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Uribe: "Los periodistas tienen la culpa" |
La crisis institucional derivada de la confrontación entre el Poder Ejecutivo y el Poder Judicial ya tocó también a los medios de comunicación. La solicitud del presidente Álvaro Uribe para que se investigue al director de Noticias Uno, Daniel Coronell, porque supuestamente ocultó una entrevista con la ex congresista Yidis Medina, constituye apenas el más reciente episodio, pero no ha sido el único.
La polarización política y judicial también está involucrando a los periodistas.
Los ejemplos abundan. Por estos días, el columnista de opinión del periódico El Espectador, Alfredo Molano, afronta un proceso penal por los presuntos delitos de injuria y calumnia, por un escrito en el que fustigó las cuestionables prácticas políticas de los que denominó “notables” de Cartagena y Valledupar. Varios integrantes de la familia Araújo, del Cesar, se sintieron aludidos y decidieron comparecer ante la justicia. Sin opción de conciliación, la pelea entre Molano y los Araújo se libra en los estrados de la Fiscalía General de la Nación.
A este caso se suma la citación de varios periodistas en calidad de testigos, hecha por la Sala Penal de la Corte Suprema de Justicia y la Comisión de Acusación de la Cámara, para corroborar señalamientos o hechos judiciales. Por ejemplo, los periodistas Rodrigo Silva de Caracol Radio y Édgar Velosa del Canal Caracol, tuvieron que comparecer ante los estrados judiciales por el escándalo de la yidispolítica, de la misma manera como tuvo que acudir Sandra Pureza Gómez, también del Canal Caracol.
De igual modo, el periodista William Acero, corresponsal del periódico El Mundo de Medellín, fue también llamado a declarar en los casos de la parapolítica y la yidispolítica. La periodista Marcela Ulloa tuvo que hacerlo en la Comisión de Acusación, para aclarar, en calidad de testigo, lo que le consta de una confrontación entre los magistrados de la Corte Constitucional Jaime Araújo Rentería y Manuel José Cepeda. En estos, como en anteriores casos, los comunicadores resaltaron su condición de periodistas antes que de testigos.
Pero el asunto tiene otros frentes. En la llamada farcpolítica, dos de los sindicados son reconocidos periodistas: William Parra, corresponsal de Telesur y Carlos Lozano, director del semanario Voz. Ambos están citados en indagatoria por supuestas relaciones con el abatido jefe guerrillero de las Farc Raúl Reyes. En el primer caso, Parra sostiene que todas sus gestiones han sido periodísticas, y en lo que corresponde a Lozano, también argumenta que sus relaciones con las Farc han sido como periodista y como mediador de paz.
Aún así, en la actual crisis en la que, por una u otra razón, los señalamientos empiezan a hacerse contra los periodistas, hasta la Corte Suprema de Justicia ha puesto en tela de juicio a los que en sendos comunicados calificó como generadores de opinión. Es más, en su carta de respuesta al Gobierno y la Corte Penal Internacional, al responder por las investigaciones a congresistas en la llamada parapolítica, no faltó el directazo a los comunicadores, a quienes califica de estar haciendo “señalamientos injustos”.
En dicha carta, la Corte Suprema de Justicia sostiene que ha adelantado la investigación contra los congresistas, “aun a riesgo de la integridad personal de los magistrados, no obstante las críticas infundadas y señalamientos injustos que sistemáticamente servidores públicos, periodistas y particulares interesados, formulan con el propósito de torpedear las investigaciones”. En otras palabras, otro lapo para los periodistas, esta vez no del Poder Ejecutivo sino del Poder Judicial.
A la controversia, ya en tono editorial, se sumó ayer el periódico norteamericano The New York Times, que al tiempo que resaltó los importantes progresos que ha tenido el gobierno Uribe en materia de seguridad, precisó que también ha demostrado “poco respeto por las instituciones de la democracia colombiana”. Además, aseguró que está tratando de promover una reforma para impedir que la Corte Suprema investigue a miembros del Congreso, cuando una quinta parte de sus partidos aliados está siendo investigada.
En síntesis, en un entorno constitucional en el que está protegida la libertad de expresión, se ordena que la actividad periodística goce de protección para garantizar su independencia profesional, y se admite que el secreto profesional es inviolable, por cuenta de las peleas en el interior del Estado, el periodismo está cayendo en la misma polarización. Si se denuncian irregularidades de funcionarios del Gobierno, el periodismo le hace el juego al terrorismo. Si se reclama debido proceso, se ataca a la Corte.
Más allá de los dilemas éticos sobre el ejercicio de la profesión y la necesaria distinción entre la libertad de opinión y la necesidad del rigor en el terreno informativo, desde los dos frentes de la polarización institucional, vuelve a cobrar fuerza la manida tesis de quienes creen que los periodistas siempre tienen la culpa. Por ahora, en la Presidencia y en la Corte Suprema, a falta de argumentos para demostrar sus posiciones, se volverá común que se diga que los periodistas informan para favorecer a una de las partes.

Etiquetas: conocimiento, medios, memoria, multitud, politica, violencia.
El hermano del ministro está involucrado con el narcotraficante más importante que tiene el país en este momento. No tendría la posibilidad de defenderse ante el congreso. La imagen de Colombia en el exterior, podría verse afectada. La corte internacional podría intervenir en la aplicación de justicia en el país.
“Esta es una situación muy grave que no debemos dejar prosperar en el país” declaró.
Extraños robos en sede de PCC y la JUCO
Caycedo Turriago aseguró que la contradicción que atraviesa al estado colombiano tiene que ver con amplios sectores sociales que se movilizan para exigir sus derechos constitucionales, cese a la violencia y vigencia de plena democracia, pero encuentran la aplicación oficial de una conducta militarista represiva indiscriminada de estructuras de la seguridad de la Casa de Nariño. Denunció “sospechosos y curiosos robos” en las sedes del partido y la Juventud Comunista JUCO en varios lugares, así como de otras organizaciones defensoras de los derechos humanos y sindicatos para llevarse los discos duros de las computadoras con información presuntamente usada para alimentar los procesos políticos contra parlamentarios y dirigentes de la izquierda. “Algo muy extraño está ocurriendo en Colombia, tenemos que abrir los ojos, por eso junto a la bancada de concejales del polo hacemos un llamado a la comunidad para que se levante y denuncie en los consejos de seguridad todas las irregularidades y violaciones a sus derechos” sostuvo.
¿Iban a matar a Caicedo?
El concejal del polo fue seguido en horas de la tarde del martes 19 de agosto, por miembros de la Dijin en forma irregular, quienes al ser abordados por la seguridad del dirigente de izquierda argumentaron que se trataba de la persecución a un narcotraficante. Era una operación similar a la que aplicaron para secuestrar y asesinar al líder sindical Guillermo Rivera Fúquene. También han sido denunciados seguimientos a Iván Cepeda Castro, director del Movimiento Nacional de Víctimas de Crímenes de estado –MOVICE- y al defensor de presos políticos Miguel González, quien tuvo que salir del Colombia para proteger su vida.
Los miembros de la Dijin estaban acompañados de otras seis personas que huyeron en dos taxis y una moto, el concejal Caycedo envió una queja al procurador general de la nación y solicitó la apertura de una investigación rigurosa sobre los hechos. También reclamó el esclarecimiento pronto y efectivo acerca del papel que están cumpliendo estructuras del Estado en operaciones encubiertas o semi-encubiertas, cuya directriz operativa está dando al traste con los derechos constitucionales, las libertades políticas y públicas y los derechos humanos.
Jaime Caycedo viene encabezando fuertes denuncias por las violaciones derechos humanos en Colombia fruto del terrorismo de estado y la política de “seguridad democrática” del mandato de Uribe Vélez y sus implicaciones en Bogotá, especialmente la presunta participación de la policía nacional en la desaparición y muerte del sindicalista de la Contraloría Distrital, Guillermo Rivera Fúquene. También ha denunciado con firmeza que sectores militaristas de la ultraderecha desarrollan una encerrona contra los bogotanos y el gobierno del polo democrático con el objeto de militarizar la ciudad a propósito del manido debate sobre la inseguridad.
Después de que tres de los 32 congresistas y ex congresistas que estaban detenidos recuperaran su libertad, Uribe dijo este lunes que existe "tráfico de testigos" para implicarle a él en el escándalo, donde buena parte de los investigados son seguidores suyos.
Poco antes, el presidente de la Corte Suprema de Justicia, Francisco Javier Ricaurte, había denunciado la existencia de un "complot" para atacar al tribunal, en el que, según él, estarían involucrados funcionarios de la presidencia de la República.
Ricaurte no descartó, incluso, exponerle la situación al fiscal de la Corte Penal Internacional, Luis Moreno Ocampo, quien se encuentra en Bogotá.
Además de los congresistas y ex congresistas detenidos, otros 38 están siendo investigados por la Corte Suprema de Justicia y la Fiscalía por su supuesta vinculación con los paramilitares.
El Fiscal General, Mario Iguarán, reveló este lunes que su organismo ha pedido investigar a 155 congresistas y ex congresistas por nexos con paramilitares, así como a 76 miembros de Fuerza Pública y a 35 funcionarios del estado.
Un video
El enfrentamiento entre Uribe y la Corte surgió después de que Noticias 1, un informativo de televisión, revelara que hubo tres reuniones "secretas" en la Casa de Nariño, sede de la Presidencia, entre emisarios de paramilitares y los secretarios Jurídico y de Prensa de Uribe.
La última de las citas tuvo lugar a finales de abril pasado.
En esas reuniones se mostró un video de un hombre que se hizo pasar como intermediario de la Corte Suprema de Justicia y que habría exigido dinero al abogado de Diego Fernando Murillo Bejarano, alias Don Berna.
Don Berna es uno de los principales jefes paramilitares del país y fue extraditado en mayo pasado a Estados Unidos por cargos de narcotráfico.
Uno de los dos emisarios de Don Berna es un hombre que fue asesinado hace tres semanas. Se trata de Antonio López, un paramilitar desmovilizado que ha sido señalado por tener nexos con una temida organización de sicarios de Medellín.
Muy molesto con el episodio del video, Uribe convocó una rueda de prensa extraordinaria, en la que dijo insistentemente que la justicia tiene que investigar la supuesta manipulación de testigos, con los que se pretende relacionarle con los paramilitares.
El presidente dijo que él recibe casi todos los días a personas que le llevan información y que el episodio no había salido a la luz pública, porque no se encontraron pruebas sólidas en contra de la Corte.
Aunque el supuesto intermediario no es funcionario de la Corte, Uribe dijo que la policía secreta descubrió que sí solía ir a la sede del tribunal.
Ataques a la Corte
Uribe también atacó a Iván Velásquez, el magistrado estrella de la investigación en la Corte Suprema, y lo acusó de haber bebido licor en compañía de testigos del proceso judicial.
Cuando le preguntaron a Uribe por las quejas de la Corte por presiones en la investigación sobre la parapolítica, dijo que él también podría denunciar a los magistrados por no haber hecho "nada" respecto a ese tema antes de 2002.
"¿Van a denunciar al gobierno que puso en marcha la seguridad democrática, al gobierno que ha desmontado el paramilitarismo, al gobierno que ha creado las condiciones para que la justicia opere?", se preguntó.
Pero los roces de Uribe no son sólo con la Corte, sino también con la Fiscalía, a la cual el presidente colombiano acusó de no haber actuado a tiempo para separar de la entidad al fiscal jefe de Medellín, Guillermo Valencia Cossio, envuelto en un escándalo por supuestos nexos con narcotraficantes.
Este fiscal es hermano del recién nombrado ministro de Interior y Justicia, Fabio Valencia Cossio.
Iguarán responde
Uribe se quejó de que, pese a que le investigación llevaba un año y medio en marcha, la Fiscalía sólo hubiera actuado frente a Guillermo Valencia cuando unas grabaciones comprometedoras fueron reveladas por los medios de comunicación la semana anterior.
Pero el Fiscal General, Mario Iguarán, se defendió y dijo incluso que el ministro del interior le llamó a hablarle de la inocencia de su hermano.
Iguarán también respondió a las críticas contra la Fiscalía por su actuación frente a la parapolítica y dijo que su organismo ya apeló ante los tribunales la absolución de dos ex congresistas que estaban presos y salieron en libertad.
¿Qué pasará con el proceso judicial más sonado de los últimos años en Colombia? Es imposible predecirlo.
En declaraciones a BBC Mundo, el abogado, profesor y columnista Ramiro Bejarano, afirmó que "la Corte y la Fiscalía están presionadas por el gobierno, mientras que el fiscal de la Corte Penal Internacional, Luis Moreno Ocampo, tiene los ojos puestos en los casos donde los investigados han sido absueltos".
Por ahora, Moreno Ocampo sólo ha dicho que la justicia colombiana debería establecer prioridades para investigar a los paramilitares y sus socios.
De otra parte, el fiscal reveló que está evaluando las denuncias hechas por los crímenes de guerra cometidos durante el reciente enfrentamiento entre Rusia y Georgia.
En una entrevista exclusiva con BBC Mundo, Moreno Ocampo se defendió de las críticas que le han hecho por encausar penalmente al presidente de Sudán, Omar al-Bashir, y reiteró que se trata de un proceso "muy sólido y muy bien fundado".
¿Cuál es el interés de la Corte Penal Internacional en Colombia?
Los paramilitares y las FARC han cometido crímenes de lesa humanidad que posiblemente están bajo nuestra jurisdicción. En Colombia hacemos lo que el Estatuto de Roma llama preanálisis de información. Si funcionan bien los sistemas nacionales, la CPI no debe intervenir. Solo intervengo si los juicios no se llevan a adelante, porque no se puede o no se quiere.
¿Ha visto voluntad de actuar por parte del sistema judicial colombiano?
Estuve sentado con (los magistrados de) la Corte Suprema de Justicia durante tres horas, escuchándolos y entendiendo sus dificultades y las posibilidades que tienen de llevar adelante los procesos que tienen con los vinculados con lo que acá llaman la parapolítica.
La Corte Suprema le planteó dificultades y usted llega en medio de un enfrentamiento muy fuerte con el Presidente de la República por el paramilitarismo y la parapolítica.
Yo tengo que ser muy cuidadoso en no meterme en conflictos políticos. La Corte Suprema me manifestó su preocupación por el impacto que puede tener para sus investigaciones la extradición de los jefes paramilitares a Estados Unidos. Al mismo tiempo, el Fiscal General me manifestó que tiene mucha confianza en conseguir el apoyo de los fiscales norteamericanos para permitir que los acusados sigan trabajando desde allá en la ley de justicia y paz. Todos manifestaron que estaban trabajando y veo que hay progresos.
El juez español Baltasar Garzón ha dicho que la CPI podría actuar frente a los paramilitares extraditados a Estados Unidos. Pero este país no ha ratificado el Estatuto de Roma. ¿Cómo podría actuar en ese caso la CPI?
Es un caso hipotético y prefiero no dar opiniones.
¿Cuándo la CPI tomará una decisión de actuar o no actuar en el caso colombiano?
Colombia está haciendo investigaciones, Congo no podía hacerlo y en Sudán no quieren investigar. En Colombia estamos haciendo el análisis de los procedimientos judiciales. Se están haciendo esfuerzos. Esperemos a ver hasta dónde llegan. Yo estoy muy activo en Colombia, a pesar de que no tenga abierta ninguna investigación.
Usted ha dicho que está atento a que no haya impunidad en Colombia. En el caso de los paramilitares, ¿qué podría ser impunidad?
En todos los casos mi rol es que no haya impunidad, básicamente frente a los máximos responsables de los peores crímenes.
Si la Corte abriera un caso en Colombia, ¿podría procesar a dirigentes políticos o a financiadores de grupos como los paramilitares?
Cualquier persona que de acuerdo a la evidencia esté involucrada con los crímenes y sea una persona de máxima responsabilidad, en la medida en que no se le investigue en Colombia, podría ser investigada por la CPI.
¿Qué está haciendo la CPI respecto a las FARC?
En la medida en que las FARC cometen crímenes de lesa humanidad, estamos viendo cuáles son los apoyos en diferentes países del mundo. De acuerdo al Estatuto de Roma, una persona que financiara crímenes cometidos por las FARC, podría ser investigada por nosotros.
A propósito de los hallazgos en los computadores de Raúl Reyes, hubo anuncios de denuncias ante la CPI contra el presidente de Venezuela, Hugo Chávez. ¿Ha recibido peticiones para actuar frente a mandatarios de países vecinos de Colombia?
Hemos recibido comunicaciones de diferentes ciudadanos, de diferentes países, pidiéndonos investigar diferentes personas por esos hechos. Nosotros seleccionamos quién debe ser acusado y quién debe ser investigado, si se abre una investigación. Hemos pedido información a los países que están haciendo investigaciones sobre las redes de apoyo a las FARC. Le hemos mandado, la semana pasada, una carta a los países vecinos de Colombia y también a otros países de la región y a algunos europeos.
¿Estamos hablando de denuncias contra el presidente Chávez y el presidente Correa?
No, yo estoy preguntando información sobre personas que estén apoyando a las FARC o a los grupos guerrilleros en Colombia, sin identificar a nadie. He hablado con Ecuador y con Venezuela y los dos están muy dispuestos a cooperar con nosotros.
The Guardian publicó críticas de abogados y organizaciones no gubernamentales a su gestión en los casos de Congo y Sudán. Se critica su acusación contra el presidente de Sudán y algunas fallas en el juicio contra uno de los señores de la guerra del Congo.
Es normal. Cuando usted investiga gente con poder, lo van a atacar y criticar. Hay dos profesores que tienen una visión diferente sobre cómo yo tengo que hacer las cosas. Es su visión.
Hay grupos que piden incluso que usted se vaya de la CPI.
Seguro. También el presidente (Omar) al-Bashir pide que yo me vaya.
¿Cree que el caso contra el presidente de Sudán va a prosperar?
Hasta ahora pedí 12 órdenes de arresto y las conseguí. Cuando yo presento un caso, tengo mucha evidencia. Y el caso contra el presidente al-Bashir es muy sólido y muy bien fundado.
Cuando ya las cosas toman otro color, los mafiosos politiqueros se dan cuenta que el narcotráfico y los narcotraficantes pueden ser puestos a su servicio -como ya tienen a los militares y jueces-, y se da la alianza impúdica entre 'políticos' y mafia narcoparamilitar. Casi tantico después se da la pretensión de los mafiosos de ser 'políticos' y sus alianzas impúdicas siguen. "Don" Pablo Escobar Gaviria es elegido al parlamento. Ahí le segurían otros. Santofimio, los Vives en Santa Marta, etc. Pero hay una reacción de algunos sectores oligárquicos contra los narcotraficantes (ya eran también paramilitares), y en respuesta de estos, asesinan al ministro Lara Bonilla, Carlos Mauro Hoyos, siguieron con su práctica de los magnicidios -que ya hacían como servicio a los militares con el asesinato de Jaime Pardo Leal y Bernardo Jaramillo Ossa- atreviéndose a asesinar a Luis Carlos Galán.
Se pensó que con este magnicidio estaban contados los días de los narcotraficantes por las declaratorias de guerra de Barco y Gaviria, pero estos continuarían su rumbo por 'los servicios prestados'.
Pero nadie imaginaba que el temor a la guerrilla de las FARC hiciera que la mafia oligárquica llevara hasta el sóleo presidencial a un heredero del Cartel de Medellín. Ahí está, rodeado de primos del capo Pablo Escobar, el presidente colombiano Álvaro Uribe Vélez, más conocido como Uribhitler, haciendo y deshaciendo. ¿De qué se quejan si ellos mismos lo llevaron allá? ¿Por qué lloriquean y se rasgan las vestiduras porque el mafiosito haga lo que está haciendo ahora? ¿Acaso no sabían que la mafia agarra todo cuando le das la mano?
Claro que lo sabían!
Pero tenían el pálpito que lisonjeándolos y llevándolos a la Casa de Nariño, la mafia se daría por satisfecha. No señores. No basta que a Mancuso y cía los hayan llevado al Congreso. No basta que hayan nombrado asesor al primo del 'Don' Pablo Escobar Gaviria. No basta que el nacido en cuna narco-paramilitar Uribe Vélez haya sido llevado a la presidencia.
Ahora ellos probaron y les quedó gustando.
Por eso ha hecho lo que ha hecho. Por eso el cohecho. Por eso la narco-para-política uribista que cuando se conoce es el más tremendo escándalo de apoderamiento por la mafia de las instituciones de un estado que tenga la historia mundial. Por eso la pretensión de la narco-paramilitarización de todas las instituciones del estado. Por eso el querer quebrar a la Corte Suprema -la única de la 'justicia' que se les ha enfrentado, mientras los César Gavirias están haciendo una 'oposición responsable'-. Por eso quiere quebrar a la oposición representada en el PDA (PCC y Moir), e inventan la mal llamada 'farc-política'. Por eso ha querido acabar a las FARC -pero no ha podido-, y si no lo hace realmente en lo militar lo hace por los titulares de su medios terroristas mediáticos. Y por eso el narco-paramilitar -que es lo mismo que decir mafioso- presidente lleva a "Job" y demás a la Casa de Nariño para demostrarles como es que es la cosa del Poder. Vean, aprendan. Y como "Job" no consiguió lo que querían, lo mataron.
Ahora, cuando quieren ponerle remedio al ya para qué, los únicos que han estado -y están- en primera línea de lucha contra el régimen narco-paramilitar son precisamente las FARC, el PDA, la Corte Suprema de Justicia. Lógicamente que invitamos a los liberales y conservadores de bien a sumarse a un frente común por la salvación de Colombia.
Son ellos los que tienen el valor moral y los principios éticos para salvar a Colombia y conformar un Nuevo Gobierno que enrumbe nuestro país a la Nueva Colombia.
Una Nueva Colombia sin mafias ni asesinos.
El senador Carlos Ferro, del oficialista Partido de la U, dijo estar de acuerdo con la exhortación porque el país necesita sensatez y tranquilidad para enfrentar los problemas nacionales y que espera una respuesta positiva de Uribe.
En cambio, Héctor Helí Rojas, del partido Liberal advirtió que aunque el propósito de Santos es loable, “el que manda, aunque mande mal” es Alvaro Uribe.
Por su parte el vocero del partido Conservador, Alirio Villamizar, propuso que el mandatario, como muestra de buena voluntad, convoque una cumbre de poderes y a todas las fuerzas políticas para lograr consenso a favor de la concordia.
Carlos Gaviria, presidente del Polo Democrático, declaró a la emisora Caracol que el llamado de Santos es sensato y calificó de espectáculo deprimente y peligroso para el Estado la confrontación del gobierno con la Justicia.
En tanto, el ex Fiscal General Alfonso Gómez, aclaró que el tema básico es el respeto que debe tener el presidente Álvaro Uribe a la autonomía de los poderes legislativo y judicial.
Analistas coinciden en que la actitud asumida por el presidente a partir del lunes con sus acusaciones en todas direcciones, busca desviar la atención del escándalo provocado por la revelación de sospechosas reuniones con paramilitares.
Los encuentros se realizaron hace seis meses en la casa de Nariño entre emisarios del ex jefe paramilitar Diego León Murillo y los asesores Jurídico y de Prensa de la Presidencia.
Según el mandatario, en esas reuniones se presentaron pruebas sobre supuestos manejos turbios de la Corte Suprema para intentar vincular a su gobierno con el paramilitarismo, aunque nunca hasta ahora lo denunció.
La versión de la Corte es radicalmente opuesta, al calificar tales reuniones como una conspiración para deslegitimar su actuación en los procesos por la parapolítica, que involucran a decenas de políticos afines a Uribe.
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