forma, el coste laboral por unidad de producto se desaceleró hasta el 3,6%, tasa dos décimas superior al deflactor implícito de la economía.

Etiquetas: conocimiento, medios, memoria, monopolios, multitud, politica.
► miércoles, 19 noviembre, 2008
Tras su periplo en Washington, al presidente del Gobierno le va a costar aflojarse la corbata. El esfuerzo diplomático por conseguir una de las sillas de la cita del G-20 se antoja insignificante en comparación con la carrera de obstáculos que comienza ahora.Junto a su equipaje, Rodríguez Zapatero arrastra dos deberes de la cumbre: desarrollar un plan de incentivos fiscales para reanimar la demanda interna y fomentar el despegue de sectores estratégicos, dos objetivos domésticos para los que hace falta tener algo más que mano izquierda.
En primer lugar, porque Zapatero tiene al enemigo dentro de casa. Su propósito de secundar la “acción coordinada para reactivar la economía” choca con los planes de Solbes que descarta una rebaja de impuestos o nuevas ayudas económicas a las empresas. En línea con el agotado “margen de política discrecional” en el que se escuda Solbes, el director de Tributos, Jesús Gascón, también renuncia a mover cualquier impuesto hasta que “los ingresos tributarios tengan alguna alegría”.
El problema: la economía está revestida de tristezas. Las cuentas del Estado acumulan una necesidad de financiación de 13.576 millones de euros, un 1,24% del PIB, y lo peor es que Funcas pronostica que en 2009 el déficit público alcanzará el 4,1% del PIB, el doble de la previsión del Gobierno, obligado a retocarla en diciembre.
En consonancia con el fuerte repligue del consumo, la recaudación por IVA cae ya a ritmos del 14%, mientras el pinchazo de la actividad está detrás del descenso del 30% en la recaudación del Impuesto de Sociedades. Las dificultades de los consumidores para encarar la crisis, reflejados en el crecimiento del 98% de los impagos –el doble que hace un año– avanzan un panorama aún más oscuro.
Según la lectura del FMI, España debería destinar el 2% del PIB para rebajar impuestos o realizar inversiones públicas, lo que supondría la inyección de 20.000 millones de euros en la economía, un esfuerzo que se topa con la falta de caja. No hay que olvidar que el Gobierno ya ha ensayado costosas medidas de rescate de relativo éxito.
La desgravación de 400 euros en el pago del IRPF –valorado en 6.000 millones– para dar más liquidez a las familias, dejó fuera del plan a 6 millones de contribuyentes. Tampoco el anunciado salvavidas de las VPO, como refugio del sector inmobiliario, está dando resultados; el inicio de pisos sociales arroja una caída del 30% en el primer semestre, respecto al año anterior, hasta las 29.000 casas, mientras la previsión del Gobierno era crecer un 80%.
Respecto a las líneas de crédito del ICO, el grueso de las ayudas (36.000 millones) incide en los sectores enfermos de la economía, convertidos en nichos de parados: inmobiliarias, o empresas del automóvil, frente a los 29.000 euros que se disputan las pymes.
El gasto productivo que reclama el G-20 choca con el hiperdesarrollo de la fórmula cheque –subvenciones directas– y la política de gasto social que dejan una factura de 50.000 millones hasta 2012.
Las principales zancadillas
Recaudación
Por cuarto mes consecutivo, el déficit del Estado gano ceros en septiembre. Las cuentas estatales arrojaron una necesidad de financiación de 13.576 millones de euros, el 1,24% del PIB.
La caída de los ingresos se explica por el desplome de la recaudación por IVA, que se contrajo un 14,1% respecto al 2007. Al mismo tiempo, mientras los ingresos por IRPF se mantuvieron estables, los asociados al Impuesto de Sociedades retrocedieron un 30% por la brusca ralentización de la actividad.
Sin deflactación
El Ejecutivo insiste en que las cuentas de 2009 ya incluyen el paquete de incentivos contra la crisis lanzados en los últimos meses. Entre ellos, la deducción de los 400 euros en el IRPF.
A cambio, ha desestimado otras medidas fiscales, como la deflactación de la tarifa del Impuesto sobre la Renta, es decir, su adaptación a la evolución de los precios. Esta decisión supone incrementar la presión fiscal de los contribuyentes, en 2.500 millones de euros. Máxime, cuando todo apunta a que la inflación media de 2008 será superior al 4%.
Gasto social
Uno de los sellos de la reactivación económica del G-20 es el reclamo de políticas de gasto productivas. Es decir, la inversión en sectores estratégicos que fomenten las ventas al exterior. Sin un sector relevo de crecimiento, España ha optado por la política de subvenciones.
La última, el pago de la mitad de las hipotecas a los parados, que podrán dejar de pagar el 50% de la cuota hipotecaria, con un máximo de 500 euros por mes, durante 24 meses. Según la agencia de calificación de riesgos Moody’s, la medida puede tener un efecto contrario al deseado.
Bono alemán
Junto a los problemas domésticos de la economía, la coyuntura spañola sufre otra importante zancadilla, pues ya no cumple con el patrón de crecimiento que, en la anterior etapa expansiva, daba mayor seguridad al inversor. Muestra de ello es que la deuda pública ha tenido que aumentar su rentabilidad debido a su riesgo de solvencia.
De hecho, el bono español a diez años ofrece una rentabilidad del 4,25%, frente al 3,68% del alemán para suplir el resquebrajamiento de la confianza. A tres años, la rentabilidad es del 3% frente al 2% del germano.
M. Tejo
► miércoles, 19 noviembre, 2008
En este sentido, explicó que el déficit será "significativo" y superará el esperado "hasta el punto de aproximarse a los umbrales de referencia que establecen los compromisos europeos", debido a que la economía seguirá decreciendo en los meses finales de 2008, una situación que se prolongará en 2009. De hecho, consideró que "con toda probabilidad" el crecimiento económico en 2009 será más reducido que el previsto en el proyecto de presupuestos.Fernández-Ordóñez avisó también del deterioro de la economía en los dos últimos meses de este año y explicó a los periodistas que la contracción de la economía en el tercer trimestre -del 0,2 por ciento- es "probablemente" el escenario de la segunda mitad de año y del año que viene.
El gobernador del Banco de España admitió así que "hay que revisar a la baja las perspectivas de crecimiento económico en los próximos trimestres", lo que "introduce una gran incertidumbre en el medio plazo".
Fernández Ordóñez valoró no obstante la moderación en el gasto contenida en los Presupuestos, que "es muy correcta y ojalá no se cambie, porque lo que va a caer van a ser los ingresos". "A lo mejor alguno podría tener la tentación de que si los datos se cambian, podrían aumentar los gastos, cosa en la que no estoy de acuerdo para que no genere problemas en el futuro a la política fiscal", declaró a preguntas de los senadores.
Por ello, abogó por que la política fiscal "mantenga algún margen de actuación ante posibles situaciones de mayor deterioro", dado que España podría tener que enfrentarse a nuevas perturbaciones y "nada sería peor" que hacerlo "cuando no hubiera más opción que reducir déficit" para cumplir con los requisitos europeos. En la situación actual, el gobernador insistió en que hay que ser "muy prudentes" con las medidas fiscales que se tomen, tanto si son de reducción de impuestos como de recorte de gastos, ya que advirtió de que la actual coyuntura puede durar "bastante".
El gobernador pidió además que se tenga "mucho cuidado" con el impacto sobre las primas de riesgo de la deuda pública si todos los gobiernos acuden a los mercados.
Además, en su intervención explicó que el ajuste de la economía continuará el próximo año debido a que la demanda interna contribuirá de forma negativa al PIB, lo que "sólo podría ser atenuado por el sector exterior, si las exportaciones mantienen un cierto dinamismo y si continúa, como parece lógico, la desaceleración de las importaciones".
En el lado positivo, previó incrementos de la inflación cada vez más moderados, y en declaraciones a los periodistas, explicó que por esa razón no ve riesgos de deflación. Sin embargo, avisó de que para converger con la Unión Europea hará falta que la contención de los precios "se traslade también al núcleo de la inflación subyacente".
El gobernador hizo especial hincapié en la contención de los costes laborales, que siguen siendo superiores a los de otros países europeos, al tiempo que se quejó de que el repunte salarial no ha venido acompañado de una mejora de la productividad.
Fernández Ordóñez recordó que el principal problema de la economía española es la competitividad, por lo que abogó nuevamente por acometer reformas estructurales que liberalicen sectores como el energético o el del transporte por ferrocarriles, así como el del mercado del alquiler con el que las familias obtendrían una rentabilidad con los activos en los que más han invertido.
► miércoles, 19 noviembre, 2008
En consecuencia, más de lo mismo, con el Banco Santander como protagonista, ya que bajó cerca del 10 por ciento, la mayor caída del Ibex, y los derechos de la ampliación de capital el 40,5 por ciento.Las ventas en el sector financiero también estuvieron inducidas por la pésima evolución de las entidades estadounidenses después de que Citigroup alimentara las suspicacias de los inversores al decir que destinará cerca de 18.000 millones de dólares para sanear vehículos de inversión estructurada (SIV).
En cuanto a la actividad productiva, se repite la pesadilla: el Banco de España anunciaba que la economía entrará en recesión este año y se confirmaba que el PIB nacional del segundo trimestre cayó el 0,2 por ciento.
En los Estados Unidos también cocían habas con la caída del 4,5 por ciento de las viviendas iniciadas en octubre, con lo que bajaban hasta niveles de 1945.
Tal es el desánimo que la bajada de la inflación estadounidense -el IPC general descendía un punto, hasta el 3,7 por ciento, y el subyacente una décima, al 2,2 por ciento-, que anticipa un posible recorte de los tipos de interés el próximo mes, y el descenso del crudo, a 51,5 dólares, no estimularon a la bolsa.
De esta manera, el índice de referencia de la bolsa española, el Ibex-35, cayó 319,30 puntos, el 3,74 por ciento, hasta 8.211,50 puntos, mínimo de la sesión.
En Europa, con el euro a 1,26 dólares, Fráncfort cedió el 4,92 por ciento; Londres, el 4,82 por ciento; París, el 4,03 por ciento; el índice Euro Stoxx 50, el 3,96 por ciento, y Milán, el 2,9 por ciento.
Todas los grandes valores bajaron: Banco Santander, el 9,98 por ciento; BBVA, el 5,45 por ciento; Repsol, el 3,53 por ciento; Iberdrola, el 3,31 por ciento, y Telefónica, el 1,28 por ciento.
Después de Banco Santander, la mayor caída del Ibex correspondió a Banesto, el 6,56 por ciento, mientras que de las tres empresas del Ibex con ganancias, el primer puesto fue para Iberia, el 1,8 por ciento.
«« | Inicio | »» |