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Israel reclama a Bush garantías de seguridad |
A diferencia de Bush, Obama aboga por una estrategia más dialogante con Teherán. Israel reclama a Bush garantías de seguridad antes de su marcha.
La ministra Livni advierte de que hablar con Irán puede ser un «mensaje de debilidad», mientras Teherán espera cambios del nuevo líder.
El primer ministro en funciones de Israel, Ehud Olmert, que viajará a Washington a finales de mes para entrevistarse personalmente con Bush, tratará de «extraer en el último momento acuerdos y promesas antes de que ambos dejen sus cargos», informó ayer el diario israelí Haaretz.
La visita de Olmert sigue a la gira que la Secretaria de Estado en funciones, Condoleezza Rice, que ha comenzado precisamente en Tel Aviv y en la cual ha declarado que desde su nuevo destino, aún sin conocer, "tratará a Israel como el aliado tradicional que es".
Fronteras y regresos
Bush se comprometió con Israel a no presionar para que las fronteras del futuro Estado palestino pasen por las de 1967. Israel teme ahora que Obama anule ese compromiso y respalde posturas palestinas que le perjudiquen, como el regreso de millones de refugiados.
Otras garantías que buscará Olmert tienen que ver con la vasta ayuda militar estadounidense a Israel, que teme que el próximo presidente recorte debido a la crisis.
La "debilidad" de Irán
Pero, sobre todo, Olmert pedirá a Bush apoyar una serie de fórmulas para preservar la seguridad de Israel, como garantías de que el programa nuclear iraní no seguirá adelante.
A diferencia de Bush, Obama aboga por una estrategia más dialogante con Teherán. «Haaretz» menciona la cuestión iraní como el principal punto de discordia con el nuevo presidente.
De hecho, la ministra de Exteriores, Tzipi Livni, advirtió ayer a Obama de que la apertura de un diálogo con Irán podría ser percibida en Oriente Medio como un «mensaje de debilidad».
Por su parte, el presidente iraní, Mahmud Ahmadineyad, felicitó a Obama por su triunfo y dijo que espera cambios en las políticas de Washington.

Etiquetas: conocimiento, mentiras, multitud, politica, violencia.
Actualmente, el poder lobbysta que controla con Bush y Cheney la Casa Blanca, representa las tendencias extremas del sionismo conservador y militarista pro-Israel, bajo cuyo mandato se desarrollaron la "guerra contraterrorista" y las invasiones a Irak y Afganistán que inauguraron una nueva era de conquista de mercados.
El nombramiento del congresista, Rahm Emanuel, actual jefe y "cerebro" de la mayoría demócrata en la Cámara de Representantes de EEUU, apodado "Rhambo" por sus posturas belicistas pro-Israel en el Capitolio, muestra claramente -según coinciden la mayoría de los analistas del mundo árabe- la continuidad de las políticas de los halcones neocons hacia el Medio Oriente.
Antes de su nombramiento, "Rahmbo" lideraba (en carácter de "hombre fuerte") el lobby parlamentario demócrata, integrado por la presidenta de la Cámara de Representantes, Nancy Pelosi, y el jefe de la mayoría del Senado Harry Reid (elogiado por el lobby judío por su apoyo incondicional a Israel durante toda su vida).
A esta zaga también pertenece Joshep Biden, el actual vicepresidente electo, sindicado como el futuro cerebro de la política exterior, y cuyo rol a desempeñar, muchos analistas ya parangonan con el desempeñado por Dick Cheney en la administración Bush.
Con la designación de Rahm Emanuel en el estratégico puesto de jefe de gabinete, se materializa la influencia hegemónica de Bill Clinton en la nueva grilla presidencial. Un camino que comenzó cuando se abrazó con Obama durante la campaña electoral.
Primera señal: Obama ya habla como Bush. El viernes, el presidente electo se sacó el traje de "negociador progresista", acusó a Teherán de "proteger terroristas", dijo que el programa nuclear de Irán es "inaceptable" y pidió ayuda internacional para detenerlo.
Durante su primera conferencia de prensa tras su elección el martes, Obama afirmó en Chicago: “creo que la fabricación de armas nucleares por parte de Irán es inaceptable. Debemos organizar un esfuerzo internacional para impedir que eso se produzca".
Durante su primera conferencia de prensa como presidente electo, Obama (al más puro estilo Bush) también pidió a Irán que "cese" de respaldar a "organizaciones terroristas".
De esta manera, Obama rompió el "clima positivo" que se había generado en Medio Oriente a raíz de su propuesta, durante la campaña electoral, de entablar un diálogo sin condiciones previas con Irán.
El presidente electo retornó a las posiciones de George W. Bush, quien siempre condicionó el establecimiento de un diálogo al abandono del programa nuclear iraní y al respeto por Teherán de las resoluciones del Consejo de Seguridad.
“Esto significa que (Obama) sigue el mismo camino equivocado que en el pasado“, replicó en Teherán el representante del Parlamento iraní, Ari Larijani, citado por la agencia oficial Irna.
Barack Obama entiende que el cambio no significa solamente cambiar de color o hacer cambios superficiales, el cambio debe tener una base estratégica", afirmó Larijani, ex jefe de los negociadores iraníes para asuntos nucleares.
“Si EEUU quiere cambiar su situación en la región, debe enviar señales positivas“, afirmó coincidiendo con la celebración del “día de la calidad” de los productos fabricados en Irán.
Según la agencia Irna, Larijani consideró que debido a la existencia de múltiples centros de decisión en Estados Unidos, el país no cambiará fácilmente de política.
Las advertencias llegaron 72 horas después de que Teherán reaccionase con un tono positivo a la victoria el martes del candidato demócrata en las elecciones presidenciales estadounidenses.
Dos diarios conservadores iraníes, voceros del régimen teocrático, también criticaron duramente al nuevo equipo de Obama.
"Los hombres de Obama son partidarios de Israel", titulaba el diario conservador Kayhan. El rotativo afirmaba que Rahm Emanuel, elegido por Obama para ser secretario general de la Casa Blanca, es el hijo de un ex dirigente “de la organización terrorista sionista Irgun”.
Por su parte, el también conservador Jomhuri Eslami titulaba: "Luz verde de Obama al régimen sionista".
Israel en control de la Casa Blanca
Para la prensa israelí, el nombramiento de Rahm Emanuel como funcionario clave de la Casa Blanca fue motivo de alborozo.
"Nuestro hombre en la Casa Blanca", llamó el diario Yediot Ahronot, el de mayor tirada de Israel, a Rahm Emanuel, el elegido por Barack Obama para ocupar la Jefatura de Gabinete de su futuro gobierno.
"Rahmbo toma Washington", tituló alborozado el Jerusalem Post, resaltando que Emanuel nació en Chicago, hijo de un inmigrante israelí y una judía estadounidense.
Según Ira Forman, director ejecutivo del Consejo Demócrata Nacional Judío, la nominación de Emanuel es "sólo una indicación más de que a pesar de los intentos de insinuar que Obama podría elegir a la persona equivocada o escuchar a personas equivocadas en relación a las relaciones entre Estados Unidos e Israel … esto nunca fue verdad".
El Jefe de Gabinete de la Casa Blanca (White House Chief of Staff, en inglés) es el puesto más alto de las oficinas de la rama ejecutiva del Presidente de los EEUU y es un miembro de alto nivel en el Gabinete de la Casa Blanca. Está considerada una posición de alto poder, y de acuerdo con su protagonismo el jefe de Gabinete puede ser considerado como "el segundo hombre más poderoso de Washington".
Originalmente, el puesto de Jefe de Gabinete de la Casa Blanca se llamaba Asistente del Presidente de los Estados Unidos, la denominación actual fue creada en 1946.
Joshua B. Bolten es el actual Jefe de Gabinete con la administración Bush desde el 14 de abril de 2006, caracterizándose por un "bajo perfil" frente a la influencia descollante del vicepresidente Dick Cheney sobre el presidente George W. Bush, y el grupo de halcones sionistas que diseñan las políticas estratégicas de la Casa Blanca.
Curiosamente. el hoy vicepresidente y jefe del lobby judío presidencial, Dick Cheney, se desempeñó como Jefe de Gabinete de la Casa Blanca del Presidente Ford, desde donde construyó su poder para proyectarse luego como ministro de Defensa del presidente George Bush (padre de W) y desde allí acceder a la vicepresidencia de EEUU y al rol de "monje negro" de la "guerra contraterrorista" y las cruzadas bélicas contra el mundo islámico.
El Jefe de Gabinete de la Casa Blanca tiene acceso directo al Presidente durante las 24 horas, maneja su entorno, se entera y participa del día a día de todas las actividades, empezando por las de inteligencia, seguridad nacional y política exterior, y además de resguardar el acceso al Salón Oval, maneja la agenda y la intimidad presidencial, por lo que también se le denomina "Guardapuertas" o "Copresidente".
Esta es la función que va desempeñar el militante activo de la causa sionista internacional, Rahm Emanuel, considerado como uno de los suyos por el establishment de halcones judíos que manejan y diseñan las políticas estratégicas de Israel.
Además de Rahm Emmanuel, el potencial "cerebro" detrás del trono de Obama, el otro "peso pesado" del lobby sionista liberal plantado al lado de Obama, es el vicepresidente electo, Joseph Biden.
Biden es un un sionista de alto vuelo con experiencia acreditada en política exterior (léase depredación imperial-militar-capitalista a escala planetaria) y apareció junto a Obama como la "persona indicada" impulsado desde el más alto nivel del sionismo parlamentario.
Biden no es judío, pero es practicante devoto a tiempo completo de la religión sionista, a tal grado, que empalidece a otros militantes originarios de la causa pro-israelí en el aparato de poder norteamericano.
Biden, quien preside por segunda vez el Comité de Relaciones Exteriores del Senado de EEUU, es un miembro "liberal" de la poderosa derecha católica aliada del lobby sionista que (en su vertiente conservadora y liberal) controla Wall Street, los bancos de la Reserva Federal y el Complejo Militar-Industrial.
Esto lleva a que el lobby (con sus corporaciones y bancos) se convierta en directo beneficiario de las políticas de conquista de mercados (por vía militar o "democrática") de la Casa Blanca.
Según The Wall Street Journal, los asesores de Obama dijeron que la designación del jefe de gabinete será seguida de otros nombramientos clave, especialmente el del próximo secretario del Tesoro.
Uno de los candidatos es Lawrence Summers (un ideólogo del sionismo "bancario"), economista de la Universidad de Harvard que ya se desempeñó en el cargo durante el gobierno de Bill Clinton.
La prensa árabe en general coincide que el presidente "negro" está bajo control, y es poco el margen de maniobra que le queda para jugar "aventurerismos progresistas" fuera del programa diseñado en política exterior y política interna, donde Obama no tendrá otra opción que desempeñar el rol de "administrador de la crisis" y de sus diferentes frentes, en los que la recesión con desocupación masiva ocupa el protagonismo estrella.
El perfil de "Rahmbo"
El perfil de "Rahmbo" no deja ninguna duda sobre cual va a ser su misión al lado del presidente Obama.
De origen israelí, Emanuel, un activo operador de la causa sionista mundial, obtuvo la nacionalidad estadounidense a los 18 años. A los 32, se enroló como voluntario en la Operación Tormenta del Desierto (1991) y fue miembro del dispositivo desplegado para garantizar la defensa de Israel en caso de ataque iraquí contra ése país.
Acusado más tarde de ser oficial de Tsahal, el ejército de Israel, Emanuel alegó no haber llevado nunca el uniforme israelí.
En realidad -señala la Red Voltaire- Rahm Emanuel sería más bien miembro de Amal, el servicio de inteligencia del ejército de Israel.
Emanuel, de 49 años, un halcón militarista que opera en el ala "liberal" del lobby sionista estadounidense, se crió en Chicago -como el presidente electo Obama-, estudió (increíblemente) durante muchos años baile clásico, pero luego se dedicó a la política afiliándose al Partido Demócrata.
Pronto se convirtió en un joven brillante y se sumó a la campaña presidencial de Bill Clinton en 1992. Luego del triunfo, ingresó como asesor de alto vuelo en la Casa Blanca, y comenzó a trascender en los sótanos del poder en Washington como un agente camuflado de Israel en el entorno de Bill Clinton.
Pese a su carácter explosivo y a su estilo duro y directo, "Rahmbo" (fue bautizado así durante su paso por la administración Clinton) es considerado en el mundo de la inteligencia política como "un estratega diabólicamente efectivo".
Su paso como broker de Wall Street, junto al multimillonario Bruce Wasserstein, le reportó una fortuna de US$ 16 millones en solo dos años, pero el fuerte de "Rahmbo" no es la especulación financiera sino la estrategia política y la guerra.
Rahm Emanuel fue elegido congresista por Illinois en noviembre del 2002 (es el cuarto congresista demócrata en importancia en la Cámara de Representantes) y durante la campaña (los mismo que en las parlamentarias del 2006) actuó como nexo y recaudador de fondos entre las principales organizaciones sionistas estadounidenses.
Actuó en el primer tramo de la última campaña presidencial como asesor de Hillary Clinton, pero luego (cuando el lobby sionista liberal de Wall Street comenzó a construir el "fenómeno Obama") se pasó a las filas del actual presidente electo que antes de la elección del 4 de noviembre trazó un pacto con el ex presidente Bill Clinton que, desde las sombras, ya se convirtió en el principal asesor y proveedor de funcionarios al nuevo gobierno.
En el Congreso Emanuel se destacó por sostener la línea dura pro-Israel sistemático, incluso más fuerte que la del actual presidente Bush.
En junio de 2003, por ejemplo, firmó una carta criticando a Bush por no apoyar lo suficiente a Israel. "Estamos profundamente consternados al escuchar sus críticas a Israel por luchar contra actos de terrorismo", escribieron Emanuel y otros 33 demócratas sionistas a Bush.
La misiva sostenía que la política israelí de asesinar a dirigentes políticos palestinos "estaba claramente justificada como una aplicación del derecho de Israel a defenderse".
En julio de 2006 Emanuel pidió que se prohibierra un discurso ante el Congreso del primer ministro iraquí Nouri al-Maliki, criticando el genocidio aéreo israelí en Líbano.
Emanuel consideró a los gobiernos libanés y palestino como "entidades totalitarias con milicias y terroristas que actúan como democracias", durante un discurso pronunciado el 19 de julio de 2006, donde celebraba una resolución del Congreso apoyando el bombardeo de Israel en Líbano donde fueron asesinados más de 1.400 civiles.
El padre del nuevo Jefe del Gabinete de la Casa Blanca, el médico pediatra Benjamin Emanuel, de 82 años, nació y creció en Israel, dónde mantiene una residencia. "Está claro que mi hijo tendrá influencia sobre el presidente en todo lo que concierne a Israel. Él siempre se sintió vinculado a nuestra herencia. Estudió en un colegio judío y en su casa mantiene el Kashrut, las leyes alimenticias judías", declaró el padre de "Rahmbo" al diario La Vanguardia de España.
Benjamin Emanuel explicó que su hijo veraneó hace pocos meses en Israel y que, cuando era joven, en su casa siempre se habló hebreo.
Benjamín, el padre de "Rahmbo", es un pediatra nacido en Jerusalén que era un miembro del Irgun (Etzel), un grupo sionista militante que operó en Palestina entre 1931 y 1948.
El tío de "Rahmbo", Emanuel Averbuj, un guerrero de la causa sionista, perdió la vida en 1933 en Jerusalén en enfrentamientos con milicianos árabes. La familia decidió cambiar de apellido de Averbuj a Emanuel en su honor.
"Rahmbo", siguió la tradición paterna de apoyar activamente la causa de Israel contra el mundo islámico en Medio Oriente. Durante la Guerra del Golfo de 1991 actuó como voluntario en las filas del ejército israelí en la frontera con Líbano, cuando el sur de este país todavía estaba ocupado por las fuerzas israelíes.
Emanuel, uno de los políticos y recaudadores de fondos más influyentes de su partido, fue el que gestionó la presencia de Obama (cuando todavía era candidato a la presidencia) en la reunión con el comité ejecutivo del AIPAC, y lo acompañó en su viaje a Israel cuando el senador "blanquinegro" oró en el Muro de los Lamentos.
Para los expertos en Washington, la presencia de "Rahmbo" como controlador de la agenda presidencial de Obama se gestó entre bambalinas en un acuerdo de alto nivel trazado durante la última cumbre EEUU-Israel en Washington donde Tel Aviv pidió "luz verde" para un ataque preventivo a las usinas nucleares de Irán.
Las transnacionales y los bancos, con el modelo de "trasnacionalización financiera" impuesto por la Casa Blanca con Clinton a escala global, fueron liberados de impuestos y de legislaciones restrictivas en los países dependientes de la periferia. El lobby sionista "clintoniano" inició un festival histórico, una orgía monumental, de la industria financiera del dinero por el dinero mismo, la "economía de papel" que marcó el ciclo de mayor saqueo histórico planetario del sistema capitalista.
Pero el lobby de Clinton no se quedó ahí: Su administración en alianza con la OTAN (brazo armado de su vieja socia, la UE) pulverizó con misiles a la ex Yugoslavia (hoy Serbia), preparó y financió la carnicería de Kosovo en Los Balcanes, avanzó en la toma de mercados y en el diseño y ejecución de las conspiraciones golpistas sangrientas en los ex enclaves soviéticos en Europa del Este, e inició las masacres aéreas "preventivas" en Irak que prepararon la invasión de marzo de 2003.
La administración de Clinton (quien se abrazó con Obama luego de que su mujer dejara de ser alternativa para el lobby) invadió países y asesinó a tanta o más gente que Bush, y sin embargo la prensa imperialista lo presenta hoy como un inofensivo play boy, o como un moderno cruzado (algo cholulo) de la democracia americana ocupado en escribir libros para chicos, dictar conferencias o presentar sus memorias con un éxito editorial millonario.
Según James Petras, " Bajo el presidente Clinton, el imperio estadounidense se expandió mucho más allá de las fronteras de cualquier otro presidente desde Harry Truman. Desde los países bálticos a los Balcanes, siguiendo hacia la parte meridional de lo que antes era la URSS, EEUU ha establecido una cantidad de estados clientes, que son o nuevos miembros de la OTAN o "Asociados por la Paz" (clientes en espera)".
Esta es la carta de presentación y la filosofía "histórico-funcional" del lobby (conducido por el marido de Hillary, la candidata perdedora en la interna demócrata) que hoy ya se posiciona al lado del "progresista" presidente electo de EEUU, Barack Obama.
Hoy los relojes de la Casa Blanca marcan una alternancia: Se va el lobby sionista "conservador" (la "derecha" del Imperio), y retorna el lobby sionista "liberal" (la "izquierda" del Imperio). Se va la "derecha militarista" y regresa la "izquierda" (liberal) política-económica imperial. Ambas fichan en Wall Street, la Reserva Federal y el complejo militar industrial. Ambas invaden países, conquistan mercados y someten gobiernos con dinero y corrupción. Ambas imponen la "democracia planetaria" a punta de pistola. Ambas son el Imperio, pero lucen discursos diferentes. Se van los "petroleros" y retornan los "bancarios". Se va Bush, y llega Obama, un "blanquinegro" que vive junto a la aristocracia sionista financiera en una mansión de Manhattan.
Según informa este miércoles el influyente diario financiero del Imperio, The Wall Street Journal, el presidente electo Barack Obama ofreció el puesto clave de jefe de gabinete de la Casa Blanca al representante de Illinois Rahm Emanuel, el primer paso en la construcción de un equipo que podría conformarse en los próximos días.
De origen israelí, Emanuel obtuvo la nacionalidad estadounidense a los 18 años. A los 32, se enroló como voluntario en la Operación Tormenta del Desierto (1991) y fue miembro del dispositivo desplegado para garantizar la defensa de Israel en caso de ataque iraquí contra ése país.
Rahm Emanuel figura como miembro del Washington Institute for Near East Policy (WINEP), creado en 1985 bajo la responsabilidad del que hasta entonces había sido el director del AIPAC,(Comité de Asuntos Públicos Estadounidense-Israelí) Martin Indyk, y que desempeñó, durante la administración Clinton el mismo rol de "think tank" del lobby neoconservador que hoy desempeña el Instituto Judío para Asuntos de la Seguridad Nacional (JINSA) en el gobierno de los halcones de Bush.
Ambas son una rama de AIPAC, la organización de presión sionista más poderosa de EEUU y de todo el planeta capitalista.
Y como dato relevante indicador de la función complementaria de ambos lobbys judíos (el de derecha con los republicanos, y el de izquierda con los demócratas) baste mencionar que el director fundador de WINEP, Martin Indyk, había sido antes director de investigación del Comité de Asuntos Públicos Estadounidense-Israelí (AIPAC).
De concretarse la designación de Rahm Emanuel en el estratégico puesto de jefe de gabinete, se materializaría la influencia hegemónica de Bill Clinton en el nuevo gabinete. Un caminó que comenzó cuando se abrazó con Obama durante la campaña electoral.
Rahm Emanuel, además de ex funcionario de Bill Clinton, es actual congresista por Illinois, fue el "cerebro" detrás de la candidatura de Hillary y es el vínculo activo con las organizaciones sionistas que alimentan las arcas de los demócratas. Su presencia como jefe de gabinete de la Casa Blanca implicaría dos situaciones: A) El lobby liberal controlará en forma directa todos los movimientos de Obama, B) Bill Clinton influenciará el centro hegemónico de las decisiones en la Casa Blanca.
Los directores de finanzas de la campaña demócrata en las elecciones parlamentarias de noviembre pasado, el congresista israeloestadounidense Rahm Emmanuel y el defensor del "Primero Israel", el senador Charles Schumer, fueron respaldados por un multimillonario fondo para sobornos de Wall Street (como informaban el Time, Newsweek y el Wall Street Journal).
Según la prensa norteamericana, para la segunda gran tarea, la de liderar la transición, Obama ya tiene trabajando a John Podesta, que fue el último jefe de gabinete de Clinton.
Además de Podesta, el equipo de transición estará dirigido por la empresaria Valerie Jarret y Pete Rouse, jefe de gabinete en el Senado de Obama. Tienen previsto comenzar a anunciar sus nombramientos ya la semana próxima, mucho más rápido de lo habitual en los relevos de gobierno en EEUU.
Además de Rahm Emmanuel, el potencial "cerebro" detrás del trono de Obama, el otro "peso pesado" del lobby sionista liberal plantado al lado de Obama, es el vicepresidente electo, Joseph Biden.
Biden es un un sionista de alto vuelo con experiencia acreditada en política exterior (léase depredación imperial-militar-capitalista a escala planetaria) y apareció junto a Obama como la "persona indicada" impulsado desde el más alto nivel del sionismo parlamentario.
Biden no es judío, pero es practicante devoto a tiempo completo de la religión sionista, a tal grado, que empalidece a otros militantes originarios de la causa pro-israelí en el aparato de poder norteamericano.
Biden, quien preside por segunda vez el Comité de Relaciones Exteriores del Senado de EEUU, es un miembro "liberal" de la poderosa derecha católica aliada del lobby sionista que (en su vertiente conservadora y liberal) controla Wall Street, los bancos de la Reserva Federal y el Complejo Militar-Industrial.
Esto lleva a que el lobby (con sus corporaciones y bancos) se convierta en directo beneficiario de las políticas de conquista de mercados (por vía militar o "democrática") de la Casa Blanca.
Según The Wall Street Journal, los asesores de Obama dijeron que la designación del jefe de gabinete será seguida de otros nombramientos clave, especialmente el del próximo secretario del Tesoro.
Uno de los candidatos es Lawrence Summers (un ideólogo del sionismo "bancario"), economista de la Universidad de Harvard que ya se desempeñó en el en cargo durante el gobierno de Bill Clinton.
Otros aspirantes son el ex presidente de la Reserva Federal Paul Volcker; el presidente del Banco de la Reserva Federal de Nueva York Timothy Geithner, y Robert Rubin, otro ex Secretario del Tesoro de la administración Clinton y actual director y asesor de Citigroup, uno de los bancos que han recibido la inyección de fondos fiscales.
La posición del secretario del Tesoro, el equivalente a ministro de Economía, es especialmente sensible en el actual contexto de crisis económica: Obama llegará a la Casa Blanca con un país en recesión y, según todas las encuestas, gran parte de su triunfo electoral fue gracias a que los ciudadanos confiaban más en él que en McCain para resolver los problemas.
Como jefe del Departamento de Estado suena con fuerza Bill Richardson, gobernador de Nuevo México y ex embajador ante Naciones Unidas y secretario de Energía con Bill Clinton.
Como se puede apreciar, todos los caminos conducen a Clinton y la continuidad de los negocios del lobby sionista, esta vez en versión "liberal".
Si Rubin o Summers (los más firmes candidatos) asumen en el Tesoro, el lobby sinista liberal tendrá el programa de rescate (un gigantesco negocio financiero con la crisis) de US$850.000 millones que hoy está en manos de Paulson, un miembro del lobby sionista "conservador".
Además, y como Obama también tendrá la oportunidad de reformar la Reserva Federal en su primer año en el cargo, las tres vacantes que tiene actualmente la Junta de Gobernadores de la Fed (que maneja toda una red de bancos privados que hacen negocio al amparo de la Reserva Federal) podrán ser ocupados por miembros del lobby sionista liberal.
Actualmente, el poder lobbysta que controla con Bush y Cheney la Casa Blanca, representa las tendencias extremas del sionismo conservador y militarista, bajo cuyo mandato se desarrollaron la "guerra contraterrorista" y las invasiones a Irak y Afganistán que inauguraron una nueva era de conquista de mercados.
Los demócratas Samuel Berger, William Cohen y Madeleine Albright cumplieron, durante la administración de Bill Clinton, las mismas funciones para el lobby judío liberal que cumplieron los republicanos Dick Cheney, Donald Rumsfeld y Condoleezza Rice en la administración Bush.
Pero no hay que engañarse: El lobby sionista liberal demócrata (en versión "bancaria") que asoma como alternativa de poder con Obama en la Casa Blanca, representa la "cara complementaria" del poder sionista conservador controlando las estructuras del Imperio norteamericano.
Y esto nos remite a una primera conclusión probada en forma histórica y estadística: En EEUU, la potencia locomotora del capitalismo sionista a escala global, no gobiernan los presidentes o los partidos, sino la élite económica-financiera (el poder real) que controla la Reserva Federal, el Tesoro, Wall Street, el Complejo Militar Industrial y Silicon Valley.
Y hay una segunda conclusión también probada en forma histórica y estadística: La política exterior y la política interna de EEUU (los niveles de decisión) no la dirigen los presidentes ni los partidos sino el establishment económico-financiero que controla la Casa Blanca y el Congreso a través de sus "lobbys" y operadores que actúan sobre los partidos, los legisladores, los funcionarios y condicionan las decisiones presidenciales USA.
Y el lobby "motor de todos los lobbys", es el lobby sionista manejado desde la AIPAC y el Consejo Judío Mundial, hoy en la "derecha" con Bush, y, desde el 20 de enero, a la "izquierda" con Obama.
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