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La última locura de Bush |
Salvo Moscú, todos los actores involucrados en el conflicto del Cáucaso (Georgia y el eje EEUU-UE) consideran que Rusia continúa controlando las áreas estratégicas del territorio georgiano luego de un repliegue parcial del grueso de sus tropas el viernes. El Kremlin (haciendo diplomacia) lo niega y afirma que solo controla áreas de seguridad "vitales para el mantenimiento de la paz". Luego de una virtual "ruptura de relaciones" con la OTAN, y con las potencias aliadas de EEUU divididas en la ONU, Moscú consiguió la primera meta que se había fijado: Convertir su dominio militar en un statu quo. Washington y la UE (salvo sus "advertencias" a Moscú para que abandone Georgia), no han conseguido hasta ahora instrumentar ninguna medida concreta para presionar al Kremlin, quien comienza a extender su desafío a otras zonas de la "guerra fría", como es el caso de Polonia, que acaba de suscribir un acuerdo con EEUU para instalar una base de misiles apuntando a las fronteras de Rusia. Para analistas europeos y estadounidenses, Rusia ya consumó el control geopolítico y militar de Georgia y ahora está "parada sobre el petróleo de Europa" que pasa por el vital oleoducto BTC, como señaló el Financial Times. Todo indica que, luego del contraataque y predominio militar ruso en Georgia, el conflicto ingresa en una "segunda fase" cuyas piezas ya empezaron a moverse con fuerzas navales de EEUU y la OTAN tomando posiciones frente a la Flota Rusa en el Mar Negro. Se trata, de un peligroso "primer contacto directo" en zona de combate. Y la primera señal clara de que el conflicto ya saltó de la diplomacia al teatro de la acción militar.
Los observadores internacionales apuntan que se vive un clima de "tensión internacional" por la continuidad del conflicto del Cáucaso que la semana pasada ya empezó a impactar en Wall Street y en los mercados petroleros donde los especialistas comenzaron a tomar nota de un conflicto que afecta al corazón energético de euroasia.
La semana pasada, la OTAN "militarizó" la crisis cuando algunas de sus unidades navales comenzaron a cruzarse con los buques de guerra de la Alianza posicionados en el área bajo el pretexto de la ayuda "humanitaria".
Washington y la UE (el eje imperial-capitalista dominante) después de fracasar en el plano diplomático optaron por dar otras "señales": La Alianza decidió enviar "ayuda humanitaria" en barcos de guerra y anunciar que la OTAN y el Pentágono "reconstruirán" y potenciarán el poder de fuego de las FFAA georgianas, mientras Moscú (la potencia desafiante) consolida sus posiciones militares y estudia la segunda movida con sus tropas sentadas sobre el petróleo de Europa.
Y hay un nuevo cuadro de situación: EEUU, la UE y su gobierno títere de Georgia denuncian y reconocen implícitamente que Rusia ganó la primera fase de la guerra y está en control de la región.
El sábado, el Parlamento de Georgia prolongó por dos semanas el "estado de guerra" en el país por considerar que Rusia ha incumplido su compromiso de retirar sus tropas del territorio georgiano a las regiones separatistas de Osetia del Sur y Abjasia.
Los diputados aprobaron así la petición del presidente georgiano, Mijaíl Saakashvili, quien argumentó que la prórroga del estado de guerra es necesaria "debido a que las tropas rusas permanecen en Georgia en violación del acuerdo de alto el fuego".
El estado de guerra fue implantado en el país caucásico por dos semanas el pasado día 8, cuando Rusia envió su Ejército a Georgia para defender a la separatista Osetia del Sur de los ataques de las tropas georgianas.
El gobierno de Tiflis volvió a denunciar que los militares rusos mantienen bajo su control zonas estratégicas del país y varias localidades, como el puerto de Poti y la ciudad de Senaki, en el oeste, cerca de la también separatista Abjasia.
"Las tropas rusas permanecen en Georgia en violación del acuerdo de alto el fuego", dice la resolución presentada por el presidente, Mijail Saahashvili y aprobada el sábado por el parlamento enTiflis.
Entre las zonas bajo control militar ruso -según Tiflis- se encuentran la ciudad de Senaki, en el oeste del país, cerca de Abjasia y el puerto de Poti, en el Mar Negro.
Ubicado a unos 200 kilómetros de Osetia del Sur y 60 de Abjasia, este último es considerado un punto clave para la economía de Georgia, entre otras motivos por su terminal para buques petroleros.
Desde allí salen hasta 10.000 barriles de crudo que llegan por tren desde Azerbaiján. Además es un punto de ingreso de productos que abastecen al mercado georgiano y a países vecinos del Cáucaso y Asia central.
"La situación ha mejorado sólo ligeramente tras el repliegue de las principales unidades de Rusia, ya que las tropas rusas mantienen el control de varios territorios estratégicos, es decir que las fuerzas de ocupación continúan sus acciones militares", dijo a la prensa el diputado David Darchiashvli.
EEUU y Francia acusaron a Rusia de no abandonar el control militar de Georgia y de incumplimiento de los seis puntos del acuerdo de alto el fuego y acusaron de que esas "zonas de seguridad", no están contempladas.
Moscú, sostiene que la continuidad de sus tropas como fuerzas de paz en las regiones separatistas sí está contemplada en el acuerdo, en especial en el artículo quinto.
Según el general Nogovtsin, número dos del Estado Mayor, el pacto le permite a su ejército continuar en el terreno como fuerza de paz, hasta que una fuerza internacional garantice la seguridad de los habitantes de Osetia del Sur y Abjasia.
Pero al mismo tiempo amenazó con incrementar el contingente militar si el ejército de Georgia se reagrupa con asistencia de Estados Unidos, con la finalidad de "recuperar a cualquier precio la integridad territorial del país".
A su vez, el Estado Mayor militar denunció que la OTAN sigue concentrando sus fuerzas navales en la zona del mar Negro, según afirmó el domingo el subjefe del Estado Mayor del Ejército ruso, coronel general Anatoli Nogovitsin.
"La situación en el mar Negro tiende a agravarse porque la Alianza procedió a incrementar sus fuerzas navales en esa zona", informó el jefe militar.
Comunicó que una fragata de las Fuerzas Navales polacas y un destructor estadounidense se unieron el sábado a varios buques alemanes y españoles que ya se encuentran en el mar Negro.
Turquía confirmó a agencias rusas que la fragata polaca "General Kazimierz Pulaski" y el destructor estadounidense "USS McFall" entraron en el mar Negro para prestar ayuda humanitaria a Georgia.
A su vez, el general Nogovitsin confirmó que las tropas rusas controlan el puerto georgiano de Poti en el mar Negro.
"El patrullaje está estipulado en el respectivo acuerdo internacional, y aunque Poti queda fuera de la zona de seguridad ello no significa que nos quedaremos de brazos cruzados mirando cómo los georgianos se pasean allí en sus Hammer", declaró el general.
Explicó que los militares rusos tendrán la tarea de atajar las "provocaciones" en la zona de Poti y que actuarán de acuerdo a las circunstancias.
Poti es el segundo puerto en importancia de Georgia después del de Batumi y sede de la armada de ese país. Pero, gracias a la conexión ferroviaria, es ahora más accesible y, con 7,7 millones de toneladas de carga anuales, prácticamente ha alcanzando ya a su competidor.
El control ruso del puerto de Poti ha provocado una nueva intervención en la crisis del presidente francés y de turno de la UE, Nicolás Sarkozy, que ha vuelto a pedir a Moscú que retire a sus fuerzas de Georgia, según contempla el alto el fuego.
El destructor estadounidense "USS McFaul" arribó el domingo al puerto de Batumi, con el primer cargamento de ayuda humanitaria que los buques militares de EEUU van a trasladar a Georgia.
Para concretar su "misión humanitaria" las unidades navales de guerra del Pentágono y de la OTAN tienen que "cruzarse" con los barcos de combate de la Flota Rusa que permanecen estacionados frente a las costas de Georgia en el Mar Negro.
En virtud de del acuerdo de alto el fuego firmado por Tiflis y Moscú la ayuda humanitaria -hasta ahora- puede ingresar libremente.
El domingo, en los medios rusos circulaba la versión de que el gobierno del Kremlin está evaluando impedir el acceso de ayuda humanitaria por "medios militares".
A juicio de analistas militares rusos, la Alianza está utilizando ese recurso para monitorear las posiciones rusas y detectar su sistema de defensa y comunicaciones en el área.
Los especialistas militares rusos opinan que esa situación está por generar el desenlace de un nuevo conflicto en las próximas horas.

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Las mismas potencias que participaron del genocidio militar en Serbia, a fines del 90, para luego declarar la "independencia de Kosovo" controlada por EEUU y la UE, montaron en cólera cuando Rusia decidió hacer lo mismo con las provincias separatistas, una de las cuales fue invadida por Georgia en la primera semana de agosto.
Luego de reconocer su independencia, el presidente ruso dio la orden a su ministro de Exteriores para establecer "relaciones diplomáticas" con representantes de dichas regiones georgianas.
Además, Moscú le garantizó asistencia militar a las regiones separatistas, según declaró el ministro en una entrevista con la CNN.
Con esta decisión, Medvedev desafía abiertamente a la administración estadounidense de George W. Bush, que tachó de "inaceptable" la independencia de estas dos regiones rebeldes, que lucharon en los 90 contra su pertenencia a Georgia, logrando una autonomía de facto respecto a Tiflis
Luego de conocerse la decisión de Moscú, se desató una tormenta internacional.
La secretaria de Estado de EEUU, Condoleezza Rice, calificó de "deplorable" el reconocimiento de independencia y dijo que esa decisión "coloca a Rusia en contradicción con una resolución del Consejo de Seguridad (de la ONU), del que es parte".
El secretario General de la OTAN, Jaap de Hoop Scheffer, afirmó que las acciones de Rusia en las últimas semanas, incluido el reconocimiento de la independencia de Osetia del Sur y Abjasia, "ponen en duda" su compromiso "con la paz y la seguridad en el Cáucaso".
La Unión Europea también condenó la decisión rusa a través de un comunicado de la presidencia francesa. Añadió que "es contraria a los principios de independencia, soberanía e integridad territorial de Georgia".
El presidente Sarkozy, que medió el alto el fuego entre Rusia y Georgia, convocó a una Cumbre de Jefes de Estado y de Gobierno para tratar sobre el conflicto para el próximo 1 de septiembre.
Reino Unido, a través de Ministerio de Asuntos Exteriores, rechazó "categóricamente" la decisión asegurando que el Gobierno británico "reafirma la soberanía y la integridad territorial de Georgia".
La canciller alemana, Angela Merkel, criticó duramente el reconocimiento de la independencia diciendo que la decisión es "en absoluto inaceptable".
La Organización para la Seguridad y Cooperación en Europa OSCE condenó la decisión. "El reconocimiento de la independencia de Osetia del Sur y Abjasia viola los principios fundamentales de la OSCE", comentó Alexander Stubb, presidente en funciones.
La semana pasada la OSCE decidió el envío de más de un centenar de observadores a Georgia para vigilar el frágil alto el fuego y supervisar el repliegue ruso.
Por otro lado, al conocer el anuncio de Medvedev, ciudadanos de Abjasia dispararon al aire y abrieron botellas de champán para celebrarlo. "Estamos felices. Todos tenemos lágrimas en los ojos y estamos orgullosos de nuestro pueblo", dijo una abogada a Reuters.
Anticipándose a las reacciones, y después de comunicar su decisión, Medvedev afirmó en la televisión rusa que '"Rusia no tiene nada que temer".
"Rusia no tiene nada que temer, incluida una nueva "guerra fría" con Occidente, señaló el presidente ruso, para quien la decisión no fue "fácil".
En plena escalada de la tensión con Moscú, el comandante supremo de la OTAN para Europa, el general estadounidense John Craddock, llegó el pasado viernes a Tiflis con la misión formal de "evaluar las necesidades humanitarias y militares" de Georgia.
Craddock, el ex jefe del Comando Sur de EEUU en América Latina, explicó que el objetivo de su visita era "analizar la situación humanitaria y conocer cuál es la ayuda que necesita el Ejército georgiano".
El presidente georgiano, Mijail Saakashvili, se entrevistó con Craddock durante su visita, y suplicó ayuda al general estadounidense argumentando que su país "necesita reforzar su defensa y su estructura de seguridad".
"Necesitamos nuevo personal bien entrenado, nuevo equipamiento y trabajaremos junto a EEUU para conseguirlo", añadió. "Después de lo ocurrido debemos ser diez veces más fuertes. Para ello necesitamos mucha ayuda. Ayer llegaron a Georgia influyentes senadores estadounidenses dispuestos a asignarnos grandes cantidades de recursos para nuestra defensa", agregó Saakashvili en la pantalla de la CNN.
En julio pasado (ya planificada la invasión a Osetia del Sur, según Moscú), el Parlamento de Georgia, reunido en una sesión extraordinaria, aprobó el incremento del personal de las Fuerzas Armadas de 32.000 a 37.000 efectivos, y del presupuesto de Defensa de US$ 780 millones el año pasado a US$ 990 millones este año.
El aumento, dijo Nikoloz Rurua, subjefe del comité parlamentario de defensa y seguridad, "obedece a la necesidad de neutralizar las amenazas reales que se plantean ante el país", contribuirá a "reforzar la capacidad defensiva" de Georgia y "responde cabalmente a los estándares internacionales y a los de la OTAN".
Un mes después, el 7 de agosto pasado, Georgia invadió Osetia del Sur, una operación "suicida" que minimizó la reacción rusa, para algunos, un plan militar relámpago diseñado por Washington que buscaba la inmediata intervención de la ONU y un futuro despliegue de "fuerzas de paz" que marginara a Rusia del control militar, según la hipótesis de los expertos de Moscú.
Sea como fuese, el contraataque ruso puso la iniciativa militar en manos de Moscú que reaccionó con un despliegue fulminante de sus tropas que se apoderaron del control de la región.
Después de la reunión con el comandante supremo de la OTAN para Europa, el presidente georgiano, con su imagen desgastada y debilitado, dijo que no sólo Georgia necesita "reconstruir el Ejército, sino hacerlo más fuerte de lo que era antes".
Y EEUU, que tiene a las fuerzas georgianas insertadas dentro del aparato militar de ocupación de Irak, recogió el pedido con placer procediendo al reciclaje en un "estadio superior" de la capacidad militar del ejercito de Georgia
"Tendremos que ayudarles en la reconstrucción porque son nuestros socios en la guerra contra el terrorismo, han colaborado mucho con nosotros. Estoy seguro que nos van a pedir ayuda para reemplazar y reconstruir", declaró el general Craddock.
"En mi opinión, es muy probable que [la ayuda] llegue. Sólo es cuestión de saber cuánta y cuándo", agregó el ex jefe del Comando Sur USA.
Acusa al presidente georgiano, Mijaíl Saakashvili, de asesinar a cientos de civiles, la mayoría de ellos ciudadanos rusos, al disponer el ataque contra la ciudad.
"¿Creía él que Rusia se quedaría a un lado mientras sus tropas "de paz" disparaban contra los camaradas rusos con los que se suponía que debían impedir problemas en Osetia del Sur?", añade.
"Nuestras tropas entraron en Georgia para destruir bases desde donde se lanzó el ataque y después se marcharon. Restablecimos la paz pero no pudimos calmar los temores y aspiraciones de los osetas y abjasos", resalta Medvédev.
Según explica, los presidentes de las dos repúblicas solicitaron a Rusia el reconocimiento de su independencia. Dado el deseo de estas poblaciones, basado en los principios de las Naciones Unidas, Medvédev señala que firmó el reconocimiento de la independencia de las dos regiones.
Tras recordar la disolución de la Unión Soviética, que supuso la "pérdida" de 14 repúblicas soviéticas, el presidente ruso dice que algunas de estas naciones no fueron capaces de tratar a las minorías con el respeto que merecían. Así, agrega Medvedév, Georgia retiró la autonomía a las regiones de Osetia del Sur y Abjasia.
"¿Puede imaginarse lo que fue para los abjasos ver cerrada su universidad de Sujumi por el Gobierno de Tiflis bajo el argumento de que supuestamente no tenían una lengua adecuada o una historia o cultura, por lo que no necesitaban una universidad?", escribe.
Georgia se enfrentó a las minorías y motivó el desplazamiento de miles de personas, argumenta el presidente.
Se queja, además, de que los países occidentales ignoraron la advertencia de Rusia cuando se apresuraron a reconocer la declaración ilegal de independencia de Kosovo.
"Argumentamos constantemente que sería imposible, después de esto, decirle a los abjasos y osetas (y decenas de otros grupos en todo el mundo) que lo que era bueno para los albano-kosovares no era bueno para ellos. En las relaciones internacionales, no se puede tener una regla para unos y otra para otros", puntualizó.
En una declaración por televisión, Medvédev anunció el reconocimiento por Rusia de la independencia de las dos regiones georgianas e instó a otros Estados a hacer lo mismo.
Medévev ante los líderes europeos
El presidente de Rusia, Dmitri Medvédev, ha ofrecido a la canciller alemana, Angela Merkel, explicaciones sobre el reconocimiento por parte de Moscú de la independencia de las regiones separatistas georgianas de Abjasia y Osetia del Sur.
"En relación con el reconocimiento de la independencia (...), sobre el que los líderes de los Estados interesados fueron informados por la parte rusa incluso antes de la firma del correspondiente decreto del presidente, Medvédev dio explicaciones detalladas sobre la postura rusa", señala un comunicado oficial.
La conversación telefónica entre ambos líderes se produjo por iniciativa de la parte alemana. Merkel calificó la víspera de "totalmente inadmisible" y "contraria a las normas del derecho internacional" la decisión del presidente ruso de reconocer la independencia de esas dos regiones.
Poco antes de que Medvédev anunciara el reconocimiento de la independencia de ambas regiones, la canciller germana, de viaje oficial en Estonia, se pronunció a favor de la integridad territorial de Georgia.
"Todos los Estados deberían tener el derecho a vivir de forma independiente y la integridad territorial constituye uno de los principios fundamentales que hay que observar", declaró Merkel durante una rueda de prensa conjunta con el primer ministro estonio, Andrus Ansip.
Mientras tanto, el presidente francés, Nicolas Sarokozy, ha advirtido a Moscú de que el desenlace del conflicto en Georgia determinará "para mucho tiempo" la relación de la UE con Rusia.
"Lo que está en juego en este conflicto es absolutamente esencial", afirmó Sarkozy, que preside la Unión Europea (UE) este semestre, en un discurso al abrir la conferencia anual de embajadores franceses.
Sarkozy recordó que la UE condenó ayer con firmeza la decisión rusa de reconocer la independencia de las regiones separatistas georgianas de Abjasia y Osetia del Sur.
Esta decisión, encaminada a "un cambio unilateral" de las fronteras de Georgia, es "simplemente inaceptable", sentenció.
Además, Sarkozy recalcó que "nadie quiere volver al tiempo de la guerra fría".
Señaló que Francia, con sus socios de la UE, ha demostrado con sus iniciativas cuánto desea que esa elección sea "la del entendimiento y la cooperación, del respeto de los principios de la Carta" de la ONU y de la Organización para la Seguridad y Cooperación en Europa (OSCE). La cumbre extraordinaria de los líderes de la UE que ha convocado para el próximo lunes será "la ocasión para los 27 países de la Unión para definir una línea común en esta cuestión esencial de nuestro futuro y de la relación con Rusia".
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